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Sakonki / En profundidad
from BIHPTZEZ Nº58
Area de Familia e Inclusión social (infancia y familia):
Una etapa en un mismo camino
Con el objetivo de mejorar el trabajo con las familias en situación de exclusión o vulnerabilidad y su situación, Cáritas Bizkaia apuesta por una intervención globalizada desde el nuevo Área de Familia e Inclusión social, que recoge bajo una mirada unificada las estrategias de familia e inserción social y los proyectos de apoyo socioescolar.
El salón de actos de la Parroquia del Carmen, en Indautxu, acogió el 15 de mayo un encuentro muy importante y significativo para los cientos de personas que en Cáritas están implicadas en el trabajo diario con familias envueltas en situaciones de vulnerabilidad. Los zarpazos de la crisis se dejan sentir especialmente en un número importante de núcleos familiares maltratados por múltiples dificultades, que les priva de aspirar al legítimo deseo de un futuro esperanzado.
Hace más de 20 años que Cáritas Diocesana de Bilbao se empeña en disminuir el impacto que estas situaciones tienen en la vida cotidiana de tantas familias que anhelan una vida digna. Especialmente desde 2008, el riesgo de pobreza está desplazándose hacia sectores cada vez más amplios de la población. El desarrollo de políticas familiares específicas no logra reducir la multidimensionalidad de las situaciones de pobreza y desigualdad.
Es por eso que cada año se trabaja intensamente con cientos de familias en situación de exclusión o vulnerabilidad. La pobreza tiene una fuerza envolvente y contagiosa que produce una transmisión generacional, perpetuando la exclusión en varias generaciones de una misma familia. Para evitar y prevenir esos desajustes intolerables, se viene ofreciendo multitud de espacios formativos y de acompañamiento: los tradicionales FIS (familia e inserción social) y los PASE (proyectos de apoyo socio-educativo).
Fruto de este trabajo y ante la complejidad de las situaciones, se ha apostado por avanzar hacia una integralidad de las estrategias y una combinación de procesos y acompañamientos conjuntos, a partir de objetivos y enfoques unificados. Vemos que para que las familias mejoren su situación es muy importante tener una intervención global, con estrategias diferenciadas pero confluyentes según los casos.
Las personas que participaron en el encuentro del día 15 compartieron preocupaciones y aportaron ideas para seguir avanzando en ese trabajo conjunto que busca mejorar el horizonte vital de tantas personas. También se puso en conocimiento de las personas asistentes los recursos públicos con que cuenta el municipio de Bilbao, el trabajo realizado por el servicio diocesano Lagungo y el apoyo de Cáritas Española a este trabajo.
Bilboko Elizbarrutiko Cáritasen asmoa egoera horiek familietan daukaten eragina arintzea da. 20 urtetik gora daramagu lan horretan; bizimodu duina izan nahi duten pertsona horiekin. Bereziki 2008tik, pobrezia-arriskua herritarren arteko gero eta sektore gehiagotara heltzen ari da.
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Mirada unificada
En este nuevo camino, resulta fundamental tener una mirada unificada de la familia, con un itinerario de intervención coordinado y respuestas educativas, formativas según las necesidades específicas de sus miembros. Un área común en lugar de dos programas independientes que se coordinan.
Por eso, entre las líneas que se marca Cáritas para el próximo curso se establece como reto:
Definir el área de familia, de tal forma que actualicemos nuestra acción en un ámbito conjunto de FIS e Infancia.
Esto va a requerir adaptar nuestra intervención a los retos y al contexto actual, afrontando las nuevas realidades de exclusión y vulnerabilidad, en un esfuerzo de adaptación y renovación. Todo esto conlleva:
- la intervención con personas: modelo de acción integral.
- de la comunidad: que toma un papel activo; protagonismo del voluntariado; trabajo de acompañamiento; estructura territorial.
- una organización: coordinación interna, sinergias, mejoras (optimización), etc.
Es nuestro modelo de acción social integral el que nos lleva en esta dirección.
¿Cuál es la ilusión, la utopía que queremos conseguir en este ámbito conjunto de trabajo?:
- Mejorar el sistema familiar de las personas/familias atendidas, generando resiliencia, habilidades y oportunidades para revertir procesos de vulnerabilidad y/o exclusión social. ¿Cuáles son las apuestas fundamentales?:
- Acompañar los procesos de las familias en especial en situación de vulnerabilidad: familias monoparentales, numerosas y migrantes.
- Favorecer la convivencia dentro de la familia y con el entorno.
- Que la familia y sus hijos sean acompañados de forma integral desde el área de familia.
- Fomentar, mejorar y favorecer la implicación de la familia en el desarrollo integral del menor desarrollando: hábitos y actitudes que favorezcan un ambiente de convivencia saludable, y pautas educativas adecuadas.
- Sensibilizar al entorno sobre la importancia de la familia en los procesos vitales de las personas.
El incremento en el número de familias en situación o riesgo de pobreza es una llamada de atención muy seria para el conjunto de la sociedad. Coincide con una disminución en la oferta de los recursos disponibles. El impacto que estas situaciones tienen a medio y largo plazo en las oportunidades vitales de cada uno de los miembros de la familia y especialmente de los más vulnerables es muy fuerte. Todo un estímulo para no ahorrar esfuerzos por paliar las necesidades de quienes se encuentran con mayores dificultades.
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En la página anterior, un momento de la fiesta celebrada en el centro EKIN en Otxarkoaga. En esta página, mujeres jugando a Basket con Fernando Romay, otra imagen del encuentro de EKIN y, sobre estas líneas, dos instantáneas del encuentro del Área de Familia e Inclusión Social.
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Ana Aguirre lleva más de 25 años en Cáritas Bizkaia. Primero de voluntaria con chavales en Otxarkoaga en un espacio de tiempo libre. Psicóloga de formación y terapeuta familiar, comenzó a trabajar con José Mari Lana también con los padres, lo que sería el germen del FIS de Otxarkoaga. Luego trabajó con el Proyecto de Educación Familiar y conoció e impulsó el centro Ekin, apostando ya por una acción integral de intervención con las familias desde una visión global.
¿Cómo ve este nuevo Área de Familia?
En mi trayectoria tengo experiencia de esta doble clave; de chavales y de familias; y a veces la vida te confirma las cosas que vas viendo. Además, tuvimos la suerte de participar en un programa europeo con diferentes Cáritas en espacios de Infancia-Familia. Todos los proyectos que hemos visitado en Europa, y hacia donde vamos, es hacia esta línea.
Ana Aguirre, responsable del Área de Familia
¿Se aprecia luego este trabajo en las familias?
Sí. La experiencia más clara de trabajar en global con la familia por ejemplo lo vemos en el programa de vivienda. La evolución de esas familias no tiene nada que ver con la evolución de la familia que viene solo a un taller, por ejemplo, o que sus niños vienen solo a un proyecto de apoyo escolar. No quiere decir que tengas que hacer una intervención como un elefante en una cacharrería, sino solo tener la visión de la familia y poder ver qué puedes hacer. Tener la visión conjunta cambia mucho las posibilidades de futuro de la familia.
Será difícil redirigir cosas importantes en la familia…
Es complicado, dependiendo del momento vital en que estén. A veces trabajamos con familias en situaciones vitales muy complicadas y eso hace que sean difíciles, y con situaciones muy inestables. Tenemos que ir muy pegados a la acción social; toda la parte social de cobertura de necesidades, la inestabilidad en vivienda, la inestabilidad en la situación económica, las dificultades del acceso al empleo…
Pero esa responsabilidad es más amplia…
Tenemos que ir trabajando a la vez con otros programas de Cáritas de forma integral, sin que la responsabilidad global sea nuestra. Que la intervención sea integral no quiere decir que el ámbito de infancia-familia tenga que cargar con toda la intervención. Tenemos que trabajar con otras áreas para que la familia salga adelante; nosotros trabajamos en ámbitos educativos con familias y con menores en casa, y otros proyectos se dedican a otros ámbitos.
¿Qué es lo que más le ofende de lo que ve en su trabajo?
Me remueven mucho las situaciones de negligencia con los menores. Los chavales son los termómetros de las familias. Me molesta cuando ves a los chavales cómo viven situaciones de sufrimiento y cómo reflejan lo que está pasando con sus familias. Y la desesperanza que vemos en muchas mujeres. Una de las cosas que últimamente más se ve es la falta de futuro. En las mujeres y en los chavales, “si total para qué voy a estudiar, si no voy a tener nada de futuro”. Esa sensación de no tener futuro…
Pero hay salidas, queda esperanza, ¿no?
Sí. La verdad es que luego te encuentras con familias y menores con una capacidades de resiliencia (capacidad para superar circunstancias traumáticas) tremendas; te encuentras familias que nunca hubieras creído que con el planteamiento inicial que parecía fueran capaces de crecer tanto y llegar tan lejos. Solo necesitan que se les dé “los mimbres” para poder salir adelante.