boletín
NÚMERO 12, MARZO-ABRIL DE 2008
Órgano informativo de la Asociación Cultural para la Investigación sobre Asia, AC
¡El fin del mundo! Desastre y apocalipsis en el ánime
Una ambición fallida
Manchukuo www.acia.org.mx
La muerte y resurrección de Dios en China
boletín
MELISSA D. CAULLIERES
DIRECTORIO Presidente del consejo administrativo F ABIÁN R OBLES C ONTRERAS
Editor
J UAN C ARLOS S OTELO
Redacción
M ARCELA G ÓMEZ H ARPER
Diagramación y viñetas A RIZBETH J UÁREZ V ÁZQUEZ Nos interesan tus comentarios, escríbenos a: boletin_acia@hotmail.com Las opiniones e informaciones vertidas en este boletín son responsabilidad de sus firmantes. El Boletín ACIA es una publicación bimestral de distribución interna elaborada en la Asociación Cultural para la Investigación sobre Asia, AC (ACIA), ubicada en Pilares 1513, Col. Letrán Valle, Del. Benito Juárez, México DF, CP 03650. Tel. 5539-1935. Nota metodológica: Los nombres de japoneses están escritos en su orden original, es decir, primero el apellido y luego el nombre. Las palabras en chino están transcritas en Pinyin.
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n La Goya de la ciencia, Friedrich Nietzsche describe a un loco que llega corriendo a una plaza, linterna en mano, gritando una y otra vez: “¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!”. Los infieles parados por allí contestaron: “¿Está perdido? ¿Se desvió del camino como los niños? ¿O se ocultó porque nos teme?” De esa manera gritaban y reían. El loco saltó en medio de ellos y los atravesó con la mirada. “¿A dónde se fue Dios?” –gritó, “Yo les diré: nosotros lo matamos, ustedes y yo”. Se dice que aquél mismo día el loco se metió en muchas iglesias y cantó su Réquiem Aeternam Deo. Cuando fue llevado a dar cuenta de su comportamiento, se dice que respondió: “¿Qué son estas iglesias sino las tumbas de Dios?” Nietzsche declaró la muerte de Dios cerca del siglo XIX; sin embargo los cuestionamientos sobre su existencia ha aparecido en casi todos los lugares del mundo desde la antigüedad. En el caso de la China del siglo III a.c., el debate surgió tras la renuencia de Confucio a discutir si la palabra Tian ( ) debía ser comprendida como Dios o como naturaleza; dejando a consideración las dos opciones. Algunos adoptaron las creencias naturalistas contrarias al concepto de Dios y establecidas en la obra llamada Xunzi, atribuida a Xun Luang, quien afirmó que la naturaleza humana es perversa, dado que su primer interés se basa en las necesidades egoístas de cada individuo. La bondad sólo se adquiere tras ser inculcada. Lo anterior hizo, en parte, que Luang rechazara al concepto de Tian como la Persona dadora de bendiciones o castigos y lo estableció como un simple, pero enigmático, proceso impersonal de
la naturaleza. Por otro lado, el filósofo Mozi pensaba que la naturaleza humana era capaz de mostrar gran bondad y amor mutuo, cuando decidían tomar el camino de la vida armoniosa. Ante esto, surge inevitablemente la pregunta ¿contra qué medir “mejor” o “peor”? En la respuesta no cabe la opinión humana, ya que responderá a sus intereses particulares. Mozi reafirmó el concepto de Tian, como fuente de bondad y por tanto, dador de dicha medida. Tian mide lo correcto y lo incorrecto, Tian da vida a la bondad en el mundo y las personas la buscan a través de oraciones, sacrificios u ofrendas. La búsqueda constante de Tian y su bondad hace de la vida una imitación de Dios, la cuál idealmente, debería manifestarse en constantes y abnegados actos de amor.
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2 -BOLETÍN ACIA
Convocatoria
a cursos de
IDIOMAS
Fase 08B1 de ACIA / Marzo – Junio 2008
Grupos*
Días
Chino 1 Chino 1 Chino 2 Fonética Japonés 1 Japonés 1 Japonés 4 Persa 1 Ruso 1 Ruso 2 Taller de cocina
Horario
Lúnes Sábados Sábados Sábados Mar y jue Sábados Sábados Mar y jue Sábados Sábados Sábados
Inicio**
Fin
18:00 a 21:00
10-Mar-08
23-Jun-08
15:00 a 18:00
01-Mar-08
14-Jun-08
8:00 a 11:00
22-Mar-08
21-Jun-08
15:00 a 18:00
01-Mar-08
17-May-08
19:30 a 21:00
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11:00 a 14:00
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Por confirmar
14-Jun-08 Permanece atento
*Los grupos y horarios están sujetos a cambios que se notificarán a quienes estén inscritos. ** En caso de ser necesario la ACIA se reserva el derecho a cambiar las fechas de inicio y término de los cursos.
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Representaciones ap Una introducción a la idea del la cultura
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l fin del mundo es un tema recurrente en el ánime y el manga, del mismo modo que la aniquilación de la humanidad y la lucha de la misma por su supervivencia. En este contexto podemos hablar del fin mundo en varios sentidos; ya sea del mundo físico, del mundo concebido en la psique o del mundo conocido por el personaje. Dependiendo de la perspectiva existencial desde la cual se aborde ese final, podemos hablar del fin del macrocosmos o del microcosmos. Dentro de este panorama, en ocasiones, el personaje central puede decidir o afectar el final provocándolo o evitándolo; así como en otras, puede ser un simple espectador del último de los días, cumpliendo sin remedio su inevitable destino. Ante la larguí-
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sima lista de animaciones y manga que abordan el tema; los que lo aluden de manera directa o indirecta y los que lo tienen por tópico principal, cabe preguntar el por qué de su recurrencia. Debido a su ubicación geográfica y a su historia reciente, la civilización japonesa parece reconocerse a sí misma frágil, especialmente vulnerable en el aspecto físico, lo que ha compensado con notables logros en otras áreas, como la tecnología y la economía; además de promover una cultura de la excelencia y la superación del ser humano. Según nos deja ver su animación, el temor de perder lo alcanzado hasta ahora y de sucumbir por su natural fragilidad, sin embargo aun subyace en la conciencia colectiva de los japoneses. Los grandes temores, las posibles causas del fin del mundo que vemos en el ánime, a veces solos, otros combinados entre ellos, son tres. Los desastres naturales, entre los que encontramos terremotos, tsunamis y meteoritos que impactan con la tierra. La bomba atómica o cualquier otro tipo de desastre nuclear. El ataque de naciones extranjeras, generalmente representado por la invasión de extraterrestres con tecnología más avanzada que la humana. Para comprender estos temores, basta mirarlos desde la perspectiva del pueblo japonés. Asentado en un archipiélago compuesto por islas volcánicas, su suelo es especialmente inestable, los terremotos son “el pan de cada día” y los habitantes saben que bastan unos segundos para ver una civilización entera derribada y enterrada boletin_acia@hotmail.com
bajo sus propios escombros. Famosos son los sismos de principios del siglo XVIII en Edo (actual Tokio) y de 1995 en Kobe, cuyo impacto ha afectado el ánimo colectivo. Otro fenómeno natural devastador son los tsuna mis, olas gigantescas que arrasan con ciudades enteras y que son ocasionadas precisamente por los movimientos telúricos, es decir, son consecuencia de los terremotos. Así mismo, se sabe suficiente acerca de cuál sería el efecto de un impacto de un meteorito contra la tierra, evento que afectaría grandemente a Japón; pues al sobrecalentar el planeta lo polos se derretirían, sumergiendo el archipiélago prácticamente completo en el mar. El miedo a ser confrontados en guerra por una nación ante la que estén en desventaja y el temor a los desastres nucleares son evidentes consecuencias de los sufrimientos que experimentaron durante la Segunda Guerra Mundial. Después de todo, Japón es la única nación que ha recibido un ataque real con armas nucleares. La representación de una explosión nuclear o de cualquiera de sus manifestaciones en una animación; ya sea de forma seria o satírica, simboliza un cataclismo, llevar una situación hasta su límite. En animaciones como los clásicos Sailor Moon, Dragon Ball o Magic Knight Rayerth (Guerreras Mágicas), así como en Saikano, vemos reflejado el temor a los terremotos. En ésta última también se presenta un tsunami como la última gran calamidad sufrida por el protagonista. El impacto de un meteorito contra la tierra es el motivo central de Neon Genesis Evangelion, en la que vemos frecuentes explosiones masivas y mucha acción militar. En Dragon Ball encontramos personajes tan poderosos que son capaces de provocar grandes hecatombes por sí mismos. La radiación provocada por un enemigo invasor satura la atmósfera terrestre en Star Blazer (Yamato), cuyo tema es precisamente la incursión colonizadora de extraterrestres 4 -BOLETÍN ACIA
ocalípticas en el ánime. desastre y del fin del mundo en pop japonesa en nuestro planeta. Sobre esta misma trama (la invasión extranjera) se construyen historias como las ya mencionadas Dragon Ball y Evangelion, además de Macross, Interstella 5555, Queen Millennia (La Princesa de los Mil Años), Mazinger Z, así como un sin fin de títulos más. Mientras que, inmersas en un contexto bélico, tenemos muchas de las arriba mencionadas, además existe el clásico para chicas Candy Candy, cuya trama, durante una temporada de la serie, se relaciona con los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial. Finalmente, cabe mencionar que en algunas animaciones, a modo de sátira, se representa la ira excesiva con una explosión atómica, tal es el caso de Karekano. Las animaciones que tienen al fin del mundo o de la raza humana (total o parcial) como tema central, forman también una larguísima lista, en la que figuran incluso algunos títulos ya mencionados: X-1999, Evangelion, Akira, Elfen Lied, Saber Marionet, Queen Millennia, etc. Los ejemplos dados, como podrá notar el público conocedor de ánime, son escasos en comparación con las animaciones que nos muestran los elementos mencionados en este ensayo, pero esperamos que lo dicho hasta este momento baste para una correcta comprensión de nuestro tema. Singulares por su trama y por la similitud que hay entre ellas, son tres de las animaciones mencionadas, en cuyo contenido me parece útil profundizar ahora, a modo de ejemplo: Neon Genesis Evangelion, Saikano y X-1999. En primer lugar, las reseñaremos dando cuenta de los aspectos temáticos relacionados con el fin del mundo conocido más bien que de la trama, pues la historia básica de cada una es ya conocida por el público en general, además de existir gran cantidad de información al respecto en internet. Neon Genesis Evangelion (Shin Seiki Evangelion). En el año 2000 colisiona un asteroide marzo-abril 2008- 5
ELIZABETH SALOMÓN
contra la Tierra en el hemisferio sur, más exactamente en la Antártida. Este fenómeno es denominado ‘Segundo Impacto’. Posteriormente es revelado que lo anterior, es la explicación pública del suceso. La realidad del Segundo Impacto tiene que ver con pruebas científicas efectuadas en los restos de una criatura gigantesca encontrada en el polo sur, lo que originó la gran explosión causante de terribles desastres naturales. Como consecuencia, el caos se apodera de la civilización. El nivel de las aguas sube debido a la fusión de las masas polares, la rotación de la tierra cambia, los cambios climáticos afectan a las cosechas, ciudades enteras quedan sumergidas, y más de la mitad de la población mundial perece. Las Naciones Unidas inician la reconstrucción de la civilización, y al llegar al año 2015, nos encontramos con un mundo en una relativa paz y prosperidad. Pero esta paz es perturbada por el inicio de una serie de ataques perpetrados por extraños seres llamados Ángeles. A lo largo de la serie es revelado que se acerca el fin de la humanidad, lo que ocurrirá por medio de un evento que la llevará a dar el siguiente paso en su evolución. Al final de la serie el protagonista, Shinji Ikari, un chico de 13 años con baja autoestima y sin un propósito claro para vivir, debe elegir cuál será el destino final de la humanidad basándose en su propia experiencia de la vida y en lo que cree que ésta puede llegar a ser. Saikano (Saishuu Heiki Kanojo). Ubicada en un futuro próximo, contextualizada en una hipotética tercera guerra mundial, Saikano cuenta la historia de amor entre dos estudiantes de preparatoria. Siendo un relato romántico en su forma externa, encierra una historia sobre la voluntad y la fragilidad humana, el lado obscuro que todos tenemos, los temores del humano y de su sociedad, las decisiones que trascienden y, boletin_acia@hotmail.com
por ellas, la inminencia del fin del mundo. Precisamente la decisión final tomada por Chise, la protagonista, define el desenlace de la serie: Si no puede salvar a toda la humanidad, que al fin quizá no merecería ser salvada, y tampoco podrá sobrevivir ella misma, al menos salvará a la persona que ama; pero para él, todo su mundo se ha terminado. X-1999. Kamui Shiro es, en apariencia, un joven normal, pero su vida ha sido marcada por extraños sucesos sobrenaturales, pues su propósito en la vida es decidir el destino final de la humanidad en una fecha exacta predestinada para ello. Kamui es un chico frío, serio y grosero, herido por la vida que ha tenido. Para tomar su decisión final entre extinguir a la humanidad corrupta o darle otra oportunidad de reconciliarse con la naturaleza y consigo misma, él se debatirá entre la amistad, las heridas emocionales y su propio carácter, además de tener que encarar lo difícil de su destino. Algunas de las imágenes apocalípticas que aparecen en estas animaciones son presentadas de forma literal, directa. Por ejemplo, en Evangelion y Saikano la guerra, las bombas y explosiones, algunas armas, los desastres naturales y otros elementos, no tienen un significado especial, sólo representan lo que son de forma simple; mientras que otros son usados simbólicamente. Ejemplo de ello es el campo AT, en el que se puede ver tanto la protección natural de una www.acia.org.mx
madre hacia sus hijos como la barrera que formamos para protegernos de otras personas; la decisión final de Shinji claramente alude a la decisión que se toma entre el suicidio o la difícil lucha por vivir, todo ello en Evangelion, mientras que X-1999 es toda una metáfora del conflicto que el ser humano tiene consigo mismo y con el planeta. Se podría decir que las más de las animaciones sobre el fin del mundo se caracterizan por uno de sus elementos: en las tres descritas como ejemplos y en otras similares, es un único individuo, un “elegido” o “predestinado”, quien decide las circunstancias del fin del mundo o si éste debe ocurrir o no. Estos elegidos son personas con problemas de carácter, que han sufrido mucho antes de tomar su decisión, muy jóvenes o adolescentes, se encuentran en medio del proceso de aprendizaje y de búsqueda del sentido de su vida. Están resentidos con el mundo o con la sociedad, en fin, son individuos inmaduros e imperfectos pero, en algunos casos, con una fuerte voluntad. Esta persona suele ser la encarnación de la voluntad humana, es decir, representa a toda la humanidad, con sus deseos, temores, pensamientos y determinaciones, pues la finalidad es que los espectadores se identifiquen con ese protagonista, que se vean reflejados en sus virtudes, defectos y carácter. Por medio de ello se pretende, con frecuencia, que la decisión de este personaje sea una enseñanza o moraleja para el público, un mensaje de superación y esperanza. Pero ¿por qué? En las animaciones de corte apocalíptico existen toda clase de personajes determinantes del destino, es decir, quienes definen la forma o circunstancia del final. Los hay pasivos, luchadores, maduros o inmaduros, de distintas edades y personalidad particular. Pero es su calidad de representantes del carácter humano lo que llama la atención, además de ser recurrente entre ellos el perfil arriba descrito. Y para comprender el sentido de las animaciones cuyo protagonista cae en alguna medida dentro de esta caracterización, debemos tomar en cuenta un aspecto más de la sociedad Japonesa, a saber, el alto índice de suicidios registrado entre sus pobladores. A la luz de este hecho, y sabiendo que muchas animaciones y títulos de manga contemporáneos pretenden combatir este fenómeno, podremos comprender mejor el mensaje que encierran estas historias de aparente ficción, que en realidad retratan en forma de fantasía la realidad sociocultural del Japón actual. Podemos notar, ahora, que el fin del macrocosmos en la animación japonesa no es sino la representación de la aniquilación del microcosmos que es el individuo. Pero vayamos por partes. Si miramos con atención los sucesos de algunas animaciones, notaremos que para la sociedad japonesa el fin de su mundo, del microcosmos que es su país, su ciudad, su familia, amigos y pareja, es para ellos el fin del mundo total, esto es, “si se acaba mi mundo, se acaba todo el mundo”. De lo que podemos inferir que si el individuo recurre al suicidio, está decidiendo terminar con su mundo, su microcosmos, y cualquier amenaza de destrucción o agresión al cosmos personal significa una amenaza de acabar con todo un mundo. Por tanto, para la persona que termina con su vida, se acaba el mundo. Así, podemos afirmar que el mensaje www.acia.org.mx
de superación y esperanza contenido en muchas de las animaciones que tocan el tema del fin del mundo es un mensaje dirigido a aquellas personas que están pasando por circunstancias que los hacen sentirse como el protagonista, ese elegido que mencionamos, y que están en vías de decidir si debe llegar para ellos el fin del mundo o si creen mejor luchar por la vida, aunque ésta sea dura y difícil. Es por ello que con frecuencia encontramos en los desarrollos argumentales cuestionamientos, directos o simbólicos, tales como “¿quién eres tú para decidir terminar con el mundo?” Es decir, se cuestiona si el ser humano tiene el derecho de acabar con su vida o si en verdad será mejor terminar con el mundo que luchar por superar las dificultades que nos plantea. La relación entre el humano y el planeta, que se torna cada vez menos armónica, y las consecuencias que trae su desajuste, también es un tema apocalíptico recurrente. Todos estamos concientes actualmente de que, como consecuencia del maltrato que hemos dado al planeta, éste terminará por destruirnos, lo que nos da conciencia de la fragilidad humana, del mismo modo que nuestro punto anterior. Sea cual fuere la interpretación que demos o la sección temática que observemos en cada animación de corte apocalíptico, podemos concluir que este género no hace sino mostrarnos la fragilidad del ser humano; lo fácil que es desmoronar nuestra sociedad, la forma en que tendemos a destruirnos unos a otros o incluso a nosotros mismos. Y es ante nuestra fragilidad que notamos la importancia de decidir luchar por la vida, sobreponernos a las heridas físicas y no físicas, crear relaciones fuertes con otros seres humanos y llevar una buena relación con nuestro ecosistema. En ello la sociedad japonesa nos lleva ventaja, pues ellos ya han hecho conciencia de su fragilidad, y comparten con el mundo, a través de su cultura popular, el mensaje de superación que los ha llevado a levantarse, a seguir en pie y avanzando como sociedad, a pesar de las adversidades que han vivido a lo largo de su historia. Es un mensaje en el que conviene reflexionar. Nota al lector: Las animaciones han sido nombradas con los títulos con que son conocidas en México. Sólo en algunos casos se ha hecho referencia al título original, y en todos los casos los títulos han sido escritos en caracteres latinos para facilitar la lectura.
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De política, imperialismo y utopías: la Esfera de Co-prosperidad Asiática de 1940 JUAN ANTONIO YÁÑEZ
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ía con día estamos expuestos a muchos mensajes contradictorios. Los medios nos recrean los pros y contras de la integración económica; minorías alzan su voz entre las sombras y en los comerciales, nos quieren vender cursos de inglés, alegando su utilidad en este “mundo globalizado”. Lo que es un hecho, es que este mundo se parece muy poco a aquél en el que muchos crecimos. Varios países han desaparecido, e incluso, ya no se habla de naciones sino de macro regiones económicas. Fue pensando en esto que decidí dedicar este espacio a un viejo proyecto de integración económica y cultural para el este de Asia. Esta es la historia de la Gran Esfera de Co-prosperidad Asiática. En pocas palabras, describiré a la Gran Esfera como una forma obsoleta de ver a las relaciones entre las naciones del Asia Oriental. Fue también un ideal de desarrollo y una forma de proclamar unidad frente a las potencias de occidente. Los antecedentes detrás de este fallido bloque son muy interesantes. En el siglo XIX, muchos pueblos de Asia fueron subyugados por la voracidad del colonialismo europeo. Japón, China, Siam y Corea, eran las únicas naciones asiáticas que escaparon a tal destino. Más tarde, para el cambio de siglo, el Este Asiático fue testigo de grandes cambios. Humillado por el Imperio Británico (las Guerras del Opio, 1839-1842 y 1856-1860) y Japón (Guerra sino-japonesa, 1894-1895); el mandato de la dinastía Quin en China, había llegado al punto de no retorno. En 1911 se desató una revolución que acabó con el antiguo imperio y se prolongó por casi medio siglo. Japón, por su parte, dejó atrás su pasado feudal para emerger como una nueva potencia regional al puro estilo del “mundo civilizado”. Todo parecía indicar que en los albores del siglo XX, la “flor de la civilización” asiática se había movido de la antigua China, hacia el archipiélago japonés. La expansión de Rusia en Asia y el fantasma de las potencias occidentales, obligó a Japón a crear un cinturón de seguridad nacional en sus regiones vecinas; de manera que sus intereses económicos y geopolíticos pronto se volcaron sobre Taiwan (anexado en 1895), marzo-abril 2008- 7
Corea (anexada en 1910) y sobre todo Manchuria, región poseedora de más de 800 mil kilómetros de recursos naturales. Una empresa de tal envergadura, requirió de una ideología detrás que justificara las políticas expansionistas. De una forma bastante simplificada diré que un ideal de civilización asiática creció sobre dos enclaves principales: primero, el supuesto peligro que constituía la civilización europea para el futuro del continente y segundo, la proclamación de una cultura ancestral común a todos los pueblos de Asia. Era entonces necesario llevar al continente rumbo a la modernidad, por el camino de la moralidad y esto habría de hacerse en concordancia con las tradiciones ancestrales. Aquella “moralidad” que habría de regir entre las naciones de Asia, recreaba la mítica estructura patriarcal confuciana. Esto quiere decir que, bajo tal idea, los pueblos de Asia eran como una gran familia donde existe una figura paterna y dado que, Japón había logrado dominar la tecnología y la modernidad de occidente; éste se autoproclamó como la única nación asiática que estaba en la posición de llevar a buen puerto el futuro del continente. Tal idea tuvo cierta simpatía en el sureste asiático; sin embargo también encontró fuerte resistencia, que fue acallada por la vía de las armas. Al llegar los años treinta, la influencia militar en la política japonesa ganó fuerza. Y esto hizo que su presencia en el continente adquiriera tintes cada vez más beligerantes e imperialistas. Japón tenía el control de Corea y pronto grupos pan-asianistas japoneses vieron en el norte una nueva frontera donde podrían llevar a cabo su ideal de civilización en el continente. La restricción de la entrada de chinos y japoneses en California, dio impulso a los ideales de civilización asiática; al mismo tiempo que obligaron a Japón a replantear su política migratoria. Japón experimentaba tensiones financieras y sociales que amenazaban con estallar, si no se encontraba una válvula de escape. Ese fue el momento de afianzar la presencia japonesa en la región. Para ello, las autoridades formularon un plan para enviar a Manchuria un millón de personas en 20 años. Así
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en 1930, el número de residentes japoneses en aquella región era de 219 mil individuos; entre trabajadores de la Compañía Ferroviaria del Sur de Manchuria y sus familiares, granjeros, comerciantes y muchos, muchos ambiciosos aventureros. Al encontrar resistencia local, las tropas japonesas ocuparon Manchuria en 1932. De esta jugada política nació el Estado “libre y soberano” de Manchukuo. Henry Pu-Yi, el doceavo soberano de la Dinastía Quin, fue elevado a la posición de Emperador del nuevo país. Sin embargo, el verdadero poder se mantuvo en manos de las altas autoridades del Ejército Kwantung, que no era sino la delegación militar japonesa asentada en esas tierras. En su efímera existencia de 13 años, Manchukuo fue tanto una nación títere del Gran Imperio Japonés, como una especie de laboratorio político y social. Manchukuo fue un país con una constitución donde el confucianismo fue elevado como religión de Estado; y la ciudadanía fue igualmente ejercida por coreanos, japoneses, chinos y rusos asiáticos que poblaban el país con base en un criterio étnico. Por otro lado, la propiedad fue considerada de orden comunitario. La tierra fue distribuida de acuerdo con el antiguo sistema chino; el sistema de gobierno era wuwei (no-intervencionista) y el objetivo final no era sino el Datong o la Gran Unidad. La forma en la que Japón intervino en Manchuria fue fuertemente criticada por la comunidad internacional, lo cual provocó su expulsión de la Liga de las Naciones en 1933. Sin embargo, aquello no le impidió ir en busca de una nueva utopía, no sólo en Manchukuo sino en el resto del continente. El primer día de agosto de 1940, el ministro de Relaciones Exteriores, Yōsuke Mazuoka, emitió un discurso público que comenzó de la siguiente manera: Siempre he dicho que la misión de Japón es proclamar y demostrar el kōdo (camino imperial) a lo largo y ancho del mundo. En el ámbito de las relaciones internacionales, esto lo asumo como la exhortación a los pueblos y naciones para que cada uno encuentre su propio lugar en el mundo… La Esfera de Co-prosperidad asiática, había sido proclamada hasta hacer colisión con los intereses norteamericanos en el Pacífico. El militarismo japonés posicionó al Imperio ya no sólo en su zona de influencia “natural”: China, Manchukuo, Corea y Formosa, sino Henry Pu Yi en toda Asia. Esto, mediante la forma que mewww.acia.org.mx
Bandera oficial de Manchukuo jores resultados le había dado: la beligerancia. Cada pueblo en su propio lugar fue entonces, la proclamación de un nuevo orden de moralidad que buscó suplantar al viejo orden de estados individuales regidos por una ley internacional. Como se mencionó, los países de Asia serían unidos bajo relaciones de reciprocidad; tal como lo hacen un padre y un hijo, un hermano mayor y un hermano menor. En aquella división de papeles, las economías de los “hermanos pequeños” habrían de ser beneficiadas con el desarrollo al ser empujadas hacia el nivel de Japón. Para ello, el Imperio calculó que para 1950, existirían núcleos poblacionales japoneses permanentes en cada una de sus zonas de influencia, que se extenderían hasta Australia, Nueva Zelanda, e incluso la India. La Gran Esfera de Co-prosperidad de Asia, sería entonces, una próspera amalgama de pueblos en el que las costumbres locales habrían de ser respetadas; siempre y cuando no estorbaran a los objetivos del bloque. De igual forma, el idioma común de la región sería el japonés y los ideales comunes a las culturas del este de asia serían siempre enfatizados; no obstante la superioridad racial del hermano mayor de Asia, no se ponía en duda. Jugando un poco a lo que “pudo ser”: diré que sobre este nuevo orden, la historia mundial pudo ser escrita de manera distinta, con el este de asia como centro y Japón como el máximo líder armonizador. Sin embargo, en los hechos la empresa rebasaba por mucho los límites reales de Japón, tanto económicos, como militares y demográficos. Finalmente, el proyecto imperial se hizo cenizas en una gran bola de fuego, que al mismo tiempo, simbolizó el inicio del mundo en el que a muchos nos tocó crecer. Esta fue entonces, la historia de un mundo que nunca existió; sin embargo, no deja de hacernos pensar un poco en nuestro “propio lugar” en un mundo de tratados comerciales, migración masiva y soberanías pasadas de moda. Para mayor información ver: Dower, John (1986) War without Mercy. NY: Pantheon Books Duara, Prasenjit (2004). Sovereignty and Authenticity: Manchukuo and the East Asian Modern.
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