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La fotografía y el pincel

Isabela Borrego López

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13 años

Institución Educativa San Juan Bosco

Medellín

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Finalista 3

Había una vez, en la ciudad de Medellín, una chica de 17 años llamada Grace. A ella le encantaba pintar, decía que cuando pintaba sentía que su espíritu se liberaba, sus problemas desaparecían y que ahí encontraba su lugar feliz. Cuando pintaba recordaba a sus abuelos, quienes le habían enseñado lo hermoso y peculiar del arte.

Cuando Grace salía del colegio tomaba clases de dibujo y pintura en una academia de su barrio, y, aunque había una chica que la molestaba diciendo que sus pinturas eran muy feas, a Grace no le importaba, porque sus abuelos, las personas que ella más amaba, le habían enseñado que cada persona tenía un estilo y opinión diferente.

Una tarde, al igual que todos los días, Grace asistió a la academia, el tema de ese día era el amor, su maestra quería que dibujaran algo que conmoviera el corazón. Así que Grace decidió dibujar a una pareja bajo la lluvia con un paraguas y en un campo de flores.

Todo estaba muy bien hasta que Grace fue a buscar más pinturas, en ese momento la chica que la molestaba le rompió sus pinceles y arruinó su dibujo. Cuando Grace regresó y vio su pintura quedó en shock y las lágrimas le empezaron a salir por sí solas. Todo estaba destruido, y al preguntar quién lo había hecho nadie dijo nada, todos le tenían miedo a la otra chica porque su padre era un hombre de mucho poder e influencia en el barrio.

Grace se fue llorando de la academia, y al llegar a su casa tomó dinero y se fue al centro a comprar unos pinceles nuevos, pero no encontraba ninguno que le gustara. A lo lejos, Grace vio una tienda de antigüedades, y, sin saber por qué, entró a ese lugar.

La atendió un anciano y le preguntó por qué había llorado, Grace no le respondió, pero le preguntó si tenía al-

gunos pinceles, el anciano la miró y sacó una caja desde lo más alto de un closet, y cuando la abrió, Grace asomó su mirada y observó los pinceles más hermosos y suaves que había visto en toda su vida. Grace los compró, se fue corriendo a su casa y al llegar, emocionada, empezó a pintar una fotografía de sus abuelos de cuando ellos eran jóvenes, curiosamente era la misma imagen que ella había querido hacer en la academia.

Cuando terminó su pintura la puso en la ventana de su habitación y se acostó a dormir. Al día siguiente, Grace sentía mucho frío y se despertó, pero no estaba en su habitación, estaba en un parque y había muchas personas a su alrededor mirándola, ella se puso de pie rápidamente y salió corriendo, un chico la tomó del brazo y le entregó un pincel que, aparentemente, se le había caído al correr.

Grace lo miró fijamente y le agradeció, y el chico se fue junto con otra chica. Grace corrió hacia ellos y les preguntó sus nombres, ellos estaban extrañados, pero amablemente le dijeron: Miguel y Gabriela. Grace asustada retrocedió y recordó todos los álbumes de fotos de su casa y las fotografías que tenían en todas las repisas de su hogar. Salió corriendo hacia un bosque y empezó a llorar, se sentó en un tronco mohoso que había en el suelo y lloró tanto que se quedó dormida.

Horas después, una suave lluvia nostálgica la despertó. Grace sabía que no podía quedarse ahí pues le daría un resfriado, y empezó a caminar buscando un lugar donde encontrar refugio. Vio una cueva, entró en ella, y se sentó ahí con la cabeza agachada, pensando cómo volver a su casa, y en esa peculiar pareja que había visto.

Pasaron unos cuantos minutos, quizás horas, y la lluvia no paraba. Grace escuchaba el eco de unas risas cada vez más fuertes y más enérgicas, las empezó a seguir y cuando se dio cuenta ya había salido de la cueva.

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Miró hacia el frente y vio un campo de flores, las más hermosas y coloridas que había visto en su vida, las risas volvieron, y cuando observó hacia los lados vio aquella pareja saltando en los charcos de lodo que el agua había formado.

Grace corrió hacia ellos con una sonrisa, la joven pareja le preguntó qué hacía allí, y ella les dijo que estaba un poco perdida, pero sabía que era el lugar donde más quería estar.

La Pareja le pidió el favor a Grace de que les tomara una fotografía bajo la lluvia con un paraguas en aquel hermoso campo de flores. Grace no pudo contener más las lágrimas, tomó la foto y los abrazó fuertemente, les dio las gracias y les entregó ese hermoso pincel. Les dijo que lo guardaran, pero que no importaba si lo perdían, porque siempre llegaría a su familia.

Grace corrió lejos y tan rápido como pudo, cerró los ojos y apareció de nuevo en su cama, ella empezó a llorar de la emoción y la nostalgia, su madre entró rápido a la habitación y le preguntó qué le había pasado. Grace la miró a los ojos, la abrazó y le dijo que tuvo el sueño más hermoso, soñó con sus abuelos Miguel y Gabriela, los había abrazado y les había dado un regalo.

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