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ANTES DE DAR EL SÍ

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BOCEHORÓSCOPO

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¿Cómo saber si me estoy uniendo a la persona idónea para emprender mi negocio?

Escribe: Selene Seclén

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Formar una empresa aliado con alguien es como casarte con esa persona. ¿Por qué? Aquí te doy algunos ejemplos. El matrimonio es símbolo de unión que busca, bajo todos los medios, ser lo más duradera (por no decir eterna) posible. Formar una empresa, entre dos o más personas, tiene la misma lógica: no te unes a alguien e inviertes una suma importante de dinero para que el negocio fracase; por el contrario, esperas que la inversión regrese en creces y el negocio trascienda.

Como segundo punto, no te casas con alguien que conociste ayer. Lo más natural es que sea con alguien con quien has compartido mucho y sabes “de qué pie cojea”; así como, todas las habilidades y fortalezas que posee. Lo mismo ocurre con los socios: son personas que por naturaleza tienen que ser antes que tu socio, tu amigo y confidente.

Para concluir las semejanzas, un matrimonio es una alianza. Tal cual lo son los socios, están unidos por un objetivo, un mismo norte. En el caso de las parejas, se unen para crecer juntos; en el caso de los socios, para hacer crecer a la empresa y trabajar en pro de la misma.

No hace falta mencionar que no existen manuales o guías para que hagas un checklist de la “pareja perfecta”, “el amigo perfecto”, etc. Este artículo tampoco pretende convertirse en una manual del “socio perfecto”, pero sí busca darte algunos tips que contribuyan en la evaluación de tu decisión respecto a las alianzas que piensas formar en un futuro o tal vez a corto plazo para emprender con tu propio negocio.

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Busca virtudes en tu socio que complementen las tuyas. “Encontrar personas adecuadas tiene su misterio, pues no solo es cuestión de conocimiento o ‘buena onda’; es necesario tener la visión para crecer juntos y lograr un ‘cierto tipo de equilibrio’ entre las diferentes personalidades del equipo”, dice Pedro Colmenares, columnista online. Si eres de los que piensa siempre en grande, es recomendable que tu socio esté más orientado al detalle y las cosas mínimas de las que tal vez no te percates. Si eres el de las ideas, pero no sabes cómo venderlas, busca a alguien que sea extrovertido y buen “marketero”. Busca siempre a alguien que balancee la ecuación.

Analiza cuántas actividades tu socio desempeña al paralelo. Cuando empiezas una empresa, es necesario dedicarle gran parte de tu tiempo al buen desarrollo de esta. Para ello, es vital que la persona con quien te unas tenga disponibilidad para estar completamente involucrado con levantar el emprendimiento. Si es una persona que está en pleno desarrollo de otros grandes proyectos, su intención de unirse al negocio no pesará más que la realidad de horas con las que cuenta en el día para cumplir todas sus actividades.

Cuestiónate respecto al tipo de socio que buscas. En forma general, podemos tener tres tipos: el socio capitalista, el socio capitalista y trabajador, y el socio “partner técnico”. Si necesitas básicamente soporte financiero, el tipo de socio que estás buscando es un socio capitalista. Si, por el contrario, estás necesitando “manos” para avanzar con toda la parte de conocimientos y estrategias de desarrollo, entonces lo que buscas es un “partner técnico”. Debes tener en claro qué es lo que necesitas de tu aliado; de modo que puedas buscarlo de acuerdo a esas características y explotar todo su potencial en ello.

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Define desde el principio los roles que ambos asumirán. La transparencia y claridad en el motivo de la alianza deben ser “puestas sobre la mesa” desde la primera reunión. El horizonte al que se apunta puede estar muy bien definido, pero, para ello, es vital aclarar cómo se llegará al mismo. “La conversación más difícil se tiene que dar desde un inicio. Tienes que determinar quién es mejor en cada aspecto específico. Esa claridad hace que todo comience a fluir”, explica el cofundador, presidente y jefe de operaciones de Yipit, Jim Moran.

Haz un match de tus proyecciones con las de tu futuro aliado. Armen un plan tanto a corto como a largo plazo y compártanlo: es una excelente manera de ver las similitudes y disparidades que tienen ambos en relación a sus planes. Ello ayuda a tener una idea de la visión que ambos puedan tener respecto al crecimiento de la empresa. Es verdad que en el camino pueden ocurrir cambios: todo se modifica con el tiempo; no obstante, apuntar a un mismo foco ayuda mucho.

Observa cuán interesado e involucrado está con el proyecto. A partir de las primeras reuniones percátate de las preguntas que te haga. ¿Sólo se limita a responder las tuyas? ¿Es de los que se muestra curioso y las preguntas vienen de ambas partes? Es muy importante evaluar cuánto cree en tu idea y su motivación de emprender este proyecto contigo.

No te unas a alguien solo concentrándote en una de sus “dimensiones”. No es la mejor opción aliarte con alguien sólo porque el capital que tiene está disponible, porque es experto en un tema o por los lazos amicales o de sangre. Los potenciales socios hay que analizarlos en “un todo”. “Un socio es mucho más que un colega de trabajo, es quien nos ayudará a lograr una gestión más eficiente, es con quien repartiremos responsabilidades y compartiremos el riesgo”, cuenta Gabriel Rovayo, director del IDE Business School y presidente de Roadmak Solutions.

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Es clave que prime la empatía entre ambos. Todo parte de esta pregunta: ¿Es más fácil trabajar con quien me entiende y me siento cómodo o con quien siento todo lo contrario? “Las personas cuando son felices son más creativas e innovadoras, tienen una mejor calidad de trabajo y menos accidentes”, menciona Nic Marks, fundador y director de Happiness Works. Es muy crucial que tu socio sea alguien con quien tengas mucha confianza y puedas ser frontal sin ningún problema; para que, así todo pueda ser discutido sin grandes barreras.

Finalmente, pregúntate… ¿Verdaderamente necesito un socio o es mejor para mi caso contratar a alguien? Es necesario saber distinguir entre la necesidad de apoyo que tranquilamente puede realizar un tercero con la necesidad de aliarte a alguien con quien compartas tu empresa. “Cuando se asocie, verifique que esa persona o grupo de personas aporta algo más que dinero o un trabajo. Es clave que aporten su experiencia, su pasión o cualquier talento que tengan”, señala Colmenares, mencionado líneas arriba.

¿Qué dices? ¿Estás preparado para decir: “Sí, acepto”?

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