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TU LECTURA DEL MARTES
Los discípulos habían pasado tres años y medio estudiando y ahora tenían que enseñar a otros. ¿Dónde tenían que ir? (Lee la orden de Jesús en Marcos 16:15).
Jesús les estaba diciendo que debían hacer discípulos en todas las partes del mundo. No podían quedarse escondidos y con miedo de los sacerdotes y fariseos. Había mucha gente en todo el mundo que necesitaba escuchar las buenas noticias de Jesús. Y ellos debían compartir todo lo que habían aprendido junto a Jesús. Los discípulos de Jesús debían ayudar a otras personas a ser también discípulos de Jesús. Debían enseñar a otros a obedecer lo que Jesús les había mandado (ver Mateo 28:20) porque así serían más felices. Y sobre todo debían contar las buenas noticias, el Evangelio: que Dios se hizo ser humano; que nació, vivió y murió como un ser humano; que resucitó y que volverá a buscarnos; que nos perdona y nos ayuda a ser personas mejores y más felices. Y todo porque nos ama.
Pero Jesús sabía que su trabajo no sería fácil. Por eso les prometió algo muy importante, que nosotros también debemos recordar hoy. (Léelo en Mateo 28:20).
Jesús les prometió que estaría con ellos siempre. De la misma manera, podemos estar completamente seguros de que está con nosotros SIEMPRE.
• Completa la frase con las vocales que faltan y descubrirás la maravillosa promesa de Jesús que hemos estudiado hoy. (Mateo 28:20-RV1995).
Tu Lectura Del Mi Rcoles
Después de los cuarenta días, Jesús y sus discípulos regresaron a Jerusalén. Por el camino, les dijo que cuando llegaran debían esperar «la promesa del Padre» (ver Hechos 1:4). Si recuerdas, la noche que Jesús fue detenido, les prometió que, aunque él regresara al cielo, no iban a estar solos. Prometió enviar a un ayudante especial para que estuviera con ellos y les ayudara. Ese «ayudante especial» iba a ser el Espíritu Santo. (Lee Juan 14:26 para recordarlo).
• Si has leído el texto, sabrás cómo llama Jesús al Espíritu Santo. Colorea la palabra correcta.
Ellos sabían que el Espíritu Santo siempre había estado con ellos. La Biblia habla de muchas personas que hicieron grandes cosas porque el Espíritu Santo estaba con ellas. Por ejemplo, Josué, Gedeón, David o el profeta Ezequiel.
Nos imaginamos al Espíritu Santo de muchas formas. Cuando Juan bautizó a Jesús pudieron verlo con forma especial.
• Si no lo recuerdas colorea los espacios del dibujo marcados por un punto azul.
Para los padres
Si queréis verificar con vuestros hijos que el Espíritu Santo estuvo con esos personajes bíblicos Podéis hacer un trabajo de investigación: Deuteronomio
34:9; Jueces 3:10; 1 Samuel 16:3; Ezequiel 11:5; Lucas 1:15,41,67; Lucas 2:25,26. Hay muchos más personajes que fueron llenos del Espíritu Santo.