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Qué es la muerte de las ciencias humanas?
from La muerte desde un enfoque inter y multidisciplinario. Hacia una terapia psicosocial y cultural
¿QUÉ ES LA MUERTE DESDE LAS CIENCIAS HUMANAS?
ROBERTO ÁGREDA MALDONADO18 (Bolivia)
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Introducción
Este ensayo desarrolla reflexiones sobre la muerte desde las ciencias humanas, pero no de todas las ciencias del ser humano, sino de las más conocidas como la filosofía, la antropología, la psicología, las ciencias de la educación, el derecho y la ciencia política, y con esos conocimientos contribuir a la terapia psicosocial y cultural para combatir las consecuencias del Covid-19, que soporta
18 Nació el 29 de abril de 1966. Abogado, pedagogo, cientista social, escritor, conferencista y docente universitario de las carreras de Ciencias Jurídicas y Ciencias de la Educación de la Universidad Mayor de San Simón. Libros recientes: Filosofía de la educación (6ª ed., 2018), Diccionario del poder (2018), Diccionario de Psicología Jurídica (2018), Diccionario de filosofía (2018).
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Bolivia desde marzo de 2020 hasta el presente, como parte del planeta Tierra.
Responder al problema ¿Qué es la muerte para las ciencias humanas? No es una tarea fácil, requiere de la indagación en las ciencias mencionadas a partir de la producción intelectual de los autores que han trabajado muchos años, sus textos lexicográficos y desarrollar las inferencias que cada disciplina académica provoque y exponer con la mayor humildad posible.
Con la esperanza de responder a las expectativas de encontrar repuestas a lo que es la muerte, desde un enfoque inter y multidisciplinario. Hacia una terapia psicosocial y cultural para combatir las consecuencias de la pandemia del Covid-19 en Bolivia.
Desarrollo
“Conocer es pensar lo que es: el conocimiento es cierta relación —de conformidad, de similitud, de adecuación— entre el espíritu y el mundo, entre sujeto y objeto (Comte-Sponville 2007:61).
La muerte es un fenómeno normal y comprensible de la mayoría de los seres vivos y claro del ser humano en particular. La muerte puede ser una consecuencia natural, algo accidental, hecho súbito o algo necesario cuando no se puede vivir, cuando hay demasiado dolor o existe ya una muerte cerebral.
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La muerte es un tema que asusta, pero comprenderla, también puede servir de terapia psicosocial y cultural para combatir las secuelas de la pandemia del Covid.19 y otras causas de muerte, porque se desmitifica y se lo hace comprensible a la luz de la filosofía, la antropología, la psicología, las ciencias de la educación, el derecho y la ciencia política.
La muerte para filosofía
“Nosotros, que no somos sabios, que no somos más que aprendices de la sabiduría, esto es, filósofos, todavía hemos de aprender a vivir, a pensar, a amar. Nunca se acaba de aprender, y por eso necesitamos siempre filosofar” (Comte-Sponville 2007:164).
El campo de conocimiento de los filósofos de todos los tiempos es un desafío para comprender lo general de la naturaleza, la sociedad, la cultural, la ciencia y la tecnología. Es cierto como sistematiza André ComteSponville, la filosofía nos enseña a vivir bien y a aprender a morir. La sabiduría es la meta y la filosofía el camino (Comte-Sponville 2007:156). Adelante entonces. No se puede desarrollar un ensayo sin explicar el papel de la filosofía como una disciplina de la investigación del todo, dentro de él, el tema que atinge, la muerte a causa de la pandemia del Covid-19 u otra causa.
La muerte ha despertado un enorme interés a los filósofos de todos los tiempos. Dicho interés se ha centrado en dos cuestiones: tratar de entenderla y tratar de aceptarla de modo que no afecta la vida. […] Sócrates insiste en varias oportunidades […] en que no le teme a la muerte e, incluso, en que puede
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consistir en algo bueno para él […] En Platón, la muerte es un hecho liberador, que permite que el alma inmortal abandone el cuerpo y tenga la posibilidad de pasar un tiempo disfrutando de su vida inmaterial. […] Quizá el mejor argumento contra muerte sea el brindado por Epicuro. […] El argumento es simple: mientras alguien está vivo, la muerte no lo afecta. Cuando la muerte llega, no lo encuentra. Es decir, a la muerte no lo siente ni los vivos ni los muertos. Y como para Epicuro la sensación es la que brinda el criterio para distinguir lo bueno de lo malo, la muerte no puede ser considerada un mal (Santiago y Zorzut 2009:260261).
Por ello, la muerte debe ser comprendida como un suceso normal, lo que hay que aceptar y evitar que afecte a la vida de los que viven. Sin embargo, no se puede ignorar a la muerte. “Heidegger denomina a la muerte `la posibilidad más propia´ del hombre, puesto que es la única posibilidad que sabe con certeza que ha de realizarse” (2009:261), pase lo pase, se haga lo que se haga, aunque con José Luis Cordeiro19 y los nuevos descubrimientos de células que no mueren y las células que no mueren se pueden reemplazar, natural o artificialmente. Lo precedente es una esperanza de vida eterna. Sin embargo, para la mayoría para vivir dignamente hay que darle sentido a la vida y cuando se está a punto de perder, hay que renovar el sentido de la vida. Para no angustiarse es necesario recoger el pensamiento de Baruch Spinoza. “En Spinoza, la muerte, considerada desde el
19 Autor que escribió y brindó conferencia denominada: La muerte de la muerte.
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punto de vista de sustancia, no es nada. Ya que la sustancia, como tal, nada pierde con la transformación de sus modos” (Spinoza cit. por Santiago y Zorzut 2009:261). Además “Spinoza sostiene que `el hombre sabio en nada piensa menos que en la muere´ (2009:261). Esto es importante, lo sabios no piensan en la muerte, sino en la vida, en la realización de sus ideales, de sus proyectos, de sus sueños, trabajan el presente y el porvenir. Hay que trabajar con libros, herramientas, máquinas, personas la vida y no la muere.
La muerte para antropología
Una de las ciencias más importante de las ciencias humanas es la antropología que estudia al hombre en relación con la tradición y la cultural de un espacio y tiempo determinados. Las ciencias sociales más influidas por la antropología son la psicología, la pedagogía, el derecho y la ciencia política. Para antropología el ser humano es un ser vivo que hace cultura y transforma todo lo que toca y a su vez, es transformado por todo lo que vive y muere de su contexto histórico y cultural. La Real Academia de la Lengua Española, define la muerte como la “1. Cesación o término de la vida. 2. En el pensamiento tradicional, separación del cuerpo y el alma […]” (RAE 2014:1508). Esta segunda conceptualización, asume en parte la antropología tradicional y las religiones. Esto se verá a continuación.
En el mundo a nadie se le puede prohibir que escriba, es más se debe más bien estimular a todos a leer
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comprensivamente, a pensar, a escribir y testimoniar la existencia humana. Henriette Eva Szabó publicó en forma privada el voluminoso Diccionario de la antropología boliviana y ella parece extranjera. Es un llamado a los antropólogos bolivianos que hagan su parte. Luego de esa digresión, se cita la explicación de la muerte que hizo la autora mencionada:
Las ideas sobre la vida después de la muerte existen en todas las culturas. En Bolivia, en las diferentes culturas indígenas, muchas veces, las posesiones del difunto eran quemadas después de su muere para que nadie más las posea, porque se creía que su dueño les traía enfermedad o maldición. En otros casos, eran enterrados junto con el muerto para servirle en la vida de ultratumba. […] El rol de los muertos puede ser variado, benigno o maligno, pero siempre son respetados y temidos. En la cosmovisión andina la muerte no significa el fin de la existencia, sino pasar a otro mundo, continuando la existencia en otro nivel. […] Están presentes en el mundo de los vivos a través de los `achachilas` y diferentes partes de la naturaleza, y tienen un rol ambiguo: cuidan y protegen a los vivos, pero también pueden causar daño, por lo tanto, todo el año se les hacen ofrendas, especialmente en Todos Santos, pero su culto se liga con toda la estación lluviosa hasta más o menos Carnaval (Szabó 2008:466).
De la cita precedente se desprende e infiere que la muerte para la antropología boliviana basada en las tradiciones culturales prehispánicas, similar a la antropología de otros países, interpreta que la muerte no significa el fin de la existencia sino el pasar a otro mundo.
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En la cultura andina, los muertos siguen realizando actividades, pueden ser buenas para unos y malas para otros.
En síntesis, la muerte para la antropología boliviana basada en la cosmovisión andina, es un suceso de cambio de mundo, del mundo de los vivos, al mundo de los muertos que se visualiza en cada velorio, en cada entierro y en forma más amplia en la fiesta de Todos Santos. En el pensamiento teológico, el cambio de mundo, se racionaliza como la separación del alma del cuerpo del fallecido, que vivirá con la divinidad o por contrario con el diablo.
La muerte para la antropología es un suceso cultural y tradicional de los seres humanos que dejan de estar entre los otros en forma física, para permanecer en forma más espiritual en los recuerdos de sus seres queridos. Las acciones del fallecido (verbales o de hechos) vivirán por siempre en las personas que los recuerden. La forma de la muerte es fundamental para explicar los efectos en sus seres queridos y otros conocidos o de personas que recién se enteran del muerto.
La muerte para psicología
Se parte de que la psicología es una ciencia humana que estudia los fenómenos psíquicos del ser humano, la subjetividad, la personalidad; lo interno, lo externo y lo latente, como producto de la relación del hombre con la naturaleza, la sociedad y la cultura.
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La muerte para la psicología, según Howard Warren es simplemente la “cesación definitiva de la coordinación en los organismos, produciendo la terminación de los procesos vitales” (Warren 2010:234). En cambio, para Friedrich Dorsch et al., la muerte es el
Último destino natural del hombre, que se diferencia de todos los demás animales por conocer la propia muerte y trascenderla en su pensamiento. Por eso es importante psicológicamente que el hecho de la muerte suscite problemas filosófico-religiosos últimos acerca de la trascendencia, el sentido de la existencia y la escatología [psicología de la religión] (Dorsch 2008:509).
La muerte humana es interpretada como una especie de metamuerte, conocimiento de la muerte y por contrapartida, la valoración de la vida, el sentido de la existencia, que es más filosófica, y la psicología de la muerte.
Por su parte, el psicopedagogo Alberto Merani, con la teoría de Freud, describe el impulso o instinto de muerte que
tiende a la destrucción del individuo, su muerte; se presenta desde el punto de vista psicológico como huida de la realidad, y se opone a los impulsos de vida; como consecuencia de esta oposición, que impide la realización completa de ambos impulsos, el individuo solamente muere cuando se completa del todo el ciclo normal de vida (Merani 1979:109110).
A su vez, los psicoanalistas amplían la explicación y dicen que las pulsiones de la muerte
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[…]tienden a la reducción completa de las tensiones, es decir, a devolver al ser vivo al estado inorgánico.
Las pulsiones de muerte se dirigen primeramente hacia el interior y tienden a la autodestrucción; secundariamente se dirigirán hacia el exterior, manifestándose entonces en forma de pulsión agresiva o destructiva (Lagache, Laplanche y Pontalis 2013:336).
Intelección biopsicológica, de la destrucción de lo interior (el carácter, el temperamento) a la exterior (funciones vitales). En suma, se asume que la psicología explica la muerte como la cesación de las funciones vitales de un ser humano y como finalización de la personalidad humana, que evita las relaciones interpsíquicas individuos y las actividades intrapsíquicas de una persona.
La muerte para las ciencias de la educación
Las ciencias de la educación son disciplinas auxiliares de la pedagogía que desde sus objetos de estudio específicos estudian el proceso educativo. Otros autores asumen las ciencias de la educación como una macrodisciplina comprendería la pedagogía y otras ciencias con capacidad de resolver problemas del proceso educativo. Esta segunda perspectiva domina el ambiente académico, por ello las carreras que se inicialmente se llamaba pedagogía o afines ahora se llaman Ciencias de la Educación.
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En el mundo de las ciencias de la educación, la muerte puede ser explicada como el hecho que impide la formación, actualización o reeducación de la persona. La editorial española denominada cultura, en su diccionario de pedagogía y psicología define la muerte como el “cese completo, definitivo e irreversible de las funciones vitales” (Cultural 2002:225), que no dice mucho en relación a la educación.
La extinción de la vida puede ser muerte súbita
Aquella que sobreviene de un modo imprevisto y repentino. La muerte súbita es la principal causa de mortalidad de los bebes que tienen entre dos semanas de vida y un año. Los niños prematuros, varones o hijos de una mujer fumadora o drogadicta tienen más probabilidad que el resto de sufrir este tipo de muerte (Martí et al. 2003:309).
Una visión más médica que educativa, a no ser que quiera ver como prevención o preparación pedagógica para aceptar la muerte prematura por los padres. Se asume que la muerte en las ciencias de la educación, es un el hecho biológico individual que impide la formación, actualización o reeducación de un sujeto educativo, como cualquier ciudadano sin importar la edad y el nivel cultural.
La muerte para el derecho
La muerte para las ciencias jurídicas, es el “Fin, extinción, término, cesación de la vida, al menos en el aspecto corporal. Homicidio, sea casual o intencional.
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Pena de muerte” (Martínez 1995:305). A lo que complementa Cabanellas: “Destrucción, ruina, desolación. Cese en una actividad, paralización de la misma” (Cabanellas 2006: 259). Forman parte de la familia de los términos jurídicos sobre la muerte: muerte aparente, muerte civil, muerte simultánea, muerte violenta, muerte accidental, muerte del imputado, muerte del trabajador, muerte natural, muerte presunta, etc. Néstor Darío Rombola y Lucio Martín Reboiras explica la muerte como no solo como el fin de la vida sino la consecuencia de ese hecho.
El ser humano, al dejar la vida, trasmiten los derechos que poseían hasta entonces a las personas que le suceden o reemplazan; y por eso este acontecimiento debe hacerse constar de un modo solemne, para que no haya incertidumbre sobre los derechos que genera (Rombola y Reboiras 2011:658). Datos que son interesantes para fines judiciales, relativos a bienes, herencia y derechos. “El cuerpo de una persona muerta se denomina cadáver” (2011:658). Estos autores complementan su explicación con datos históricos sobre el muerto y el derecho.
En la antigüedad, la práctica de ejecutar sentencias penales aun sobre cadáveres, era de frecuente uso. En la antigua España, la Ley de partidas, decía que ´muerto el delincuente, no ha de imponerse pena alguna a su cadáver, ni aun por razón de aquellos delitos en que puede procederse contra sus autores después de muertos, pues solo hay lugar de proceder en estos casos contra su memoria y sus bienes, y no
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contra sus cuerpos´. No se oponía a esta disposición la práctica, en aquel entonces legal, de colgar por los caminos públicos a los ajusticiados, ni la de echar al mar o al río sus cadáveres, pues tales penas eran solo penas continuadas y no impuesta sobre el cadáver (2011:659).
Lo que no deja de sorprender, pero también hace entender que la muerte responde a una concepción jurídica de un tiempo y país determinado. Al que hay incluir, sus dominios ya sean colonias u otras categorías de regiones/territorios subordinados a otro país colonial o poscolonial.
La muerte para la ciencia política
La ciencia política es la ciencia humana y social que estudia el poder, la práctica política, los sistemas políticos y el comportamiento político. Lo que tal vez sirva en este discurrir, sería la muerte civil:
Situación jurídica de antiguos ordenamientos que preceptuaban, en la vida de una persona, el despojo o privación de todos sus derechos civiles y políticos. En Roma se conoció en la forma la aquae et ignis interdictio (la privación del agua y del fuego), que empujaba a la emigración forzosa. La institución fue incorporada al Código de Napoleón, pero hoy está abolida por todas partes, excluidas ciertas formas de persecución de las tiranías. Tan solo un eco es la moderna interdicción civil, limitada a ciertos derechos (Ossorio 2009:631).
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Para emitir un comentario, es necesario completar lo anterior con la explicación del lexicógrafo político Rafael Garzaro, quien en su Diccionario de política explica lo siguiente:
Condición jurídica en que quedaban los individuos a quienes se les privaba como parte de una condena por la comisión de un delito de todo derecho a intervenir en las actividades de una sociedad. Esta institución desapareció en el siglo XIX. También se consideraba en esa misma condición a los individuos que profesaban en una orden religiosa (Garzaro 1977:245).
Entonces, la muerte civil era un castigo que privaba a una persona de los derechos civiles y políticos que impedían participar en las actividades de su sociedad. La novedad de Garzaro, es que se aplicaba no solo a políticos sino también a integrantes de órdenes religiosas. La muerte en la ciencia política se asocia, en forma más directa, con la categoría de muerte política:
Condición en que queda una persona que por decisión de la autoridad es despojada de todos sus derechos políticos, y queda, por tanto, privada de participación en los procesos políticos de su propio Estado. Esta medida es está generalizando en varios países suramericanos (:245).
La muerte política aparece como una especie de venganza política para privar al adversario de participar en actividades políticas en su propio país. Hay disposiciones legales con diferente grado y de variados ámbitos jurídicos que pueden ser usadas en esa dirección. Esto se evidencia
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cuando caen o suben al poder grupos políticos de derecha o de izquierda, uno después del otro. Esto se ha abstraído como la judialización de la política y o politización de la justicia, tiene diferencias de matices, pero con la misma lógica sectaria, antijurídica y antidemocrática. La muerte para un revolucionario es un suceso normal como parte de la lucha política por una sociedad sin explotadores ni explotados. Es una entrega, un sacrificio, un servicio a la humanidad para contribuir a la realización social e individual. Las cárceles para los revolucionarios son escuelas, colegios y universidades para estudiar, escribir libros y transformar el mundo.
Conclusiones
Por todo lo expuesto a lo largo del presente ensayo, se ha arribado a las siguientes conclusiones: Primera. Inicialmente la muerte es un fenómeno normal y comprensible de la mayoría de los seres vivos y claro del ser humano en particular. La muerte puede ser una consecuencia natural de envejecimiento, algo accidental; un hecho súbito o algo necesario cuando hay demasiado dolor o haya una muerte cerebral. Segunda. La muerte desde la filosofía tiene el mismo significado que el nacer. Por ello, la muerte debe ser comprendida como un suceso normal, lo que hay que aceptar y evitar que afecte a la vida de los que viven. La muerte puede llegar, se haga lo que se haga, pero no hay
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que destruir o destruirse por ello. Aunque con José Luis Cordeiro y los nuevos descubrimientos de células que no mueren y las células que mueren se pueden reemplazar, natural o artificialmente, se abre la esperanza de una vida indefinida. Sin embargo, dentro de la certeza de la mayoría que esta segura de la muerte, se debe dar sentido a la vida y cuando se está a punto de perder, hay que renovar la razón de vivir e incluso para morir en paz. Tercera. La muerte para la antropología boliviana basada en la cosmovisión andina, es un suceso de cambio de mundo, del mundo de los vivos, al mundo de los muertos lo que se manifiesta de forma natural en los velorios, en los entierro y en la festividad de Todos Santos. cuarta. La muerte desde la psicología es la conclusión de la personalidad humana, por ausencia de contacto interpsíquico y actividad intrapsíquica. Quinta. La muerte para las ciencias jurídicas es la finalización de un ser humano sujeto de derechos y susceptible de obligaciones, pero que sigue los derechos de los herederos sobre los bienes del muerto. Está regulado en las leyes y códigos las consecuencias de la muerte y también la muerte presunta, por la desaparición de una persona más allá de un plazo determinado. Los términos allegados son homicidio, suicidio, asesinato, pena de muerte, presunción de la muerte, muerte violenta, muerte accidental, muerte súbita, muerte del trabajador, etc.
Sexta. La muerte para la política, hace siglos hacía referencia a la muerte civil, que era la pérdida de derechos
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civiles y políticos y daba lugar a la migración o al exilio. Ahora se habla más de la muerte política, aplicada por gobiernos dictatoriales democráticos o de facto que evitan que ciertas personas participen en actividades políticas de un Estado, como enemigos políticos ya sean de izquierda o derecha, los unos y los otros, con argucias jurídicas y/o de otra naturaleza como la judicialización de la justicia o politización de la justicia. Novena. La muerte para un revolucionario es una acción transformadora que aporta a una lucha por una sociedad sin explotados ni explotadores, para una sociedad equitativa y solidaria.
Recomendaciones
En base a las conclusiones se sugieren las siguientes acciones:
Primera. Antes y durante una ola de pandemia, las instituciones llamadas por ley con el asesoramiento de los profesionales pertinentes deben realizar campañas para preparar psicológicamente a los habitantes de un país para que enfrente en forma madura ese peligro y evitar se siembre terror, miedo, desesperación, estrés y otros daños psicológicos que aceleran o a veces provocan la muerte. Segunda. Difundir por los medios de comunicación una terapia psicosocial y cultural que disminuya los efectos del Covid-19 para las personas o familias que tienen uno o varios enfermos o que han perdido a un ser querido por el Covid-19.
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Tercera. Realizar un estudio de tesis sobre la muerte en casos de personas con muerte cerebral o cuando la curación en tan dolorosa que valdría más morir que vivir y casi con una mínima posibilidad de que el enfermo recuperé la vida en forma satisfactoria.
Referencias Bibliográficas
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