HISTORIA
La orilla correcta del Guadalquir Por JOSÉ LUÍS CAMPOS SOTO
S
eguramente, quien tenga a bien leer estas líneas habrá escuchado alguna que otra vez cómo, en infinidad de ocasiones, se nos ha tildado a los sevillanos de ser excesivamente “chauvinistas”, ya que con frecuencia nos creemos (si se me permite la expresión) “el ombligo del mundo”. Pues bien, aunque quizás en un mundo como el actual, en el que cada vez prima más el concepto de globalización, no esté bien vista esta postura. Yo, en cierto modo, no tengo ningún tipo de rubor en manifestar que me identifico con ese chauvinismo, ya que como dice la letra de una sevillana del desaparecido Rafael del Estad, “Sevilla es el mundo pa los sevillanos”. Pero, si me permiten, voy aún más lejos. Hace muchos años, estando en una reunión cofrade en el centro de nuestra ciudad, mi hijo, que obviamente formaba parte de la misma, exclamó (refiriéndose tanto a él como a quien suscribe) “nosotros somos de la orilla correcta del Guadalquivir”. Tengo que confesar que aparte del revuelo que se formó entre los presentes, la frase, además de gustarme, me impactó y desde ese día suelo hacer uso de ella con relativa frecuencia. ¿Y por qué? Pues porque aunque sea un ferviente enamorado de la “Ciudad de la Gracia”, como llamó a Sevilla el insigne escritor José Mª Izquierdo Martínez, no me cabe la menor duda que Triana es como reza la leyenda de muchas camisetas “puente y aparte”. Y esto es así, porque desde nuestras instituciones hasta el más humilde rincón del barrio tienen una seña de identidad propia. ¿O es que hay algún barrio de Sevilla al que al Concejal Delegado del Distrito se le llame “Alcalde” como aquí en Triana? Por cierto, que todos los que han ocupado dicho cargo lo han llevado a gala. Desde el querido Paco Arcas, hasta la actual Encarnación Aguilar, pasando, entre otros muchos, por Curro Pérez (que se enorgullecía enormemente de “ser Alcalde de Triana con sus dos abuelas vivas”). Y hablando de instituciones, imposible obviar la “Peña Trianera” que, desde su fundación en 1932, no ha cesado de difundir la cultura en todas sus manifestaciones,
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especialmente las propias de nuestro barrio, teniendo abiertas sus instalaciones para cualquier trianero que las demande (conferencias, presentaciones de libros, etc.). Acaso, aunque sea de manera oficiosa, ¿no tenemos en Triana nuestra propia Catedral? La majestuosa Real Parroquia de Santa Ana, levantada en el siglo XIII por expreso deseo del rey Alfonso X “el Sabio” y a la que hacían Estación de Penitencia las Cofradías trianeras hasta el siglo XIX. Y, ahondando en la tradición marinera de nuestro barrio, ¿quién fue la persona que avistó tierra en la colombina expedición que descubrió el Nuevo Mundo? ¡Rodrigo de Triana! Pero aún hay más. Otro acontecimiento naútico de indudable transcendencia para la Humanidad, fue la I Vuelta al mundo, cuyo origen, como no podía ser de otra forma, fue nuestro viejo arrabal, así como el final de dicha expedición tres años después (1519-1522). Pero volviendo a las Hermandades y Cofradías, (en este caso letíficas) en nuestro barrio, allá por 1814 se fundó la primera Hermandad del Rocío de nuestra ciudad, conocida mundialmente como Hermandad del Rocío de TRIANA y que fue pieza fundamental en el orígen de la romería del Rocío. Prueba de ello la poesía del retablo que ocupa el lateral de la Parroquia de San Jacinto y que reza como sigue: “Soy la Virgen del Rocío Madre de Dios, Soberana, nació aquí mi romería, para gloria de Triana, al llegar el nuevo día, santíguate buen cristiano, y rézale un Ave María.” Siguiendo con nuestras Hermandades, en el convulso año de 1932, la única Cofradía sevillana que salió a la calle
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