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DEL DICHO AL HECHO...
Cuando se lanzó el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo, el presidente Juan Manuel Santos aclaró que esta iniciativa, más que un plan de choque, pretende ser un “empujón para una economía que va por buen camino”. Según el Gobierno, con la implementación de estas medidas la economía crecerá un punto adicional, para quedar en 4,8%.
Pero en opinión de varios analistas, estas cuentas resultan demasiado optimistas, pues el desempeño económico no es del todo tan positivo como Santos dice. Las cifras de producción y consumo indican que la desaceleración que se presentó en el segundo semestre de 2012 continuó durante el primer trimestre de 2013, y no se puede desconocer que el arranque de este año ha sido dificil para muchos.
Si hablamos de construcción, tema que impacta directamente al sector ferretero, hay que decir que el plan es generoso, pues se invertirán $2,1 billones para vivienda y $711.000 millones en infraestructura. Muchos coinciden en que esta es la medida más oportuna del plan de impulso, sobre todo en materia de vivienda, no solo por la gran cantidad de insumos que demanda, sino también por los empleos que genera.
De hecho, en el sector ferretero se percibe una buena expectativa, sobre todo con miras al segundo semestre del año. No cabe duda de que la construcción es un jalonador bastante importante para los ferreteros y, por lo visto, muchos esperan que con la implementación del Pipe se dé el tan esperado repunte.
La reducción en las tasas para adquisición de vivienda nueva, entre los 80 y los 200 millones de pesos, será otra de las medidas que tendrá un impacto significativo en el sector, no solo para los proveedores de insumos de construcción, sino también para quienes venden materiales para la remodelación. Si a esto sumamos la segunda fase de construcción de 100.000 unidades, diferentes a las gratuitas, la cosa suena prometedora.
Por su parte, varios bancos han manifestado su intención de reducir sus tasas de interés respondiendo al llamado del Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, lo cual facilitaría las condiciones crediticias para los empresarios.
También hay que recordar que a partir del 6 de mayo comienza el desmonte de los Parafiscales, medida planteada en la reforma tributaria que gracias al famoso Pipe se adelantó un par de meses. Con esta jugada, el Gobierno espera que el empleo mejore. La lucha contra el contrabando es otro de los puntos del plan que es bienvenido.
Y aunque en el papel todo suena bonito, el reto está en pasar del dicho al hecho. Hay que tener en cuenta que, si las cosas resultan como están planeadas, los efectos en la economía y en el bolsillo del ferretero podrán percibirse, no en el corto, sino en el mediano y largo plazo.
RICARDO CORREA Coordinador Editorial editor@revistafierros.com
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