2 minute read
El castor dientón
from Décimo sexto Concurso de Cuento Infantil Pedrito Botero
by Biblioteca Pública Piloto de Medellín para América Latina
Juan José Vargas Sánchez
9 años
Advertisement
Institución Educativa Manuel J. Betancur
Medellín
Finalista 11
En un lejano bosque, de enormes montañas, a las orillas de un rio claro, un castor dientón tenía su casa. Dentro de su casa el castor tenía un taller, donde hacia adornos con sus dientes gigantes para sus amigos del bosque, para los osos que vivian en la cima el castor, estaba construyendo una silla que se mecía; para los loros, que vivian en las ramas el castor construía pequeñas y cómodas camas; para los zorros que paseaban por los caminos, el castor construía un veloz carrito. Se la pasaba todo el día dentro de su taller usando sus dientes como herramienta para darle forma a la fuerte madera.
Un día, el castor despertó con un fuerte dolor, y de la cama no se levantó. Los osos, los loros y los zorros se apilaban fuera de su casa para reclamar sus encargos y al cabo de un rato se preocuparon porque el castor no aparecía por ningún lado.
Entraron a su casa sin permiso y se dieron cuenta de que el castor aún seguía en la cama haciendo ruidos extraños y llorando. Al verlo sus amigos se asustaron y corrieron buscando quien pudiera ayudarlo. Primero lo reviso un oso y dijo que el castor solo necesitaba reposo, después lo reviso una ardilla quien solo le dio un golpecito en las rodillas, luego vino la serpiente quien dijo que no era grave porque no tenía fiebre. Lo reviso el conejo, el pájaro carpintero y la lagartija, pero nadie descubría lo que al castor tanto le dolía. El día se acababa y los animales en casa del castor, solo veían que se ponía peor, cuando pensaron que ya todos los animales lo habían revisado, apareció una hormiga diciendo: -háganse a un lado. Todos se corrieron y la hormiga subió sobre el castor y se metió en su boca. En unos minutos salió y dijo: -ya sé que le causa dolor, en sus dientes una gran astilla se enterró.
Conociendo la causa del dolor sus amigos lo agarraron con fuerza y el carpintero metió su pico en la boca del castor sacando la astilla con mucha presión, después de un grito ahogado el castor dejo de llorar y se hizo a un
65
lado de su cama. Vio a todos sus amigos en la entrada de su casa, quienes reían porque ya el castor del dolor no gemía. Le enseñaron lo que en la boca tenia, era una astilla del tamaño de una lagartija que por sus grandes dientes no se veía.
El castor agradeció a todos por querer ayudarlo, y a su amiga la hormiga que hizo el mejor trabajo, le construyo una pequeña cabaña que puso al lado de su casa. Desde entonces después de cada encargo revisa sus dientes con mucho cuidado.