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DEPORTE
MATRICULA UP
¡TÚ! Sí, tú que iniciaste este año nuevo diciéndote a ti mismo que este ciclo iba a ser tu ciclo, que la ibas a romper en Mate, Info o Metría. Sí, tú que, como todo #alumnoUPqueserespeta, soñabas con ser Maes (aún después de la bica) y que lo que ahora tienes profes más macheteros que Siu y un horario con más huecos que cabeza de cachimbo. A ti te dedico este relato porque ya debes haber vivido la tan temida #MatrículaUP; pero así como tú, querido lector, miles de almas hemos tenido la misma historia, y aun seguimos en la UP para contarla.
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Faltan solo dos semanas para que comiencen clases y llegan los tan esperados turnos de matrícula, ves ese diminuto horario que definirá los subsecuentes 5 meses de tu vida y te genera escalofríos. Sí, querido lector, la bica te da poder, pero no mejora tu posición en la tabla; por lo menos, no en esta. A continuación, “stalkeas” a tus amigos y celebras cuando tienen un turno peor que el tuyo (eso solo puede significar que tan pero tan mal no estás). A continuación, “stalkeas” a los chicos grandes que te van a separar cursos en la matrícula. Así que, si esa flaca que te busca solo en marzo y en agosto ¡ya sabes qué es lo que busca y no precisamente es el amor! Escribe: Doménica Obando
Pero aún no llega lo peor de todo: la mera matrícula. Es que no importa cuánto tiempo le dediques para prepararte, ni que tengas 15 pestañas de Excel con horarios alternativos con colores fosforescentes: nunca nada es como lo planeaste. Llega el día, colocas cuidadosamente en el carrito todos los cursos y tu computadora corre perfectamente; pero, precisamente un minuto antes de tu matrícula, el universo entero conspira para que el internet deje de funcionar, se eliminen todos tus cursos del carrito, la ventana se cuelgue o te envíen el desdichado mensaje que te regresa al inicio del camino. En ese momento, cuando todo tu ciclo depende de tu habilidad para dar clicks a la velocidad de la luz, caes en la cuenta que ya perdiste ese profe con el que te querías meter, ya no estarás en ese grupo que habías formado para hacer los trabajos, ya no te darán las 30 horas de chamba y tu vida pasa en un segundo delante de ti.
No obstante, ya es un nuevo día, ya dejaste atrás la matrícula y comenzaste el ciclo. Ahora no te queda otra que ajustarte a los horarios que el destino te ha asignado y seguir para adelante, estudiando como loquito con la esperanza que la siguiente vez las cartas te jueguen a tu favor y puedas meterte a los cursos que tú quieras y como tu quieras. ¡Éxitos a todos en su próxima matrícula!