Gealittera 24 mentiras

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GEALITTERA REVISTA DIGITAL Tierra de letras, tierra de otros; aquellos que se dan cita para escribir. Coeditada por Cecilia Ortiz (Argentina) y Carmen Membrilla Olea (España). Bajo la infinita ilusión de unir voces literarias pertenecientes a países y continentes distintos. revistagealittera2014@gmail.com IBSN: 14-08-2014-55

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INDICE

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EDITORIAL Carmen Membrilla Olea – Cecilia Ortiz

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POESÍA Alejandro Rivadeneyra Pasquel Fernando Sarría Mary Acosta Mercedes Eleine González Gloria Marecos Rodas Ivana Szac Socorro Carranco Cristina Sorrentino María José Menacho Castellano Patricia Corpas Gutiérrez María P. Comorera María Marta Liébana Adri Delfini Emilia Marcano Quijada Sergio Raúl Trentino Elisabet Cincotta Pedro Pablo Pérez Santiesteban Mariel Monente Tomás Sánchez Rubio Graciela Diana Pucci María Julia Druille Isabel Rezmo J. Javier Terán Díez Lya Naranjo Ribadeneira Isabel San José Mellado Alicia de León Epp Marianela Puebla Ethel Saavedra García Ana Maritza Aguirre de Schwarzl Inma Ferrero Alejandro Drewes Gladis Mereles Pereira Mavi Gómez Mirta Roncarolo Miryam Colombotto de Seia Robert Edward Gurney María Ester Chapp Lazara Nancy Díaz Frank Pererira Hennessey Daniel Montoly Aleqs Garrigóz

Soy Amnésica mentira Mentiras de la poesía La gran farsa Mentiras devastadoras Cuento terminado Una ventana abierta

¡Son tus mentiras ¡ Detrás de la puerta Solo mentiras Una mentira En el fondo… mi alma Y tanto Mal pensamiento Minuto y medio Mentiras Agonía de silencio Mientes Mentiras, solo mentiras Mentiras Era mentira Mentiras y esperanzas Mientes El sol y la marea Dulces mentiras Grotesco Tic-tac After Hours Era mentira tu amor Mentiras y verdades La consigna El Código Da Vinci La misma nave Ahora lo sé Canto fugaz La razón de la justicia Oda a la mentira 4

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Anamaría Mayol Carlos Negrón Teresa Noemí Gerez Álvaro Álvarez Rojas Isabel Pisani Eva García Madueño Laura Novoa Belkys Sorbellini Sandra Gudiño Estela Molinas Báez Sara Brussa Isablack Rose Mery Aguilera Medina Jorge Lacuadra Amelia Arellano Beatriz Liliana Eslimán Cynthia Rascovsky Marita Ragozza Mar de Fondo Julián Gómez de Maya Luci Garcés Araceli García Martín María Teresa Fandiño Nancy Haro Pontón Dana Laila Aymara Aruwiri Miriam R. Krüger Consuelo Jiménez Ana Aguirre

Mentira Mentira Acedia Mentiras, mentiras… ¡Puro cuento! El embuste Parpadeo Esto es mentira Arribar No miento En la mentira… Lluvia mentirosa Tóxica Las mentiras Testimonio de la desprotección En el reino de la mentira Creí Rosa negra Embustes Fabulación Mentiras Cómo será tu mañana Era astuto el caballero… ¿De qué nos hablas? Así es Submundo Farsa Anhelo Tanto abracé la inspiración…

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RELATO Milagro Haack Cecilia Ortiz Carmen Membrilla Olea Rodolfo Torres Maite Glaría Rosa Esther Moro Gloria Gayoso Remedios Pernas Ana María Manceda Rosa Lía Cuello Roxana Rosado Margarita Polo Viamontes Jorge e Rueda

Por encima del hombro En la casa Carta abierta a la Revista Digital Gealittera sobre el tema “Mentiras” La rebelde Truman Efecto mentira Mentime que me gusta “Carta a Federico Sotello” Biografía de una mentira Un amor inolvidable Una mujer llamada Mentira Vuelo 021 5

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Luisa Alejo Ana LucĂ­a Montoya RendĂłn

Amorosas crueldades Algo no identificado o nacido antes de nacer

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EDITORIAL

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En nuestro Nº 24 planteamos como tema las MENTIRAS. Nos ha gustado mucho una frase de Juan Carlos Onetti: “No en vano algunos han dicho que la literatura es mentir bien la verdad”. Durante este nuevo número pedimos engaños intencionados y conscientes. Pedimos simular y fingir, teniendo siempre en cuenta que las ficciones, aunque falsas no se consideran mentiras. Hay algo atractivo desde el punto de vista literario en la mentira porque la mentira es capaz de ocultar la realidad en forma total o parcial y esto es emocionante. Hay mentiras que duelen y mentiras que ponen en duda algunas verdades. Si nos lo proponemos quizá podríamos calcular el tamaño de una mentira. Hay mentiras útiles y las hay malignas. Algunas pueden hacer gracia y otras no. Mentiras verdaderas o verdades mentirosas. He aquí la cuestión. 8


Una mentira es una afirmación realizada por alguien que sabe que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de forma que se oculte la realidad en forma parcial o total. Una oración puede ser una mentira si el oyente piensa que es falsa o que oculta en parte la verdad. De acuerdo a la definición, una mentira puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de los logros del oyente. Mentir es decir una mentira. A las personas que dicen una mentira, especialmente a aquellas que las dicen frecuentemente, se las califica de mentirosas. Mentir implica un engaño intencionado y consciente. En Gealittera descubrirán mentiras que llevan dentro algo de verdad. Pero eso hay que descubrirlo. Sólo ocurre en nuestra Tierra de letras y algo más. Hemos instalado la mentira y ya no suena tan mal. Bravo gealitteranos, gealitterando mentiras con habilidad han hecho arte de verdad.

Carmen Mebrilla Olea y Cecilia Ortiz… gealitterando….

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POESÍA

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ALEJANDRO RIVADENEYRA PASQUEL SOY

Soy la suma de todas las pinturas ofrecidas a mis ojos, con sus colores fuertes de aguardiente destiñendo mi vida; soy la imagen de una pálida piel trashumando el olor con que duermo cuando ella me ama en contra de sus sueños; pero todo eso es mentira a medias si abro sus labios con mis labios. Soy un alón quebrado y atado a una rama un girón de sus cabellos -extasiadossu pupila que de tanto mírame me llama como decirme algo por el brillo de sus ojos, y sin embargo, son verdades piadosas. 11


Lo cierto es que la mentira me acompaña en cada gesto que oigo, en cada noche que muero; lo seguro, es haber perdido su amor sin condición cuando al despertar aún conservo su hiel su hielo en la garganta, como una verdad disfrazando a una mentira, como un licor domando una garganta. Soy el tiro al blanco de los desconfiados el teatro de los supuestos en boca de los amigos, cada quien es lo que hace, yo rehago lo deshecho y desecho los te quiero tequileros, cuando quiero, pero toda la vida es una mentira renovada y todos los besos que me dieron en el “cielo”, -pueden descontar tres de ellosy las líneas de su cuerpo retorcido cuando ya no había más por sentir, que un vocablo ciego que un desvanecerse después de tensar el aliento y mentirme un te quiero. Pero todas son mentiras verdaderas como lo serán las lluvias en mis ojos cuando muera, las voces secas como el coñac en las lenguas después de brindar con las hojas secas de mis versos.

Alejandro Rivadeneyra Pasquel – México

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FERNANDO SARRÍA

Todo el otoño me trae la humedad, siembra la arrogancia que me expulsa de ti. Algo de lo que la noche se olvidó quedó en tus ojos, en tus mensajes del Msn echándome de menos o en esas luces rojas que enciendes al amanecer cuando miro por la ventana y te siento muy lejos. Recordaré tu boca, anhelándome, persiguiendo en mi piel las mariposas, acechando en todos mis gemidos, el saberte la dueña cuando me silencias aunque estés entregada al deseo de otro. Hay pocas cafeterías abiertas a estas horas, tienen cierta tristeza en el sonido inequívoco de la parsimonia de la radio o en el ensordecedor bramido del calentador de la leche. Hace frío, me sabe bueno este café caliente, me hace pensar menos en lo que dejo e intento no encender el móvil para no recordar tu nombre, aunque tarde o temprano volverás a surgir detrás de la niebla preguntándome por todas las mentiras que te debo. Del poemario "Todas las mentiras que te debo" Fernando Sarría- Zaragoza- España 13


MARY ACOSTA AMNÉSICA MENTIRA

La mentira mentirosa miente sin memoria, atrapa con sus redes el desliz intrépido de flageladas debilidades. Es la cruel amalgama negra en la sintaxis amarga de la vida, y la espía exorcizada que penetra sin licencia en la muralla virginal de lo real. Alazanes embrujados arrebatan y duplican en ritual la garganta cotidiana la que vanidosa se desliza sobre la sensibilidad del aire. Danza la mentira en tango apretando infiernos absolutos como la muerte misma, tensada boca arriba en breve responso de cuerpo presente ante el funeral inminente del triste y controvertido tiempo. Acróbata desequilibrada de fórmulas mágicas llega a los confines de lo humano, inventando vacíos escondidos que alucinan en las amoratadas esquinas de la verdad sin formateos. La mentira mentirosa, miente sin memoria mintiendo en sí misma la pérdida de su propia mentira.

Mary Acosta- Buenos Aires- Argentina . 14


MERCEDES ELEINE GONZÁLEZ MENTIRAS DE LA POESIA

El poeta es un fingidor que se enmascara en la vida, detrás de todos los versos que va escribiendo a escondidas. Expresa sus sentimientos en la forma de escritura porque no tiene la fuerza de expresarlo sin mesura. De frente a todos diciendo “soy poeta sin censura”. El fingidor de la vida escribe con su pasión los temas que va viviendo cada instante de emoción, se refleja sin modestia y con gran ponderación no dice que es un poeta que busca la admiración sino todo lo contrario, busca conmiseración. Es lo que su ego anhela, aplauso y admiración. Porque, sepan, el poeta es un sabio fingidor. Mercedes Eleine González Cuba/Miami. U.S.A. 15


GLORIA MARECOS RODAS LA GRAN FARSA

En este gran drama humano y universal, mentir es profesión, simular es un arte, es talento inculto, necedad acomodada, frustración mimetizada o pantomima de oficio. Como sea… Es estrella en la tarima. Cada antifaz cobija un rostro timorato, mutilado por el filo de otras máscaras. Y cada día se repite la función. Y cada día el público aplaude de pie, de rodillas, de cabeza y a rastras. ¡¡Gran obra “La farsa de vivir”!! Gloria Marecos - Lambaré – Paraguay 16


IVANA SZAC MENTIRAS DEVASTADORAS

No hay pulmรณn que resista el doloroso filo del odio clavado en la espalda duelen las mentiras escondidas en los cajones en las paredes frente a nuestros ojos nos alejamos de los miserables de lo que disfrutan la maldad 17


II ÂżQuĂŠ hay de valioso en la mentira? Los hombres mienten como un juego cotidiano y cuando el mundo se les cae encima las ĂĄguilas devoran sus corazones las mentiras asfixian como sogas al cuello el dolor desordena la vida hasta la muerte.

Ivana Szac- Buenos Aires- Argentina

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SOCORRO CARRANCO CUENTO TERMINADO

Cuento el cuento todos los días. De veras no me pierdo no me rindo… Busco otra historia termino contando el mismo cuento. Sin embargo, cuento el cuento como el primer día. Cuando el cuento se torna silencio, se asoma el desvelo.

Socorro Carranco- Tuxtla Gutiérrez- México 19


MARÍA CRISTINA SORRENTINO UNA VENTANA ABIERTA

...Dejar quisiera / mi verso, como deja el capitán su espada… Antonio Machado

En el túnel oscuro de la vida ajenas ambiciones nos marcaron el camino, mil veces transitado en la penumbra gris de la falsía. El vidrio coloreado no despeja calidoscopio que encierra fruslería cristal brillante, vulgar bisutería y la niebla se torna más espesa. En esta confusión que me perturba lo cierto con lo falso se fusionan poetas que sus versos nos cuestionan me fuerzan a buscar lo que se oculta. Admiro el compromiso de la pluma y aquellos que denuncian las falencias poniendo en claro, ante la evidencia inundando de luz la oscura bruma.

María Cristina Sorrentino- Cdad. de Bs. As ARGENTINA 150 Poemas Homenaje a Antonio Machado, ArtGerust, Madrid, Esp. 2014. 20


MARÍA JOSÉ MENACHO CASTELLANO

Miente el espejo al gritarme que ya no sonrío, escondido en su brillo de luna impostada. No dice la verdad el macizo de tréboles que encuentro junto al sendero de piedras del parque. Engaña el canto de la tórtola solitaria, buscadora de grano en el desierto de una cuidad del sur. 21


Tampoco es creíble el aroma desapercibido del jazmín, que se asoma al muro de piedra de tu casa. Es ficción el verso del maldito poeta de sombra y abismo, o más bien sus pupilas oscuras se pierden en busca de una rima imposible. Sólo me queda escapar de la decepción, hija legítima del engaño, borde en el abismo del olvido.

María José Menacho Castellano-Sevilla- España

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PATRICIA CORPAS GUTIÉRREZ

No puedo seguir escuchando tu canción No puedo seguir acurrucada en el sillón No puedo seguir jugando a tu juego Ese juego que te has inventado en el que siempre llevas ventaja porque impones tus reglas. Ese juego que sólo tiene un ganador y el mismo perdedor. Ese juego en el que partes y repartes y rompes la baraja cuando no te gustan las cartas No puedo seguir viviendo en tu mentira creyendo que mi vida vale menos que la tuya. Acepta la verdad No mientas más Ni a mí Ni a ti 18.07.16 (Patricia Corpas Gutiérrez- Barcelona- España) 23


MARÍA P. COMORERA ¡SON TUS MENTIRAS ¡

Son tus mentiras lanzas que envías al aire, caen como flechas y dejan en el alma sabor amargo. Mentiras que van y vienen, y en tus ojos las leo, y por tu boca salen y se pasean, como si fuera natural, que así sea. Dime la verdad, no quiero mentiras son como agujas finas que entristecen, y se hunden un poco más cada día. Son tus mentiras dardos envenenados, mírame de frente y dime la verdad sin engaños, seré valiente, no habrá llantos. No creo que te gustara que lanzara mentiras como tú haces cada día, así que no seas mentiroso, o acabarás en el mundo hastiado y completamente solo María P. Comorera- Segur de Calafell- (Tarragona) España 24


MARÍA MARTA LIÉBANA DETRÁS DE LA PUERTA

Te acordás de tus mentiras? cuando amarme tú decías sin valer que te quería lastimaste mi autoestima. Te acordás de tu ironía? cuando con leve sonrisa despreciabas mis caricias dejándome malherida. Te llevaste en las maletas mi corazón destrozado lo dejaste en la caleta aún tibio, enamorado. Tú le negaste a mi vida sólo estuviera a tu lado que compartiera tu vida si sólo te había amado. 25


Lloré lágrimas de sangre mastiqué los sinsabores de la soledad errante que jugó con mis dolores. Arrastré por sendas calles mis pies descalzos, cansinos, buscando en la esquina hallase la respuesta a mi delirio. Me sentí en medio de nada disfrutaste mi desgracia juré levantarme libre y emprender de nuevo el viaje. La Vie sanó mis heridas me trajo grandes sorpresas me regaló un nuevo amor y me llenó de sapiencia. Ya no camino en las dudas ni tiemblo ante el desengaño ante el desprecio soy dura ¿mentiras? ya no me trago. Yo, volví a pisar la arena aquella que me negaste y tú detrás de la puerta mi nueva vida observaste. Mis luces te enceguecieron mi mirada te anuló mis letras te recordaron lo que el tiempo me quitó. No pudiste sacar pie tras la puerta te quedaste preguntándote porqué mi nombre te quedó grande. María Marta Liébana-Resistencia- Chaco, Argentina 26


ADRI DELFINI SOLO MENTIRAS

Corazones embusteros, a esos…embaucadores juegan con los sentimientos se creen grandes apostadores. Seducen probando su suerte la poesía es su amuleto calentando su argumento invitando al amor…a la muerte. Lo conquistado en la vida lo anuncian en marquesinas para exponerlo ante todos como trofeo de solos. Mejor perderlos que encontrarlos tontas las que nos enamoramos de corazones casquivanos laten desordenados… (pero…siempre hay un pero…) cada semilla que sembramos vuelve en este mismo plano. Adri Delfini- Buenos Aires- Argentina 27


EMILIA MARCANO QUIJADA UNA MENTIRA

Cada vez que la noche llegaba me rodeaban los insectos; trataba de apartarlos cuando se metían en mis oídos y me susurraban las mismas palabras que vaticinaron mi muerte. Cada vez que salía a la calle se desataba un estampida de alimañas que se echaban a dormir mientras yo me esforzaba en no cerrar los ojos. Nadie me vio en años, nadie creyó que estuviese viva, todos se aferraron a los titulares de prensa que dijeron una y otra vez que las sombras como yo, no perduran.

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Todo fue cierto, nada fue tan inevitable como las bocas llenas de cal y ceniza que nos arrodillaron la existencia. Todo pasó, nada será lo mismo que fue en aquellos días donde una mentira mil veces anunciada resultó ser una realidad que nos hizo escribir para sentirnos libres.

Emilia Marcano Quijada- Isla de Margarita- Venezuela

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SERGIO RAÚL TRENTINO EN EL FONDO… MI ALMA

En un universo despoblado de recuerdos, Se encuentra el antifaz de la mentira… Hay pasos que emprenden Caminos sin retorno, Que van hacia un rostro Que no es el mío… Oscuros recovecos que tiñen De presente y de pasado la vida… Sentimientos en mi alma Que no encuentran La palabra justa Para que se escuche mi voz… En el fondo hay una mirada permanente Que no se apaga nunca… Por más que la muerte Tire sus redes…

Sergio Raúl Trentino – San Carlos Centro – Santa Fe – Argentina 30


ELISABET CINCOTTA Y DE TANTO

Y de tanto ser sin saber quién era, se perdió en el ser de saber mentira. Y fue tal su creer que ya no pudo volver a ser ni quien fue ni quien era, sólo recordaba saber que era mentira.

Elisabet Cincotta Hudson-Argentina

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PEDRO PABLO PÉREZ SANTIESTEBAN MAL PENSAMIENTO

Si tienes el coraje de pensar... que no llegue hasta mí tu pensamiento, que choque en la muralla, que se diluya en el humo que provoca mi cigarro, que se enjaule en la voz de tu misterio. Pero sal de mi espacio que ha ido reduciendo el movimiento. Tú estás del otro lado de mis sueños donde el desvelo suturó las heridas, tú eres parte de un pasado que no debe visitar mi pensamiento. Pedro Pablo Pérez Santiesteban- Cuba/Miami- U.S.A. 32


MARIEL MONENTE MINUTO Y MEDIO

Te busco, me busco, bordes de pasión me acometen. pieles en crepúsculo me alivian. Me busco en los espacios donde soy azotada por iniquidades. me engaño, pongo mi máscara a la deriva. exhalo, donde soy parte de la sola bruma. Pertenezco a esta esfera de sal y cristales. salto al ritmo de tus pasos para yacer donde simulo conocer la ráfaga y la brisa 33


y dar a la libertad el nombre propio, la mayúscula teñida en sangre. Soy tu minuto y medio cuando no me ves ni soy vista cuando me esperas, cuando sueñas la vejez de ojos blancos. Soy tu minuto y medio en la distancia. soy tu página doblada en una esquina. soy tu yema recorriendo caracteres negros. Minuto y medio.

Mariel Monente- Buenos Aires- Argentina

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TOMÁS SÁNCHEZ RUBIO MENTIRAS

No se deshace el cielo en lágrimas aunque la nieve se haga húmeda hierba en abril.

No caen las estrellas sobre nuestras ingenuas cabezas, desamparadas como árboles de otoño, cuando el amor y otras cosas se acaban.

Así es la vida a veces. Refugio y paseos por el parque al atardecer; Silencios en compañía y paces figuradas con uno mismo.

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Movimientos torpes entre la opaca oscuridad de calles atestadas de personas sin rostro que no se tocan ni se reconocen, como si se tratara de especies distintas.

Así terminó todo.

Te miraba mientras dibujabas círculos de arena con tus pies descalzos, mientras tú hablabas de cosas que nunca sentiste.

Tomás Sánchez Rubio-Sevilla- España

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GRACIELA DIANA PUCCI AGONÍA DE SILENCIO

En este deambular de pájaro sin nido brota el silencio de miles de voces (callan dolor) gritan alegrías ficticias -escuchoguardo bajo mis alas -doloridas de tantos vuelospalabras sin verdades murmullos abortados gemidos sin amor demasiada mentira diseminada 37


me rebelo canto bajo la lluvia árida junto al muerto madero resucita su esencia llama

acudo hago nido en sus entrañas y agonizo el silencio

Mención especial- 3º Concurso de Poesía “Alfonsina Storni”, declarado de Interés Cultural por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación Argentina y organizado por la Biblioteca y Centro Cultural El Talar

Graciela Diana Pucci- Buenos Aires- Argentina

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MARÍA JULIA DRUILLE

"Y bien: las piedras fueron ya lanzadas/al mar. Las piedras, las palabras, los efímeros tesoros del espectro”. Raúl Gustavo Aguirre

Tango y te creí cuando con voz de farsante me hablaste de lugares ilusorios un cocodrilo disfrazado de lombriz el estampido seco de una piedra que estalla en la ventana 39


con ligereza de silbido te creí porque sabías bien articular palabras huecas el derrumbe tan temido hecho con la cal viva de la memoria mejor aún me consagré a esas notas en sordina, a ese rumor incierto porque sabías cómo humedecer una boca reseca con palabras robadas

María Julia Druille- Buenos Aires- Argentina

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ISABEL REZMO MIENTES

Mientes. Falsedad que viaja en una botella de anhelos y lagunas, la sencillez de un desafío. Sal que adolece en unos párpados comprimidos. Mientes. Exquisitez de nombres disfrazados, terrazas de flores niqueladas bajo el bozal de la certeza. No veo, no oigo, no tercio mi boca, no trazo dibujos en líneas separadas en fronteras sin esquinas. No hago nada que no sea cierto, que sea evidente. 41


Cuando mientes, lo sé, escucha... Mientes. Cuento diluido, ladrón de pretéritos en el tiempo, vanidad dormida y acomplejada. Mientes una vez más, siempre mientes, o será que las verdades como puños me pesan y las espadas atraviesan con descaro, cuando prefiero que me mientas y calles mi boca. Lo más vanidoso es hacerte creer que me mientes, cuando yo sé que me miento a mí misma, y dibujo un matiz de desencuentros en el umbral de tus palabras, junto a mis textos sin caligrafía.

(Extraído poemario EGO AMARE) Isabel Rezmo- Úbeda - España

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J. JAVIER TERÁN DÍEZ MENTIRAS, SÓLO MENTIRAS

Mientes cuando dices quererme, mujer; porque Expresas un no sé qué en tu mirada que Nubla cualquier intento de disimular que Tus caricias y tus cariños son verdaderos; Irritando el amor que mi corazón te Regala con absoluta generosidad, Arropado con grandes muestras de Sinceridad, que tu acoges con disimulo.

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Sorteamos juntos amaneceres tristes, Orillando la pena que nos afligía y Lamentando nuestro desamor y la Oscuridad que nos invadió de pronto.

Mantuvimos, sin embargo, un hilo de frágil Esperanza; porque en el pasado nos prometimos que Nunca un bache en nuestro amor, repercutiría Tanto en nuestros corazones que fuera capaz de Irisar el brillo de nuestras miradas. Mas tú, Rompiendo aquella promesa, te muestras ahora Arrogante y dices quererme todavía, aunque Suspiras porque otro amor llegue a tu vida y te libere de mí. Lo sé, porque tu mirada así me lo muestra cada día.

©J. Javier Terán Palencia (España).

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LYA NARANJO RIBADENEIRA MENTIRAS

Azota el viento mi pecho, su color de murciélago herido. Aún espina en la llaga, el dolor que no cicatriza. Ha pasado la vida borroneando mentiras en mi alma. Y yo misma mintiendo, prometiendo romper ese episodio quebrar el bobo círculo, salir por la tangente; pero absurda, mi loca geometría, siempre me trajo al mismo punto. !Pobre corazón! Ícaro vencido, rotas alas de cartón. Por fin he comprendido que la lumbre de un lucero solo es ilusión...

Lya Naranjo Ribadeneira- Quito- Ecuador

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ISABEL SAN JOSÉ MELLADO ERA MENTIRA

Observo en silencio, pienso en callado, promesas de amor que no han llegado. Maravilloso es el amor si crees que eres amada y qué doloroso entender, que de cariño, no hubo nada. Rudo se vuelve el corazón al saber que quiso a la nada. Duro es volver a la razón y ver cómo tu vida se apaga. Triste es comprender que lo has dado casi todo 46


por un hermoso querer, que no fue más que lodo. ¿Promesas? Eran mentira. ¿Caricias? Eran fingidas. ¿Besos? Tal vez obligados. ¿Miradas? De amor vacías. Observo en silencio, pienso en callado, que mi cariño fue sincero y con amor le fue dado.

Isabel San José Mellado - Madrid- España Derechos de autor

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ALICIA DE LEÓN EPP MENTIRAS Y ESPERANZAS

Apenas si aletea la palomita blanca al parecer perdida en un cielo iracundo las banderas se enjuagan en un liquido rojo las lágrimas florecen en los ojos del mundo y el aire huele a sangre y a mentira. Sobre endebles piernas camina la indigencia su barriguita hinchada de pan imaginado en la pantalla grande juega la indiferencia sorbe agua impura la sed del marginado y el aire huele a hambre y a mentira. Con sus maletas llenas de pérdidas y miedos huyen por arduas tierras las vidas refugiadas a sus espaldas cae en pedazos su mundo las lágrimas florecen en pupilas cansadas y el aire huele a injusticia y mentira. En un lugar muy cerca del corazón humano se abre paso y avanza, trémula la empatía el individualismo se va empequeñeciendo la noche de este mundo se va tornando en día y el aire huele, a equidad y esperanza… Alicia De León Epp Canadá/Uruguay 48


MARIANELA PUEBLA MIENTES

Mientes con la verdad al borde de tu boca. Maestro de la mentira. La vives como tu mundo de refugio, aferrado a ella. Cuando dijiste, “he cambiado”, trataste, no lo niego, pero el pasado se te escapa por entre los labios. ¿Cómo te atreves a pedirme que crea en ti, si ya la duda atormenta mi alma? Tantos besos, palabras y abrazos, ¿quién me asegura que fueron verdaderos? ¿Cómo puedo saber que no mientes? Dímelo tú, que lo has hecho parte de tu vida, has destrozado mi seguridad, el amor, mi fe, mi esperanza. Dímelo tú, si habrá remedio, pues mi mundo se ha empezado a derrumbar... Marianela Puebla. Chilena 49


ETHEL SAAVEDRA GARCÍA EL SOL Y LA MAREA

El recuerdo no es el de antes y las analogías endurecen la garganta. Los silencios debieron abundar y cubrir el contraste de respuestas sin vida. La ausencia de margaritas preñó sentimientos marchitos. A Cupido las saetas se le deslizaron por los dedos y no hay quien remiende los sayos, tampoco los corazones. El tren del olvido pasó y ahí se subieron las últimas esperanzas llevándose las lunas rosadas y sin sonrisas. Sobre el mar pompas de jabón, (se resistían a morir…) pero el frágil vuelo de una golondrina envuelta de palabras mortales, las deshizo en el aire cargado de dolores. ¡Qué distintos fueron los deseos! Deseos de eternidad ver sus deseos de nada, de mentiras y falacias inesperadas. La rueda del tiempo continua…cabalga en la rueda sentado a la vera del camino. A lo lejos el sol galopa en la marea; la marea sube, sube…

Ethel Saavedra García- Cali, Colombia.

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ANA MARITZA AGUIRRE DE SCHWARLZ DULCES MENTIRAS

Una leve mueca, un corazón que se arruga a las dulces mentiras, palabras de amor, caricias prestadas al tiempo, un rostro que se ilumina a momentos, miradas que se abrazan a la nada, lágrimas suspendidas en los ojos, frases sin sentido en este día en que se irá cuando la noche caiga de golpe y no retorne más su mirada a la mía. Ana Maritza Aguirre de Schwarzl- Perú/Alemania Copyright © derechos reservados 51


INMA FERRERO GROTESCO TIC-TAC

¡Me miente el reloj, me miente! Con su burlona faz, con su gesto sombrío. Se ríe de mi llanto, de mi ánimo perdido. Me tararea como cierta, la canción de su camino. Gritando en su grotesco tic-tac, que no vendrás, sin saber si has venido. ¡Me miente el reloj, me miente! Mirando mis ojos rendidos, que cuentan y recuentan horas, segundos de mi corazón herido. Poema: Grotesco tic-tac- Poemario Nocturno © 2011 Inma J. Ferrero Editorial: Seleer Nº de Asiento Registral 16/2011/2519 ISBN: 978 -- 84 -- 942060 -- 6 -- 1

Inma Ferrero- Madrid- España

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ALEJANDRO DREWES AFTER HOURS

Nunca olvides a esa pálida muchacha entre los andenes de una estación de provincia un amanecer en bancarrota. Pues todo fruto se alza y perece, y no es rosa nunca la rosa por mano. Así el fruto más oscuro del tiempo como un astro gravita en su hora y en torno la hierba de penumbra celeste lo envuelve de a poco. Nunca olvides el viaje, las palabras, el rodar del último tren que se aleja: él sabe bien que nada te llevará mucho más lejos. Alejandro Drewes- Buenos Aires- Argentina 53


GLADIS MERELES PEREIRA ERA MENTIRA TU AMOR

Te amé con el alma, no había días en que no lo hiciera, te adoraba noche y día, te entregaba todo mi sentir, todo mi querer, porque tú eres todo mi amor. ¿Y tú? Me amaste o fingiste, nunca desconfié de ti ni de tu amor, parecía verdadero, sentía que me amabas , me entregaste tu amor con vehemencia, ¡Pero vaya entrega! Eres un profesional de la mentira, me amaste fingiendo amor, me besaste fingiendo pasión. ¿Por qué estuviste a mi lado, si no me amabas? 54


¿Por qué dejaste que te amara, que te adorara así como lo estoy haciendo? Mira cómo estoy, mi mundo se desmoronó al descubrir tu mentira. Y ahora cómo digo sin ti, cómo vivir sin ti, de tanto amarte me olvidé de vivir mi vida, me abandoné a ti, a tus brazos, y ahora que sé la verdad, no se vivir sin ti. ¡Cuánto dolor se alojó en mi alma! cómo duelen las mentiras, yo te amaba, mientras tu corazón latía por otro querer, jamás imaginé sentir un dolor tan grande causado por esta mentira. Sé feliz, sigue tu rumbo mientras yo, hundida en el dolor, viviré llorando hasta sanar las heridas que han dejado huellas en todo mi ser tus mentiras.

Derechos Reservados. Gladis Mereles Pereira. Ciudad Franco- Paraguay La Eterna Soñadora. 01/08/2016.

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MAVI GÓMEZ

De azul pintaste las mentiras espesa tela de araña de vieja alcahueta que atrapa a sus víctimas enmascaras con vino y miel. De la ilusión del mártir se ceba ni moral ni ética existe en ese oscuro mundo de ciegos por el que te guías. No ablandes la esencia iluso, el que engendro lágrimas suspiro eterno fruto del dolor por tu veneno. Mavi Gómez. Madrid. España 56


MIRTA RONCAROLO MENTIRAS Y VERDADES

Las aves ladran Los perros graznan Las llanuras son celestes El cielo verde El bosque arena El desierto un millón De azules follajes Donde vuelan los peces Y nadan las aves Lo verdadero es La blanca luna Y fría como la nieve Al anochecer Y el sol un cálido astro Con cara de oro Y cabellera pelirroja Mirta Roncarlo- Buenos Aires- Argentina 57


MIRYAM COLOMBOTTO DE SEIA LA CONSIGNA

Imagen seleccionada por la autora

Puse los sentimientos como bandera. Nadie los hirió. Me cerré entre cuatro paredes protegidas. La realidad no me afectó. La vida pasó regalándome sus gracias. El dolor no me tocó. Se me hado conocer la fórmula de la paz. Los gobiernos me acosan pidiéndomela.

-Qué... ¿te asombras? ¿acaso no era la consigna decir mentiras?

Miryam Colombotto Seia -Gálvez- S. Fe. Rep. Argentina

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ROBERT EDWARD GURNEY EL CÓDIGO DA VINCI

A lo lejos sobre los acantilados por encima de la aldea de Horton algunas vacas ampliadas por la luz que engaña, comen hierba. En la playa de Port Eynon Bay bajo el bosque donde Dylan se sentó una vez mujeres hermosas en bikinis leen un libro que algunos dicen está repleto de mentiras. Rorbert Edward Gurney-Londres- Inglaterra “Horton es una aldea en "el patio", the back yard, de Dylan Thomas, la Península de Gower en Gales” 59


MARÍA ESTER CHAPP LA MISMA NAVE

nos ha nacido un monstruo en las cavernas de la ciudad manos incendiadas claman en las calles se lastiman se devoran se mienten recién comienza lo temido en amargos túneles ese monstruo viajar en la misma nave

sin reconocerse María Ester Chapp- Buenos Aires – Argentina 60


LAZARA NANCY DÍAZ AHORA LO SÉ

Ahora sé por qué te extraño ¿ por qué se pegan al asfalto mis zapatos de domingo, ¿ por qué esta loca mirada de antaño, recuesta sus pupilas en el aire? ... y no miente, cuando llora cuando tuerce el horizonte en cada esquina de su iris. ¿Por qué la prisa y el paraguas comulgan mientras se inclina la llovizna … y descansa en los párpados de la noche? Ahora sé por qué cruzan los dedos los creyentes y se persignan, cuando cae la lluvia para bendecir el suelo . Ahora sé de los extremos, …de donde se encienden los labios al roce de otros labios, donde se eclipsan los versos … y se detiene el tiempo Sé, lo que en mi falta y en ti sobra pero no me alargo, no me acorto solo extiendo mi mano para acariciar tu ausencia.

Lazara Nancy Díaz García- Cuba/ Nueva York- U.S.A. 61


FRANK PEREIRA HENNESSEY CANTO FUGAZ

El poeta es un fingidor. Finge tan completamente, que llega a fingir que es dolor, el dolor que de veras siente. FERNANDO PESSOA

He visto la brevedad infinita de mi canto, volverse agua por los corredores ocultos cuando aún comenzaba el misterio de la creación. He visto un mapa veloz en la mente de los pájaros. He visto cíclopes morder la noche como poetas incontenibles sin un verso. He visto... Frank Pereira Hennessey- Barranquilla- Colombia 62


DANIEL MONTOLY LA RAZÓN DE LA JUSTICIA

“Cuando escuches el trueno me recordarás Y tal vez pienses que amaba la tormenta...” -Ana Ajmátova-

Junto ladrillos y me siento a esperar por la caída de la noche. Mañana por fortuna viviré para guardar secretos del todo conocidos y con el sarcasmo de un sociópata, colecciono mentiras, heridas, gritos y promesas junto con los viejos ojos con que soñaste ver.

Daniel Montoly- Rep. Dominicana / Columbus-U.S.A. 63


ALEQS GARRIGÓZ ODA A LA MENTIRA

Amuleto, trozo duradero de cielos personales, agua de medusas eléctricas para el intrépido y generoso sedante para el que debe pronto morir, ¿cómo alabar con esta garganta pobre tus cristales que cortan a precisión, tus ojos creadores de paisajes, el vuelo de tus escarabajos azules sobre la mierda, la distancia de pronto derribada en una sola palabra, esos ríos de poder que se ensanchan a tu paso o el futuro del hombre ya pactado por algunos cuantos de tus conceptos? Todo es poco para lo que nos ofreces. Dado que el mundo es la suprema falacia de Dios. Y la tierra compacta, finalmente, se sostiene por la lava del Infierno. 64


Brillo de alguna oculta potencia que nos guiña desde su imperio superior, tu magia tuerce lo concreto y ya es menos intolerable. Eres el paraíso del lenguaje. ¡Eres la verdad! Retórica de Satán: voz segura y autoritaria de quien sabe que el juego de la vida, de cualquier modo, no vale la pena. Dame siempre tu contumacia doblando todo en dos, tu diadema de joyas –lujo milenario–, máscara del que no puede mirarse a sí mismo. Quémame en tu fuego por una eternidad. ¡Qué importa si la telaraña se ensancha sin fin y nos conduce sólo a la momificación; que la araña sea otra suerte de Dios: necia y petulante! Contigo el mundo es hermoso: un poco de retoque y maquillaje sobre la faz que nos devora grotescamente.

Aleqs Garrigóz- Guanajuato- México

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ANAMARÍA MAYOL MENTIRA

Solo la mentira sostiene la noche sobre tu piel

Anamaría Mayol- San Martín de los Andes- Argentina 66


CARLOS NEGRÓN MENTIRA

No comparte sus pérdidas es una cuestión de lealtad, lanza miradas miméticas... que nunca suelen llegar. Esperanza con ojeras sirena tras su mitad, sobrevive solo a medias... la verdad elige un disfraz. Tras su coraza quimérica, desaparece animal, hacia adentro o hacia afuera… da igual en donde cavar. Extraño a jornada completa de extrañeza a eternidad, ignora que sus poemas... no le pueden ocultar. Se desvanece y regresa, camaleónica realidad, autor de armadura abierta… ¡ reptil a tiempo parcial ! Carlos Negrón “Conato”.Isabela, Puerto Rico 67


TERESA NOEMÍ GEREZ ACEDIA

“No haber nacido es, por encima de cualquier otro, el mejor premio” Sófocles

Te escucho decirme: Una vez que eches raíces, solo entonces, te crecerán las alas Justo ahora que mi ángel andaba sobre ruedas y que al sumar dos más dos me daba cuatro descubro que mis ojos mienten los espejos mienten 68


Todas las bibliotecas del mundo mienten ¿Quién me explica esto de ser cielo y barro? ¿Quién tiene la fórmula correcta de la alquimia?

¡Mejor hubiera sido haber nacido ciegos haber nacido mudos sordos estériles sin pies mejor no haber nacido! Antes que ser solo una boca con sed

Teresa Mimí Gerez Buenos Aires- Argentina

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ÁLVARO ÁLVAREZ ROJAS MENTIRAS, MENTIRAS… ¡PURO CUENTO¡

¡ Escuchad al pastorcito ¡ Exigía la vieja oveja preocupada, debemos ser sumisas, los lobos feroces, no comen flores , ni vomitan mentiras de chocolates. Nuestro guía trabaja cada día por nuestro redil. / el pastorcito se divertía / Espejito, espejito, quién es la más linda…. Esa Blanca Nieves es la más fea de la comarca. Dulce era su hiel, respiraba mentiras vanidad, eterna juventud de reina quería tener. / solo la belleza… le atraía / El muñeco de madera quería ser humano. Y el hada su deseo cumplió, pero… Pinocho buscaba como el aire… libertad, En cada mentira….su nariz le creció. / el artesano Geppeto, solo quería ser su padre / 70


El astuto lobo a Caperucita engañó, y ella la casa de la abuela….le señaló. Su apetito con mentiras triunfó: para olerte y comerte mejor. La inocencia de niña rayaba en la necedad. / hasta de mentiras se atraganto ese lobito / Al marqués de Caravaz el Gato con botas tramó, y al hijo del molinero de riquezas colmó. Con inocente mentira, el ogro en ratón, el gato con botas …comió / las mentiras piadosas, por riquezas negras / Una oveja negra enamorada a sufrir, cantando decía: ¡ Quien no ha dicho una mentira por evitar un dolor ¡ ¡ Quien no se disfraza de cordero manso por vivir una pasión ¡ ¡ Quien no promete mil mentiras por conseguir el perdón ¡ ¡ Quien no confronta al mentiroso por descubrir la traición ¡ De tanto escuchar mentiras….ya no sé quién… soy yo, Quiero más a mis zapatos…y a ti por supuesto...mi AMOR.

Aloz- Villavicencio - Colombia -

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ISABEL PISANI EL EMBUSTE

La sierpe tentó a Eva y ella, infiel, al casto Adán. Olvidaron a sus hijos junto al druida y al pastor, que prendieron las estrellas a la duda… no al perdón. …Y los ojos cincelaron un espejo en la mirada. …Y aunque el alma llegó al labio rebosante de palabras, cruel el nervio en la mano avivó la puñalada. Siembra en campos de traición vuelve en carros de tormento y un periplo de mentiras con su innoble sufrimiento. Isabel Pisani-Buenos Aires- Argentina © Todos los derechos reservados 72


EVA GARCÍA MADUEÑO PARPADEO

Su mano en mi hombro, el abrazo cálido, la palabra de apoyo, la mirada tibia. Parpadeo La mirada huida, la promesa rota, la amistad perdida. Parpadeo La traición, la duda... la mentira. Eva García Madueño (Málaga) España 73


LAURA NOVOA ESTO ES MENTIRA

Todo es una mentira. Una mentira disfrazada de cielo. Es una mentira que asoma silenciosa a la ranura de un beso. La mentira también es la tarde desdibujando entre los árboles de la luz que danzan inocentes a la sombra del amor. El mundo es una mentira, una mentira ciega, desnuda y rota una mentira que duele hasta lo más profundo del azar, hasta lo más hondo de los cuerpos muriendo. La vida es mentira, sí, la más bella de todas, que se abre como un río naciendo. Desde su sueño a mis sueños. Mintiéndonos. Laura Novoa- San José- Costa Rica 74


BELKYS SORBELLINI ARRIBAR

Una rutina no deseada mató lentamente su alegría la pasión se desdibuja y espera agazapada. Bulle en su interior. ¿Cuándo? -se pregunta ¿Cuándo lograré cruzar la frontera del abismo? Cruzar la cerca, desbaratar la mentira, lograr la libertad. ¿Cuándo dejaré de creer en tus palabras? Arribar a la sorpresa y brillar. ¿Cuándo?- se pregunta.

Belkys Sorbellini- Santa Fe- Argentina

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SANDRA GUDIÑO NO MIENTO

La tristeza golpea con el puño cerrado esquirlas de dolor ensanchan el pecho. Un taladro el pulso contra los oídos: late late. Pájaro ciego clamo en lo alto: ¡cómo duele! es verdad no miento. Una lágrima deja constancia de mí después de haber huido. 76


Vago hasta la desnudez guarida segura cuando me siento asustada o sola. Te daré el honor de mirar tras los velos pregunto. Esta herida es el mejor manuscrito que he leído dice el ángel por encima de los anteojos: no se lo creo. Habrá otras (heridas). Sí otras antes de regresar al fondo del espejo.

Sandra Graciela Gudiño- Santa Fe- Argentina

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ESTELA MOLINAS BÁEZ EN LA MENTIRA…

En la mentira que trae tu mirada, juego al asombro de enamorada, y en la esperanza casi imaginada, en el firmamento fijo mi morada, allí donde tu piel refleja plateada, la luz de luna en noche estrellada. En la mentira de tu voz en melodía, mi espera irradia luz del mediodía, para unir tu alma siempre a la mía, y al escribir en tu piel tanta poesía, voy creando un mundo de fantasía, donde creo en tí, aún más cada día. 78


En la mentira de tu aroma tierno, me embriaga tu momento eterno, con abrigo de luz para mi invierno, y enredándome en deseo fraterno, llego al punto de que no discierno, si me remites al cielo, o al infierno. En la mentira de tu pasión salvaje, sin un destino emprendo mi viaje, libero hasta mi alma sin maquillaje, me cargo tus besos en mi equipaje, y con versos que saben tu lenguaje, la poesía de mi piel se viste de traje.

[03/08/2016] © Estela Molinas Báez-Juan León Mallorquín – Paraguay

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SARA BRUSSA LLUVIA MENTIROSA

Bailaré una danza misteriosa. Cansada mirando para arriba. Cansada esperando que caiga gota a gota tu lluvia turbulenta y mentirosa. Caerán las hojas de los árboles como tempranas calvicies y jirones de noche cubrirán los huecos de relámpagos. Bailaré una danza misteriosa. Fingiré la locura apasionada. Estiraré las manos huecas, prestas y nada . Las disciplinas de las horas seguirán caminando. Sara Brussa. Santa Fe- Argentina

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ISABLACK ROSE TÓXICA

No quiero la espesura de su atmósfera, el ocre dañino de las dudas que no puede contener; el pretexto, la infelicidad que se desborda de esos ojos… La tortura que elige para castigar. No entiendo el motivo de su renuncia, menos la razón que excusa dejando a otros seres el timón que debe maniobrar… Lamento el cúmulo de verdades que se crea, pasos que de apoco del laberinto no le dejarán escapar. Las cosas caen por su propio peso y, querida amiga, más valdría sanar y renovarte, que tus mentiras más pronto de lo que crees en soledad te pueden dejar. Isablack Rose- Texcoco de Mora- México 81


MERY AGUILERA MEDINA

Tus labios la más dulce mentira que diste de beber a mi corazón. Tus palabras la mentira melodiosa que a mis oídos cantabas Nunca me mentiste Mentí yo, queriéndome creer que no me mentías Sigo creyendo y amando mi mentira.

Mery Aguilera Medina- Maracay- Venezuela 82


JORGE LACUADRA LAS MENTIRAS

Podemos hablar de esos poderosos imperios, de sus vastas extensiones de cruel conquista y de increíbles errores en la geométrica hora del apogeo colérico de los antiguos hombres. Podemos referir también los reinos brutales, fundados sobre rocas basales o equilibristas. Su canto heroico sobre el filo de una espada, sus incestuosos crímenes frente a los dioses. Todo en nombre de la soberbia continuidad de un linaje azul o una estirpe de serpientes. Todo en nombre de las mentiras y la virtud, de los condenados a las inagotables galeras.

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Podemos demostrar también que, al pie de la escalinata hubo gritos, como en las graderías de la Plebe y en el pasto bacanal del Coliseo. Complejos senderos se han trazado, al revelar el hilo lúcido de la historia, el sueño de la pitonisa, el ruin augur, los insultos ardientes de los cónsules. Pero la sangre imperial ha quedado impresa, en las empuñaduras de oro de los pretorianos o en la bala mágica del Manlincher Carcano ese mediodía fatal en Dallas a las 12:30 p.m.

Jorge Lacuadra –Córdoba- Argentina- 2016

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AMELIA ARELLANO TESTIMONIO DE LA DESPROTECCIÓN

"Al río que todo lo arranca lo llaman violento, pero nadie llama violento al lecho que lo oprime." BERTOLT BRECHT

El ánima es un sedal roto. Va. Viene. Flota. Se hunde. En la balanza oscila la alienación y la cordura. Denuncia y testimonio de la desprotección. Olor a lavandina y desinfectante. No es suficiente. No. No lo es. Infección. Miasma. Streptococcus . Mercaderes de la salud. Enquistados. 85


Compro y vendo, quien da más. Los virus son crisálidas blancas. Asolan el meridiano izquierdo. Una anciana grita socorro. La soledad le responde, gota a gota. Gota a gota cae el suero fisiológico. Ley de Gravitación universal. Todo cae. La indiferencia es una pintura de naturaleza muerta. Las cucarachas se esconden en las cloacas. “Isla de los esclavos”. Arlequín. Buenos días. Como está. Rezo. Mantra. Todo gira. La tierra gira alrededor del sol. Inapelable .Fatal. Necesario. El ánima es un sedal que ha encontrado una tabla. Un madero. Un tirante. Una viga. Una cruz, Se aferra. Desesperadamente. Lagrima a lágrima. Jeringa a jeringa. Llanto a llanto. Risa a risa. Sangre a sangre. Sangre a sangre. Y falsedades. Mentiras. Falacias.

Amelia Arellano- San Luis- Argentina

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BEATRIZ LILIANA ESLIMĂ N EN EL REINO DE LA MENTIRA

La mentira es la sortija nupcial que nos entrega el primer dĂ­a nuestra conciencia hasta el juicio final. Un compromiso indisoluble que no podemos evitar. Miente quien afirma que no ha mentido, la sinceridad no trabaja tiempo completo. Mentimos a sabiendas. Mentimos con culpa o sin ella. Mentimos por cobardes. Mentimos por no aceptar la circunstancias de la realidad. 87


Nos bañamos en la mentira. En una guerra desigual. Mentira que no mentimos. Mentimos para ocultar. Mentimos en nuestro sano juicio. Nadie puede alegar impunidad. En ella piedad no existe aunque a veces se dice que se miente por una inexplicable bondad. La mentira siempre deja herida, ¡ Qué difícil de sanar la falsedad!

Beatriz Liliana Eslimán ©- Buenos Aires- Argentina- 2016 Derechos reservados de la autora.

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CYNTHIA RASCOVSKY CREÍ

Creí no estar muerta entre el aroma de las brazas. Creí no estar muerta en la ruta de los excrementos. Creí no estar muerta en el incendio de mis huesos. Creí no estar muerta y soy simplemente el espectro de mi propia, mentira.

Cynthia Rascovsky- Buenos Aires- Argentina 89


MARITA RAGOZZA ROSA NEGRA

¿No es la mentira aquella rama molesta la moneda que no se encuentra un caracol babeando en el muro un trozo de ladrillo en el zapato un poco de basura una canilla que no termina de gotear agujas que chirrían un crepúsculo roto?

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Y corto la rama busco la moneda aplasto al caracol retiro el ladrillo tapo con mi mano la canilla barro la basura... Inútil. Un cerco de púas se enreda en mi pelo araña falacia larva y descubro que una flor también puede mentir con el descaro del pétalo. ........................................................................................................................ Grávida de malicia la mentira da a luz una rosa negra.

Marita Ragozza de Mandrini- Pehuajó – Argentina

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MAR DE FONDO EMBUSTES

Escribo con el alma entre los dedos acerca de mentiras y verdades, afirmando que siempre fui, aún cuando no éramos nada y venías a buscarme. Intento sacar algo grato de tus engañosas intenciones, cierta añoranza sin querer. Después de tu estribillo, repetido tantas veces —«tú y yo no hemos sido nunca nada»—, te doy la razón como a los inútiles, porque así me viste y me niegas, pero lo cierto es que los tramposos se saben diestros en carcomer cualquier franqueza… y yo soy auténtica; tú, un amasijo de embustes. Mar de Fondo (Mar García Treviño). Murcia, España. 92


JULIÁN GÓMEZ DE MAYA FABULACIÓN

Muros, tapiales arriba para una pintada incierta entre el ojo en torno alerta y otra duda rediviva por la mano del escriba… Toda luz siempre irredenta, quizá un mal aire desmienta su envés o el almagre ajuste la voz con cualquier embuste…: ¿no es la intención lo que cuenta? Julián Gómez de Maya. Cehegín, España. 93


LUCI GARCÉS MENTIRAS

No matemos los sueños locos, no asesinemos el canto del amor entre las serpientes que buscan el calor del nido del encanto. ¡Ay, compañero! Es tan largo el camino, tan lento mi caminar, que jamás podré encontrarte. Cargo mis deseos como losas en la mochila sin fondo de mis desatinos. Tú y yo paralelos. El azogue refleja nuestras imágenes. Cada uno a un lado, frente a frente en el espejo que nos mata. ¿Te he dicho que te amaba? ¡Cuántas veces miento!

VERSUS SILICE. Luci Garcés.La Coruña- España 94


ARACELI GARCÍA MARTÍN CÓMO SERÁ TU MAÑANA

No decir mentiras. Procuremos no mentir. Sé que a veces mentimos en un ir y venir. Ya por costumbre de acostumbrados cuentos para dormir o para no dormir. Cuantos veces los cuerpos agrupados con el cuento, del cuento, para no quedar helados. Pero otras, aunque solo por momentos para sobrevivir, apagamos lumbre. evitamos guerras, aclaramos tormentos y aunque parezca mentira, aplacamos la sed al sediento. Cuando me confesé por primera vez el párroco me dijo: Tus mentiras mujer son de pan y chocolate. Reza solo un padre nuestro y márchate a la calle. 95


Mi madre trabajaba en un hospital hacía milagros... salvando vidas. curaba a todos y todos la querían. esto era una gran verdad. algunas veces volvía con los ojos húmedos y forzada la sonrisa a mi padre le decía. "Hoy le hemos perdido" Y yo pensaba: Cómo ayudar a encontrarle. para quitarle esa cara de pena a mi madre. Me costó un tiempo arrancar algunas mentiras, que se escondían adiposas en los rincones de mi cuerpo. Algunas veces las sentía como rosas y otras aguas de San Antonio. A veces, se subían al escenario solas. y plantaban flores en los moño. Ahora todo aquello pasó Gracias a un gran sastre que me ayudó No sé, si aún él dirá la verdad...O si anda desnudo. Pues dice que sus telas son tan puras...que sólo las pueden ver, los limpios de mentira...Los puros. Ahora tengo un vestido hecho con el material de la verdad. A veces, tan ligeras son sus telas que solo veo mi piel. Y salgo con ramos de flores, de todos los colores pintados los labios rojos y mis uñas para adornar un poco. Me pongo algún escudo, para cubrirme del sol y no dañarme. Y cuidar de no hacerle daño a nadie. No recuerdo tomar un secador para las lluvias torrenciales. Ni tampoco se de llevar una burbuja, para los mosquitos, y demás bichos que no nos dañen. Ni la contaminación, ni el dolor nos perjudiquen. Ni las injusticias, ni los desprecios, que mal nos causen. Tomamos un manto de dulzura y color, Nada de pastillas no medicinas, para el mal de corazón. 96


Porque deseamos ser felices siempre siempre. Queremos la paz del mundo...Por lo menos así decimos. El amor junto a mí. Para ti, para todos. Por esto siempre mientras pueda. y si me dejan. ¡Buscaré verdades para darte! Buscaré los diccionarios, en la calle, en las criptas, escudriñaré a los mitos, estudiaré a los filósofos griegos, revolveré el desván para traerte siempre la verdad. Buscaré verdades en mi alma y te entregaré poesía. Volaré con mis palabras hasta en los rincones de las cuevas y bucearé hasta el fondo del corazón cada día. Aquí delante las desmenuzaré todas, todas una a una para hacer un futuro que se haga presente. Para el mundo entero que sean verdades frescas que nos den de beber a toda la gente. y que la tierra se relaje. Lo precisa. Ahora termina el día. Me mantengo callada Y con un ojo abierto, miro hacía la bola de crista frágil y azul. Y con el otro cerrado, sueño un futuro que guarde de ella, con un brillante tul, y un arpa que relaje las estrellas. Para poder despertar mañana limpios de todo mal, con ganas de amar. Y disfrutar de la verdad.

Araceli García Martín-Granada- España.

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MARÍA TERESA FANDIÑO ERA ASTUTO EL CABALLERO

Me quisiste, no lo dudo muchos años y con pasión. Después no… El motivo tú lo sabes, pero yo no. Me envidiaste, mentiste, me heriste con maldad. Mi recelo provocó sufrimiento ¡y tanto, tanto dolor! que mi corazón dejó de ser tuyo en el momento que desconfió Mentiroso empedernido mi ilusión por ti se evaporó. No me busques más, corazón no me creo tus mentiras ni escucho tus cantos de amor. En mi alma, la pobreza. En mi vida, la desilusión. Dignidad es mi compañera Y si te acercas sin permiso no mostraré tan siquiera ni un retazo de perdón. 98


¡Sólo quedan sentimientos de amargura y desazón! y, clavados como púas, un recuerdo nostálgico de juventud Y el sabor amargo del fracaso. ¡Brindemos!, una copa por nuestro amor que un día fue valiente y confiado… La cobardía se lo llevó.

María Teresa Fandiño Pérez-La Coruña, España.

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NANCY HARO PONTÓN ¿DE QUÉ NOS HABLAN?

Tras las promesas del olimpo y sus dominios imperiales tras la codicia rampante y los demonios desatados tras holocaustos planetarios y los soles eclipsados tras esclavismos arrogantes y las jaurías desalmadas tras las bárbaras hogueras y los campos arrasados tras la hecatombe y los escombros y el desafío de la nada aún pretenden… tapar el sol con un dedo e imponernos sus modelos … ¡Vaya descaro! Que tome la palabra la historia de la inhumanidad horrenda ella sabe: 100


¡El devenir humano está anegado en lágrimas! ¡Milenios de desangre y culturas pisoteadas voracidad insaciable y flores arrasadas quimérica justicia y sabotaje a las verdades! Y ahora, la engañosa maldad es juez y parte. ¡Qué ignominia! ¡Qué soberbia y audacia! ¡Qué descaro! Porque incomoda y duele hay que dorar la píldora hay que quitar el dedo de la llaga… Y que sigan las voces silenciadas las antorchas apagadas los pies encadenados… ¡Qué arrogancia y audacia! ¡Qué descaro!...

Nancy Haro Pontón – Ecuador

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DANA LAILA ASÍ ES

La mentira es perpleja como el amor. Hay mentiras buenas y malas; no esperes nada de ella. Es una doble cara. Hay mentiras que te pueden hacer feliz y otras que no. Tú ni nadie podrá salvarse de ella. Ya que es tu aliada y a la vez tu enemiga. Todos alguna vez hemos mentido, Para bien o para mal. Así es. Dana Laila-México 10 AÑOS Página Facebook: El Mundo de Dana 102


AYMARA ARUWIRI SUBMUNDO

Deja perderme por un momento y ya no hacerlo nunca más. Deja que me vaya a navegar profundidades oscuras de otro mundo y nada más. Deja perderme por una historia, vacía, sin sentido, sin amor, desaforada. No quiero estar en este presente dónde mi corazón duele, grita, llora tanto. Y nada lo puede consolar. 103


Deja perderme en la euforia de un paraíso imaginario. Dónde todo es perfecto y la mentira no tiene nombre. Deja perderme en el delirio de lealtades eternas. Dónde existe el amor ideal y nadie traiciona su palabra. Deja perderme en los pantanos del olvido en las tinieblas de los días en el infinito purgatorio de las noches. Déjame allí extasiada alucinante abatida Deja perderme, deja olvidarme. Pues ya nada de mí queda en ti. Y eso mi corazón no lo quiere razonar. Deja perderme Por un momento o no sé por cuanto tiempo Para luego encontrarme… o quizás quedarme ahí enloquecida.

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No sé si tú… quieras esperarme.

Aymara Aruwiri- Cd. De México Página Facebook: El corazón en la barbarie

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MIRIAM R. KRÜGER FARSA

Me hacen falta tus dulces mentiras que me alegran la vida. Me hacen falta tus falsas caricias que mi piel excita. Me hacen falta tus engañadores besos que mi sed calma. Tu amor embustero me hace falta aunque nuestro amor solo sea una bella y encantadora farsa.

Miriam R. Krüger- Perú/ Luxemburgo

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CONSUELO JIMÉNEZ ANHELO

Créeme que la mentira no es mi condena, que aguardo alfileres flechados dispuestos a destripar la duda en los cabellos de un suspiro. Créeme que te miento sin quererte mentir, que la verdad cabe en el parpadeo de un verso abrazado al hueco de la melancolía. Créeme que converso con amarillos luceros, mascullando silencio entre vuelos. ¡ Ah! Créeme si te digo que no es disfraz el deseo un te quiero.

Consuelo Jiménez – Barcelona- España 107


ANA AGUIRRE TANTO ABUSÉ DE MI INSPIRACIÓN…

Tanto abusé de mi inspiración, de esa inspiración que me daba el pensarte , y no conseguir ni siquiera inquietarte, tanto abusé que se acabó , simple y sencillamente acabó. Me canse de estar, y de soportar mi paciencia, me canse de pelear, de luchar contra los fantasmas, de tu cosas que no quieres olvidar, de tenerte tan cerca y tan lejos a la vez, de luchar contra ese sentimiento que nunca te importó. Dicen que el tiempo cura las heridas, y fue el precisamente el tiempo, quien me dijo; ya basta!!! .. Basta de tanta espera y sufrimiento, Me cansé de estar ahí, siempre al pie de tu sombra, 108


y solo conseguí una dosis de nada, suena lógico, si alguien no te importa, no sientes nada, y ni así, encontré razón suficiente para olvidarte. Me cansé de mí misma, de ser la idiota que esperaba, una hora, un día, una tarde que como limosna te pedía, pero tú, siempre nada. Tal vez no te diste cuenta yo estuve ahí, para ti, a tu alcance como siempre lo he estado, esperando que me abrieras tus puertas que a diferencia de otras, para mí siempre estuvieron cerradas. Me cansé de soportar que tu corazón y tu tiempo puedan tenerlo otras, menos yo, y que tú te aferres a la esencia de esas otras, brindándoles tu tiempo, amor y caricias. Qué culpa tengo yo de haber sentido eso que sentí por ti, de que me pagues con mentiras sólo por quererte bien?.. Me cansé de vivir improvisando una vida para ti, de querer moldear mi vida justo a tu medida y, resultó ser todo en vano, porque los fantasmas (más bien son bien reales), de tu pasado siempre vivirán en tu recuerdo; me cansé de ti y de mí, de tus otras. Mi corazón está ahora clausurado, habiendo tantas otras oportunidades; pero yo, tengo tu imagen tatuado en mi mente, aunque sé que estés embriagado por aguas que ya corrieron por ti, y quizás, corren aún y sabiendo que te gusta. Me esforcé demasiado y ahora haré un último esfuerzo, un supremo esfuerzo para salir de tu cárcel. Para tí, nunca valió la pena ni valdrá, mi sentimiento fue grande y puro, como nadie lo sintió por ti pero eso nunca lo entenderás, solo lo entiende quien quiere de verdad. y esto es para tí porque así lo sentí, así me los dictó mi malogrado corazón y con ello, abusé de mi inspiración. Veré mañana, qué excusa invento al corazón, para dejar de pensar definitivamente en ti, para ver si de una vez por todas entiende, una razón convincente para olvidarme de ti Me cansé de sentirme la persona menos importante de tu vida, 109


me cansé de no verte, de esperar un espacio, me cansé de no tenerte, me cansé de buscar sin encontrar el momento de dedicarme a ti, me cansé de ver cómo ignoras mis sentimientos sin darle valor. No tengo otro camino, no me dejaste salida, por lo menos un atajo, sé que te di todo, me alejaré, y no sé si te importe, si alguna vez sentiste algo, si tendrás algún remordimiento, o si es que simplemente, te darás cuenta que por mí no había ningún sentimiento. Me cansé de ser la que hacía el mejor esfuerzo para recibir, unas migajas de palabras vacías como una limosna. Me cansé de todas tus mentiras, que las creí como tus verdades, me cansé de no importarte; me cansé de esperar y de esperarte...

© Ana Aguirre Núñez-Pedro Juan Caballero – Paraguay

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RELATO

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MILAGRO HAACK POR ENCIMA DEL HOMBRO

"Morir Es un arte, como cualquier otra cosa. Yo lo hago excepcionalmente bien" Sylvia Plath

Abrazó una moneda, la lanzo al aire, la dejó en mi mano mirándome a los ojos. Es tu turno, dijo riendo, aquel personaje en atrevida visita. Sentí un escalofrío, escuchando el canto repetitivo del cristofué con una leve distancia entre nosotros, le espanté con este último vistazo del día. 112


Era la primera vez que la sentía sola en muchos años dándole aliento cuando estoy ojeando del ilusorio espejo, esa, no espera. Afuera, un reflejo se disipaba en la compuerta de la carroza, con un color muy gris en la piel. La vestimenta era diferente a mi gusto, y sin zapatos. Otra mujer, auténticamente distinta a lo que soy: una mujer de edad, pero libre. Después de mucho tiempo, pensé, si había algo distinto en esta mudanza. Me pregunté a quién encontraría. Sabía una sola cosa, que me habían encontrado de nuevo y ésta vez ni con un collar de oraciones escaparía. Dejé de andar por los rincones de la casa, ya no había una razón de peso para no dejar todo como estaba, mientras el canto seguía afuera y dentro del fingido espejo. Ya estaba en otro día. Les confirmé a todos de irme a vivir al cementerio sin haber envejecido lo suficiente. Recelosa, no dejé de mirar a la otra mujer -con su doblez espejo- por encima del hombro.

Milagro Haack- Valencia- Venezuela Del Libro Carta de pasar en silencio.

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CECILIA ORTIZ EN LA CASA

Me acuerdo bien de esas noches. La abuela me llamaba desde su cuarto. -¡Amalia! Corría por la escalera, llegaba hasta el costado de la cama corriendo, dejándome caer en el borde. Ella se mecía como un niño. Se le achinaban los ojos mientras la sonrisa abría un surco en su cara. -¡Contámelo otra vez- La voz de la abuela me acariciaba. Yo le contaba que el nombre de mi novio era Domingo, como el abuelo; que iba a ser ingeniero, como el abuelo; que vivía solo, en una pensión; que fumaba habanos, como el abuelo; que se quería casar en septiembre. La abuela me daba la mano. -Decime que día. -El veintiuno. -¡Qué lindo! Me gusta que sea como tu nono. Mis palabras seguían con la historia. Los suspiros de las dos jugaban al sube y baja. -Parece que va a llover- interrumpía la abuela. No hablábamos más. A su lado el sueño llegaba en silencio. Cada noche igual a la anterior y a la siguiente. 114


Alguna vez la lluvia distraía los secretos del jardín; nos dormíamos contentas. Cuando la abuela murió no corrí más por la escalera. Me quedé abajo, puse la cama cerca de la chimenea. Duermo del lado de la ventana grande, así, cada tanto, la luna silenciosa me cubre con su luz triste. La casa se estremece con las tormentas; la construyó el abuelo cuando llegó de Italia. Mientras los relámpagos corren por el cielo y los truenos me asustan, huelo un pañuelo perfumado. Imagino que la abuela me acuna. Los gatos del vecindario caminan por la medianera, miran con recelo la ventana. Siempre los veo pasar. Desde que se fue el abuelo todo se va. Mi mamá, mi hermana, la hermana de mi mamá. Nadie se queda. Sólo yo y la mentira, dueña del cuarto vacío; me llama cada noche para que mienta otra vez.

Cecilia Ortiz- Olivos- Buenos Aires- Argentina

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CARMEN MEMBRILLA OLEA

No sentía rubor. Siempre descubría mentiras nuevas. Salía a buscarlas cada día. Podía encontrarlas arrojadas en las calles vacías o colgando de los puentes enormes. Entonces las hacía suyas ya para siempre y las alojaba detrás de sus párpados. Era una especie de poder abstracto del que jamás hubiera querido deshacerse. Mentía siempre, cada día; alterando el significado de las palabras. Mentía sobre el color del mar, sobre la dimensión de las rocas, sobre los tonos oscuros de la noche. Arrojaba la verdad por las ventanas y acariciaba mentiras tibias, que después pronunciaba al oído de las mujeres que amaba. Esto lo hacía feliz. Engañar...engañadas...falsedad en las entrañas. Cuando a ella le dijo por primera vez Te quiero; sintió una especie de vértigo, una punzada en el estómago, una náusea interior. Era la verdad. Cuando ella contestó Yo también; quiso morir. Supo de inmediato que lo estaba engañando

Carmen Membrilla Olea. Guadix. Granada. España 116


RODOLFO TORRES CARTA ABIERTA A LA REVISTA DIGITAL GEALITTERA SOBRE “MENTIRAS”

Estimadas Carmen y Cecilia, creo que me veré imposibilitado de participar como quisiera en vuestra publicación, este mes. Es que me he detenido a analizar mi vida hasta la fecha que transcurre para entrar de lleno en el tema “Mentiras”, correspondiente a la edición número 24, de Gealittera, y para mi alegría o desconcierto acabo de descubrir que soy una inocente criatura que jamás ha expresado un solito embuste. Esto es muy cierto: ¡Nunca dije una engañifa sola! Por eso, no tengo idea sobre qué pudiera escribir acerca de los subterfugios, las tretas, los fingimientos, las simulaciones, las falacias, los chismes, las patrañas... Vaya, que me falta lo que sobra a otros, esto es la experiencia necesaria. Aunque confieso que se me han ocurrido varias ideas pero serían todas poco creíbles si llegara a desarrollarlas dada mi incapacidad para adulterar ni siquiera mi juvenil edad, por ejemplo, como hacen otros y sobre todo otras. Recuerdo que una de mis muchas y buenas amigas me echó en cara, así de sopetón, que no existen las mentiras pequeñas. Es que yo había otorgado diferentes pesos, tamaños y hasta colores a las falsedades. ¡Las mentiras 117


son solo eso, mentiras y nada más que mentiras!, afirmó ella con énfasis. Pero yo, insistiéndole que la amaba con toda mi alma, indicaba a la vez tener la mejor clasificación de los fraudes de acuerdo a sus valores de uso. No es lo mismo utilizarlos para ganar algo de mérito, que por la simple necesidad de expulsarlos al aire como pudiera hacerse con cualquiera otra cosa nauseabunda y sin valor. Por eso y con más razón le reafirmé aquella vez mi amor a ella pues el papá era de los que amasaba una considerable fortuna y ella era su hija única y como yo soy el más honrado de los hombres tenía pues un elevado porcentaje destinado a ganarme su corazón. “Para achicharrarlo”, aclararon mis enemigos. Y yo, como es lógico, refuté tan espantosa acusación sin dejar de comprender que como no se me da bien mentir iba a costarme convencerla de que se lo arrancara para dármelo. Tampoco disponía de una buena sartén y ni siquiera de la grasa adecuada. Sí, porque para qué ella iba a entregarme su miocardio palpitante si no era para que yo me lo merendara. Esto me ha llevado a razonar que el amor es una mezcla de sadomasoquismo y canibalismo. Y aquí sí que no hay invención posible pues nos comemos unos a otros en el mejor sentido de la palabra, que eso es el amor verdadero: entrega ciega de una parte y las más de las veces un burujón de argucias de la otra. En fin, que aquella amable oportunidad amoroso-financiera desapareció de mi horizonte por mi propia culpa al no haber echado mano de una buena mentira o más correctamente dicho del más sólido de los argumentos. Y aclaro que tengo el mejor de todos, aun cuando me pese porque insisto en que soy un hombre la mar de sincero: las mentiras y los mentirosos no solo son imposibles de evitar sino que resultan necesarios y hasta valiosos. Veamos esto. No puede hablarse de un abajo si no hay un arriba, tampoco es posible determinar la posición de la derecha si no existe la izquierda, como mismo está la tristeza cuando falta la alegría y viceversa o el calor con respecto al frío, lo dulce y lo salado, el amor y el odio... Estos contrapuestos conciertan la dualidad de la que habla el yin y el yan, en la milenaria filosofía taoísta china. De modo que la sinceridad y la falsedad se oponen pero coexisten. No hay una sin la otra. Y reconocemos a cualquiera de las dos por la existencia de la que está enfrente. Por todo lo anterior, somos…, perdón, son tan importantes los mentirosos; más incluso que los otros, porque gracias a ellos la vida brilla 118


en todo su esplendor. Puede y es casi seguro que sea un efímero fulgor, un auténtico fuego de artificio que se va en nada, pero lo cierto es que la verdad monda y lironda carece las más de las veces de ese fuego que distingue la aventura de la inseguridad que brinda un engaño absolutamente honesto y formal por lo inteligentemente urdido. Me atrevo incluso a decir que los mentirosos pudieran expresarse así: ¡Qué grite el primer insulto quien esté limpio de falsedades! Y bueno, queridas amigas, es por todo eso que no participaré como quisiera en la edición número 24, de Gealittera, dedicada a la mentira. No acabo de dar con una que sea lo más sincera posible para que me crean.

Rodolfo Torres, cubano que vive y trabaja en Berlín, Alemania.

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MAITE GLARÍA LA REBELDE

Sus minutos estaban contados. Al enfrentarse al poder lo sabía. No habría perdón. Pero ya eran demasiadas mentiras por demasiados años. Como un volcán cuya lava se retuerce por los caminos quemando y arrasando con todo, había sido aquella sucesión de atropellos, insultos y malas palabras que las fuerzas del poder usaron contra ella cuando dio su discurso. A pesar de las pocas palabras y la intensidad y rapidez con la que habló, casi no la dejaron terminar. La sacaron a rastras, agarrada por el pelo largo y suave, a patadas. Lo había visto venir. Tanto tiempo preparando aquel discurso breve, coherente, sencillo, sincero. La verdad debía de ser dicha a cualquier costo y el costo era su vida. Lo sabía y le importaba. Nunca más vería el sol, el mar de siglos que se adentra en la bahía salpicando los arrecifes con su espuma blanca. 120


Nunca más a Sandro, su pecho amplio, su sonrisa tenue, su mirada augusta. La gente gritaba, aturdida, extrañada. Un signo de interrogación, gigante, flotaba denso. Se detuvieron. Una mano húmeda le apretó la garganta, perdía el aire. Un puño chocó contra su ojo izquierdo y rebotó con sangre. Le hubiera gustado alguna vez parir. Dolor y desgarramiento. Un buen precio por tal sueño. Pero nunca parió. No tuvo tiempo. Dedicada desde siempre a preparar el discurso revelador. Tenía que ser breve, coherente, sencillo, sincero. Había que decir la verdad y ella tendría que hacerlo. Serían muy pocas las palabras. No habría tiempo para más. No la dejarían. Lo había calculado matemáticamente. Cada paso, cada letra. Al concluir, golpeada y arrastrada, todos tenían que haberlo oído bien. Solo tendría una oportunidad. No la hubo nunca antes y ya no haría falta después. Llegaron a lo alto del cadalso. Había oscurecido y la luna brillaba alegre y redonda. Apareció de pronto una línea verde, definida, perfecta. Por ella bajó, deslizándose como en un juego de niños, una brisa celeste, atrevida y sonriente. Hizo un remolino y la cargó. Expandió sus alas, agitó el espacio y se elevó con ella a cuestas, por la tangente. La rebelde miró hacia abajo. Su discurso flotaba en las azoteas. Entraba por las ventanas de las casas y rebotaba en las paredes. Ya nunca nada sería igual. La mentira terminó. La multitud había escuchado.

Maite Glaría- Cuba/U.S.A.

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ROSA ESTHER MORO TRUMAN

Es todo muy claro en esta habitación cuadrada pero la ventana esta tapiada por el empapelado que cubre la pared. Siento cuadrados, amplios cuadrados. No encuentro otra forma. Pregunto: ¿porque está cubierta la ventana?, me gustaría ver el afuera; me percibo como presa. Desde otro cuadrado que es la puerta del baño, alguien me contesta: que no hay afuera, solo un espacio donde flotan relojes que se retrasan unos a otros; en su momento esa ventana se abrirá. Y no estás presa, fue tu decisión el estar aquí. Miro más allá de la puerta y veo un espacio que es muy amplio para ser un pasillo, y muy angosto para ser un salón. Hay otro cuadrado y una cama donde reposa una chica, de la que solo veo su cabeza colorada. Voy hacia a ella, por ese piso y paredes cubiertas por asépticos de mosaicos color beige. Me acerco, duerme. Es muy joven, respira profundamente y pausado, su piel lisa, su boca ligeramente abierta y la mata de pelo fogoso desparramándose por su cuerpo en posición fetal. Reconoce mi presencia y abre los ojos, azules de oscura profundidad. Me observa, sin decir nada. 122


¿Quién sos, y que haces en este lugar? Una presa. ¿Una presa y cuál fue tu delito? Yo soy delictiva, toda yo. No robé a nadie, no maté tampoco, no miento, no engaño, tal vez por eso lo soy. Desestabilizo el ritmo de las formas imperantes. Tal vez por eso soy un espejo del delito andante. ¡!!Sos tan joven, casi una niña!!! Una es la que es, desde antes engendrarse. A veces llegas al lugar adecuado, otras no. Entonces se termina en estos lugares donde se detiene el tiempo. ¿y vos porque estás en este lugar? No sé, dicen que elegí estar aquí. Pero no me imagino porque lo elegí. No te quedes así, acurrucada, hay que buscar algo que hacer y vamos a reconocer que todo es limpio e iluminado. Luz artificial. Luz al fin. Vamos, levántate y a poner ánimo, te voy a regalar palabras. ¿Cómo cuales? Voy a pensar. Se me ocurre Truman, pero no alcanzo a decírselo. Un grupo de gente se acerca y nos arenga para que la sigamos. Parece que van a un encuentro artístico. Yo llevo a la chica conmigo, a pesar de ella que viene a regañadientes. Un portón metálico, cuadrado y grande se abre para dejarnos pasar. Es un lugar inhóspito, con grandes columnas y penumbroso. Veo a gente conocida: sonriente se acerca Zea, muy contenta y redonda, y nos damos un beso, e íbamos a decirnos algo, cuando un grupo se acerca, alguien me pregunta por la muchacha que me acompaña, no sé su nombre, ella se adelanta y se presenta: “soy Truman”. Lo que me desconcierta porque esa era la palabra que yo tenía para ella. Tengo que idear otra, pienso. Ese mismo alguien observa: y por lo bajo, me dice:” pero ella no es de aquí” Yo tampoco lo era, le aclaro, además está sola y es ¡!tan joven! Vos siempre la misma haciéndote cargo de falencias ajenas, no cambias más. Detrás de una columna alcanzó a ver a mi amiga Greta, teñida de rubia y con los labios con botox y pintados de rojo, su aspecto bufonesco concuerda con todo ese ambiente donde crecen las penumbras. Toda una sorpresa, ese cambio, ella no era así. En el escenario, burdamente armado, alguien canta en las opacidades, desafinadamente. A mí se me aprieta el pecho, me siento no respirar.

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Truman me toca, y me dice algo sobre las palabras, eso me hace respirar profundamente, y hace volver en mí. La chica mira a todos con un extraño desprecio. Un desprecio que parece venir de un lugar lejano y ajeno. Abandonada al costado de un muro, una bicicleta, Truman se acerca a ella, la endereza, observa que esté en condiciones, nadie la mira, solo yo. La monta con destreza y comienza andar. Yo la llamó; ella levanta el brazo y comienza a dar vueltas por el salón, su pelo al viento, una llamarada. Vueltas y vueltas en círculo, que se van expandiendo, los otros se van desintegrando con su escenario penumbroso, donde los relojes ya no se atrasan unos a los otros, mientras todo se vuelve redondo. Redondo como el andar de los pájaros del atardecer cuando vuelven a sus nidos.

Rosa Esther Moro- Buenos Aires- Argentina

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GLORIA GAYOSO EFECTO MENTIRA

Siempre había sido mansa, con una mansedumbre casi irreal, paciente, comprensiva y desmesuradamente buena para el hábitat selvático de la vida. Tenía el don del entendimiento, la percepción en quinta dimensión, el poder del perdón a tiempo, la dulce benevolencia del que lo comprende todo más allá de lo que ve. Pero aquella noche ante aquél que regresaba de cualquier cama menos de la suya, con un pestilente vaho a alcohol escapándole de la boca, fábrica de mentiras constantes... Paz sintió que su nombre glorioso se daba vuelta...que ya no era preciso hacer honor al rótulo, que se le ensombrecían los sentidos, que llevaba aludes internos en el hueco del pecho, y que había que salir al ruedo esquivando banderilleros. Había que esconderse en el burladero, escapar a cuatro patas y sobre todo clavar los cuernos ante todo traidor, allí donde fuese vulnerable. Por eso Paz fue torbellino y se enredó en la estrella del primer hombre que salió a su paso. La nueva identidad la dejó sonriendo con mirada toruna, mostrando así su dentadura perfecta frente al amante ocasional que nunca entendió nada de sus topetazos vengativos. Gloria Gayoso©Buenos Aires- Argentina Derechos reservados 125


REMEDIOS PERNAS MENTIME QUE ME GUSTA

Los ojos preciosos de mi hijo me miraban como diciéndome “mentime que me gusta”. Ese 20 de Julio nació su hermanita, una niña que parecía una muñeca, sigue siendo bella. Hasta ese momento el mimado por todos durante seis años fue Carlos. Él prefería una mentira antes que le dijera que era una nena. Un varón era lo ideal para él. La clínica le causó una mala impresión ver a su mamá en una habitación extraña acostada en una cama a su lado una cuna y en ella un bebé que dormía plácidamente. Mi pequeño y mimado hijo me miraba sin entender por qué los familiares que rodeaban la cama me felicitaban y repetían -¡Que linda! -¿Qué nombre le pusiste? Nidia Mabel -a lo que la abuela respondía: ¿Nidia? Ese nombre no me gusta, no me sale. Como siempre, Felipa salió con la suya, todos la siguen llamando Mabel.

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Carlos más confundido que contento, no dejaba de mirarme. Se acercó y me preguntó algo que lo tenía muy intrigado. Como la beba nació con muy poco pelo, se acercó a mí y me dijo al oído. -Mamá es un varón, ¡no ves que no tiene pelo! Mi pequeño, mi mimado, se dio cuenta de que el cariño de sus padres, desde ese momento sería compartido, con esa nena con la que no podría jugar a la pelota. Lo mismo le pasaba con las primas, todas nenas. Me miraba y me parecía que sus ojos me decían “Mentime que me gusta. Mamá decime que es un varón”.

Remedios Pernas – Buenos Aires- Argentina 23 / 12 / 15

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ANA MARÍA MANCEDA “CARTA A FEDERICO SOTELLO”

Necesito decírtelo, necesito gritártelo, porque sino el asco que sentí ayer por la tarde puede envenenar mi cuerpo y enfermarme. ¡Cómo en un instante se nos puede derrumbar la imagen de una persona que por años fue construyendo, ladrillo por ladrillo, una personalidad de marketing! Siempre has sido una mentira. En mi inocencia y mi amor jamás hubiera dado cabida a la mínima sospecha de tus acciones, Sí veía a veces un brillo extraño en tus ojos cuando alguna nueva amistad podía brindarte algún beneficio, alguna ventaja. Yo me decía - Qué ser extraordinario es Federico Sotello, a pesar que estas personas no satisfacen sus expectativas espirituales, de qué manera tierna y considerada los atiende. Aceptabas alegremente sus invitaciones y ahí íbamos a pasar un fin de semana a sus casas de campo. Solamente un espíritu muy rico puede adaptarse a soportar gente tan ligera y diferente a nuestras costumbres. Qué escalones bien pensados has ido construyendo para subirlos lentamente y que aguantaran el peso de tu ambición, de tu estúpida ambición. El último tiempo fui captando señales, muy tenues, pero la revelación me derrumbó. Ya tu última actitud frente a mi madre enferma me dejó un resabio de amargura, que aunque buscara excusarte, no pude 128


superar. Me dejaste sola, espiritual y materialmente. Al morir tu esposa, usaste la tristeza y una compostura soberbia para que la gente admirara tu dignidad ante la desgracia. Quizás por eso decidí ir a la ceremonia de tu consagración. Quería ver de cerca la puesta en escena, con el teatro rutilante, tu postura de político progresista. Cuando juraste por Dios y por la Patria me dije- Pobre dios y pobre Patria, y te miré. Aún no sé cómo entre la multitud encontraste mi mirada, yo intuí que captaste mi mensaje. ¡Nunca me imaginé que llegarías a esto! Lo que sí debo imaginar lo que yo, Karina Sotello ¡Tú hija! Deberé decidir, comenzaré a andar sola. Algo es positivo, heredo tu fortaleza y tu constancia, pero la usaré para construir un destino auténtico, sin falsedades. Quizás con el tiempo comprenda, a los padres uno no los elige, quizás deba admitir que igualmente te amo. Ahora no puedo. KARINA. Tu hija. Buenos Aires. Otoño 1992.

Ana María Manceda – San Martín de los Andes- Argentina

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ROSA LÍA CUELLO BIOGRAFÍA DE UNA MENTIRA

Vio el papel sobre la mesa apenas entró al dormitorio. Trató de recordar si lo había olvidado, pero no. Recorrió con la mirada, buscando un indicio. Nada fuera de lugar, los cajones cerrados, la cama tendida, los libros en los estantes. Tranquila, se dijo, es solo un papel, qué peligro puede haber. Recordó que él le había dicho, te voy a escribir para encontrarnos, mientras salía de la casa con su valija Cómo entró, pensó. Siempre con sus sorpresas. Cómo llegó eso a mi mesa de luz. Cambié la cerradura Yo misma cerré todo esta mañana. Sintió que sus piernas se dirigían a la mesa pero su cuerpo tuvo miedo. Un temblor la recorrió, estiró la mano hasta tomar el papel doblado al medio, lo sostuvo una eternidad entre sus dedos largos. Lo desplegó, paseó su 130


mirada por esas letras cuidadosamente recortadas de alguna revista y leyó: “La pasión no es más que un invento.” Debería haberlo dicho de frente, murmuró, invento mata pasión. Falta de pasión mata amor. La imperfecta verdad que nunca quiso aceptar, la que se traslucía en los gestos, la que se ocultó durante años, pegada así, en un papel. Ocho palabras y una cobardía.

Rosa Lía Cuello, Cañada de Gómez, Argentina

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ROXANA ROSADO UN AMOR INOLVIDABLE

La calle parecía alargarse conforme Adriana caminaba hasta donde se encontraba esa figura femenina que se perfilaba a través de las primeras horas de la mañana. Había viajado hasta Londres para verla. Treinta años habían transcurrido desde la última vez que la había visto abordando ese avión. Llegó corriendo al aeropuerto, dispuesta a dejar todo atrás para pedirle que se quedara pero fue muy tarde. Ana había entrado al área de pasajeros y caminaba con su maleta y sus hombros caídos -como si cargasen el peso del mundo- hacia esa aeronave que la llevaría a un futuro incierto, un país lejano, un mar que estaba segura Adriana no cruzaría. Adriana logró caminar el interminable muelle. El día estaba frío y una ligera lluvia mojaba el piso. Por fin llegó y se paró frente a Ana. -Pensaste que no te encontraría, pero aquí estoy, dispuesta a pedirte perdón y quedarme contigo-. Ana guardó silencio. Treinta años no habían bastado para olvidarla. La miró seria, sin decir una palabra. Buscó en sus ojos lo que nunca encontró en nadie. Ahí estaba, escondido detrás de esas cejas pobladas y el color café de su mirada. Su cabello aún lo teñía de rojo, 132


ahora tenía algunas arrugas de más, pero seguía siendo la misma. Suspiró largamente y volteó a ver el mar. -Pensaba preguntarte a qué has venido pero ya me lo has dicho- dijo Ana dejando que las lágrimas salieran. No las secó, no ahora. Miró a Adriana nuevamente y abrió los labios para decir algo, pero no salió palabra alguna. Ana y Adriana cursaban el primer año de universidad cuando se conocieron en una reunión. El hermano de Ana estaba enamorado de Adriana y la había invitado para tener un pretexto y acercarse a ella. El fue con su hermana. -Necesitas salir para encontrar un novio. Jamás sales. Creo que vas para monja- le dijo apurándola para que se arreglara. Ciertamente a Ana no le gustaba salir. Prefería estudiar o ver una buena película que ir a hablar de banalidades y beber. Lo que si le gustaba era fumar de vez en cuando, pero a escondidas. A sus padres no les gustaría ver a su hija con un tabaco en la boca. Había otras cosas que también hacía a escondidas, como mirar fotos de mujeres desnudas o suspirar cuando veía pasar a su vecina en minifalda.

Nadie sabía que le gustaban las mujeres. Sus padres eran personas educadas a la manera tradicional y tenían bien claro lo que querían de cada uno de sus hijos, por supuesto el que su hija fuera lesbiana no estaba contemplado en sus planes, y Ana se había obligado a callar y a mentir. Alguna vez durante su niñez se atrevió a decir que "le gustaba" una niña sin pensar realmente en lo que eso significaba. Tremendo bofetón le plantó su mamá apenas había terminado la frase, metiéndola a jalones a la casa. -Aquí no quiero marimachas así que te compones niña. Castigada sin salir una semana, cuidadito te vuelvo a oír diciendo tamaña estupidez-. Ana bajó los ojos, se secó las lágrimas y aprendió a callarse sus sentimientos y gustos. Aprendió de la manera más dura que lo mejor para ella era mentirle a su familia. Los pocos cochecitos que tenía los guardó celosamente y aprendió a jugar con sus muñecas, a bañarlas, vestirlas y peinarlas. Pero cuando nadie la veía jugaba a que sus dos muñecas eran marido y mujer, una cuidaba de la otra y nadie les pegaba por ser como eran. En la secundaria recibió su primer beso, pero después no quiso hablar con la muchachita por miedo a ser descubierta. Tuvo que pedirle que ya no la buscara. Su mamá veía con sospecha a todas sus amistades. No le decía nada, pero se notaba en su mirada. Así que cuando su hermano creció empezó a llevarla a fiestas para que se hiciera de amigos. Amigos varones, prospectos de novios. Pero nadie pasaba de ser su amigo. Cuando vio a 133


Ana su corazón se aceleró como esas motocicletas que pasaban por su barrio los domingos a mil por hora. Era una chica encantadora, de cabello largo oscuro y piel blanca. Su boca... se veía tan suave, casi dulce. Se le acercó y le invitó un refresco. Toda la noche estuvieron platicando, claro, cuando Humberto (su hermano) dejaba de bailar con ella. Pasaron algunos días y se reencontraron en el patio de la universidad. Adriana estudiaba letras inglesas y Ana biología. Empezaron a almorzar juntas, a compartir algunas clases (como oyentes) y a salir. En el parque se dieron un beso cobijadas por espeso follaje. Adriana le pidió que fuera su novia regalándole un anillo de plata, delgado y delicado que puso en su dedo anular. Ana sonrió al verlo y le dijo -si acepto-. Y así comenzó su historia de amor. Una historia que apenas y podían vivir, porque todo era a escondidas.

Cuando se veían en casa de Adriana era para estudiar y tenían que permanecer en la sala bajo la mirada escrutadora de su madre. Si iban a casa de Ana el ambiente era un poco más relajado, podían estar en la recámara viendo la televisión o platicando de sus cosas, pero antes de que llegara su papá, porque él no sabía la verdad. La única que sabía era la mamá de Ana y era una persona muy comprensiva y amorosa. Entendía perfectamente a su hija y la apoyaba en todo, aunque tenía que ser discreta con su esposo porque él no aprobaba nada "diferente" de lo que marcase la sociedad. Durante dos años Adriana y Ana vivieron su historia y la construyeron con sueños. Ambas soñaban con vivir juntas, con contarle a sus respectivas familias que el amor entre ellas era tan hermoso y válido como el que se tenían sus padres, que amarse no tenía nada de malo ni pecaminoso, que eran mujeres normales, sin pensamientos obscenos ni sucios. Pero tenían que mentirles a todos para seguir juntas. Adriana se hizo novia del hermano de Ana para guardar las apariencias. Le dijo que no durante bastante tiempo hasta que no tuvo opción -o tienes novio o te mandamos fuera, lejos de tus amiguitas- le había dicho su madre. Habló con Ana y le hizo entender que era necesario que tuviera novio. Tenía que escoger entre ser novia de un muchacho o dejarla, y eso no podía hacerlo, y que mejor que su hermano para que lo fuera. Así podrían seguir juntas. Ana aceptó a regañadientes. Ahí conoció por primera vez los celos. No toleraba ver como su hermano la abrazaba y la besaba delante de sus amigos, le regalaba flores y muñecos de peluche. Ana sonreía, le regresaba el abrazo y el beso, pero siempre la miraba de reojo como diciendo -perdóname-. 134


Pasó el tiempo y ambas concluyeron la universidad. Empezaron a planear buscar un trabajo fuera de la ciudad, lejos de las miradas y críticas para poder estar juntas, pero el destino les tenía preparado algo diferente. Humberto (el hermano de Ana) llegó un sábado por la tarde con un gran ramo de rosas rojas acompañado de su madre. Adriana se sorprendió cuando los vio sentados en la sala. Se quedó a media escalera, no sabía si subir de nuevo o bajar a saludarlos. -Adriana, baja, mira quienes vinieron a verte- le dijo su mamá haciéndole señas con las manos para que bajase. -Hola señora, buenas tardes, hola Humberto-. Todos se sentaron y se miraron un momento en silencio. La madre de Humberto comenzó a hablar. -Pues bien, como le dije por teléfono el día de ayer, nuestra visita se debe a que mi hijo aquí presente quiere pedir la mano de Adriana. ¿Sabe? Está muy enamorado y nada nos haría más felices que su hija aceptase.- Adriana miró con sorpresa a su madre y a Humberto. Lo único que pudo hacer fue levantarse y subir corriendo las escaleras, cerrando su cuarto de un portazo. -Disculpen un momento, en seguida bajo- dijo su mamá con una leve sonrisa. -Adriana abre la puerta- le dijo quedamente. Adriana abrió y abrazó a su madre. No puedo mamá, no lo amo. Es lindo y una buena persona, pero amo a su hermana. ¿Qué le voy a decir, que me caso con su hermano porque no puedo estar con ella? ¡Tenemos planes madre! Nos iremos a vivir a otra ciudad donde nadie nos conozca.-Hija, tu padre no va a dejar que te vayas lejos. El no aprobaría tu relación. Yo por más que he tratado de que entre en razón no he podido hacer que cambie. Es tradicionalista y tozudo. Creo que tendrás que casarte. Piénsalo-. Dos meses después y ante el altar, Adriana y Humberto se juraron amor eterno, apoyo en la salud y en la adversidad... mientras Ana los miraba con los ojos llenos de lágrimas, pero no eran de gusto, sino de dolor. Por primera vez en su vida se había arrepentido de haberle mentido a sus padres acerca de su condición, de sus gustos, de su amor por Adriana, de su vida entera. Esa mentira las había llevado a muchas más y ahora la mujer que amaba se estaba casando con su hermano para vivir otra mentira, la más grave de todas. Una semana después de la boda Ana hizo sus maletas y partió a Londres con los ahorros que había guardado para ambas. Ahí cursó su maestría y doctorado, buscó empleo y se estableció jurando jamás regresar. Por supuesto al principio iba una vez al año, visitaba a sus padres y a su 135


hermano, pero siempre se las arreglaba para no ver a Adriana. Sus visitas se espaciaron cada vez más hasta que pasaron varios años en los que solamente estaba en contacto con sus padres por teléfono o carta. Conoció a sus sobrinos por fotografías, les mandó dinero para ayudar en sus estudios y los recibió cuando fueron a visitarla, pero ella no regresó. Salió con algunas personas, tuvo amores efímeros pero ninguno era lo suficientemente fuerte para borrar el recuerdo de Adriana. Adriana, por su parte, había tratado de vivir su vida de casada lo más normal posible. Amaba a su esposo, pero no como pareja. Sentía por él un profundo amor filial. Era más bien como su amigohermano. Sus relaciones eran así, amistosas. Sus amigos se sorprendían de lo bien que se llevaban –como si fueran amigos-. Y sí, eso eran, amigos durante el día. Pero en la intimidad ella trataba de pensar en otra cosa. Humberto le hacía el amor mientras ella se desconectaba. Lloraba en silencio cuando el ya estaba dormido. Se recriminaba no haber sido lo suficientemente valiente para hablar con la verdad y ahora tenía que permanecer callada y aparentar que su vida era feliz. En cierta forma lo era, amaba a sus hijos y tenía un buen esposo. Pero su verdadero amor estaba muy lejos y ella había partido el corazón de ambas en mil pedazos el día que dijo –si, acepto-. -¿A qué viniste?- le preguntó Ana con sus mejillas húmedas de tantas lágrimas. -Vine porque después de que Humberto murió decidí que ya había sufrido mucho por tu ausencia. Agradecí infinitamente tu respuesta a mis cartas.Ana la interrumpió. -¡No sabes lo que viví en estos años! Hubiera deseado estar cerca de mis padres, cuando falleció mi padre lloré muchísimo, pero no podía verte ni a ti ni a mi hermano juntos. Por más que traté de olvidarte no pude hacerlo. Fuiste mi primer amor y el único. Muy tarde me di cuenta de que jamás debimos de haber mentido-. -Lo sé- le respondió Adriana. -Por eso he venido. Mis padres han fallecido ya y no tengo que ocultarle nada a nadie. Hablé con mis hijos. Se sorprendieron muchísimo pero no me criticaron. Ellos saben que vine a verte-. Ana la vio fijamente buscando quizás una mentira escondida en su mirada, pero no encontró nada. Esta vez ambas podrían vivir su verdad.

Roxana Rosado- Cd. México- México 136


MARGARITA POLO VIAMONTES UNA MUJER LLAMADA MENTIRA

Primer libro: Amanecer a oscuras ¡Otro amanecer a oscuras! El viento sopla breve entre las persianas, lo aspiro ávida, roza mis mejillas y remueve las páginas del calendario, donde leo distraída: agosto 1993. A través del ventanal abierto, observo la calle silenciosa, algunas luces a lo lejos, permanecen encendidas en el barrio que llaman de los generales ¿Seguirán planeando estrategias de madrugada? Siento que no puedo más. ¿Qué hacer?, el apagón me inmoviliza desde el mediodía. El intenso calor, los interminables apagones, me destrozan la vida, no duermo bien ͵ pienso demasiado. Una idea me «matraquilla». Vivo en un callejón sin salida. Me siento como muñeca de trapo, una marioneta movida por hilos invisibles, soy una mujer de mentira, la verdadera se esconde dentro de mí, a veces sale a flote me mira en el espejo y se ríe a carcajadas de mi impotencia: 137


—¡No me chives más! —le digo y se va, pero sé que está allí agazapada para volver a la carga y preguntarme: ¿qué haces ahora? ¿Hacia dónde vas? —. Muchas veces mi vida se detiene por causas ajenas —le contesto, pero sé que eso es solo un pretexto para no pensar, la frase es tan falsa como yo y como todo lo que me rodea, hecha para «limpiar responsabilidades». ¿Causas ajenas? Sí, porque ¿a quién acusar de que hoy mi barrio, como es usual durante este año, está sin electricidad, por tanto, sin agua… sin vida individual? Debo postergar, como todos mis vecinos, los quehaceres del hogar, hasta cocinar lo menos posible para no fregar. «No debo pensar en esas tonterías cotidianas, ¡Total! No hay remedio», me autocensuro. Miro de nuevo por entre las persianas, mi mano roza la madera para abrir mejor la ventana y quedan los dedos impregnados de pintura carcomida por los años. No vendría mal rasparlas, pero después, ¿con qué se pintan? Sonrío y me limpio la diestra en la ropa de dormir, este descolorido pulóver y deteriorado short, que antes me sirvieron para ir a la playa, a disfrutar de la brisa del mar. La misma brisa que ahora acaricia mis mejillas y me cambia el rumbo del pensamiento. «¿Qué me traerá la mañana? ¿Alcanzará el gas licuado hasta que me arreglen la otra cocina?, razono como ama de casa, yo hasta ayer solo intelectual. Este verano, de 1993 en Cuba «saca del paso a cualquiera». No quiero pensar más, me vuelvo bruscamente con un gesto de fastidio y regresa el dolor de mi espalda, que se acrecienta cuando estoy desvelada. A veces este malestar me trastorna tanto que no sé si podré concluir mis proyectos de vida. ¿Llegaré al final saludable? No hay respuestas claras en mi mente. Segundo libro: Despertar Mami me espera en casa a la hora del almuerzo. Es la misma escena desde que llegaba de la escuela primaria, ella servía el humeante plato de carne: picadillo, pollo o pescado, la fuente de arroz blanco, el potaje, la vianda y los vegetales, sin olvidar el vaso de leche tras el dulce hecho por sus propias manos. No importa que ahora yo tenga dos hijos y este trabajando en el periódico de la ciudad natal, la hora de almorzar es sagrada en casa, y hay que acudir cuando mami pregona: «¡la mesa está servida!» Muchas veces rememoré ese instante lejos de casa, en medio de unas costumbres tan ajenas a las de mi hogar. La alfabetización resultó una gran escuela, un aprendizaje de sobrevivencia en un mundo diferente al que nací, fue el despertar de la infancia a la adolescencia. Sin embargo,

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tuve más suerte que otros, incluso miembros de mi familia enrolados en la campaña y en enfrentamiento armado… Un tiempo antes del acto final de la Alfabetización en La Habana, enviaron al batey un brigadista “Patria o Muerte”, para cumplir la misión en tiempo record. Me invadió una tristeza infinita, al observar los ojos de mis alumnos pidiendo clemencia, cuando el «Patria o Muerte» tomó sus manos y los presionó a firmar la carta al Comandante. Estaban acostumbrados a mi forma de enseñarles la escritura, con paciencia y sonrisas, la rudeza del hombre, su imposición del compromiso ineludible, los tensionó tanto que al izar la bandera de «Territorio Libre de Analfabetismo» en la asta de la escuelita rural, sentí en lo más profundo, que algo no encajaba en el ritual… Pensé con vergüenza que me habían «robado la batalla» no deseaba ser egocéntrica, aunque para aquella época, esa palabra no existía en mi diccionario mental. Pero un sentimiento inusual, invadía toda mi piel, tal vez era el grave peso de cometer «pecado de perjurio» inexplicable entonces, sentí la sensación de culpa, por quebrar el octavo mandamiento divino: NO MENTIRAS. Los alumnos observaban subir la bandera, mientras mi rostro se ruborizaba, ellos sabían cómo personas adultas, que las cosas se habían ido fuera de control y nada podíamos hacer, ante el mandato superior del Máximo Líder, que comenzaba a sugerir ideas y sus seguidores a tomarlas como órdenes expresas e inviolables. En ese instante crucial, a mí me faltaba experiencia para determinar la verdad, aunque había cruzado definitivamente la frontera de niña al camino de mujer. Días más tarde, en la capital cubana, continuaba en mi memoria la imagen campesina, mientras la lluvia rodaba sobre mi frente, el pelo humedecido se pegaba al rostro, el frío calaba mi uniforme gris y verde olivo. Estábamos en aquella enorme Plaza, después de desfilar en apretada multitud, ante la tribuna ubicada en lo alto de la base al monumento a José Martí. Mi mente seguía en la escuelita y mis alumnos, mientras escuchaba el «discurso histórico»… Mientras la bandera de Territorio Libre de Analfabetismo — mucho mayor que la izada en el batey—, parece llegar al cielo, la observo ondear cuando sigue el discurso… Mi pensamiento seguía lejos de la Plaza, recordaba el trayecto en el «fabuloso tren» hasta allí, las frías noches y nuestras evacuaciones físicas, hechas en pésimas condiciones higiénicas. Todo el malestar lo olvidábamos, al recibir en cada estación el saludo de la gente con banderas y vítores, tal como dos años antes nosotros, niños aún, 139


saludábamos a los barbudos que bajaban de la Sierra, o meses después de este minuto en la Plaza, vitoreábamos a los milicianos de la Limpia del Escambray. Éramos los soñados: «Héroes de verdad» pero ¿a qué precio? … Atrás quedaba la despedida entre alumnos y maestros, el ¡hasta luego! pleno de sonrisas y lágrimas en la abrupta partida. Concluían los meses junto al farol, ese que me abrió el camino aquel día que llegué al batey, el farol que iluminó el bohío en la noche campesina, y me apoyó en la escuelita, durante las clases diarias. ¡Cuántos días, cuántas experiencias…! No puedo dejar de pensar en mis alumnos, en sus ojos pendientes a mí partida… y su silencio. La lluvia cesa por momentos, y los rayos del sol penetran por entre las nubes, pero el calor que va sintiendo poco a poco mi cuerpo, no llega del calor solar, nace de este recuerdo cercano junto a la gente simple llena de esperanzas… radica en mi vergüenza, por ser cómplice de una mentira… Me despierta el coro de aplausos, vítores e himnos que se entonan en la plaza, la marea de frases culmina en una consigna: «¡¿DINOS QUÉ OTRA COSA TENEMOS QUE HACER?!» La respuesta a la interrogante no se hace esperar, la voz desde la tribuna aquel 22 de diciembre de 1961, trazó un nuevo camino: «…muchas becas para los jóvenes es la tarea inmediata…» —aclaraba el orador—: «Son jóvenes que tienen el mundo y el porvenir en sus manos, que tienen una vida fecunda y creadora, una vida extraordinaria por delante, tengan esa oportunidad como premio al trabajo que han realizado...» La lluvia pertinaz se une a mis lágrimas, en lo más íntimo, presentí que caminaría nuevamente por un sendero incierto… La mesa está servida. La capital del país ¿es mi futuro? —me pregunto dentro de la multitud, en medio de aquella enorme plaza, siento por primera vez dentro de mí, a Una mujer de mentira, en un Despertar diferente.

Margarita Polo Viamontes- Cuba/ Miami- U.S.A. *Fragmentos de mi obra: Una Mujer llamada Mentira, publicado en dos libros, con los subtítulos, Amanecer a oscuras y Despertar

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JORGE e RUEDA VUELO 021

August 4, 2016 at 4:35am Esperando la salida de mi vuelo a New York subió también una mujer hermosa de unos cuarenta y tantos años, ojos verdes y piel color canela, bien dotada de busto y caderas, bellas piernas, cara de Barbie, cabellos color castaño, un poco ondulados, sobre los hombros. Calzaba zapatos negros de tacón alto, esbelta en sus aproximadamente un metro con setenta y cinco centímetros de estatura, exótica en su andar, difícil que las miradas de hombres y mujeres por donde pasaba no la siguieran; los cuellos de las camisas se desajustaban cuando volteaban para admirarla. Parecía una modelo. Yo estaba más o menos en la tercera parte del avión y desde mi asiento la observaba de arriba abajo, caminaba por el pasillo escudriñando con sus ojos esmeralda la fila y la silla que le habían asignado. Vestía falda de color negro apenas arriba de la rodilla, con una abertura en el medio, no profunda; la blusa de color rojo estilo camisera, de mangas largas ajustadas, con tres botones sin abrochar formando un escote poco pronunciado. El encaje fino del satín negro de su brassiere resaltaba sobre su piel. Chaqueta a la cintura del mismo color de la falda, un poco caída sobre las caderas. Los pasajeros delante de ella me estorbaban la vista, 141


unos poniendo maletines en el porta equipajes, otros quitándose las chaquetas y doblándolas parsimoniosamente mientras ella pasaba; a uno se le cayó el bolígrafo y la cartera, a otro las monedas, otro su Smartphone, una señora casi mata a su compañero con la mirada cuando él casi se sale de la ropa al verla pasar y yo, deseando que la silla que ella buscaba fuera en mi fila, la de la ventana, pues la del pasillo era la mía. Caminaba lentamente, de pronto se paró justo a mi lado cuando ya tenía lista mi cabeza para girarla. Me dijo, buenos días y le contesté, lo mismo. De inmediato, como en giro militar de 180 grados ella quedó mirando la silla frente a la mía, abrió el portamaletas y encontró espacio, levantó el equipaje sobre su cabeza obligando que la falda se le subiera un poco y, una aberturita como la de adelante me dejaron ver un poco más que sus medias negras veladas (ya imaginará usted por lo que pasé, pues prácticamente puso su cola en mi cara), dio otro giro de 180 y me dijo permiso, me paré y le dije siga, se acomodó en la silla que da a la ventana, me dejé caer en mi asiento y en ese mismo instante, como saliendo de la nada, apareció un señor bajito con barba y corbata a medio poner, secándose con el pañuelo el sudor de sus cuello y cara, como si alguien lo viniera persiguiendo, se paró a mi lado, tomó un respiro, en el mismo instante que ella recriminó con tono ofuscado, ¡Casi no llegas!, él, como niño regañado contestó, perdóname mi vida, por poco no me regresan el pasaporte, seguidamente me miró y dijo, señor este es mi asiento, y con sorpresa revisé el número de mi silla, el hombre tenía razón, era el mismo número de mi puesto y fila, pero… en el pasillo de al lado. Los castillos que me hice quedaron derrumbados.

Jorge e Rueda- Pensilvania U.S.A.

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LUISA ALEJO AMOROSAS CRUELDADES

Aquí no se hablará de aquellas verdades bárbaras, terribles, amorosas y crueles que se dicen cuando, al final del camino, ya nada se espera, como cantó el poeta. No. Se hablará de su hermana bastarda: LA MENTIRA. Esa misma en la que se ha revolcado la humanidad tratando a toda costa de encontrar un derecho legal de primogenitura para sus intereses que, de antemano, sabe no existe. Todo empezó en una inusual reunión: cada uno debería reconocer sus faltas, desde la mínima hasta el horror. El premio, nada desdeñable por cierto, era la felicidad en este mundo. Fue el pavo real el primero en hablar. Lento, ceremonioso y altivo. Abrió su cola a todo dar y se colocó en el centro del ruedo. - Ustedes considerarán mi falta de ayer y mi honestidad de hoy. El día de la repartición yo le moví el tapete al guacamayo, le puse zancadillas para que me dieran a mí las plumas más brillantes y vistosas. Y yo hacía creer otra cosa. 143


El león lanzó un rugido de macho amanecido, campaneó la melena y dijo: - Cuando tengo hambre no creo en nadie. Con el hipopótamo no pude y a veces se me mete en la cabeza vencerlo. Recuerden que soy el rey. No se podía quedar atrás el tigre. Llegó despidiendo feromonas masculinas - No soy el único. Aquí el que más y el que menos tiene su raya sin ser tigre. Si esto es al duro que cante todo el mundo. Yo no tengo nada escondido. Mis faltas las conocen de sobras. Con medio kikirikí, y ronco por la vergüenza, el gallo dijo que era él quien se robaba el maíz del granero, culpa por la que el chivo pagó con una paliza. La gallina con las plumas erizadas y ruborosas confesó que ese no era su único gallo, que ella, a hurtadillas, saltaba al patio vecino. Arrastrando su cansancio de siglos, se apareció el muy noble elefante. - Lo reconozco y pido disculpas. Ruego que me sancionen. Yo deseé a la mujer de mi prójimo. Intenté violar a la hormiga. Y lo negué La risa colectiva la paralizó el asqueroso escorpión. - Para que no sigan murmurando por detrás. Sí, es verdad, yo mato a mis crías y que me impongan el castigo que merezco. La zorra, ladina y desconfiada, no entregó todas sus cartas. - Yo no estoy negada a hacerme el harakiri, pero aquí no hay quórum suficiente para juzgar y llegar a un acuerdo. La paloma, que venía casi desplumada de un aguacero, alcanzó a decir en un triste susurro: - La culpa es mía. Dije que lo hacía por la paz y era todo lo contrario. El grupo callado comenzaba a dispersarse cuando apareció en escena el menos y más animal de todos los animales: el hombre. Ahora mismo arreglo esto –dijo. Y puedo hacerlo porque me asiste todo el derecho…jamás he mentido. Y justo en ese momento la mentira adquirió status permanente en la vida humana y comenzó su especialización por categorías. A saber: La cara dura.- Se esfuma la vergüenza y sin el más mínimo sonrojo, y así de frente se dice una mentira del tamaño de un cerro. La piadosa.- “Para no dañar” y que la mayoría de las veces esconde el miedo o la cobardía La automentira.- Tan miserable como la autolástima o la autocensura. (Es la del que se construye una vida que en realidad sabe no es la suya).

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La simuladora.- Intenta entrar de ladito, sin hacer ruido y hasta con una sonrisa. La mentira a medias.- Sí pero no y no pero sí. Es de todas la más peligrosa. La de complacencia o genuflexa.- Complazco y miento. Que aunque no me gusta me conviene. (La hermanita gemela del oportunismo). Cada día a la mentira le surge una nueva categoría. Y entra a los bancos, a las empresas y a las industrias para cometer fraudes, y viaja por el espacio cibernético y también por los cielos y los mares y se convierte en buitre, piraña y tiburona, le duele en la testa coronada de los reyes y en la alcoba de los amantes se pinta de promesas que no se cumplirán…y así hasta el infinito. Y el hombrecito (pobre) amenaza con seguirse revolcando en esas “amorosas crueldades” hasta el fin de los tiempos.

Luisa Alejo- Camagüey. Cuba

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ANA LUCÍA MONTOYA RENDÓN UN ALGO NO IDENTIFICADO O NACIDO ANTES DE NACER

Le cuento. Antes de nacer, a la brava me bajaron de uno de esos “algo”. Recuerdo no iba tripulado y la forma que tenía era como de una mesa con un vientre prominente. Sus compuertas se abrían para conformar las patas de esa mesa gorda. Sí, se abrían por debajo, por donde estaba lo más abultado de esa barriga. Mientras estuve adentro siempre los veía sin verlos, eran sutiles tanto como en esa atmósfera interior, no los oía pero sí oía que nos hablaban con su voz divina. ¡Éramos tantos allí adentro y estábamos todos, inclusive los que aún no existíamos y los que ya nos habían ido para no sé dónde! Eran como el agua o los líquidos coloidales pues tomaban la forma del envase que habitaran. En ese vehículo o carruaje o nave no identificado, me enteré de muchas cosas que no podré repetir porque navegan en mi memoria de forma comprensible pero al querer traducirlos a nuestro idioma, se diluyen como si jamás hubiese entendido nada; los que estamos en la atmósfera terrestre tal cual como la respiramos, como la vemos, como la palpamos en este hoy llamado vida 146


humana, lo nombramos dizque "no identificado", sobre todo aquellos que conforman colegios como el de los "nasones", no indico narigones, ni de la Nasa... no, ¡Ojo! ¡Ni más faltaba me vaya a poner a hablar de lo que no me incumbe! Continúo. De muchas cosas fantásticas me enteré mientras estuve en ese vientre pero como ya dije no podré expresarlas jamás. Ese “algo” tocía sin hacer ruido pero con una potencia tal que le permitía despegar verticalmente. Sí, el inicio de su ruta era vertical (no he dicho de su vuelo), y podía hacer giros a capricho para cambiar de ruta. Pero... pero… ¡Ay, señor! Mejor no sigo. Le pido por favor no ponga palabras en mi boca que bien sabe no las he dicho. En esta época más que en ninguna otra (la de la Inquisición se ha quedado corta, eso que eliminaron de la faz de nuestro planeta a los albigenses y a todos los brujos y brujas), sí señor, no se puede bromear con nadie ni de nadie, ni de los dioses, ¡no señor! hablar de esos menos ¿qué tal vaya y se arme una verdadera guerra de las galaxias y nos dañen el "peinao" y nos quiten lo "bailao"? Nada más nos resta cantar responsos al Humor porque lo han asesinado, ojalá fuera ave fénix o Felix el gato y renaciera para el bien de todos y si no vuelve, entonces que los cirujanos plásticos se vuelvan más ricos de lo que ya son y le tatúen a la Humanidad una mueca llamada risa. ¿Recuerda a “El hombre que ríe”, de Víctor Hugo? Más o menos así pero no de un machetazo. Que muchas gracias señor por atender esta secuencia de instantes que son nada más que intentos de una aprendiza no identificada, no una OVNI, sí tal vez una NN pero sin olor a formol.

Ana Lucía Montoya Rendón- Colombiana

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