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Lo que falta y lo que preocupa
El país viene preparándose para asumir los retos en materia de inocuidad, sin embargo, algunos sectores son más vulnerables que otros y es ahí donde está el punto de quiebre.
Cuando un país tiene la preocupación por producir alimentos inocuos, está dándole a su desarrollo un valor agregado, pues no únicamente está previniendo a su población de posibles enfermedades, sino que además promueve el comercio internacional gracias a los altos estándares que llegan alcanzar los alimentos que puede exportar a otras naciones, lo que representa un medio para promover el crecimiento y disminuir la pobreza.
Es precisamente a esta preocupación hacia donde deben apuntar los objetivos en materia de inocuidad. Una intención que debe trabajarse en conjunto y no de forma individual, en la que se pongan en debate cuáles son las demandas de los protagonistas de la cadena es decir el Gobierno y los gremios empresariales.
El caso de la leche
Rafael Mejía, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, afirma que en este momento uno de los proyectos a establecer consiste en el hecho de revisar las políticas del INVIMA, pues es claro que existen casos en determinados alimentos donde no se mide con el mismo racero a todos los productores de un producto en específico.
“El caso de la leche cruda es uno de ellos, no se puede medir con la misma vara a un crudero que a un industrial que cumple con toda la normatividad, y que el hecho de practicarla lo lleva a incurrir en más gastos, pero igual sale a competir al mercado con la persona que lo hace de manera informal. Y ese es el temor del Gobierno, el hecho de generar desempleo entre los cruderos del país, por ello se hace necesario repensar la normatividad, para el beneficio de todos tratando de no perjudicar a nadie”, señala Mejía.
Entre tanto, para Camilo Pedroche, jefe de calidad de Algarra S.A., “muchas veces algunos intereses pueden llegar a apreciarse como retrocesos en materia de inocuidad, como lo es el caso del
Decreto 1880 en el cual se permite la comercialización, distribución y venta de leche cruda en el país; el cual va en contravía con los requerimientos normativos que aplican para leches procesadas y seguras, y ponen en riesgo la salud de los consumidores que muchas veces no conocen la procedencia ni practicas utilizadas en la comercialización y venta de leche cruda.
El INVIMA es consciente de la situación pues para la entidad debe haber una revisión que permita promover un mayor compromiso por parte de los fabricantes, especialmente de aquellos que se presentan como informales. Por su parte, para el Ministerio de la Protección Social, las problemáticas se evidencian con la falta de compromiso por parte del sector productivo, en algunos casos, para el cumplimiento de las disposiciones del orden sanitario.
Colombia vs. Estándares internacionales
Actualmente el país cuenta con una base normativa armonizada principalmente con el Codex Alimentarius y otras reglamentaciones internacionales, que cuentan con requisitos transversales y otros específicos por producto, para el cumplimiento de los requisitos sanitarios, que no son otros que los establecidos a nivel internacional.
Es preciso aclarar, que algunos países de acuerdo a su desarrollo científico pueden establecer requisitos adicionales, por lo que los exportadores deben estar al tanto en el tema reglamentario del país de destino.
No obstante, para César Alberto Jáuregui, subdirector de Alimentos y Bebidas Alcohólicas del INVIMA, a Colombia le hace falta fortalecimiento de asuntos sanitarios asociados a los requerimientos internacionales, tales como planes nacionales de residuos de medicamentos veterinarios y contaminantes químicos, programas de control y reducción de microorganismos patógenos, trazabilidad, entre otros.
Por ello el Ministerio de la Protección Social, como entidad rectora de la salud pública en Colombia y encargada de la expedición de medidas sanitarias, ha realizado una importante labor en materia de armonización de la reglamentación sanitaria con organismos internacionales de referencia, como el Codex Alimentarius y siguiendo pautas de normas elaboradas por la Unión Europea y otros referentes como la FDA de Estados Unidos de América, con el fin de cumplir con las medidas y estándares internacionales.
Requisitos para un sistema de control ideal
De acuerdo a la FAO, cada país debe cumplir con centros o entes de regulación que cumplan con sistemas de control que cobijen los alimentos producidos, elaborados y comercializados dentro del país, así como también con aquellos que se destinan a la importación, para que cumplan con especificaciones tales como:
Legislación alimentaria (leyes, reglamentos, normas, directrices, códigos de prácticas y verificación de cumplimiento).
Inspección de los alimentos.
Análisis (laboratorios oficiales).
Gestión del control de los alimentos.
Información, educación y comunicación a la comunidad sobre los cuidados en inocuidad alimentaria.