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TU LECTURA DEL LUNES
Los seguidores de Jesús que vivían en Jerusalén se reunían todos los días. Les gustaba estar juntos porque tenían una cosa en común: todos creían que Jesús era el Hijo de Dios. Iban al templo y allí podían enseñar a otras personas acerca de Jesús.
Todos los días llegaba al templo mucha gente. Y cuando los oían hablar de Jesús con tanta alegría, se quedaban para escuchar un poco más. Así, cada día, había más personas que decidían ser seguidores de Jesús. (Puedes leerlo en Hechos 5:14).
Pero la gente no solo iba a escuchar a los apóstoles. ¿Qué ocurría también? (Lee Hechos 5:12).
Llevaban a los enfermos para que los apóstoles los sanaran. Sabían que los apóstoles tenían el mismo poder que tenía Jesús.
Las noticias de lo que hacían los apóstoles llegaron a las ciudades cercanas. Muchas personas que vivían cerca de Jerusalén iban a Jerusalén buscando ayuda, y todos eran sanados (ver Hechos 5:16).
Los apóstoles continuaban el trabajo de Jesús. Enseñaban a los demás acerca de Jesús y les ayudaban en todo lo que podían, incluso curándolos de sus enfermedades, como lo había hecho Jesús.
• Encuentra las siete diferencias entre los dos dibujos
Tu Lectura Del Martes
En muy poco tiempo el grupo de seguidores de Jesús, la iglesia, se hizo muy grande. Si te acuerdas en el día de Pentecostés se bautizaron unas tres mil personas. Pues poco después, con las predicaciones de Pedro, muchas más personas decidieron seguir a Jesús. ¿Cuántas eran esta vez? (Lo puedes leer en Hechos 4:4).
• Calcula tú el número de seguidores de Jesús que había ahora.
Día de Pentecostés
Ahora
Muchos habitantes de Jerusalén creyeron en Jesús por los sermones y por los milagros de los apóstoles. Pero ¿sabes por qué querían unirse al grupo de los apóstoles? (Lee la primera parte de Hechos 4:32).
Tener un mismo corazón y un mismo pensamiento no significa que estuvieran de acuerdo en todo o que tuvieran los mismos gustos. Los seguidores de Jesús eran muy distintos unos de otros. Algunos habían vivido con Jesús y otros ni siquiera lo habían visto en persona. Había gente rica y también personas muy pobres. } Había personas muy listas y con estudios.
Pero todos tenían un mismo corazón y pensamiento: mostraban amor los unos por los otros. Eran amables y serviciales. Todo el mundo veía que, a pesar de las diferencias de carácter, de clase social o de estudios, todos se ayudaban y estaban dispuestos a ayudar a los demás
Los seguidores de Jesús eran alegres, alababan a Dios y eran generosos. Les gustaba compartir su mesa, su comida y pasar tiempo juntos.
Cuando la gente veía cómo se ayudaban y cómo se amaban se daban cuenta de que eran seguidores de Jesús. Y mucha gente se unió a la iglesia porque quería vivir con ese amor que solo podía venir de Dios. (Puedes leerlo en Hechos 2:46,47).
Fíjate en una frase del versículo 47: los seguidores de Jesús caían bien a los demás, les eran simpáticos. Nadie quiere acercarse a una persona de mal carácter, ¿verdad? Pero los seguidores de Jesús no deben tener mal carácter porque Jesús era simpático y amable. Solo así otras personas se acercarán y querrán conocer a Jesús a través de nosotros.
• Descubro la Biblia... y encuentro a Jesús.