construcción
Jorge Chávez-Tafur: Una trayectoria construida sobre la ética profesional • Saber decir la verdad, para lo bueno y para lo malo, en lo público y en lo privado, en lo personal y en los negocios. Eso es ser un buen Supervisor. • Hace décadas éramos jóvenes en busca de un futuro, creo que lo conseguimos, pero ha llegado el momento de que otros jóvenes asuman la responsabilidad.
Ing. Jorge Chávez-Tafur.
C
on 42 años de vigencia, Schmidt & Chávez-Tafur Ingenieros S.R.L. (SCHT) ha marcado derroteros en la gerencia y supervisión de proyectos de construcción, optimizando de forma integral el alcance, plazos y costos de los procesos. La empresa se consolidó gracias a la perseverancia de sus fundadores, los ingenieros Jorge Chávez-Tafur y Pablo Schmidt (QEPD) quien hace tres años partió rumbo a la eternidad. “Nos sentimos orgullosos y satisfechos de haber contribuido a generar mayor valor para centenares de clientes y ser reconocidos como una de las empresas supervisoras más serias, honestas y profesionales del país”, comenta el Ing. Chávez-Tafur. Haciendo una visión retrospectiva, recuerda con entusiasmo, las alegrías y las tristezas, triunfos y sinsabores de una dilatada carrera profesional. El 8 de noviembre pasado, cumplió 81 años. Nació en Caracas, Venezuela, donde su padre estuvo asignado. Oportunamente fue inscrito como peruano nacido en el extranjero. Estudió en el Colegio Champagnat de Miraflores, luego ingresó a la UNI, donde se graduó de ingeniero civil en 1962. Gracias a una beca, hizo una maestría en la universidad de AUBURN en los Estados Unidos, presenciando con
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sorpresa el tumulto ocasionado por el ingreso de la primera persona de raza negra en dicha universidad. Al volver al Perú, hizo docencia en la Universidad Agraria de La Molina, siendo colega del Ing. Alberto Fujimori, pero paralelamente seguía ejerciendo su profesión de ingeniero civil. Repetí el buen plato de la docencia en la PUCP entre el 1998 y el 2006. Trabajó en CAPECO durante tres años, luego en otra empresa y con la experiencia adquirida decidió caminar por su cuenta y empezó a construir: “Ya tenía alrededor de 33 años y vi llegada la hora de asumir la responsabilidad directa de los proyectos”, señala con entusiasmo. Se asoció con un arquitecto y juntos construyeron 960 unidades de vivienda de un proyecto de 1600 casas de una inmobiliaria. “Pero yo insistía en mi vocación inicial, la Ingeniería Estructural”. Por esas casualidades del destino, en los avatares profesionales en el mundo de la construcción, se encontró con el Ing. Pablo Schmidt Avendaño, que había sido su profesor en la UNI. “El encuentro, después de 15 años, fue muy cordial y emotivo”,