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TU LECTURA DEL JUEVES

El tesorero etíope creía en Dios. Había estado en Jerusalén adorando en el templo y ahora regresaba a su país (ver Hechos 8:27).

Durante su estancia en Jerusalén había comprado un rollo con el libro de Isaías. Como el camino desde Jerusalén hasta Etiopía era muy largo, aprovechaba el tiempo para leer. Pero tenía un problema. No entendía lo que Isaías había escrito.

Felipe se acercó al carro y escuchó lo que leía en voz alta. El etíope estaba leyendo unos versículos que hablaban sobre el Mesías. Esos versículos eran una profecía sobre Jesús. Felipe sabía mucho sobre Jesús, entonces se atrevió a hablarle y se ofreció a explicarle lo que estaba leyendo.

El tesorero real se puso muy contento. ¡Claro que quería que le explicara lo que decía Isaías! Invitó a Felipe a subir a su carro y continuaron juntos el camino.

¿Qué es lo que hizo Felipe? (Lee Hechos 8:35)

Tu Lectura Del Viernes

Cuando el etíope escuchó toda la historia de Jesús quedó impresionado. Creyó que Jesús era el Hijo de Dios y quería convertirse en seguidor de Jesús. Pero ¿qué tenía que hacer para ser seguidor de Jesús?

Felipe le explicó que Jesús les había dicho que todos los que quisieran seguirle debían ser bautizados igual que Juan le bautizó a él. Así demostraban a todas las personas su deseo de cambiar de vida y empezar de nuevo como seguidor de Jesús. El etíope quería ser bautizado enseguida, antes de regresar a su país.

Un poco más adelante, en el camino, se encontraron con un lugar donde había suficiente agua para ser sumergido.

Entonces el etíope pidió ser bautizado allí mismo. Mandó parar el carro y delante de todos sus criados, entró con Felipe en el río y Felipe lo bautizó.

El etíope estaba feliz. Había descubierto a Jesús y deseaba agradecer a Felipe por haberlo guiado hasta él. Pero no pudo. ¿Qué ocurrió nada más salir del agua?

(Lee Hechos 8:39,40).

El Espíritu tenía más planes para Felipe y lo llevó a otra ciudad en la costa del Mediterráneo. Desde allí siguió predicando por las ciudades de la costa. El tesorero real volvió feliz a Etiopía.

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