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LO PSICOLÓGICO: ENTRE MARGINILIDAD Y NECESIDAD

Un camino exitoso

Si pensamos que la psicología, como ciencia que conocemos hoy, tiene poco más que un siglo, podríamos decir que su recorrido ha sido muy exitoso. De los primeros pasos dedicados fundamentalmente a procesos psicoterapéuticos, su ámbito de estudio y de aplicación se ha ido rápidamente extendiendo a los variados sectores de la vida: asesoramiento para niños y jóvenes de los planteles escolares; organización y formación de grupos sociales; reclutamiento-selección y preparación de los trabajadores de empresas y oficinas; estudios y aplicaciones sobre la didáctica y las modalidades de aprendizaje; asesoría a los padres sobre el desarrollo de sus hijos; psicología en el ámbito familiar; psicología que estudia y ofrece orientación a las políticas sociales sobre marginación, migración, integración social y muchos otros sectores sociales; aplicación en los asuntos de criminalística y actividad forense; podríamos citar un sinnúmero de otros aspectos. En realidad, casi todos los sectores de la vida social, en su funcionamiento “normal” o en sus disfunciones, busca y muchas veces

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encuentra la ayuda de estudios y

aplicaciones psicológicas. Por esta razón, algunos autores hablan del siglo XX como el siglo de lo psicológico. Lo mismo se ha dado en el

mundo de la sanidad y la asisten-

cia a personas vulnerables. En las últimas décadas, en efecto, se va reconociendo a nivel legislativo la labor de los profesionales de la psicología y se prevé su contratación en los grupos de trabajo sanitario.

LO PSICOLÓGICO: ENTRE MARGINALIDAD Y NECESIDAD

Aspectos problemáticos

Además de reconocer el gran desarrollo de esta ciencia, podemos también notar algunos elementos que suscitan preocupación. Nos limitaremos al mundo de la salud y la asistencia. Ante todo, los profesionistas dedicados a la salud, en particular los médicos y los enfermeros, rehúsan, en su mayoría, aceptar una presencia – la del psicólogo - que

pone en tela de juicio su poder

en el sector. Acostumbrados a ser el eje de la respuesta terapéutica, no siempre tienen la apertura mental y la disponibilidad a integrarse con otras profesiones y a valorar su aporte específico. Una queja bastante difundida entre los psicólogos clínicos que trabajan en instituciones para la salud es la que se refiere a su rol marginal, a su dificultad para hacerse aceptar y valorar. Lo que aparece – en la legislación y en los organigramas – como una presencia importante, en

la práctica está bastante subvalorada, muy marginal o residual

respecto a los asuntos “verdaderamente importantes” – según el gremio médico y los directivos – en un hospital, una clínica o un asilo. Se debe añadir, también, que un profesionista psicólogo algunas veces es llamado a ejercer

funciones para las cuales no está

suficientemente capacitado. La formación de estos profesionistas, en efecto, es bastante “genérica” y “generalista”. Para hacer un ejemplo, los médicos se van especializando en diferentes disciplinas, con formación sectorial muy precisa, con sus respectivos colegios, revistas y formas de interacción. Todo esto no se aplica correctamente – todavía – para los psicólogos: deben ocu-

parse de aspectos psicoterapéuti-

cos, de acompañamiento de otros profesionales, de las familias de los enfermos o ancianos, de dinámicas organizacionales, de comités de bioética y de otros asuntos que se presentan a diario en los hospitales. Claramente se precisa una formación inicial y una especialización, así como una actualización periódica que, en la mayoría de las situaciones, no se da, ni puede darse; podríamos decir: demasiadas demandas para que un profesionista pueda dar respuestas oportunas. La paradoja es evidente: se le pide al psicólogo una variedad de habilidades y competencias que es muy improbable que pueda tener y, al mismo tiempo, no se le reconoce – en términos de responsabilidad, de posibilidad de formación y también de compensación económica – un rol importante. Por otro lado, es prudente mencionar que en algunos sectores – pensemos en la pediatría, los cuidados paliativos, la oncología, la salud mental, la geriatría, por ofrecer algunos ejemplos – el rol de los psicólogos es más reconocido y valorado. Esto se debe, ante todo, a un campo de aplicación más específico que permite una formación más especializada y, también, a la posibilidad de un verdadero trabajo en equipo. En conclusión, nos encontramos en un camino todavía largo para integrar lo psicológico en los sistemas de salud y asistencia. Lo positivo es que de parte de sociedad – así nos gusta pensarlo – hay una petición cada vez mayor de asesoría y acompañamiento psicológico.

DÍA MUNDIAL DEL RIÑÓN 2022 SALUD RENAL PARA TODOS

Salud Renal Integral

Camilo de Lellis A.C.

Reducir la brecha de conocimientos para mejorar la atención de los riñones

La enfermedad renal crónica (ERC) es común y dañina: 1 de cada 10 personas adultas en todo el mundo la padece y, si no se trata, puede ser mortal. Si bien la detección temprana permite la atención y el manejo de enfermedades para ayudar a prevenir la morbilidad y la mortalidad, y mejorar la rentabilidad y la sostenibilidad, la mortalidad relacionada con la enfermedad renal sigue aumentando anualmente y se prevé que sea la quinta causa principal de muerte para 2040. Una ERC persistente y en curso existe una brecha de conocimiento, demostrable en todos los niveles de la atención médica. La comunidad. Los obstáculos para una mejor comprensión de la salud renal incluyen la naturaleza compleja de la información sobre la enfermedad renal, la baja conciencia de referencia, la alfabetización en salud limitada, la disponibilidad limitada de información sobre la ERC y la falta de preparación para aprender. El trabajador de la salud. Otra barrera a superar para garantizar una mayor conciencia es una educación más enfocada de los médicos, ya que están a cargo de la condición médica de los pacientes.

Los responsables de la formulación de políticas de salud

pública. La ERC es una amenaza mundial para la salud pública, pero por lo general ocupa un lugar bajo en las agendas de salud del gobierno con compromisos políticos sobre programas de enfermedades no transmisibles que se concentran predominantemente en cuatro enfermedades principales: enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes y enfermedad respiratoria crónica.

Esta brecha de conocimiento está sofocando la lucha contra la enfermedad renal y aumentando la mortalidad asociada inherente. El Comité Directivo Conjunto de la WKD pide a todos en todo el mundo que no sólo sean conscientes de la en fermedad, sino que

sepan activamente cuáles son sus propias

medidas de salud renal. Por ejemplo, cuál es su presión arterial y cuáles son los objetivos del tratamiento. Es una causa que nos involucra a todos los miembros de la comunidad renal en todo el mundo: médicos, científicos, enfermeras y otros proveedores de atención médica, pacientes, administradores, expertos en políticas de salud, funcionarios gubernamentales, organizaciones de nefrología y fundaciones. Todos deben ser conscientes de las formas en que una mayor atención al riñón, en el marco de las políticas gubernamentales, puede generar beneficios importantes tanto para los pacientes como para los presupuestos de atención médica. Es más, se trata de alentar al público en general a adoptar una dieta y estilos de vida saludables (acceso a agua potable, ejercicio, dieta saludable, control del tabaco y prevención del cambio climático) para mantener una buena salud renal, preservar la función renal por más tiempo en personas con ERC y aumentar la conciencia general sobre la importancia de los riñones Ampliar la educación del paciente renal (incluidos consejos prácticos sobre dieta y estilo de vida) para capacitar a los pacientes, sus cuidadores y sus sistemas de apoyo para lograr los resultados de salud y los objetivos de vida que son significativos e importantes para las personas con ERC, incluida la insuficiencia renal. Alentar y apoyar a los médicos de atención primaria para que mejoren el reconocimiento y el manejo de los pacientes con ERC en todo su espectro, desde la prevención y detección temprana de la ERC hasta la prevención secundaria y terciaria y la atención de la insuficiencia renal. Integrar la pre-

vención de la

ERC y la insuficiencia renal en los programas nacionales de enfermedades no transmisibles para brindar servicios integrales e integrales, que son esenciales para mejorar la detección temprana y el seguimiento de la atención renal a nivel de país. Informar a los políticos sobre el impacto de la enfermedad renal y la insuficiencia renal en la salud de sus electores y su carga asociada en los presupuestos / sistemas de atención médica para alentar la adopción de políticas y la asignación de recursos que aborden la carga global de la enfermedad renal y aseguren vivir bien con la enfermedad renal.

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