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Una mirada al mundo
from BIHOTZEZ Nº55
Comisión Haití-Cáritas de la Parroquia San Ignacio de Portugalete: Se puede mantener la esperanza de que otro mundo mejor es posible
Allí una pequeña comunidad de religiosas, las Hermanas de la Madre Laura, comparten su vida, en las condiciones más adversas, con la gente del lugar. Tanto les impresionó el trabajo y la entrega de estas religiosas por cambiar las condiciones de vida de la población de Arregy, que fruto de ese viaje, se propuso a la parroquia un hermanamiento con esta localidad. Desde entonces la parroquia ha apoyado la labor y el mantenimiento de las hermanas a través de diferentes proyectos, como el actual, de instalación de tanques para la recogida de aguas pluviales. De la implicación de la comunidad cristiana destaca la relación de los niños y niñas de la catequesis con niños/as de la catequesis de la capilla de Arregy. Además de este hermanamiento con Arregy, se trabaja con el Padre Kawas, jesuita haitiano, en un proyecto educativo con menores y jóvenes de zonas marginales, tanto suburbanas como rurales, del entorno a Puerto Príncipe, capital del país. En un principio fueron ayudas económicas puntuales pero, con el tiempo, y, debido a las necesidades, se estructuró y convirtió en un proyecto. La Comisión entró en una nueva etapa después de 2010 pasando a formar parte de Cáritas fortaleciendo así, el trabajo que se venía realizando y, sobre todo, después del devastador terremoto de enero de ese mismo año. Desde la Comisión se expresa un enorme agradecimiento a los hermanos y hermanas de Haití por todo lo que se está recibiendo. Nos ayudan a tener presente que las personas son lo más importante, que no se puede ser feliz sabiendo del dolor de los demás. Se puede mantener la luz de la esperanza en que otro mundo mejor es posible cuando se conocen experiencias como estas y cuando los unos se preocupan por los otros, ganando todos. Precisamente para dar a conocer estas experiencias la Comisión tuvo la oportunidad de contar con la presencia del Padre Kawas el pasado enero en Portugalete. Con él repasamos de cerca la situación de su país, donde ansían un plan serio para la reconstrucción…
La Comisión Haití-Cáritas Cooperación Internacional de la Parroquia San Ignacio de Loyola de Portugalete comienza su relación con Haití en 2004 gracias al viaje que realizó el párroco y un grupo de jóvenes a Arregy, al sur del país.
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Padre Kawas Francois, sacerdote jesuita haitiano
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El padre Kawas Francois es un jesuita haitiano que lleva trabajando desde 2004 con varios proyectos de cooperación de la parroquia de San Ignacio de Loyola de Portugalete, Cáritas Bizkaia y el Ayuntamiento de Portugalete. El padre Kawas nos visitó en enero y con él repasamos de cerca la situación de su país, donde ansían un plan serio para la reconstrucción tras el devastador terremoto, mientras valora muy positivamente la cooperación internacional privada, con la Iglesia al frente, y critica los mecanismos de la cooperación pública que la hacen inefi caz.
¿Cómo está Haití tres años después del terremoto?
No tan bien como desearíamos. Hubo avances signifi cativos desde el punto de vista humanitario y hay menos gente que vive bajo las tiendas. De millón y medio de personas hemos pasado a trescientas mil que viven en tiendas en situación complicada y difícil. En comparación con todas las necesidades es muy poco. Desde el punto de vista humanitario se ha hecho un trabajo muy importante, el pueblo haitiano sigue muy agradecido con estas olas de compasión en todo el mundo. Pero cuando se trata de construcción a largo plazo llega el problema. No se han reconstruido las infraestructuras educativas todavía. El gobierno tampoco tiene un plan nacional de reconstrucción. Se ha hablado de este plan, que se ha hecho, pero es más teórico que práctico. Todavía se espera una clarifi cación global seria para la reconstrucción a largo plazo del país.
A veces, la sensación aquí era que la ayuda no era la adecuada ¿y allí?
Sí, pero yo hago la distinción entre dos tipos de ayuda internacional: la ayuda internacional pública, ofi cial, o multilateral o bilateral, que sería un tipo, y el otro sería la ayuda internacional privada que pasa a través de las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones de tipo religioso, como Cáritas. En los mecanismos de la cooperación internacional pública hay problemas serios, porque a veces no respetan las aspiraciones de los ciudadanos sinceros y generosos de sus países que, con sus
Ikuspegi humanitariotik begiratuta lan handia egin da; Haitiko herriak eskertu egiten ditu mundu osoan sortu diren erruki-olde horiek. Baina epe luzerako eraikuntzaz ari garenean, hor dago arazoa.
impuestos, dan ese dinero a su Estado, para ayudar a los pueblos. No tengo ninguna duda de la sinceridad de los ciudadanos, pero la cooperación internacional ofi cial tiene mecanismos que hacen que el dinero regrese al país donante y obedece a intereses estratégicos, comerciales y políticos. Esto hace a esta cooperación inefi caz.
¿Por la corrupción?
Algunos gobiernos occidentales pueden decir que es a causa del gobierno haitiano, que es corrupto, pero menos del 5% de la ayuda pasa por el gobierno. No se puede decir que la causa principal es la corrupción del gobierno. La causa principal para mí son los mecanismos mismos de la cooperación, que no funcionan. Por ejemplo periodistas franceses publicaron un artículo sobre la ayuda norteamericana a Haití, con más de 1,3 billones de ayuda, pero cuando se analiza más de cerca esta ayuda, más del 95% regresa a Estados Unidos.
¿Cómo es eso?
Después del terremoto 30.000 hombres se fueron a Haití, ¿quién paga eso? esta misma ayuda va al Ejército americano. Una parte va al Departamento de Estado que ha organizado toda esta ayuda humanitaria, y la parte más importante va a la USD, que es la Agencia Internacional de los Estados Unidos que está en todos los países en desarrollo. Las fi rmas que ejecutan los proyectos son fi rmas norteamericanas. Los empleados de estas fi rmas, los contratos y demás hacen que el dinero regrese, y poquito va a la población. Eso es un ejemplo de la bancarrota de la ayuda internacional.
Es una crítica dura
El ministro canadiense de cooperación internacional se fue a Haití hace un mes e hizo una declaración acusando al gobierno haitiano y a los haitianos de irresponsables y del fracaso de la ayuda canadiense. Escribí un artículo diciendo al ministro que estaba mintiendo a sus ciudadanos, porque no es cierto. El dinero no pasa por el gobierno, pasa por sus propias agencias. Tal contrato es una fi rma canadiense, y el dinero va a la fi rma, para construir por ejemplo abrigos provisionales. La parte importante del dinero va a la fi rma y dice que son los haitianos: eso es una mentira y es grave para la democracia en su país. A no ser que sea ignorante de los mecanismos, cómo se hacen. Le perdonas si es ignorante, pero si conoce bien las cosas está mintiendo a sus ciudadanos y eso no es bueno. Esa es la situación de la cooperación internacional ofi cial.
¿Y la cooperación privada?
Me parece mejor, porque sí hay un buen control. Este dinero apoya a la sociedad civil a través de las organizaciones, y es importante.
Mendebaldeko gobernu batzuek esan dezakete kooperazioa ez dela eraginkorra Haitiko gobernua ustela delako; baina laguntzaren %5 besterik ez da pasatzen gobernuaren eskuetatik. Ezin daiteke esan arrazoi nagusia gobernuaren ustelkeria denik. Nire ustez arrazoi nagusia kooperazioaren mekanismoetan dago, ez baitute funtzionatzen.
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Todo este proceso democrático vivido en Haití en los años 80 y 90 ha desembocado en este inicio de democracia que tenemos, todo este proceso de fortalecimiento de las organizaciones campesinas, de las organizaciones de jóvenes, las suburbanas, este proceso que se ha hecho bajo el liderazgo de la Iglesia católica ha sido fi nanciado por organismos españoles, franceses de la Iglesia, Cáritas… ha sido fi nanciado por organismos de Europa. Quisiéramos seguir en esta línea, esta ayuda privada a través de las Iglesias va a fortalecer las organizaciones de la sociedad civil, actores serios, un lugar de cooperación importante.
Impulsa un proyecto para niños y jóvenes que desarrolla con Cáritas
Inicié aquí un programa con el padre Manu Arrue (sacerdote jesuita vizcaino) y mi presencia aquí es una consecuencia de la acción de Manu, él iba con jóvenes de Portugalete y me tocó dar charlas para ayudarles a entender la situación de Haití antes del terremoto. A partir de ahí fueron naciendo los proyectos y hoy nos apoyan la parroquia de San Ignacio, el Ayuntamiento de Portugalete y Cáritas. El objetivo es llegar a una fundación especializada en el trabajo de recuperación de jóvenes.
¿Cómo es la situación de los jóvenes en Haití?
En 2006 más de un tercio de los niños entre 6 y 12 años, más de 500.000 niños, no iban a la escuela. Esta proporción pasa del 40% cuando se considera de 5 a 15 años. Más del 60% de niños abandonan la escuela antes de terminar la segunda fase. La tasa de analfabetismo era del 39% en 2003 y más del 50% de la población entre 6 y 24 años no van a ningún centro educativo y está en una situación difícil, un terreno fecundo para la delincuencia.
¿Cómo le gustaría ver a Haití a cinco o diez años vista?
Para mí la economía es fundamental. No quiero ser optimista como beato, que no se fundamenta en nada, quiero partir de la realidad. A veces hablo de los ciclos de esperanza; para mí un signo de esperanza es la existencia de las organizaciones sociales, la libertad de expresión; el fortalecimiento de la sociedad civil me parece importante y conservar las conquistas democráticas del pueblo. También el fortalecimiento de una cooperación privada en apoyo a las organizaciones sociales y la puesta en marcha de infraestructuras además de inversión en educación y sanidad.
¿Qué le diría a la gente de Cáritas Bizkaia?
Que siga apoyando proyectos prioritarios para la educación, el fortalecimiento de la sociedad civil, la defensa de los derechos de las mujeres y los derechos humanos… que la sociedad asuma su responsabilidad en cuanto a la ayuda externa de los gobiernos, porque parte de sus impuestos va a la cooperación internacional, que se utilice bien.
¿Cómo valora los esfuerzos económicos personales, pequeños o grandes, para apoyar las iniciativas de cooperación?
Es un testimonio cristiano, consecuencia de su fe, que va creando lazos de solidaridad. Cuando la gente sabe que los cristianos de aquí nos apoyan allí, crea lazos de solidaridad y amistad que van más allá de lo que podamos imaginar. Es una dimensión fundamental de la fe cristiana. Y que le da más fuerza a la propia fe. Como sacerdote, como cristiano, la acogida que aquí me dan, el respeto y el cariño, creo que también son parte de su fe cristiana, parte de su compromiso. Eso me hace experimentar la fuerza de la fe cristiana que va más allá de las barreras raciales, culturales o sociales. Esta solidaridad en Cáritas nos hace vivir esta dimensión de nuestra fe que es un testimonio al mundo: se puede ser solidario más allá del egoísmo y de los intereses comerciales, económicos o estratégicos.
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