74 Balcei 201 mayo 2022
#alcorisasaleunida
rincón del libro
“El lector incorregible” José Luis Melero
José Luis Melero.
“La vida es como una caja de bombones. Nunca sabes lo que te puede tocar”. La frase es de Forrest Gump. El libro que presentamos hoy es una enorme caja de bombones. Su autor no necesita presentación pues en Alcorisa y Aragón se sabe que Pepe Melero es bibliófilo, escritor, periodista, tertuliano, entendido en jotas, zaragocista acérrimo, Académico de san Luis, defensor de los necesitados, amigo de todos…
El lector incorregible es un compendio de artículos escritos y publicados en el Heraldo de Aragón por Melero desde 2015 al 2018. Como el autor es tan prolífico y tiene tanta capacidad para llegar a tantos frentes, sus artículos son variados, plurales y diversos. Ahora bien, todos ellos tienen calidad, vida a raudales, aragonesismo y buen gusto. Entre otras cualidades que se pudieran añadir. Sin duda, es obligatorio partir, en esta pequeña aproximación, del propio ideario que el autor resume en su capítulo LIMINAR (sic): “Mis lectores incorregibles conocen de sobra lo que van a encontrar en estas páginas: mucha pasión por los libros y la literatura, algunos pocos saberes inútiles, interés por no tomarme nunca demasiado en serio, voluntad de condimentar todo con algo de humor, y un tono que siempre pretendo que sea amable y confianzudo, para que las horas de lectura se pasen sin darse uno cuenta. Nada me gustaría más que un día, al encontrarnos en cualquier librería, pudierais decirme que las historia de este libro os habrán proporcionado
un poco de felicidad. Todo entonces habrá merecido la pena.” Los bombones a escoger son tan variados que van desde los Aragoneses en los libros a las cloacas del estado, de la Jota como cultura viva a los verdugos del tardofranquismo, del origen de la canción “La vaca lechera” a la caja y cajas de música relacionadas con el imprescindible Ramón Acín, de Educación y de Fútbol o de ambas cosas a la vez, del feminismo a bodas románticas, de historias emotivas de nuestra guerra civil a filosofía de vida (contra la amargura). Es imposible, pues, no encontrar un gusto o sabor que no te agrade y puede que la gran mayoría. Y los bombones son tan breves y con tan buen sabor… Además estos no engordan sino que estimulan positivamente. Es curioso, además, observar cómo todos estos artículos insertados en un contexto temporal y político tuvieron en su día una vigencia y un sentido que los colocaban acertadamente en el hoy informativo. Han pasado para muchos de ellos varios años y siguen siendo vigentes, siguen
siendo sabrosos e intemporales, casi, casi podríamos decir que se acercan a lo clásico. Y además aragoneses. Atrévanse con este producto de confitería. Sé que les durará poco. Pero estoy seguro que podrán decirle a Pepe Melero que les han proporcionado un mucho de felicidad. Jesús Félez
“El café de la Granota” Jesús Moncada
Jesús Moncada.
Nos sucede a menudo que, por cercano, desconocemos tesoros o paisajes u obras para las que no prestamos la suficiente atención. En Teruel tenemos la mayoría de los pueblos más bellos de España que apenas conocemos o visitantes nos descubren la belleza de paisajes o cielos que, por repetidos, no sabemos descubrir. En la cultura, suele pasarnos de la misma manera. Jesús Moncada es un escritor aragonés, premio de las Letras Aragonesas 2004 que descubrió, tras
haber acabado sus estudios de maestro, que se podía escribir en catalán —pensaba que seguía prohibido—, el catalán de su pueblo y realizó una labor de rescate y de creación de belleza espléndida. Con pocas teclas del ordenador, se acercarán ustedes mismos, a un currículum y una vida —murió en 2005— riquísimos. El librito que les presento hoy es una colección de relatos —cuasi cuentos— ambientados en su pueblo, Mequinenza —tan próximo al nuestro— y que recoge historias con tipos, personas, situaciones, desenlaces que el pueblo ha rumiado y que radiografían el alma colectiva y social de un pueblo minero que entre los cincuentas y sesentas del pasado siglo exporta a través del Ebro su carbón hacia el sur-este. Sea a Fayón para cargar en el tren o hacia la gran Tortosa para nutrir las industrias locales y volver con novedades comerciales hacia el pueblo. Todo un viaje que abre rendijas en la convivencia, cultura, relaciones y moral de la “vila” de partida. No estamos hablando aún de la gran obra de Moncada , Camí de Sirga; ese camino fluvial que constituye el Ebro y que permitirá al autor escribir un clásico de la literatura española.
El libro al que me refiero está traducido al castellano aunque uno de los valores de la obra es el trabajo lingüístico que significó Moncada en la recuperación del catalán de la Franja. Olvidándonos del tema lingüístico, las historias de cada uno de los relatos con tono humorístico y de crítica social nos mantienen en vilo y con la sonrisa o el suspense permanente. Algo así como si en Alcorisa, alguien, en esos años, hubiese re-
cogido las historias sucedidas en el Bar Cantábrico —actual bar Sierra—. Por allí hubiesen desfilado alcahuetas, guardias civiles, falangistas encopetados, rumores de maquis, curas poco célibes, historias de misterio o de orates, encarcelados o desvalijados sin razón… Alguien podría emprender con la legendaria taberna Muscari… Les aseguro que habrán ustedes de pautarse la lectura en dosis, para no acabarla con demasiada presteza. Un auténtico disfrute. Tanto por el hilo del relato que nos tiene suspendidos, como por el lenguaje, la retranca, la socarronería, la belleza y casticismo de las expresiones… Una gozada. Estoy seguro que si se inician en Jesús Moncada con esta obrita, será difícil que no se acerquen a Cami de Sirga. Ese camino paralelo al río que permite a las caballerías arrastrar, río arriba, a las peculiares embarcaciones, “llaüts”, que, conducidas con extrema pericia, podían transportar 30 toneladas de carbón extraído de las minas de Mequinenza. Lo tienen al lado. No dejen pasar la ocasión. Jesús Félez