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Cómo quebrar en tres meses
INSTRUCCIONES PARA FRACASAR EN EL NEGOCIO DE LA RESTAURACIÓN, PARA QUEBRAR, PARA QUEDAR EN BANCA ROTA, PARA CERRAR PUERTAS Y ESPANTAR CLIENTES.
Por Redacción LA BARRA
Señores y señoras: quebrar un restaurante en tres meses no es tan fácil como parece. Es necesario invertir grandes esfuerzos y parecer muy aplicados en el empeño de ser descuidados. Existen empresarios de la restauración expertos en cerrar puertas, espantar clientes, dañar el buen nombre y arrojar pérdidas financieras.
No se preocupe, usted también puede ser como estos maestros en quiebras. Basta con que lea cuidadosamente nuestras recomendaciones y las aplique en su restaurante. La bancarrota, querido lector, es- tá a la vuelta de la esquina, así que... ¡manos a la obra!
Lo primero que debe hacer para quebrar en el tiempo propuesto es, precisamente, no hacer nada. Cruce los brazos y siéntese a esperar que el local se derrumbe. Es que sacar adelante un negocio implica muchos esfuerzos: planear, diseñar, eva- luar, consultar, remodelar, ensayar, intentar, buscar, adecuar, crear... en fin. Así que no haga nada: la omisión es el camino más rápido al fracaso.
Sin embargo, para cumplir con el cronograma propuesto deberá apoyarse en otras estrategias, que muy amablemente nos aportaron algunos reconocidos "quiebristas" para compartirlas con los lectores de LA BARRA.
Evite los análisis de mercados. Saber es muy distinto a suponer, y esto último es lo que hacen los expertos en quiebras. Evite averiguar y conocer fielmente los gustos de sus clientes, sus costumbres, necesidades y capacidad de compra. Verá que pronto su lugar será un desierto.
Teniendo en cuenta lo anterior, el siguiente paso es la mala planificación. Trate de vender sin una estrategia. De esta manera, su local parecerá desubicado dentro del sector y nunca logrará posicionarlo, y mu- cho menos fidelizar a un segmento de la población. Un establecimiento que no tiene claro a dónde quiere llegar y que carece de autoridad y responsabilidades definidas al poco tiempo caerá en la mediocridad y, por consiguiente, en el olvido.
A estas alturas su negocio será bastante confuso, pero necesitará más impulso para ir a la quiebra: contrate personal incompetente, descuidado y poco amable, que no conozca a la perfección la oferta del lugar y que no sea cálido con los clientes. Contrate pocos empleados, no los capacite e impártales órdenes contradictorias. Así caerá en todos los errores posibles de servicio al cliente: quejas por doquier y sin solución, pedidos demorados y trocados, confusiones, reclamos, desorden...
Su lugar ya se acerca a la noción que la gente tiene del infierno, pero aún así, le falta un poco para quebrar. Siguiente paso: ol- vídese del control en los procesos de producción, ventas y mano de obra, para que su producto sea de mala c alidad y roce peligrosamente los terrenos de la insalubridad. Evite verificar las ventas y mantener un órden en el registro de ingresos y egresos. No guarde una reserva de capital para sobrevivir durante las épocas de vacas flacas, ni para remodelar, ni para comprar tecnología, ni para la capacitación de su personal.
Esto último es clave: la falta de conocimientos técnicos generará mala calidad y sobrecostos, y si se miran detenidamente, estos dos factores serán el empujón definitivo hacia el abismo.
Así que tenga muy en cuenta estas omisiones y terminará en la banca rota pronto. Pero si lo que quiere es sobrevivir en este competitivo y difícil sector, deberá despertar, abrir los ojos y poner manos a la obra: empiece por hacer todo lo contrario a lo que recomienda este artículo. Quebrar es facilísimo, pero sobrevivir y alcanzar el éxito sí requiere tantos esfuerzos como cualquier otra empresa. Entonces, ¿usted qué prefiere? ❖