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Agosto 31 de 2017

No. 291

Editorial Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia

Junta Directiva Juan Esteban Pérez Montes Presidente Diana Margarita Márquez F. Vicepresidenta Jorge Aristizábal Ossa Secretario

El pasado 25 de agosto, fecha no grata en nuestra memoria, se conmemoraron 30 años del deceso de docentes universitarios, líderes sociales y defensores de derechos humanos. Asoprudea acompañó la iniciativa de algunos profesores de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas en un acto simbólico como homenaje a los académicos, que fueron arrebatados por una guerra que silencia la razón, la palabra, la esperanza.

José Joaquín García García Tesorero María Angélica Arzuaga S. Álvaro Cadavid Marulanda Héctor Darío Sánchez Jaime Rafael Nieto López Carlos Arturo Morales Vallecilla Lucía Stella Tamayo Acevedo Rafael Darío Aguilar Aguilar Álvaro León Casas Orrego Edwin García Quintero Efraín Oviedo Regino Vocales

Es difícil olvidar, porque olvidar es otra forma de matar.

―Sueño con un mundo menos estúpido e injusto que el actual; con una Colombia mejor organizada para satisfacer las prioridades reales de todas sus gentes […] Perder la esperanza sería declararnos de una vez en el infierno. Pero no. Estamos en el mundo y mientras haya vida, habrá esperanza‖. Manual de tolerancia, Héctor Abad Gómez

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CO-RESPONDENCIA Entrecomillas Lo ocurrido en el llamado Plantón de los científicos para demandar al Gobierno Nacional no recortar los recursos de ciencia y la tecnología para 2018, dejó una triste conclusión: La ciencia no parece importar en Colombia.

Así, como en la fábula de Esopo, que relata cómo los montes daban terribles signos de estar a punto de dar a luz lo que sería un gran dragón, terminó siendo el alumbramiento de un pequeño ratón. Esta fábula se usa frente a acontecimientos que se anuncian como algo mucho más grande o importante de lo que realmente terminan siendo, como la ciencia en Colombia: Muchas palabras adornadas sobre su trascendencia, y que para el país terminan siendo intrascendentes. El parto de los montes de los científicos tras el no al recorte a la ciencia. Tomado del Observatorio de la Universidad. Bogotá, 27 de agosto de 2017 http://www.universidad.edu.co/index.php/noticias/14865-el-parto-de-los-montes-de-los-cientificos

Entrecomillas

Las paredes hablan

A pesar de la oposición de la Asamblea Estudiantil, la Universidad de Antioquia decidió seguir adelante con la convocatoria a la elección del representante de los estudiantes para el Consejo Superior Universitario (CSU), jornada que está programada para el próximo martes 5 de septiembre y que la Asamblea pide aplazar para 2018. En un cara a cara con el estudiantado celebrado ayer en el teatro Camilo Torres, que llenó sus 1.200 cupos e incluso el piso y los espacios de circulación, el rector, Mauricio Alviar, explicó que la universidad tiene la obligación legal de convocar a elecciones para evitar que la institución sea sancionada y él investigado disciplinariamente por parte del Ministerio de Educación. ―Nosotros tenemos la obligatoriedad de convocar y ustedes la libertad de participar, no veo conflicto‖, dijo Alviar. Firme: en U. de A. se vota el 5 de septiembre por representante estudiantil . El Colombiano, Medellín. 30 de agosto de 2017. Tomado de: http://www.elcolombiano.com/antioquia/u-de -a-elige-vocero-estudiantil-el-martes-YY7199302

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CO-RESPONDENCIA Columnista invitado Hace 30 años Por: Saúl Franco A veces me parece que el tiempo no pasara desde ese agosto de muertes, exilio y horror de 1987. Hace 30 años asesinaron en Medellín, entre muchos, a Pedro Luis Valencia, Luis Felipe Vélez, Héctor Abad y Leonardo Betancur. Poco antes o después mataron a muchos otros profesores y estudiantes universitarios en la ciudad. Y hoy siguen matando a los nuevos líderes y defensores/as de la vida, los derechos, la tierra y la dignidad en todas las regiones del país. Parece increíble que los crímenes de hace 30 años todavía sigan impunes. Que la impunidad se haya convertido en combustible de nuestras violencias y en una especie de condición fatal de nuestra vida en sociedad. Y que los crímenes de hoy sigan cubiertos por el mismo manto de dudosa y desesperante impunidad. Parecería, además, que los asesinatos de hace 30 años tuviéramos que entenderlos y aceptarlos, resignados, como parte de la guerra irregular que padecimos en el último medio siglo. Y que los de hoy fueran el coletazo de la misma guerra y tuviéramos que aceptarlos pasivamente como el costo inevitable de una paz esquiva. No mataron al azar ni de manera improvisada a los líderes de los 80. Los seleccionaron bien para que el mensaje fuera claro: decapitar el pensamiento crítico, los lide-

razgos sociales y las organizaciones políticas y populares. Quitarle piso y legitimidad a la defensa de los derechos humanos. Y, con el asesinato del profesor Abad, un liberal valiente e inteligente que llegaba a sus 66 años y ya sólo quería cultivar sus nietos, sus amigos y sus rosas, intimidarnos a todos haciéndonos sentir que la próxima víctima podía ser cualquiera de nosotros. La prepotencia de los perpetradores los llevó inclusive a dar preavisos. Al doctor Abad lo incluyeron en una lista de amenazados de la que él, en su mezcla de humor e ingenuidad, dijo sentirse honrado por la calidad de los demás señalados. Y a Leonardo, ocho años antes de asesinarlo, lo detuvieron y encarcelaron sindicándolo de subversivo por atender a un campesino acusado después de guerrillero. Abad le llevó entonces a Leonardo a sus estudiantes a la cárcel. Y éste empezó su clase en cautiverio con la célebre frase: ―Como decíamos ayer…‖. Ambos enseñaron desde allí, a sus alumnos y a los demás prisioneros, lecciones imborrables de libertad, dignidad y coherencia.

chos humanos, o sindicalistas y militantes de organizaciones políticas. ¿Quién los mató? No se ha podido (o querido) demostrar de manera inequívoca hasta ahora. Pero todo indica que fueron organizaciones paramilitares, agentes de seguridad del Estado y grupos guerrilleros. Es de esperarse que, con valor, rigor y ecuanimidad, las distintas instancias de la Justicia Especial para la Paz aclaren por fin la verdad y hagan justicia. Cuando se pensionó en 1982, le dije en un homenaje al doctor Abad: ―El sembrador siempre nace‖. Se lo repetí, ya él ausente, al conmemorar 20 años de su muerte. Y hoy se lo repito a él, se lo digo a los 398 maestros/as asesinados, y a todos los líderes que siguen siendo víctimas de este exterminio que no cesa. A mediados de ese agosto trágico de 1987, todavía en compañía de Abad y Leonardo, titulé mi intervención en las exequias de Pedro Luis Valencia: ―Muertes que son semillas‖. Hoy, 30 años después, puedo decirles a ellos, a todas las víctimas de asesinatos político-sociales y a los que todavía seguimos vivos, que efectivamente sus muertes sí fueron semilla. Que sus semillas siguen germinando. Y que, si al fin aprendemos a convivir con justicia, dignidad y sin matarnos, sus muertes no fueron en vano.

No sólo fue letal aquel agosto de 1987. Según una tesis doctoral, entre 1985 y 2005 sólo en Antioquia fueron asesinados 398 docentes, un promedio anual de 20. La inmensa mayoría, 91 %, eran maestros de primaria y secunda- * Médico social. ria, y 21 —5% del total— docentes Tomado de: http:// de mi Universidad de Antioquia. www.elespectador.com/opinion/ Todos eran, al mismo tiempo, lídehace-30-anos-columna-709413 res sociales, defensores de dere-

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CO-RESPONDENCIA Por los Claustros Comunicado del Claustro de Profesores de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia Los recientes comunicados del Rector y del Consejo Académico de la Universidad nos plantean la necesidad de asumir algunas discusiones relacionadas con el gobierno universitario y especialmente con la manera como en la Universidad se toman las decisiones que afectan a todos los estamentos universitarios. La discusión es entonces, una vez más frente a esta administración, sobre democracia. Quisiéramos manifestar nuestra profunda preocupación por la consolidación de una visión de la democracia en la Universidad expresamente construida para excluir visiones, estamentos y personas que no se acomoden a las decisiones tomadas por el rector y su equipo asesor y administrativo. La democracia, contrario al modelo meramente administrativo que se ha querido implantar, implica la construcción de un nosotros, entendido como un conjunto de sujetos disímiles pero en igualdad de condiciones para participar, deliberar y tomar decisiones en pro de la vida colectiva. Es precisamente este contenido sustancial de democracia el que desaparece cuando en el comunicado el rector califica al disidente como un grupo minoritario, parcializado y movido por ―intereses poco claros‖, desvirtuando así el pluralismo como un elemento esencial de la democracia. La vida democrática universitaria debe proveer el espacio para una reconstitución de la ciudadanía sobre todo en tiempos de transición. Lo que implica la apertura y garantía de espacios que permitan el fortalecimiento de actores colectivos como contraposición de las comprensiones que tradicionalmente han estigmatizado al disidente. Debe reivindicarse la autonomía de los estamentos como regla universitaria básica. La Asamblea se ha configurado históricamente como escenario estudiantil para debatir y definir los diversos asuntos que hacen parte de su quehacer como universitarios y ha gozado de legitimidad e incluso eficacia para tramitar y definir múltiples temas. Por lo tanto,

se convierte en referente de cualquier discusión universitaria. En tal medida despierta preocupación una respuesta de la Administración Central que pretenda situar a los Profesores en posición de desafiar un espacio de los Estudiantes. Esto nos invita a solicitar, e incluso a exigir, que no nos usen a nosotros los Profesores para desconocer la Asamblea Estudiantil, pues ello además, nos somete a innecesarios enfrentamientos. La democracia no se agota en los contenidos formales de la representación, sino que posee unas valiosas dimensiones materiales constituidas por la legitimidad, la participación, el reconocimiento y la existencia de espacios públicos de deliberación que solo desde una empobrecida mirada eficientista son considerados como obstáculos para la toma de decisiones. Esta mirada eficientista lleva a afirmaciones tales como que ―los recursos públicos no pueden ser destinados a una Universidad vacía‖, entendiendo que la Universidad deliberante está ―vacía‖ y olvidando los costos que han tenido las decisiones unilaterales del rector en asuntos que afectan la vida universitaria, como la reforma al examen de admisión, los cierres intempestivos de la Universidad, así como los ingentes recursos económicos, de tiempo y esfuerzos que se pudieran canalizar mejor, si en casos como este se adelantara un ejercicio de escucha real a los estamentos. Es en este contexto que los mecanismos electorales constituyen una reducción de la democracia, por no decir su tergiversación. Lo curioso de toda esta alusión a los mecanismos electorales es que se hace apelando a la legalidad como criterio único de los contenidos democráticos. Sin embargo, la manera como se administran diferentes ámbitos universitarios ha sido a partir de una evidente violación del orden legal y constitucional. En efecto, cuando en su comunicado el Rector apela a la legalidad, esto es, al respeto estricto de las normas como una de las claves para la convivencia y la democracia en la Universidad, sin duda incurre en una incoherencia. Continúa en la página siguiente

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CO-RESPONDENCIA Por los Claustros En otros escenarios esa misma legalidad ha sido utilizada de forma discrecional, marginada de los básicos elementos de la competencia que, cabe recordar, es punto nodal en cualquier Estado democrático de derecho, en tanto propone que las autoridades solo deben atender las materias expresamente asignadas por el orden jurídico.

til ante el Consejo Superior, pero de la misma manera pretermite esas mismas normas, usurpando las competencias del Consejo Superior y del procedimiento de expedición que suponen, para un asunto que compromete gravemente la convivencia entre los miembros de la comunidad universitaria, como el régimen disciplinario.

El ejemplo es reciente. Por medio de la Resolución Rectoral 43154, expedida el 31 de julio de este año, el Rector expidió el ―reglamento para el control de ingreso, permanencia y salida de campus de la Universidad de Antioquia‖, para lo cual invocó sus ―atribuciones legales y estatutarias, en especial, las conferidas por los literales a, b y d del artículo 42 del Acuerdo Superior 1 de 1994‖ (Estatuto General de la Universidad). Los capítulos III (relativo a deberes y prohibiciones) y IV (relativo a acciones correctivas, competencia y procedimiento) de esta Resolución son sustancialmente de carácter disciplinario que, en tanto cobija al personal universitario, en el que se entienden comprendidos los profesores, los estudiantes y el personal administrativo (artículo 2º), son materia de regulación exclusiva y excluyente por parte del Consejo Superior Universitario, según lo disponen la Ley 30 de 1992 (artículos 65.d, 75.d, 79 y 109) y el Estatuto General de la Universidad (artículos 33.b.c., 85, 90 y 95).

Habría que preguntarle al Rector si este doble proceder ante la legalidad que dice que orienta sus decisiones, es el mejor ejemplo de la democracia que dice respetar. La democracia no es un simple mecanismo de decisión, es también una forma de comportamiento en el gobierno de lo público, y lo que se constata, desafortunadamente, es su deliberado desconocimiento, pues se la usa instrumentalmente, según intereses coyunturales, desarticulando de ese modo el delicado sistema de competencias dispuesto por la ley y el Estatuto General, y eludiendo con ello los diversos controles por parte de los órganos y estamentos de la Universidad.

No se entiende cómo el Rector dice actuar en estricto cumplimiento ―de un deber legal‖ cuando apela a la Ley 30 de 1992, tratándose de la convocatoria para la elección del representante estudian-

La deliberación pública que se expresa en asambleas y otros espacios colectivos reafirma la esencia de la Universidad. Sobre todo en este contexto en el que los alcances de la representación como mecanismo democrático está siendo objeto de debate. Esta discusión es central en la formación para la ciudadanía que aparece como un compromiso fundamental del quehacer de la Universidad, inclusive, más importante que el cumplimiento ritual de unos calendarios. Medellín, agosto 29 de 2017

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El caricaturista invitado


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CO-RESPONDENCIA Texto –Contratexto

Apreciado lector, en esta oportunidad Usted podrá leer el siguiente texto escrito por el columnista del periódico El Colombiano, el señor Juan David Escobar, y a su vez una réplica al mismo realizada por el profesor Gonzalo Medina, de la Facultad de Comunicaciones de nuestra Alma Máter. Le invitamos a leer los dos textos para su comprensión.

Los privilegios del exclusivo 0,02% de la población colombiana Por: Juan David Escobar Valencia No soy el eco de los seudoargumentos de los ―progresistas‖, como se hacen llamar hoy los marxistas, que mientras queman carros o toman whisky en los cocteles capitalinos, repiten la falacia que volvió conocida la ong Oxfam, del 1 % de la población que supuestamente concentra la ―riqueza‖ del otro 99 %, y cuyo cálculo es un vulgar sesgo de los datos y del concepto de riqueza. El discurso de la ―desigualdad‖, convertido por los ―progresistas‖ en su caballo de batalla para conseguir votos entre los menos favorecidos y los envidiosos, será el corazón de la campaña política de los ―otrora‖ criminales que el acuerdo de impunipaz convirtió en inmaculados actores políticos. Pero si vamos a jugar a la ―desigualdad‖, entonces hagámoslo como debe ser. En Colombia existe una superexclusiva ―clase social‖, el 0,02% de la población, que tendrá los privilegios que el otro 99.98 % no se hubiese imaginado nunca. Por culpa de un pésimamente diseñado, inoportuno, indigno y peligroso acuerdo de apaciguamiento, no de paz, al 0,02 % de la población que 50 años robó, mató, torturó, violó, extorsionó y secuestró al otro 99.98 %, se le premiará con los siguientes privilegios: No cum-

pla la ley, que eso es para los pendejos. No estudie ni se esfuerce, eso es para los ilusos que se creyeron el cuento de sus padres que ser decente es lo correcto. Robe, asesine, trafique drogas, secuestre y extorsione, que la dirigencia mediocre le dirá que, en ―aras de la paz‖, usted no cometió ningún delito, ficticiamente le ―juzgará‖ una justicia diseñada a su medida y no pagará ninguna pena porque usted era un discriminado ―actor político‖ y sus crímenes eran ―actividades esenciales conexas con la política‖. Pero si usted es del otro 99,98 %, no se pase un día sin pagar los impuestos, porque al selecto 0,02% hay que pagarle su extorsión asegurándoles sus sueldos, protección y jubilación, así la suya nunca la verá. Hay que reparar,

pero no a las víctimas del 0.02%, pues gracias al acuerdo de impunidad extorsiva pasaron de victimarios a víctimas del 99.98% que deben compensarlos. ¿Que hay que quitarle presupuesto a los niños del Instituto Colombiano de Bienestar familiar? Obvio. Los importantes son el 0,02% que robaron miles de niños para volverlos escudos humanos y esclavos sexuales. Si es del 99,98%, trabaje y pague bastantes impuestos, no para ayudar a los campesinos honestos, sino a los cultivadores de coca. Si quiere hacer política, no se ponga a bobear estudiando y proponiendo ideas para el desarrollo del país. Pásese al 0,02%, que sin ideas, robando y matando, automáticamente le asignarán más de 160 ―Caguanes‖ donde usted será el único que dirá por quién se vota, Continúa en la pág. siguiente

Lectura recomendada De mal en peor [+] Francisco Cortés Rodas Director del Instituto de Filosofía El gobierno universitario y la democracia en la universidad son asuntos importantes que merecen ser discutidos a fondo. Pero la dimensión de estos problemas no se entiende si se desliga de las verdaderas cuestiones que están afectando la universidad pública y que tienen que ver con la forma como el neoliberalismo está produciendo transformaciones en la sociedad, la economía y la política. ¿Cómo el neoliberalismo está minando la democracia y la educación pública? Esta es la pregunta que nos debemos plantear a fondo los profesores y estudiantes si aspiramos a seguir enseñando y estudiando en una universidad pública, liberal, crítica y comprometida con la sociedad.

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CO-RESPONDENCIA Texto – Contratexto se volverá concejal o alcalde, le darán curules sin votos y billones de pesos para su campaña de cuenta de los tontos del 99.98%, como si no tuvieran millones de dólares escondidos en Venezuela. En 2018 hay que enderezar el rumbo de Colombia.

Tomado de El Colombiano, 7 de agosto de 2017 http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/ los-privilegios-del-exclusivo-0-02-de-la-poblacioncolombiana-NY7054960

La academia hecha trizas Por Gonzalo Medina Pérez Señor Juan David Escobar Valencia: Si usted tuviera la valentía y transparencia de expresar abiertamente que está alineado con el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, le daría mayor credibilidad y seriedad a sus planteamientos; y hasta me atrevería a responderle, como debe ser, a sus opiniones. Pero como parece que escribe desde una pretendida "imparcialidad", y sin lograrlo, termino aquí mi respuesta a su vergonzante comentario. Y como observo que se está configurando una tendencia de presuntos académicos, sobre todo desde EAFIT, que, en últimas, se escudan en el falso análisis para hacer apología de Álvaro Uribe Vélez, comparto la respuesta que en su momento dirigí a otro ―académico‖, también de esa universidad, quien desde la escueta opinión trató de demostrar ―Por qué apoyo a Uribe‖: Respeto la opinión del profesor de la universidad EAFIT, Luis Guillermo Vélez Álvarez, quien, en su artículo inspirado en la columna ―San Antoñito‖, escrita por Antonio Caballero y publicada en la revista Semana, asume una defensa por principio del expresidente Álvaro Uribe Vélez, desde el propio título

–―Por qué apoyo a Uribe‖-, hasta Bachelard que la opinión es el essu última frase. tado mental, ideológico y anímico que mayor seguridad y tranquilidad Sin embargo, una cosa es opinar le brinda al ser humano. Tal condicomo ciudadano –un derecho re- ción de comodidad cuando se opiconocido por la ley–, pero otra co- na, guarda total diferencia con los sa es ANALIZAR como académico, dilemas teóricos y éticos que afroncondición desde la cual escribe el ta el verdadero académico, abocaprofesor Vélez Álvarez, anunciando do muchas veces a tener que llecon toda pompa sus diversas es- gar, producto de su análisis, a conpecialidades profesionales, y de- clusiones que riñen de plano con notando su ―modestia‖ cuando, al sus propios prejuicios y, en genefinal de sus títulos, agrega la ex- ral, con su ideología, esa que nos presión ―y otras cosillas‖ –como permite reafirmarnos en nuestras para que no haya duda sobre el convicciones. peso específico del personaje que se dispone a defender a su ex pre- Como texto de defensa per se del sidente o a lo mejor ―presidente‖–, expresidente Uribe Vélez, el escrito Uribe Vélez. del profesor Vélez Álvarez refleja, de manera consecuente, y obseSi nos remitimos al ABC de lo que cuente, su incondicionalidad con comporta el ejercicio académico, quien viene empeñado, haciendo es claro precisar que en un ejerci- eco del anuncio hecho por su concio serio de reflexión y pensamien- militón, el conservador Fernando to, la opinión de dicho analista de- Londoño Hoyos, en ―hacer trizas be quedar en un segundo plano, y, los acuerdos de paz con los narcoal mismo tiempo, su enfoque del terroristas de las Farc‖; pero, como asunto en cuestión, en aras del texto de ejercicio analítico, propio rigor científico, debe ser integral, de un verdadero académico, me evaluando con independencia y reservo el derecho a disentir pordistancia a cada uno de los acto- que el mismo también ―fue vuelto res del tema que se investiga. añicos‖. Ahora entiendo por qué el ex presiGracias. dente Uribe Vélez –llamado por Profesor ocasional unos ―El innombrable‖, ―El inRECUERDE: digno‖, o ―Yo, El Supremo‖, le conAl momento de renovar su cede al profesor Vélez Álvarez el contrato de trabajo debe asegurarse de seguir afiliado a la Asociación de Profesores, privilegio de incluir su texto apolopara que siga recibiendo los respectivos gético en su muy leída cuenta de beneficios. twiter. Bien dice el francés Gaston

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