GEALITTERA REVISTA DIGITAL Tierra de letras, tierra de otros; aquellos que se dan cita para escribir. Coeditada por Cecilia Ortiz (Argentina) y Carmen Membrilla Olea (España). Bajo la infinita ilusión de unir voces literarias pertenecientes a países y continentes distintos. revistagealittera2014@gmail.com IBSN: 14-08-2014-55
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INDICE
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EDITORIAL Carmen Membrilla Olea Cecilia Ortiz
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POESÍA Ramón Gómez Castaño Diez Fernando Sarría Patricia Corpas Gutiérrez Carmen Membrilla Olea Mercedes Eleine González Julián Gómez de Maya María P. Comorera Isabel Pérez Aranda Tomás Sánchez Rubio Graciela Diana Pucci Carlos N. Carbone Jorge Lacuadra Sandra Gudiño María Amelia Díaz Mirta Rocarolo Raquel Fernández Gabriela Rivero Laura Novoa Alejandro Drewes María Ester Chapp Socorro Carranco Alicia de León Epp Carmen Hernández Rey Miryam Colombotto de Seia Belkys Sorbellini Raquel Jaduszliwer Lazara Nancy Díaz Isabel San José Cecilia Ortiz Álvaro Álvarez Rojas Gloria Marecos Rodas M. José Riazuelo Gloria Gayoso Issa Martínez Llongueras Frank Pererira Hennessey Isabel Rezmo Emilia Marcano Quijada Ana Lucía Montoya Rendón Félix Castro Rodríguez Juan Idiazabal
A la luz de tus ojos Azul cielo/ Azul mar Miradas Pasiones de ciego hacer Son tus miradas… Caprichos del mirar Miradas Avidez Recuerdo Desde las miradas a las palabras Sinfonía en bruma menor Miradas Lo que yo recuerdo Miradas Navío del aire Sentencia El sol quieto Sólo por hoy Lamentos de ausencia Miradas que matan Mirada en fuga La otra mirada De regreso Mirada de sol Su mirar Miradas Impura poesía Miradas Magdalena Poema de despedida Miradas Mirarte Nada que balbucear Locura rítmica Redención Ojos de belleza 4
9 11 12 14 15 17 19 21 23 24 26 27 29 31 32 34 36 38 40 41 42 43 45 47 49 51 53 55 57 59 60 61 62 64 66 67 69 71 73 75
Isabel Pisani Mar de Fondo Maite García Córdoba Mariel Monente Säo Gonçalves M. Teresa Fandiño M. Julia Druille Araceli García Martín Ana Osuna Marlyn Cruz Centeno Liliana Lapadula Ivana Szac Esneyder Álvarez Marita Ragozza Marianela Puebla Natalia Pineros Milagro Haack Pura Fernández Segura Luciana Garcés Sara Brussa Icela Elizalde Aleqs Garrigós Nancy Haro Pontón Carlos Conato Teresa Torres Ana Aguirre Núñez Mabel Coronel Cuenca Mar Blanco Lourdes María Navarro Gladis Mereles Pereira Dana Laila Aymara Aruwiri Custodio Tejada
Luz sagrada Sendas fúnebres Y en esa mirada tuya X Miradas En el alma y en tu mirar Ojo de abismo Mirada de dioses Rojo en los labios Cíclope De lo insondable I, II
Quien juega, se quema Tu mirada me hechizó Mil miradas y una palabra Miradas Una bandada de palomas
76 77 78 79 80 81 82 84 86 87 89 91 93 94 96 98 100 102 104 105 106 108 110 112 113 114 116 118 119 120 122 123 125
Cuando regalé mi alma a una mirada Cristal La luz de tus ojos La mirada del amor Luminosidad y oscuridad La frazada o la muerte
127 130 135 136 138 141
No me mires así Mírame Horizontes infinitos I Mirar atrás Mirar y ver Tu mirada es azul Noche de pasión Ojos negros Tu mirada Pon la luna en su lugar La sensibilidad de la luz Tu mirada La flor más bella
RELATO Margarita Polo Viamontes Rodolfo Torres Adri Delfini Javier Terán Díez Rolando Lorié Juan Carlos Vecchi
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EDITORIAL
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Imagen: Conrad Roset
Mirada es la observación visual que se efectúa de algo. Implica una expresión de quien la emite. Podemos recibir miradas de otro o podemos mirarnos a nosotros mismos haciendo un ejercicio de introspección. Es la mirada la ventana de nuestro cuerpo; nos permite divisar nuestro interior y refleja de manera sincera nuestros sentimientos y emociones. Hay miradas frías, distantes, miradas que manifiestan tristeza, enojo, amor, protección, consuelo. Hay miradas impenetrables, intensas, profundas… En cualquier caso mirar significa realizar una determinada valoración sobre algo o sobre alguien. Mirar también es dar un significado a lo que nos rodea; mirando podemos traspasar la realidad y encontrar algo singular, la singularidad que buscamos para nuestra escritura. ¿De cuántas maneras miramos? Construir relatos jugando con los enfoques de la mirada de narradores o personajes, o conseguir el ritmo del poema jugando con su efecto visual, son dos recursos productivos. Los gealitteranos hemos puesto miradas, en palabras. Poéticas miradas, insinuantes miradas, seductoras miradas. Algunas intrigantes, otras desde el corazón que mira con su manera especial de hacerlo. Hemos descubierto un universo de miradas. Y están todas aquí. Gracias por acompañarnos en este sueño que solo ustedes pueden hacer realidad. Carmen Membrilla Olea Cecilia Ortiz
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POESÍA
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JOSÉ RAMÓN CASTAÑO DIEZ A LA LUZ DE TUS OJOS
Imagen: Conrad Roset
A la luz de tus ojos la luna es celestial marea, distante resplandor que se engarza en el rocío apenas la mañana se pronuncia como letárgico afán que mis sueños sustenta. En tus ojos la vida palpita vibrando como relámpago que, en la boca del trueno, buscara su lumínico eco. En tu mirada, la palidez es silencio, 9
enmudecida llama que una lágrima ahoga en su tintineo de plata, un dehiscente orbe que se irisa allende el sinfín del cielo. “Los idiomas del agua” José Ramón Castaño Diez-Oviedo (Asturias – España)
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FERNANDO SARRÍA
Imagen: Conrad Roset
Hay límites que solo guardan tus manos Luces que se abren tras sus pasos La humedad es una canción que conoces Suena en la voz ronca de las caracolas El océano tiene razones que solo nombran las mareas y hay ciertas miradas que leen en las olas... Después del ocaso nos quedó un aroma a hierba recién cortada. Fernando Sarría- Zaragoza- España. Contemplaciones
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PATRICIA CORPAS GUTIÉRREZ AZUL CIELO/AZUL MAR
Imagen: Conrad Roset
Perderse en el azul intenso de tu mar profundo con el aleteo de tus pestañas hinchando mis velas, dejándose llevar por el dulce mecer de las olas hasta la línea que une el agua y el aire... ...mirándome. Encontrarse en el azul etéreo de tu cielo apacible, vagando entre las nubes con mis alas desplegadas, surcando la felicidad con el dulce mecer de tus besos 12
hasta la línea que une el agua y el aire... ...mirándote Perderse y encontrarse en un abrazo infinito observando el horizonte en el azul de tu mirada... ...mirándonos.
16.02.16 Patricia Corpas Gutiérrez- Barcelona- España.
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CARMEN MEMBRILLA OLEA
Imagen: Conrad Roset
El contacto visible de tu piel desnuda evoca mundos lejanos e itinerarios redondos. Yo me reúno contigo y apoyado frente a ti me instalo cómodo en las regiones más transparentes. Sí...Allí... Donde reside puro el poder absoluto de tus ojos.
Carmen Membrilla Olea. Guadix. Granada. España
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MERCEDES ELEINE GONZÁLEZ MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Miradas de angustia, miradas de pena, miradas de sombras y de puras hienas, son esas miradas que hielan y aterran cuando en las pupilas asoma la niebla de la amarga envidia del que nunca llega. Son aterradoras miradas que impregnan de lóbregas ráfagas recintos con rejas flores deshojadas, tan mustias y ajenas. Un ramo de lirios en tu mano llega Con la esencia pura del amor sin pena, Con tenue y vibrante caricia que anhela Tocar con mis labios los tuyos que esperan. Entre cielo y tierra Hay un universo de seres que vuelan 15
Centauros alados, ninfas fascinantes que solas navegan por el denso mundo de mares y velas que mueren de angustia cuando por las noches tus ojos se cierran matando en las sombras amores y penas.
Mercedes Eleine Gonzรกlez- Cuba/ Miami- U.S. A
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JULIÁN GÓMEZ DE MAYA PASIONES DE CIEGO HACER
Imagen: Conrad Roset
¡Oh placer del entomólogo al contemplar sus criaturas!: la invitación a la vida, su instintivo aprendizaje, la recolección, la lucha por el territorio, el rito de apareamiento, el acecho y el ataque, al cabo siempre la búsqueda de alimento, con tanta frecuencia trance mortal para otro individuo… No es la suya una mirada fría ni desentendida; antes bien, más que expectante, respetuosa con los ciclos: incluso la picadura en su antebrazo no deja de ser un hecho observable… ¡Qué gozo el del entomólogo, dado al estudio de tantos y tan variopintos seres!: pulgones, grillos, hormigas, escarabajos, libélulas, 17
saltamontes, mariposas, moscas, abejorros, chinches… y los ciempiés, las arañas, las cochinillas por mucho que de su objeto científico su facultad los detraiga…; y es que él no quiere ni puede nunca negarles su afable curioseo, si académico, también al tiempo con algo de infantil o de poeta… ¡Deleite del entomólogo, como deidad omnisciente, ecuánime, comprensiva de todo determinismo, toda pulsión, relaciones de dominio, azares, leyes de conservación en juego..! ¡Ay disfrute de entomólogo!: ¡tan pocos que de tan simples se le igualen bajo el árbol de la erudición, del arte o el puro estar en el mundo..! ¡Quién mirase con mirada de entomólogo embebido en su trabajo de campo!: ¡sentirse un dios en su día de descanso, en la sorpresa de su propia creación!, ¡…y extasiarse ante esa fauna minúscula de pasiones sin pasión, de ciego hacer!
Julián Gómez de Maya. Cehegín, España.
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MARÍA P. COMORERA SON TUS MIRADAS...
Imagen: Conrad Roset
Son tus miradas oscuras, de acero Como a hierro forjado, de directa Lanzada, horadando el alma, son Frías como la escarcha. Son tus miradas fuegos que atrapan Juegos de luces que queman entrañas, No me mires de esta manera que me Haces perder la cordura, y me hundo entre Esas miradas de enorme hondura. Mírame con ternura que mi alma Quiere de tu mirada, solo la dulzura, No quiero esos ojos tan fijos que parecen Dos bloques de hielo, y hacen me sienta 19
perdIda como una nave que va a la deriva. Son tus miradas también como dos puñaladas, Son de acero bruñido, de hielo, de escarcha, De fuego que abrasa, dame amor esas suaves Las que espero y deseo, las limpias, las que me Hagan tocar el cielo.
María Comorera- Segur de Calafell- (Tarragona) España
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ISABEL PÉREZ ARANDA CAPRICHOS DEL MIRAR
Imagen: Conrad Roset
Miro los días amasando inquietudes, recorriendo calles, respirando el mar, tomo los todos, uno a uno, cada uno sin ser igual. Palpo mis mundos con la mirada de niña, con sus mañanas y tardes con el olor de mi tierra que siempre me ha de arropar. 21
Miro y deseo cada nuevo despertar, cada rumor, cada historia, lo que se puede mirar, piso senderos pisados, algunos van a la mar vuelo parcelas de un tiempo, tiempos que no volverán. Miro las emociones con pausada laxitud, con sosegada solvencia, con muy poca diligencia aunque innegable entereza. Presto el sosiego y alcanzo mirando, hacer posible lo imposible, apaciguar miradas ausentes, miradas difusas, disueltas, blancas o negras, o acaso doradas, por razón del astro sol y los caprichos del mirar.
Isabel Pérez Aranda / Guadix / Benidorm – España
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TOMÁS SÁNCHEZ RUBIO MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Al fondo de la sala, mirándome, aprendes cuánto cabe en un suspiro reprimido. Tú aquí y yo aquí, cara a cara entre perfiles de guijarros y sepia. Clavas tu mirada en mis ojos y yo, sin verte todavía, recito con mis pies descalzos un poema de caricias y madrugadas. Nos deseamos de lejos y nos perdemos en la cercanía. Se acortan las distancias y las sombras crecen. Deseo y vida, pasión y desamor se retan en el duelo injusto que precede al olvido.
Tomás Sánchez Rubio (Sevilla) España 23
GRACIELA DIANA PUCCI AVIDEZ
Imagen: Conrad Roset
Un negro velamen me cubre el lecho se angosta la soledad es ancha hurga entre huellas de anhelos y nostalgias compone el ovillo de memoria lejana -orilla la amnesia / quita la calmamis ojos no convocan el sueño párpados mustios permanecen abiertos veo bocas lánguidas huérfanas de besos veo manos huecas de caricias secas y dos cuerpos ávidos de ardiente deseo ¿se funden y estallan encarcelando al tiempo?
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El lecho se ensancha la soledad angosta mi cuerpo renace de tu desnudo cuerpo el negro velamen muestra un nuevo cielo hundida en tus brazos duermo serena
Graciela Diana Pucci- Munro- Buenos Aires- Argentina
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CARLOS NORBERTO CARBONE RECUERDO
Imagen: Conrad Roset
Ella me dijo que quería mostrarme algo y mordiendo sus labios desabrochó su blusa. Hace cuarenta años que todos los días recuerdo su sonrisa.
Carlos Norberto Carbone - Buenos Aires - Argentina
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JORGE LACUADRA DESDE LAS MIRADAS A LAS PALABRAS
Imagen: Conrad Roset
Desde las miradas a las palabras hay un abismo y un viejo puente de endebles tablas que no salva, con el tímido verso, la distancia. A veces bifurco mi alma urbana y otras tantas divido mi mundo en conquistar todas tus sonrisas o el acariciar el aire cerca de ti. Soñé un día, creo que fue ayer, no recuerdo la sombra exacta, que proyectaba ya ese viejo sol, aún siento la brisa sobre la piel. Te vi caminar, tan cercana a mí, 27
un deseo moldeado con la ilusión y sin embargo aún lejos, yo lo sé, aleteos de un pájaro en un sueño. Traté atrapar el brillo de tus ojos esfumado en el viento, lo busque debajo del cristal de mi ventana, pero solo sonreí a un sol de abril. Entiendo, soy yo el que me dormí y olvide el aleteo cierto de tu voz, supe también que por besar el aire se degusta el sabor de las lágrimas. Aclaró muy pronto ese nuevo día demasiado pronto tal vez para mí, te escapaste junto con las sombras que huían ya hacia el humilde gris. Quizás, acaso, nunca te amé tanto como en el sigilo de aquella noche y tu sonrisa al lado de ese abismo me hace daño, porque es hermosa. Y oculté mi rostro hoy, en un poema, busqué en lo indiferente o el engaño, y sin pensar en qué día o a qué hora sabrás que yo he soñado tus miradas.
Jorge Lacuadra- Córdoba- Argentina
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SANDRA GUDIテ前
Imagen: Conrad Roset
Tres de la tarde. Mirada torrencial somete mi voz a la tempestad. Incorruptible esencia de olvido desde la grave poesテュa de los rasgos: me leo. Musito me interrumpo no termino la frase pinto mi propia falsificaciテウn. Me vuelvo real pregunto: no me identifico. Tres de la tarde. 29
Metáfora del viento soy soy. Tenso hilos de realidad a mi antojo la soledad se antoja de mí a pedazos me traga sin masticar: ¡y éste ajetreo de alas que no amaina! Un delirio bien peinado afila su navaja en mi lengua. Tres de la tarde pájaro ojos mora cuelgo la percha de las alas. Me vuelvo irreal.
Sandra Graciela Gudiño- Santa Fe- Argentina
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MARÍA AMELIA DÍAZ SINFONÍA EN BRUMA MENOR
Imagen: Conrad Roset
La noche es grave, y llega con un toque suave de ciruelas, se iza sobre el azul cobalto desteñido, Penélope implacable, desteje el día. Grave también, entra en la casa, envuelve las cosas, las esfuma. Todo es fantasma fugaz. También yo, vista desde otros ojos, soy una bruma más en el ojal de la ventana.
María Amelia Díaz - Buenos Aires- Argentina (de “La dama de noche y otras sombras”)
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MIRTA RONCAROLO MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Algunas solo ven Gente, paisajes, foto Otras descubren Y pintan una mujer Un hombre, una flor Algunos pequeños Van descubriendo mundo Con un cuento Y se enamoran del camionero Sin embargo Hay algunos Que ven una frutilla Compartida Un pájaro haciendo La danza del amor O ante la muerte Encuentran sólo El camino que han dejado Como una estela De estrella fugaz Miradas encendidas 32
Miradas curiosas Miradas que acompa帽an Sin palabras, con el coraz贸n En sus manos y abierto Al mundo
Mirta Rocarolo- Buenos Aires- Argentina
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RAQUEL FERNÁNDEZ LO QUE YO RECUERDO
Imagen: Conrad Roset
El desapego de la mañana más triste soltándole las manos a la noche. Un caballo celeste yaciendo en la mórbida pradera de mi espalda. Aquel pantano donde se ahogó la melodía de mi ángel de la guarda. Aquel lirio de sangre que principió cuando ser mujer fue un escalofrío. El candado de espuma que me cierra las puertas de todos los mares. Un verano profeta que tocó con tu nombre el huidizo encordado del viento. Un pájaro tan desnudo dentro del vestido de la bruma. El sudor de la muchacha que pasó por tu vida besando apenas las pestañas del sueño. El pezón de cristal que amamantó la sed de mi poema. Una catálogo con todos mis olvidos. Un espasmo con todos mis pecados. 34
Lágrimas de plástico azul y un disco de Joaquín que me duele como un sermón idiota. La música de un sacerdote infinito sembrando las cenizas de los falsos sacramentos. Una logia de cuchillos mostrándome los dientes cuando reclamo mi rostro en el espejo. Mi pulsión de náufraga resistiendo la civilización obstinada de los barcos. La campana de cristal de Sylvia. Todo eso es tu mirada. O lo que yo recuerdo de tu mirada que es casi lo mismo.
Raquel Fernández- Buenos Aires- Argentina
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GABRIELA RIVERO MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Dicen que escribir es mirar intensamente entonces miro aquí unos pies descalzos abro el diario liberan al asesino de un niño dicen que escribir es mirar intensamente han degollado un hombre las firmas de los jueces son falsas en el infierno no hay pruebas dicen que escribir es mirar intensamente todos somos el riesgo nadie aguanta sus olores la ficción es el primer ensayo 36
dicen que escribir es mirar intensamente los han desalojado alguien habl贸 de veneno y nadie encuentra el oro dicen que escribir es mirar intensamente clavo los ojos donde crecen los hoteles y en las profundidades algo sucede con las miradas ha vuelto a caer nieve.
Gabriela Rivero- Ushuaia- Argentina
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LAURA NOVOA NAVÍO DE AIRE
Imagen: Conrad Roset
He vencido al medio día desde, todo navío que es el aire. Lo he vencido para mirar al sueño que vuela entre septiembre, desde cada ventanal que nos ha impuesto el mundo. Ahora, solamente es un instante vencido por el tiempo entre paisajes. Todo esto es solamente 38
un vaivén de cielo que baja, meciendo distancias y soles desde todo lo viejo y lo extrañamente soñado. Y sé que para verlo desde cada latón impredecible debo ser una transparencia cubierta totalmente, totalmente de cuerpo.
Laura Novoa- San José- Costa Rica
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ALEJANDRO DREWES SENTENCIA
Imagen: Conrad Roset
Caída vertical de la luz sobre los tristes actos del día: con mi sombra fiel he de beber el oscuro vino que escancia la noche para los últimos huéspedes, bajo la niebla de borrosas estrellas Todo ha sido dicho: he visto a las multitudes huir en plena desbandada, como sombras errantes por el abandonado campo de los dioses, y hasta los muertos primeros estos nublados ojos han visto. Pero el tiempo converge y se agota en su vértigo y el mono del siglo apenas mide azorado los escombros del Imperio. Locamente giran los cielos como arrancadas puertas de sus goznes: todo ha sido dicho, eternamente. Alejandro Drewes- Buenos Aires- Argentina 40
MARÍA ESTER CHAPP LA SAL QUIETA
Imagen: Conrad Roset
el sudor viene de la nuca a medianoche profana los ojos no oigo las campanas apoyo mi mejilla en el mármol la reliquia siento fluir el agua la bendición de los mares veo el rostro exhausto de la tierra rugidos llamaradas verdes luego se disuelve el tumulto tras un breve silencio
la sal quieta
María Esther Chapp- Buenos Aires- Argentina 41
SOCORRO CARRANCO SÓLO POR HOY
Imagen: Conrad Roset
Con aire de nobleza, imagino te consientes y cuatro nudillos tocan tu puerta. Por si acaso guardo tu mirada que inquieta sigue silenciosa aunque se dejar caer a mis pies. Ahora invoco sobre una cama vacía donde un bastón de madera tallada espera junto a los flamboyanes.
Socorro Carranco- Tuxtla Gutiérrez- Chiapas- México
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ALICIA DE LEÓN EPP LAMENTOS DE AUSENCIA
Imagen: Conrad Roset
Detrás de mis ojos residen recuerdos por eso es que a veces huye mi mirada se pierde en la niebla de la lejanía se moja con gotas de melancolía es ave sin nido y pena callada. Detrás de mis ojos florece la acacia y hay un tiempo niño lleno de esperanza un hogar paterno y tiernos acentos 43
de un mundo sencillo, por eso hay momentos cuando mi mirada es toda añoranza. Detrás de mis ojos hay claras lagunas donde se refleja mi adolescencia hay temblor de alas y hay un primer beso momentos eternos y es quizás por eso que hay en mi mirada lamentos de ausencia.
Alicia De León Epp-Uruguay/Canadá
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CARMEN HERNÁNDEZ REY MIRADAS QUE MATAN
Imagen: Conrad Roset
Apenas con una mirada de soslayo, dos segundo del cual sobró la mitad… con su nombre marcó a fuego a mi piel, sus indulgente huellas, arrasaron mi carne como las "guerras napoleónicas" Le miré a sabiendas que no, debería mirar -más de una veza sabiendas que aquella mirada no era de matar, 45
sino de hacer mucho sufrir, era una mirada para dejar marcas en la piel del alma, y con todo… ¡Le miré! dos, tres, cuatro cien lapsus de tiempo, hasta que un día su mirada cruzó un puente en noche cerrada, marchó -sin másPasar las penas hoy sería un alboroto, ver su mirada un deseo al que no quiero volver y tener su voz dentro -en mis adentros y fueros¡Un suicidio! que quisiera tomar mirando los ojos de los olivos de un huerto. ¡Quizás! Ellos sepan de mi corazón. 25.2.2016 Carmen Hernández rey ©® autora extremeña todos los derechos de autora
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MIRYAM COLOMBOTTO DE SEIA MIRADA EN FUGA
Imagen: Conrad Roset
Quisiera atravesar el resplandor lunar del campo y llevar mi cansancio a la orilla de un río, quedarme mirando la tranquila frescura del agua que a esa hora tendría el color adamascado de un abril lejano. Imaginar el sonido de un oboe llegando con su hilo de música hasta el centro mismo de ese tono impalpable. Oboe y cielo. Atardecer y río juntando su sed bajo los puentes. Ya no tengo mirada, se ha ido. Soy mujer que mira su mirar.
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Espectadora de mí, y se va como si fuera la última vez. ……………………………………………………………………… --Creo que no que hallaré la forma de volver a recuperarla—
Miryam Colombotto de Seia- Santa Fe- Argentina
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BELKYS SORBELLINI LA OTRA MIRADA
Imagen: Conrad Roset
Cuando todo es una mentira, cuando en la superficie la borra subyace. Cuando no hay palabras que expliquen lo inexplicable. Cuando las miradas han perdido el significado y el significante brilla por su ausencia. No sirven los sueños inconclusos los gestos vacíos, los espacios, el silencio. ¡Mírame! ¡Mírate! ¡Atrévete a soltar las alas!
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Siente el placer de tu cuerpo en libertad, de los días sin tiempo, de tus sueños hechos realidad. Atrévete a volar… ¡Suéltate! No importa si tu vuelo quiebra mis alas, sigue. No mires hacia atrás ¡Vuela! No hay nada más bello que ir detrás de un sueño y hacerlo realidad.
Belkys Sorbellini- Sante Fe- Argentina
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RAQUEL JADUSZLIWER DE REGRESO
Imagen: Conrad Roset
Temprano en la mañana después de su regreso los ojos salen a pastar habrán andado tanto a las perdidas tanto quién sabe qué habrán visto no lo cuentan sordos y mudos como dos tapias o como dos murallas contra la altura /de los sueños nada dicen de sus visiones interiores acerca de la noche extendida por suerte ahora tengo esta ventana enfrente mío la conseguí para darles de comer así lo hago mientras me acostumbro de la mejor manera a lo que trae el día ellos -los ojos- encuentran siempre algo que les viene bien 51
tal es la blandura y el incesante brillo que cae de lo verde mientras tanto me entretengo pensando en lo que abunda desde la rendija /de lo inalcanzable algo que no podría definir pero se supone que es todo de luz por eso lo más probable es que si me preguntan qué puedo decir acerca de la felicidad sólo tendría un gesto para responder un gesto apenas orientado hacia el fulgor del vidrio y todo resplandece porque sí tan cerrado y ajeno tan inmóvil incierto como la memoria de los viajes nocturnos
Raquel Jaduszliwer- Buenos Aires- Argentina
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LAZARA NANCY DÍAZ MIRADA DEL SOL
Imagen: Conrad Roset
El río era un cauce de besos -en primaveratenía la boca florecida húmeda y hambrienta de lluvia y en su infinita transparencia ¡ arrullaba la mirada del sol ¡ Un instinto salvaje de amar - despertó la brisadonde levita el tiempo …íntimas pupilas de versos degustan un sabor a cielo despejado.
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Con la mirada, el rio muerde la luz como si fuera lumbre y leño… mientras yo, sumergida en su vientre de agua me adueño de todas sus caricias.
Lazara Nancy Díaz García (Cuba –EU)
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ISABEL SAN JOSÉ SU MIRAR
Imagen: Conrad Roset
Esa profunda mirada me desnuda el alma y esa boca confitada perturba mi calma. Ese bello despertar provoca mis suspiros y en sus abrazos aplacar el deseo de mis sentidos Ese mirar me cautiva, de sus ojos estoy presa y daría hasta mi vida por esa boca sabor a fresa. Ese mirar me hace estallar como volcán en erupción, excitándome para amar con sublime locura y pasión. 55
Esa manera de hablar, con tan solo una mirada, me hace cada día suspirar como mujer enamorada. Esa cegadora pasión que por su mirar siento, está dejando a mi corazón, en un hondo abatimiento.
Isabel San José Mellado- Madrid- España Derechos de autor
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CECILIA ORTIZ
Imagen: Conrad Roset
En el fondo de mis ojos el sol se ahoga lentamente enciende mi piel y convierte en hoguera la memoria. -palabras nostálgicas caen en la bahía de mi bocasueños diferentes, miradas similares se estrechan, hacen un solo sueño. Todo mi cuerpo es un hueco que guarda cicatrices posesión de la nada línea oscura, zona de fuego largos ríos de sed. Al sol lo ahoga lentamente una envidia ignorante. Tiembla la tarde, aprisiona pájaros y rosas atraviesa con alfileres la colección de mis palabras y la congoja indefinible de miradas distantes. 57
Están escritas en los libros recubren de verde estatuas representando farsas. El sol revive lentamente por debajo del horizonte por arriba las sombras resbalan, pisan arena incierta me cubren como jamás lo hizo la luz. Cierro los ojos, acomodo los párpados ahueco la voz grito.- Hay miradas que se vuelcan sobre míTal vez un trueno absurdo convierta en hoguera mi presencia.
© Cecilia Ortiz- Olivos Buenos Aires- Argentina Zona de fuego
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ÁLVARO ÁLVAREZ ROJAS MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Miradas mudas, otras que hablan. Miradas que roban suspiros de amor… Miradas café, azul mar o llanura y selva. Miradas gastadas de esperar la revelación del secreto. Miradas sin esperanzas llenas de frío y hambre. Miradas de miedo amenazante del celoso tirano. Miradas de impotencia ante la muerte. Miradas impacientes por el ser amado. Miradas que preguntan a la descarada corrupción, miradas desconsoladas …anuncian : ¡aquí no pasa nada¡ miradas de ancianas madres, lágrimas de roja arcilla, miradas de espera por los hijos que nunca vuelven al nido. Miradas traicioneras como emboscada felina, miradas que congelan almas…opacas, vacías. Miradas que arrastran tristezas, pesadas lentas, miradas del olvido cuando el amor se va… sin decir adiós ¡ quiero tu mirada, sol en tus pupilas, sol de mi amor, hechizo de gitanos, tu mirada de ternura, con la que quiero encontrarme y siempre encontrarme, ¡al despertar, cuando salga el sol, cada mañana¡ Álvaro Álvarez Rojas (Aloz)- Villavicencio- Colombia 59
GLORIA MARECOS RODAS IMPURA POESÍA
Imagen: Conrad Roset
Cuando me acomodo en la grieta sísmica que entre tus párpados se abre, no soy yo la que me veo, ni eres tú al que miro. Ya no somos el ojo que busca, sino la mirada que se torna filosofía y nos modifica. Ya somos metáfora, somos historia Y tal vez…. Impura poesía.
Gloria Marecos – Lambaré . Paraguay
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M. JOSÉ RIAZUELO MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Los ojos llevan la vida, las emociones…, sonríen si están alegres… Está, alerta en las dudas, los problemas, los reveses… Los ojos hablan: energía, ilusión, proyectos… ¡VIDA! ………. Y la vida nos da un vuelco, no lo esperamos ¿por qué a mí? Si tengo todo en el mundo. Ilusiones, fuerza… ¿Y? La vida se nos escapa por rendijas no pensadas Y las miradas se apagan vacías, sin ilusión Ojos tristes ¿quién recordó tus miradas, ilusiones, alegrías ¿qué fue de ello? ¿qué se yo? …………. La vida sigue sin pausa y los ojos, dos ventanas, Nos invitan a seguir Paso a paso, día a día para un nuevo resurgir. M. José Riazuelo-Huesca- España 61
GLORIA GAYOSO MAGDALENA
Imagen: Conrad Roset
¿Qué buscaba perdida Magdalena en el cuerpo de un varón desconocido? Expuesta a lapidaria negra muerte… ¿qué ausencia la exponía al duro juicio? ¿Qué buscaba Magdalena amanecida en duro lecho duro y escondido? Había bebido en cuencos sucios turbios amores roncos, clandestinos. Había dormido en cien posadas de azufre, lodo y fuego corrompido, manoseada en lascivia por mil hombres, mientras su tibio vientre dolorido recogía la pútrida simiente del sexo, vacuo, breve y repentino. Hueca vagaba triste Magdalena buscando una caricia al rojo vivo. 62
El alma tra铆a baja y destrozada a la espera gigante de un prodigio; mientras la pedrer铆a de la turba reclamaba a empellones el castigo. Resignada a la muerte no luchaba con la trama siniestra de su sino, cuando aquel hombre-Dios os贸 apartarla calmando el feroz odio colectivo. Y en su mirada la sombra del pecado, convertida en Amor, cambi贸 el destino.
Gloria Gayoso-Buenos Aires- Argentina Derechos reservados
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ISSA MARTÍNEZ LLONGUERAS POEMA DE DESPEDIDA
Imagen: Conrad Roset
Supe que para alejarse no hace falta irse… que es tan mínimo, tan delgado, tan frágil el hilo que delimita el estar y el ser, que un acorde demasiado grave de silencio basta y sobra para el suicidio de las lágrimas… Duele la separación del cuerpo y los deseos… 64
los ojos cerrados, las miradas incoloras que naufragan en las horas huérfanas de soles y lunas, la herida carmesí desperezada e incólume al canto de las sirenas. Es tan frío el invierno que amordaza la esperanza… La promesa se queda sin voz, y se cuelan, se tamizan, se depuran los crepúsculos en los que habita la melancolía y nace la resignación. El adiós que no se pronuncia recorre los latidos que acaricia la muerte cuando se despeñan los ojos y se apagan las luces… El reloj va a la inversa, los sollozos se arrugan en el diafragma. Ya, ya se ha ido, a sus pies los recuerdos se le encajan en la carne. Los acordes de la madrugada, fueron los últimos en morir, los que más dolieron…
©Issa Martínez Llongueras D.R.- México
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FRANK PEREIRA HENNESSEY MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Eran tantas las miradas eclipsadas en el vientre del ocaso, que ocultaban los pliegues de un sueño al matizar su ventana incesante. Y seguir su cauce más allá de la sed.
Frank Pereira Hennessey. Barranquilla Colombia 66
ISABEL REZMO MIRARTE
Imagen: Conrad Roset
Mirarte... saltar fronteras. El complot de la lengua calentando raíles en un sueño de voces, y en la vitrina de los murmullos quererte, sin importarme, sin importarte la osadía de apasionarme. Hablar al cielo, caer en el punto y aparte de mimarte. Instigar la mariposa y al viento cobarde, a las libélulas, sin piedad, seguir los pasos a la fiebre, mutilar la vergüenza de instigarte. Como el perverso encuentro 67
a la deriva, a mi conveniencia, a mi fantasía, hartarme. Y mirarte.
EXTRAIDO POEMARIO EGO AMARE EGO AMARE, 2015 El Taller del Poeta S.L. ISBN-978-84-944453-1-6 DEP LEGAL: PO520-2015 Isabel Rezmo- Úbeda- Jaén- España
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EMILIA MARCANO QUIJADA NADA QUE BALBUCEAR
Imagen: Conrad Roset
Los dedos han bajado, las miradas huidizas solo observan el suelo. Los oráculos vaticinando mi muerte se fueron por el caño, se dieron a la fuga acusados de fraude, erraron, simplemente erraron y al callar ya no pueden mirarme a los ojos. Ceguera, conjuntivitis. Vergonha. ¿De qué? No hay nada interesante que ver, no hay nada fatuo que decir, mejor dicho: No hay nada que balbucear en esta hora. Sigo siendo la carne putrefacta, la ruindad y la desdicha, la mancha de semen en la pared, sigo 69
mirando al suelo en busca de mis entrañas roídas, sigo siendo saliva de la calle, solo que no he muerto. Dejé atrás una esquina a oscuras, años de fango, piojos, sarna, hambre, sanaron mis pies, me vestí con ropa limpia, volvieron los libros a mis manos, tomé un lápiz, me aferré a un sueño, y he transformado mi vida en un eterno poema.
Emilia Marcano Quijada. Porlamar- Isla de Margarita- Venezuela
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ANA LUCÍA MONTOYA RENDÓN LOCURA RÍTMICA
Imagen: Conrad Roset
"Comprender lo que es el dios de la danza cuando baja hasta los pequeños hombres y los toma sacudiéndolos en el espacio infinito como menudas hojas ebrias." "Crónica de la locura del baile". LUIS TEJADA Colombiano.
¡ah! sin fatiga amor dancemos sin fatiga en una cima roja ubicada entre la paz y el vórtice notas generosas en la fuga revienten partituras ¡qué pentagramas tensos sobre la piel y el celo! ¡qué arpegios en cada crepitar de leños! 71
dancemos sobre mismo eje hasta que la luz sea canto y las miradas descubran melodías mientras en el Caos germinan los espasmos dancemos sobre el fuego dancemos mudos mientras levitan de lujuria la musa y la batuta sobre contornos de la dicha ¡dancemos que somos el ritmo mismo! ¡dancemos hasta que muera nuestro aliento!
Ana Lucía Montoya Rendón- Colombiana
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FÉLIX CASTRO RODRÍGUEZ REDENCIÓN
Imagen: Conrad Roset
me observas a quemarropa disparando desde el siempre desde el cosmos más urgente me aniquilas las pupilas me absorbes me miras el karma vas desglosando violenta mis dimensiones más insensatas trato de soltarme de hacer inventarios invisibles junto a nuestra puerta y este espectro lo prohíbe no sé si es tu ciudad que se desata y me columbra no sé si esta doctrina de farola 73
si esta supernova me está reclamando recreando organizando mis entrañas solo sé que a veces me devela tu mirada sin cautela estoy custodiado por sabuesos de bengala la llama en tus pestanas armoniza con mis duendes redimiendo mis gusanos de su delicada muerte
Félix Castro Rodríguez- San Juan-Puerto Rico
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JUAN IDIAZABAL OJOS DE BELLEZA
Observar durante un tiempo los ojos de la belleza, salir a la calle, llueve en cรกmara lenta.
Juan Idiazabal-Mar del Plata- Argentina
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ISABEL PISANI LUZ SAGRADA
Imagen: Conrad Roset
Esta niebla destiñe tras la luna las mil azoteas somnolientas, los adoquines fatigados sudan al paso gris de las torpes fieras. Y yo aquí, en tu vetusta esquina, la queja lagrimeo en este lodo. Tu hondísima templanza y alegría, no trocaré por un amor beodo. No temo a la noche ni a los vates, tu nombre sagrado me sustenta… Un rayo de luz cruza la calle, la mirada de Dios brilla de fiesta.
Isabel Pisani – Buenos Aires- Argentina- © Todos los derechos reservados 76
MAR DE FONDO SENDAS FÚNEBRES
Imagen: Conrad Roset
Sigue con tu boca las sendas fúnebres, las que dejaste sobre mis labios, el amor nocivo que envuelve mi muerte, clavando tus incisivos en estas llagas que con ciego dolor arden y rabian. Torpe de mí, hembra del basilisco, el rey de las serpientes, atrapada en tu mirada desde la apodyopsis, entregada al hechizo de tu seducción letal. Tendida en el suelo con sonrisa ingenua, desnuda ante tus ojos, amándote pese a mi trágico final. Mar de Fondo (Mar García Treviño). Murcia, España. 77
MAITE GARCÍA CÓRDOBA Y EN ESA MIRADA TUYA
Imagen: Conrad Roset
Talle de bailes frescos y libres. Sueños de besos que llevan azucenas.
Honores prendidos, por estos, mis caminos, que narran, tu latido en mi latido.
Y surjo como mecenas de oro para tus labios, para cantar en ellos, un te quiero y un te amo.
Y ser verso callado que amanece para tus manos. Y en esa mirada tuya, la panacea de un beso sagrado.
Maite García Córdoba- Valencia (España). Copyright” © 2016 78
MARIEL MONENTE X
Imagen: Conrad Roset
Buscaba una mirada entre la multitud buscaba su pupila gemĂa.
Mariel Monente- San Isidro- Buenos Aires- Argentina Del libro: Sutura Ediciones : El Mono Armado
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SÄO GONÇALVES MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Es por dentro que observo el universo en un mirar silente y mágico ¡la alegría para colorear las mañanas y las lágrimas abrazando las noches! Mi alma está hecha de mil retazos afectos desnudos en un laberinto de colores exóticos. Es por dentro que el mirar es más denso el sangrado de la tierra arada o la esperanza de renacer en las mañanas cubiertas de rocío. El mundo es tan cruel y distante. ¡Y solo la soledad me ilumina al mirar el aspecto cansado de la multitud!
Säo Gonçalves- Portugal/ Luxemburgo Traducción: Cecilia Ortiz 80
M. TERESA FANDIÑO EN EL ALMA Y EN TU MIRAR
Imagen: Conrad Roset
Un amor atrapado en el tiempo que siente, que late por ti, por tu sonrisa que estremece y me enloquece; tus hoyuelos, tu pantalón vaquero y, en tu boca, un beso sabroso en una noche clara de verano. Como baladas suenan sin cesar los pentagramas del amor, mientras tus miradas me provocan al pasar. Me muevo ante ti buscando un baile al anochecer, a ti... A ese deseo en tu mirar que enciende el fuego en un vaivén, que provoca llamas sin cesar en mi corazón; en un alarde de ilusión puedo ver tu mirada siempre de placer, tu deseo impune y tu querer... ¡Mariposas!, ellas vuelan en mi interior mientras bailamos tú, yo y tu mirar que, como un imán, no puede despegarse de mis labios; en los jardines de la ilusión observo a Venus, luce dentro de tus ojos pardos. Y en mi joyero he de guardar aquella noche de inocencia, la luna blanca y la dulce miel. Cierro mis ojos y te veo, tu mirada profunda me llena; te mueves en tus vaqueros con esa forma tuya de decir te quiero, y me enloquece el recuerdo de tus murmullos en aquel rincón, el olor a rosas y a jazmín junto a los álamos y junto a ti.
María Teresa Fandiño-La Coruña, España
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MARÍA JULIA DRUILLE OJO DE ABISMO
Imagen: Conrad Roset
el deseo en la punta del tacto desvergonzado amo insatisfecho nos arrastra con su cuerda ¿hombre o dios? nos inflama con su ojo de abismo de celda abierta nos acecha como un chacal en su guarida nos mira de perfil en el espejo ¿qué máquina de la memoria lo mueve?
con su mirada clandestina 82
recorre claroscuros y en una sucesión interminable cálidos y fríos hunden
su hambre y conocemos algo de infinito
María Julia Druille- Buenos Aires- Argentina
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ARACELI GARCÍA MARTÍN MIRADA DE DIOSES
Imagen: Conrad Roset
Para llegar a ti: Regálame tu voz. Pequeño rapaz. Para estrenar tu nombre de halcón me pides que te regale unas alas. Aquí estoy yo estrenando año desde el Imperio Antiguo. Nunca te sentí Dios, porque eres solo un hombre. Ni formamos parte de la tríada osiriaca: Horus Isis y Osiris. Aun con el tiempo llegaste a mí, contando las historias de emperador de un Dios. Así tu aliado: El mayor de los iconos. Como el más heroico conquistador Alejandro Magno, de Alejandría recuérdame en el puerto que arribes cada día. 84
Cuando fui tu Sidurí, tabernera que ahuyentaba el miedo de los dioses contra el megalómano tirano vilipendiado. Abrazaba miradas de miles de adioses.
Araceli García Martín- Granada- España
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ANA OSUNA ROJO EN LOS LABIOS
Imagen: Conrad Roset
Voy a arreglarme con esmero; ceñiré mi cuerpo con el mejor vestido, ese que guarde para especial ocasión. Un poquito de color en las mejillas para ocultar la palidez del desencanto. Rojo en los labios. Y en los ojos, negro profundo haciendo sombra a la mirada verde, a las oscuras ojeras... Tan andaluzas. Ana Osuna- Sevilla- España
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MARLYN CRUZ CENTENO CÍCLOPE
Imagen: Conrad Roset
comerse a las mujeres por los ojos las pestañas casi dientes recorrer despacio las carnes pedazo por pedazo hacer inventario maduras, frescas, firmes desdeñar con una mueca las pasadas de fecha lecciones básicas para ser un hombre entramado a duplicar con instrucciones precisas que construyó mi padre todavía siento como arden las orejas el zumbido interminable que ocasiona cuando a un niño le cambia el color de los ojos 87
empecé a arrastrar la mirada por el suelo cargaba al viejo borracho de regreso a casa al menos tres veces por semana [hay cosas que pesan más allá de los hombros] poco a poco transcurría la debacle de los ojos dejé de mirar a mi dulce hermana dejé de mirar a mi hermosa madre no fuese que en una equivocación las mirara con el color de los ojos cambiado como piezas de mercado como depredador de cualquier cosa en movimiento que demostrara declives y llanos y así he vivido mucho tiempo dispuesto a arrebatarme un ojo si en mi cíclope existencia lograse volver a mirar al mundo como un niño con el color de ojos intacto desde el amor más humano
Marlyn Cruz-Centeno , San Juan, Puerto Rico
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LILIANA LAPADULA DE LO INSONDABLE
Imagen: Conrad Roset
He poblado de nombres el silencio Giuseppe Ungaretti
Cuando los deseos mueren antes de recorrer la quimera llega el desasosiego con un beso que huele a alcohol y sombras. Cuando la impotencia dispara su juego perverso y la mano que sujeta nos ultraja. Cuando una mirada oblicua nos arrebata lo que nos pertenece. AhĂ el desamor la frĂa caricatura de la palabra eternidad. 89
Pero avanzo con los pies en el barro pisada tras pisada en la perplejidad distante que existe entre nosotros y los muertos. Liliana Lapadula- Buenos Aires- Argentina
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IVANA SZAC
Imagen: Conrad Roset
I Duelen tantas mujeres enredadas en la noche con pies de azĂşcar derritiĂŠndose en caminos de agua bailan con pies descalzos en baldosas frĂas un sudor transparente cubre sus rostros de porcelana mujeres que apagan su belleza en las sombras.
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II Caminan hacia distintas direcciones dan la espalda al mundo otras cruzan sus soledades y se unen en la mirada.
Ivana Szac- Buenos Aires- Argentina
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ESNEYDER ÁLVAREZ
Imagen: Conrad Roset
Mirar tu rostro, Tan puro, tan dulce, tan tierno, Hace que me sienta como un lobo hambriento en busca de su inocente presa. Mirar tus labios, Suaves, delicados, perfectamente delineados, Hace que mi cuerpo se convierta en un ladrón inquieto por intentar alcanzar un beso. Mirar tu cuerpo, Muestra innata de la perfección de Dios, admiración de los ángeles, envidia de los terrenales, Hace que mi alma sea una llama y que mi mente se convierta en aquel demonio que solo desea poseerte en una cama. Mirarte, admirarte, desearte, Solo son versos, convertidos en deseos, Que morirán conmigo para a su vez transformarse en simples sueños.
Esneyder Álvarez – Medellín- Colombia
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MARITA RAGOZZA NO ME MIRES ASI
Imagen: Conrad Roset
Torrencial cerrojo es tu mirada y nuestro verano tañe a jardín muerto con párpados tirados en el suelo. Me pregunto qué hay detrás de tus ojos: sentencia de olvido. un par de iguanas viejas un antiguo fuego? Qué hay detrás de tus ojos: pétalos abisales rendijas infinitas un adagio entre ceja y ceja? Y en ellos temo encontrar: peces que muerden 94
gardenias en cruz y ese lugar que todavía no hemos llegado…. En el fondo tu mirada es niebla quebradiza.
Marita Ragozza de Mandrini- Pehuajó- Argentina
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MARIANELA PUEBLA MÍRAME
Imagen: Conrad Roset
Mírame, mírame bien, ya no soy nada, se ha esfumado mi tiempo por el hueco del olvido. Quedan algunas palabras incandescentes incrustadas en el poema final. Mírame, tal vez sea la última vez que se unan nuestros mundos desiguales y luego sea sólo un fantasma que pasó por tu lado tratando de atraer tu mirada, tratando de traspasar la maraña de los sueños. Ahora voy al lugar en donde anidan los sobresaltos, en donde la luz asperjada refleja lagrimas, la fina raya que trizó mi espejo.
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Mírame, que no sea tarde, quizás ya sea la huella romántica de una ilusión vaporizada en el rastro de un recuerdo. Quizás fuiste un sueño que cruzó la vereda vehemente de mis deseos. No hay nada que decir en esta tarde gris y desalmada, regreso al país bajo las olas del desamparo triste y taciturna, a escribir los últimos versos de un poema que pudo ser y quedó oscilando en la orilla de tus ojos, sin abrir sus pétalos, sin siquiera decir su nombre. Mírame, tan sólo, mírame desde el fondo ilusorio de un pensamiento, así pueda alzar mis alas y convertirme en sombra. Maranela Puebla- Valparaíso- Chile
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NATALIA PINEROS HORIZONTES INFINITOS
Imagen: Conrad Roset
Sin final aparente Sin restricciones Eterna profundidad, laguna hipnótica Miradas curiosas y vividas Sin miedos ni pudor De esas que analizan Hasta lo invisible Y al observarte con atención Ven mucho más allá De lo que cualquier espejo haría... Paleta de colores única Que invita a perderse entre tonos Y apreciar lo perfecto de la naturaleza Danzando entre recuerdos y presente 98
Entre anhelos y realidad... Imposible no quedar fascinado Y caer ante estas miradas Que pueden darte consuelo Y llevarte hasta horizontes infinitos En tal solo un abrir Y cerrar de ojos...
Natalia Pineros, Mar de Aj贸, Buenos Aires, Argentina
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MILAGRO HAACK I
Imagen: Conrad Roset
Él abre el cielo desde un rincón de la noche muestra lejanas tierras se recuesta en la palabra -su mirada-
no se apresura enmarca con sus manos mi rostro en una celda del silencio marco anónimo que 100
no deja de ojearme en mi reflejo
Milagro Haack- Valencia- Venezuela Del libro inĂŠdito Vecino de mi ciudad
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PURA FERNÁNDEZ SEGURA MIRAR ATRÁS
Imagen: Conrad Roset
¿Qué es eso de echar la mirada atrás?,-me dicesSi entre lo que fue, y es ahora, se alza un muro líquido de brumas que inventa, diluye y equivoca Ya sabes, – me recuerdaslos estragos que causa contemplar el pasado, dónde tú eres el petirrojo herido que sobre los linderos vuela, invocando la oscuridad del bosque o del abismo. Sólo, - me adviertes-, perdura un esbozo, un torpe trazo de aquello que vivimos; sucedáneo piadoso, mentira al fin. 102
Más yo insisto en tomar la parte que me vincula y nutre. En el estribo mis pies, espoleando; memoria y corazón latiendo.
Pura Fernández Segura-Guadix - España Marzo – 2016
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LUCIANA GARCÉS MIRAR Y VER
Imagen: Conrad Roset
Hay ventanas cerradas, opacas y frías como largos días invernales de niebla. Son esos huecos en las paredes o los tejados que limitan las estancias más que los muros porque permiten mirar más allá y descubrir la algodonosa existencia en sombras del parque, de la ciudad, del mundo, y recontar los gritos, los ruidos, los silencios. Hay transparentes ventanas ocultas tras pesados cortinajes de terciopelo y enmarcadas en paredes enteladas de damasco. Son ventanas límite-absoluto sólo se vive dentro, en tiempo sin transcurrir, Hay ventanales abiertos a todas luces, esperando todos los vientos. Son ventanas como ojos que miran y ven.
Luci Garcés- La Coruña- España
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SARA BRUSSA TU MIRADA ES AZUL
Imagen: Conrad Roset
Tu mirada es azul y cuando piensas… Un azul ultramar atrapa la tarde para una estrella perdida. Tu mirada es azul, y cuando lloras un turquesa intenso me deslumbra. Se aquieta el viento en el follaje y se calla el grito de la alondra. Tu mirada es azul y cuando ríes… Su claridad intensa me convoca a opalares sinfonías pasionales.
Sara Brussa- Santa Fe- Argentina
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ICELA ELIZALDE NOCHE DE PASIÓN
Imagen: Conrad Roset
En el silencio de tus ojos donde me pierdo complacida, brota la magia y nos envuelve como una bella melodía. Y en el perfume de tus besos voy entregando mi poesía. Somos dos almas entre versos, un complemento de la vida. Una mirada roba un beso, una sonrisa compartida. En el recuerdo de la noche, sagaz, tu cuerpo me pedía. 106
Bajo el arrullo de la luna fuimos dos locos que latían. En un hechizo de pasiones, sin más... te amé, como ninguna.
Icela Elizalde- Cuernavaca- (Morelos) México Derechos Reservados de Autor. Marzo 06 2016
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ALEQS GARRIGÓZ OJOS NEGROS
Imagen: Conrad Roset
Tus ojos son dos abismos de sombra, lámparas taumatúrgicas que chispean mi apetito cuando, como un gato, recorro el caserío esperando la noche de los amantes. Ojos que conocen mi vigilia, que guardan mi sueño cuando, en tus brazos, caigo vencido por el sopor vespertino. Ojos que no se cierran cuando acaricio con mi lengua tus labios como si en ello se me fuera la vida. Yo encima de ti, o debajo, pero definitivamente adentro, más adentro que la oscuridad en tus ojos. La ceguera de la apetencia se instala como reino de dos entre nosotros cuando tus ojos, faros de tiniebla, vienen a señalar el derrotero de los barcos humanos que se hunden por voluntad en un agua de placer que hierve en la alcoba, mi alcoba, toda de invitación y confianza. 108
Tú me desnudas con la mirada. Y sé que en su interior estaré haciendo alguna delicada, inocente obscenidad. Indescifrable y brillante obsidiana, algo -yo- madura dentro de ellos.
Aleqs Garrigós- Guanajuato- México
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NANCY HARO PONTÓN TU MIRADA
Imagen: Conrad Roset
El embrujo de tu mirada encantadora enciende juegos pirotécnicos en mi alma prende refulgentes carruseles en mi sangre libera raudos corceles en mis células derrite el témpano de mi cuerpo, que herido de vida resucita y muere en la llamarada de tu abrazo omnipotente. De oriente a poniente, de sur a norte por todo lado, en todo instante me acosan tus cálidas pestañas; tu mirar volcánico, arrasador, galáctico me persigue, me seduce, me subyuga, me atrapa. Desde que te encontré choqué con tu mirada Incitante, retadora, intensa, posesiva y apremiante de sol y mar de vino y aceituna arrobadora; cándida mariposa 110
perdí mi ruta quise salvarme, huir, mediar distancias terminé calcinada. El fuego es todo en ti Hefesto apasionado el ímpetu ineludible de tu ardor desatado me abrasó y cautivó en la cárcel de tus ojos. Vulcano arrebatado y amoroso ígneo, recio y febril sensual meteoro incandescente tu osada y seductora mirada impertinente insomne, siempre inquieta y al acecho enloqueció mis horas y me sumió en la vorágine de tu alma insatisfecha…
Nancy Haro Pontón- Ecuador
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CARLOS CONATO PON LA LUNA EN SU LUGAR
Imagen: Conrad Roset
Pon la luna en su lugar con esa mirada tuya, me arriesgaré a ser quien cruza tus bellos ojos de mar. Quiero tu boca rozar con cada palabra muda que tan solo el alma escucha... ¡pon la luna en su lugar!
Carlos Conato- Isabela- Puerto Rico
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TERESA TORRES LA SENSIBILIDAD DE LA LUZ
Imagen: Conrad Roset
Amo tu mirada, la sensibilidad de su luz, el modo en que baña mis contornos mientras cae como el cielo en un estanque.
Arqueada, te entrego la mía, para que contemples en la caricia dulce de mi sed, como... Amor, delirio inacabable de mi deseo; tú existes en ella.
Teresa Torres. Málaga- España
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ANA AGUIRRE NÚÑEZ TU MIRADA
Imagen: Conrad Roset
Hay tantas miradas, las de ojos verdes, que son color de esperanza. Miradas de ojos azules, como mar que se pierde en la lontananza. Hay miradas de ojos negros, celestes , grises y marrones, que inspiran mil canciones. Más, mirada como la de tus ojos no hay igual: Mescla de todos los colores que despiertan mis antojos y con ellos mis amores, no las he visto jamás. Tu mirada es llena de paz y de harmonía, de silencios y algarabía, de reproches y de aliento, 114
de verdades … Y no miento ni exagero si te digo: tu mirada me enloquece, tu mirada que brilla como un lucero tenaz , en la noche de mi desvelo, que no me deja dormir, y con su luz cegadora, como una estrella fugaz, detiene el tiempo y me quita el sueño, compromete mis sentimientos se desvanece mis pensamientos. Cada mañana al despertar, mi pensamiento vuela hacia tu mirada , y siento una ansiedad enorme de verme en tus ojos, de sentir tu mirada que hace florecer mi alma, y enciende mi sangre en una llama. Y sólo mirándome en tus ojos me veo y tengo el deseo inmenso, de perderme en esa calma y sentir el sosiego, con que tu mirada apacigua mi alma. Me envuelve tu mirada, como un velo de seda, y me estremezco al sentir su caricia que llega hasta mis huesos. Yo solo quiero encontrarme en tus ojos, y perderme en tus ojos, quiero pensar que en tus ojos es donde nace el amor, quiero enredarme en tu mirada de fuego y olvidar de mis penas, hasta que una piedra de lo eterno sepulte mi cuerpo, para siempre jamás… ©Ana Graciela Aguirre Núñez-Pedro Juan Caballero – Paraguay 115
MABEL CORONEL CUENCA LA FLOR MÁS BELLA
Imagen: Conrad Roset
-a mi madre Margarita Cuenca Ferreira-
Cuando miro tus ojos, tú me fascinas… Tú eres el amor mío toda la vida, el ser más sublime que el alma mía ha conocido.
En tus entrañas estuve protegida. Aún recuerdo el calor tuyo cuando te miro,
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acurrucándome en las noches entre tus brazos y yo dormía…
Tu dulce voz entonando la melodía… para que en mis sueños yo sólo viera el azul del cielo -igual que cuando te miro-
Oh mi madrecita, cariño mío… mira cómo he crecido y ahora digo: tú eres la flor más bella del jardín que ha florecido y yo el regalo divino que has recibido. -hoy fruto maduro-
©Mabel Coronel Cuenca-Hernandarias –Paraguay
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MAR BLANCO
Imagen: Conrad Roset
Nadie me prepar贸 para nacer, tampoco para vivir, ni mucho menos para naufragar. Un agujero en el mar me invadi贸 inesperadamente. Hay naufragios dulces - como duraznosY otros que te convierten en pescado. Ahora tengo escamas y ojos de pez. Redondos Blandos Abiertos, muy abiertos. Una vez en tierra ya no se mira igual. La mirada est谩 siempre un paso adelante, en ella acampa el asombro pues a pesar de todo, soy una superviviente maravillada. Mar Blanco- Zaragoza- Espa帽a 118
LOURDES MARÍA NAVARRO QUIEN JUEGA, SE QUEMA
Imagen: Conrad Roset
Al principio nos hacíamos los ciegos, nadie veía a nadie. De repente comenzamos a jugar al escondite, tus ojos esquivaban los míos, y los míos, se escondían de los tuyos. Pero tuviste un error, y perdiste. No apartaste la mirada y entonces se encontraron nuestras pupilas dilatadas. Tus ojos eran de color café, café insomnio, café amargo, café de madrugada. Desde entonces, todo lo que se cruza entre nuestra mirada, arde, hierve y se evapora. Lourdes María Navarro Cruz. Guadix (Granada, España) 119
GLADIS MERELES PEREIRA TU MIRADA ME HECHIZÓ
Imagen: Conrad Roset
Te apoderaste de mi con una mirada que me desnudó hasta el alma! esa mirada tuya se apoderó de todo mi ser, sin darte cuenta, sin darte cuenta me robas el sueño y mis suspiros más hondo, no consigo dormir en las noches, pensándote siempre estoy. Tus bellos ojos con esa mirada penetrante, se alojó en mi corazón, y desde ese instante te amé! te amo en silencio, con toda mi alma, y te escribo, te dedico mis versos de amor, mis locuras de amor, que por ti han nacido, y lo guardo en el pecho, y quema como braza viva porque no te tengo. Cuanto anhelo un beso tuyo, un susurro de amor al oído, un te quiero, un te necesito, me haces tanta falta, que no se si estoy soñando o delirando, sueño con tu piel, con tus besos y tus caricias. Eres mi amor, mi amor imposible con sabor a lo prohibido, no sé si tu lo sientes, pero en el silencio de la noche cuando todo duermen, yo acaricio tu alma con la mía, le entrego mis caricias y mis dulces besos, besos que deposito suavemente en tus labios, sin interrumpir tu sueño. 120
A pesar de esta terrible distancia, que hace más imposible nuestro amor, siento la suavidad de tu piel junto al mío, y se eriza mi cuerpo entero, Te quiero en silencio, a la distancia, te quiero tanto y no me preguntes porque te quiero así. Este amor que siento por ti es el sentimiento más hermoso que un día pude sentir. Este amor que siento por ti traspasa cada poro de mi alma, mi piel grita cada noche en silencio la presencia de tu piel , cuando mi alma se retuerce en solitarias noches. ven escuchas mis latidos, que gritan cada noche tu nombre, ven y hagamos realidad este sueño de amor, miradas tras miradas, beso a beso , piel a piel.
Derechos Reservados. Gladis Mereles Pereira. La Eterna Soñadora. Presidente Franco-Paraguay.
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DANA LAILA MIL MIRADAS Y UNA PALABRA
Imagen: Conrad Roset
Tus ojos son la ventana del alma, cuando me miran puedo ver tu ser, tu verdadera identidad. En tu mirada todo se puede hacer realidad tus palabras, tu sonrisa, tu felicidad. Sé que en tu mirada hay más de lo que tú eres, porque tu eres pura inmensidad. El reflejo de tus ojos es lo que ilumina mi camino. En esos ojos míos me veo todos días. -DANA LAILA- México (10 años)
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AYMARA ARUWIRI MIRADAS
Imagen: Conrad Roset
Había pensado que nada requería ajustar ni nada tendría que revisar. Pero los entrepaños de la vida me jugaron una trampa. No pude ocultarme de ellas, me encontraron desvalida; inerme, desnuda, descolorida; me descubrí infraganti. Atrapada en mi inconciencia, dolida en mi cobardía; despojada de mi inocencia. Esas miradas mías estaban allí presentes, imponentes, arrogantes; cavando mis fantasías exhumando mis recuerdos. 123
Esas miradas… se fueron hasta el centro de mi orbe, y libremente… incendiaron mi conciencia.
Aymara Aruwiri El corazón en la barbarie Cd. De México
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CUSTODIO TEJADA UNA BANDADA DE PALOMAS
Imagen: Conrad Roset
Una bandada de palomas vuelan en la plaza de mi pueblo esperando que alguna vieja solitaria les eche miguitas de pan, granitos de arroz y pasas. Pacientes caminan despacio cuando de repente se oye una desbandada, un niño corre tras ellas, menudo sobresalto. Todas las tardes sin falta las palomas esperan en la plaza.
Custodio Tejada (DEL LIBRO CIGÜEÑA DE NIEVE) Purullena-Guadix (Granada-España)
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RELATO
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MARGARITA POLO VIAMONTES CUANDO REGALÉ MI ALMA EN UNA MIRADA
Imagen: Conrad Roset
El alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada. (Gustavo Adolfo Bécquer) Un lazo indescriptible se fundió al cruzar su mirada con la mía, volteé mi rostro para no hacer evidente mi rubor, le vi entre la maraña de personas desconocidas… llegó una señal de alarma al cerebro, si insistía en mirar sería fuego inminente. ¿Pero cómo frenar la indiscreción del corazón? No volví el rostro, pero me senté de tal forma que el ángulo de mis ojos tuviera una pizca de su figura dentro de la observación circundante sin detallar ¡Allí estaba! Sonreí de manera inconsciente. ¿Qué busco? Las señales, todas, dicen similares designios: Stop, Danger… ¿que hago hablando a mi subconsciente en inglés? La tertulia se funde en abrazos, reencuentros y presentaciones, por ese detalle, en breve plazo logré estar frente a frente, sus ojos me centellaron, era como el flash de mi cámara, y tal como sucede con los lentes de mis 127
espejuelos, que automáticamente se oscurecen con luz fuerte, cerré mis ojos para no ver y desistir de inmediato. Otra ronda de vino espumoso en el salón, la conversación intrascendente y un nuevo golpe de miradas. ¡No puede ser! Pero la vida es como es y suceden las cosas arrastradas por la corriente de una fuerza más potente que la humana, sobre todo si no existe voluntad suficiente para frenar la avalancha de deseos encontrados en el alma. Cedí a la tentación y me dejé llevar, un poco más de palabras, miradas, un poco más de temblor en las manos ya frías y la entrega de una fórmula común para guiar sus pasos hacia mi. No hubo más, se terminó la tarde y había que partir… Quedó en mi pecho la ansiedad y miles de interrogantes las más persistentes ¿será o no será?... Pasó un día en el trajín diario, otro más, otro y no sé cuantos más… sin rastros de búsqueda por su parte. ¿Qué hacer? Indagar, tirar del único hilo posible, consciente de que podría llamar la atención el preguntar sin saber apenas su nombre… busqué la coartada y asumí el riesgo, pero… NADA. Poco a poco, en la bruma del recuerdo y apremiada por los impostergables se perdió hasta el calor de su mirada. Con la fe perdida, dejé de pensar en el reencuentro. Manejando mi auto, en medio de un calor insoportable sentí el “tic” del celular con un mensaje en el email, miré de soslayo en un semáforo en rojo y vuelta la mirada fija en la vía me dije: ¡Ah! Es alguien desaparecido hace días, luego llamo… Llegué a casa, pierdo el sentido del tiempo y muy tarde… como autómata miro los mails… Uno dice que “llame a tal teléfono” parece que cambio el número, tal vez me llamó antes y al ver la llamada desconocida no le respondí. De inmediato marco para disculparme, pero la persona que contesta no tiene la voz amiga… ¿debo preguntar? Me trata con deferencia, es falta de educación dejar sentado que no le reconozco… De pronto descubro mi desliz ¡Dios mío! Es quien esperaba, recordé de nuevo su mirada… indiscutiblemente le encontré de nuevo y… sin pudor, cosa bien lejana de mi personalidad, rompo los limites de mi discreción “abro puertas y ventanas de mi alma” le atropello con mis palabras… sin cese al fuego, bombardeo su oído tres días consecutivos, la vida me fue
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favorable para concentrarme en el ataque sin cuartel. Hablar por hablar, tal como lo ansiaba, sin barreras que limiten la voracidad de mi corazón. Rompí el dique, inunde sus ansias y las mías, llegué a su lado en el momento justo en que también podía saciar su sed. “Ningún encuentro es casual en la vida” –mi slogan dicho por sus labios, junto a un sinfín de lugares comunes, de personas de otros tiempos, de sentimientos y daños hechos por la sociedad “sueño” Un mar de anécdotas se desbordó en ambas orillas, una increíble comunión de ideas… solo me pidió tregua para no sobrepasar los limites… pero yo con mi falta de educación y respeto, di con mi pecho en la barrera impuesta, y testaruda rompí la magia de una posible y perdurable amistad. ¡Dios mío! Soy una sexagenaria, y actúe como adolescente. ¿Qué hacer? Me sacaron la tarjeta amarilla y me reí de la señal preventiva, confiada en mi suerte jugué a perder… hace unas horas me sacaron la definitiva tarjeta ROJA, estoy fuera del juego sin chance a regresar. ¿Cómo es posible? No llegué al mes, perdí el control y con éste, algo muy valioso en esta etapa tan cercana al desenlace fatal. No puedo ni pedir perdón, destroce la posibilidad con saña y alevosía. No pensé en el daño que podría provocar ¡Que tristeza! Aprendí la lección muy tarde cuando recibí su email: “Creo q debo decirte cosas q no he dicho. Gracias por: haber estado ahí cuando necesité hablar. Redescubrir mi sexualidad con un roce de tu mano. Estaba, cuando me abrazaste con tu mirada, entre un montón de tristeza y una imagen multiplicada hasta el infinito y siempre presente. Hacerme parte de tu ilusión. Hacerme sentir q me deseaban aún en tu forma pudorosa, avergonzada, romántica sin reparar en formas tales q puedes abrir tu pecho a lo que sientes ahora a raudales como dice la canción. Gracias. Que tengas una buena vida Im so sorry. Créeme q lo siento mucho xq yo sé muy bien lo q significa una ilusión perdida. Cuídate!”
Margarita Polo Viamontes- Cuba/ Miami- U. S. A.
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RODOLFO TORRES EL CRISTAL
Imagen: Conrad Roset
Así fue el sendero a la casa de mi infancia: del portón de maderos claveteados color de óxido rojo a la puerta de calle, largo y de ladrillos húmedos sobre el que mamá me prohibió el paso con una de esas miradas que presagian abundancia de algo que pudiera llegar a ser muy duro. De ahí que mis amigas sufrieran mucho, las pobrecitas. Mas yo no dejaba de suspirar contemplándolas, enamorado, a través de la ventana hecha de maderos torneados por abuelo. Y agarrándome a dos de ellos, con la carita entre los palos, vi de pronto cómo abuelo se me acercó sin decir palabra. Llegó arrastrando los pies, con la nube etílica de siempre y el tabaco a medio mascar. Le bastó que me dejaran solo, un poquito de tiempo, para actuar como eran sus deseos y que consistían en abrirme la puerta al camino, a pesar de que me habían acabado de bañar, con ropas y zapatos limpios. Anda a lo que te gusta, dijo él riendo en una mirada sin risa. Me fui entonces hacia las enamoradas con sus caras gachas, pobrecitas mías, quienes me miraban dejando escapar 130
hilitos de perfume para atraerme más. Querían tenerme con ellas porque yo les hablaba, cada vez a una sola, lo que de verdad llevo en el corazón. Y cada una pensara que era la única para más perfume y color. Pero estaban afligidas, lo que me dio impulso. Ya que con tres años no hay obstáculos, la importancia del mundo se concentra en la más pequeña cosa y la atrapamos o se nos vuela. Así que gracias a abuelo tuve la oportunidad de mi primer camino, crucigrama de ladrillos rojos que dividía el Mal del Bien, había dicho él mismo al construirlo. Mas no te confíes porque en la mezcla está lo interesante y lo que te hará andar, decía él riendo en serio y yo sin comprenderle su alegría mezclada de gravedad, menos aún el motivo de su alcohol. Tampoco sabía en qué parte del camino se había apeado abuela con sus bártulos. Lo mismo que mi padre, a quien jamás le vi ni siquiera de espaldas, “el infeliz”, afirmaba abuelo sin dejar de serruchar. Pues tambaleándome salté al fango y anduve al rosal donde todas levantaron sus caritas, tristes todavía porque no acudí al primer suspiro. De ahí que exhalaran sólo un poquito de más perfume aún cuando quisieran disfrutarme a fondo y dando más de lo que tenían, decían todas ocultando los ojos con sus abanicos de pétalos blancos y rojos y amarillos... cuando allá abajo ocurrió lo inesperado: Un fulgor extraño brotó entre el fango, a los pies de mis enamoradas y ante los zapatos nuevos y pulcros hasta ese instante, lo que me obligó a agacharme para hundir las manos. Que saqué con aquella luz suponiéndola redonda aunque estaba sucia. Aún así le creí importante, a pesar de la pequeñez, y era brillante. Y por tan controvertidas visiones la desembarré en el pulóver blanco, gracias a lo cual vi mejor que era de superficie pulida. Pues la froté una vez más con la tela del pantalón corto de color crema claro, quedando ambos hechos verdaderos ascos. Pero merced a la limpieza vine a descubrir la existencia de un vidrio singular. Comprendí que no hay manera de asear un cuerpo usando otro ya inmundo, para que luciera mejor, como en verdad empezó siendo mi cristal redondo, azul y cóncavo, dueño de transparencia mágica el cual me otorgaba una mirada limpia. 131
Lo llevé al ojo derecho y el cielo gris-negro tornó a azul-pastel para alegrarme el corazón por el buen sol. Lo mismo hizo de Pepe Cascarrabias, quien iba en su carretón desvencijado, traqueteante y oxidado, pues no lo haló nunca más el pobre animal que había sido cojo y tuerto, medio muerto ya. También de Pepe brotaron cabellos donde hacía mucho no había, igual que la risa diáfana acompañada de dientes buenos y sombrero nuevo. Todo ello junto a la yegua, un primor de lo acabada de hacer. Muy juiciosa ella pues ponía una pata aquí y otra allá cual bailarina recién graduada, que me hacía volar de puro embeleso. Hechizo del cual salí por un grito que desgarró el aire pasando a mi lado: ¡Pero qué haces ahí, muchacho maldito!, exclamó mamá acercándose veloz. Y sin pérdida de tiempo la enfoqué para venir ella a enternecerse más rápido de lo que imaginé, con el amor saltando de sus poros. Igualito al vapor en caldera bullente, aunque no quemaba, es la verdad. Era la esencia del querer la que venía empujándola hasta cargarme en sus brazos fuertes. Y decir a los cuatro vientos, girando como en vals sonoro: ¡A disfrutar de cake y refrescos! / ¡Limpio ahora tus manos y pies! / ¡No importa lo sucio que estés! / ¡Para que andes con zapatos frescos! / ¡Qué la alegría de hoy será cierta! / ¡A pesar de que me ponga a arder! / ¡Y nada me la echará a perder! / ¡Ni nadie con su manera muerta! Luego, intercambiaron par de miradas terribles: ella abrazó a su padre con ojos volcánicos y él le devolvió igual cantidad de lava ardiente. Comprendí entonces algo y para siempre y que sería el principio de toda la soledad: no se toleraban pero no disponían de nadie más a quien tolerar. Abuelo decía que me había llegado el momento de salir al mundo como él había hecho y mi madre afirmaba que el mundo debía venir a mí, como le había enseñado su madre. Mas yo miraba a través de la magia encontrada, por encima del hombro de mamá, el desordenado camino de abuelo que era la eterna mezcla compasiva armada de impiedad, cuando todo se me fundió en una sola cosa virtuosa como diamante que antes fuera carbón, sin pizca de maldad. Lo mismo a la izquierda como a la derecha desaparecían aquellas partes oscuras colmadas de dobleces, 132
además de las puntas hirientes tan desagradables como peligrosas para quienes las portan y sobre todo para quienes las sienten. Por eso empecé en un mundo amable, de miel y merengue destinado a mi espíritu risueño pues usaba aquel cristal y nada me engañaba. Las flores por ejemplo no rieron más tras sus abanicos de pétalos y siempre ablandaron las púas, evitando además sus lágrimas de rocío, tan falsas todas ellas. Empezó a ser todo tan lindo gracias al cristal --a pesar de los criterios encontrados de mi madre y de su padre--, que los años se alargaron como un solo día cálido colmado de personas bellas iguales a sus acciones. La primera escuela fue un lindo juego de aprendizaje. Allí, otro niño propinó tremendo golpe a mi nariz y logró que se me pusiera grande, toda roja y con dolor sincero. Pero la ropa del otro quedó bien manchada de mi sangre y sabría él a partir de entonces las consecuencias de una pelea, si se le ocurría herir al contendiente, con lo que vine a descubrir --a través del cristal- que no había gente mala en el horizonte, sólo conflictos para ver lo buena que me empezaba la vida, aun cuando algunos de aquéllos se mostraran difíciles de entender. Por eso, cada día fue de batalla generosa lo mismo enamorándome de muchachas que desenamorándome de ellas. Muy lindo todo, con la brillantez que otorga mirar alto y siempre lejos porque cada noche lavaba el cristal azul, redondo y cóncavo para que las imágenes distorsionadas no me empañaran las mañanas. Luego me iba a la cama dejándolo ahí, al lado. Y a seguir la vida azul y lisa. Pero una tarde, medio hombre ya, caminaba al encuentro de mi primera novia, la última mujer de mi vida, el amor eterno, la madre de todos mis futuros hijos, y la encontré besándose con mi mejor amigo. No lo creí y me acerqué, acomodando el ya débil cristal sobre las pupilas para verles bien las caras y demostrarme a mi mismo que mis ojos mentían. Fueron ellos, sin embargo, los que me vieron, sin vergüenza alguna, abrazados todavía, como al desconocido en la esquina. O quizás peor, igual que a un perro. En sus miradas me fue imposible descubrir la chispita de rubor, sino de calor y contentura que me enloqueció. 133
Corrí a la casa, pasando veloz sobre el camino de ladrillos rojos y entre las flores, sin hacer caso de sus llamados. Ya ante la mesa del comedor me arranqué el cristal, llorando todavía. Abuelo se acercó, curioso, con el eterno tabaco entre sus dientes disparejos y la nube etílica alrededor. Le confesé entonces: ¡No quiero vivir más! Pues qué bobo eres, replicó él apoyado en su risa sin fondo. Mira desde hoy hacia atrás y también a los lados para que te vaya mejor por delante. Pero sus palabras no aliviaron mi furor por culpa del nudo en la garganta. Y trabé el tenedor entre mis dientes para evitar arrancarme los ojos, la causa del mal, horrible sentimiento que me acompañó a la cama esa noche. Y en la que tuve cuidado de guardar bajo la almohada el cristal, para entonces una muy delgada lámina que era cóncava todavía y con su poquito de azul. Allí lo hallaría hasta en el sueño con el que pudiera tenerlo bello como cada día. Y así seguir con él, sin manchas, ni siquiera empañado de lágrimas que dejan huellas. Entonces, la noche se acercó lenta y en la mirada sin el vidrio que hermoseara mi dormir apareció el camino de abuelo, mas lleno de piedras y de ausencias que de presencias y de curvas con huecos que carecían de fondo. Hasta que al día le empezó la luz difusa como de lluvia que jamás cae, la cual quise embellecer y para ello busqué el cristal. Debí tirar sábanas y almohadas, mantas y colchón... Pero no lo encontré, nunca más, lo que provocó mi más temprano y serio desgarrón. Y con desconsuelo miré a través de la ventana el camino de abuelo. ¡Qué sorpresa, pues llegó a mi corazón una increíble nota de alegría! Había diversidad de colores igual que de movimientos y de sentimientos, con risas y lágrimas, fragancia y hediondez de gente alta y gorda y fea y blanca y negra y bonita, lo que a la vez me hizo entristecer por el matiz de una nostalgia nueva que ya me empezaba a durar y que me empujaría a preguntar adónde se había ido aquel cristal con el que hoy quisiera mejorar este atardecer. Rodolfo Torres, cubano que vive y trabaja en Berlín, Alemania 134
ADRI DELFINI LA VOZ DE TUS OJOS
Imagen: Conrad Roset
Ahhh ese mediodía que escuché la voz de tus ojos, me sorprendiste. Era tan castaña y me la regalabas a mí, que nunca me habían regalado voces, envueltas con ecos de transparencia y ecos de otros vocablos ¿Dónde los habrás conseguido? -me preguntaba- la trajiste de tan lejos. Cuando te fui a buscar en el colectivo pensaba, si no me olvidaba de traerte alguna palabra, lo único que me faltaba era que no me reconocieras los silencios y me oxigené lindo…con ese paisaje de troncos uno al ladito de otro y otra vez uno al ladito del otro ufff cuanto fuelle se necesita para vivir fuera de la ciudad. En la ciudad se caminan todas las palabras, todos los verbos o se extienden las alas, hay que ver la vocación que tenga cada uno. Porque hay gente que no se anima a volar, eso se aprende de chiquito. Bueno…eso me decía la tía que leía a Nos tardamus, como también se aprende a cosechar piedras, gotas de rocío o alguna emoción, nunca se sabe cuándo van a llover recuerdos. ¿Quiénes pronostican el amor o los desacuerdos? ¿Se estudiará para eso? Si pronostican lluvia de amor voy a poner la palangana grande para juntar un poco y aunque sea poder mojarme la mirada… Adri Delfini- Buenos Aires- Argentina 135
J. JAVIER TERÁN DÍEZ LA MIRADA DEL AMOR
Imagen: Conrad Roset
Mirándome a los ojos con ilimitada ternura de amor, me dijiste que aquella noche querías ver las estrellas con mayor cercanía, que ascendiésemos por unas horas al punto más elevado de la ciudad. Porque desde allí las podríamos contemplar mejor y sentirías que te encontrabas más cerca de ellas. Pero, sobre todo porque, con ellas como testigo, querías hacerme una confidencia… Y recordé de pronto un pequeño cerro en los alrededores de la ciudad donde en el pasado solíamos acercarnos con cierta regularidad; porque desde aquella posición la ciudad se nos mostraba espectacular en toda su extensión, tendida sobre la llanura, serena y silenciosa a nuestros pies. Y hasta casi dominarla podíamos, con solo mirarla desde nuestra privilegiada situación allí arriba; si no fuera porque, bajando minutos después hasta cualquiera de sus calles, volveríamos a sentir que nos 136
engullía de manera imperceptible y pasábamos a formar parte inseparable de sus invisibles redes, necesitando todos y cada uno de los servicios que la ciudad nos proporciona para vivir el día a día. Sólo mirándola desde esta otra perspectiva, desde esta elevación del terreno, nos hacía encumbrarnos por momentos sobre ella y sentir que la dominábamos, ¿te acuerdas de ello, mujer? Por eso, adivino, te pareció acertada mi propuesta y la aplaudiste al instante sin ningún tipo de reparo. Situados aquella noche en la cumbre del cerro, con el cielo poblado de estrellas, cual a cual más resplandeciente, que titilaban incansables allá arriba. Y cobijándonos bajo su manto protector, se nos ocurrió pensar que nada podíamos temer y quisimos contar todas y cada de las estrellas que nuestra vista pudiera dominar. Pero bien pronto perdimos la cuenta, porque eran infinidad de ellas las que aquella noche poblaban el cielo sobre nosotros. Así que, en su lugar, tomados de la mano y con ellas brillando en lo alto, me prometiste amor eterno, al igual que yo a ti; como dos adolescentes que recién hubieran comenzado su relación “tocados” por las flechas de Cupido. Mas de pronto, sentimos que no estábamos solos en aquel altozano… Porque como testigo silencioso teníamos detrás de nosotros a la magistral escultura en piedra de Cristo Rey, nuestro querido y familiar “Cristo del Otero”, referente de la ciudad; que seguro sonrió ante nuestras confidencias allí en medio de la noche estrellada. Aunque tras volver nuestros ojos hacia él y cruzarse nuestras miradas, intuimos que sabría guardar nuestro secreto… ©J. Javier Terán-Palencia (España).
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ROLANDO LORIÉ LUMINOSIDAD Y OSCURIDAD
Imagen: Conrad Roset
Le conocí por casualidad en los últimos años de mi adolescencia, le llamaban “Profesor de profesores”, por su discurso locuaz y dominio de los temas, que exponía en las plazas públicas por donde deambulaba. A pesar de que en ocasiones era objeto de burlas al considerarlo algo chiflado, él no perdía su compostura, mantenía su coherencia. Lo escuché con suma atención en varias oportunidades, al igual que otros; atención que lograba por su magnetismo al hablar. De aspecto personal algo descuidado, se hacía acompañar por su perro negro “Nerón”, un maletín lleno de libros y el don de la palabra. No sabía de su procedencia, pero se me hizo familiar con el tiempo. Personaje noble de amplia cultura, su didáctica para ilustrar sobre lo que disertaba, era sorprendente, se deleitaba al filosofar sobre el desarrollo de la humanidad y la naturaleza; su temática predilecta. Citaba al respecto hechos trascendentales, fechas y lugares con precisión. Polemizaba con los presentes de forma cordial y agradable, siempre con el ánimo de educar, no de imponer sus criterios u opiniones. En cierta ocasión, se refirió a la luminosidad y oscuridad, en sentido figurado de la psique o mente humana. Aseguraba, que mientras más conocía el hombre de su oscuridad, más se iluminaba. La luz para él, era representada por lo consciente y la oscuridad como le llamaba, 138
correspondía al inconsciente, o sea a lo que no estaba iluminado por nuestra conciencia. -Esa oscuridad siempre está presente y no la podemos desterrar como algo deplorable e inservible, contiene lo positivo y lo negativo de cada uno de nosotros- reiteraba con total convencimiento. Resultaban fascinantes los misterios y complejidades que argumentaba con pasión sobre la estructura psíquica. Decía que el inconsciente tiene mucho más que ver con nuestro accionar y decidir diario de lo que suponemos. Así como que las funciones principales, tales como, pensar, sentir, percibir e intuir del ser humano, su fuente de desarrollo, se debía en gran medida al inconsciente y no solo a la mente consciente. Aquello resultaba un tanto complicado de comprender, pero él, con una paciencia admirable, no cesaba en su empeño de hacerse entender por los que les escuchábamos. Nos hablaba del inconsciente personal, como algo familiar, con el cual debíamos fraternizar si queríamos conocernos, pues según los estudios que él había realizado, el inconsciente, abarcaba el conocimiento acumulado que no se piensa en el momento, lo conocido y olvidado, lo percibido por nuestros sentidos no de manera consciente, también aquello que sin centrar nuestra atención en ello, de manera no voluntaria, sentimos, pensamos, recordamos, deseamos y hacemos, y por último, las cosas del futuro que se están conformando en nosotros mismo y en algún instante de nuestro existir se nos harían consciente. Apuntaba que… “cada ser humano al ser concebido, contaba en su inconsciente, con un patrón o molde, que le daría forma a su vida, contenía las características, capacidades, atributos y defectos que determinarían la senda de su vivir”. Recomendaba ejercitar la introspección como método para relacionarnos con nuestro inconsciente.Nos explicaba que la introspección es la capacidad reflexiva inmediata que posee la mente humana. Es como un mirar en el interior, la observación de uno mismo, o sea de la conciencia y los propios sentimientos. -El ser humano es el único ser viviente que posee la capacidad de mirarse a sí mismo- afirmaba con pasión. Agregaba que la introspección o auto observación, juega un papel fundamental en la formación de la identidad individual y el sentido del yo personal. 139
Recuerdo que detenía por momentos su exposición, ladeaba su cabeza en ademán de escuchar lo que debía decir, sonreía y continuaba su discurso. Fue sorprendente para mí, la información novedosa que ofreció sobre el psiquismo. Aquel día, hizo una introducción amplia al tema que prometió desarrollarlo en días posteriores, lo cual no se cumplió, pues como mismo apareció desapareció sin dejar rastro alguno. En aquel entonces su discurso me pareció mítico, algo salido del mundo fantástico, así como el personaje legendario que él representaba, pero allí estuvo, compartiendo sus conocimientos sin recibir nada a cambio, su gratificación fue nuestra atención. Después de tantos años, me asalta la duda de si fue una representación fugaz, que estaba oculta en mì, de forma no consciente. Pero les aseguro que despertó las inquietudes que con posterioridad, me guiaron en la selección de estudios superiores, por lo cual siempre le estaré agradecido. ¡Nunca olvidaré a este altruista intelectual! Hoy día, me lo imagino brindando el fruto de su saber, por lugares desconocidos, e iluminando mentes como digno “Profesor de profesores”.
Rolando Lorié,Miami,Florida- U.S.A.
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JUAN CARLOS VECCHI LA FRAZADA O LA MUERTE
Imagen: Conrad Roset
“La resignación es un suicidio cotidiano.” Honoré de Balzac (1799-1850) Escritor francés.
La mirada podría ser una de esas miradas que se pierden en cualquier historia, pero es Gabriela Flores la mujer sentada en uno de los bordes de la cama mirando la fotografía de su bisabuela materna. El genealógico hábito nocturno de los treinta centímetros hacia la derecha movieron sus ojos suaves hasta la blanca cabellera de su abuela; y luego un poco más hacia la derecha: en la dulce sonrisa de su madre solía encontrar el método capaz de mitigar su incondicional melancolía. La suya no colgaba en la pared del débito familiar; tampoco se estremeció al pensar que no faltaba mucho para ser un cuadro más. Dejó que la tristeza de su cuerpo se inclinara hacia atrás, hasta que espalda y cabeza sintieron la amorosa textura de la frazada, la frazada tejida por su abuela; estiró un brazo hacia un costado y se tapó con otra frazada, la frazada que había tejido su madre. Acuartelada en aquel tejemaneje congénito de ausencia, se preguntó por qué nunca había tejido una frazada ella misma. Fue entonces cuando colgó la risa muerta en el cielorraso al darse cuenta que siempre le había quedado más cómodo dejarse morir que aprender a tejer una frazada. © ® Juan Carlos Vecchi - Olavarría - Buenos Aires (Argentina). 141
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