f i l o s o f í a
d e l
l e n g u a j e
¿Es verdad que la ciencia favorece el aborto?
Imagen digital de un embrión tomada de: www.conceptum.com/post/diferencia-cigoto-embrion-feto del artículo tomado de: www.miembarazo.com.co
Por Héctor Hernández Jamás daré a nadie medicamento mortal […] tampoco administraré abortivo a mujer alguna. Juramento Hipocrático
P
arte de la complejidad del debate sobre el aborto es que abarca preguntas de corte científico, filosófico y jurídico, entre otros. Por ejemplo, sobre la base del conocimiento científico se pueden responder preguntas como ¿qué características tiene el ser humano en desarrollo en cada etapa de su gestación?, ¿cuándo se puede decir que existe ya un nuevo individuo de la especie humana? Pero ¿qué se requiere para que un ser humano sea considerado persona?, ¿cuáles deben ser los límites de la libertad? Son de tipo filosófico. De tipo jurídico son: ¿qué derechos puede tener un ser humano por nacer?, ¿qué condiciones se requieren para que la vida de un embrión humano sea protegida por la ley y por qué? A medida que se va despenalizando el aborto en diversos estados de la república, también se propaga la idea errónea de que la ciencia está de ese lado. Aquí examinaré dos argumentos comunes que presentan quienes defienden el aborto (su legalización, despenalización, aceptación, etc.) y mostraré por qué no tienen fuerza persuasiva (excepto quizás para quienes de ante-
30
mano ya están a favor) enfocándome en cuestiones que pueden abordarse desde el conocimiento científico.
UN ARGUMENTO COMÚN SOBRE EL ABORTO El argumento más conocido (de una sola premisa y conclusión) que suele presentarse a favor del aborto es el siguiente: “es mi cuerpo y yo decido”. Sin embargo, hay varios problemas con este argumento, aparentemente simple. El problema más grave de la premisa “es mi cuerpo” es que hay hechos verificados por la ciencia que, en conjunto, la refutan: El ser en desarrollo: 1) cuenta con su propio sexo génico (que puede ser masculino), 2) tiene su propio tipo de sangre, generalmente distinto al de la madre (pero corre el mismo tipo de sangre por todo el cuerpo de la madre), 3) requirió la participación de un espermatozoide, que no procede del cuerpo de la mujer, para su formación, 4) tiene rasgos heredados exclusivamente del padre, 5) tiene la posibilidad de sobrevivir a la muerte de su madre, y 6) la clonación de una de sus células corporales no conduciría a clonar el cuerpo de la madre, sino el de él. (Hernández, 2016, p. 83).