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Capítulo 02: ¡¿La fuga de amor de Aina y Emmerich?!...............................................Pp
from Hokuou Kizoku 4
CAPÍTULO 02 %
¡¿LA FUGA DE AMOR DE AINA Y EMMERICH?!
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Me había marchado de la aldea para ir al país de Emmerich…
Luego de huir de la aldea, finalmente entré en sí cuando abordamos el barco. El camarote tenía una litera y también había una cortina para separar el cuarto. Podía tener mi espacio privado, pero eso no cambiaba el hecho de que los dos compartiríamos una habitación.
Emmerich me preguntó con una actitud despreocupada si prefería la cama de arriba o la de abajo.
—Para algo como eso, cualquiera está bien.
—Ah, está bien, en ese caso, Aina-chan se quedará con la cama de arriba.
— … ¿Qué significa esto? Es como si insinuara que la cama de arriba es mejor. Cuando le pregunté al respecto, me dijo que él siempre dormía en la cama de arriba cuando compartía literas con sus hermanos.
—¿Comemos?
—¡¿Eh?!
—Hay un comedor arriba.
— …
Por la mañana no tenía mucho apetito, así que no desayuné nada. Ahora me sentía famélica. Mientras apreciaba la oferta de Emmerich, lo seguí.
El comedor, donde podíamos conseguir comida extranjera, estaba atestado de gente.
— …
Incluso si veía el menú, no podía leerlo bien pues tenía problemas entendiendo el idioma de Emmerich. Mis abuelos estaban en contra de que yo aprendiera otros idiomas. Aunque Ritz-oniichan a veces me enseñaba en secreto, todavía no estaba familiarizada con él...
En cuanto a nuestras conversaciones, la mitad de las palabras eran en mi idioma y la mitad en el suyo. Se esforzó estudiando por mi bien. A pesar de eso, me gustaría aprender el idioma del país de Emmerich, así que le pedí que hablara más en su idioma.
Solo ser capaz de leer las palabras no ayudaba para identificar los platillos. Como sentí que estábamos llamando la atención, me gustaría regresar pronto al camarote. Por consiguiente, dejé que Emmerich se encargara de ordenar.
—¿Qué te gustaría, Aina-chan?
—Cualquier cosa está bien…
Justo después de comentar eso, me arrepentí. ¿Por qué dije algo tan poco lindo? Sería estupendo que fuera capaz de sonreír y preguntar qué platillo es bueno como Ritzoniichan lo haría.
—Veamos, ¿qué sería buena opción?
— … Tras oír la respuesta de Emmerich, levanté la mirada.
Bien. Parece que no le molestó mi actitud.
Me disculpé una y otra vez en mi cabeza.
—Este platillo tiene un sabor fuerte, así que~ —Emmerich comenzó a explicar las opciones en el menú—. El pan probablemente no es muy diferente a los que hay en la aldea. En cuanto a la sopa…
Le dije que cualquier cosa estaba bien, pero me explicó todo. Ordené una sopa de patatas llamada “Kartoffelsuppe” y un filete de ternera frito conocido como “Schnitzel”.
Emmerich ordenó una sopa de cebollas llamada “Zwiebelsuppe” y un platillo de pollo con vino tinto conocido como “Coq au vin1”.
Los platillos que ordenamos fueron servidos rápido. En el centro de la mesa había una canastilla con pan.
“Kartoffelsuppe” era un estofado cien por ciento a base de puré de patatas, leche de ganado y especias, ¿creo? Poseía un sabor fuerte y la textura sobre la lengua era suave. También sumergí el pan en la sopa y estaba delicioso. “Schnitzel” era un platillo que se preparaba al freír un filete de ternera cubierto en pan molido. Me sugirió exprimirle jugo de limón encima y comerlo junto con las patatas al vapor. Cuando acerqué el cuchillo a la carne, lo cortó muy bien. Se trataba de una carne muy suave. Aunque la
1 N. de la T. Los nombres alemanes significan literalmente lo que son, sopa de patata y sopa de cebolla respectivamente, mientras que “Schnitzel” es chuleta de ternera. “Coq au vin” es un platillo francés hecho salteando el pollo con vino.
superficie era crujiente, la carne estaba muy jugosa. Gracias al jugo de limón, el sabor también era limpio.
La comida extranjera era sorprendentemente buena.
En nuestro camino de regreso, Emmerich me dijo que iría a la tienda.
—Si hay algo que necesites, por favor dime.
— …
Emmerich pagó por la comida. Pensé en pagar yo misma, pero había dejado mi bolso en el camarote.
—¿No te gustaría un poco de chocolate, Aina-chan?
—No lo necesito.
—¿Algún dulce?
—Te dije que no lo necesito.
—Entendido…
Lo hice otra vez. ¿Por qué sigo diciendo cosas nada lindas? Mientras observaba la espalda de Emmerich alejarse, sentí ganas de salir corriendo.
Me gustaría ser más sociable como Ritz-oniichan. Todo lo que digo son cosas duras.
—¿Nos vamos?
— … Seguí a Emmerich, el cual sujetaba una bolsa de papel, de regreso al camarote.
❄❄❄ Cuando entré al camarote, Emmerich sirvió jugo y bocadillos.
—¡¿Eh, esto, por qué?!
—Te parece si lo comemos juntos más tarde.
—…E-está bien… Emmerich solo sonrió y dijo que se le antojó comer algunos.
Luego de eso, el resto del tiempo lo usamos para aprender el idioma. Si había cosas que no sabía, Emmerich me enseñaba.
Los dos días en barco pasaron rápidamente de esa forma.
En el puerto compramos algo para desayunar en el mercado.
Mientras comíamos, discutimos lo que deberíamos hacer después.
La casa de Emmerich se encontraba localizada en la capital del país. Ya que llamaría la atención siusaba la ropa tradicional de la aldea, me compró un vestido y un abrigo. Gracias a la generosidad de la vendedora, fui capaz de cambiarme en el interior de la tienda.
El vestido tenía volantes con patrones de flores sobre el dobladillo y los puños de la manga. La falda era ligera, a diferencia de la ropa tradicional de la aldea. Había muchos moños cerca del pecho y la cintura, así que era lindo. El abrigo era esponjoso y estaba hecho de lana. Comparado a mi tierra natal, no estaba haciendo mucho frío, pero Emmerich dijo que podría pescar un resfriado, así que lo compró. Tenía la intención de pagar por la ropa, pero Emmerich las pagó por mí. Me sentí mal por eso.
—También arreglaré tu cabello en un lindo peinado.
—¿Eh?
—Esas dos trenzas son un poco aburridas, ¿sabes?
— …
Las trenzas son importantes en la doctrina del Espíritu que protege la aldea. Era una vendedora amable, podría rehusarme. Sin embargo, este lugar no era mi tierra natal.
—Sí, por favor… —¡Déjamelo a mí!
Nunca intenté otros estilos de peinado además de las trenzas, así que tenía el corazón un poco agitado.
Dividió mi cabello en dos y luego lo trenzó. La forma de trenzar era la misma, pero tener una parte del cabello suelto era algo nuevo. Pensé que ya había acabado, pero me equivoqué. Levantó las puntas de las trenzas para darles volumen e insertó algo en mi cabello para sujetarlas en su lugar.
—Muy bien, terminé.
¡Asombroso! ¡Daba una impresión madura!
Me vi en un espejo largo que reflejaba todo mi cuerpo. No podía creerlo. Lucía como alguien completamente diferente.
—Bien, bien, deja de estar nerviosa, tenemos que mostrárselo a tu esposo también.
Traté de explicar que no era mi esposo, pero la vendedora continuó empujándome por la espalda. Quería quejarme, pero por desgracia, no conocía las palabras adecuadas en este idioma.
Al final, me empujó hasta la parte delantera de la tienda con un golpe seco.
—¡Ah!
Los zapatos tenían tacón, algo a lo que no estaba acostumbrada, así que perdí el equilibrio.
¡Me caeré! En el instante en que pensé en eso, Emmerich corrió hacia mí y me atrapó.
—¿T-te encuentras bien?
—Sí… ¡Nada de «Sí»!
¿Por qué ni siquiera pude decirle una frase tan corta como: «Vielendank2»?
Incluso después de que pasara mucho tiempo, Emmerich no quitó lasmanos de mis hombros, así que levanté la mirada con cautela.
Cuando se encontraron nuestras miradas, Emmerich parpadeó de manera poco natural.
—Eeh, ¿estás bien?
Mejor dicho, ¿estás molesto?...
Cuando estaba a punto de preguntarle eso, él habló primero.
—Te ves muy linda, Aina-chan.
—¿Eh?
—Te queda muy bien.
Por lo visto, Emmerich estaba actuando de manera extraña porque quedó fascinado conmigo.
Cuando descubrí eso, me sentí avergonzada, así que me distancié de él.
2 N. de la T. Vielendank: significa gracias en alemán.
—Rápido, hay que irnos.
—Sí… Hice una reverencia a la amable vendedora y luego salí de la tienda.
Había un carruaje que se dirigía a la capital, así que lo abordamos. Luego de varias horas, finalmente arribamos a la ciudad donde vivía Emmerich.
—Puede que sea un poco pequeño aquí.
—No hay problema…
Emmerich vivía en una habitación rentada de una casa de tres pisos. Consistía de una sala, una recamara, una cocina, una tina y un inodoro; un lugar ideal para vivir por su cuenta.
—Aina-chan puedes usar la recamara.
—¿Qué hay de ti?
—Estaré bien con el sofá de la sala.
— …
Incluso si le decía que yo dormiría en el sofá, pensé que no me escucharía así que acepté su amabilidad. Descubrí mientras viajábamos juntos que Emmerich era bastante testarudo. También que siempre actuaba pensandoprimero en las damas.
—De ahora en adelante, estaré muy ocupado en el trabajo, así que no podré regresar mucho.
—Está bien… —¿Deberíamos contratar a una sirvienta?
—No es necesario.
—P-pero.
—Me puedo hacer cargo yo misma.
Tengo confianza en las tareas del hogar como limpiar, cocinar y coser. Si contratamos personas, será una carga para las finanzas de Emmerich y la idea de tener a un extraño en la casa hace que me sienta intranquila, así que rechacé la oferta.
—En ese caso, si tienes problema con algo, puedes pedirle ayuda a la casera en el primer piso. Le pediré que te dé una mano cuando lo necesites, Aina-chan.
—Está bien… De esa forma, mi vida junto a Emmerich comenzó.
❄❄❄
Tal y como había dicho el primer día en que vivimos juntos, Emmerich no venía a casa la mayor parte del tiempo. Entretanto, yo salía a comprar por el vecindario o a pasear en el parque en un intento por salir tanto como fuera posible de la casa.
Sin embargo, hubo un incidente tenebroso. En el camino de regreso del mercado, un joven me dirigió la palabra. Habló rápidamente en el idioma de este país, así que no pude entenderlo.
—¡No hay problema, así que ven conmigo! —Fue todo lo que pude entender.
Qué miedo. No era más alto que Emmerich, pero tenía una atmósfera intimidante a su alrededor.
Negué con la cabeza para comunicarle que no quería. Sin embargo, él me tomó del brazo, así que yo lo golpeé en el hombro con la canasta que tenía en la mano.
Eso lo tomó por sorpresa y me soltó.
Me concentré únicamente en correr.
Sin embargo, él también me estaba persiguiendo con persistencia. Podía escuchar un grito aterrador detrás de mí.
Pensé que era buena corriendo, pero no podía hacerlo tan rápido debido a los zapatos.
Comencé a llorar por el miedo.
Ya casi llegaba a casa, pero luego recordé que había puesto la llave en la canasta, lo cual hizo que solo llorara aún más. No había tenido tiempo de recoger la canasta que le lancé al hombre.
Enseguida llegué a la calle donde estaba la casa. Me pregunto si la casera estará en casa. Por favor, ayúdenme, recé mientras corría.
Debido a la escena que me recibió, sospeché de mis propios ojos.
Emmerich se encontraba coincidentemente frente a la puerta.
—¿Eh? Aina-chan.
Corrí a sus brazos y lo abracé con fuerza.
—¡Eh, qué pasa-!
El hombre que me estaba persiguiendo se enfrentó a Emmerich.
—Qué, entonces ya tenía a alguien.
—¿Y tú quién eres?
Estaban hablando sobre algo, pero Emmerich también hablaba rápido, así que no podía entender lo que estaban diciendo.
—Esa mujer me golpeó con su canasta. Tengo algo que decirle así que préstamela por un rato.
—No puedo hacer eso.
—¿Uh?
Tengo miedo… ¿Acaso habré hecho algo irreparable sin darme cuenta?
Emmerich me dio palmaditas suavemente en mis hombros, los cuales habían estado temblando.
—¿Qué está pasando aquí?
La casera, que había oído la conmoción, salió y Emmerich le pidió que me llevara dentro.
Cuando le expliqué la situación, me dijo que no había hecho nada malo.
—No te preocupes. David-san se encargará de eso.
Aun así, estaba preocupada por Emmerich. ¿Y si resulta herido? Fue lo que pensé. No podía dejar de temblar. Quizá mis pensamientos se estaban mostrando en mi cara, porque la casera me explicó.
—Emmerich es un soldado. Está acostumbrado a las peleas.
Mientras la dueña de la casa decía eso, Emmerich regresó con una mirada imperturbable.
—Perdón por haber causado una conmoción afuera de la casa.
—No te preocupes por eso. Sin embargo, el orden público por aquí ha empeorado debido al aumento de los inmigrantes. No recomendaría que dejes a una jovencita caminar sola por las calles.
—Sí. Tienes razón.
Yo fui quién hizo algo malo, a pesar de eso Emmerich fue reprendido por la casera. Sabía que el orden público había empeorado desde el día en que llegué aquí. También me había recomendado que comprara de los vendedores de puerta en puerta.
Regresé a casa con la espalda encorvada. El día de hoy escuché que Emmerich regresaría, así que planeaba cocinar comida deliciosa para él, pero terminé tirando los ingredientes.
De verdad debería disculparme esta vez. Respiré profundamente pensando en eso, pero Emmerich habló primero.
—Me alegro que estés a salvo, Aina-chan.
Emmerich me tomó de la mano y se puso de rodillas. Luego, comenzó a murmurar que lo sentía.
—¿Por-porqué te disculpas? Yo soy quien tiene la culpa por salir arbitrariamente.
Emmerich dijo a media voz que no se trataba de eso y luego guardó silencio.
—Ah.
Mientras miraba la parte de arriba de la cabeza de Emmerich, recordé algo.
—¿Eh, qué sucede?
—¡La llave de la casa, la dejé en la calle junto con la canasta! ¡Tengo que ir por ellos!
Cuando dije eso, Emmerich comentó que él iría.
—P-pero.
—No hay problema, así que espera en casa.
— …
Emmerich no escucha a los demás cuando se pone de esta forma, así que decidí dejárselo a él.
Mientras él estaba afuera, comencé a preparar la comida.
Aun cuando dije eso, solo había tubérculos como patatas, un poco de pan, carne ahumada y comida enlatada.
En la cocina, dividí a las patatas por su categoría, en este país principalmente se diferenciaban en tres.
Primero tenemos la “Festkochende Kartoffeln”, patatas que no se deshacen fácilmente. Se utilizan para hervir o freír. La segunda es “Vorwiegend Festkochende Kartoffeln”, patatas que son difíciles de cocinar pero que mantienen su forma. Estas son usadas cuando uno quiere una textura moderada. Finalmente están las “Mehligkochende Kartoffeln”, patatas que son suaves. Estas se utilizan para sopas.
La primera vez que visité el mercado, me sorprendí por la gran variedad de patatas.
Usé las que son suaves para hacer sopa. Agregué a una olla la carne ahumada, las patatas y algunas especias, luego lo dejé a hervir a fuego lento. Cociné las patatas que mantienen su forma en la estufa. Entretanto, preparé salsa bechamel. Mezclé leche y harina, después la sazoné con especias. Creo que hice demasiada. Para finalizar, la mezclé con trocitos de carne ahumada y champiñones marinados en aceite. Sobre los cortes en forma de cruz de las patatas, vertí la salsa bechamel y queso en polvo, luego las volví a calentar. Quedaba listo una vez que el queso se derretía por completo. La sopa que dejé en la estufa tras agregar los ingredientes también parecía estar lista.
En ese momento, Emmerich regresó.
—Aina-chan, la llave y la canasta con las cosas que compraste estaban allí.
El amable empleado de la sastrería lo había recogido. Me sentí aliviada ya que encontramos la llave.
—Gra-gracias.
—Sí. Menos mal que seguían allí.
Emmerich regresó a su usual sonrisa boba.
Cuando le comenté que la comida estaba lista, parecía feliz. Solo era una comida sencilla hecha con lo que tenía en casa; pero, a pesar de eso, Emmerich la comió con mucho placer
❄❄❄ La vida en el país extranjero apenas comenzaba, pero cada día era satisfactorio.
También pensé que me gustaría ser honesta con Emmerich.