Gealittera 25 deseo

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GEALITTERA REVISTA DIGITAL Tierra de letras, tierra de otros; aquellos que se dan cita para escribir. Coeditada por Cecilia Ortiz (Argentina) y Carmen Membrilla Olea (España). Bajo la infinita ilusión de unir voces literarias pertenecientes a países y continentes distintos. revistagealittera2014@gmail.com IBSN: 14-08-2014-55

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INDICE

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EDITORIAL Carmen Membrilla Olea Cecilia Ortiz

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POESÍA Fernando Sarría Mercedes Eleine Gonzáles Gloria Marecos Rodas Luci Garcés Carmen Membrilla Olea Isabel Pérez Aranda María P. Comorera Ana Maritza Aguirre Gutiérrez Irene Vinci Paco Déniz Bruno Virginia Quiroga Socorro Carranco Estela Molinas Báez Gabriela Rivero Ana Aguirre Mary Acosta Patricia Corpas Gutiérrez María Marta Liébana Remedios Pernas Griselda Rulfo Ivana Szac Álvaro Álvarez Rojas Robert Edward Gurney Adri Delfini Aleqs Garrigóz Anamaría Mayol Tomás Sánchez Rubio Daniel Montoly Cecilia Ortiz Daniel Reyes Lazara Nancy Díaz Elvira Duarte María José Menacho Castellano Isablack Rose Elisabet Cincotta Isabel Pisani Jorge Serra Margarita Rodríguez Marianela Puebla Gloria Gayoso

El deseo de la noche Íntimo deseo American psycho poetry Deseos olvidados Tengo deseos Deseos Huellas Deseo Pasional De forma distinta Hoy sólo deseo Deseo binario Eres mi deseo Realidad vs. Deseo El muro de tu silencio Deseada El temblor Delirio en la distancia The dead poets society Un deseo frustrado Deseo En la luz constante del deseo Contradicciones Deseos incompletos El milagro de la carne Soy A qué sabe el deseo Luna jubilosa Deseo Deseo Favor divino Drama Llegar a ti Deseo La ventana del deseo Deseo 4

11 12 14 15 16 18 19 20 21 22 24 25 26 28 29 31 32 34 36 38 39 41 42 46 47 48 50 52 53 55 57 59 61 63 64 66 67 68 69 70


Alicia de león Epp Milagro Haack Cynthia Rascovsky Pedro Pablo Pérez Santiesteban Amelia Arellano María Chapp Issa Martínez llongueras María Julia Druille Alejandro Drewes Miryam Colombotto de Seia Esneyder Álvarez Pura Fernández Segura Mar de Fondo Julián Gómez de Maya Zaida Giles de Quirós Nancy Haro Pontón Ethel Saavedra García Laura Novoa Belkys Sorbellini Isabel San José Mellado Sandra Gudiño Sergio Trentino Consuelo Jiménez Rolando Revagliatti Gladis Mereles Pereira Rosa Esther Moro Miriam Álvarez Lorena Brito Mavi Gómez Natty Alena Cali Pineros Teresa Torres Inma Ferrero Icela Elizalde Miriam R. Krüger Pilar Ayala

Es el fuego No entiendo Deseos Estación del deseo Braille Cuando la niebla se transforma Ojo de abismo Laberinto Deseo innumerable Te deseo Cerrar los ojos Desiderata …Y nunca mañanamos Sin máscaras Deseo Libres Presagios de tu cuerpo Deseo Necesito Danza del cortejo Deberíamos conocerlo todo El sentir de un sueño Pedir un deseo Mi mayor deseo eres tú Un sueño nuevo Caminar Tango Marchita Prohibido crecer Si vierto mi sangre Mi paraíso La noche Mi cielo, mi infierno

72 73 74 75 76 78 80 81 82 84 86 87 88 89 90 92 94 95 96 97 99 101 102 104 105 107 109 110 112 113 115 116 118 119 121

RELATO Rodolfo Torres Rodríguez Margarita Polo Viamontes Maite Glaría Javier Terán Díez María Teresa Fandiño Ana Lucía Montoya Rendón

Los oscuros deseos de Caperucita Roja Supe lo que era el deseo El deseo de Raquel El gran deseo de Carlos Cuando sea mayor quiero ser escritora Hombres sabios (Oración de las taberneras) 5

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Roxana Rosado Luisa Alejo

Minutero Son tambiĂŠn mis deseos

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EDITORIAL

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Los deseos de nuestra vida forman una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas. Séneca (2 AC-65) Filósofo latino

Del latín desidium, deseo es la acción y efecto de desear (anhelar, sentir apetencia, aspirar a algo). El concepto permite nombrar al movimiento afectivo o impulso hacia algo que se apetece. Y lo que deseamos en este número 25 de la revista Gealittera es justamente la acción de desear. El deseo (sea del tipo que sea) y su satisfacción forman parte de la naturaleza humana. En el origen de cada deseo siempre hay una emoción, un sentimiento. En Gealittera queremos hablar de cómo nuestra voluntad se inclina hacia la consecución de algo. Sí, planteamos deseo como 8


aspiración, como ansia, como afán, como anhelo, como apetito, como empeño, como antojo, como pasión, como ambición, como interés… Durante este nuevo número les pedimos pues elegir un deseo, tipificarlo, definirlo y darle forma literaria para que a partir de ese mismo instante quede expresado en nuestra Tierra de Letras. Y como también hubo un número dedicado a la magia, puede ser- queridos gealitteranos- que esos deseos se hagan realidad. Hay algo atractivo desde el punto de vista literario en el deseo porque hasta que no se consigue es abstracto y reincidente, es impulsivo y un poco irracional, es mágico y nostálgico y siempre, siempre está unido a los “sueños” que también nos fascinan, a la fiesta, a los regalos, a las tartas, a las velas, al paso de los años. El deseo siempre se mantiene vivo porque su meta es la felicidad. Por supuesto no olvidamos la parte erótica del deseo: los labios, la piel, el sexo, su eterna lucha contra la rutina, las manos y sus caricias, el amor y el desamor… Tan atractivo ha sido que en las páginas que siguen encontrarán deseos que los harán disfrutar al máximo. Y, aquí estamos con un deseo cumplido. El Segundo cumpleaños de Gealittera. ¡Gracias a todos por acompañarnos! Somos Gealittera Carmen Membrilla Olea Cecilia Ortiz

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POESÍA

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FERNANDO SARRÍA

Oigo los pájaros en la frondosidad de la noche, un muelle con pequeñas antorchas cuando tú me nombras. Los pasos traen sonidos del verano, una corriente eléctrica de lluvia y relámpagos, la oscuridad entre los árboles y la piel mojada en el deseo de las sábanas aunque no importe que sea un suelo de humus y suene la canción que todavía nos atormenta.

Cuarto Creciente Fernando Sarría- Zaragoza- España

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MERCEDES ELEINE GONZÁLEZ EL DESEO DE LA NOCHE

Muchacho que caminas En medio de la niebla En esa oscura noche, Sigue derecho tu camino No te voltees a mí Con tus pasos efímeros De joven mozalbete Bizarro y gallardo como un dios, No sea que mi ansiedad se torne Deseo brutal de tus entrañas. No escuches mi aullido De loba solitaria, Ni prestes atención Al bramido nocturno de la bestia, Que borra tu silueta a la distancia. Camina a tu destino que nunca seré yo. No sea que al voltearte En tu inocencia resguardada Te encuentres con la fiera Que te devore el alma. 12


Muchacho que caminas En medio de la niebla Del tiempo que pasó. Mi deseo hará presa en ti Y saciaré con calma y con sigilo De loba solitaria mi desesperación En tu carne de músculo divino. Mi avidez te devora Más allá del silencio Y toda precaución.

Mercedes Eleine González- Cuba/ Miami- U.S.A. 08-15-2016

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GLORIA MARECOS RODAS ÍNTIMO DESEO

Sólo un deseo me cautiva: Conservarme en la saciedad de los sin deseos.

Gloria Marecos. Lambaré - Paraguay

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LUCI GARCÉS AMERICAN PSYCHO POETRY

Es una derrota más el abandonarte ahora, te siento dentro de mí conjurándome en mi huida. Pongo espacio y tiempo inútilmente, me retienes hechizada de deseo. Te sigo entonces como una perra en celo, como un águila ratonera rastreando su comida y me transformo en pulpo, en medusa, en mantis. Te persigo como una bestia acosa a otra bestia, dejando un rastro babeante, reptando despacio y alerta, me meto en tu vida como un animal hambriento y te devoro hasta que tu carne y mi carne se confunden en un fruto nuevo. Luci Garcés- La Coruña- España 15


CARMEN MEMBRILLA OLEA

Este barrio parece desordenado De las ventanas abiertas sale un humo viejo y ajeno Como si su procedencia fuera distinta a la de cualquiera de esas casas desperdigadas Persigo niebla, besos y recuerdos Cada maĂąana salgo conmigo misma de habitaciones que no me pertenecen Noviembre figura en todos los periĂłdicos Comienza de nuevo este sentimiento impermeable Que atraviesa las calles de la ciudad Y revuelve las dudas que siguen brillando a lo lejos 16


Ahora me siento débil Incapaz de celebrar tus ojos ¡Cómo me gustaría enredar el mundo! Y habitar los libros que me apasionaron Y escribir toda esta confusión y toda esta fragilidad Y dejar por una vez de preguntarme cuál podría ser mi refugio

Carmen Membrilla Olea. Guadix. Granada. España.

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ISABEL PÉREZ ARANDA DESEOS OLVIDADOS

Escucho la lluvia que cae y me recreo en la visión de las hojas mojadas, cada gota que desciende a la tierra dispersa sin tregua los deseos, otras se funden en alas de pájaros y recorren distancias ya vividas, aun así percibo el deseo olfativo del aire húmedo que alimenta, y casi sin darme cuenta, me deshago en millones de gotas deseadas… olvidadas.

Isabel Pérez Aranda / Guadix / Benidorm – España 18


MARÍA P. COMORERA TENGO DESEOS

Tengo deseos que encumbran mi alma, se pasean por el borde del abismo de tus besos, y desean caer de pleno en ellos. Tengo deseos de volar muy alto, cómo las aves migratorias que se van a lejanos lugares, buscando el calor y la gloria. Tengo deseos de abrazar mis ilusiones, fundirme con ellas, para alcanzar el amor que me aprisiona. Tengo deseos de acortar distancias, anhelos de engendrar sonrisas, para que fructifiquen en nuestras vidas. Tengo deseos de entrar en tus retinas, para atrapar tus miradas y sentirme amada. tengo esos deseos… ¡ amor concédemelos !

María P. Comorera- Segur de Calafell (Tarragona) España 19


ANA MARTIZA AGUIRRE GUTIÉRREZ DESEOS

Que placer acostarse desnuda y sentirse en la cama tibia, que felicidad bostezar y estirarse en la cama tibia, que felicidad que ahora no hay espinas, que felicidad estar desnuda, tocarse, fantasear, soñar y sentirse en la cama tibia. que felicidad estar así, desnuda, siempre desnuda. Que placer cerrar los ojos y sentir este vacío tan extraño, ser la hoja que se mueve con el viento, ser la lluvia que riega los campos secos, ser el rosal florido de la eterna primavera, ser el beso que acaricia tu cuerpo, ser la amante en los días de invierno, ser y no ser, sentir y no sentir, gritar y no gritar, amar y no amar, morir y no morir. Ana Maritza Aguirre Gutiérrez. De Perú-Residente en Alemania. Copyright © derechos reservados 20


IRENE VINCI HUELLAS

Pasan las hojas del calendario... tan rápido… Me cuesta soñarte en este vértigo que los días mueven en mis olas es tiempo que en tu arena mis labios de espuma dejen grabados los nombres del deseo el sol los marque a fuego en el incendio de tus huellas dibujadas en el techo de las estrellas A Marte con Venus formando eclipse en la cuarta Luna del Universo paralelo en el que estamos inmersos desde el fin de los tiempos Irene Vinci- Mendoza- Argentina 21


PACO DÉNIZ BRUNO DESEO

Me ahogo en los mares del deseo; en las profundidades de los océanos, en los frondosos bosques, de hermosos y dulces sueños. Tú eres mi satisfacción deseada, al sentir el calor de tus apasionados besos. Mi alma pecadora se estremece; enloquecida la misma, cuando a mi vera moras, con tu suave brisa, de mujer soñadora. Anhelo tus pías sonrisas, repletas de placeres amorosos, en eternas noches invernales; de fríos descomunales. Tu fuerza me conmueve, 22


al mirarte con impolutos deseos, recordando veladas llenas, de amores sinceros. Terremoto a mi cuerpo salpica, formando torbellinos verticales; huracanes y galeras, al palpar mis rudas manos, a tu esbelta figura, de mujer encantadora, deseosa y aventurera.

Paco DĂŠniz Bruno- Las Palmas de Gran Canaria- EspaĂąa

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VIRGINIA QUIROGA PASIONAL

Tus ojos me miran implacables en el deseo. La piel atrevida se adentra por los corredores ansiosos, pegajosa y dulce. Tus manos recorriendo, colmรกndolo todo, con su fuerza peregrina. Nada nos detiene, cรณmodos en nuestros territorios. ยกSedientos de amor! ยกEstrategas absolutos! Virginia Quiroga- Buenos Aires- Argentina 24


SOCORRO CARRANCO DE FORMA DISTINTA

Ojos que desean ser mirados quieren los miren con urgencia porque se les acaba la mirada. Quieren ser vistos quedar sin una palabra no dicha, no tocada. Aunque sean mirados huyen de miradas iguales, desean ser vistos de forma distinta. Socorro Carranco- Tuxtla GutiĂŠrrez- MĂŠxico 25


ESTELA MOLINAS BÁEZ HOY SÓLO DESEO

Hoy sólo deseo leer tu alma si te miro, aspirar tu aroma en el aire que respiro, sin palabras, acariciarte cuando expiro, y en la hora en que a amarte conspiro, sentirás el fuego que al mirar transpiro, mientras recorro tu piel, por sobregiro. Hoy sólo deseo traspasar por tu figura, navegar el mar inmenso de tu dulzura, embriagarme con la miel de tu ternura, que tus manos me lleven a la aventura, donde sin temor libremos tanta locura, hasta, perder por completo la cordura. 26


Hoy sólo deseo poder sentirte a mi lado, como el amanecer aún no desperezado, por infinito tiempo de haber aguardado, despertarse, en tu corazón enamorado, y cuando tu amor al fin habré alcanzado, nos iremos al futuro, sin ningún pasado. Hoy sólo deseo amarte en modo infinito, en dulce condena por cometer el delito, de amarte libremente como me permito, hoy sólo deseo aprisionarte tan fortuito, desnudarte con los ojos mientras transito, por el universo de tu ser, donde resucito.

[23/08/2016] © Estela Molinas Báez-Juan León Mallorquín – Paraguay

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GABRIELA RIVERO DESEO BINARIO

Mi pulsión de vida se sumerge en la oscuridad de tu cama adoro tu gris me colma todo rima tu pulsión de muerte se sumerge en la poesía Sexuado deseo lucha definitiva decidido espejismo binario amor indescifrable péndulo imantado es sencillo en las profundidades todo rima grises pensamientos se adhieren a este espejo Gabriela Rivero- Ushuaia- Argentina 28


ANA AGUIRRE ERES MI DESEO

Tu mirada cautivante e insinuante despierta mis sentidos, el fuego del deseo recorre todo mi cuerpo, y en mis noches, mis días, en mis amaneceres, en mi alma, en mi corazón, en mi piel y, en el sentido mismo de mi existencia, yo siento que vibra ese deseo y se instala en mi ser; porque eres caricias envueltas en palabras, y eres amor que irradia ternura y en cualquier estación del año, siembras tu fuego en mi pecho, y en llamaradas fervientes incendias con deseo, este corazón que se debate en suspiros.

Te veo como a un mito, vestido de todo y nada, queriendo beber el agua sedienta de cada dimensión de tu piel, y tu boca que son como fuego, fuego que extingue todo mi deseo . 29


Más allá de cualquier duda yo deseo tu deseo, más allá de cualquier certeza, mi deseo es desearte siempre, llevar mis manos de tus manos, por las amplias callejuelas de piedras negras, perderme contigo, en el horizonte, envueltos tú y yo en delicias. Y aunque el tiempo fuera corto, más que sea un segundo, estirarlas en minutos y en horas, provocar al tiempo para hacerla siglos de encantos.

© Ana Graciela Aguirre Núñez-Pedro Juan Caballero – Paraguay

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MARY ACOSTA REALIDAD VS. DESEO

Me vestí con encajes y tules, mis labios besaron el espejo con abundante rouge, para despedir con galas mis múltiples pecados. Subí velozmente por las plataformas de mis sueños y desnudé hasta el último suspiro ahogado. Desde las profundidades, y en un solo grito, cumplí mi deseo. En éxtasis inicié mi infinito viaje. Se gastó mi piel en numerosos cuerpos, y en el espejado tiempo sin fondo me anulé del mundo. Adoré lo inexistente, coroné lo imaginado, arrojando mi túnica carnal por la ventana de mis penas y en soledad, en soledad colgué mis ojos sobre hojas muertas. Mary Acosta- Buenos Aires- Argentina 31


PATRICIA CORPAS GUTIÉRREZ

Una puerta cerrada que de repente se abre, una línea de luz se dibuja en el suelo. Un pequeño golpe de aire consigue que la puerta se abra un poco más, sólo lo suficiente para que la rendija sea una grieta luminosa. Aumenta la fuerza del viento causando escalofríos y queda abierta totalmente, abierta de par en par. 32


La luz lo invade todo el vacío se llena de resplandor, incisiva y deslumbrante obliga a cerrar los ojos. Una brisa aterciopelada recorre el cuerpo entero, acelera el pulso, convulsiona las entrañas. Se entreabren los labios que exhalan un suspiro, un quejido, un gemido… Casi oculta por el huracán entre crujidos y ronquidos se percibe el delicado canto de la suave voz del deseo.

Patricia Corpas Gutiérrez- Barcelona- España

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MARÍA MARTA LIÉBANA EL MURO DE TU SILENCIO

Quiero saber amor mío eso que guardan tus labios pero que en tus ojos brillan cuando miras hacia el cielo. Lo que conmigo te callas pero con otros compartes, lo que acongoja tu vida y esas lágrimas que lloras las mañanas de silencio. Quisiera poder mi amado quitarte de esa amargura que desentraña tus sueños dejando tiesa y callada cada noche en luna llena la cama en que nos amamos, sanar con todos mis besos el alma que sientes burda y devolverte el encanto. Mi deseo más callado 34


es el mismo que te aleja de este corazón sincero que te amará para siempre porque toda vez que intente, franquear con inquietud el muro de tu silencio es el mismo fuego eterno que me aleja de tu mente.

María Marta Liébana-Resistencia – Chaco, Argentina

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REMEDIOS PERNAS DESEADA

Amada, ardo en deseo por verte recorrerte entera con la mirada. En mis largos insomnios te imagino bella como ninguna ¿acaso tú me esperas con el mismo deseo contenido? Mi amor es cruel. Te siento inalcanzable, irreal, amada. Triste es el amor en la distancia. Eres conjunción de luces y glamur de poetas y pintores que cantan y pintan tus encantos La dicha de verte está lejana (como la estrella más distante) 36


como melodía inconclusa. Igual a un amor inalcanzable. Deseo abrazarte y que me abraces. Retener dentro de mí tu belleza Te quiero real, iluminada, romántica. Quisiera que me esperes como al amante ansiado -nuestro encuentro será real(lo presiento) Quisiera ser gaviota y en un vuelo surcar el mar que nos separa. Ciudad luz te dicen, ¡Oh París! ¡Quiero verte!

Remedios Pernas- Buenos Aires- Argentina

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GRISELDA RULFO

Huracán y marea baja en el vaivén que el éxtasis otorga.

Cuando estalló el placer entre las rosas de tus senos fue un tifón envolviéndonos en grises arbitrarios. Griselda Rulfo- Córdoba- Argentina 38


IVANA SZAC EL TEMBLOR

Ella tiembla en el terremoto de su casa se entrega a unos ojos negros a la profundidad de su cama sin palpitaciones ni gemidos se derrite en un desierto รกspero atrapada en laberintos del miedo perdona una y otra vez resiste en el abismo despacio muy despacio la muerte la acaricia.

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II Él, un animal salvaje la exhibe en un balcón sus vidas son piedras ahogándose en un río. Ella defiende sus deseos se abraza a la luz y se salva.

Ivana Szac- Buenos Aires- Argentina

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ÁLVARO ÁLVAREZ ROJAS DELIRIO EN LA DISTANCIA

Singlan en mi sangre espinas aguerridas, rosas pálidas, sin aromas, sin sombras, agonía eterna, incineradas dudas, conjuro de utopías, resurrección de los deseos. Persisten gotas rojas en mis ojos desnudos, efímeros placeres en el sonido de tu nombre, amortajado en el pecado por amarte, pétalos negros profanados , sentencian los dioses. Bajo el cielo diáfano de violetas y lavandas, horizonte reflejando la plateada manzana, roce de pieles en el silencio de los sueños, dislocación del tiempo, placer de nuestro encuentro. Sin exigir ser amados … nos amamos, simplemente sintiendo las miradas, las risas, sombras devorándose, estólida pasión, fatalidad galáctica, sin permiso, sin adiós. Tu y yo en la riqueza infinita del amor, mi deseo impetuoso, rompe en delirio la distancia ¡ ALOZ - Villavicencio - Colombia. 41


ROBERT EDWARD GURNEY THE DEAD POETS SOCIETY Un deseo frustrado

Hay que admitir que llegamos tarde, tres cuartos de hora, más o menos. El lanzamiento de Buñuel Siglo XXI, en Eaton Square, se había alargado y había un problema para estacionar. Pero allí estuvimos en los peldaños, tocando el timbre marcado "De día solamente" 42


y empujando una puerta cerrada con llave. Llevaba dos águilas unidas como siamesas, como dos islas que conozco bien. Miré mi reloj: 8.22. Había llamado la Embajada esa mañana para averiguar. Toqué otra vez. Nada. Nadie. Silencio. A la derecha, una habitación, con todas las luces encendidas, vacía. Un plato de sándwiches medio comido, unos vasos de plástico se veían acá y allá pero nadie, ni un alma. Vi un libro espeso casi escondido por una computadora. Creí ver un vaso levantarse en el aire solo e inclinarse como si hacia la boca de alguien que no estaba. La luz que engañaba 43


de un coche policía que pasaba, sin duda. Había policías con ametralladoras al final de la calle en Hyde Park Lane y un helicóptero se cernía inmóvil por encima de los techos. Otra puerta se abrió al lado y un hombre agradable dijo, "Pasen, Es en el primer piso." "¿Poesía argentina?" le pregunté. "No, la fiesta de los abogados", contestó con una risa. En un edificio al otro lado de la Embajada vi a un conserje, en realidad, a tres. "Busco a los poetas argentinos", le dije. "¡Ay, qué pena", respondió. "Se han ido todos. Salieron hace un rato." "Pero las luces están encendidas", protesté. "¿Sabe adónde fueron?" "Busquen en el pub en Duke Street, o en el otro, por allí, a la derecha". "¿Son ustedes los poetas argentinos?" 44


le pregunté a un grupo de gente elegante que miraba Newcastle contra Marsellas. Mi pregunta produjo una sonora carcajada. Pedimos dos vinos, nos sentamos y lo pasamos bien mirando el fútbol. "En qué estás pensando", mi mujer me preguntó. "Es siempre igual", contesté. "Por poco los alcanzo, pero, no sé, nunca llego, nunca logro verlos." "¿Tal vez no existan?" se preguntó. "¿Tienes ganas de comer?" le solté.

Robert Edward Gurney- Londres- Inglaterra

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ADRI DELFINI DESEO

Quisiera caminar en la comisura de tus besos saciarte cada caricia y extasiarme‌ en la orgía de tus versos. Donde anidan los deseos y se hace el amor palabra sobre palabra y tiemblan los silencios se parten en dos los adioses y se alimentan los reencuentros. Se agitan los tambores entre las piernas al desvestir un recuerdo sacando las copas de lujuria para beber sueùos nuevos.

Adri Delfini- Buenos Aires- Argentina 46


ALEQS GARRIGÓZ EN LA LUZ CONSTANTE DEL DESEO

En la luz constante del deseo me muevo en antorchas trasfiguradas y límpidas. Su pulcritud, igual a un amor vivo que palpita, tiembla bajo la mano de un soplo de redenciones. Lo mismo en la vigilia que en el sueño, estoy más que siempre a la espera de la espuma, de un vuelco de ánforas y goteras de sangre sobre mi promesa amanecida. Y a la orilla de un beso.

Aleqs Garrigóz- Guanajuato- México 47


ANAMARÍA MAYOL CONTRADICCIONES

Me pides que no sea esa mujer que besa tus manos te recorre la espalda te muerde el alma despeina la noche sobre tu boca que no sea esa mujer que baila descalza sobre los escombros ríe como niña con la tristeza rota sobre los huesos sin embargo me abrazas tocas mis cicatrices

me recorres 48


te quedas en mi voz Me pides que no sea esa mujer que sube baja lentamente sobre tu piel lame el silencio en tu boca no dice ni pronuncia su nada que no sea lo secreto que te abisma hacia el vacío te vacía de amor te desintegra acalla el grito en los suspiros Me pides que no sea mientras tu mano me busca me halla me derrumba

Anamaría Mayol- San Martín de los Andes- Argentina

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TOMÁS SÁCHEZ RUBIO DESEOS INCOMPLETOS

En la calle Drexler, esquina con Vergara, mientras paseaba más impasible que nunca, un triste verano del 79, conocí a la mujer más hermosa del mundo y sus confines. Caían exactamente las cinco quince de la tarde. El calor dibujaba siluetas improbables a falta de sombra celosa que acunara mis vencidos ojos entrecerrados. Al cruzarme con ella y sus reinos, mi carne se despegó en paradójica agonía de los huesos, y la camisa se me unió al cuerpo en comunión incorpórea. Me miró un segundo bajo su gracioso sombrero de fieltro rosa 50


y descubrí que se había enamorado de mi melancolía tan adolescente y cabizbaja; de mis manos descubiertas y nostálgicas, y de mi pelo que aún hoy permanece escaso y revuelto por el espanto que provoca la vida cada mañana. Al final fuimos valientes y generosos: corazones impregnados de anhelos, cruzados por la suave realidad que madruga cada día que pasa más cruel y más sincera.

Tomás Sánchez Rubio -Sevilla-España

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DANIEL MONTOLY EL MILAGRO DE LA CARNE

“Algo se muere en mí todos los días…” Julio Flores

La noche funge como un empapelado de oscuros matices que absorbe los delicados movimientos que contrastan con la rigidez religiosa de la habitación. Una voz finísima se pierde en el fondo, musita siente, palpita y calla. El Cristo sobre la cruz saluda el placer humano con los brazos abiertos invitando el breve momento de los cuerpos para que se transforme en la trinidad palpable del deseo. Daniel Montoly- Rep. Dominica/ Columbus- U.S.A. 52


CECILIA ORTIZ SOY

No diré adiós a la noche cauta que derrama tu voz sobre mi silencio estaré con ella y las cenizas del día con ella y la demora inconmovible con ella y la sorpresa de saberte vida (no sé razonar el tiempo) no diré adiós cuando guarde en mi boca reliquias calladas que me habitan (celosas de la redondez fundida) diré soy fuera del mundo y sus complicados tictacs la forma/ el temblor/ un fruto/ isla soy 53


nave en la vida que estrena gestos mensaje sobre la piel convertida en sudario (frágil espejo sin memoria) soy azul como la noche (plena dimensión) que despierta hechizos soy debajo del cincel hoguera y lava rosa desvestida de caídas y habitante de un jardín que es deseo y tentación en la ribera de mi océano no diré adiós a la noche es sábana y encuentro que estrena gestos

© Cecilia Ortiz-Olivos- Buenos Aires- Argentina

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DANIEL REYES A QUÉ SABE EL DESEO

Me sabe a luna dormida, a silencio, a piel, a sudor de siesta. Es como un plato servido a medio tiempo con una copa de vino fresco, ese que cae de tus labios como un rocĂ­o de miel sobre los espejos. Me sabe a distancia, a miles de kilĂłmetros bajo el rostro del pavimento, a llanto de hierba, a sed, a tierra ajada, hojas entre los dedos. Es el dilema de escribir sin ecos, sin aliento, solo tener la lengua presta 55


para sentir el amargo sabor de la distancia, de los fragmentos de luz que me llegan como un campanario derruido luego de la guerra. Así me sabe el deseo! Y miro mis dedos tan quietos, tan adormecidos en el espeso germen que los envuelve tras este manto de cristales yertos. Así me sabe el deseo! A eclosión de siglos, a mártir, a parto callado, a soledad, a distancia, a beso medio robado en la penumbra de un pasillo callado, a mujer desnuda, a tristeza de ojos que se cierran entre el rumor de la madrugada, y cuatro manos que se agitan como banderas muertas sobre el campo de batalla.

Del Libro “A qué sabe el deseo?” Editorial Quelión 2015 Daniel Reyes- Olivos, Bs As -Argentina.-

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LAZARA NANCY DÍAZ LUNA JUBILOSA

Compro la luna, a cualquier precio, con su claridad de versos Incluidos. Plateada luna jubilosa , nueva , menguante, o llena de creciente espera . Desnuda, pecadora, sabia, impenetrable y fría . Compro la luna para tocar tu boca en su mirada, para emancipar el rocío prisionero de su alma. 57


Roza la noche sus mejillas blandas, ...luna infinita de ti nacen alas, y en vuelo invisible llegas a mi cama, no te culpo del sueño que acuna mis ansias, ni de los desvelos, ... que a veces me ganan. Compro la Luna, a cualquier precio con su vigilia y sus sombras, con ese andar sigiloso, escondida entre nubes, temerosa del sol, ... y de mis ganas.

Lazara Nancy Díaz García- Cuba/ Nueva York- U.S.A.

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ELVIRA DUARTE DESEO

“SOLO HAY UNA FUERZA MOTRIZ, DESEO” ARISTOTELES

Misterio subyacente Impulsando a la acción. Imán que atrae, su misión: ¡DESPERTAR! Implica vida, dinamismo. Opera junto al corazón universal. Activador de transformaciones intensamente profundas. 59


Deseos volátiles, intermitentes. Deseos fuertes. Materializados por la capacidad de canalizar sus energías. Deseos percibidos como nube de trueno trayendo lluvia purificadora. Deseo surgido con intención clara, certera. Como revolución personal. Adentrándose a las aguas primordiales de la vida, manantial de sentimientos. Deseos como fuego que cambian cada nivel del ser . Deseos como canciones brotando en el aire suave y diáfano de la naturaleza oferente colmada de colores.

Elvira Duarte- Ciudad Autónoma de Buenos Aires- Argentina

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MARÍA JOSÉ MENACHO CASTELLANO DESEO

No es el humo de tu cigarrillo lo que recuerdo mejor, aunque fume alguno de vez en cuando. No brilla en la noche la luna partida del jardín donde acaricia el buen aire, bajo una sombra de verano. Es más bien un paseo entre los pinos lo que despierta a ese monstruo de mil cabezas, el que puede besar mil labios, enciende hogueras en la noche, deshace el hielo más incombustible, arranca el lino de mis sábanas en la mañana, 61


triste pero sabia, aunque sombría, tórrida. Un desayuno en la cama, que sigue contando cuántas veces fuiste capaz de hacerme ver las estrellas de tu cielo, en un lecho del color del cielo sin amaneceres. Deseo incontenible, hábilmente contenido, entre las hojas brillantes de una morera. Fue la luna la que escribió con cuidada caligrafía, sobre mi piel desnuda, todas y cada una de las letras delirantes de ese deseo.

María José Menacho Castellano – Sevilla- España

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ISABLACK ROSE FAVOR DIVINO

La lágrima que no brotó sino hasta el día de tu partida, es la misma que apagó la llama que alumbraba el hueco de mi alma; me queda un pedernal sollozando entre un manojo de abrazos y besos no dados… Te extraño por un instante que se hace eterno, deshecha y revuelta me escurro con la arena de un reloj que me consume; ya no duermo sin antes pensar en el arrullo que dejaste pendiente, que devolvería a mi corazón la pieza desvanecida. Tú, que ya no adoleces de mis males… ¿acaso me ves o me sientes? No seas cruel, ¡déjame verte, di que me quieres! Enferma y dañina sobrevivo pensando, esperando un milagro; el divino favor de estar a tu lado… ¿Es que no sabes, no percibes cuán grande es mi deseo de encontrarte? ¡Llévame contigo, así sea a la mismísima muerte!

Isablack Rose –Texcoco de Mora- México 63


ELISABET CINCOTTA

“No hay futuro confluyendo.” Liliana Varela No hay futuro lo sabías lo sabía sin embargo tu voz clamó victorias entre sedas mis manos sucumbieron en tu espalda y fue invencible entronizar a este amor perfumarlo de camelias ronronearle la desesperación de otros amores que fustigaban noches solitarias 64


y fue menos la promesa el deseo y la pasión que ser-nos solidarios de dolores no pronunciarte es imposible cuando rueda la letra de tu nombre por la almohada piel y susurra tu historia por mis palmas sí hay mañana sin vos sí existe el ayer de ausencias todo confluye entre mis caderas y tus muslos todo hasta el adiós incomprensible que intentamos

Elisabet Cincotta-Hudson- Argentina

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ISABEL PISANI DRAMA

Con la nebulosa de los tiempos y la lujuria nacimos al sol, al calor de la sangre que anuda el destino en trágico guiñol. Desear los hombres sin Dios la ley es agonía de reyes sin sol; sus gélidos ojos muertos velan en salas de un grotesco guiñol.

Isabel Pisani Buenos Aires- Argentina Todos los derechos reservados 66


JORGE SERRA LLEGAR A TI

Llegar a ti, cristalizar dentro de tu figura todas las ansias desordenadas del deseo. Bordar sobre tu cuerpo frĂĄgil con manos temblorosas una luna de otoĂąo ansiosa y vacilante. Estrechar tu perfil al infinito desapegando todos los temores. Y en el aliento loco de una noche de celos fundar la sociedad de nuestras sangres.

Jorge Serra- Buenos Aires- Argentina

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MARGARITA RODRÍGUEZ DESEO

Cuando el deseo me asalta y te siento aquí a mi lado adherido a mi costado comprendo que me haces falta. Desde la visión más alta hasta el más mínimo anhelo en mí, provoca desvelo tu profunda lejanía y te siento en mi agonía herida el alma de celo. Margarita Rodríguez- Cuba/Nueva York- U.S.A. 68


MARIANELA PUEBLA LA VENTANA DEL DESEO

Deja abierta tu ventana de par en par cada noche, para que pasen mis sueños a libar de tus anhelos. Deja recorran sin prisa las llanuras de tu calma y se alojen en los surcos dóciles de tu almohada. Deja abierta la esperanza bajo el reflejo del tiempo, llegaré una madrugada a recorrer tu silencio. Deja libre la tristeza humedecer mis lamentos, esa ausencia que lastima la flama de tu contacto. Deja abierta tu nostalgia a los llamados del deseo, mis sueños cruzan febriles los umbrales de tu fuego.

Marianela Puebla. Chilena 69


GLORIA GAYOSO DESEO

Era una noche de luna; era una noche sin viento. El labio, fruta madura, reclamaba en grito un beso. Los chopos se columpiaban aumentando aquel deseo, que le quemaba la entraña y la sumía en un vértigo. Lo buscó de sur a norte alzando su nombre en duelo. Las pupilas de sus ojos se volvieron puro fuego. Era una noche de luna con duendes en cautiverio… ¡Cómo lloraba su alma al amado sin regreso! En el espacio Selene mandaba luz a su pecho; pero sus ansias incólumes, 70


nunca tendrían consuelo. Ningún varón tras los años pudo aplacar el deseo. Amores que no se olvidan viven siempre sin remedio. La conjunción que no ha sido traspasa la piel en celo. Amores ,que en soledad, crecieron sin ningún puerto, mueren al borde del río, que se derrama sangriento dentro del alma que clama sin concretar ningún sueño.

Gloria Gayoso- Buenos Aires- Argentina (Derechos reservados)

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ALICIA DE LEÓN EPP ES EL FUEGO

La esperanza reposa en un plácido lecho sus manos amarradas con un lazo de espera y un corazón letárgico late leve en el pecho… mientras tanto el deseo se levanta cual fiera y osado y diligente se dedica a su encuesta y el corazón despierta con una sed guerrera. Yo tuve una esperanza que se quedó dormida ahora tengo un deseo que devora imposibles y es el fuego que forja lo bueno de mi vida. Alicia De León Epp Uruguay/Canada 72


MILAGRO HAACK

Suave con su decir -yo lo deseo todocayendo de velos lo mĂĄgico dentro de la quietud de su caballo ella apunta hacia el cielo la belleza del saboreado faro Milagro Haack-Valencia- Venezuela. Textos inĂŠditos. 2014-2016 73


CYNTHIA RASCOVSKY NO ENTIENDO

No entiendo de jardinería /ni de flores embebidas de primavera. Pero sí de mis labios abiertos al sol. No entiendo de jardinería /ni de flores embebidas de primavera. Pero sí de mi boca devorando estrellas. No entiendo de jardinería … pero si de mi cuerpo /floreciendo-te. Cynthia Rascovsky- Ciudad Autónoma de Buenos Aires- Argentina 74


PEDRO PABLO PÉREZ SANTIESTEBAN DESEOS

Voy a ti, a buscar la fruta fresca que en tu ventana reposa. Allí, donde nacen y mueren los deseos, se expanden mis besos que a borbotones embriaga tu cuerpo, sobre la hierba fría.

Pedro Pablo Pérez Santiesteban- Cuba/ Miami- U.S.A.

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AMELIA ARELLANO ESTACIÓN DEL DESEO

ESTACIÓN DEL LODO. Amante pasajera soy. Sal y lodo. Transitorio. Nunca sabré, cual era la trinchera de su boca. Cuál era el refugio de sus fieras heridas. Dureza de granizo. Guarida solitaria. Niebla y fiebre. ESTACIÓN DE LOS PUÑALES. Le lastima la última catapulta del olvido. La metáfora es un puñal de doble filo. La lechuza, tan deseada. Sus ojos de carbón le miran. El hombre es un tembladeral de agujas 76


ESTACIÓN DEL VACÍO. Los perros de la noche rabian en sus carnes. Siempre la zarpa, la manzana, el veneno. Marcada en alfabetos inconclusos. El nombre de los hombres cae. Legua, vacío enorme. ESTACIÓN DEL ADIÓS. Pensar que estuvo prisionera en sus fronteras. Era su dios. Su eternidad. Su sino. Quien la hizo vacilar. Ahora soborna la memoria. Nunca más. Mientras tanto. Ferozmente. Un cuervo picotea su pecho.

Amelia Arellano- San Luis- Argentina

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MARÍA CHAPP BRAILLE

mi habitación no da al sur siempre temí la sudestada aire frío espinas en el rostro Buenos Aires enorme barco a la deriva sus estoicos árboles mecidos por ausencias la tarde es violeta y cae deseo viajar en tren observar girasoles vacas sobre la hierba mojada agradecer sus dádivas la blanca miel la ciudad enorme barco a la deriva ¿qué perciben los ciegos 78


cuando tocan en braille Buenos Aires? ¿qué será la luz para los ciegos? ¿qué el violeta de la tarde?

María Ester Chapp- Ciudad Autónoma de Buenos Aires- Argentina en “EL OJO PEREGRINO”-Ed. El Mono Armado, 2008

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ISSA MARTÍNEZ LLONGUERAS CUANDO LA NIEBLA SE TRANSFORMA

Sienes que se envuelven entre matices de una voz imaginada, dolorosamente rota. Arpegios de absoluto silencio, como dagas o súplicas que nadie escucha, sueños que de tan rotos, han de ser sepultados en la enormidad coagulada del mar, en donde se dilatan los lamentos en elipsis. El universo corre acelerado, temerosamente: estalla en el cerco de unos brazos que han sentenciado al exilio. Pájaros y rosas bracean en formol, en fracasados intentos de existir, en los límenes que salvaban la dulzura de sus sombras. El horizonte se acerca y un deseo nace, el dolor se cansa de latir y la premura de inhalar se vuelve lenta, imperceptible… (La niebla de mis pupilas transmuta su estado físico y emerge) Issa Martínez Llongueras- Cd. De México- México 80


MARÍA JULIA DRUILLE OJO DE ABISMO

el deseo en la punta del tacto desvergonzado amo insatisfecho nos arrastra con su cuerda ¿hombre o dios? nos inflama con su ojo de abismo de celda abierta nos acecha como un chacal en su guarida nos mira de perfil en el espejo ¿qué máquina de la memoria lo mueve? con su mirada clandestina recorre claroscuros y en una sucesión interminable cálidos y fríos hunden su hambre y conocemos algo de infinito

María Julia Druille. Ciudad Autónoma de Buenos Aires- Argentina (del libro Gramática del tangram)

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ALEJANDRO DREWES LABERINTO

Pero mujer: es que restan como agujas suspendidas tantas y tantas preguntas en la garganta alguna vez se hizo el mundo en buscarte por el laberinto de las edades: amanecĂ­a

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desconchadas galerías ecos tumultuosos, ecos y en un recodo del tiempo una imposible armonía la trampa sutil del azogue su araña de plata tal vez te atrapara y nunca supiste volver Pero qué agua fue la que diste de beber -mujera esta sed

Alejandro Drewes- Ciudad Autónoma de Buenos Aires- Argentina

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MIRYAM COLOMBOTTO DE SEIA DESEO INNUMERABLE

' ¿Quién camina memorias sobre el piso oscuro de la noche ¿Qué desvelo enciende al hombre en sus acciones como acero frío gestando temblores de violencia en los largos pasillos de la espera sempiterna. ¡Ese prometer interminable! ya es agua de ironía que navega a la deriva -y muchas veces desciende por los ojos' ¿Quién camina memorias... repitiendo muletillas harto rayadas por el uso interminable. 84


¡Detengan la costumbre de soñar a largo plazo de crucificar manos, de matar presentes inevitablemente respiramos alfileres! Atravesar los instantes/ los espacios/ los días/ los olvidos/ no es fácil, ya casi son siglos de incontables muertes. ' Es momento de que las aguas bajen y el canto no se ahogue. ' Que se haga costumbre encender hogueras de esperanza a contrafuego -y no sea ella la eterna fugitiva' Que se cumpla este deseo innumerable antes que se rompa el delgado hilo de los sueños.

Miryam Colombotto de Seia- Santa Fe- Argentina

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ESNEYDER ÁLVAREZ TE DESEO

Te confieso, me encantas En silencio, sueño que estás a mi lado En mi soledad, anhelo tu compañía En mi sequía, deseo el mar de tus labios En mi abstinencia, apetezco de tu cuerpo Te confieso, me encantas, En silencio, En mi soledad, En mi sequía, En mi abstinencia, Te deseo.

Esneyder Álvarez-Medellín – Colombia 86


PURA FERNÁNDEZ SEGURA CERRAR LOS OJOS

Acaso sólo desee, entornar los párpados, saborear los gozos de otras lunas. Dejar que la tristeza visite otros rincones ya marchitos.

Pura Fernández Segura. Guadix. Granada. España Del Poemario Zona Próxima. Ed Dauro

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MAR DE FONDO DESIDERATA

Me sudan las palmas de las manos y con disimulo las seco en mi ropa, resbalan por el mástil de mis deseos, cuento hasta diez cerrando los ojos: uno, comprender el misterio de la vida; dos, canciones como instinto de conservación; tres, poemas sobre la fuente mágica, en mi cerebro escondida; cuatro, rumbos que me escogen para dejar atrás el pasado; cinco, risas de puntillas bailando por tejados y azoteas; seis, episodios musicales conforme a un guion original; siete, excusas contra nocivos compromisos; ocho, amigos del alma tras conciertos siempre indeclinables; nueve, abrazos sorprendentes; diez, cuerdas de guitarra que vibran, haciendo el amor a mis oídos… Mar de Fondo (Mar García Treviño). Murcia, España. 88


JULIÁN GÓMEZ DE MAYA …Y NUNCA MAÑANAMOS

Si cambiara por fin todo mañana, si mañanase yo y, contigo, todo, si hallara mi propósito acomodo sobre otra voluntad menos liviana, cómo cada traspiés de buena gana diera por bueno así, ya ebrio, beodo de luz y brisa en el postrer recodo del laberinto…, ¡ay fantasía..!, vana pues, de probarme, bien conozco el paño, la intención que desmienten mis empleos, la esperanza que en torpes devaneos lo que puede ser media vida —año más que menos— traiciono y desengaño…, pero ¿quién pondrá rienda a los deseos? Julián Gómez de Maya. Cehegín, España. 89


ZAIDA GILES DE QUIRÓS SIN MÁSCARAS

Impulsivo, irracional este ansia que a mis dedos llega pensándote y vos ausente en otros brazos calientes... Mágico matiz, lágrima, clamor espeso de siglos y esperas. 90


Sed, hambruna de especias, las de tu morada. ... y me llego sin ti, al fin, tal vez contigo, quizás a la concavidad de mi vacío sin máscaras.

Zaida Giles de Quirós.-Sevilla, España

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NANCY HARO PONTĂ“N DESEO

Podemos soĂąar y avanzar juntos porque te amo, porque me amas. Compartimos hondos segundos indescriptibles llamaradas rĂĄfagas de locura que nos devora y un anhelo apremiante incontrolable inmenso de resucitar y, en medio de la bruma y la tormenta, encender mil rosas estelares. Un tempestuoso mar nos estremece nos acerca y agita hasta rompernos. 92


Somos ardiente piel del trópico entraña del volcán incandescente anhelo incontrolable, delectación sublime verso y aroma, armonía y danza vivencia perdurable, alucinante de una vehemente flama indestructible que nos enciende. Somos luciérnagas volátiles seducidas por la llama. La luminosa lumbre nos atrae hasta unirnos fundirnos y quemarnos Somos estrellas perdidas en el universo que inexorablemente se encontraron para trazar una nueva ruta juntas. Juntos somos torrente la vida que renace la tierra que frutece la luna que sonríe el sol que todo lo pinta y embellece. Juntos somos el fuego, un solo aliento una sola canción, un solo verso. Por sobre las urgencias y dolores más allá de los íntimos anhelos y temores no podemos escapar uno del otro estamos predestinados a querernos.

Nancy Haro Pontón- Ecuador

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ETHEL SAAVEDRA GARCÍA LIBRES

Deseo remar en tus aguas limpias, pero no anclarme a ellas, deseo ser la fuerza que tus pasos guíe pero no encadenarme a ellos libres como el viento, libres como la vida misma...

Ethel Saavedra García- Cali- Colombia

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LAURA NOVOA PRESAGIOS DE TU CUERPO

Desnuda estoy poseída por al viento memorable de tu cuerpo. Aquí y ante el rotundo despertar de tu piel. Respiro todos tus abismos en las briosas ventanas de la noche perenne. Y me llevas, más allá de esta lejanía irremisible atada totalmente a tu boca.

Laura Novoa- San José- Costa Rica 95


BELKYS SORBELLINI DESEO

Me busco en los silencios en las palabras que no pronuncio en los colores que amalgamo en mis sombras. Me aferro al brillo de una mirada al sonido de las voces y subo hasta la luna para alcanzar una metáfora. Sirus encandila mis sueños sacude la esperanza desnuda la piel de mi deseo. Y así, saboreando versos inmersa en sus texturas sucumbo ante mis ansias. Belkys Sorbellini- Santa Fe- Argentina 96


ISABEL SAN JOSÉ MELLADO NECESITO

De amor estoy prisionera, pues de ĂŠl sigo enamorada, beber de sus labios quisiera el elixir que me tiene prendada. Necesito el roce de sus manos, sentir que acarician mi alma y como cada noche, amarnos, hasta quedar en mortecina calma. 97


Necesito tener sus labios, rodeando mi anhelante boca, privarme de esos besos cálidos, a mi vida, sin piedad trastoca. Necesito esa mirada suya cuando entorna los párpados, hace que de mi alma fluyan deseos para ser saciados. No ocultaré más esta pasión, ser su piel es lo que necesito; con cariño y sin condición, en versos, se lo dejo escrito.

Isabel San José Mellado- Madrid-España

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SANDRA GUDIÑO DANZA DEL CORTEJO

Muerde el ojo fruta del deseo. Racimo que se nutre del himno puro en mi centro. Ojos paloma brotes rosa pechos en migración fugaz hacia el vacío. Vacío 99


que esconde alegorĂ­as orilla honduras: me despoja. El ombligo es ciervo que se entrega: seductor ardid de sonidos y mudez. Espejo desnudo solo. Sola: ojos y manos sobrevivientes del incendio.

Sandra Graciela GudiĂąo- Santa Fe- Argentina

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SERGIO RAÚL TRENTINO DEBERÍAMOS CONOCERLO TODO

Florece tu piel y se desprende su lenguaje, Vienes del centro de la noche que habitas en tus sueños, Abres la puerta donde guardas tus besos para que emigren a mí, Y me envuelves con tu noche, aquella que te pertenece, Que solo tú conoces, Ávida mi piel se desnuda de prejuicios y desecha la rutina, Mi silencio entra en tu alma, Mi urgencia te recorre, veo mi sangre desvelada en ti, Para que tú la protejas, para que la lleves contigo… Para que crezca y cobre vida en tus pensamientos… A pesar del tiempo trascurrido, 101


En cierta forma nuestro amor multiplicado se convierte en delirio, Hemos hablado, hemos gritado, hemos reído juntos, Y siempre fue un punto de partida todo, A pesar de tantas palabras reprimidas, cargadas de silencio, De miradas llenas de nada, Uno aprende a ignorarlo todo, Siempre habrá una puerta que te lleve de regreso, Ya no se puede pensar por separado, La vergüenza del amor y sus abismos han quedado atrás, La noche va quedando en ruinas, Yo sé que tu voz me despertará en la mañana, Y el silencio entre nosotros no será una traición Sino un nuevo aprendizaje…

(Para Susana y su luz inagotable.)

Sergio Raúl Trentino / San Carlos Centro / Santa Fe / Argentina

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CONSUELO JIMÉNEZ EL SENTIR DE UN SUEÑO

Todas las voces parpadean descalzas sobre el dorado suelo de tus pisadas. Me persigue la sombra de pétalos saciados en labios de un poema. Desvanecido el suspiro se ha hecho sueño el deseo. La palomita no alcanza el canto de la espera, prima el golpeo de la hora. Es manso el verbo en el latir del murmullo. Al despertar no hay nadie, miento, se escucha un rumor en el soplo.

Consuelo Jiménez Martín- Barcelona- España

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ROLANDO REVAGLIATTI PEDIR UN DESEO

Deseo que un deseo me pida.

* Rolando Revagliatti- Ciudad Autรณnoma de Buenos Aires- Argentina

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GLADIS MERELES PEREIRA MI MAYOR DESEO ERES TÚ

Deseo tanto que leyeras mis pensamientos, así descubrirías tantas cosas que mi corazón guarda para ti, te hablo desde la distancia, desde esta infinita soledad. Le hablo de ti al viento, a la luna y a las estrellas, porque yo no te veo, no te tengo conmigo, pero estas en mi corazón, estás en mi vida entera. No puedo dejar de pensarte no puedo evitarlo, a veces invoco a la noche para que me lleve hasta ti, estoy tan enamorada, mi mayor deseo es llegar a tus labios, acurrucarme entre tus brazos, sentir tu calor. Siempre estoy arrojando mi sentir al viento, para que un día pueda llegar a ti, siempre estoy suspirando por tu amor, gritando cuanto te quiero, día y noche te espero, Ya no puedo estar sin ti. Como duele esta soledad, como duele amarte así, pero te amo! como deseo amarte piel a piel y terminar con esta cruel distancia, 105


y sellar nuestro amor con besos y caricias indelebles que marcaran para siempre nuestra piel y así saciar tantos deseos. Deseos que queman el pecho, que nacen desde el fondo del corazón y más cuando el día está nublado o lluvioso como ahora. Cuanto te necesito aquí a mi lado amor mío! Deseo amarte una y otra vez!

Derechos Reservados. Gladis Mereles Pereira.-Presidente Franco- Paraguay La Eterna Soñadora. Paraguay. 05/09/2016.

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ROSA ESTHER MORO UN SUEÑO NUEVO

Deseo tu presencia desertando sombras Andando a mi costado Ala blanca creciendo desde la llaga que me acucia Andar y ensayar mi vuelo sobre un verde nuevo Lugar de miradas que se encuentran De manos brotando colores En la verdad En la belleza creando belleza En la alegría De eso que somos luz azul cielo ligero Que existe en toda humana tierra Encerrada por babas del reptil prehistórico Asfixia satisfaciendo la maldición del hado negro Sepultando poder en olvido y miseria. 107


Deseo tu presencia girando el despertar Hacia amaneceres donde la otredad sea amiga Y el miedo se escurra entre las grietas Dejar atrás los monumentos de la mentira Que levanto altares en el suelo prístino de la vida. Deseo. Deseo. Deseo. Un sueño nuevo por el que mi fiera antigua se debate Buscando esa voz que fue domesticada Para abrir las puertas del reino que está allí Esperando miradas de ojos abiertos.

Rosa Esther Moro- Buenos Aires- Argentina

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MIRIAM ÁLVAREZ CAMINAR

Tanto caminar. Tanto caminar. Buscando la vida perfecta, con un cansancio profundo, inexacto y brutal. La contradicción de andar, para cualquier lado y llegar al mismo lugar. Esperando lo que no sucede. Desandando lo que ya sucedió. Buscando pistas, reales, falsas. Pisadas, rastros, humo, cualquier cosa. Con el tiempo despintado, toda explicación es posible. Escribo con letra diminuta todo lo que fue creciendo y secándose alrededor. Para dejarnos recuerdos borrosos. No por viejos, sino por falsos. Y las palabras se escurren en renglones, escalones, caída libre. Un manojo de burbujas, que son deseos y más, en mi país con vos. Que se transforman en nada, como una pelusa, se sopla y ya. Miriam Álvarez – Clorinda – Formosa – Argentina 109


LORENA BRITO TANGO

Prohibidos me son tus labios. Me pierdo observĂĄndolos en esa danza sincopada y sutil. Imposibles me son tus ojos. Me encierro en sus perfectos lĂ­mites mullidos de universos. Censurada me es tu piel. Acecho cada pliegue en el que imagino esconderme, arroparme. 110


Vedada me está tu voz. Añoro que envuelva mis suspiros, que encienda la marejada de mi verbo. Clandestino me es tu sueño. Pero en él me abstraigo sin naufragio asequible. Allí soy en vos.

Lorena Brito- Buenos Aires- Argentina

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MAVI GÓMEZ MARCHITA

Nos ves… sin ti muero los labios se secan el cuerpo se aja la esencia marchita da paso a la nada. No sientes el grito callado que nace en la garganta al pronunciar tu nombre y ver que te marchas.

Mavi Gómez- Madrid- España 112


NATTY ALENA CALI PINEROS PROHIBIDO CRECER

Sólo hay un miedo a futuro Que no me deja tranquila Y es que en algún momento algún día No puedan ser felices O no sean quienes quieran ser... Quiero que estén orgullosos De ustedes mismos Como yo lo estoy por ser su mamá... Y voy a ser egoísta al decir No quiero que crezcan , Me da mucho miedo... Miedo al abismo de su ausencia Cuando dejen el nido y mis brazos Para emprender su propia aventura... Miedo a que algo les arrebate su inocencia Y vean el mundo de una manera hostil 113


sin reparar en la magia que este tiene... Miedo en que algún día sus sonrisas Se apaguen y queden olvidadas por culpa de un invalorado ser... Miedo a que no logren superar un temor Y que los amarre a las sombras del hermitaño refugio impidiendo seguir camino... Miedo a que mamá algún día ya no sea necesaria cuando algo aceche en las pesadillas o en la oscuridad y sean ustedes mismos quienes se protejan... Que egoísta este miedo, Y que contradictorio... Pero sé que yo algún día enfrentaré ese miedo Junto a ustedes cuando inicien su camino... Y luego algún día les contaré cómo hice Para poder enseñarles una última vez Como el miedo de verlos crecer Se transformó en orgullo maternal...

Natty Alena Cali Pineros- Buenos Aires- Argentina

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TERESA TORRES SI VIERTO MI SANGRE

Acaricio el filo de cada una de las hojas de tu libro y tu voz corta mis yemas, dejo que brote la sangre y despacio… lamo mis dedos. Ese sabor evoca la noche que supe de tu sal en el confín desnudo de mis venas y avanza mi lengua, y lame y chupa y succiona y sigue lamiendo, cargada de memoria, hasta que sin saberlo le robas una vez más la vez a la muerte. Me pulsa la luz de tu recuerdo y boqueo y muero en el gemido. Nunca llegarás a imaginar hasta que punto te ama mi deseo.

Sólo tú lo convulsionas. Teresa Torres-Málaga- España 115


INMA FERRERO

Vístete de noche amor, que mis ventanas dejo abiertas. Que ya he roto los cristales, y a besos arranqué las rejas. Que el sol envuelto en sangre muere ya escupiendo estrellas. Y los gatos taciturnos, a la luna se lamentan. Ven, aquí te espero, deshojando el cielo en mi acera. Robando paciencia al tiempo, sin que mi corazón 116


obedezca. Vístete de noche amor, que mi boca te desea. Y mis pulsos alazanes, ya galopan por mis venas. Vístete de noche amor, sin que mis labios lo sepan, sin que lo sepan mis ojos, sin que mis manos te sientan.

Inma J. Ferrero- Madrid- España Del Poemario Nocturno

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ICELA ELIZALDE MI PARAÍSO

El deseo ferviente de tu cuerpo cuando viaja el viento en madrugada. Vamos estallando por completo, ahogando gemidos en la almohada. Como mil traviesas mariposas mis manos encienden tus entrañas. Y con tus caricias deliciosas, disfruto completo, las mañanas. ¡Hay un gran deleite que me embriaga! Una dulce espera que me enciende. Voy a dar un viaje por tu oleada y disfrutaré de tu torrente. En el paraíso de tu nombre donde purgaré todas mis penas, donde entre la luna ya se esconde ése gran amor que va en las venas. Icela Elizalde (México) Derechos Reservados de Autor. Septiembre 07 2016 118


MIRIAM R. KRÜGER LA NOCHE

Una vez más llega la noche quisiera perder el conocimiento para ver si esta noche no te pienso. Es que siento la noche eterna. La noche dejó de ser inquietamente bella porque tú no estás aquí. Mis ojos no se cierran mi mente solo te piensa y empiezo a alucinar e imagino que tú estás. 119


Lentamente mis ojos se van cerrando entonces te siento siento tus manos siento tus besos. Te puedo tocar te puedo besar nos podemos amar como siempre en ese preciso momento. Cuando empiezo a delirar un rayo de luz ilumina mi rostro entonces me doy cuenta que fu solo un sueĂąo que nada fue cierto que tĂş no has vuelto.

Miriam R. KrĂźger- Peruana, residente en Luxemburgo

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PILAR AYALA MI CIELO, MI INFIERNO

Tus caricias quedaron tatuadas, cálidos besos, respiran palpitantes, mis poros exhalan el sensual aroma, entremezclados brotan, madera y bruma, Marcan tus labios una ruta extrema erizando cada micra de mi piel arribamos a un punto sin retorno, sólo unidos en perenne abrazo. Te vuelves mi cielo, te exploro y mis alas espléndidas despliego, en cada cúmulo de nubes me recreo, total libertad: ¡Me dejas y me aguardas! 121


Eres por igual infierno y perdición, trastornas mi cándida postura, enviciada con tus besos y tus ojos, ¡A un vórtice de delirio me subyugas! Cielo e infierno conjugados, plácido río inundado de pasión, tórrido romance y emoción, me transforma en un mar voluptuoso, entre devaneos, me meso rítmica, viajo entre olas constantes, arremeten al igual con suavidad y otras tantas con locura, me dejó llevar sin más premura, disfrutando cada embate con locura, en medio de un huracán estoy perdida, cautiva de mi ser y tus caricias, mi mente se interna en laberintos, presa entre tus manos, no hay salida, choca irremediable mar y roca y en lo más profundo de mi ser, tu latente amor, cálido explota… De lado quedan las letras puritanas, si el paso de los años han marcado en la piel cual papel sus comentarios dejando tras de sí besos y letras. Escritos uno a uno con tus labios y con mi anuencia, libre me recorres, disfruto seas un ser tan atrevido y sin reparo al calce, ver tu nombre.

Pilar Ayala- México.

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RELATO

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RODOLFO TORRES RODRÍGUEZ LOS OSCUROS DESEOS DE CAPERUCITA ROJA

LA

La señora de cuerpo ágil, gafas redondas y canas ordenadas en una cebolla en lo alto del cráneo abrió la puerta de su casa, en lo más intrincado del bosque, y con voz cansada dijo así: -No pregunten más por ahí, que yo soy la abuela de la Caperucita Roja. Había corrido el insistente rumor que los hermanos Grimm buscaban a la nieta y como no daban con ella pues querían hablar con la abuela, que únicamente de puro milagro podría estar viva. Pretendían entrevistarla y de ser posible en la misma casa donde todos decían que había ocurrido el drama, para describirlo mejor, y fuera conocido por los niños y demás personas. ¡Solo entonces y ante los dos jóvenes, ella comprendió que debía idear algo y cuanto antes! Así pues, la muy ladina los invitó a pasar y que ocuparan cualquiera de los muchos asientos a la lumbre del fuego en la 124


chimenea. Era un día frío y los hermanos aceptaron gustosos para adentrarse tiritando en el hogar humilde pero acogedor. Mientras, la anciana corría a apartar la gran marmita llena a rebosar de un guiso oloroso a raíces y legumbres y en aquel sitio colocaba el puchero para preparar una infusión de hierbas cosechadas por ella misma en lo más profundo del bosque. Después, la dio a tomar a los hombres en las tazas de porcelana blanca en las que –lo confesó sin titubeos-bebieran ella y la conocida nieta luego del ataque ejecutado por el lobo pérfido y feroz. Jakob y Wilhelm escuchaban confiados la historia contada por la abuela y tomaban notas, a la par que saboreaban el brebaje que les calentaba por dentro. Les parecía sin embargo que la atmósfera era un tanto incierta por lo que, curiosos como eran ellos, volvían sus cabezas para echar un vistazo y darse cuenta de que habían dado con una persona en extremo solitaria…, tan alejada de todo y de todos, la pobre. Sin que nadie velara por ella para acompañarla en su aislamiento. Pero nada de lo que pensamos es cierto, se dijeron en mirada de entendimiento cómplice, ¿o por qué hay tantos platos ya dispuestos sobre esa larga mesa de madera, acompañada de par de largos bancos de madera a ambos lados, lo mismo que la decena de asientos ante el fuego? ¿Para quién o quiénes es el contenido en la gran marmita? La viejecita seguía las miradas inquisitivas de los Grimm. Para buena suerte suya comprendió a tiempo el sentido oculto de las mismas y, como a quien no le interesa el asunto, dijo que amaba a los animalitos del bosque y por eso les atendía a diario y hasta en la misma mesa sobre la que ella comía porque de esa manera la ayudaban a contentarse en su soledad. -Eso nos parece muy bien –confirmaron ellos, aliviados- ¿Pero pudiera usted decirnos qué ha sido de la vida de su nieta? -¿Preguntan por Caperucita? –los hermanos asintieron-. Pues Caperucita hace mucho es mujer adulta, se casó y tiene una gran familia. A los Grimm les extrañó que el tiempo no pasara con la misma fuerza sobre la abuela, porque se veía bastante gastada pero estaba viva y esto les parecía increíble. Siguieron adelante: -Deseamos conversar con Caperucita para que también ella nos hable de su encuentro con el lobo astuto y malo. -Lo siento mucho, pero eso no va a ser posible. -¡¿Por qué?! –se admiraron los jóvenes. Inadmisible que la viejísima señora hubiera perdido contacto con la nieta inteligente y valerosa.

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-Es que Caperucita no vive en el bosque –respondió la abuela con su voz de abuela. -Ah pues si vive en la ciudad va a ser mejor para nosotros dos, porque nosotros vivimos en la ciudad… -Pero ella tampoco vive en la ciudad donde viven ustedes. -¿Pudiera entonces decirnos usted en qué ciudad…? Y Jakob, que era el mayor en edad y en experiencia de vida, dio un codazo en el costado a Wilhelm. Estaba claro que la anciana deseaba ocultar algo, lo cual con toda seguridad no fuera esencial en la historia que les interesaba a ellos dos y en la que sí debían insistir. Comprendiendo a su vez el curso de los pensamientos de quiénes tenía delante, porque no era nada tonta, la señora se apresuró en contar cómo el lobo supo aquella mañana remota que la Caperucita Roja se dirigía a esta casa con un recado de la mamá, para entregárselo a la abuela y, a toda prisa, la fiera peluda se adelantó a la niña con engaños, ingresó al hogar con más engaños, se comió a la vieja, se cubrió con la ropa de dormir de aquélla y entró en la cama para únicamente dejar fuera los ojos de aguda mirada… En este punto de la narración brindada por la señora, Jakob miró la taza y chasqueó con su lengua en dirección a Wilhelm. Empezaba a notar un ligero adormecimiento del paladar y hasta en las puntas de sus dedos. El otro sí que no había sido nada tonto y, sin haber acumulado tanta experiencia vital como su hermano, se había dado cuenta de que la infusión estaba rara, como la misma vieja, y, sin que aquélla le hubiera visto, había dejado caer la mitad del contenido de su vaso en tres o cuatro tiestos con plantas ornamentales. Pero Jakob había ingerido todo el brebaje y hasta había pedido más pues sentía que le ayudaba contra el frío. No sabía el pobre que el líquido tenía el propósito de derrumbarle los criterios para que aceptara como ciertos los hechos referidos por la abuela, los que él apuntaba en el cuaderno sin la menor objeción. Al parecer, la vieja sabía lo suyo porque seguía atrapando la atención de los jóvenes con un extraño diálogo entre la Caperucita Roja y el lobo malo, ya que este último se hizo pasar por la abuela en la cama y desde allí respondía a la niña, quien preguntaba por qué eran tan grandes los ojos, las orejas, las manos, la nariz y los dientes y él decía que eran para verla, oírla, abrazarla, olerla y comérsela mejor… Jakob tomaba nota de todo, inclinado adelante, sin parar. Concluido el testimonio, Wilhelm ayudó a su hermano a ponerse en pie. El bebedizo había hecho su efecto –incluso en el menor de los dos y 126


con lo poco que tomara- y ambos habían perdido conciencia del tiempo transcurrido por lo que no se dieron cuenta de que anochecía, con la gran luna a un costado del cielo iluminando el campo con sus árboles cual albor fosforescente. Entonces, la abuela los acompañó para despedirlos en la misma entrada. Y, muy cariñosa, les deseó éxitos en lo que hacían. Los hermanos agradecieron la atención recibida y ya se alejaban por el caminito entre espigadas plantas cuando ella atrancó de un portazo para apoyarse de espaldas a la madera y convertir sus manos en dos puños que se llevó al pecho, con los ojos cerrados: “¡Nunca diré la verdad, a nadie! ¡Que esa historia sea conocida tal cual acabo de contarla!” Mientras, distanciándose de la casa, Jakob dijo así: -Hay algo raro en esa señora y en lo que ella acaba de contarnos. -A mí me pareció todo muy normal –objetó Wilhelm. -¿Normal dices tú y ella afirma que un lobo se vistió como la abuela para sustituirla en la cama, además de hablar como la vieja, pero un leñador impidió que también se comiese a la Caperucita, atrapó al animal, le abrió la panza, sacó a la abuela, todavía viva, rellenó de piedras aquella panza, la cerró con una costura y soltó al lobo lleno de piedras para que no hiciera más daño…? ¿Eso es normal? -¿Qué hay de anormal en esa deliciosa historia colmada de fantasía? -Pues para mí es un cuento cruel y mentiroso... -Que tiene sin embargo final feliz. -Sí, para las personas, pero el pobre lobo la pasa fatal. -Creo que tienes razón, pero mejor escribimos la historia tal cual acaba de contarla esa señora, porque así dice haberla vivido ella, y dejamos que también el tiempo haga su trabajo sobre la misma. -Muy cierto, mi hermano, que solo el tiempo ennoblece las acciones feas –aceptó Jakob. Los Grimm se habían alejado, mas no tanto, pues pudieron escuchar con toda claridad la inequívoca voz –esta vez muy enérgica-- brotando de la casita y por la misma puerta que antes cerraran a sus espaldas: -¡¡Vamos, acérquense todos que esos dos ya se fueron!! Fue cuando comenzó algo así como una estampida que se les acercaba desde la exuberante zona por lo tupida de las plantas. Y no pudiendo creer lo que oían, los hermanos se dejaron caer y desde la posición de acostados entre la hierba vieron cómo aparecían jóvenes que saltaban y corrían alegremente y en la misma carrera, a la mágica luz de la luna, iban transformándose en lobos en los que algunos rasgos humanos se resistían a cambiar. 127


Jakob y Wilhelm creían que iban a enceguecer porque los cuatro ojos se les escarranchaban a más no poder del asombro, pero éste no paraba ahí pues de lo más profundo del bosque emergió un lobo grande aunque ya reumático, sin dientes y con dificultades para ver por el paso como a tientas, que cuando estuvo a la altura de los dos hermanos a la larga entre las hierbas, la franja de luz salida a través de la puerta abierta le iluminó y entonces él se irguió en toda su estatura, en las dos patas traseras, para fundirse en un abrazo con la anciana, que le esperaba. El asombro aumentaba entre los dos hermanos, pues de la supuesta abuela brotaba entonces una voz muy distinta de la que oyeran en momentos en que les refería la vieja historia; era ahora un tono juvenil, alegre y enamorado. Y decía así: -Mi lobo loco, mi lobo hermoso, mi único lobo de toda mi vida… Y él respondía con su voz de lobo viejo: -Caperucita de mis sueños, de mis desvelos, de mis aullidos a la luna, mantente alegre que eso me fortalece. Y ella, dando rápidas vueltas en torno del cuerpo peludo de él, abrazándolo, decía así: -¿Te acuerdas de aquella primera vez, cuando te busqué por todo el bosque, deseando a gritos que me comieras cada pedacito? -Hace mucho de eso, Caperucita mía, pero fue muy lindo de tu parte que me lo pidieras como el más ardiente de los deseos de tu corazón. -¿Te acuerdas cuando me juraste no probar otra carne que no fuera la mía y por eso te volviste vegetariano…? -Sí, mi caperucita. -Y por eso, precisamente, fue que decidí inventar ese cuento increíble en el que tú habías sido muy malo conmigo y con mi abuela. -Sí, Caperucita de mi corazón. -Porque yo siempre he admirado al lobo fuerte que hay en ti y jamás hubiera aceptado que otros ojos vieran, erróneamente, un lobo débil cuando eso no es cierto. -¿Ves, Caperucita de mis desvelos? Por esos detalles es que siempre deseo comerte otro pedacito más. -¡Jajajajajajajajajajaja! –Y el campo se llenó de la ininterrumpida cadena de carcajadas de siempre. -Pero entra ya, lobo de mi corazón, que nuestros hijos están sentados a la mesa y disfrutan del caldo hecho con mucho amor y cada día con más cariño. Fue cuando los hermanos Grimm, todavía entre las hierbas, comprendieron esa irrefutable verdad de la vida en la que el amor y el 128


mĂĄs fuerte de los deseos, juntos, salvan todas las diferencias. Mejor escribir el cuento como lo escucharan, porque nadie iba a creerles la verdad.

Rodolfo Torres, cubano que vive y trabaja en BerlĂ­n, Alemania.

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MARGARITA POLO VIAMONTES SUPE LO QUE ERA EL DESEO

Fui inquieta, pero lo deseaba, sabía que terminaríamos en su casa, estábamos tan cerca y hacía tanto que no nos encontrábamos a solas… creo dejé el último «no quiero o no puedo» olvidado por una gaveta de mi casa… yo estaba loca por sentir sus caricias nuevamente… su perfume me tenía en ascuas. Abrió la puerta y fui yo la que me abracé a su cuello, besé largamente su boca, ¡qué beso tan dulce!, sus labios son de miel… se trabó la ropa con la prisa de llegar a la cama y nos reímos como adolescentes, no había remedio… ¡Qué sortilegio este amar y amar! Sí, amar por amar, no hay nada más… Mis pezones parecían de hierro fundido, erectos como dardos, también tensos estaban mis labios vulvares al contacto con su cuerpo firme… ¿Dónde tocar o donde libar como las abejas? Ninguna pregunta, ¿para qué? Los espasmos eran sucesivos, los cuerpos ardiendo…los jugos brotando como manantiales sin control… la humedad de mis entrepiernas era su humedad, cuando acoplaron los dos sexos de forma electrizante… 130


solo escuché en mi oído: «despacio… despacio… vas a sentir más placer… no hay apuro…yo te espero…» Yo la reina, yo la dueña de aquel ir y venir de esta danza frenética… ¡Quiero más! Y más… mucho más… Colapsamos como naves gemelas… nos reímos, nos besamos agradeciendo el clímax mutuo… me besó los ojos, las mejillas… «¡Gracias amor! ¡Gracias! ¡Muchísimas gracias!» Volvimos a la realidad tras duchar nuestros cuerpos y revelarnos las oquedades más diversas, el lunar, el vello microscópico del rostro, de cada parte de la piel… nos secamos mutuamente y afloró un suspiro largo, entonces, solo entonces… supe lo que era el deseo.

Fragmento de mi libro: “Fui tu querer” Margarita Polo Viamontes- Cuba/ Miami- U.S.A.

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MAITE GLARÍA EL DESEO DE RAQUEL

Raquel siempre tuvo ese deseo desde que se acordaba de tener deseos. Era un deseo noble pero a la vez torturante, que la martillaba desde chica, la extenuaba a veces, y además no la dejaba ser completa y absolutamente feliz. Y ya tenía quince años. Había sido felizmente adoptada cuando tenía tres años (al menos eso le dijeron ellos) y adoraba a sus padres adoptivos, pero su deseo latente siempre fue saber de dónde venía, deseaba saber la verdad sobre su nacimiento, porque había algo extraño en aquella gente, en sus modos y maneras, en aquella casa, que ella intuía que no estaba bien, pero seguía adelante con su vida y trataba de olvidar aquellos sueños raros en donde eran otros los rostros que la arrullaban y le cantaban canciones que nunca había escuchado estando 132


despierta. Cuando una vez le preguntó a sus padres adoptivos por su familia biológica, estos se pusieron exageradamente molestos y le pidieron que nunca más les hablara de eso. Era un misterio que deseaba desvelar, cada vez con mayor intensidad. Ahora se acababa de acostar en su cama olorosa a jazmín, pero antes de apagar la luz de su lamparita, miró hacia la esquina derecha de su habitación donde tenía un estante repleto de libros. De pronto, Raquel vio a un grueso y viejo tomo verde oscuro que se bajó ágilmente del estante, como si no le pesaran los años ni la cantidad de páginas -que eran muchas-, mostrando el dominio de sus pasos, callado, consciente de su valor. Se sentó frente a la joven y se abrió a la vez que se abría la boca de Raquel. La página que aquel extraño libro le mostraba a la boquiabierta chica tenía una frase subrayada con un lápiz de color azul cobalto. Y esa frase, curiosamente, luego resultaría ser el conjuro de su mayor deseo, la clave para el inicio del encuentro de Raquel con su verdadera identidad.

Maite Glaría. New York, 2016.

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JAVIER TERÁN DÍEZ EL GRAN DESEO DE CARLOS

Si existía un sueño en la vida de Carlos que le perseguía siempre, incluso desde su más temprana niñez, éste era el de convertirse un día en locutor de radio. Y en concreto, de la radio local de su Provincia. Por eso, cuando todo un joven ya, en esa radio local que sintonizaba cada jornada, escuchó un buen día una cuña publicitaria que propagaba a los cuatro vientos que se buscaba una “voz” fresca y atractiva que fuese capaz de impulsar un programa de radio de ámbito local que supiese aglutinar la esencia de las costumbres, idiosincrasia y demás aspectos culturales de la Provincia, no lo dudó ni un solo instante y allá que se fue de buena mañana al día siguiente a presentar su currículum.

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Claro que para nada le importó que la sede de la emisora se localizase en la capital de la provincia y que él viviese en uno de los pueblos de ésta, a unos cuantos kilómetros de distancia. La vocación y el deseo le tiraban fuerte y cualquier obstáculo lo salvaría sin mayor dificultad, pensaba ahora, cuando el autobús de línea le acercaba ya a la capital. Allí, se entrevistaría con el director de la emisora y aparte de entregarle su currículum, le hablaría de su pasión por la radio lo tenía decidido ya-. Recordaba ahora, cuando tras las ventanas del autobús iban desfilando los campos próximos a la capital, el día en el que en su casa sus padres decidieron adquirir el primer receptor de radio. Quizá fue en aquel momento, algunos años atrás cuando, escuchando por vez primera las voces de aquellos locutores, comenzase a fraguarse en él su vocación radiofónica. Pero en aquellos momentos, como niño que era aún Carlos y desconocedor por tanto de los más elementales principios de propagación del sonido y de las ondas radioeléctricas a través del aire, la gran intriga que casi casi le llegaría a obsesionar, era saber si realmente aquellas personas que hablaban en su casa a través de aquel receptor de radio se encontraban de verdad “metidas” materialmente en aquella gran caja que era el aparato de radio. Y, a renglón seguido, qué pasaba con estos locutores cuando se abría aquel receptáculo para inspeccionar en su interior porque se había roto una lámpara del mismo, por ejemplo. ¿Se escondían en su interior tras alguna puerta?. Y, por otro lado, ¿cuándo y cómo comían?... Era el gran misterio de la radio que le traía de cabeza cuando niño y que, por más que preguntase a sus padres y allegados, nunca supieron aclararle tal hecho -pensaba él con su ingenuidad infantil-. Por lo que, sería pasados ya algunos años, y una vez alcanzada la adolescencia, cuando aquel gran misterio dejó de serlo y comprendió de alguna forma aquella especie de milagro en las ondas. Pero a la vez, correría parejo año a año su interés por el mundo de la radio. Eran épocas en las que en la radio de su provincia se dedicaban discos entre particulares, con gran éxito de audiencia, con motivo del cumpleaños, de las onomásticas... Y por la noche, en el calor del hogar, se 135


escuchaba en familia el famoso “parte” de Radio Nacional de España; aunque de hito en hito se intentara sintonizar también alguna otra emisora de allende nuestras fronteras provinciales, como Radio Intercontinental de Madrid, Radio Andorra o incluso Radio Pirenaica; eso sí, esta última con el mayor de los secretos posibles, por su clandestinidad manifiesta. El autobús de línea se acercaba ya a la capital y a medida que los primeros edificios iban quedando atrás, el nerviosismo comenzaba a instalarse en su interior. Como no había visto nunca hasta ahora el estudio de radio desde el que emitía su radio local, Carlos se emocionó un tanto al tenerlo frente a sí, recordando de pronto algunos de los programas escuchados en su receptor al cabo de los años, historias que se habían vivido en directo en aquel receptáculo. Y aunque no hubiese tenido hasta ahora la oportunidad de conocer aquel estudio de radio, sin embargo no era Carlos novato del todo en esto de ponerse delante de un micrófono y lanzar sus palabras al aire. Porque ya en su época de estudiante en un colegio religioso que por aquel entonces se instaló en la cercana localidad que hacía de cabecera de Comarca, hizo sus primeros pinitos en una especie de radio muy primaria que surgió en el centro por casualidad. Pero sobre todo, algunos años más tarde cuando, durante el tiempo del servicio militar, su inquietud en este terreno le hizo ocupar una de las plazas en la pequeña emisora que aquella instalación militar disponía, y ello durante casi el año y medio que duró la prestación del servicio. Por ello, su currículum a la hora de solicitar aquella plaza de locutor, no adolecía precisamente de algún tipo de experiencia en el medio. A lo que se unía también su otra faceta un tanto relacionada con la anterior, cual era la de su afición también por la palabra escrita. Y así, haría constar también en su haber sus colaboraciones en el periódico provincial, tanto con sus artículos semanales de opinión, como en su faceta de corresponsal del rotativo en la Comarca. De vuelta a casa y mientras iban quedando atrás los últimos edificios capitalinos antes de que el autobús tomase la carretera que le conduciría a su localidad de residencia, donde el paisaje iba a cambiar de facto, su 136


pensamiento estaba dirigido hacia un único lugar: aquel estudio de radio y aquellas últimas palabras del director de la emisora dándole ánimos y deseándole suerte en el momento de la selección de los candidatos. Y, aunque, lógicamente, no le pudo adelantar nada sobre la plaza, tras la primera lectura del currículum la impresión del director fue favorable, y Carlos intuyó que tenía posibilidades de alzarse con ella; por lo que, de pronto, el corazón le dio un pequeño vuelco y Carlos esbozó una sonrisa de satisfacción. Los siguientes días hasta el señalado para la práctica en la emisora y la entrevista posterior, Carlos los pasó en sus ocupaciones habituales, aunque de cuando en cuando su pensamiento volara presto hacia aquel estudio de radio donde se había imaginado en múltiples ocasiones y donde más de un sueño le transportase en varias circunstancias. La mañana del primero de octubre de aquel año, el magazine matinal de la radio local comenzaba con una gran novedad: el saludo templado, vigoroso y emocionado de Carlos sentado frente a los micrófonos de aquel estudio de radio que tantas veces imaginó y que ahora dominaba desde su privilegiada posición. El corazón le latía con fuerza y la emoción que le embargaba en todo momento le haría repetir unas cuantas veces la palabra “gracias” a lo largo del programa. Su gran sueño, su deseo más claro se había hecho, por fin, realidad: -¡¡Gracias!!, gritó Carlos una vez más, emocionado y con voz potente….

©J. Javier Terán-Palencia (España).

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MARÍA TERESA FANDIÑO CUANDO SEA MAYOR, QUIERO SER ESCRITORA

Cada cual escribe como quiere y cuando quiere, excepto el escritor comprometido en algún medio de comunicación. Es el oficio de escribir un arma de doble filo, un placer y una obligación que caminan juntos. Escribir, sin más, puede hacerlo cualquier persona que haya ido a la escuela y en cualquier idioma. Sin embargo, se convierte en una virtud conseguir que el escrito atrape algún lector; siempre hay alguien, aunque sea en un rinconcito alejado del mundo, que se atrapa y se ha sentido feliz; me llena de satisfacción. Quien posee la virtud de la empatía consigue absorber sentires y transmitir sentimientos, basta colocarse en el lugar de cada personaje. Un ciego nunca podrá describir los colores de una pintura, por tanto no puede recibir su belleza, mas un escritor virtuoso percibirá su sensación de impotencia, podrá describirla e incluso transcribir el cuadro tan detalladamente, que el ciego creerá verlo. A través de la lectura, de los viajes, los amigos y la experiencia de la vida, nos formamos una cultura; también poseemos recuerdos de historias que ya son imborrables en nuestra mente; tomamos la inspiración sin saber a ciencia cierta cuáles han sido nuestras fuentes; ellas provienen, con 138


seguridad, de toda la riqueza que reposa en nuestra mente después de haber olvidado; la cultura alimenta nuestra imaginación, es por ello que los niños que leen mucho se convierten en adultos que escriben mucho. La imaginación es riqueza, franqueza, diversión pero sobre todo nos hace libres, permite que se cumplan nuestros deseos; un paseo por las nubes sobre una tabla de surf, ¡un paseo delicioso!; o bien, comernos una caja de galletas de chocolate sobre el techo de un Ferrari rojo, a doscientos kilómetros por hora. Tal vez deseamos volar sobre el lomo de un caballo azul, de pie, con los brazos abiertos y los ojos cerrados en busca de un amor, y hacerlo realidad. Escribir es provocar y acrecentar los deseos, las ilusiones de los niños y mayores, los sueños, los amores, las pasiones… Solo cuando observo a Venus en el cielo, me doy cuenta de cómo pasan las horas junto a mi teclado y deseo que nunca terminen mis historias. Puede llegar a ser sublime, convertirse en un deleite sin fin. Escribir es una pasión junto con las que conforman el resto de mi vida. La más grande, la más bonita.

María Teresa Fandiño-La Coruña, España

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ANA LUCÍA MONTOYA RENDÓN HOMBRES SABIOS (Oración de las taberneras)

Y sigue oficiando la Tabernera: Llamar mundo insomne de sus bestialidades a nuestro templo, es osar de hierofante sin llevar vestido talar ni alma. Llamarnos bestiales sin si quiera asomarse al borde secreto de nuestras columnas e intentar descubrir que allí, impoluto permanece el arca, porque eso ha sido, es y será, como agua o velo virginal que se forma al caer desde la alta cima en brazos del placer que le proporciona el salto al vacío. El sacerdocio masculino no es oficio que elige el aspirante. Un hombre debe esperar la gracia de ser elegido por la antigua Orden de las Sagradas Taberneras. Por eso digo, descalificar los requiebros de las cofrades es exponerse a mil vidas en lo más bajo de los mismísimos infiernos. Hombre sabio que espera título de hierofante es aquel que se nos entrega manso, que recuesta su cabeza en nuestro pecho o regazo y rodea nuestros deseos con lo más puro y ardiente de su celo. En medio del fragor etílico todas nosotras pedimos a los dioses que los hombres sabios cuiden sus palabras y puedan soñar llegar algún día a lo más íntimo de nuestros anhelos. Amén. Ana Lucía Montoya Rendón- Colombiana 140


ROXANA ROSADO MINUTERO

Aún te recuerdo. Eras mi favorito. Siempre deseaba estar cerca de ti. Colgabas en la pared de la sala y cada hora sonaban unas campanadas preciosas. Tocabas el Ave María. Un artesano te construyó en Alemania. Compró la madera, la lijó y la barnizó. Luego, fue a una tienda para relojeros y compró los engranes grandes y pequeños, tornillos y rondanas. Los engrasó y los armó cuidadosamente. Cada pieza embonó perfectamente. Fue como si estuviera creando un cuerpo. El corazón, los pulmones y las venas, todo en su lugar. Luego hizo tu carátula blanca, colocó los números romanos y al final puso las manecillas largas y doradas. Colgó el péndulo redondo y con una llave que introdujo en la carátula te dio cuerda y cobraste vida. Te miró satisfecho y hasta el final colocó la puerta hermosamente adornada con varios cristales unidos con una delgada tira de bronce formando una figura. Después, te empacaron y te llevaron a una tienda de donde te metieron en otra caja y te subieron en un barco con otros objetos rumbo a

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un lugar lejano, del otro lado del mar. No sabías a dónde ni con quién irías, ni esa persona conocía al artesano que con tanto amor te había fabricado. Después de un viaje muy largo llegaste al puerto de Veracruz, en México. Ahí te bajaron y te llevaron a una tienda en donde te desempacaron, te limpiaron y te colgaron en una pared en espera de un comprador. Mi tío Pepe tuvo que hacer un viaje de trabajo al puerto. Estuvo varios días ahí, entre tomando café en Los Portales, bebiendo una cerveza y trabajando. Justo cuando iba a regresar a la Ciudad de México pensó en llevarle un regalo a su mamá. Caminó por el centro durante una hora, bajo el intenso rayo del sol. Sudoroso y cansado entró a una tienda buscando el regalo perfecto. Ahí estabas. Te miró y al momento supo que tú eras el elegido. -Deseo comprar ese reloj. ¿Cuánto cuesta? El dependiente miró la etiqueta y se la mostró a mi tío. –Sí, me alcanza. Empáquemelo por favor que regreso a México en unas horas-. -Mamá ya llegué. Mire lo que le compré-. Mi abuelita le sonrió con cariño a mi tío, tomó el pesado paquete y lo puso en la mesa. Lo abrió y sonrió aún más al verlo. -Ahora mismo lo pondré en la pared. Te ha de haber costado mucho-. -Ni tanto, no se preocupe-. (En realidad mi abuela no sabía que mi tío había gastado lo que le quedaba en el reloj y gracias a que un amigo venía para la ciudad él había regresado a tiempo-. Mi tío puso un clavo grande que pudiera soportar tu peso y te colgó. Después de eso varias veces te cambiaste de casa. Luego llegué con mi mamá a vivir con ustedes. Yo era una niña y recuerdo que me gustaba sentarme en el sillón antiguo estilo francés relleno de paja a contemplarte. No me importaba que las diminutas pajitas me picaran las piernas. Ahí estaba, mirando el minutero dorado y escuchando tu tic tac imperturbable, siguiendo el movimiento del péndulo y esperando ansiosa que diera la hora para que tocaras el Ave María. Los años pasaron, mi cuerpo creció y mi espíritu también. Quería probar aventuras y un día salí con mi mochila en el hombro (igual que tú empacado en una caja) dispuesta a conocer el mundo. Siempre hablaba a todos de ti, de lo bonito que eras y de lo mucho que extrañaba tu tic tac. Cuando iba a salir con mi primer novio parecía que tu minutero se movía 142


más despacio, o cuando era el 31 de Diciembre. ¡Deseaba tanto que tocaras las doce campanadas y el Ave María!. Mi abuela se fue a vivir con una de mis tías por lo que te descolgaron y regresaste a las manos de mi tío. Cuando te vi en su oficina quise llevarte conmigo pero él me dijo que quería conservarte y estuve de acuerdo. Después supe que tu máquina dejó de funcionar y te llevó con una persona para que te arreglara y jamás te devolvió. Estaba dispuesta a ir por tí y recuperarte pero mi tío no pudo recordar la dirección. Supongo que él al igual que tú estaba cansado y sus huesos se habían desgastado al igual que tus engranes. Lamentablemente nunca supe dónde quedaste. La mente de mi tío se sumergió en un olvido eterno y se perdió en un cuento de hadas al igual que sus recuerdos. Sin embargo yo no he podido olvidarte. Cuando paso junto a una casa de antigüedades o un mercado de pulgas espero encontrarte y traerte de nuevo a la familia para colgarte en mi pared y contemplarte. Ya no tengo el sillón relleno de paja ni es la misma casa, pero hay una mecedora y desde ahí podría esperar con emoción a que tocaras el Ave María. Ni siquiera puedo poner un anuncio en el periódico buscándote porque quizás ya no existes. ¡Quién va a poner un anuncio en el periódico de -se busca reloj de pared de los años cincuenta-? No sé nada de ti, salvo que naciste de las manos de un artesano en Alemania y después de un largo viaje llegaste emocionado al puerto de Veracruz y rodeado del aroma a café adornaste temporalmente la pared de una tienda para después venir a nuestra casa y vivir con nosotros muchos años permitiéndome darte cuerda con la llave dorada. Tal vez la madera de tu cuerpo, tus tuercas y el péndulo terminaron en algún taller de reparación donde nunca supieron arreglarte, serviste para darle vida a otros relojes y así continuar existiendo. Pero ellos no te conocieron tan bien como yo, que deseaba tanto escuchar tus notas antes de irme a dormir como ahora deseo tenerte de regreso colgado en mi pared escuchando tu voz y tu tic tac imparable. Antes deseaba volar y vivir un mundo lleno de aventuras. Ahora, con el alma más tranquila, deseo evocar mis recuerdos de infancia a través del latir de tu minutero.

Roxana Rosado- Cd. De México- México 143


LUISA ALEJO SON TAMBIÉN MIS DESEOS

En aquellos tiempos, la juventud atropellada se adueñaba de los mensajes, muchas veces, por la vía de la emoción. El poema, aparecido sin aviso, fue un latigazo conmovedor que devino texto de cabecera. Dice así: LA ORACIÓN DEL ALBA Dame, Señor, un buen olvido para las pequeñas injusticias de cada día. Dame que la mentira y la torpeza no puedan quitarme la sonrisa. Dame valiente el corazón, segura la mano, el pie incansable y el amor. Dulce María Loynaz + (Poeta cubana. Premio Cervantes Literatura) Mucho después, cuando canas y razón luchan por instalarse definitivamente, el poema está ahí, intacto, permanente. Él llegó para quedarse. Y me pregunto, entonces, ante tanta belleza y sencillez ¿puedo yo, simple mortal literaria, decir algo sobre los deseos? Luisa Alejo.Camagüey- Cuba 144


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