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¿Son seguros los colorantes para alimentos? Mitos y realidades

Mucho se ha especulado acerca de la inocuidad de los colorantes para alimentos. Algunas fuentes han publicado que estos aditivos son nocivos para la salud y que producen enfermedades como cáncer o déficit de atención en los niños; sin embargo, los fundamentos de estas afirmaciones no son científicamente correctos.

Desafortunadamente, la historia de los colorantes para alimentos es bastante oscura, en el pasado se empleaba cualquier tipo de sustancia coloreada para darle una buena apariencia física a los alimentos, incluso para ocultar estados de descomposición. Surge entonces una pregunta: ¿qué tan seguros son los colorantes para alimentos? Linda Katz, M.D., M.P.H., Directora de la Oficina de Cosméticos y Colores del Centro para la Seguridad Alimentaria y Nutrición Aplicada, CFSAN, de la FDA, responde: “Los aditivos colorantes son muy seguros cuando se usan apropiadamente”.

El Estudio Southampton: consecuencias

Con el paso de los años, los problemas de hiperactividad y déficit de atención en niños, “clientes” vitales de la industria de confitería y chocolatería, han ido en aumento. Los investigadores argumentan que estos problemas pueden estar originados en uno de dos grupos: trastornos genéticos o inconvenientes de tipo cultural (como el consumo de sustancias específicas).

Por: IQ Wilmar Suárez Asesor Técnico de Innovación. COLORQUIMICA S.A.

En 2007 fue publicado en la revista médica The Lancet del Reino Unido, un estudio realizado en la Universidad de Southampton por un grupo de investigadores (McCann et al); en éste se analizó el efecto de ciertas mezclas de colorantes y un conservante en dos grupos de niños: 3 años y 8-9 años de edad. Los colorantes involucrados fueron: Tartrazina, Amarillo Quinoleína, Amarillo Sunset, Ponceau 4R, Rojo 40, Carmoisina y el conservante Benzoato de sodio. El estudio concluyó que la exposición a mezclas de estos colorantes más el conservante tenía como consecuencia el incremento en la hiperactividad de los dos grupos de niños.

Las reacciones no se hicieron esperar y comenzó una campaña mediática en contra de los colorantes sintéticos. Algunas organizaciones solicitaron a diversos organismos regulatorios su prohibición inmediata. Fue en este punto cuando la Autoridad Europea para la Seguridad Alimentaria, EFSA, fue requerida para dar un concepto científico acerca del estudio de McCann et al.

Finalizada la revisión, el panel de expertos de la EFSA concluyó que el estudio carecía de bases científicas y que no podía ser usado para prohibir los colorantes en cuestión. Un concepto similar dio la FDA al ratificar la inocuidad de los colorantes. La presión continuó y el Parlamento Europeo adoptó medidas y mediante la Regulación 1333/2008 modificó el etiquetado de los alimentos que contenían estos colorantes incluyendo la leyenda: “Puede tener un efecto adverso en la actividad y atención de los niños”.

Alergias

Otro de los puntos por el cual los colorantes permanecen en el ojo del huracán es por las alergias que se les atribuyen. Se tiene el falso paradigma de que la gran mayoría de colorantes producen alergias. La FDA argumenta: “Es posible, pero raro, tener una reacción de tipo alérgico a un aditivo de color”. Los únicos dos colorantes a los cuales se les ha comprobado algún tipo de reacción alérgica son el Amarillo 5 o Tartrazina y el Carmín.

Tendencias de consumo

Debido a casos como el de Southampton y a que los consumidores cada vez quieren observar etiquetas más limpias, las tendencias globales de consumo de colorantes siguen estando enfocadas al uso de colorantes naturales. Latinoamérica no es la excepción y muchas compañías han realizado de forma exitosa el reemplazo de colorantes sintéticos por naturales, tendencia que va en aumento. Si bien es cierto los costos y la estabilidad siguen siendo factores importantes a superar, la dinámica de innovación marcha a pasos acelerados para asegurar reemplazos óptimos tanto técnica como económicamente.

¿Cómo estar tranquilo?

Actualmente, los consumidores pueden estar tranquilos sobre el uso de colorantes en los alimentos, tanto sintéticos como naturales. Las regulaciones existentes cada vez son más estrictas y siempre y cuando se garantice el cumplimiento de los criterios de pureza de los colorantes y sean usados bajo las condiciones establecidas por los entes regulatorios, no existirá ningún inconveniente con su consumo.

Por último, el trabajo conjunto con el proveedor de colorantes toma un papel fundamental. Son muchos los factores a tener en cuenta al momento de desarrollar un tono específico: procurar que el proveedor cumpla con todos los estándares de calidad e inocuidad requeridos tanto para los colorantes como para el proceso de producción y/o extracción; verificar su experticia, cumplimiento de regulaciones y procesos de mejora continua. De esta forma tendrá herramientas adicionales para continuar con el uso apropiado de los colorantes con toda tranquilidad.

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