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Fusión viva

Luisa Santiago Lianza

Luisa Santiago Lianza nació y vive en Ponce. Cursó sus estudios universitarios en la Universidad de Puerto Rico en Ponce y completó su Bachillerato en Educación Elemental y una subespecialidad en Artes y Humanidades. Actualmente, cursa su Maestría en Educación con concentración en currículo en Historia. Dedica su tiempo libre a crear, junto con sus alumnos, actividades que promueven la protección ambiental y el uso de los recursos naturales responsablemente. Trabaja en la Escuela Elemental Librado Net Pérez, en Ponce, como maestra de Estudios Sociales de quinto y sexto grado. Desde niña me gustaba enseñar. Mi madre cuidaba niños y jugaba con ellos a ser maestra. Hoy día como educadora me doy cuenta de que aquel juego infantil se convirtió en mi verdadera vocación. Vivo, siento y disfruto la magistral tarea de formar indivi duos exitosos, enriquecer almas y estimular el deseo por el conocimiento inculcando el sentido patrio, el respeto a la humanidad comenzando por el respeto a sí mismos. ¡Soy alfarera de sueños y forjadora de valores! Ambas tareas unidas en mi arquitectónica ha zaña de ser maestra. Tarea ardua, pero siempre en pie de lucha. Abatida en ocasiones ante la injusticia, pero con mucha fe en mi Dios y en nuestra juventud que se levanta y que tanto necesita del buen ejemplo. En estas líneas tendré el honor, de revivir parte de la gigantesca vida y obra de dos grandes maestros de la humanidad por los cuales siento gran admiración. No tengo la menor duda de que emular sus virtudes

sería el más grato homenaje y nuestra mejor aporta ción a la humanidad. Uno de los primeros poemas que aprendí a recitar con elocuencia cuando apenas era una niña fue “Cul tivo una rosa blanca”. Cuando recitaba este poema, dentro de mi pensamiento infantil entendía, perfec tamente la grandeza de su significado y la sabiduría de su autor. Durante mi adolescencia recuerdo haber leído en algún libro la frase “Enseñad nuestros niños a leer” y un sabio mayagüezano que parecía contestarle dijo “Enseñad nuestros niños a pensar”. Quiero expresar mi sentir y mi esencia como educa dora, puertorriqueña, antillana y latinoamericana, que mejor forma que transmitir y enseñar a mis alumnos, a admirar la vida y obra de los verdaderos patriotas de la humanidad. Forjadores del añorado sueño de la unión latinoamericana. Fueron ellos patriotas en toda patria, hombres extraordinarios que vivieron consagrados al bien sin más remuneración que la satisfacción del deber cumplido. Almas que fueron y seguirán siendo ejemplos de virtud y de verdadero apostolado en sus luchas por los derechos y la libertad. Hombres que en tregaron su vida y su juventud, en miras de realizar su más anhelado sueño. Próceres universales luchando por un mismo fin, una cultura con una esencia común: la del pueblo latinoamericano. Su verdadera vocación fue servir a la humanidad y su mejor cátedra fueron sus acciones. El alma de Lares y el alma de Yara evocan el sueño bolivariano de la integración latinoamericana. Su visión general era que el futuro de las Antillas resplandeciera como hicieron las ciudades griegas en el pasado. La historia posee muchos héroes, pero estos dos hom bres con tanta afinidad de criterios son un legado invaluable para nuestra América y para toda la humanidad. ¡Cuba y Puerto Rico tierra de grandes frutos, Hostos y Martí! La trayectoria de sus caminos buscaba un mismo sendero. Sus vidas estuvieron marcadas por algunos acontecimientos similares. Ambos llegan al mundo en el mes de enero, Hostos primero y catorce años des pués, Martí. ¡La Habana resplandeciente y Mayagüez más sultana que nunca, con la llegada de estos insig nes al mundo! Y recordando algo de sus vidas viene a mi memoria una frase muy usada por mi bisabuela cuando que - ría describir a las personas que acertaban en alguna observación: “ese tiene ojo clínico”. Pues, más clínico no pudo ser, el ojo del maestro que vio sobre Martí la gran aureola de sabiduría que poseía el muchacho, con tan solo trece años. El gran maestro Rafael María de Mendive se convertirá desde entonces en su gran mentor. No cabe duda de que el amor que se profe saron Martí y Mendive durante el transcurso de sus vidas fue recíproco. Mientras tanto, Hostos a sus trece años, fue enviado por sus padres a estudiar a España. Allí realiza sus estudios en Derecho, Filosofía y Letras. Sin embargo Martí pisa suelo español de manera di ferente a la de Hostos ya que llegará allí víctima de su deportación, habiendo cumplido solo parte de su condena, episodio importantísimo en su vida del que hablaré más adelante. Lo importante es que gracias a las gestiones realizadas por sus padres, Martí es saca do de prisión y llega en enero de 1871 a España donde realiza, al igual que Hostos, estudios en Derecho, Fi losofía y Letras. Investigaciones bastante recientes realizadas por Samuel Sánchez Gálvez prueban la filiación masónica de Martí. Fue en Madrid donde junto a su gran amigo Fermín Valdés y otros cubanos, se inicia en la masone ría. Mientras Sánchez Gálvez era tutorado durante su tesis “El pensamiento masónico en Cienfuegos entre los años 1878 y 1902”, el Dr. Torres Cuevas le muestra un expediente que pertenecía a la logia Fernandina de Jagua donde aparecía la firma y nombre simbólico de José Julián Martí. Es en España también donde Hostos y Martí se pondrán en contacto con las doctrinas de Krause. El Krausismo identifica la moral con el derecho natural y propugna una federación universal como ideal de la humanidad. Ambos, sin duda alguna, practicaron el Krausismo y ambos formulan una especie de libera lismo en donde el individuo actúe para la mejora de la sociedad. Como maestra comparto muchas ideas de la filosofía Krausista, pienso que el contacto direc to con la naturaleza y con cualquier objeto de conocimiento promueve el pensamiento crítico. Las clases experimentales y las excursiones son parte fundamen tal de esta filosofía por lo cual me identifico mucho con ella. Para Hostos lo académico no era el principal motor, la ejecutoria tenía para él mucha más relevan cia. Y lo más importante es que esa ejecutoria tenga

como fin el bien de la humanidad como decía Hostos: “Yo puedo y debo servir a la humanidad, que es más grande que la patria”. Y si hablara de grandes ejecutorias, admirable fue la de Martí a sus dieciséis años, cuando enfrentó los cargos por infidencia en su contra y la de su gran ami go Fermín Valdés. Cuenta el mismo Martí en Cartas de José Martí, parte de lo ocurrido el día del allanamiento. “Y una tarde, al regreso a su casa se entera Fermín de que en su ausencia y la de Martí su hermano Eusebio y el profesor de francés Atanasio Fornier aguardaban la llegada de Fermín para comenzar la clase de aquel día. Mientras tanto, asomados a una de las ventanas de la calle, habían entablado un diálogo risueño con una graciosa vecina de enfrente que también se asomara a la ventana, a tiempo de pasar de retirada un pelotón de voluntarios al compás de una charanga. Los volun tarios, arrogantes escuchaban las risas de los que de una ventana a otra dialogaban. Y el violento complejo de inferioridad de aquellos hombres que jamás salían a combatir y que se traducía en su arrogancia misma, sintiéndose ofendido por las risas, pues temía y colum braba un ultraje en toda manifestación que no fuese de admiración rendida…” El allanamiento en la casa de Fermín, lugar muy querido por Martí, fue una muestra más de cómo el invasor no solo invadía el país ajeno sin justa causa, sino de cómo violaba los derechos hu manos cuando lo creía conveniente. Este allanamiento efectuado el 4 de octubre de 1869 permite que salga a la luz una gran verdad; una carta encontrada y fir mada por Martí y su amigo Fermín Valdés dirigida a un miembro de los Voluntarios del régimen español llama do Carlos de Castro y Castro. La mayor indignación de Martí y su gran amigo no era tan solo la deserción de Castro, sino pensar que fueron condiscípulos del gran maestro y mentor de Martí, el Sr. Rafael María de Mendive. En esta carta sus condiscípulos le llaman apóstata al renegado y por tal razón serán condena dos. Más admirable aún es como durante la celebración de su juicio Martí proclama su culpabilidad única, dando muestra de su gran valor por la amistad y así reducir la sentencia de su gran amigo Fermín Valdés. De esta manera logra que la condena de su amigo sea de seis meses de prisión y la suya de seis años, con trabajos forzados y enviado luego a la Isla de Pinos. Aquel cubano de tan solo diecisiete años demuestra

en plena adolescencia su vocación de sacrificio, honor y el valor por la verdadera amistad. Imagino al Conse jo de Guerra que presenció la escena; debieron haber enmudecido de vergüenza, si es que le quedó alguna. Este episodio en la vida de Martí es sin duda alguna, evidencia de su gran apostolado y debería ser tomado como ejemplo para la humanidad. Hostos por otra parte continúa en España con su lucha por derogar la monarquía. El prócer puertorri queño colabora con numerosos artículos en periódicos catalanes y madrileños. En 1863 a la corta edad de veinticuatro años comienza a escribir su primera obra, La peregrinación de Bayoán, novela romántica, con fondo político social. Esta obra más que un libro es un deseo, escrita en forma de diario y en donde podemos apreciar su actitud de combatiente. La obra constituye el itinerario de su vida, sueños y propósitos. Para esa misma época Hostos colabora con el go bierno español dándose a conocer por su gran liderazgo y potencial intelectual. El puertorriqueño había decidido participar en la campaña republicana española porque había acordado con los dirigentes peninsulares que la república española le extendería a Puerto Rico y Cuba los derechos propios de una república federada.

Cuando por fin cae la monarquía y España adopta su nueva constitución en 1869, entonces rehúsa exten derle los derechos prometidos a Hostos y este abandona España. Los peninsulares le ofrecen el cargo de gobernador de Barcelona, cargo que a buena honra rechaza ya que el gran peregrino de sueños, se mar cha a París. Allí luchará por el bien económico, político, social y sobre todo, educativo de Latinoamérica. Muestra clara de su importante obra Moral Social, en donde Hostos exalta los valores y principios del hom bre en su lucha ante el beneficio personal vs. beneficio de la humanidad. El año 1869 dejó marcas en ambos próceres, Hos tos engañado por las falsas promesas del gobierno español y Martí acusado de infidencia por ese mismo gobierno. Y es en estas vivencias donde vemos la ac titud en ambos, de su gran cátedra de dignidad para la humanidad. Para 1871 Martí escribía su primera obra; El presidio político en Cuba; en ella denuncia los ho rrores que presenció durante su encarcelamiento. Esta es la primera obra de Martí que se da a la prensa. Será una obra cruda y fuerte en donde muchos advierten que al ser leída pude causar vómitos y mala digestión. Volviendo a Hostos, considero muy injusto cuando algunos lo califican de “desconocido en su patria” por que aunque estuvo ausente de Puerto Rico cuarenta y siete años, su ausencia fue solo física. Hostos siempre se ocupó de las tribulaciones y problemas por los que atravesaba nuestra isla. Cuando en 1898 ocurre la ocu pación de Estados Unidos a Puerto Rico, Hostos deja todo para estar presente junto a los puertorriqueños que no se rebelaron y así estimular y combatir la ane xión. El prócer vivía entonces cómodamente en Chile con su esposa doña Belinda Ayala y sus numerosos hijos y no tenía por que quedar desempleado y dejar su familia en condiciones inseguras. Ningún puertorri queño durante esos años enfrentó la situación como lo hizo Hostos, quien con sus escritos y acciones luchó con sus mejores intenciones de evitar el coloniaje. Su situación fue difícil ya que el líder combatió no solo contra la prestigiosa metrópoli, sino que se enfrentaba a un pueblo confundido y con una minoría educada. La élite de nuestra, isla interesada solo en enriquecer se, y un poder colonial poderoso, seductor y de gran prestigio económico como Estados Unidos, en com paración con el de una España decadente, hicieron que los puertorriqueños vieran en la nueva metrópoli la salvación a todos nuestros problemas. Aun así el intelectual plasmó sorprendentemente sus escritos de manera magistral y con gran valentía moral en su insis tencia en la búsqueda de la libertad. De sus muertes…. Martí muere a la edad de 42 años durante su lucha militar contra las fuerzas espa ñolas en Dos Ríos, provincia del oriente cubano. Muere como todo un héroe: gloriosamente, en pleno combate y con sus pies sobre suelo patrio; su amada Cuba. Su cuerpo tiroteado por el enemigo fue arrastrado desde Dos Ríos hasta Remanganagua donde fue enterrado por vez primera. Mientras arrastraban su inerte cuer po, sus ideas se elevaron al más alto aposento de la sabiduría y del ejemplo. Cuando revivo este momento no puedo evitar sentir un inmenso dolor en mi alma y una profunda tristeza que solo puedo extinguir revi viendo su gran obra. En cambio Hostos muere fuera de Puerto Rico a los 64 años, en suelo quisqueyano y pidiendo como último deseo que sus restos fuesen llevados a su patria adorada, cuando esta fuese libre. Murió agotado pero no vencido, en su grandiosa lucha por la libertad. Hasta la naturaleza lloró su partida. La lluvia cayó como lágrimas del cielo el día de su muerte. Fue un día de gran turbulencia atmosférica y espiritual para todos los que le conocieron. Cuenta su médico y gran amigo Federico Henríquez y Carvajal “muere de una afección insignificante a la cual hubiera vencido cualquier otro organismo menos debilitado y, sobre todo, menos postrado por el profundo abatimiento moral que minaba hacia algún tiempo la existencia del insigne educador”. Sin duda alguna “su abatimiento moral no tan solo afectó su salud física sino también su salud espiritual” como dijeron también sus grandes discípulos Arturo Grullón y Rodolfo Coiscou. Durante su duelo no se podrán olvidar las palabras que elevó al cielo su gran amigo Henríquez “Esta América infeliz que solo sabe de sus grandes vivos cuando pasan a ser sus grandes muertos”. Yo contesto a sus palabras diciendo “Cuando evocamos la gran obra de los gran des fallecidos, damos fuerza y esperanza a los que continuamos vivos”. Sus restos yacen en el Panteón de los Héroes Nacionales en Santo Domingo, Repú blica Dominicana, siendo el único puertorriqueño en estar ahí. Imagino su alma retorciéndose de dolor por querer ver realizado su tan anhelado sueño…….una

BORINQUEN libre y así entonces descansar a plenitud en su suelo; suelo libre…. Sueño que no se cumple aun. Partiendo de la forma en que mueren Hostos y Mar tí, podríamos contestarnos por qué es tan exaltada y recordada la figura de Martí dentro del pueblo cubano y criticada en ocasiones la manera en que Puerto Rico recuerda a Hostos. Definitivamente no podemos ne gar que las muertes trágicas, son comentadas hasta dentro del populacho más inculto e impactan mucho más. Martí muere tiroteado, en plena batalla y frente a una inmensa cantidad de espectadores que vivían la guerra en carne propia. No tenías que saber leer para conocer la manera tan “espeluznante” en que perdió la vida Martí. Y quiero que quede claro que el poeta y apóstol cubano como quiera hubiese quedado en la historia por su magistral tarea. Y si Martí leyera este escrito, me contestaría, tal vez con una de sus frases “La libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía”. En cambio Hostos muere dentro de la intimidad y fueron solo sus familiares y amigos más allegados los únicos espectadores de su partida. Me emociona la forma en que nuestros hermanos dominicanos le recuerdan, admiran y respetan. Hasta mi médico de cabecera, el Dr. Ángel Mitchel, domi nicano, expresa con tanto orgullo su admiración por Hostos y hace la salvedad de que “Mientras exista un dominicano vivo, los restos de Hostos se quedarán en Santo Domingo”. Nunca será tarde para dar a conocer su magistral obra, recitar uno de sus poemas o sim plemente reflexionar con sus pensamientos. No debemos olvidar nunca, nosotros los maestros, sobre todo los de nivel elemental, esta célebre frase de Hostos “El niño es la promesa del hombre, el hombre la espe ranza de alguna parte de la humanidad”. Y con revivir las obras de ambos sin duda alguna nuestros niños entenderían el gran pensamiento martiano, “Patria es humanidad” . En honor a Hostos y Martí que son fusión de re cuerdos, fusión antillana, fusión de ideas, fusión de anhelos, fusión de sueños y seguirán siendo fusión viva para los que vivimos, respetamos y admiramos su gran obra.

Referencias

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