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HABLANDO DE FRUTOS 1
Aprende y Comprende
Tu Lectura Del Domingo
Comienza a leer la historia de esta semana en Lucas 13: 6. ¡Qué desilusión! Todo el invierno esperando a comer higos dulces y resulta que esa higuera no tiene frutos. Es un árbol inútil que solo está ocupando sitio y consumiendo nutrientes del suelo.
«Ningún árbol bueno produce malos frutos, y ningún árbol malo produce buenos frutos».
(Mateo 7: 18)
¿Qué decisión toma el dueño del árbol? (Lee Lucas 13: 7).
Es lo más lógico. Si algo no sirve se deshecha. Si el árbol no da fruto, se corta y se planta otro en su lugar. Pero el encargado de cuidar el campo tiene otros planes para el árbol. (Lee Lucas 13: 8, 9).
El viñador quiere darle otra oportunidad al árbol. El árbol, después de tres años, es grande y robusto. Es posible que dándole unos pocos cuidados consiga tener una buena cosecha al año siguiente.
Pero si después de los cuidados del viñador el árbol sigue sin dar fruto, será cortado y sustituido por otro más útil.
¿Qué significa la parábola? Nosotros representamos a la higuera y Jesús al que cuida de ella.
Un árbol frutal siempre tiende a dar frutos. Es su naturaleza. Puede ocurrir que algunos árboles silvestres se encuentren en terrenos poco apropiados, con poca agua o pocos nutrientes y entonces tengan pocos frutos, pequeños e insípidos. Pero lo natural, ante un árbol bien cuidado, es que dé frutos de buena calidad y en abundancia.
Nosotros somos como un árbol cuidado por Dios. ¿No sería lógico que diéramos frutos? ¿No sería lógico que si tenemos los mejores cuidados diéramos los mejores frutos?
Tacha las letras D, H y L y leerás un refrán.