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DORMIDOS SOBRE

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BOCEHORÓSCOPO

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¿ESTAMOS DORMIDOS SOBRE NUESTROS LAURELES?

Un análisis sobre la realidad del entorno del alumno UP

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Escribe: Kevin Gershy-Damet

¡Atención, alumno UP! Como quizá habrás podido oír de algunos profesores o compañeros, se dice recientemente que el desempeño de los profesionales y estudiantes propios de la universidad tal vez ya no sea tan bueno como lo era anteriormente. Evidentemente, esto puede generar sorpresa e incluso preocupación para mucha gente, pues no por alguna razón absurda es que estudiamos aquí. Sin embargo, ¿cuáles son las causas de esta situación y qué se puede hacer para solucionarla, si es que es cierta? En este artículo, exploraremos dicho problema desde múltiples perspectivas, con la finalidad de promover la acción conjunta hacia mantener la pulcra reputación de los integrantes de la universidad.

Para el presente artículo, contamos con las palabras del profesor Carlos Parodi, Jefe del Departamento de la Facultad de Economía, quien amablemente aceptó concedernos una entrevista para darnos su opinión sobre el tema.

¿Cuál es el problema del que estamos hablando, concretamente? Aquí te brindo una lista de “síntomas” frecuentes que han venido percibiéndose por muchos en la universidad: Es sabido que, antiguamente, los primeros puestos del concurso anual del BCRP eran siempre obtenidos por alumnos de la Universidad del Pacífico. En los últimos años, esto ya no ha sido así.

Los alumnos están más preocupados por una buena nota que por aprender.

La modalidad de calificación en la UP puede terminar alterando los incentivos de los alumnos. Basta con considerar que existen cursos en los que hay pocos exámenes con mucho peso y que se le da una importancia extrema al promedio ponderado.

Existe una fuerte queja con respecto a la diferencia de contenido en un mismo curso dictado por distintos profesores.

No hay espacio en la malla curricular para llevar cursos electivos de realidad social o estos nunca se abren debido a la falta de interés que se les tiene. Dado que los problemas han sido ya listados, conviene ahora realizar una descripción de lo que ha venido sucediendo desde diferentes perspectivas.

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Dado que los problemas han sido ya listados, conviene ahora realizar una descripción de lo que ha venido sucediendo desde diferentes perspectivas. La realidad del estudiante universitario ha cambiado En efecto, ya no nos encontramos en el siglo XX, época en la cual no existían las distracciones tecnológicas que, al mismo tiempo, proveen una gran cantidad de atajos a lo que uno busca. Por ello, los incentivos a leer ya no son tan grandes. En otras palabras, los hábitos de estudio han cambiado tremendamente, lo cual ha hecho que los alumnos en general (no solo los de la Universidad del Pacífico) sean más “resultadistas”, tal como lo califica Carlos Parodi. La preocupación en general está dirigiéndose a cómo obtener una buena nota en el examen “de la siguiente semana”, más no en aprender en realidad la esencia del curso. Eso, adicionado a las facilidades que brinda el internet, ha hecho que el alumno promedio lea mucho menos que antes por “cortar camino”, con lo cual termina la carrera estando menos preparado para el mercado laboral que lo que se estaba antes. Además, el alumno se siente seguro, porque cree que un 20 significa saber todo, cuando la calificación no es un indicador perfecto para deducir cuánto sabe uno.

2El tamaño de la universidad ha aumentado significativamente en la última década Hacia fines del milenio pasado, el número de alumnos totales en la universidad rara vez pasaba de 500, concentrados en las tres carreras principales. Ahora la UP tiene más de 3500 alumnos, concentrados en 8 carreras distintas. No es poco común, por ejemplo, observar cursos con “Q” secciones, dada la gran cantidad de alumnos que hay por llevar dichas asignaturas. Todo ello ha llevado a que la labor de coordinar los cursos se vuelva mucho más complicada que antes y que, como consecuencia, los contenidos de un curso muchas veces sean diferentes entre una sección y otra.

Además, no es novedad el tomar en cuenta que los criterios de admisión de la universidad se han vuelto bastante laxos con el paso del tiempo. Es esto tan así que cada año la tasa de ingresantes es más alta con respecto al año previo. Esto sin duda resulta ser contradictorio con lo que se debería buscar al tener tantos problemas, por ejemplo, de coordinación de aulas para tantas asignaturas por dictarse o de cobertura de la demanda total por salas de estudio. Pese a ello, estos criterios de admisión también se tratan de mejorar con el tiempo. Por ejemplo, en la actualidad es requisito que al menos un economista esté encargado de entrevistar a los postulantes a la carrera de economía.

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La aparición de competidores en el mercado Desde 1990, con el inicio de la creación de nuevas universidades, aparecieron nuevas alternativas que ahora compiten con la Universidad del Pacífico. Eso no quita el hecho de que la UP siga siendo líder en las carreras tradicionales que ofrece; sin embargo, como bien menciona el profesor Parodi con respecto a la competencia, “son buenos seguidores y están haciendo las cosas bien. Esto quizá ha llevado a que se esté dificultando la captación de los mejores alumnos desde que salen del colegio, pero también hay que considerar que el nivel que brindan los colegios no es el que se espera”. Siendo así, lo ideal será esperar que se tome la situación como una oportunidad para la mejora continua; de modo que, “no nos durmamos en nuestros laureles”.

4El concurso del BCRP ya no es la única opción para los alumnos de economía El hecho concreto resulta ser que el desempeño de los alumnos UP, en el examen del BCRP, no ha resultado ser el mejor de entre todos los postulantes en los últimos concursos. Si bien esto es indiscutiblemente cierto, una explicación bastante argüida consiste en que los mejores alumnos de la UP probablemente ya no estén mirando ese camino como su mejor opción. De hecho, una gran parte de los primeros puestos de la carrera de economía está dirigiéndose ahora a cursar el programa de maestría en la UP, sin mencionar la fuerte captación que está logrando el sector privado dados sus altos salarios.

5El sistema de calificaciones de la UP no ha generado los incentivos correctos Ya es común el hecho de que los alumnos suelan estudiar solo por la nota de un examen próximo, en vez de hacerlo a conciencia. No obstante, pese a que esto se ha vuelto costumbre en tiempos presentes, el sistema de calificaciones es un factor que influye inmensamente en dicho comportamiento.

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Sin duda, parciales extremadamente difíciles y con pesos de 30 o 40 por ciento del curso solo incitan a que el alumno estudie solo de manera momentánea. Además, la importancia de estar en el tercio superior, junto con el rol del promedio ponderado (por ejemplo, para las fechas de matrícula), llevan a que los estudiantes busquen solo una buena nota, sin importar lo poco que aprendan, o busquen “meterse con los profes más fáciles” para “subir ponderado”. Siendo así, la UP podría aplicar algún criterio de mérito no basado en resultados absolutos (que por cierto son relativos y dependen también fuertemente del profesor) tal como sí se hace en otros centros de estudio. Así, se podría incentivar a los alumnos a preocuparse más por el aprendizaje del tema. Los electivos se han convertido en cursos difíciles de lograr llevar Los aspectos anteriormente mencionados han hecho que los alumnos se vuelvan simplistas y busquen llevar los cursos en los que se requiera el menor esfuerzo posible. De esta forma, los cursos electivos han pasado a un segundo plano, a tal punto que la mayoría de veces estos terminan sin dictarse por falta de demanda. Esto resulta ser una frustración para los verdaderos interesados en dichos cursos. Más aún, una queja asociada es que las mallas curriculares no incluyen suficientes cursos de humanidades que permitan comprender mejor la realidad nacional e internacional. No obstante, estos sí existen y el problema, justamente, es que la mayoría de veces dichos cursos son electivos.

Una alternativa de solución que se podría implementar en el futuro es la promoción exhaustiva de todos los cursos electivos, brindando con anticipación la información completa sobre los mismos (criterios de calificación, fechas, profesores, temas, etc.).

Además, tal como lo menciona Parodi, una solución alternativa podría consistir en reducir el número de cursos obligatorios con la finalidad de que exista una mayor libertad por parte de los alumnos para cursar las materias que más les resulten convenientes.

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