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¿Ahogados en la leche?

La importación de leche en polvo, que se incrementó en un 500% en 2012 representa una preocupación seria para el sector lechero colombiano, que de cara a los tratados de libre comercio, TLC, puede generar a los productores más dolores de cabeza de lo que han experimentado.

El anuncio del Ministro de Agricultura de Colombia, Juan Camilo Restrepo de restringir las preferencias arancelarias de la leche en polvo proveniente de Argentina, se debió, como fue publicado por diferentes medios de comunicación, al exagerado crecimiento de las importaciones de lactosueros y leche en polvo de Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela y Paraguay. Según lo planteado por el Gobierno la medida es una forma de proteger los ingresos y el empleo de 350 familias que están dedicadas a la producción de leche en el campo colombiano.

¿Pero realmente sirve la medida?

En declaraciones a IAlimentos hace unos meses José Félix Lafaurie, Presidente de la Federación de Ganaderos de Colombia, Fedegan, mucho antes que se tomara la medida había sido explícito al afirmar que “en el sector lácteo, la balanza comercial es deficitaria, producto de las preferencias arancelarias otorgadas por Colombia en el marco de los TLC vigentes con nuestros principales socios comerciales”.

Por esto aclaraba que entre enero y agosto de 2012 se habían importado 24.500 toneladas de leche y productos lácteos, que equivalen a la entrada al país 154 millones de litros. “Este volumen es bastante elevado, si tenemos en cuenta que los promedios históricos de importación se ubicaban en el orden de las 2.000 toneladas. Estas importaciones suman 87,2 millones de dólares y de este total, el 75% corresponde a leche en polvo originaria de Argentina, Uruguay, Chile, Bolivia, Ecuador y Estados Unidos.

De hecho, Colombia hoy se ha posicionado como el segundo destino de exportaciones lácteas de Chile”, afirmó Lafaurie en ese momento.

Entonces realmente el problema va mucho más allá de lo que ha planteado el Ministerio de Agricultura y las medidas tomadas son realmente una parte del problema, pues aún no se tienen en cuenta la cantidad de producto proveniente de los otros países como Chile, Ecuador, Estados Unidos, Uruguay y Bolivia.

Ahora la medida no es definitiva, pues de acuerdo a lo que manifestó el Ministerio “es de carácter especial y temporal y tendrá una vigencia inicial de 90 días, prorrogables hasta por dos años más”. Por esta razón aún no se debe tener la certeza absoluta para los productores y de no ser consecuentes con lo que se espera, el sector podría enfrentarse a una tormenta literalmente de leche.

¿Dónde fijarse?

Sin lugar a dudas el enfoque debe estar en los TLC y sus implicaciones como lo han manifestado desde un inicio los mismos productores. “El análisis de las estadísticas oficiales de importación revela que, durante el periodo enero - octubre de 2012, se importaron 28.594 toneladas de productos lácteos, equivalentes a un incremento del 369% respecto a las importaciones realizadas en el mismo periodo de 2011”, así lo manifestaron Lafaurie y Mariano Restrepo Flores, Presidente Cámara Gremial de la Leche en una carta dirigida al Presidente Juan Manuel Santos el pasado 30 de enero.

El reto aún se mantiene, pues tanto Gobierno como productores tienen la obligación de no dejar los productores, la industria láctea y los consumidores terminen inundados por la leche que llega de otros países y no repetir escenas como las de hace unos años en donde se vertían en los ductos la producción de centenares de campesinos colombinos.

En palabras de Lafaurie

“La entrada en vigencia de los distintos TLC negociados por el país, sin duda representan el mayor reto y amenaza para el sector, pues en este nuevo escenario comercial la ganadería colombiana tendrá que continuar enfrentando la competencia de las importaciones en nuestro mercado nacional, sin que se cuente con los instrumentos de política para fortalecer y mejorar la competitividad del sector”.

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