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Rosa del Carmen Dehesa, bailarina Jorge Priego Martínez
El cine rojo
Marina Lugo Martínez
“Autogoles” en UJAT y SE Carlos Coronel
Cartones Alejandro Hernández-García y Pavel Santa Rosa
No.6; 21 al 27 de Julio de 2014.
www.heytabasco.com Semanario digital= Ideas+Gente+Cultura; Cuento+Poesía+Ensayo; Crónica+Entrevista+Noticia; Ajedrez+Cartones+Audio; Radio por internet.
Editor Carlos Coronel Infomática Wilberth de la O Arte Alejandro Hernández-García Radio Gilberto Vigil
Colaboradores: Fracisco Magaña Magaña, Jorge Priego Martínez, Sergio Antonio Reyes Ramos, Marcos Rojas Gutiérrez, Gerardo Rivera, Antonio Solís Calvillo, Pablo A. Graniel, Sara Emilia Medina, Moisés Villareal, Andrés Ignacio, Francisco Payró, Carlos Dzul, Juan de Jesús López, Mario Guzmán, Diego R. Barrionuevo, Aníbal Santiago, Josimar Reyes Mosqueda (q.e.d.), Ulises Rodríguez, Alejandro Rabelo, Didier Garaven, Alejandro May, Luis Acopa, Pedro Luis, Beatriz Pérez Pereda, Jesús Heredia Cañaamo, Liz Marín, Nezih Einar, Cecilia Díaz de León, Jasmín Simone, Fernando Abreu, Alejandro Breck, Manuel Campos, Francisco Cubas, Manuel Felipe, Garbro, Rubén Mondragón, Pavel Santa Rosa, Marina Lugo Martínez.
Editorial Los datos ayudan a leer los hechos, pero no transmiten emociones. Con el número seis del magazine, el sitio web alcanza los 856 seguidores. Otras web tienen más que eso con marketing, los 865 le han dado me gusta a Hey Tabasco porque han encontrado algo bueno. Con la interfaz actual, que se rediseñó los primeros días de enero de 2013, la idea del sitio web ha ido afinándose. A la publicación de cuentos, poemas, ensayos, reseñas y entrevistas, se han agregado crónicas de viaje y cartones, lo que nos ha permitido atraer muchos lectores jóvenes. Según estadísticas de Google Analitycs, los cibernautas provienen de Villahermosa, Ciudad de México, Cancún y Mérida, en México; del extranjero, de Córdoba, y Buenos Aires, en Argentina, y de Texas, Nueva York y Florida, en Estados Unidos. Más de la mitad tienen entre 18 y 34 años. Un reto que se sostiene en equipo, y que pone énfasis en Tabasco. Ahí vamos.
Rosa del Carmen Dehesa, bailarina Jorge Priego Martínez
Gracias a esta balancanense es que se han preservado y transmitido las danzas folclóricas en Tabasco, siendo la única mujer que ganó cinco concursos de zatapeado.
R
osa del Carmen Dehesa Rosado es toda una institución dentro de la danza tabasqueña, principalísimamente en el baile de zapateo.
Titulada con todos los honores en las academias del pueblo mismo, se doctoró cum laude en los concursos de zapateo que se escenificaban en la pista central
del antiguo Parque Tabasco, durante las exposiciones regionales de 1956 a 1960. Cuando habla de aquellos concursos, Rosa del Carmen los vive nuevamente. Nos ayuda a recordar lo que vimos, como todo el público que abarrotaba la pista central, donde por las mañanas tenían lugar, y el de zapateo aglutinaba mucha más gente que los otros. Era casi maratónico un concurso de zapateo, se bailaban más de diez, para poder designar a los ganadores. La calificación no se hacía por pareja, sino por bailador, de ahí que los campeones en esos años, que bailaran el zapateo del triunfo con Rosita como pareja, fueron: Leandro Sánchez Pérez, de Jonuta, y Luis Alfonso Pujol Tobilla, de Emiliano Zapata. El primero fue campeón tres veces, y el segundo, dos. Rosita siempre representó orgullosamente a su municipio, Balancán. Ahora, en los concursos —anotamos por nuestra
cuenta—, se bailan tres o cuatro zapateos y se califica por pareja, lo que no consideramos correcto, pues hay parejas en que la mujer baila muy bien y el hombre no está a su altura; o por el contrario, el hombre es excelente zapateador y la mujer le va a la zaga. Por eso creemos que era mejor el sistema de calificar a los bailadores, pero como los concursos se intercalan en los programas que anteriormente se llevaban a cabo en el teatro al aire libre y ahora en el reducido espacio bajo techo que lo suplió, se cuenta con muy poco tiempo para deliberar correctamente, y además, casi todos los concursantes están al mismo nivel, como cortados por un molde. Rara vez descuella alguno. Pero volvamos a referirnos a Rosa del Carmen Dehesa Rosado: podría decirse que todos los bailadores de zapateo, son directa o indirectamente sus alumnos. Con ella aprendieron a bailar nuestro baile tradicion-
al, los maestros de la cuasi legendaria Escuela de Bellas Artes de Tabasco: Héctor Llerenas y Óscar Puente, quienes transmitieron los conocimientos con ella adquiridos, a muchos calificados bailadores y maestros de la actualidad. A Rosita se le ha sacralizado por una parte, y se le sataniza por otra. Nosotros pensamos, que si llenamos los platillos de la balanza con las opiniones a favor en uno y las en contra en el otro, comprobaremos que son mayores sus aciertos que los errores que se le achacan. Casi todos los argumentos
esgrimidos en su contra, no son más que problemas de definición, es decir, de confusión de términos, que a la luz de la lógica prácticamente se esfuman. Aquí es donde puede usarse la célebre frase de que “El movimiento se demuestra andando”, mejor dicho, problemas de baile se resuelven bailando, y Rosita lo hizo durante cinco años consecutivos, frente a los mejores bailadores populares de todo el estado. Después, como asentamos en el extenso trabajo que al respecto llevamos a cabo y que fue publicado en forma de libro, por el gobierno del
estado en el año de 1989, con el título de El zapateo tabasqueño, nuestro baile por antonomasia dejó de ser un elemento vivo; para preservársele, es necesario enseñarlo en escuelas especializadas: las de danza regional o folklórica, donde, ¡oh paradoja!, ya no es el verdadero pueblo el que lo aprende. Sin embargo, de no existir esta enseñanza, nuestro baile por antonomasia, se perdería para siempre. Consciente de la necesidad de transmitir a las nuevas generaciones, el aprendizaje que ella obtuvo en los tradicionales toldos y enramas de su nativo Balancán, Rosita se ha entregado con abnegación y apasionamiento a la enseñanza. Como se prodiga y nunca ha tomado poses de prima donna o prima ballerina, sino que continúa siendo la mujer sencilla que un día conquistó al estado, con su arte verdaderamente popular, hay quienes se obstinan en restarle sus innegables méritos, tarea infecunda y torpe, pues no puede taparse el sol con un dedo. Además de ser la única per-
sona en la historia de las exposiciones regionales de Tabasco, que ha obtenido por cinco años consecutivos el primer lugar en los concursos de baile de zapateo, durante más de treinta años colaboró con los organizadores de la llamada máxima fiesta de los tabasqueños, en la supervisión y coordinación de los famosos y multitudinarios festivales que tenían lugar en el teatro al aire libre de las sedes de las exposiciones regionales, hoy conocidas como ferias. Cuando nos echamos a
cuestas la tarea de investigar todo lo relacionado con el zapateo tabasqueño, para darle forma de libro, ella fue la única persona que puso en nuestras manos, sin egoísmos de ninguna especie, lo que había escrito al respecto y, sobre todo, sus recuerdos de los bailes auténticamente populares que había tenido la fortuna de disfrutar en su lugar de origen, así como lo que le había referido al respecto, su abuelita, que fuera una excelente zapateadora, como ella. Por estas razones y por la gran admiración que le profesamos, nuestro humilde trabajo en forma de libro al que nos referimos anteriormente, se lo dedicamos a Rosita en los términos siguientes: “A Rosa del Carmen Dehesa Rosado, por su entrega absoluta, de toda la vida, al baile, la enseñanza y la investigación del zapateo tabasqueño”. Item más, durante largo tiempo, Rosita dirigió un ballet folklórico patrocinado por el Instituto de Cultura
de Tabasco, mismo que desapareció hace algunos ayeres; continuó su luminosa tarea de enseñanza de bailes tradicionales mexicanos, especialmente del nuestro, en los talleres de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, durante largos años; organizó el ballet de su amado Balancán, e incansable como es, a inicios del año pasado solicitó la creación de un nuevo ballet folklórico del estado, petición que encontró eco en las actuales autoridades estatales y, desde hace varios meses ha coordinado, asesorado y dirigido los trabajos y ensayos de su nuevo grupo de baile, para montar un espectáculo digno de ser admirado por los tabasqueños. Y, como el que porfía mata venado, como reza el refrán popular, su nuevo ballet folklórico se presentó el día viernes 18 del presente a las veinte horas, ocho de la noche, en el escenario del teatro Esperanza Iris, el que obtuvo un clamoroso éxito y allí estuvimos para aplaudirla, felicitarla y refrendarle nuestra admiración y cariño
El cine rojo
Marina Lugo Martínez Ir al cine en el siglo XX era cosa de todo el pueblo, los precios eran accesibles y en muchas salas se podían ver cientos de bicicletas encadenadas a la entrada.
N
o sé cuántos cabían en el Cine Rojo, en mi pueblo, pero si eran 200 almas, los martes por la tarde noche, día de plaza, quedaban estacionadas afuera, igual número de bicicletas. Oye Nacho, ¿cómo le harán a la salida?, ¿no se confunden? ¡Cómo crees! Y si todos traen sombrero, ¿cómo ven los de atrás? Pues sí se estorban, pero el martes es más barato. ¿Por qué no vamos al cine? Hay muchos pelados que echan orines desde galería. Los vamos a llevar a México. Yo quiero ver “El Tejedor de Mila-
gros”. ¿De qué se trató “El puente sobre el río Kwai”? De unos soldados que incendian un puente. ¿Por qué nosotros no fuimos? Porque es para grandes. ¿Cómo sabes? Mira aquí dice adolescentes y adultos. Entonces a diario me ponía a leer la cartelera en La Prensa, había muy pocas películas para niños y adultos, pero esas siempre duraban más de 40 semanas. Cuando fue nuestro turno, mis pueblerinos y preadolescentes ojitos quedaron maravillados por la inmensidad, alfombras, dragones dora-
dos y pagodas de El Palacio Chino, y mientras “El padrecito” no quería ponerle Nepomuceno al niño, yo seguía contemplándolo en la penumbra en espera de que encendieran la luz. Estuvo bien bonita. ¡Ay no, es un churro! ¿Por qué mami? Nada te gusta Herlinda. Me gustan las americanas, y me quedé con las ganas de ver “El Tejedor de Milagros”. Ese sí es un churro pa’ que veas. El boleto en los mejores cines costaba cuatro pesos, pero había de $1.50, y así se mantuvo por muchos años. En los años setenta, como cajera, ganaba $8.50 por hora, así que una sola hora de trabajo me daba para dos entradas. Hoy el cine es sólo para la clase privilegiada; impensable que un trabajador de salario mínimo pueda asistir con su familia. Sus hijitos, por razones distintas a las que me tocó vivir, se maravillarán cuando vayan al cine por primera vez.
“Aut en la UJ Carlos
Una reseña de las novedades editoriales en la periferia de las imprentas públicas.
togoles” JAT y SE Coronel
C
on la introducción que escribe André Schiffrin a La edición sin edición –el libro que todo editor debería leer, si quiere comprender el ying y el yang que se mueve detrás de la impresión de un
libro–, afirma que el trabajo de publisher “representa siempre un microcosmos de la sociedad de la que forma parte”. Para el prestigioso editor el contexto extra literario en que aparece un libro arroja luz sobre el mercado editorial, las relaciones entre editores y autores y los gustos del público, que a su vez son un espejo del estado espiritual que guarda una sociedad.
Resulta tentador enmarcar las agudas observaciones del veterano Schiffrin en lo que existe del panorama editorial en Tabasco. Aunque La edición sin edición se refiere a las grandes casas editoras con pocas referencias a los grupos independientes y universitarios, sus objetivos inciden de igual modo en los ambientes culturales y académicos con la aparición de títulos relevantes, la puesta en circulación de autores agotados y esencialmente el acercamiento del libro a un público a la vez diverso y especializado. En la aldea global, las reglas del mercado –se queja Schiffrin– imponen sus maneras. Es obvio señalar que tanto allá como aquí, por ejemplo, las sorpresas literarias no dejan de brotar de “editoriales autónomas, a menudo familiares”, que en el caso del sureste mexicano no sólo revitalizan el milagroso mercado del libro en las periferias, sino que a veces dejan en evidencia al-
gunos vicios de instituciones editoras. En Tabasco la empresa editorial independiente más seria y milagrosamente constante se llama Monte Carmelo, que dirige el poeta Francisco Magaña. Su repercusión rebasa cualquier límite regional. Aunque en sus inicios apostó por autores jóvenes y desconocidos, el grueso de su catálogo abarca ante todo poetas regionales reconocidos (Ciprián Cabrera Jasso, Miguel Ángel Ruiz Magdonell,
abre espacio para noveles autores es Molino de Acentos, integrada por Daniel Peralta Guzmán, Lorenzo Morales Malasangre y Luis Gámez. Su encomienda es empujar “hacia el cambio generacional que se requiere” para acortar la brecha social que “caracteriza a los escritores mayores” mediante la publicación de “escritores jóvenes o marginados”. Hay que matizar un poco el entusiasmo de esta presentación: ni son tan jóvenes ni tamRamón Bolívar), naciona- poco tan marginales. Textos les (Francisco Hernández, del propio Peralta Guzmán Marco Antonio Campos, y Gámez han aparecido en Jorge Esquinca) e inter- antologías locales; y Fernacionales ( Juan Gelman, nando Abreu cuenta con Raúl Zurita, Hugo Mújica). un volumen de relatos antes El estímulo intelectual de de estrenarse con los “capuMagaña con sus títulos no linitas”. Tal vez su apelación ha sido correspondido como a lo marginal radica justase merece, pues no ha recibi- mente en lo que Schiffrin do ni la atención ni el apoyo señala como un vicio de los de las instituciones oficiales editores establecidos y que editoras. No ha sido ésta la pesa a nivel local en las edúnica falla de la burocracia itoriales a cargo de la Unicultural, como se verá ad- versidad Juárez Autónoma de Tabasco, la Secretaría de elante. Una iniciativa reciente que Educación Estatal y el In-
stituto Estatal de Cultura –tres impresores de libros gubernamentales–, cuando al describir el catálogo de los gigantes, apunta: “se encontraban siempre los mismos nombres carentes de riesgo y era muy raro que apareciera un autor nuevo”. Para respirar frecuentemente el aire de noveles autores hay que asomarse casi siempre a las ediciones alternativas, raramente a las oficiales, y ahí es dónde se acomoda lo “marginal” de Molino de Acentos. Además, obviamente, de la manufactura casera de sus cuadernos, donde asumen con descaro sus limitaciones e imperfecciones, pues ellos mismos son editores, diseñadores, correctores y promotores de sus publicaciones. Si pudieran comprender que la pobreza del centavo no está ligada al diseño, la elección de las fuentes, las correcciones y la presentación final del objeto, el resultado sería mejor y más duradero.
Recientemente publicaron El sueño del dragón, de Abreu, un cuento bien escrito, donde con humor negro hay una burla merecida a los concursos literarios provincianos. De Peralta, La justicia la hacen los vivos, narración con toque rulfiano donde se da cuenta de cómo los vivos se pasan de listos con los muertos. Y La J. Lo, de Gámez, un texto donde reaparece el lenguaje urbano inaugurado por estos rumbos en los años setenta del siglo pasado por el veterano
señalaré aquí algunos defectos que observo de las ultimas novedades con el fin de que no generen vicios. Se trata de la antología Poesía de América Latina para el mundo, un título que impone unas preguntas obligadas: ¿se puede hablar de un discurso americanista como se hizo en el siglo XX ahora que las regiones están “balcanizadas”? ¿Para el mundo porque es una antología bilingüe, cuyo otro idioma es el inglés? El escritor Mario de Lille. prólogo de Héctor Carreto Con mejores recursos que es parco para explicar esta los anteriores, Difusión Ed- selección de “autores vivos”, itorial de la UJAT ofrece donde imperan académicos, una propuesta muy variada organizadores de festivales y para públicos diversos, den- viceministros, reproches fretro y fuera de la universidad. cuentes a publicaciones uniNegar la aportación que a versitarias que aspiran sólo través de sus títulos ha hecho al puntaje institucional y a al clima cultural de Tabas- las vitrinas de cubículo. Un co sería ruin. Para botón subtítulo plausible para esta de muestra basta destacar obra sería: Maneras de sacar la publicación de catálogos provecho de los encuentros fotográficos y pictóricos, y literarios. de las obras completas de ¿Cómo es posible que Roautores tabasqueños vivos berto Arizmendi incluya iny muertos. No obstante, oportunamente los poemas
del director editorial que autorizó la publicación por la UJAT? Por quedar bien con Miguel Ángel Ruiz Magdonell, lo deja mal parado porque por mucho que le guste la poesía del ingeniero es poco caballeroso auto promocionarlo de ese modo. ¿Se puede pedir objetividad a un compilador que se incluye en la selección? ¿Era mucho pedir que la composición de la antología espejeara de un lado el original español y del otro la versión en inglés, como se esperaría en una edición bilingüe para una mejor lectura? Es cosa fea que se amontonen de corrido selección de poemas, traducciones, ficha del autor seguida de la o los traductores. Muchos hemos leído hermosas traducciones de grandes autores a cargo de Aurora Bernárdez, sabiendo únicamente por rumores más no por alguna indicación en las obras vertidas, que se trataba nada menos que de la compañera
del “Cronopio mayor”, Julio Cortázar. Modestia es lo que hizo falta en Poesía de América Latina para el mundo, tanto al editor, antologador y traductores. Y ahora que el formato de la UJAT para la publicación de los poemas y cuentos ganadores de sus certámenes anuales se ha hecho extensivo a nuevos materiales de corte breve, entre los que cito una antología de poemas de Manuel Sánchez Mármol con prólogo de Kristian Antonio Cerino (en la que, por cierto, el catedrático y periodista divaga con anécdotas personales que no arrojan luz sobre la obra del antologado, en fragmentos como este: “Así, que además de leer a Carlos Fuentes, José Saramago y compañía, mis amigos Jaime Ruiz, Adán Arturo Isidro, Erick García Madrazo, Edelmira Díaz, Andrés Torres, Roger Humberto Sánchez, Nancy Cruz, Magaly Broca, Xóchitl Ramírez, Heidi Angélica Salinas, Paulina
Ramírez, Alicia Ham, Magno Sánchez, y un gran enjambre de estudiantes de comunicación, nos dispusimos a leer a Sánchez Mármol”); una crónica sobre Teodosio García, escrita por Jaime Ruiz, con prólogo de Kristian Cerino (la mala cabeza de este articulista cree que en esta “base por bola” editorial mucho tiene que ver la llegada de Hugo Ángulo Fuentes a Difusión Cultural, pues ambos se apoyaron anteriormente para organizar foros de comunicación en la DAEA, donde dan clases, con el fin de promover el proyecto editorial Águila o Sol, del cual Cerino fue cofundador), un cuento de Luis Alonso Fernández con ilustraciones de Luis Alonso Fernández, etc. Parafraseando a Schiffrin, “las tiradas pequeñas garantizan el porvenir del libro”, si y solo si se invierte tiempo en la búsqueda de textos interesantes y bien planeados. No es la primera vez que se ven estos “autogoles” en
Tabasco. La Secretaría de Educación del estado de Tabasco a través del Instituto Tecnológico de Comalcalco reeditó recientemente para la Biblioteca de Autores Tabasqueños, un libro de Rodolfo Lara Lagunes, quien es el titular de la secretaría. Poco importó a los editores la calidad de No hay que ra-
jarse para decidir su publicación. En varias ocasiones, platicando con Luis Acopa, jefe del Departamento Editorial Cultural, y compilador de esas pequeñas plaquettes, le contaba del “Material de Lectura” de la UNAM, unos cuadernos que alcanzan ya el número 350 y van por la segunda época, preciosamente diseñados, con prólogos hermosamente breves y alumbradores, y donde lo mismo aparecían autores conocidísimos como Cesare Pavese, actuales como Raymond Carver, que otros casi secretos como Ulises Carrión. Como esos cuadernos y los clásicos de la humanidad al alcance de los juchimanes siguen esperando editores más atrevidos las prensas universitarias. Al fin y al cabo, los antecedentes de la autopromoción literaria se remontan al autoritarismo presidencial, que cada seis años nos regala en volúmenes sus inservibles discursos de optimismo.
“La chispa de la vida”, Pavel Santa Rosa
“Se pasan de rosca”, Alejandro Hernández García
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