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El panorama de las ETAs en Colombia
Por: Diana Castro y Gustavo Mosquera Consultores Convenio 389 - 2012 MSPS FAO Componente Inocuidad de Alimentos Colombia
Las enfermedades transmitidas por los alimentos, ETAs, constituyen hoy día uno de los problemas de salud pública más extendidos tanto en países desarrollados como en desarrollo.
La incidencia mundial de enfermedades transmitidas por alimentos es difícil de estimar, pero se ha informado de que en el 2005 sólo 1,8 millones de personas murieron a causa de enfermedades diarreicas. Una gran proporción de estos casos se puede atribuir a la contaminación de alimentos y fuentes de agua potable (Instituto Nacional de Salud, 2012).
En los países industrializados, se ha informado, que hasta un 30% de la población padecen enfermedades transmitidas por alimentos. Por ejemplo, se estima que cada año ocurren en los Estados Unidos 76 millones de casos de enfermedad transmitida por los alimentos. La gran mayoría de estos casos son leves y causan síntomas durante sólo un día o dos. Algunos casos son más graves y el CDC1 ea que hay 325000 hospitalizaciones y 5000 muertes relacionadas con las ETA cada año. Los casos más graves tienden a ocurrir entre los pacientes muy ancianos, jóvenes, aquellos que tienen una enfermedad que ya reduce la función de su sistema inmunológico y en personas saludables expuestas a una dosis muy elevada de un organismo. (Instituto Nacional de Salud, 2012).
Comportamiento de las ETA en Colombia
En Colombia la vigilancia de enfermedades trasmitidas por alimentos está a cargo del Instituto Nacional de Salud-INS en el marco del sistema de vigilancia en salud pública SIVIGILA, con el apoyo de las entidades departamentales y distritales de salud, el INVIMA y la participación de otras entidades que conforman el sistema. La recolección y notificación de casos y brotes de ETA en el país se efectúan a través de instrumentos, formularios y procedimientos establecidos en el protocolo de vigilancia y control de enfermedades transmitidas por alimentos, del INS, el cual incluye un número importante de variables para determinar el comportamiento de la enfermedad.
De acuerdo con la información del INS, hasta el periodo epidemiológico 11 de 2012 se notificaron al Sistema Nacional de Vigilancia 10.788 casos de ETA; de los cuales el 73% (7957 casos) se relacionaron con 1131 brotes. Los alimentos más implicados en la ocurrencia de los brotes fueron: alimentos mixtos (345 brotes), seguido de leche, productos lácteos y sus derivados (124) y mezclas de arroz (74), entre otros. Como lugar de consumo de mayor incidencia se destaca el hogar (366 brotes) que representa el 50%, seguido de restaurante comercial con 15% (113 brotes) y establecimiento educativo 10% (78 brotes). (Instituto Nacional de Salud, 2012)
Entre los factores de riesgo identificados cabe resaltar: inadecuada conservación de alimentos (177 brotes), inadecuado almacenamiento de alimentos (135 brotes) y fallas en cadena de frío (111 brotes). Los agentes etiológicos patógenos detectados fueron: Estafilococo aureus coagulasa positiva, Salmonella spp.,
Escherichia coli, complejo Entamoeba histolytica/dispar, Shigella sp, Bacillus cereus. (Instituto Nacional de Salud, 2012)
Importancia de estimar el costo de las ETA
Cuando se conoce el número de casos y es posible determinar los agentes causantes, es también factible estimar el costo de las ETA en un país. Así por ejemplo, el costo estimado de 5,4 millones de episodios anuales de ETA en Australia le cuesta a ese país 1,2 millones de dólares australianos. Por otra parte, aproximadamente 120 mil episodios de ETA en Nueva Zelandia en el 2000 fueron calculados en 88 millones de dólares estadounidenses, en tanto que los Estados Unidos calculó en 1996 que el costo de los 6,5–33 millones de episodios anuales de ETA causadas por solamente las seis bacterias más comúnmente implicadas era de 9,3-12,9 mil millones de dólares anuales. (Moliins, 2007).
El costo económico y social de las enfermedades transmitidas por alimentos es probablemente muy grande en la mayoría de países del hemisferio. Si este costo fuera visible o por lo menos estimado, los gobiernos sin duda tomarían medidas inmediatas para reducirlo. La estimación del costo de las ETA debe recibir seria consideración por parte de las autoridades nacionales y de los organismos regionales e internacionales, como preámbulo para un enfrentamiento del problema de la calidad e inocuidad de los alimentos de consumo interno. Por consiguiente, es importante desarrollar o adaptar una metodología efectiva para estimar el costo real de las ETA, aún en ausencia de un sistema nacional de vigilancia epidemiológica. Conocer el costo nacional de las ETA es determinante para que el planificador sopese el costo/beneficio para el país de invertir en mejorar el sistema nacional de inocuidad de alimentos. (Moliins, 2007).
En el anterior contexto, y con el fin de impulsar el desarrollo e implementación de la metodología para determinar la carga de enfermedad por ETA que permita establecer estimaciones epidemiológicas confiables de la carga de estas enfermedades y evaluar el impacto de las medidas de prevención y de intervención en inocuidad alimentaria, el Ministerio de Salud y Protección Social y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO, en el marco del Convenio 389 – 2012 del MSPS - FAO, establecieron una línea de acción con mirar a desarrollar la capacidad de las entidades responsables de la vigilancia de ETA en el país, en la metodología para determinar la carga de enfermedad por estas enfermedades.
En desarrollo de esta línea se realizó el “Taller nacional metodología de carga de enfermedad por enfermedades transmitidas por alimentos ETA”, con el apoyo de OPS/OMS, y la participación de expertos internacionales de éste organismo, del CDC de los Estados Unidos y del Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos de Cuba, en el cual se capacitó a funcionarios de diferentes entidades oficiales responsables de la vigilancia de ETA en el país.
La anterior actividad de capacitación, no solo permitió unificar la metodología de carga de enfermedad por ETA y socializar entre las instituciones participantes el trabajo que viene desarrollando el país, sino que constituye un paso importante para iniciar en firme, el desarrollo de estudios nacionales de carga de enfermedad con fin de obtener herramientas importantes para orientar adecuadamente la toma de decisiones en el marco de las políticas públicas, la determinación de las prioridades en materia de salud pública, la evaluación de los programas de prevención de las enfermedades y la determinación del costo relativo de las medidas de control; así como para fortalecer el sistema nacional de gestión de inocuidad de alimentos.
1 Centro de Control de Enfermedades (por sus siglas en inglés).
Bibliografía:
Instituto Nacional de Salud. (2007). Protocolo de vigilancia de Enfermedades Transmitidas por Alimentos ETA. Boootá D.C, Colombia . Instituto Nacional de Salud. (2012). Informe del Evento Enfermedades Transmitidas por Alimentos, Hasta el Periódo Epidemiológico 11 del año 2012. Bogotá.
Moliins, R. (2007). El costo invisible de las enfermedades transmitidas por alimentos . Bogotá D.C: COMUNIICA.