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EMÉRITO: JURGEN SCHULDT

IN MEMORIAM: UN HOMENAJE A

Escribe: Kevin Gershy-Damet

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Jorge Fernández Baca, quien ahora descansa en paz, ha sido sin duda uno de los profesores de mayor renombre dentro de la universidad. Sea por sus vastos conocimientos o por su sensibilidad social, los recuerdos que permanecerán de él se transmitirán a través de la gran cantidad de aportes que pueden atribuírsele. Quisiera dedicarle estos párrafos a nuestro profesor, narrando brevemente su trayectoria para luego mencionar las palabras que algunos de sus amigos dijeron en su memoria.

Desde mi primer ciclo como alumno en la Universidad del Pacífico, tuve la oportunidad de escuchar su nombre múltiples veces gracias a mis compañeros y profesores. Desde que comencé a cursar las materias propias de mi carrera, no fueron pocas las veces en que me vi haciendo uso de alguno de sus libros de texto durante mis horas de estudio. Finalmente, un par de años después, pude yo mismo tener la experiencia de ser su alumno y de colaborar posteriormente con él como jefe de prácticas de los últimos cursos que logró dictar.

A los 62 años de edad, con camino aún por delante y desenvolviéndose como profesor principal del Departamento de Economía de la UP, el Prof. Fernández Baca nos deja con un amplio legado de literatura sobre distintas ramas de la economía. Con libros acerca de teoría microeconómica, teoría monetaria y mercados financieros, entre otros temas, se convirtió en uno de los profesores con más aportes realizados para la formación de nuevas generaciones de economistas. Ello se vio reflejado, además, en la amplia gama de cursos dictados por su cuenta, los cuales iban desde Organización Industrial hasta Historia del Pensamiento Económico. Además, su trayectoria profesional involucra una amplia experiencia en temas regulatorios y de competencia, e incluso logró ser Presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual de INDECOPI, y Director del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico.

A continuación, tenemos algunas palabras mencionadas en forma de anécdota por algunos miembros de la universidad, amigos y colegas de nuestro profesor:

“Yo conocí a Jorge cuando vine a trabajar aquí. Él comenzó un año antes, enseñando a tiempo completo. Me llevaba 11 años de edad. Nunca fue mi profesor, pero, apenas llegué, él estaba realizando un proyecto de investigación y me aceptó en el Departamento de Economía como Investigador Asociado. En ese entonces, aún no existían las áreas en el CIUP.

Posteriormente, cuando él era director del CIUP tocó evaluar a José Luis Bonifaz, quien entraba a enseñar cursos de economía. Fue ahí que comenzaron a venir múltiples proyectos de infraestructura y regulación, y así se crea esta área del Centro de Investigación. Su primer coordinador fue Fernández Baca.

En un tiempo me comentó que era maratonista y que había corrido muchas maratones en Nueva York con Perú Runners. Esa es una faceta que no muchos conocen de él. Me quería convencer de unirme a entrenar con el grupo en San Isidro. Yo ya era deportista, pero en ese entonces tenía hijos pequeños. Ya hacia 1999 acepté unirme. Éramos más de cien corredores y, en Nueva York, yo paraba con Jorge y su hermano. Finalmente, luego de unos años, yo me retiré de la actividad, pero él siguió corriendo como hobby.

Siempre fue interesante intercambiar puntos de vista con él. Era una persona bastante inteligente. A veces teníamos nuestras discrepancias amistosas. Lo que no muchos saben es que Jorge tuvo una etapa de pensamiento económico heterodoxo, al igual que varios de los alumnos de la UP en alguna época. Creía mucho en la intervención gubernamental y tenía muchos prejuicios sobre las empresas transnacionales. Luego cambió radicalmente, hasta el punto de poner en tela de juicio la existencia de fallas de mercado en alguno de sus libros. Yo lo conocí cuando ya era maduro como economista, fiel a la economía clásica y admirador de Von Mises y Hayek.

Lo recuerdo como un profesor bastante versátil. Generalmente pocos hacen tanto como él. Su carga de cursos dictados era de 5 o 6 al año. Además era una persona que leía mucho y era amante de la música, tanto clásica como rock antiguo y moderno. Quizá era algo introvertido, pero era muy buena

persona también. Influyó tanto en mi carrera docente como en mis hobbies, y es algo por lo cual le estoy agradecido.”

Roberto Urrunaga

“Yo conozco a Jorge desde la universidad. Él terminó un año antes que yo. Era un tipo serio, amante de la música. Fue un profesor que exploró varias áreas de la economía, como la microeconomía, la política económica, teoría monetaria y la regulación. Tuvimos una relación estrecha como profesores, junto con Jorge Gonzalez Izquierdo, Bruno Seminario y Martha Rodríguez. Con ellos estuvimos en varias ciudades del Perú dando cátedras en universidades estatales. El aporte de Jorge fue bastante valioso para esa experiencia. Más aún, en una de las universidades nacionales que en ese tiempo estaban bastante controladas y en donde la facultad de economía rechazaba las publicaciones capitalistas y daba generalmente paso solo a discusiones con aspecto social-demócrata.

Jorge era un economista más liberal que el promedio. Generalmente aquellos de la escuela microeconómica clásica tienen una desconfianza fuerte en la intervención del Estado. Algo de eso tenía él, pero sabía que la regulación sí era necesaria. En general, su pensamiento corresponde a lo esencial de la mayor parte de economistas, a ‘la economía que hay en todas partes’. Aquí en Perú tal vez se considerará derechista, pero en otros países es un pensamiento tradicional.

Además, algo que no muchos saben de él es que solventaba, aunque con la capacidad de un catedrático, a Radio Filarmonía. Él sentía una responsabilidad cívica para hacer que la música clásica siguiera impulsándose. Realizó un aporte permanente y creía que la difusión de esta música era un bien público.

Lo recuerdo como una persona seria, que leía bastante y que siempre trató de evitar conflictos. Si uno buscaba llegar a un acuerdo con él, era fácil. Era una persona honesta y vivió sin buscar aprovecharse de oportunidades para hacerse más conocido, ni criticar a terceros para aparentar ser mejor. Hay gente que es inteligente, pero floja, pues saben que no necesitan esforzarse mucho. Él no era así: siempre estaba ocupado de sus cosas y estaba dedicado a trabajar y producir sus textos, lo cual es algo bastante complicado y que uno va aprendiendo con el tiempo. Siempre se comportó como un caballero, fue una de las personas que uno quisiera que hubiera siempre. Es una pena que haya fallecido. Siendo casi de mi edad, me veo ciertamente afectado.”

Julio Velarde

“La experiencia con Jorge Fernández Baca se remonta a los años 80s. Con un grupo de profesores tomamos la iniciativa de ir a universidades estatales de provincia que tuviesen facultad de economía, para realizar dictados de clases los fines de semana de manera totalmente gratuita. Uno de los que aceptó la idea de manera más gustosa fue Jorge. Con él tuve la oportunidad de ir a Trujillo, Piura y otros departamentos. También fuimos con Bruno Seminario, Martha Rodríguez y Julio Velarde. Lo hicimos durante varios años, y el profesor Fernández Baca era de los más entusiastas.

Como profesor, Jorge sacó muy buenos libros, que incluso se usan como modelo en otras universidades. Además, se desempeñaba en temas microeconómicos y de regulación. En los últimos años, estrechamos más la relación como profesionales e hicimos múltiples trabajos para entidades públicas y privadas, que consistían básicamente en problemas de carácter microeconómico, como estimaciones de demanda o de funciones de costos.

La participación de Fernández Baca en la facultad fue de las más productivas y en sus cursos era de los mejores profesores. También dictaba Teoría del Pensamiento Económico, lo cual es muy difícil, ya que se debe saber muy bien la historia detrás de cada escuela de pensamiento. Produjo muchos libros que contribuyen hasta ahora a la formación de nuevas generaciones de economistas. Jorge era una persona que leía mucho. Además era un buen profesor, completo y que sabía cómo aplicar la teoría a la realidad, además de tener un alto nivel de sensibilidad social.”

Jorge González Izquierdo

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