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Monedas con olor a pólvora Jorge Priego Martínez www.heytabasco.com

El cuadro que pintó Edén García Carlos Coronel

La paciencia de llamarse

Pascual Junco

Beatriz Pérez Pereda

Jugada inocente

La minifalda Marina Lugo Martínez

Andrés Ignacio Sánchez


www.heytabasco.com Semanario digital= Ideas+Gente+Cultura; Cuento+Poesía+Ensayo; Crónica+Entrevista+Noticia; Ajedrez+Cartones+Audio; Radio por internet.

El cartón de Pavel

Editor Arte Carlos Coronel Alejandro Hernández-García Infomática Radio Wilberth de la O Gilberto Vigil Colaboradores: Fracisco Magaña Magaña, Jorge Priego Martínez, Sergio Antonio Reyes Ramos, Marcos Rojas Gutiérrez, Gerardo Rivera, Antonio Solís Calvillo, Pablo A. Graniel, Sara Emilia Medina, Moisés Villareal, Andrés Ignacio, Francisco Payró, Carlos Dzul, Juan de Jesús López, Mario Guzmán, Diego R. Barrionuevo, Aníbal Santiago, Josimar Reyes Mosqueda (q.e.d.), Ulises Rodríguez, Alejandro Rabelo, Didier Garaven, Alejandro May, Luis Acopa, Pedro Luis, Beatriz Pérez Pereda, Jesús Heredia Cañaamo, Liz Marín, Nezih Einar, Cecilia Díaz de León, Jasmín Simone, Fernando Abreu, Alejandro Breck, Manuel Campos, Francisco Cubas, Manuel Felipe, Garbro, Rubén Mondragón, Pavel Santa Rosa, Marina Lugo Martínez.


El cuadro de Obrador Carlos Coronel

La pieza se llama “Los músicos”, mide 1,50 por 2,80 metros, y fue hecha por el pintor cardenense Edén García en los años noventa.

¿

Quién pintó ese cuadro?”, fue la pregunta que corrió entre los seguidores de la cuenta de Andrés Manuel López Obrador en Facebook, luego de

que el tabasqueño colgara una foto familiar. Muy pocos lograron identificar al creador de la obra plástica que domina el comedor de la casa Obrador Gutiérrez.


A Edén García, originario del municipio de Cárdenas, Tabasco, le “da mucho gusto” ver su tela “en un lugar privilegiado”. Y sobre todo porque tenía muchos años que no la recordaba. La imagen hogareña, subida el 19 de junio, muestra al reconocido político tabasqueño desayunando con su hijo Jesús Ernesto, horas previas a una gira de trabajo por el Estado de México, y al fondo sobresale el acrílico “Músicos”. “Es una obra que mide aproximadamente 1,50 por 2,80 metros. Se trata de un acrílico sobre tela que titulé ‘Músicos’”, cuenta el pintor choco. Los personajes que se alcanzan a ver son dos de la esquina inferior del cuadro, de acentos caribeños y estilizados, que ejecutan el clarinete y el trombón respectivamente. “La obra se elaboró a la primera, si mal no recuerdo, por ahí de los años noventa”, detalla el también escultor. Su memoria se sitúa en una calle del centro de Villahermosa, en casa del diseñador Ricar-

do Torres, que fuera punto de reunión de amigos artistas, fotógrafos y escritores de aquella época. “Llegó el poeta Ramón Bolívar, argumentando a Fontanelly Vázquez –un dibujante destacado–, que el licenciado Obrador quería un trabajo plástico que tuviera como tema central una banda musical de viento. ‘Fonta’ argumentó que no lo haría, entonces la propuesta pasó a un servidor que estaba presente en ese momento. Me di a la tarea de realizar el trabajo de inmediato porque el licenciado iba a viajar y no había más tiempo”. Además de los personajes mencionados, “Músicos” cuenta también con un saxofonista, cuyas llaves apenas asoman en la imagen, detrás de la espalda de Andrés Manuel, y un trompetista y un tamborilero que quedan fuera de foco. “Por lo general muy pocos (políticos) tienen esa visión de adquirir arte de calidad. Hay personas que prefieren comprar arte menor”, señala quien estudió promotoría cultural en


el Centro de Estudios de las Bellas Artes, una escuela fundada en tiempos del gobernador Enrique González Pedrero y que, cada sexenio, amagan con cerrar los de la administración en turno. Edén, de 47 años actualmente, sigue pintado y exponiendo en su tierra. El libro Bajo la mirada de la ceiba (UJAT, 2006), un catálogo razonado de la plástica tabasqueña en el siglo XX, recoge un comentario de la crítica de arte Raquel Tibol sobre su obra: “hay ahí una interesante

veta de trabajo. Lo que vi de él me deja un buen sabor; hay imaginación”. Aunque el presidente del Consejo Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es muy conocido en tu tierra, Edén sólo pudo platicar una vez con él , “cuando fue presidente del PRD nacional”. La impresión que le dejó es que “el licenciado es un gran hombre, de principios e ideales, le mandamos nuestro reconocimiento y respeto desde nuestra tierra”.


Monedas con olor a pólvora Jorge Priego Martínez

Los billetes de los revolucinarios no eran bien aceptados y la gente escondía mejor sus monedas de oro y plata.

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omo antes dijimos, todas las facciones o grupos revolucionarios imprimieron sus propios billetes, pero se dice que quien se llevó la palma fue Francisco Villa, que emitió más de un millón de pesos en billetes en denominaciones desde un centavo hasta 100 pesos, aumentando el tamaño del billete según el valor facial del mismo, por lo que se les conoce a los de mayor denominación

como “sábanas villistas”. Por los vaivenes de la lucha armada, como ya hicimos ver, los billetes dejaban de tener valor en los sitios donde no dominaba la facción que los imprimía, pero si por azares del destino, volvía a sentar sus reales en un lugar donde antes estuvo, sus billetes recuperaban su valor, previo el “resello”, consistente en las palabras “revalidado” o “resellado” que


se imprimía sobre dichos billetes. Hubo quienes aceptaron los billetes de la facción vencida, previa la impresión de la consabida palabra de “revalidado” junto con la marca o sello del grupo vencedor. Ante el gran alud de billetes de toda especie, denominación, material y tamaño, los comerciantes establecidos prefirieron cerrar sus negocios a seguir aceptando estos papeles que los llevaban a la ruina, pues la gran cantidad de numerario y la escasez de alimentos, propició la más increíble inflación. Los precios aumentaron en gran proporción; por ejemplo de julio de 1914 a julio de 1915, el precio del maíz se incrementó en un 2, 400 por ciento, el del frijol en un 2,200 por ciento, mientras los salarios permanecieron estables en 2 o 3 pesos diarios. La gente se negó a aceptar cualquier tipo de billetes recurriéndose al trueque o al intercambio de cheques bancarios y de billetes emitidos por los grandes comercios. También se imprimía mone-

da fraccionaria en pequeños pedazos de cartón o cartoncillo en denominaciones desde un centavo hasta cinco pesos. A éstos, se les llamó comúnmente “cartones”. En Tabasco, durante el gobierno pre-constitucionalista encabezado por el coronel Aquileo Juárez, quien inició su gestión administrativa el 2 de febrero de 1915, se emitieron billetes de 20 y 50 centavos, conforme al decreto de 22 de marzo de 1915. Estos billetes ostentaban en el anverso la leyenda: “Gobierno Provisional de Tabasco.”, el valor facial de los mismos (20 o 50 centavos), “Bonos de Estado.”, y las firmas del Tesorero General, Rodolfo Moguel; el Gobernador, Aquileo Juárez y el Secretario General, Fernando Aguirre Colorado. Por el reverso estaba impreso del Número foliado ascendente y la Serie que les correspondía, seguidos de la leyenda: “La Tesorería del Estado de Tabasco pagará al portador cincuenta centavos, 50, de conformidad con el decreto de 22 de marzo de 1915. San Juan Bautista, Marzo de 1915”.


El catalogo mencionado con anterioridad nos informa que hubo dos tipos de billetes de 20 centavos: uno con el número 20 en el centro, que seguramente fue el más común porque le asignaba un precio al muy bueno, de 35 dólares y al muy fino, de 75 dólares, mientras que al que describe con el número 20 a la izquierda, le asignaba un precio de 80 dólares al muy bueno y de 125 dólares al muy fino. De los billetes de 50 centavos hubo también dos tipos: el de mayor circulación, que tiene el número 50 por ambos lados, al que dicho catálogo le marca un valor de 35 dólares al muy bueno y de 75 al muy fino; el otro, que circuló seguramente en menor cantidad, ostenta el número 50 en un solo lado y está valorado en 80 dólares en su calidad de muy bueno y en 125 el muy fino. Estas calificaciones de muy bueno y muy fino, se le dan a los billetes de poca circulación, es decir, aquellos cuyo papel, en el primer caso, está sin maltrato y la impresión sin

machas y clara, y en el segundo, cuando el billete está casi nuevo. (El catálogo al que nos referimos es una edición de los años setenta del siglo pasado, por lo que actualmente los billetes mencionados, deben tener un precio mucho mayor). Estos billetes del gobierno provisional, no se crea que tuvieron general aceptación, pues al igual que otros lugares de la República, también en Tabasco la gente se negaba a aceptar cualquier tipo de moneda emitida por los diversos gobiernos o grupos revolucionarios. Para que nos ilustre sobre esta situación, cedemos la palabra a Elías Balcázar Antonio: “En 1915 los billetes constitucionalistas no tenían mucha aceptación y las personas escondían las monedas de oro y de plata, así como los antiguos billetes de banco; estos billetes eran acaparados por el comercio, por los bancos o bien, eran exportados al extranjero. Por esa razón el 28 de junio de ese año se prohibió la exportación de esos billetes y se decretó que aquellos bancos de emisión,


como el Banco de Tabasco, que tuvieran que remitir sus propios billetes al extranjero sólo podrían hacerlo con permiso previo de la Secretaría de Hacienda. En ese mismo año se hizo otra emisión de bonos, esta vez por 500 mil pesos para satisfacer la necesidad de moneda fraccionaria pues la escasez de circulante era cada vez mayor. Esa ocasión se emitieron 35 mil bonos de a cinco pesos, 125 mil bonos de a un peso, 200 mil de a 50 centavos y 500 mil bonos de a 20 centavos. La circulación de esos bonos era voluntaria y sólo estaban obligadas a aceptarlos las oficinas de Hacienda del Estado y de los municipios. Pero como el comercio no quisiera aceptarlos se crearon muchos

problemas en su circulación y las transacciones cotidianas siguieron entorpecidas. Sólo con la llegada de Múgica al gobierno de Tabasco se impuso la circulación forzosa de los billetes carrancistas emitidos el 28 de septiembre y el 20 de octubre de 1914”. Al consolidarse Venustiano Carranza en el poder, se emitieron los llamados billetes “infalsificables”, impresos por el American Bank Note Company de los Estados Unidos, en papel especial y con diseños y grabados de tan alta calidad que impedían fuesen falsificados con la facilidad, que los anteriores. Al ponerse en circulación los infalsificables del 5 de junio al 5 de diciembre de 1926, se procedió a retirar del mercado los otros billetes,


cambiándolos a razón de 10 bilimbiques por un infalsificable. Este nuevo papel moneda estaba parcialmente respaldado en oro y su mayor mérito fue, sacar de circulación a toda la inmensa gama de billetes que fueron impresos de 1914 a esa fecha, ya que no tuvieron el éxito que el gobierno esperaba, pues tan luego se logró la estabilización monetaria del país —que dichos billetes lograron en parte—, como por arte de magia salieron de sus escondites monedas de oro y plata, las que se preferían en todos los intercambios comerciales, usándose los billetes gubernamentales únicamente para el pago de impuestos. Por lo anterior, el gobierno se vio forzado a acuñar sus propias monedas de oro y plata, lo que ayudó a que se estabilizara aún más, la economía nacional. A raíz de esta medida gubernamental, se procedió a retirar de la circulación los billetes infalsificables, que fueron destruidos al igual que todos los impresos anteriormente por los gobiernos provisional y constitucionalista.

La mini falda

Marina Lugo Martínez Las señoras que ahora llegan a los 60 años de edad fueron las que estrenaron esa moda.

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a gente joven no puede imaginarse que señoras de casi 60 años hayamos usado minifalda. Pues, les tengo noticias: ¡sí las usamos y bien cortitas!. Los mini vestidos venían con calzón a juego, porque estirándote o agachándote un poquito se te veía. Por supuesto que, igual que hoy con cualquier moda atrevida, tu mamá te hacia un dramón en cuanto te la ponías y entonces tenías que hacer uso del recurso de la liga. Sí, sí, una liga, de esas que se usan para los billetes. La rompías y te la ponías alrededor de la cintura apenas salías de tu casa, y con ella te subías la falda. Es cierto que, como decía tu mamá, eras blanco más fácil de abusivos en el metro y en el autobús, pero juro que la falda larga te hacia sentir fea, insegura, y antic-


Ilustraciones de Alejandro Hernández-García

uada. Eso no lo entendía tu mamá y a diario te regañaba, hasta que se acostumbraba a verte así, pero para entonces ya la minifalda era cosa del pasado y lo que querías ponerte era el pantalón más acampanado que pudieras encontrar. Eso no lo entendía tu mamá y a diario te regañaba, hasta que se acostumbraba a verte así” Esa misma generación usó pestañas postizas y delineador negro a pasto; maquillaje mucho más teatral que el que hoy se usa. Desde luego que lo vivido no me da derecho alguno a criticar a las nuevas generaciones, pero si sería bueno irse con cuidado, porque estar a la moda

hoy, deja huellas permanentes en el cuerpo, y conozco a más de uno que está arrepentido de haberse perforado y/o tatuado, entre otras cosas, porque algunas empresas tienen como política no emplearlos, al igual que no admiten a fumadores porque los cuatro o cinco cigarros al día, como han de consumirlos en lugares destinados a fumadores, representan al menos una hora diaria de improductividad. Esto es bueno que lo recordemos a nuestros hijos o nietos, aunque como hicimos nosotros, ni caso nos van a hacer. Vamos acostumbrarnos a convivir con ellos, de manera natural, como con los respetables gays, ya que hasta las empresas van a tener que emplear a nuestros angelitos tatuados y agujereados o serán acusadas de discriminatorias. Al paso que vamos a lo mejor hasta habrán marihuanómetros para evitar accidentes de tránsito.


La paciencia de llamarse Pascual Junco Beatriz Pérez Pereda

La soledad y la creación se complementan en el libro Entre acera y asfalto (ICT, 2014).

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a prisa y la precipitación suelen ser dos de los males asociados a los autores que publican por primera vez; la pasión, los anhelos de fama, la vanidad, suelen mal aconsejar a los escritores primerizos. A veces se acierta, están las leyendas: Arthur Rimbaud escribió a los diecinueve años Una temporada en el infierno, Lautréamont muere a los veinticuatro años, después de publicar Los cantos de Maldoror, Rubén Darío publica Azul a los veintiuno dándole esplendor al modernismo, Keats muere con veintiséis años, Alejandra Pizarnik publica a los diecinueve años La tierra más ajena, etc., que antes de los veinte, o en los veinti pocos escribieron las obras por las que serían recordados. A la par de estos afortunados, también está el grupo de escritores arrepentidos de sus primeros libros, esos, generalmente publicados en su primera juventud y que luego borran de las semblanzas, de las solapas de presentación, los niegan como los amores que uno quisiera no haber vivido. Son distintos los caminos que llevan a una persona a escribir, también son distintos los caminos que llevan a publicar un primer libro, elegir el momento para hacerlo. Hay escritores que han publicado tardíamente, algunos han llegado demorados a la escritura, otros han escrito desde siempre pero han escogido la madurez para sacar al escrutinio pú-


blico sus textos. El Marqués de Sade publicó su primera novela empezando la cincuentena, Raymond Chandler su primer cuento a los 45 y su primera novela a los 51 años, José Saramago, todos son ejemplos de personas en la madurez de la edad que inician entonces sus carreras de escritor. A Pascual Junco lo considero dentro de este último grupo de escritores, lo conozco ya desde hace muchos años, el punto de encuentro fue el taller del Jaguar Despertado coordinado por el profe Antonio Solís Calvillo, lugar donde

conocí a casi todos mis amigos de ahora, y desde entonces Pascual disciplinadamente nos mostraba sus cuentos y poemas. Pascual es una persona multifacética, escribe poemas y cuentos (jamás le he preguntado dónde se siente más cómodo, si en el verso o en la narrativa), ha ganado el certamen estatal de cuento y poesía, además es actor y ha recibido el reconocimiento a mejor actor en la muestra estatal de teatro, promotor de la lectura y actualmente estudia el diplomado en narración oral, será un cuentacuentos profe-


sional pues. Enumero todo esto para dejar claro que no es un escritor improvisado y éste, su primer libro publicado, es el resultado de largo tiempo de trabajo y espera, de paciencia. Entre acera y asfalto, es un poemario donde la soledad y la creación se complementan, se buscan. Es un poemario agridulce, de chocolate amargo. En este libro se habla de la espera, una espera ocupada, entretenida en la escritura, en la actuación, en la contemplación, en uno de los poemas finales el poeta lo declara Hombre hecho para la contemplación/desnuda tu alma. En los poemas deambula un personaje poético que encuentra en el paisaje motivos para sopesar su soledad, pero con la convicción de que la espera tendrá un fin, mientras tanto se cultiva, procura la belleza, la juventud, consciente de las exigencias habituales y contemporáneas del amor. Repaso el último sueño esbozo una sonrisa el animal que dormita despierta Sé que alguien vendrá a mi encuentro en eso consiste la longevidad No están de más las caminatas las dietas de apio y toronja los baños de arcilla En estos poemas hay varios despliegues de ternura, la ternura es un término que está muy vilipendiado últimamente, junto con la inocencia, sin embargo hay pasajes donde se ensaya el cuidado, el amor en otros seres vivos; en uno de los poemas, haciendo un pequeño homenaje, una versión más esperanzadora de Cortázar y su “Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj”: Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas… La versión de Pascual dice:


Cuando te regalan un árbol te regalan un pequeño cielo justificado Y así como en el texto de Cortázar, la ansiedad lo llena todo, en este otro poema te regalan un árbol como un bálsamo, dice el argentino: Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo… Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días… El tabasqueño contesta: Cuando te regalan un árbol te regalan la esperanza de heredar algo “Tengo un árbol en miniatura con destino a tu nombre” Pero la espera no siempre es optimista, no siempre se tiene la fortaleza necesaria y suficiente para resistir los embates de la soledad, porque la vida solitaria también es un lugar seguro, una trinchera inaccesible donde podemos manejar, eso creemos, todas las variantes para resistir el asedio, donde nadie puede traspasar nuestro perímetro de silencio y ahí nos ponemos las trampas comunes a los solitarios, no sabemos ya distinguir a los enemigos de los amigos.


Imposible construir barricadas en medio del combate Libres las alas no resisten al vuelo Acudí a los pretextos de que el destino Impide puentes a una isla cercana Vaga en las calles con un bisturí en el saco Convencido de que el arrepentimiento Es un perro asustado Permití que ocultaras mi nombre En cesta de frutos podridos O también esa soledad elegida se convierte en un campo de batalla, la casa, la habitación donde se desarrolla el enfrentamiento del que aún no se sale bien librado. Es aquí donde te espero en la recámara como cuarto de pólvora En eso días de contemplación, de imaginar la felicidad que está por venir, hay sueños que parecen casi al alcance de la mano, en que no importa si los riesgos están calculados o no, hay que aventarse de cabeza, reconocer el vértigo: Ese día nos pasamos imaginando cómo sería nuestra vida unidos y sin hijos Para asegurar nuestra cotidianidad habrá que enlistar casualidades del pasado y amar el orden Todo justifica el mayor riesgo Yo prefiero el silencio tonos secos y fruta picada tú analgésicos y edredones afelpados La actuación, el ser otro, el ser todos para no ser nadie, para no morir, también es un tema presente en todo el libro. Es la evasión, ese otro recurso para no ser uno o para ser otro menos solitario. Por


eso es que el poeta nos confiesa: Soy otro si me pongo el traje azul marino O el de época de Luis XV Otro es quien dialoga Quien tras mi ojo atisba Mi memoria es recordada por otro A veces este otro hábito es un paliativo mientras la palabra está ausente: No está del todo mal este circo Mientras me sea vedada la palabra escrita Actúo para pasar inadvertido ante los ojos de la muerte Marguerite Yourcenar emprendió a los veinte años la enorme tarea de escribir su primera versión de Memorias de Adriano, arrepentida, la dejó olvidada más de una década y nos legó la siguiente frase que nos hace pensar en la paciencia del escritor que sabe que primero tiene que conocerse, adueñarse de sí mismo, para luego afrontar la tarea de escribir las palabras necesarias: hay libros que uno no debe atreverse a escribir sino después de los 40. Gracias a Pascual Junco por entregarnos este su primer libro con la serenidad de quien ya ha visto muchos días de tormenta.


Jugada inocente Andrés Ignacio

En ocasiones en mejor asumir el ajedrez como un taoísta y dejar que las conexiones fluyan.

H

ace como dos años estaba perdiendo mi tiempo mirando la televisión, como la mayoría de la gente, cambiaba de canal en canal hasta que en una de esas vi unas imágenes de tableros de ajedrez, enseguida regresé atrás y ubiqué la frecuencia correcta, la película se titulaba en la guía de usuario Jugada inocente, faltaban diez minutos para que terminara, una vez concluida, quedé muy feliz y con ansias de conseguirla y verla desde el inicio, tuvo que pasar un año para que la obtu-

viera, y la vi muy contento, me gustó mucho, además el lanzamiento del filme fue en el año de 1995, mi fecha de nacimiento. ¿Y a qué viene esta película? Para mí, la cinta tiene historia: hace una semana se la presté a un amigo que da clases de ajedrez , estuvo


toda la semana insistiéndome y presionándome a que se la diera, hasta que el mismo día de la proyección de la película vino hasta mi casa a buscarla. A los tres días me la devolvió, le pregunté cómo le había ido, él da clases a niños de 6 a 12 años, más o menos, y me sorprendió su reacción, pues

después de verle la semana pasada muy emocionado porque les iba a proyectar el filme, ahora me contestaba con la cabeza agachada un simple “mas o menos”. Me explicó que los niños se aburrieron y la mayoría se fue, al final solo quedaron dos en la sala, y ni interés le pusieron, me dijo esto tremendamente decepcionado, ¡como cuando uno anda ligando a una chica y resulta que ya tiene novio! ¡Todo el esfuerzo que hizo resultó infructífero! Es claro que uno da lo mejor de sí para llevar a cabo algo, pero cuando no somos correspondidos, nos enojamos, a veces con los demás, y lo que es peor, en otras ocasiones con uno mismo. Pero esto ocurre en todo, así que no hay por qué ponerse tristes, simplemente hay que aceptar con serenidad lo que uno no puede cambiar. A veces escuchamos, leemos y comprendemos cosas que quisiéramos que cierta persona también a nuestro lado las oyera, pero simple-


La tira de Carlos Dzul mente no se puede: todos somos y pensamos diferente. Hay a quien le gusta ver las aguas borbotear y a quien le parece una tremenda tontería; otros son felices durmiendo bajo la sombra de un árbol y si tienen una novia quieren que también le guste, y he ahí el problema, no hay porque forzar ni obligar, simplemente compartir, y si no funciona, pues aceptarlo y ya. Lo que digo es que así como no a todos les gusta el futbol, tampoco a medio mundo tiene que gustarle del ajedrez, no hay que ser egoísta, más bien un taoísta y así no les pasará como a mi amigo o como a mí muchas veces, que nos apasiona el ajedrez y quisiéramos que todos sintieran lo mismo, cosa imposible. ¡Ah!, la película pueden buscarla en español bajo el titulo de En busca de Bobby Fischer. Semanario digital= Ideas+Gente+Cultura; Cuento+Poesía+Ensayo; Crónica+Entrevista+Noticia; Ajedrez+Cartones+Audio; Radio por internet. Correo: heytabasco@gmail.com

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