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La lucha contra los LMRs
La dinámica del sector alimentario a nivel mundial obliga a mantener a las compañías proveedoras y procesadoras de alimentos los más altos estándares en el control y calidad de sus procesos, sin embargo en algunas ocasiones los hechos muestran algunas fallas que llevan a la industria a encontrar los resultados poco favorables tanto para las compañías como para los procesadores de alimentos.
Uno de los temas que más ha llamado la atención en los últimos años bajo las exigencias de las nuevas legislaciones a nivel mundial es el de los plaguicidas, que de una u otra forma enfrentan la tendencia natural en el consumo de alimentos en el mundo. La situación ha obligado a que algunas organizaciones como la FAO hayan intervenido cada vez más en el asunto manifestando la importancia de lo que representa este tema para la industria de alimentos global.
En este sentido es importante para quienes requieren hacer un control minucioso de este asunto conocer cuál es el llamado de la FAO, pues ya varios hechos por esta materia han sido noticia en algunos países como Chile o India donde los residuos de plaguicidas en alimentos han causado varias dificultades.
La eliminación de los plaguicidas
Para la FAO el asunto es definitivo: “se debe acelerar la eliminación de los plaguicidas”. El Organismo ha querido hacer un llamado en esta materia y por esta misma razón optó por impulsar una herramienta de asistencia técnica que le permita evaluar la toxicidad de estos compuesos tanto para el producto como para el medio ambiente.
De acuerdo a lo que ha manifestados la organización
“los gobiernos de
América Latina y el Caribe deben acelerar la retirada de los plaguicidas altamente peligrosos de sus mercados”, al referirse en relación a lo sucedido en Bihar, India, donde 23 niños murieron al ingerir alimentos contaminados con monocrotofos.
En términos técnico el monocrotofos es un plaguicida organofosforado considerado como de gran peligrosidad por la FAO, y están prohibidos en El Salvador y Estados Unidos, y restringido en Costa Rica y Belice. Es por esta misma razón que para el organismo se debe impulsar en los países la aplicación de una herramienta de asistencia técnica que permite evaluar no sólo la toxicidad aguda de los plaguicidas altamente peligrosos, sino también su toxicidad crónica en personas, y sus impactos sobre el medio ambiente para que los gobiernos tomen decisiones sobre el retiro y/o prohibición de estas sustancias.
Lo que destaca la FAO en esta materia es poder impulsar esta herramienta de tal forma que se eviten situaciones como la ocurrida en India y muchas otras que se vienen presentando a nivel mundial, por esto la Organización viene buscando alternativas que incluyen el desarrollo en esta materia que le permita incluir a quienes hacen parte de la cadena de producción de alimentos, donde hoy se vinculan 92 países en la gestión de plaguicidas, en América Latina se destacan los trabajos hechos con Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Uruguay.
¿Cómo contrarrestar los plaguicidas peligrosos?
Uno de los hechos que buscan darle solución a estas situaciones con los plaguicidas es la buscar alternativas que permitan garantizar la calidad de los productos y evitar las dificultades a futuro. Por esta razón para la FAO es importante destacar que “existen alternativas que no utilizan productos químicos y son menos tóxicas. En muchos casos el manejo integrado de plagas puede ofrecer una solución adecuada más sostenible y que reduce el uso de plaguicidas. En la región, según el organismo se ha trabajado para la gestión de plaguicidas obsoletos en Bolivia, y en un manual de registro de plaguicidas para Centroamérica.
En América Latina la FAO ha buscado fomentar el estímulo de este tipo de enfoques en el manejo adecuado de plaguicidas a través de un manual orientado a la agricultura urbana presentando bio-fungicidas, insecticidas, repelentes y fertilizantes elaborados con sustancias naturales. Otra herramienta clave para los agricultores es el manual práctico de Manejo integrado de plagas y enfermedades en cultivos hidropónicos en invernaderos.
Según una de las recientes publicaciones del Organismo “en 2012, Paraguay implementó una innovadora tecnología para biodegradar semillas de algodón contaminadas por plaguicidas. Mediante técnicas de biodegradación, un proyecto de Paraguay y la FAO logró convertir semillas de algodón contaminadas por plaguicidas en compost apto para uso agrícola”.
Los más y menos contaminados
Un reciente estudio realizado por el Environmental Working Group, la organización ambientalista estadounidense presentó los alimentos más y menos contaminados por los plaguicidas que se utilizan en el sector agrícola, lo que permite identificar el origen de muchas situaciones de intoxicaciones por el consumo de estos productos. De acuerdo a la investigación los alimentos más contaminados son la manzana, fresa, uva, apio, tomate cherry, pepinos, chiles, duraznos, papa, espinaca, pimiento morrón y calabazas. Por otro lado la investigación concluyó que los menos contaminados son el camote, chicharos congelados, piña, papaya, cebollas, hongos, mango, kiwi, toronja , berenjena, maíz dulce, melón, col, aguacate y los espárragos.
De acuerdo a lo que allí se plantea “en este proyecto se emplea un proceso que utiliza técnicas de compostaje para biodegradar los plaguicidas mediante la acción de microorganismos. Según los resultados del proyecto, en tan solo 150 días, la concentración de plaguicidas en las semillas alcanzó niveles de bajo riesgo”. La FAO señala que “se debe tener especial cuidado en el uso de plaguicidas por parte de los pequeños agricultores, ya que en algunos casos carecen de conocimientos, pulverizadores, equipos de protección e instalaciones de almacenamiento adecuadas para manejarlos correctamente y sin riesgos para su propia salud y para los consumidores”.
aprobado por los países miembros de la FAO, que establece normas de conducta voluntarias para todas las entidades públicas y privadas involucradas en el manejo de plaguicidas. Este Código cuenta con amplia aceptación como la principal referencia para la gestión responsable de plaguicidas”.
La FDA y los plaguicidas
La posición de la FDA en cuanto a los residuos de los plaguicidas en los alimentos es clara, al referirse sobre su papel como autoridad en este sentido, pues su posición es clave para quienes exportan alimentos a los Estados Unidos y para los Gobiernos que toman como referencia a esta autoridad. "Al establecer una tolerancia de un residuo de plaguicida químico en o sobre un alimento, el Administrador deberá determinar si un nivel máximo de residuos para el producto químico pesticida ha sido establecido por la Comisión del Codex Alimentarius. Si un máximo nivel de residuos del Codex se ha establecido para la sustancia química plaguicida y el Administrador no propone adoptar el nivel del Codex, el Administrador publicará para comentarios del público un aviso explicando los motivos para apartarse de la escala del Codex “.
Según lo plantea la organización “una de las herramientas para enfrentar el manejo responsable de estas sustancias es el Código Internacional de Conducta para el manejo de plaguicidas,
Desde hace algún tiempo la FAO viene cultivando una propuesta para reconocer la higiene de los alimentos y los riesgos que trae la inadecuadamanipulación; causada poragentes biológicos, químicos y físicos que varían dependiendo del tipo de industria o el proceso; los casos más comunes se presentan en laindustria cárnica, láctea y de pesca.
En primera instancia la industria debe revisar los peligros potenciales que pueden causar daño a la salud humana como microorganismos patógenos, sustancias químicas vidrios u otros elementos. El proceso productivo debe revisar la presencia de estos agentes negativos y el crecimiento microorganismos, la producción de toxinas y la supervivencia de patógenos, esto con el fin de evitar posibles contaminaciones en los alimentos.
En las materias primas como en las agrícolas pecuarias y pesca puede generar algunos riesgos en la industria y puede ser causado por bacterias, parásitos, plaguicidas, medicamentos veterinarios, toxinas naturales y metales pesados. Cada elemento de contaminación cambia dependiendo la industria.
La aplicación de sistemas preventivos parte de la inocuidad, a través de las HACC, buenas prácticas de manufactura, buenas prácticas ganaderas y buenas prácticas agrícolas. Los riesgos se pueden analizar con previa evaluación, gestión y la previa comunicación, que es transversal a los dos anteriores y se basa en un intercambio de información y opiniones a lo largo del proceso. En cuanto a la metodología de evaluación de riesgos es necesario conocer la clase de peligro, los escenarios y las características (químicas o microbiológicas), posteriormente determinar en medio de la cadena alimentaria cual tiene mayor impacto decontraer riesgo de exposición.
Fuente: FAO ALC -Food Safety 2013