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Piensa un poco
Dios nos ha dejado libres para obedecerle o no. Nos ha dejado libres incluso para que seamos malos, muy malos. Pero lo que Dios no puede consentir es que la maldad triunfe. Y en algún momento Dios también tendrá que poner límites a la maldad.
Tu Lectura Del Jueves
¿Te suena esta comparación? Jesús ya la había utilizado otras veces. Un rey o un señor que manda mensajeros que son perseguidos y maltratados.
¿Recuerdas qué significaba? Significaba que Dios había enviado muchas veces profetas pero los dirigentes israelitas no les habían querido escuchar. Incluso los habían perseguido para matarlos. ¿Puedes recordar a alguno de ellos?
¿Qué les pasaba a los sacerdotes y fariseos? ¿Acaso no eran lo suficientemente inteligentes como para comprender que lo que estaban haciendo estaba mal?
¡Por supuesto que lo sabían! Jesús no podía haber hablado más claro. (Lee Mateo 21: 45).
Eso les tenía que haber hecho reflexionar. Podían
Encuentra haber reconocido en ese momento que Jesús tenía razón. Sabían que siempre había hablado de forma muy inteligente, que había enseñado y explicado las Escrituras como nadie. Le habían visto hacer milagros, unos milagros imposibles si su poder no hubiera venido de Dios mismo. ¡Pero si había resucitado a Lázaro cuando ya había empezado a descomponerse su cuerpo!
Y en vez de eso, ¿qué hicieron? (Ya no es ninguna sorpresa, pero lee Mateo 21: 46).
Estaban tan furiosos que quisieron detenerlo. Pero si lo hacían allí, a la luz del día, los habitantes de Jerusalén lo impedirían porque lo apreciaban y lo respetaban como a un profeta. Y a ellos los temían en silencio.