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LA INFRAESTRUCTURA QUE VIVIMOS

Presentación del libro Construir 2034

AGUSTINA GÓMEZ 1

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CUANDO HABLAMOS DE INVERSIÓN EN INFRAESTRUCTURA SOLEMOS PENSAR EN NÚMEROS GRANDES, OBRAS ENORMES, PROYECTOS MONUMENTALES. NO PARECE SER ALGO QUE TENGA MUCHA RELACIÓN CON NUESTRA VIDA COTIDIANA, NUESTRAS PREOCUPACIONES DIARIAS O NUESTRAS PRIORIDADES DE TODOS LOS MESES. ¿PERO ESTO ES ASÍ?

Enrealidad, si prestamos atención, veremos que vivimos rodeados de infraestructura y le damos uso todos los días de nuestra vida. Somos conscientes de ese aporte vital cuando la infraestructura falla o falta.

Gracias a una inversión en infraestructura previa, hoy podemos contar con las escuelas a las que van nuestros hijos, las calles que nos llevan al trabajo, los hospitales que están preparados para recibirnos en cuanto los necesitamos y las telecomunicaciones que nos permiten trabajar de forma virtual o hablar con nuestros seres queridos a la distancia. También le debemos a esa inversión previa, las rutas que traen los productos a las góndolas de nuestro barrio o la energía que permite desarrollar nuestra industria.

La infraestructura es parte fundamental de nuestros días, pero se desgasta. Y si falla, es insuficiente u obsoleta, vemos las consecuencias. En contrapartida, cualquier mejora o expansión representa un beneficio para todos nosotros.

Desde hace años, la Cámara Argentina de la Construcción pone el foco en la inversión en infraestructura. A través de su Área de Pensamiento Estratégico (APE), ha publicado estudios de análisis y diagnóstico en el tema. A estos esfuerzos se suma el trabajo como entidad fundadora del CPI (Consejo de Políticas de Infraestructura), que ofrece un enfoque multisectorial reuniendo perspectivas de las instituciones del G6, más UOCRA y CGT, lo que permite conocer la visión de los usuarios de los distintos servicios.

Como reflejo y resultado de esta labor, este año se publica Construir 2034, la quinta edición de un proyecto que, periódicamente, propone los proyectos de inversiones para tener la infraestructura necesaria para nuestro país, a través de un exhaustivo trabajo desarrollado por un equipo multidisciplinario de especialistas en distintas infraestructuras.

1 Periodista de la Revista Construcciones.

LA BRECHA DE INFRAESTRUCTURA ES

LA DIFERENCIA ENTRE LA INFRAESTRUCTURA DISPONIBLE EN UN DETERMINADO PAÍS Y LA QUE ESTE NECESITA

PARA CRECER Y DAR CALIDAD DE VIDA

A SUS CIUDADANOS.

Pero para poder comprender por qué es importante poner estos temas sobre la mesa, debemos primero hablar sobre un concepto clave: la brecha de infraestructura

La brecha de infraestructura es la diferencia entre la infraestructura disponible en un determinado país y la que este necesita para crecer y dar calidad de vida a sus ciudadanos. Esta brecha -o gap- no es un problema exclusivo de los países en vías de desarrollo, sino que está presente en todo el mundo y crece año a año, ya que las inversiones que se realizan no alcanzan a cubrir la reposición de la infraestructura existente, que se va gastando por el uso o va quedando obsoleta por la aparición de nuevos requerimientos en la sociedad, como las innovaciones en materia de telecomunicación o los nuevos tipos de generación de energía.

Ante esta realidad, ¿cuál es la situación en nuestro país? Según el análisis de los Ings. Cecilia Cavedo y Daniel Galilea, Gerentes del Área de Desarrollo e Innovación y del Área Técnica de CAMARCO, respectivamente, “en la actualidad estamos muy lejos de los montos que necesitamos invertir para crecer en forma continuada. A duras penas estamos superando en los últimos años el umbral necesario para mantener la infraestructura existente”. Y agregan que “la inversión en infraestructura en nuestro país es completamente deficitaria desde hace muchísimos años, producto de inversiones insuficientes o mal planificadas a lo largo de décadas, y cuyo resultado visible es el sensible deterioro de sus infraestructuras, tanto a nivel social como productivo. En las últimas décadas se han alternado períodos de crecimiento económicos fuertes con otros de caídas severas”.

En vistas de esta situación, ¿en dónde se debería invertir? El Ing. Fernando Lago, Director del Área de Pensamiento Estratégico, señala que “es difícil definir en qué sector debería invertirse prioritariamente pues la brecha es amplia y atraviesa todos los sectores. En Argentina lleva décadas y, además, han surgido nuevas necesidades, de modo que es necesario invertir en cada uno de los sectores. Obviamente, después de la pandemia se priorizó la inversión en sanidad. Actualmente se prioriza la inversión en energía, porque -una vez habilitadas- esas obras van a permitir la exportación de bienes, algo tan importante para generar recursos legítimos para el crecimiento del país. Por supuesto, no puede dejar de priorizarse la inversión en infraestructura social: escuelas, instalaciones médicas, seguridad y desarrollo urbano, para que la calidad de vida de la población mejore. Esperamos que los estudios realizados y en curso den fundamentos técnicos que permitan optimizar las decisiones de priorización”.

EL IMPACTO DEL COVID-19 HA DEJADO DE SER SOLO UNA EMERGENCIA DE SALUD PÚBLICA PARA CONVERTIRSE EN UNA CRISIS HUMANA, SOCIAL Y ECONÓMICA, QUE AFECTA A TODOS LOS PAÍSES, DE DIFERENTES MANERAS.

En este punto hay que mencionar que la importancia de contar con una buena inversión en infraestructura no se limita a la reducción de esta brecha, sino que es un factor de enorme peso para el crecimiento y desarrollo del país, tanto desde el punto de vista económico como social. El impacto positivo se hace notar tanto al momento de construcción de la obra en sí, como en los beneficios que deja una vez habilitada. En el primero de los casos, es bien sabido que la construcción es una industria que genera trabajo en forma rápida, empleando todo tipo de mano de obra, incluso la no capacitada previamente. Esto lleva a un subsecuente aumento del consumo y, por lo tanto, de la actividad económica. Al mismo tiempo, la construcción genera una actividad directa e indirecta en la economía, que, según estudios de APE, se estima en 2,16 veces la inversión realizada. Este efecto alcanza prácticamente a todos los sectores productivos y regiones, proveedores y contratistas, con una baja dependencia de insumos importados. Asimismo, esa actividad total tiene un recupero fiscal del orden del 45,8 % (impuestos, tasas y contribuciones generados por la realización de la obra en forma directa e indirecta)

Una vez que la obra ya está concluida, deja incontables beneficios y mejoras, no solo en la calidad de vida de la población, sino también en la competitividad del país y en la recaudación fiscal futura originada en todas las actividades posibilitadas o potenciadas por el uso de la obra.

Al respecto, el Lic. Federico Cetrángolo, Coordinador institucional de CPI, enfatiza que “en nuestro país, que sistemáticamente necesita de divisas para sostener el crecimiento económico, se hace imprescindible que se mejore la dotación de infraestructura, dado que esto reduciría la dependencia externa. Un caso ejemplar es el de demanda de energía, que adicionalmente mejora la competitividad de las exportaciones”. Y agrega que “un desarrollo completo de redes viales, caminos rurales, infraestructura portuaria y de transporte de carga; la generación, transporte y distribución de la energía; las telecomunicaciones; el agua potable y el saneamiento contribuirían al aprovechamiento de las vastas capacidades existentes en todo el territorio y mejorarían las condiciones para ir desarrollando nuevas ventajas competi- tivas. Adicionalmente, este desarrollo permitiría fomentar actividades económicas en todo el territorio, potenciando, así, las economías regionales, que son fundamentales para que haya un desarrollo federal y equitativo de nuestra economía”.

Todos estos tipos de infraestructura son analizados por el CPI a través de sus Mesas Técnicas, conformadas por especialistas de los principales sectores productivos. Ellas son: Agua y Saneamiento; Caminos Rurales; Conectividad; Transporte y Logística; Energía; Minería; Vivienda y Desarrollo Urbano. Todas estas áreas son fundamentales para el desarrollo económico y social del país. Por ejemplo, cuando se trata de caminos rurales, desde su Mesa Técnica señalan que en Argentina hay 230.000 establecimientos agropecuarios interconectados por medio de 400.000 kilómetros de caminos rurales. Hoy en día la red no garantiza la circulación permanente y la inversión actual no genera un crecimiento suficiente para los requerimientos de los sectores productivos.

Otro ejemplo es la vivienda, la cual presenta un gran déficit en nuestro país. Desde el CPI consideran que, para paliar esta problemática, se debe fomentar la creación de programas que contemplen las demandas de toda la sociedad, sin perder de vista las diversidades socioculturales, socioeconómicas, regionales y locales.

En el caso de la energía, actualmente las tarifas de gas y electricidad están desacopladas de sus costos de producción, por lo que se requieren considerables subsidios para sostener un sector que, a la vez, necesita cuantiosas y permanentes inversiones para acompañar el crecimiento de la demanda.

Más allá de estos ejemplos ilustrativos, cada una de las Mesas Técnicas trabaja con las necesidades específicas de cada tipo de infraestructura, proponiendo inversiones y políticas públicas centradas en ellas. Además de las ya mencionadas, se ha propuesto abrir otras mesas que se ocupen de la Infraestructura Social (Educación, Salud, Cuidado, Seguridad) y de la Transición Energética y Conservación de la Energía. Transversal a todas ellas, tiene un lugar especial la Mesa Técnica de Financiamiento, cuyo objetivo es fomentar la generación de una política sostenida y planificada de financiamiento para las obras de infraestructura productiva a mediano plazo.

Según el Lic. Cetrángolo, “el CPI tiene que ayudar a construir una hoja de ruta para los tomadores de decisiones -fundamentalmente los actores públicos, pero también los privados- con respecto a las obras necesarias en materia de infraestructura para alcanzar un crecimiento sostenido de la economía y alcanzar objetivos de desarrollo económico. Las cámaras empresarias y el sector de los trabajadores que conforman el CPI pueden llevarles ideas a los distintos gobiernos para que se adopten políticas de Estado, permanentes, necesarias para el desarrollo del país y de esa manera contribuir al bienestar de la población argentina”. 2

EL CPI TIENE QUE AYUDAR A CONSTRUIR UNA HOJA DE RUTA PARA LOS TOMADORES DE DECISIONES - FUNDAMENTALMENTE LOS ACTO-RES PÚBLICOS, PERO TAMBIÉN LOS PRIVADOS-.

Pero si todavía quedan dudas sobre las ventajas de adoptar este camino, se puede observar de qué forma ha funcionado en otros lugares del mundo. En los años 2007 y 2008, APE publicó un trabajo donde se analizaban países que habían crecido de forma sostenida en las últimas décadas, con el fin de entender cómo lo habían conseguido. Para ello se seleccionó un conjunto de países que al comienzo de la serie de comparación (1975) tenían un nivel de desarrollo igual o menor al nuestro y que en los 30 años que abarcaba el estudio (hasta 2004-2005), habían crecido exponencialmente, como España y Corea. Simultáneamente, se tomaron los casos de Australia y Canadá, porque, a pesar de que en 1975 ya se habían desarrollado, comparten algunas características con Argentina en cuanto a su extensión geográfica y los recursos naturales primarios disponibles; también se eligieron Brasil, Chile y México porque comparten historia e idiosincrasia con nosotros; y otros países, como China e India, fueron elegidos simplemente por el crecimiento enorme que experimentaron.

Según explican los Ings. Cavedo y Galilea “las conclusiones que surgieron de este trabajo son muy claras: existe una relación lineal, directa e inmediata, entre la densidad de infraestructura de un país (la cantidad de infraestructura de un tipo disponible en un país, a una fecha determinada, por km2 de superficie o por habitante) y el crecimiento que experimenta, con su consecuente nivel de riqueza o bienestar”. Tal como muestra el estudio, los países que crecieron, como Corea, China, Australia, Canadá y España, habían invertido en infraestructura entre un 5 % y un 7 % del PBI cada año.

“Lo que debemos aprender de la experiencia de otros países es que la inversión en infraestructura rinde frutos, permite a los países crecer, les permite mejorar su producción, mejora la calidad de vida de sus habitantes”, enfatiza el Ing. Lago. “El otro gran factor que hace al crecimiento es la innovación. Ambos temas son pilares de la actividad de la Cámara.”

2 Para conocer más sobre el CPI, visitar https://cpi.org.ar/

Construir 2034

“Construir 2034” es la nueva edición que continúa la serie presentada en los años 2006, 2011, 2015 y 2019. Este libro propone un plan estratégico para la próxima década, aportando ideas para alcanzar un crecimiento continuo de Argentina. Como ya se hizo para las versiones anteriores, este trabajo será difundido entre los diferentes candidatos a las próximas elecciones presidenciales, teniendo en cuenta la importancia estratégica de la infraestructura y sus servicios para el desarrollo económico y social de nuestro país.

Esta nueva publicación tendrá, asimismo, una adición sustancial, ya que su elaboración ha contado con un amplio y explícito consenso de los sectores productivos representados por las entidades del CPI.

Esta edición de Construir 2034 busca, entonces, contribuir a que la comunidad en su conjunto y los decisores de políticas públicas adopten consensuadamente las decisiones de ahorro, inversión y actividad para que el país se desarrolle y crezca a un ritmo continuado y significativo. El trabajo resalta la importancia de la construcción para lograr mejorar la calidad de vida de la sociedad y aumentar la productividad del país, generando empleo y actividad en toda la economía.

El libro contará, también, con un capítulo especial que reflejará el trabajo de la Comisión de Obras Estratégicas de CAMARCO, con las obras de infraestructura prioritarias para que el país pueda crecer sin que se produzcan cuellos de botella por la falta de la infraestructura necesaria. Según sus conclusiones, la infraestructura productiva que se debería priorizar debería ser fundamentalmente en las áreas de energía, transporte y logística, algunas obras viales y puentes, pero también infraestructura del sector de agua, saneamiento y mitigación de extremos hidrológicos, entre otros.

Las secciones desarrolladas son: Contexto macroeconómico / Vivienda y su infraestructura / Salud / Educación / Agua y saneamiento / Mitigación de extremos y cambio climático / Seguridad / Residuos sólidos urbanos / Transporte vial, ferrocarriles, puertos y vías navegables, aeropuertos / Caminos rurales / Energía eléctrica / Gas y petróleo / Nuclear / Obras para la minería / Sector agro / Construcciones industriales / Infraestructura TIC e innovación / Análisis y estructuración del financiamiento de las obras.▪

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