Octubre
CULTURA 26
Un paisaje para vestir
La tradición artesanal textil en Querétaro es una herencia viva que no solo es historia, sino también un presente de imaginación que dibuja los cerros, las flores, los campos y los animales del semidesierto y los bosques del estado.
10 TURISMO
Cantinas en Querétaro
David Álvarez
Las cantinas, pese al tiempo, aún persisten como museos que resguardan algo de historia dentro de sí.
PERFIL 44
Guadalupe
Vallejo: «Me he encontrado en los hilos»
Donna Oliveros54 OPINIÓN
El paraíso perdido o De las cantinas que ya no existen
Manuel
NaredoTan importantes han sido siempre que, se dice, en una de ellas se discutieron los artículos que habrían de conformar nuestra Constitución vigente.
En portada
María Fernanda García Miranda muestra la muñeca Dönxu afuera del taller artesanal Badú. Héctor Muñoz.
Asomarte 234
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Edición
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González
Visítanos, queremos leerte
Investigación y redacción
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Dirección de arte
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Impreso por Talleres Gráficos del Poder Ejecutivo del Estado de Querétaro, dependientes de la Oficialía Mayor bajo la dirección de Alejandro Rugama Núñez.
22,000 ejemplares, revista de circulación gratuita.
Este programa es público, ajeno a cualquier partido político. Queda prohibido el uso para fines distintos a los establecidos en el programa.
DESTACADO DEL MES
Experiencias
El color de Amealco
El clima de Amealco —a poco más de una hora de la ciudad de Querétaro— parece diluir las estaciones: sus climas no extremos, a causa de su altitud —de 2600 m s. n. m.—, con un calor no alto en verano y un frío notable en invierno, lo vuelve un sitio ideal para transitar la época otoñal. Uno de los espectáculos naturales y estacionales más llamativos de este municipio ocurre precisamente a inicios del otoño gracias a la humedad del municipio:
El otoño se llena de vida y color en los alrededores de Amealco.
la aparición en casi cualquier campo de los mirasoles, unas lindas plantas color púrpura y rosado. Es habitual ver autos orillados en la carretera y a personas adentrándose en los cerros o zonas naturales para envolverse por estos colores y registrarlo en una fotografía. Una excelente actividad que no cuesta más que tiempo e ingenio durante la próxima visita para celebrar este 11 de octubre el aniversario del nombramiento de Amealco como Pueblo Mágico.
Gastronomía
Camelia Tea House
Camelia Tea House es un espacio dedicado a la experiencia del té en todas sus formas y para todos los gustos. Cuentan con una gran selección de tés puros, tés con mezclas deliciosas, infusiones herbales, tisanas y cafés infusionados con sabores herbales, además de una selección de bocadillos salados y dulces. También con otras actividades como catas de té y música en vivo. De estilo bohemio y natural, este sitio es perfecto para disfrutar de una mañana o una tarde con amistades y familia en espacios cómodos, llenos de luz y elementos naturales, en el que además cuentan con
lugares para reuniones de trabajo, networking o celebraciones especiales, como cumpleaños o aniversarios, con servicio de decoración para la ocasión.
Camelia Tea House
Vicente Guerrero Sur 39, Centro Histórico de la ciudad de Querétaro, Qro.
T. 446 317 5520
IG. @cameliateahouse
FB. Camelia Tea House
Aventura
Tirolesas en Bernal
La empresa de parques de aventura Avex Tirolesas, con 25 años de experiencia ofreciendo momentos emocionantes y seguros, cuenta en Querétaro con un parque en la Peña de Bernal, el cual tiene diversas actividades como traslado en razer por la montaña, senderismo para llegar a la cima del monolito —con un recorrido de quince minutos, aproximadamente—, patineta y bicicleta aérea, de 180 y 110 metros respectivamente, y una tirolesa de 500 metros. La entrada al parque incluye todas las actividades en un recorrido de hora y media, que permite tener una visión distinta y única —desde las alturas— de este atractivo que cada semana congrega a turistas de diversos sitios para admirarlo.
Avex Tirolesas
Peña de Bernal, Ezequiel Montes, Qro.
IG: avenx_tirolesas · www.avex.mx/avex-tirolesas-de-bernal
Un espacio con carga sentimental y nostalgia para los queretanos.
El Jardín de los Platitos
En un verso escrito con ceniza por un fallecido poeta queretano aparece, sin nombrarse, este enclave localizado a un costado de avenida Universidad, cuyo nombre es Jardín Niños Héroes de Chapultepec, aunque es conocido como el Jardín de los Platitos, debido a que su cintarillado, bancas y jardineras están revestidos de pedacería de platos. Inaugurado hace poco más de ochenta años, este espacio, hoy alcanzado por las transformaciones urbanas, fue testigo del cambio de rostro de la zona: ahí se hallaba la primera planta de la Embotelladora La Victoria; alojó a mariachis por varios años, hasta que a inicios de siglo las quejas de los vecinos los reubicaron; y, hasta hace no mucho, tenía enfrente a una de las cantinas más tradicionales de la ciudad: El Luchador.
Hoy, este sitio casi pasa desapercibido por el ritmo del tráfico en las calles que lo circundan, pero puede ser un punto de encuentro para trasladarse a algunos de los atractivos que se hallan en sus inmediaciones, entre ellos los locales de La Otra Banda Creativa, como el speakeasy de comida argentina El Galpón, los bares El Gene y la Casa Verde —dos de nuestras recomendaciones en el reportaje turístico de este número—, o el bar de cocteles i29 Cocktail Room, un espacio minúsculo, acogedor, casi un secreto, ideal para sostener una charla acompañado de diversos tragos.
Jardín de los Platitos
Filomeno Mata 5, Centro Histórico de la ciudad de Querétaro, Qro.
Hotel Úrsula
A unos pasos del templo de La Cruz, sobre la calle de Independencia, este hotel mezcla la arquitectura colonial con toques del barroco mexicano, y es una excelente opción para alojarse en el Centro Histórico por su cercanía con algunos de los atractivos principales de la ciudad. Las habitaciones del Concept Ursula Hotel hacen referencia a las haciendas de herencia familiar más importantes ubicadas en el municipio de Pedro Escobedo, y alojan de dos a tres huéspedes.
Hotel Úrsula
Independencia 131, Centro Histórico de la ciudad de Querétaro, Qro.
T. 4422248964 · 4421462974
FB. Hotel Úrsula Concept IG. @ h.ursulaconcept www.ursula.mx
Festival ¡Viva el Queso!
En su tercera edición, el festival ¡Viva el Queso! nuevamente acercará a productores y consumidores en un solo lugar alrededor de una gran variedad de este producto. Se trata del primer evento donde se lleva a cabo el Concurso Nacional de Queso Artesanal Mexicano, con la participación de jurados internacionales como Davide Guffanti, juez de World Cheese Awards; Rubén Valbuena Barrenechea, pionero de la nueva quesería española de autor; Rodolphe Le Meunier, campeón mundial de Cheese Mongers 2007 y organizador del Concours Mondial du Meilleur Fromager; entre otros. El escenario de este encuentro será la cava de quesos Bocanegra, perteneciente a la Ruta del Queso y el Vino, localizada a tan solo 40 minutos de la ciudad de Querétaro, en una de las de las regiones más importantes en producción de quesos artesanales de vaca, cabra y oveja a nivel nacional. Este festival gastronómico permite conocer un panorama de la cultura del queso artesanal hecho en México.
Cava de Quesos Bocanegra
14 y 15 de octubre
Carretera Estatal 200 km 50, Tequisquiapan, Qro. FB. @FestivalVivaElQueso IG. @festivalvivaelqueso www.vivaelqueso.com
Festival HospedajeMXSPF: Festival Internacional de Fotografía de Calle
Retratar la espontaneidad de la vida cotidiana en espacios públicos es el trabajo de los fotógrafos de calle. Gracias a un esfuerzo colaborativo entre fotógrafos mexicanos, se llevará a cabo el primer festival internacional de este género en el país: el México Street Photo Fest (MXSPF). El formato del evento no solo presenta una alineación de grandes exponentes, sino también un conjunto de actividades, para formar un encuentro integral dedicado a la fotografía de calle —entre cuyos grandes exponentes históricos se encuentran nombres como Henri Cartier-Bresson, André Kertész y Enrique Metinides—, que se ha consagrado a lo largo de los años, en todas partes del mundo, como uno de los géneros más populares para profesionales y amateurs, gracias a la simplicidad en su naturaleza: salir a la calle con una cámara. Con
Un evento sin precedentes en el país, que muestra lo mejor de la fotografía callejera actual a nivel nacional e internacional.
la participación de más de treinta fotógrafos internacionales, este festival cuenta con actividades como las exposiciones «MXSPF 2023» y «Through Her Eyes MXSPF 2023», un concurso internacional y varias conferencias magistrales, workshops y photowalks. El festival se realiza del 26 de octubre al 3 de diciembre en diversas sedes, entre ellas, el Centro Educativo y Cultural Manuel Gómez Morin, el Centro Queretano de la Imagen y la Galería Libertad de Querétaro.
México Street Photo Fest (MXSPF)
FB: México Street Photo Festival · IG: mx_streetphotofest www.mxstreetphotofest.com
Durante dos días, más de cincuenta edificios abrirán sus puertas para que el público pueda descubrir la historia resguardada en ellos
Experiencias
Los días 7 y 8 de octubre se llevará a cabo la primera edición de Open House Querétaro, un festival gratuito y abierto al público que celebra la historia, la tradición constructiva y el desarrollo urbano de una de las ciudades con más tradición y crecimiento en México. Durante estos dos días, más de cincuenta edificios, entre los que se encuentran edificios virreinales barrocos y obras emblemáticas del modernismo y la época contemporánea, abrirán sus puertas para que el público pueda descubrir la historia resguardada en ellos. Open House Querétaro es una invitación para
El Querétaro Centro de Congresos estará abierto para visitas del Festival Open House el sábado 7 y domingo 8 de octubre. Consulta los detalles en su sitio web.
conocer y aprender caminando las calles, plazas y parques, entendiendo la importancia del vínculo entre escala y espacio, la riqueza de las relaciones entre materia y vacío, y las posibilidades de la interfaz entre lo privado y lo público, que han permitido generar relaciones entre todos los ciudadanos a través del entramado urbano, en donde caben residentes y visitantes por igual.
Open House Querétaro · 7 y 8 de octubre
IG. @openhousequeretaro www.openhousequeretaro.org
«Las llaves de la ciudad son tuyas»
Festival Día de Muertos
Desde hace diecisiete años —y dentro del marco del Festival Día de Muertos de San Juan del Río—, se realiza el Concurso Nacional de Plañideras, un esfuerzo por mantener vigente esta tradición, que consiste en contratar personas para llorar en un sepelio o velorio —y la cual se ha ido perdiendo con el tiempo. A partir de este mes, algunas ganadoras del concurso participan en un recorrido turístico por algunos de los sitios históricos de la ciudad. El festival tiene preparadas, además, presentaciones artísticas, entre ellas, la conocida Marcha de los Muertos.
San Juan del Río
27 de octubre
al 1 de noviembre
CANTINAS EN QUERÉTARO
David ÁlvarezAntes de ser humanos, fuimos bebedores, explica el filólogo Mark Forsyth al afirmar que cuando comenzó la vida hace cuatro mil millones de años había microbios de una sola célula nadando felizmente en el caldo primordial, bebiendo azúcares simples y excretando etanol y dióxido de carbono: «Básicamente, estaban meando cerveza».
Luego de dicha aseveración, no es difícil imaginar el origen de un establecimiento en el que todos se pusieran a beber. En México no es tan reciente, según los criterios de la historia universal, pero fue en 1846 cuando el concepto de lo que se conoce como cantina llegó al país como consecuencia de la guerra con Estados Unidos por el territorio de Texas, herederas de las tabernas-vinaterías del Virreinato, que fueron transformadas en algo más parecido al saloon gringo.
Borrachos tristes —¿y los hay que no lo sean?— dispuestos a olvidar las penas fueron parte de un nuevo formato de consumo que daría, a la postre, una tradición de sitios que fueron propagándose por todo el país. Según Artemio del Valle Arizpe, a principios del siglo XX hubo cerca de mil cantinas tan solo en la Ciudad de México, lo que corrobora su alto impacto social, quizá necesario, ante un país con no pocos cambios políticos, en búsqueda de alguna distracción u olvido.
Cantina deriva del italiano, en el que refiere a una «cava de vino» o «bodega», término procedente del latín que a finales del siglo XIX, por ahí de 1890, cambió al término de bar —derivado, a su vez, de la influencia del sur de los Estados Unidos. Aunque la etimología de la palabra bar también parte del latín, cuyo significado es «barra», para señalar la barrera separadora en las cortes de justicia, el término entró con los normandos en Inglaterra, popularizándose así desde el idioma inglés hacia el resto del mundo.
Fachada y barra de la cantina El Puerto de Mazatlán, que se ubicó en contraesquina del actual Teatro de la República. Imágenes proporcionadas por el Mtro.
Eduardo RabellUrbiola, cronista del municipio de Querétaro.
Querétaro es un estado con tradición cantinera que a principios del siglo XX vio sus primeros establecimientos, al menos oficiales, al no existir registros ni bibliografía sobre cantinas en el siglo XIX. La primera mitad del siglo pasado dio lugar a una serie de transformaciones en la entidad, en las que a su vez fue incrementando el número de negocios de venta de alcohol en los principales barrios, muchos aún vigentes.
Fue desde entonces cuando estos espacios comenzaron a parecerse a lo que hoy se conocen, bajo el llamado «free lunch». Y es que estos sitios se caracterizaron por ofrecer alimentos para acompañar el trago, pero hasta esta época se comenzó con la práctica de
«¡Pásele a lo barrido!»
Fue sobre todo en 1920, que las cantinas comenzaron a incrementar y de las que se tiene el registro vivo más antiguo. Se sabe que a la fecha son menos de veinte las que aún conservan la licencia original.
dar pequeños aperitivos gratuitos y tradicionales entre cerveza y cerveza. Con los años, el término en inglés se modificó, dando lugar a los «centros botaneros», como también se les conoce.
Las cantinas en Querétaro conforman parte de las propias leyendas locales, como las míticas El Águila de Oro, El Puerto de Mazatlán y Centro Fronterizo, donde se presume que se discutió, se planteó y se firmó la Constitución de 1917; cantinas que se encontraban en los alrededores del Teatro Iturbide, hoy Teatro de la República. Según expertos en la materia, El Puerto de Mazatlán es la primera cantina en el estado.
Sin embargo, fue en los años posteriores, sobre todo en 1920, que las cantinas comenzaron a incrementar y de las que se tiene el registro vivo más antiguo. Se sabe que a la fecha son menos de veinte las que aún conservan la licencia original, la mayoría registradas ahora como «Restaurant-Bar», por diversas razones, como la búsqueda de un público más amplio y los cambios que estos espacios han tenido desde su origen. Apenas en 1982 se permitió la entrada de mujeres a las cantinas, y con la llegada del siglo XXI los bares y antros acapararon la atención de los jóvenes y no tan jóvenes, enfrentándose a nuevos modelos de negocio.
Declaración de principios encontrada en la fachada de la cantina La Selva Taurina en el barrio de La Cruz.
Entre los nombres que aún resuenan en la memoria colectiva se encuentrán el 36 Colorado, que estaba ubicado en las calles Libertad y Vergara; el 201, que estaba en 16 de Septiembre y Gutiérrez Nájera; El Imperial, en la esquina de Juárez y 16 de Septiembre; El Globo, en Corregidora y Libertad; El Bohemio, en Ezequiel Montes y Zaragoza; El Aviador, frente a la vieja estación del tren; y la cantina Allá Nos Vemos, en la esquina de Ocampo y Escobedo. Actualmente, ninguna de estas existe, solo el recuerdo y uno que otro volante.
Las cantinas, pese al tiempo, aún persisten como museos que resguardan algo de historia dentro de sí. Fotografías de un Querétaro antiguo en la paradoja de ser pasado y seguir siendo, de personas que recuerdan aquello que fueron y son, de miles de anécdotas contadas en la barra, en la mesa
junto a la rockola, de tomar hasta caer rendido, comer algo para soportar el propio cuerpo, y de hablar con el cantinero para contarle los chismes o las penas, quizá llorarle un poco y proseguir la vida hasta la próxima borrachera.
El Faro
Desde 1920, El Faro dio inicio como un establecimiento de venta de alcohol localizado en la calle 16 de Septiembre, esquina con Gutiérrez Nájera. Fue tres años después, en 1923, que obtuvo la primera licencia estatal en Querétaro, por lo que para muchos se considera, antes que El Puerto de Mazatlán, la primera cantina en la entidad.
No obstante, para la época existían solo dos tipos de licencia, la estatal y la federal, por lo que El Puerto tendría la primera de carácter federal y El Faro la primera estatal. Sea cual sea El Faro aún
Anuncios de época de cantinas tradicionales queretanas; la mayoría extintas. Recopilación hecha por la oficina del cronista de la ciudad de Querétaro.
L. a S. 14:00 a 1:00
T. 442 212 2630
IG. @farocantina
persiste, reconvertido en un espacio que sigue siendo cantina, pero adaptado a un público mayoritariamente joven.
Fundado por don Inés Estrada, El Faro lleva su nombre porque en esa calle, a lo lejos, se vislumbraba la luz del único faro que existía y que guiaba el camino de quienes transitaban la zona a altas horas de la noche (de ahí adquirió el mote). Primero existió como una tienda de abarrotes, que posteriormente se fue transformando en cantina y que ganó popularidad entre los queretanos por la afamada prodigiosa, una bebida elaborada de hierbas y raíces, acompañada de anís, hecha artesanalmente por las hijas de don Inés, Amalia y Margarita Estrada —las que probablemente serían las primeras mujeres bartender del estado.
Este sitio es uno de los referentes locales por excelencia en torno al mundo etílico. Doña Amalia,
Primero existió como una tienda de abarrotes y ganó popularidad entre los queretanos por la afamada prodigiosa, una bebida hecha artesanalmente por las hijas de don Inés Estrada.
Amalita como era conocida, continuó con la tradición del lugar hasta sus 87 años, cuando cerró el establecimiento. En 2014 fue reabierto remodelado, con cambio en el concepto, con un enfoque más artístico, el cual se repleta cada fin de semana. Además de la prodigiosa, que en la actualidad se sirve en diversos establecimientos, hoy en día la bebida de la casa es el farito, un coctel a base de mezcal con refresco de limón y agua de pepino, limón y chía.
Arriba a la izquierda: el fartito, la bebida de la casa.
Al costado: amalita, coctel preparado con prodigiosa, licor de melón, pepino, Tajín y escarchado de azúcar en memoria de Amalia Estrada.
Una de las primeras cantinas de la ciudad de Querétaro, que además fue un sitio concurrido, no solo por la prensa local, sino por abogados y políticos reconocidos de la época.
Arriba a la izquierda: la sangría de la patrona es la bebida de la casa en esta cantina atendida exclusivamente por mujeres.
Arriba: torta ahogada y la tabla de la patrona.
Cantina
La Casa Verde
L. a Mi. 12:00 a 22:00
J. a S. 12:00 a 1:00
Cuauhtémoc 45, Las Rosas, Querétaro, Qro.
T. 442 904 9149
La Casa Verde
La Casa Verde es un baluarte del barrio de Santa Ana instalado originalmente en la calle de Escobedo, esquina con Guerrero, en 1928. Se cuenta que este sitio, en los años sesenta, era visitado por periodistas, fotógrafos y talleristas del Diario de Querétaro.
Con el tiempo, esta cantina fue trasladada a la Otra Banda, donde actualmente se encuentra, en la calle Cuauhtémoc, cerca de la vieja estación del ferrocarril, en el emblemático barrio de El Tepetate.
Lleva cerca de 28 años en este domicilio. Desde entonces, la sangría es parte vital de su consumo, una bebida tradicional de una de las primeras cantinas de la ciudad de Querétaro, y que además fue un sitio concurrido, no solo por la prensa local, sino por abogados y políticos reconocidos de la época.
Con frases como «Patrimonio de la ciudad», La Casa Verde recibe a propios y extraños con la botana del día. Un espacio que, como El Faro, fue adaptándose a los nuevos tiempos, de servir únicamente caldo de camarón o chicharrón con pico de gallo al chamorro y guacamole que ahora se ofrecen como aperitivos, con decenas de fotografías en sus muros para los nostálgicos queretanos y no queretanos, pero que vivieron los años en los que esto aún era un pueblo pequeño y lo más lejano se encontraba en la otrora comunidad de Carrillo Puerto.
Carlos Monsiváis refirió que las cantinas son santuarios errátiles en los que prodigan situaciones patéticas, cómicas, trágicas y melodramáticas, una definición exacta de lo que La Casa Verde representa en la ciudad tras 95 años de existencia, con el barullo aún resonando desde 1928, una sobreviviente y un mundo para aquellos visitantes que gustan de aventurarse más allá del primer cuadro del Centro Histórico.
Don Amado
Hablar de tradición cantinera es remitirse a la llamada zona roja queretana en los años cuarenta, en el Centro Histórico de la ciudad, lugar que dio origen a la cantina La Vida Es Así, fundada por Amado Uribe, la que más tarde sería conocida como la cantina de Don Amado, en su honor.
En 1941, la cervecería La Abejita abriría sus puertas, siendo el primer negocio de Don Amado a sus 19 años de edad, entre La Merced y Zaragoza, zona conocida por los cabarets y centros nocturnos, donde se mantendría hasta 1967, cuando cambió de giro a cantina y se ubicó en la calle Felipe Luna, en el barrio de La Cruz.
Fue a partir de 2008 cuando el establecimiento se colocó en la calle 5 de Mayo, casi esquina con Gutiérrez Nájera, lugar donde aún permanece y en el que se realizan bazares artísticos, lecturas de poesía, presentaciones, en un espacio concurrido por la comunidad artística y universitaria, con esa noble tradición de donar pinturas que son colgadas en las paredes de este recinto sagrado.
Esta cantina es especialista en preparar bebidas como la prodigiosa o las micheladas, atendida por los hijos de Don Amado: Juan, Fidel y Raúl Uribe, así como de los hijos
del primero, Patricio y Juan Antonio, quienes han mantenido a flote, pese a cualquier contingencia, este sitio emblemático.
Don Amado es un paso obligado para cualquier tour cantinero en Querétaro, uno de esos espacios que con el tiempo acrecienta su mito, porque trasciende generaciones y otras historias al interior transcurren y no dejan de hacerlo, acompañadas de un cerveza bien fría y una tostada de pata de puerco para pedir la siguiente ronda.
Izquierda: la michelada de Don Amado.
Esta página: don Juan Uribe muestra una botella de prodigiosa de la casa.
Abajo: comedor del local #139 y taquitos y botanas con un caballito de prodigiosa.
La cantina de Don Amado cuenta con dos locales, uno casi enfrente del otro.
Cantina de Don Amado #139
L. a D. 12:00 a 2:00
5 de Mayo 139,Centro Histórico de la ciudad de Querétaro.
FB. @donamadocantina
T. 442 904 9149
Cantina de Don Amado #116 A
J. a S. 18:00 a 2:00
5 de Mayo 116 A, Centro Histórico de la ciudad de Querétaro.
FB. @donamadocantina
T. 442 904 9149
Don Amado es un paso obligado para cualquier tour cantinero en Querétaro, uno de esos espacios que con el tiempo acrecienta su mito.
Chava Invita será recordado como un emblema citadino, donde tres generaciones distintas vieron crecer este Querétaro.
Chava Invita dice adiós
Acceder como nativo a la historia de las cantinas en Querétaro exige motivos más profundos, sobre todo de quienes viajan al pasado, en lugar de hacia lo lejos. Chava Invita —anteriormente La Góndola, anteriormente La Gota de Agua y anteriormente conocida como El Prado— fue el sitio predilecto de la clase trabajadora, especialmente de los primeros visitantes foráneos que solían rentar en la Otra Banda y encontraban en Chava una manera de no hacer nada, beber y hablar con extraños.
Su origen data de 1944, gracias a Salvador Arreola Silva, don Chava, quien al ser despedido de la primera fábrica estadounidense en Querétaro, Carnation, fue invitado a trabajar a la cantina La Rojeña, entre Independencia y Felipe Luna, por el dueño Ezequiel Romero. A partir de ahí, don Chava aprendió lo necesario y abrió su propia cantina, que no tuvo complicaciones para acrecentar su clientela. El sitio fue legado a su hijo Salvador Arreola Hernández y posteriormente al nieto de don Chava, Salvador Arreola González.
El nombre deriva de una vieja tradición de don Chava, quien al cerrar la cuenta de sus clientes invitaba otra ronda por cortesía de la casa, lo que lo hizo popular entre la gente. El sitio cerró en 2020 derivado de la pandemia de coronavirus, tras 76 años de servicio. Su adiós trascendió entre una diversidad de personas, quienes rememoraron anécdotas al interior, como cuando se cayó el techo por completo, tras una fuerte lluvia. Chava Invita será recordado como un emblema citadino, donde tres generaciones distintas vieron crecer este Querétaro, del cual no se sabe hasta dónde llegará. Actualmente, el sitio se llama El Prado 33, en alusión a uno de los tantos nombres que esta cantina tuvo en su haber.
El Gene
Localizada frente a la antigua estación del ferrocarril, en un cuadrante urbano con fuerte tradición cantinera, este sitio cuenta con sesenta años de existencia; recomendamos probar la sangría del patrón —una bebida preparada con vino y cuatro licores— y, los viernes, el chamorro que dan como botana.
Sus muros adornados por fotografías de la emblemática actriz Marilyn Monroe resguardan décadas de tradición sirviendo sus bacinicas, una bebida hecha a base de vino o cerveza con una serie de licores añadidos. En su entrada, como vestigio de otra época, todavía se lee un letrero que prohíbe la entrada «a menores de edad y uniformados».
Avenida Universidad 18, Centro.
El Rinconcito
Esta «cantina al aire libre» ostenta el título de la capital mundial de las quesadillas con copete, un platillo imprescindible para quienes acudan a pasar una tarde en ella. Está ubicada a unos pasos de la Plaza del Mariachi, en la intersección de avenida Universidad y 5 de Febrero. Río Ayutla 104 bis, La Piedad.
esta cantina con talante taurino ofrece una variedad de platillos como botana, entre los que destacan su carne tártara y chamorro.
Alfonso García Robles 1, Alameda.
Bar de Cortés
Bar Olé Fuera del Centro Histórico, localizada en la colonia Alameda,
Pese a su reducido tamaño, los muros de este sitio siempre tienen espacio para obras y murales de artistas queretanos, lo que hace una combinación singular entre tragos, música y artes plásticas —como, por ejemplo, el mural de Mia Wallace detrás de su barra. Sugerimos probar sus micheladas y el caldo de camarón.
Otras cantinas tradicionales y qué pedir en ellas
Festival del Vino Queretano + Vino Fest
Este mes, Querétaro contará con dos festivales que tienen al centro a los productos vinícolas. El primer fin de semana, el 7 y 8 de octubre, se celebrará en el Centro de las Artes de Querétaro la tercera edición del Festival del Vino Queretano en la ciudad, un evento realizado por el Clúster Vitivinícola con la intención de dar a conocer la oferta enoturística y a los representantes de la vitivinicultura en el estado, mediante muestras gastronómicas, degustaciones, conferencias, actividades culturales y venta de vino, queso y artesanías de la región. También, del 20 al 22 de octubre, en la Hacienda Los Cues se realizará el Vino Fest, un evento que contará con pabellón de vinos nacionales e internacionales, catas de vinos, quesos, chocolates y puros, pisado de uvas y talleres culturales, entre otras actividades.
Hacienda
Los Cues
Cultura
UN PAISAJE PARA VESTIR
La tradición artesanal textil en Querétaro es una herencia viva que no solo es historia, sino también es un presente de imaginación que dibuja los cerros, las flores, los campos y los animales del semidesierto y los bosques del estado.
Ana Karina Vázquez Muñecas Tenchita de Tolimán, Qro.Doña Elia Ramírez sostiene una lanzadera en un telar tradicional en la comunidad de San Martín, Colón, Qro.
Horas y horas de urdir, de combinar colores, técnicas para tejer, enredar los hilos hasta darles forma y color, convertir la lana, la tela, iluminar el cuadrillé a puntadas y darles sentido, volverlas abrigo, vestidos de gala: vestir identidad. Hay una constante en las distintas tradiciones de textiles artesanales en el estado. Se trata de aprendizajes heredados entre mujeres cuando hablamos de bordados como los que se hacen en Tolimán y Amealco. La cosa cambia cuando hablamos de la lana que caracteriza a Colón y a Bernal, en Ezequiel Montes, pues ahí, hombres y mujeres por igual aprenden a usar los telares para confeccionar prendas de abrigo que en su momento les servirán para las largas jornadas de pastoreo por las mañanas durante los meses más fríos del año.
Tolimán, la reafirmación de una identidad
Al norte, entre las montañas que conducen a las entrañas de la Sierra Gorda, las manos de las mujeres de Tolimán se han dedicado no solo a preservar la vestimenta tradicional de gala que se usa en festividades especiales, sino ahora también a difundirla.
Es el caso de Hortencia Jiménez, creadora de la muñeca Tenchita, que viste una blusa de randa, con un bordado delicado a mano y es cubierta con un quexquémetl —una prenda superior que antiguamente era elaborada con seda—, una falda negra con listones bordados en lo bajo al estilo «camaroneado», por las formas semicirculares que mantienen, y, debajo, una enagua de labor, también con bordados.
La muñeca se ha convertido en un símbolo del orgullo de la tradición otomí y se ha vuelto portavoz de la cultura de la región tanto en pasarelas de textiles como en las aulas del municipio de Tolimán.
La muñeca se ha convertido en un símbolo del orgullo de la tradición otomí y se ha vuelto portavoz de la cultura de la región tanto en pasarelas de textiles como en las aulas del municipio de Tolimán, en las que, a través de talleres, se ha enseñado a las mujeres, jóvenes y niñas el
significado de la vestimenta y las técnicas de bordado que caracterizan al traje regional.
No solo las agujas y los hilos que delinean a colores las prendas del traje caracterizan a las manos artesanas de Tolimán, sino que también elaboran vestidos y blusas con técnicas como la burgalesa y el deshilado. Días y hasta varias semanas en las que las mujeres se dedican a crear diseños únicos con la tela se ven reflejados en los resultados finales. Las figuras no son casualidad, pues es posible encontrar rombos que representan los cuatro puntos cardinales, flores de la región o hasta las montañas mismas que rodean a las comunidades del municipio: un paisaje para vestir.
Aunque desde hace siglos las artesanas llevan trabajando en las prendas que utilizan para ocasiones especiales —como las festividades de la diosa del Agua, la tortuga Xajay, en las que se festeja al santo patrono de Tolimán, san Pedro, o las de san Miguel Arcángel y La Purísima Concepción—, ha sido una práctica que se ha convertido también en una investigación de las raíces, la reafirmación de la
identidad entre las mujeres mayores y las niñas. Algunas veces, por influencia de las madres, se han dado casos en los que los hombres también han aprendido a bordar.
Hortencia es fundadora de la tienda del Grupo de Artesanas MaBu'i, que en otomí significa «mi origen», o «mi lugar»; ahí, ella, junto con otras mujeres, se ha dedicado a la elaboración de Tenchitas, y también a ofrecer productos que elaboran de manera artesanal, como jabones, miel de la zona y cremas con hierbas basadas en la medicina tradicional,
aunque el producto principal es la ropa única.
Tenchita es la embajadora que viste de gala como las mujeres de Tolimán, sin embargo, representa también las manos trabajadoras y creativas de cada una de ellas, quienes continúan laborando en sus casas, después de terminar con sus tareas del hogar, en inventar diseños y bordar con colores. Piensan solo en eso; las horas en las que crean son solo suyas.
Andador Abasolo, Tolimán, Qro. · T. 442 111 4322
FB. Grupo de artesanos Ma-Bui
Aunque desde hace siglos las artesanas llevan trabajando en las prendas que utilizan para ocasiones especiales, ha sido una práctica que se ha convertido también en una investigación de las raíces.
Ambas páginas: la señora Joaquina Reséndiz elabora y muestra un tejido Randa.
Colón, el cobijo de lana
Un poco más hacia el sur, en la comunidad de San Martín, en el municipio de Colón, Elia Ramírez Gutiérrez es heredera de la tradición de telar —por parte de su padre— y del tejido en crochet —por parte
de su madre. Ambos aprendieron el oficio y las técnicas del proceso de la lana desde la obtención de sus propias borregas, para luego limpiarla y tratarla hasta convertirla en hilo.
Hoy la tradición sigue viva, puesto que Elia está enseñando el oficio a su hija, que ya añade su propio
toque a los diseños incorporando aplicaciones. Los tintes que utilizan siguen siendo naturales, así como las grecas y los tejidos tradicionales que adornan los jorongos y los rebozos, que preparan desde la primavera como preámbulo para abrigarse en el invierno.
Elia cuenta que el sustento de su familia —conformada por nueve hermanos— siempre estuvo apoyado por la elaboración del trabajo artesanal. A diferencia de los bordados, el tejido en lana no se ha limitado para hombres o para mujeres; incluso las construcciones de los telares han sido modificadas para el acceso de ambos. Para ella, el telar y el gancho del crochet le han traído independencia económica y libertad creativa, pues sabe que los productos artesanales compiten con un sinfín de prendas elaboradas en serie, pero que no tienen alma.
Las aplicaciones de crochet en telas como mezclilla y la inclusión de pedrería en los diseños tradicionales de lana son parte de los aportes que ella ha hecho para dejar su propio sello. Además, ha investigado y continúa aprendiendo en las maneras de tratar la lana para lograr tejidos más finos y ligeros, y que a la vez mantengan los procesos tradicionales de tejido y algunos diseños, preservando la calidez del material.
Actualmente, es posible encontrar las creaciones de Elia, su hija y sus compañeras en el parador turístico Jardín el Canto del Cenzontle, en la entrada a la comunidad de San Martín, rumbo a Bernal. Además de un buen abrigo en lana y creaciones en crochet, los fines de semana también ofrecen gastronomía típica de este pueblo minero.
Los bordados de Amealco
«Las personas que elaboran artesanías no solo dejan un pedacito de sí mismas en cada pieza, también el corazón», asegura Javier García, artesano de Amealco y fundador de Artesanías Badú. Cada diseño es único y se distingue por reflejar la flora y la fauna de los bosques amealcenses en las distintas prendas que son confeccionadas, sobre todo, por las mujeres bordadoras.
Conejos, venados y pájaros adornan las mexhmes, o «servilletas bordadas», pero también los cuellos de las blusas y las camisas de los hombres. Grecas, figuras de los cerros y las plantas de los bosques se pueden encontrar en las telas que hoy se bordan y que suelen ser mantas o cuadrillé.
Javier reconoce que la actividad del bordado ha sido considerada solo para las mujeres, sin embargo, señala que es una idea que poco a poco se está cuestionando, pues con el tiempo y el reconocimiento que el trabajo artesano ha ganado los hombres se han ido involucrando cada vez más en las creaciones.
El caso de la muñeca Dönxu es un ejemplo, pues cuenta que, cuando las mujeres la elaboran, los hombres se involucran en actividades como el corte de las partes del cuerpecito o el relleno que conforma su interior.
La tradición no detiene la versatilidad y la necesidad de innovar, como en el caso de Hortencia y de Elia, Javier y sus compañeros buscaron la manera de ampliar la gama de productos artesanales que ofrecen: desde enero comenzaron a fabricar tenis completamente cubiertos con los bordados tradicionales de Amealco, cuya elaboración puede llevarles hasta dos semanas.
Artesanías Badú
Artesanías Badú
Carr. Amealco - San Ildefonso km 17, Amealco, Qro. · T. 442 111 4322
FB. Artesanías Badú
IG. @artesanias.badu
Javier reconoce que la actividad del bordado ha sido considerada solo para las mujeres, sin embargo, señala que es una idea que poco a poco se está cuestionando.
Tolimán Colón
La convivencia entre el pasado y el presente es una constante en la artesanía queretana que busca aprender de su historia, resistir en su presente y mirar hacia el futuro, a través de la innovación y de compartir su visión del trabajo manual con las nuevas generaciones para preservarla.
El abrigo que brindan con sus prendas va más allá del fisiológico, puesto que también aborda una cuestión de pertenencia, en la que
el cobijo demuestra las raíces con dignidad, paciencia y persistencia. Elia, Hortencia y Javier saben que existen máquinas que producen prendas en serie y que tratan de imitar los bordados o que buscan la premura en la elaboración, sin embargo, prefieren el detalle y el trabajo en equipo.
Los conocimientos de la artesanía textil queretana tienen como cualidad compartir experiencias y apoyo mutuo. Las
Trajes típicos de los municipios tejedores de Querétaro.
Amealco
San Ildefonso Tultepec
tiendas Ma-Bu'i y Badú son el resultado del trabajo colaborativo entre personas de las comunidades que cuentan con habilidades diversas, y, en el caso de Elia y el Taller Mariposas de Seda, una búsqueda por compartir las herramientas del telar con más personas, para así también apoyar a las economías familiares de la comunidad.
Los conocimientos de la artesanía textil queretana tienen como cualidad compartir experiencias y apoyo mutuo.
Tenis artesanales y otros tejidos y bordados en la ciudad de Querétaro
Consigue este original calzado (elaborado por Artesanías Badú) en el Centro Histórico de Querétaro. Encuéntralos, junto con otros tejidos y bordados artesanales de los municipios del estado, en el Centro de Desarrollo Artesanal Indígena.
Tenis artesanales
IG. @tenis.artesanales
Centro de Desarrollo
Artesanal Indígena
10:00 - 18:00
Ignacio Allende Sur 20, Centro Histórico de la ciudad de Querétaro. Marea BravaSickparches, dar sentido al «hazlo tú mismo»
Blanca H. VelázquezUn parche es un trozo de material flexible y resistente que se pega sobre una superficie para reparar una rotura, evoluciona y se convierte en un artículo textil, un complemento identitario o una declaración de convicciones estéticas y políticas definidas. Esto resuena en la frase que circula por las redes: «En la era del consumo, reparar es un acto de rebeldía», y es lo que la vasta trayectoria textil de Violeta Arciga, creadora de la marca Sickparches, revela a través de
la generosa narración sobre el camino que ella misma ha creado hacia su visión de bordado contemporáneo.
«Yo crecí, nací y vivo en el barrio más antiguo de la ciudad, que es el barrio de San Francisquito. Entonces todo lo que nosotros hemos absorbido ahí es supermulticultural y también herencia de una creencia de fe.»
Sobre el primer acercamiento al bordado y la agencia de la práctica recuerda, con énfasis en la disciplina que esta requiere:
—De donde yo vengo la gente es bordadora; mi abuela nos enseñó a bordar por una cuestión económica, proporcionándonos una herramienta para sostenernos en algún momento. Además, mi mamá es conchera (hay tejedores entre los concheros) e invitaba a unos amigos que siempre llegaban a casa con escudos gigantes bordados con chaquira, ni una fuera de lugar, todo perfecto, uno de ellos me enseñó a tejer con chaquira, así tuve ese contacto con lo textil, no fue por ver algo en un museo o en una revista. También me gusta la música punk, creo que es una de las partes fundamentales de mi convicción personal, esta cultura me orilló a hacer las
cosas por mí misma, a no tener miedo. Dejé de bordar un tiempo hasta que un amigo que tiene una banda de punk me pidió que replicara la portada de su disco en parche, a partir de ahí ya no solo era una pieza, eran dos, tres, cuatro.
Su labor de enseñanza se concentra tanto en el barrio de San Francisquito como en diversos espacios culturales del estado:
—Cuando empecé realmente en Sick me costó trabajo porque no me abrían las puertas de ningún espacio por venir de un barrio. En esta búsqueda de un lugar para impartir los talleres me invitaron a Board Dripper. Trabajando ahí vi muchas situaciones
—De donde yo vengo la gente es bordadora, mi abuela nos enseñó a bordar por una cuestión económica, proporcionándonos una herramienta para sostenernos en algún momento.
que también ocurrían en mi entorno; entonces pensé: ¿si ellos lo pudieron hacer, porque nosotros no podemos implementar esto? Al mismo tiempo, involucrarme con la Asamblea de San Francisquito dando talleres gratuitos me permitió afirmar que tengo la capacidad de ayudar a alguien, quizá no a sacarle de una situación de violencia, pero sí dándoles un momento de libertad, porque las agujas y los hilos permiten un diálogo de cosas que no puedes decir con palabras ni expresar físicamente.
A través de distintos momentos en su trayectoria, enlista una serie de obras que la han llevado a experimentar con la materialidad y las posibilidades de esta práctica:
—Me di cuenta de que no solo necesitaba un bastidor circular y un pedazo de tela, que las puntadas las hacía desde lo que transmitían o lo que me hacían sentir. Para ciertas cosas sí utilizo una técnica pero lo otro es algo de meter hilos, sacar hilos, hacer nudos nuevos, enroscar, atorar. Y entonces eso le da otra perspectiva. El bordado deja de ser algo que se ve «bonito». En el proceso de descubrir otras superficies empiezo a trabajar sobre papel, hacer emulsiones con plantas, revelar con el sol, transferencias de imágenes, a jugar con todo lo que me rodea, a crear una nueva forma de bordarme, mas no de bordar; creo que en ese proceso de explorarme yo me estaba bordando, yo me estaba identificando.
Regresa a Querétaro una edición más de este festival musical que se ha convertido en una de las más relevantes ofertas de entretenimientos. Este año, el festival se llevará a cabo en el Autódromo de Querétaro, en el municipio de El Marqués, y contará con la participación de artistas y grupos como The Flaming Lips, Evanescence, Capital Cities, Siddhartha, entre otros.
Autódromo de Querétaro
7 de octubre
GUADALUPE VALLEJO
«Me he encontrado en los hilos»
Donna Oliveros
Guadalupe Vallejo mira al fotógrafo que la retrata en su telar. Su frente está coronada por una trenza cuidadosamente tejida en la que se asoman algunas canas. Viste una blusa de manta bordada y un collar de ámbar que acentúa el marrón de sus ojos. Mientras posa, recuerda aquella vez que Rosario Sánchez de Lozada la retrató junto a su esposo e hijo.
«Rosario era hermana de mi madre», dice la artesana después del ¡clic! de la cámara, pero sin abandonar la postura pétrea para la siguiente foto. Cuenta que su tía fue una famosa retratista queretana, en cuya obra se asoman los rostros de figuras como el poeta Efraín Huerta, la pianista Esperanza Cabrera y una infinidad de queretanos del siglo XX; pero ella no fue la única artista de la familia. Su abuelo fue un fotógrafo y teatrero aficionado, y su abuela encontró en el bordado su pasión.
—La historia de los textiles está en mi vida familiar desde hace muchísimo tiempo —dice la artesana con una sonrisa que le ilumina el rostro y… ¡clic! el fotógrafo por fin logra la toma.
Guadalupe es una artesana queretana de 72 años, aunque lleva apenas una década en esta labor, asegura que el trabajo manual con los textiles ha estado latente en ella.
El teñido con pigmentos naturales extraídos artesanalmente es uno de los elementos distintivos del trabajo de Guadalupe Vallejo.
—Mi madre se dedicó a la costura, tuvo su máquina de coser toda la vida. Al año de casados, mi papá se la compró, así es que todos crecimos alrededor de la máquina de coser, rodeados de telas, moldes e hilos.
Guadalupe cuenta con su propio taller. Se ubica en una de las calles más concurridas del Centro Histórico de Querétaro, ahí ella escribe con hilos, la urdimbre es su hoja en blanco: «no por nada al textil se le vincula con lo textual».
Su taller pasa casi inadvertido detrás de un antiguo portón de madera que, al abrirse, conduce hacia un patio sombreado por un frondoso chirimoyo. Sus telares ocupan todo un piso del edificio, el más grande mide 1.2 metros de ancho por 1.8 de alto. Lo construyó su profesor, un artesano guanajuatense que conoció en el Instituto Allende y quien la introdujo en diferentes técnicas textiles.
Una labor en peligro
Guadalupe cumple este 2023 su primera década como artesana del textil. Antes de eso, estudió contaduría, psicología, y luego trabajó en oficinas de gobierno. Cuando se jubiló, regresó al mundo textil artesanal, donde su madre y abuela habían permanecido; para ella, el olor de algunas telas aún la transportan a cuando su mamá confeccionaba vestidos de novia basándose en los diseños de las revistas de costura europea.
—Mi madre se dedicó a la costura, tuvo su máquina de coser toda la vida. Al año de casados, mi papá se la compró, así es que todos crecimos alrededor de la máquina de coser, rodeados de telas, moldes e hilos.
—Mientras criaba a nueve niños, mi mamá cosía y cosía de todo, desde las cosas de la casa hasta vestidos de alta costura. Vistió a muchas novias de Querétaro y cobró fama de ser muy perfecta en los acabados, le llevaban los modelos que aparecían en revistas francesas y ella los reproducía sin que nosotros sepamos bien quién le enseñó a hacerlo —recuerda con una sonrisa.
Dueña de su tiempo, Guadalupe un día vio el anuncio de un encuentro nacional de rebozo en la Ciudad de México y no dudó en asistir. Recuerda que acudieron artesanos de todo México y gente conectada con fábricas textiles del país; aquello era un mundo de colores y bordados, pero una dura realidad yacía entre las prendas tejidas: cada vez menos jóvenes seguían los pasos de sus padres y abuelos, la piratería de los diseños iba en aumento, el regateo y la falta de espacios habían ido mermando las ventas, muchos preferían migrar de sus comunidades a las ciudades para emplearse en otros sectores más redituables.
—Más que fascinarme, me preocupó. La gente hablaba de cómo se estaba perdiendo la tradición. Los artesanos decían: «sí, allá en la comunidad está doña fulanita, pero ya tiene 80 años y es la única que tiñe». Los de las fábricas de hilados contaban que ya no producían como antes, ahora tenían que esperar a que se juntara el pedido para echar a andar la fábrica o la línea de producción. Cuando en el pasado, las máquinas no paraban de trabajar porque toda la gente tejía. Después de escuchar todas esas historias, decidí que no quería morir sin saber qué y cómo se hacía. Empecé a buscar dónde aprender, y encontré un taller en San Miguel de Allende de tejido tradicional mexicano.
Hilos de historia
El tejido está estrechamente relacionado con la cotidianidad de las comunidades, hombres y mujeres se vinculan en la labor por igual, asegura Guadalupe; desde la esquila o cosecha del algodón e hilado hasta la elaboración del tejido. La práctica también está ligada con su cosmogonía: «ellos creen que se visten con la naturaleza», asegura Guadalupe, y no solo se refiere al material con el que están hechos los textiles, sino también al teñido.
En Oaxaca existe un pueblo llamado Teotitlán del Valle donde la gente conserva un profundo conocimiento sobre la pigmentación natural de textiles. Muchos de ellos han cruzado el país para compartir estos saberes, Guadalupe los conoció en San Miguel de Allende y aprendió a usar técnicas de más de mil años de tradición zapoteca, gracias a ello sabe extraer pigmentos de plantas como el jiquilite, al que llaman «oro azul» en Oaxaca, y el muicle, ambas nativas de México.
—El muicle es una planta que aprecian mucho en Oaxaca porque tiene propiedades, desde curativas hasta espirituales. La gente incluso la pone en sus casas para que los espíritus malos no lleguen. Y como tinte es maravilloso, saca unos colores preciosos, combinado con el añil (extraído del jiquilite), saca un azul divino.
La artesana aprendió a usar la grana cochinilla, un colorante de rojo intenso que se obtiene de los cuerpos secos de un insecto parasitario del nopal, Dactylopius coccus, que comenzó a ser utilizado por los mixtecos en códices y para decorar vestimentas y objetos ceremoniales. Este tinte logró gran popularidad en el virreinato, llegó incluso a competir con los pigmentos europeos y no solo fue utilizado para teñir la ropa de
—Más que fascinarme, me preocupó. La gente hablaba de cómo se estaba perdiendo la tradición. Los artesanos decían: «sí, allá en la comunidad está doña fulanita, pero ya tiene 80 años y es la única que tiñe».
reyes, nobles, miembros del clero o para artesanías y tapices, también llegó a la paleta de grandes pintores de los siglos XVI al XIX, como Caravaggio, Rubens, Rembrandt y Van Gogh.
La aparición de tintes artificiales mermó el uso de pigmentos naturales, casi al punto de su desaparición; pero gracias al impulso de los mismos artesanos —quienes difunden sus aspectos históricos, culturales, ambientales, técnicos y económicos— es que los tintes han retomado popularidad en los últimos años. Guadalupe los usa, y asevera que ha convertido su cocina en un laboratorio donde extrae pigmentos de frutas como la granada, zapote negro, limón, aguacate y moras. También hace tintes con cebolla morada, achiote, nogal, col morada, cúrcuma, así como hojas, tallos y cortezas de plantas que encuentra en su camino. En este proceso, Guadalupe asevera que se puede crear una firma, al punto que es posible distinguir la autoría entre los artesanos:
—Por ejemplo en San Mateo del Mar, Oaxaca, que es un lugar donde hacen un tejido muy fino, hay familias que cuentan con sus propios diseños, y la gente que ya sabe, reconoce a qué familia pertenece cierto huipil y se respeta la autoría. Lo mismo ocurre con los colores; un maestro de Teotitlán del Valle me dijo que había colores que no podían usar porque pertenecían a otras familias que habían hecho sus experimentos
Sobre su labor, dice que esta le ha permitido «tejer» relaciones e «hilar» reflexiones sobre el valor cultural de su oficio. Ella ha llevado sus piezas a museos y galerías, en las que demuestra que una prenda tradicional puede ser considerada arte.
hasta que lograron ese pigmento. Es muy difícil llegar al mismo tono en los tintes naturales porque influye todo, hasta la luna y el momento en que se corta la planta. Es muy difícil igualar los colores. Y entonces cuando una familia logra documentar cómo llegaron a tal o cual color, les pertenece porque ellos hicieron todos los experimentos.
¿Artesanía o arte?
La artesana crea madejas de metáforas sobre su labor, dice que esta le ha permitido «tejer» relaciones e «hilar» reflexiones sobre el valor cultural de su oficio. Ella ha llevado sus piezas a museos y galerías, en las que demuestra que una prenda tradicional puede ser considerada arte, y por su factura, coleccionarse y conservarse por varias generaciones, como lo ha hecho con el bordado de su abuela y los tejidos de otros artesanos.
Un tejido contiene la subjetividad del artesano, y se puede intuir incluso su personalidad en la tensión de los hilos, asegura. «En las piezas se imprime el sentimiento desde el momento en que se seleccionan los colores, y en el mismo proceso se experimentan muchas cosas, los hilos te hablan, por lo que si estás tensa no quedan; así que tienes que sentarte, concentrarte, relajarte y meterte en lo que estás haciendo.»
En su taller no solo cuenta con telar de pedal, también tiene uno de cintura y otro de mesa, que utiliza según el grosor del hilo y el tamaño de la indumentaria que vaya a elaborar; desde gabanes, huipiles, rebozos y quexquémetl hasta tapetes, caminos de mesa y otros textiles de ornato.
Cualquiera que sea la pieza, asegura, el proceso se convierte en todo un ritual que llama al silencio y a la introspección. Esos momentos creativos le han permitido ampliar sus horizontes y explorar otras técnicas utilizando fibras naturales como hojas de maíz, ixtle, henequén, fibra de coco, bambú, carrizo, «todo lo que pueda entretejer, lo voy combinando».
Querétaro, tejidos y no al regateo
«Me he encontrado en los hilos», dice Guadalupe con una sonrisa, y asevera que siempre es un gusto para ella abrir las puertas de su taller, para que otras personas se adentren a su mundo, conozcan su complejidad y revaloren el tejido artesanal. A diez años de iniciar su camino en esta labor, asegura que continúa aprendiendo.
En la ciudad suele visitar la Casa Queretana de las Artesanías, que concentra una muestra significativa de lo que se hace en los 18 municipios, para encontrar inspiración, pero sin duda el lugar preferido de Guadalupe es el Centro Artesanal de Desarrollo Indígena, donde tiene oportunidad de dialogar directamente con artesanas que viajan desde zonas indígenas de Amealco, Cadereyta y Tolimán para vender sus creaciones. El lugar, ubicado en Allende Sur 20, se presta para el intercambio de saberes y la reflexión sobre la situación actual del sector; preocupa principalmente el plagio y la entrada al país de productos que generan competencia desleal y afectan la producción artesanal.
El precio de los productos hechos a mano hace que la gente prefiera adquirir prendas industriales sin reparar en el impacto de su consumo cultura, económico y ambiental, o recurrir a la mala práctica del regateo. Sobre esto, Guadalupe recomienda acercarse al proceso de elaboración de los textiles tradicionales para que conozcan la complejidad que existe detrás de cada pieza antes de intentar bajarle el precio: «¿serían capaces de hacer lo que van a comprar? Y, si es así, ¿en cuánto lo venderían?».
Detrás de cada textil artesanal hay muchas manos, historia y tradición que vale la pena conocer, revalorar y preservar, reitera Guadalupe, e invita a la gente a reencontrarse entre los hilos de su cultura.
El penúltimo fin de semana, Querétaro será sede de la experiencia Burden, carreras con obstáculos en diferentes modalidades: 3 kilómetros de fitness racing, con diez estaciones funcionales sin obstáculos, y trails de 5 y 10 kilómetros, con dieciocho y veintitrés obstáculos, respectivamente. Mayores informes en su página web: burden.mx
Juriquilla, Querétaro
21 y 22 de octubre
El paraíso perdido o De las cantinas que ya no existen
Manuel NaredoDecía el poeta Salvador Novo que eran «templos de dos puertas», refiriéndose a esas típicas hojas de madera, sujetas por bisagras, que al empujarlas se obliga a su desplazamiento hacia un mundo distinto, único, ausente de la realidad de sus afueras. Las cantinas tradicionales, las de unas pocas mesas y una gran barra, las de la botana y los muros recargados de imágenes, son un espacio único donde «se remojan las ideas».
Querétaro tuvo siempre cantinas tradicionales, muchas de ellas asociadas a la desaparecida «zona roja» de la ciudad, a espaldas del templo de la Merced. Algunas se extinguieron con el paso del tiempo, pero los recuerdos entre sus parroquianos aún prevalecen.
Tan importantes han sido siempre para los mexicanos, y para los queretanos en particular, que, se dice, en una de ellas —El Puerto de Mazatlán llamada— se discutieron los artículos que habrían de conformar nuestra Constitución vigente, pues los constituyentes preferían sus mesas y sus bebidas espirituosas a la frialdad de los salones de sesión y del mismo Teatro Iturbide, justo enfrente del establecimiento. Ese fue el nombre que, años más tarde y ya cuando la original había sido consumida por otro tipo de establecimientos, le puso don Ricardo Avendaño a la tienda de pueblo, y cantina por supuesto, que instaló, en 1925, en una de las más emblemáticas esquinas de La Cañada.
Ahí, justo enfrente del edificio que albergaría por muchos años a la presidencia municipal de El Marqués, y con don Ramón, el hijo de don Ricardo, al timón y tras la barra, se distribuyeron las inolvidables prodigiosas, cuyos beneficios eran tan notorios que el mítico entrenador de fútbol Óscar Urquiza iba regularmente por una buena cantidad de ellas para vigorizar a sus pupilos antes de algún partido importante. A El Puerto de Mazatlán, recientemente cerrado tras la muerte de don Ramón, llegaron como clientes lo mismo un presidente de la República —Carlos Salinas de Gortari— que varios gobernadores.
Tan importantes han sido siempre, que, se dice, en una de ellas se discutieron los artículos que habrían de conformar nuestra Constitución vigente.
Otra cantina legendaria fue El Cortijo de Don Juan, fundada por don Juan Peñaloza en 1947 y adornada muchos años con la presencia del popular Botas, taurino de cepa como el propietario y personaje imperdible del Querétaro del pasado siglo. Tras sus inicios en la zona roja, el establecimiento se instaló en los bajos de la mítica Casa de Don Bartolo, hoy oficinas centrales de la Secretaría de Educación, y luego en el Jardín Corregidora, donde vivió sus mejores y más multitudinarios momentos durante el mundial de fútbol de 1986, cuando fue tomada por los alemanes como centro de reunión. Con el tiempo desaparecería del Centro Histórico, pero su descendencia se ubicaría en Carrillo Puerto.
Vecino de El Cortijo, el famoso Monte Casino contó con el atractivo de servir cerveza de barril. El establecimiento, ubicado en la esquina de Pasteur y Libertad, en plena Plaza de Armas, fue fundado por la señora Baldomero Durán, y posteriormente pasaría a ser administrado por sus hijos, Agustín primero y Antonio después, y antes de trasladarse a la colonia Niños Héroes sirvió hasta de set cinematográfico, pues ahí se rodó alguna de las escenas de la película El hombre de la mandolina.
Don Chava ArreolaHernández, el iniciador del negocio tras su despido de la fábrica Carnation, se inventó la llamada «rifa del pollo», consistente en otorgar un pollo rostizado tras un sorteo entre sus numerosos clientes.
La Casa Verde, por su parte, estuvo ubicada en la esquina de Escobedo y Guerrero, en el Centro Histórico queretano, antes de trasladarse a la calle de Cuauhtémoc. Aquella vieja cantina, fundada en 1928, fue el escenario, entre otras cosas, de cotidianas reuniones de reporteros que ahí trasladaban, aprovechando la cercanía del Diario de Querétaro, su sala de redacción. Aquel lugar, con paredes tapizadas entonces con fotografías de esculturales mujeres, albergó la franca charla de periodistas de la talla de don José Guadalupe Ramírez Álvarez, don Rogelio Garfias o don Luis R. Amieva, todos ellos ya desaparecidos.
Chava Invita, por su parte, la famosa cantina queretana que hasta hace pocos años se mantenía frente a la vieja estación del ferrocarril, en la calle Héroe de Nacozari, esquina con Cuauhtémoc, tuvo su antecedente en otra llamada La Rojeñita, que se ubicaba a un costado del templo El Calvarito, en el barrio de La Cruz. Ahí don Chava Arreola Hernández, el iniciador del negocio tras su despido de la fábrica Carnation, se inventó la llamada «rifa del pollo», consistente en otorgar un pollo rostizado tras un sorteo entre sus numerosos clientes.
La Góndola, El Gato Montés o Waterloo son algunos nombres de cantinas igualmente desaparecidas en Querétaro, a los que habrían de añadirse los de un buen número de pulquerías, como El K.CH.T., La Ametralladora, La Nueva Lucha, La Feria de las Flores o Todos Contentos, fundadas en las décadas de los cuarenta y cincuenta del pasado siglo.
Todas forman parte de ese «paraíso perdido» que aliviaba males del alma y donde tenían prohibido aparecer las mujeres y los uniformados.
Una noche feliz en mi existencia
La compañía Unidos Tango tiene preparada una velada espectacular en el Museo de la Ciudad de Querétaro a mediados de este mes: Una noche feliz en mi existencia. Sobre la presentación han dicho: somos tantas personas en este planeta, imagina que el tiempo, el lugar, las circunstancias y la pasión te hagan coincidir con alguien en un instante mágico de conexión y armonía... ¿Qué es todo aquello que podría suceder?
Martes 17 de octubre
Recepción: 19:30
Función: 20:00
Entrada: $200
T. 442 127 2933
Museo de la Ciudad Guerrero Norte 27, Centro
Histórico de la ciudad de Querétaro, Qro.
FB. Compañía Unidos Tango
IG. @unidostango
Museo de la Ciudad
17 de octubre
Centro Histórico de Santiago de Querétaro
Centro Histórico de Santiago de Querétaro
Sitios de Interés
Acueducto
Acueducto
Aud. Josefa Ortiz de Domínguez
Aud. Josefa Ortiz de Domínguez
Cerro de las Campanas
Cerro de las Campanas
Delegación Centro Histórico
Delegación Centro Histórico
Antigua Estación del Tren
Antigua Estación del Tren
Mirador de los Arcos
Mirador de los Arcos
Patio Barroco
Patio Barroco
Panteón y Recinto de Honor de Personas Ilustres de Querétaro
Panteón y Recinto de Honor de
Personas Ilustres de Querétaro
Teatros
Centro Cultural de la Ciudad
Centro Cultural de la Ciudad
Cómicos de la Legua
Cómicos de la Legua
Corral de Comedias
Corral de Comedias
Teatro de la República
Teatro de la República
Teatro Sol y Luna
Teatro Sol y Luna
Templos
Catedral
Catedral
Convento de la Santa Cruz
Convento de la Santa Cruz
Templo de Santa Clara
Templo de Santa Clara
Templo de Santa Rosa de Viterbo
Templo de Santa Rosa de Viterbo
Museos
Casa de la Zacatecana
Casa de la Zacatecana
Museo de Arte
Museo de Arte
Museo de la Ciudad
Museo de la Ciudad
Museo del Cerro de las Campanas
Museo del Cerro de las Campanas
Museo de la Restauración
Museo Regional de Querétaro
Galería Municipal
Galería Libertad
Museo de los Conspiradores
Museo de los Conspiradores
Museo de Arte Sacro
Museo de Arte Sacro
Museo de Arte Contemporáneo
Querétaro
Casonas
Área de Casonas
Área de Casonas
Casa de don Bartolo
Casa del Corregimiento
Palacio de Gobierno
Casona de los 5 Patios
Plazas
Jardín de la Corregidora
Jardín Guerrero
Jardín Zenea
Plaza de Armas Plaza de la Constitución
Zona de monumentos históricos de Querétaro
Iconografía
Servicio
Ocampo
16deSeptiembre
G. Prieto
Ocampo
Río de la Loza Orquídeas Hidalgo A.Peralta
Matamoros Madero Progreso
Arteaga
16deSeptiembre J.García
Mercado de La Cruz Dr.Lucio
Cajón de estacionamiento para Persona con discapacidad
Parada de autobús accesible
Baño accesible
Personas con discapacidad motriz Accesible sin di cultad
Personas con discapacidad motriz Accesible con di cultad
Personas con discapacidad motriz Sólo con ayuda
Personas con discapacidad visual Pavimento táctil
Mapa del estado de Querétaro
Colaboradores
Octubre 2023
Ana
Karina VázquezPeriodista por la UAQ y maestra en Comunicación por la UNAM. Es reportera en el Diario de Querétaro, trabaja como docente en la UAQ y como productora en TvUAQ; es cofundadora de Proyecto Saltapatrás
David Álvarez
Sociólogo, periodista y docente. Dirige Proyecto Saltapatrás. Realiza labores de gestoría para proyectos independientes en comunidades y barrios. Actualmente es reportero en Diario de Querétaro y columnista en Tribuna de Querétaro.
Donna Oliveros
Es socióloga, editora y reportera en la sección cultural del Diario de Querétaro; también es fotógrafa y ha impulsado proyectos como Mulier videns: Taller de lecto-escritura visual para mujeres.
Manuel Naredo
Licenciado en Derecho por la UAQ. Es actor y director de teatro, además de haber sido reportero y colaborador periodístico en distintos medios. Fue director del Instituto Municipal de Cultura, del Instituto Queretano de la Cultura y las Artes y de la Comisión para los festejos del Bicentenario de la Independencia Nacional, así como del Centro INAH Querétaro.
Blanca H. Velázquez
Artista visual e investigadora en comunicación y cultura digital. Es parte del colectivo Galaxia Vallejo.
Próximo número
Sumado a las propuestas enogastronómicas que ocupan los escaparates centrales de la región, Querétaro guarda, en la combinación de sabores y técnicas de algunos platillos, la manifestación de su historia. «¿A qué sabe nuestra tierra?
¿De qué hablamos cuando hablamos de comida queretana?» Un panorama de nuestra cocina que incluye al texto ganador del Primer Concurso de Crónica y Reseña Gastronómica.
Fotografía: Archivo Sectur y cortesías. Alejandra Ortega p. 43. Alex Álvarez pp. 1 (turismo), 10, 16 (fachada) y 22-23. Celine Pannetier p. 7. Gregorio Arteaga p. 6. Héctor Muñoz Huerta pp. 5, 14, 16 (farito), 17-21, 25, 26-39 y 44-52. Jean Bérard p. 61. José Carlos ramírez p. 3.
¿A qué sabe Querétaro?Zacahuil en Jalpan de Serra.
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