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De viaje con Pedro

Comprende y memoriza:

«Ahora comprendo que para Dios todos somos iguales. Dios ama a todos los que le obedecen y también a los que tratan bien a los demás y se dedican a hacer lo bueno, sin importar de qué país sean».

(Hechos 10:34,35, Traducción en lenguaje actual)

Tu Lectura Del Domingo

Cada vez había más seguidores de Jesús y los apóstoles decidieron visitar las distintas ciudades para ver cómo estaban los creyentes y ayudarles en lo que necesitaran.

Pedro fue a la ciudad de Lida a visitar a la iglesia que se reunía allí, y conoció a uno de los hermanos. Se llamaba Eneas. ¿Qué le pasaba a este hombre?

(Léelo en Hechos 9:33)

No sabemos qué le había pasado. Probablemente había tenido un accidente y ya llevaba ocho años paralítico. La única forma de desplazarse era cuando algunos amigos o familiares se ofrecían a transportarlo en su camilla. Eneas había creído en Jesús y era feliz a pesar de que no podía caminar. Pedro quedó impresionado por la fe de este hombre. Muchas personas habían llegado a creer en Jesús porque primero Jesús les había sanado, pero Eneas amaba a Jesús a pesar de seguir enfermo. Entonces Pedro le dijo unas palabras que cambiarían su vida. (Léelas tú también en Hechos 9:34)

¡Y se levantó! No lo dudó ni un momento. En cuanto Pedro nombró a Jesús, Eneas sintió que sus piernas se habían fortalecido y pudo ponerse en pie.

Lida era una ciudad pequeña. Allí todo el mundo se conocía y todo el mundo conocía la historia de Eneas y de su parálisis. La noticia de la curación de Eneas corrió rápidamente por toda la ciudad. ¿Qué pensaron los vecinos de Lida? (Lee Hechos 9:35)

Para los padres

No enseñéis a orar a vuestros hijos como si Dios fuera un «genio de la lámpara» que cumple todos nuestros deseos. Algunas veces podemos caer en la tentación de «exigir» a Dios un milagro para mantener o demostrar nuestra fe. Seguramente Eneas habría orado a Jesús muchas veces pidiendo su curación. Sin embargo, y a pesar de que aparentemente no fue escuchado, él no perdió la fe. Dios contestó a sus oraciones después de mucho tiempo y por medio del apóstol Pedro. ¿Qué nos enseña esto?

1. Que hay que ejercitar la paciencia.

2. Que Dios puede actuar cuando menos lo esperemos.

3. Que no siempre Dios concede nuestras peticiones tal y como las pedimos. Él puede tener otros planes para nosotros y debemos confiar en él. Como lo hizo Eneas.

TU LECTURA DEL LUNES

Cerca de Lida, en una ciudad llamada Jope, vivía una maravillosa mujer llamada Tabita, también conocida por su nombre griego, Dorcas. Dorcas era muy querida en la iglesia de Jope. Sabía coser y había cosido mucha ropa para las viudas y los más necesitados. Recuerda que la ropa era muy cara en aquella época.

Para los padres

Hablad con vuestros hijos sobre los proyectos de ayuda a los pobres que hay en vuestra iglesia y proponeos ayudar de alguna forma concreta.

Pero Dorcas enfermó y en apenas unos pocos días murió. Mientras lavaban su cuerpo y lo preparaban para enterrarlo alguien recordó que Pedro estaba a pocos kilómetros de allí. En seguida mandaron a dos mensajeros a buscarlo.

Cuando Pedro llegó a Jope, lo llevaron a la casa de Dorcas. La casa estaba llena de mujeres que estaban muy tristes por la muerte de su amiga. Le enseñaron a Pedro las ropas que Dorcas había cosido para ellas y le hablaron de lo buena que había sido (ver Hechos 9:39).

Entonces Pedro pidió que todo el mundo saliera de la habitación. Necesitaba un poco de tranquilidad. ¿Para qué? (Léelo en Hechos 9:40).

Imagínate la alegría de todos los creyentes de Jope. ¡Dorcas estaba viva y su enfermedad había desaparecido! ¡Qué agradecidos estaban a Dios!

¿Cuánto crees que tardó Dorcas en ponerse a trabajar otra vez por los más necesitados? Yo creo que muy poco.

¿Sabes qué es ADRA? ADRA es una organización formada por un grupo de personas que hacen lo mismo que Dorcas: ayudar a las personas necesitadas. Seguramente tu iglesia tiene uno o más proyectos en los que colabora con ADRA. Pregunta a tus padres o al responsable de tu iglesia cuáles son estos proyectos y escríbelos aquí abajo.

Para los padres

Enseñad a vuestros hijos que el evangelio es una buena noticia para todas las personas, de todas las razas, países o clases sociales. Dios desea que todas las personas lo conozcan y sean felices viviendo como discípulos de Jesús.

Tu Lectura Del Martes

La siguiente historia tiene como protagonista a un hombre que vivía en Cesárea, a pocos kilómetros de Jope. Era una ciudad muy nueva construida por los romanos. Allí vivían los gobernadores y los jefes del ejército romano. Por eso a los judíos no les gustaba ir allí: estaba llena de romanos invasores.

En Cesárea vivía un hombre llamado Cornelio. ¿Quién era? (Lo sabrás si lees Hechos 10:1).

Un centurión era un jefe militar que tenía a su cargo un gran número de soldados. Pero a pesar de ser un militar romano, había aprendido a adorar al Dios verdadero (ver Hechos 10:2). Cornelio y su familia adoraban a Dios y oraban cada día. Cornelio también ayudaba a los pobres y a todo el que lo necesitara.

Para Cornelio no era fácil adorar a Dios. Sus jefes y casi todos sus soldados eran paganos y se podían burlar de que un oficial romano creyera en el Dios de los judíos. Pero como era un soldado romano, los judíos tampoco lo dejaban adorar en las sinagogas. Pero Dios quería que Cornelio conociera a Jesús. Mañana veremos cómo lo hizo.

• Encuentra las siete diferencias entre los dos dibujos de Cornelio ayudando a un mendigo.

Tu Lectura Del Mi Rcoles

Un día, en la hora de la oración del mediodía, Cornelio tuvo una visión. (Lee en Hechos 10:3).

Cornelio comprendió enseguida que lo que veía era un ángel de Dios. ¡Y lo llamaba por su nombre!

¿Acaso Dios se preocupa de cada persona en particular? ¡Claro que sí!

Dios conocía no solo el nombre de Cornelio sino también su corazón sincero, que buscaba respuestas en la religión de los judíos. Pero Cornelio sabía que para acercarse a Dios tenía que haber algo más que sacrificios, rituales de purificación y el cumplimiento de reglas y más reglas. Pero ningún maestro judío quería enseñarle porque era un soldado romano, una de las personas más odiosas que podían existir para los judíos.

¿Qué debería hacer Cornelio si quería saber cómo acercarse al Dios verdadero?

Aquel ángel sabía que había una persona que podía ayudar a Cornelio a aprender sobre el Dios verdadero. ¿Quién podía enseñar a Cornelio?

(Lee Hechos 10:5,6).

Cornelio no podía equivocarse. El ángel le dio el nombre completo de Pedro para que no lo confundiera con ningún otro y le dijo exactamente dónde vivía.

Cornelio no pudo esperar más. En cuanto el ángel se fue llamó a dos criados de su confianza y a un soldado de su centuria que también adoraba al Dios verdadero. Su misión: traer a Pedro para que le hablara de Dios.

Para los padres

Utilizad el ejemplo de Cornelio. Si estaba convencido de que debía hacer algo, lo hacía cuanto antes. Enseñad a vuestros hijos a «no dejar para mañana lo que puedas hacer hoy», bien sean las tareas del cole o las de casa. Todos disfrutaréis más llevando las cosas al día.

Dios quiere que todos tengan una oportunidad de conocerlo. • Coloca las vocales ‘o’ y ‘e’ en el lugar correcto y descubrirás el mensaje.

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