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TU LECTURA DEL MIÉRCOLES
Un día, Felipe recibió una visita inesperada. Alguien tenía una misión para él. (Podrás saber quién era el visitante y qué le pidió en Hechos 8:26). Seguramente a Felipe no le gustó mucho tener que irse tan lejos de Samaria. Jerusalén estaba mucho más cerca y el ángel podía haber dicho a uno de los apóstoles que fuera. Pero no protestó, obedeció y se puso en camino.
El camino entre Jerusalén y Gaza era un camino principal. Por allí viajaban muchos mercaderes que llevaban sus mercancías de Asia a Egipto. Pero el ángel no le había dicho con quién tenía que hablar. ¿Cómo lo sabría Felipe?
En un lugar del camino se encontró con una caravana muy lujosa. Era un hombre etíope muy rico que trabajaba para la reina de Etiopía. Era el encargado del tesoro real de Etiopía. Le acompañaban soldados y criados.
Entonces el Espíritu le dijo a Felipe que se acercara al carro del tesorero real. ¿Le dejarían acercarse a una persona tan importante?
Para los padres
Comentad con vuestros hijos las veces que ellos ponen excusas para no hacer lo que les pedís. Comentad cómo Felipe fue obediente, aunque él pudo haber puesto muchas excusas para no realizar su misión: estaba lejos y dejaba sola a la iglesia en Samaria, había muchos peligros en el camino, no sabía a quien tenía que hablar o los soldados no le dejarían acercarse. Pero Felipe confió en que Dios le ayudaría a resolver todos los problemas que aparecieran. Tú y tus hijos también podéis confiar en eso.