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HISTORIAS QUE NOS CONECTAN
La Feria Internacional del Libro FIL 2021 en Guadalajara tuvo como país invitado a Perú por segunda vez (la primera fue en 2005). Ello nos permitió acercarnos a los grandes nombres de literatos peruanos ampliamente conocidos, como el Inca Garcilaso de la Vega, o como José María Arguedas,
Ricardo Palma, Julio Ramón Ribeyro,
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César Vallejo, José Carlos Mariátegui o Mario Vargas Llosa, además de su literatura emergente en este siglo XXI, caracterizada por la fuerza de la voz femenina, manifiesta en su exposición
“La Vida sin plazos”, conformada por escritoras de los años noventa del siglo pasado. Interesante resultó el pabellón de bienvenida de Perú: un medallón en el centro, en el suelo, del cual se desprendían líneas, como rayos de sol, y en espiral, frases literarias de diversos autores, bajo la premisa: “Historias que nos conectan”. Los incas utilizaban los “ceques andinos” es decir, un sistema de líneas imaginarias que representaban el esfuerzo que hicieron los antiguos peruanos para mantenerse conectados entre sí. Con el paso del tiempo se fue enriqueciendo el concepto con literatura, arte y memoria. Así, tuvimos oportunidad de
conocer un poco más de nuestro
país hermano, Perú, no sólo de literatura, sino de música, teatro, pintura, gastronomía y… algo muy especial, su arte tradicional, representado por cinco exponentes indígenas que nos visitaron de diversas partes de Perú: Lastenia Canayo, artista plástica; Rosa Choque, tejedora; Marisol Llanos, ceramista; Alejandro Alanya, artesano textil; Marcial Berrocal, pintor de tablas.
Ellos ofrecieron sus creaciones y la riqueza de su artesanía expuesta, precisamente, en el pabellón peruano de la FIL: tapetes bordados, cajitas de madera, ponchos de vicuña, sombreros, morrales de lana, diseños sobre tela, gorros tejidos, llaveros, cuadros de madera en relieves, trabajos extraordinarios realizados en telar. Conversé con Lastenia Canayo, indígena shipibo, de la región del
Ucayali en la zona amazónica; una verdadera artista cuya concepción animista de la naturaleza le permite plasmar, mediante el dibujo, la pintura, el bordado y la cerámica, representaciones de seres que, en la cosmovisión de los indígenas shipibo, son los protectores de la naturaleza. Ella narra así tradiciones, mitos y relatos de su cultura. Habla Shipibo-Conibo dialecto que pertenece a un grupo étnico de la Amazonía peruana, y que reúne por lo menos a ciento cincuenta pequeñas comunidades a lo largo de las riberas del río Ucayali, sus afluentes y lagos de meandro en la cordillera de los Andes. Ella habla, sin embargo, el castellano, y con gran entusiasmo nos compartió lo que hace. Aquí un fragmento de nuestra conversación: - ¡Bienvenida, Lastenia! a nuestra Feria Internacional 2021. - Muchas gracias, vengo del Ucayali, y estoy muy alegre y muy contenta de estar aquí y presentar mis trabajos en esta feria. - ¡Qué bonito su nombre…! - Sí, en shipibo quiere decir “La que llama los colores”. Y es que yo pinto a los personajes de las plantas medicinales de la selva, como la ayahuasca. En mis
sueños, ellos me visitan y y mi imaginación hace los trabajos. - Como estos trabajos que nos muestra y que estamos viendo… - Sí, como éstos. Las plantas me dicen cómo son, cómo quieren que las pinte y de qué color debo pintarlas o bordarlas en tapetes que hago. - ¿En dónde vende usted sus trabajos? - Solamente los vendo en Lima, en mi comunidad no hay cómo venderlos, no tengo mercado. Yo soy madre soltera con tres hijos, y de esto vivo. Entonces, pues es muy difícil. - Cuando llegué la escuché hablar en shipibo y me pareció muy lindo, como una canción llevada por el viento. Me gustaría grabarla, ¿puedo hacerlo? y que nos enviara un mensaje en shipibo… - ¡Claro que sí! Y en ese momento, Lastenia empieza a soltar sus palabras, y lo hace como cantando, como si fuera un pájaro recorriendo sus bosques del Amazonas (por cierto, tan amenazados por la voracidad humana que no tiene límite). Luego, termina y se ríe con la frescura diáfana de una niña; luego, se cubre la boca con su mano, en un gesto de candor espontáneo. No le pido que traduzca, adivino su mensaje de agradecimiento y hermandad, y sé muy bien que las emociones que surgieron al hablar, en su mensaje en shipibo, sencillamente no pueden ser traducidas. Le doy las gracias, y recibo de ella una sonrisa generosa. Me despido y me interno por los pasillos de la Fil, entre un mar de libros, reflexionando: ¡Tenemos tanto que aprender de nuestros hermanos indígenas! Tal vez tendríamos que actualizar la idea de los ceques andinos, para volver a crear esas líneas imaginarias, que nos unen, que nos hermanan con la diversidad de culturas que compone el asombroso mosaico latinoamericano.
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Angélica Carrillo Torres y Alfredo Pérez Nájera
MUERTE Y COMUNICACIÓN DE MALAS NOTICIAS EN MEDICINA
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La vida y la muerte forman un dialogo entre generaciones, transmiten información mediante las diferentes formas de pensar la muerte,
de contraer y asumir la enfermedad, de las formas de atención médica, de estilos de
vida; estos diálogos generacionales marcan pautas y crean referencias; sabemos sobre costumbres, actitudes y comportamientos que se tienen frente a la muerte porque se ha estudiado su unidad fundamental que es el hombre, sin embargo y dado que el fin de la vida es un fenómeno pluridimensional, la muerte, sus repre-
sentaciones, el duelo y la educación para la muerte
son fenómenos antropológicos que requieren de nuestra atención. La mayoría de los médicos no reciben instrucción sobre el fin de la vida y su afrontamiento, ni durante la licenciatura ni en los años de especialización médica.
En los planes de estudio de las facultades y escuelas de medicina en Guadalajara, la asignatura en tanatología o no existe o es optativa. No es escasa la información existente sobre pedagogía de la muerte, sin embargo, tampoco existe instrucción al respecto en el contexto de las instituciones hospitalarias, del hospital-escuela que es el habitus de los médicos residentes. Incluir en los planes de estudio de manera obligatoria una asignatura que reconozca que la medicina tiene límites es algo deseable,
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sobre todo en un momento histórico como éste en el que se creía estar ganando terreno a la muerte y de un momento a otro nos encontramos haciendo pausa en tanto se retoma el control de un virus que llegó para quedarse. La formación especializada y quizá un tanto deshumanizada por el propio ambiente en la práctica profesional del médico y la poca formación, a veces deforme que la sociedad tiene de la muerte por la influencia de los medios de comunicación, la propia sociedad y la cultura, denotan un problema: la muerte no ha sido “aprendida”, tam-
poco es asumida por la ciencia porque se considera
una derrota; el Dr. Enric Benito expresa que el modelo biomédico se encarga solo de lo objetivable, lo medible y lo cuantificable, por lo tanto, el proceso de morir no es comprensible para este paradigma. («El morir, 2021). La muerte es parte del proceso vital, salud, enfermedad, atención y muerte, sin embargo, no se ha establecido como elemento formativo en la instrucción médica a pesar de ser inherente a nuestra condición humana; el hospital es corresponsable en la formación de médicos especialistas, es un lugar de interacción y formación social que puede consolidarse mediante sus prácticas como una fuente de valores para fortalecer la estructura y la conciencia social. Los signos patológicos de nuestros tiempos: el envejecimiento de la población; el incremento de casos de enfermedades crónico-degenerativas; la depresión; el exceso de información, las enfermedades emergentes y los duelos no resueltos, sumados al hecho de que el proceso de muerte es difícil para la mayoría de las personas y a la prevalencia del síndrome de desgaste profesional, nos sitúa como siempre y más que nunca frente a la necesidad de fortalecer al personal de salud ya que las habilidades para habitar en un ambiente de enfermedad, muerte y dolor se dan por asimiladas y aprendidas, sin embargo, no siempre es así. La educación médica es compleja, como todas las disciplinas manifiesta diferencias en la práctica, sin embargo,
mejorar la calidad de vida de los médicos residentes
a través de la formación puede generar relaciones humanizantes con las consecuencias deseables para todo el contexto social. Comunicar malas noticias en el ambiente hospitalario es una acción cotidiana y complicada, no solo por lo que implica, sino por no saber cómo hacerlo. Informar al paciente y a sus familiares de manera clara y sensible es una necesidad porque aclara el panorama a los enfermos y a los familiares, da oportunidad de ocuparse
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de asuntos importantes que podrían quedar inconclusos y de tomar decisiones importantes respecto del tipo de atención que desea al final de su vida. En lo que respecta los médicos, la capacitación que se les pueda ofrecer respecto de comunicación de malas noticias les evita la ansiedad. Treinta y tres médicos residentes entrevistados en dos hospitales de tercer nivel de la ciudad de Guadalajara, de agosto del año 2020 a octubre del presente, aseguran que comunicar las noticias desfavorables les incomoda o les provoca ansiedad, incluso la mayoría reconoce que parte de su cuerpo se manifiesta al momento de comunicar la noticia. El Dr. Roberto Castro, en la investigación “Génesis y práctica del habitus médico autoritario en México” destaca que ciertos aprendizajes
que se dan en el proceso de formación de
los médicos residentes coinciden con actitudes que se desarrollan en el habitus médico; la formación en pedagogía de la muerte no garantiza que esas actitudes se eliminen, sin embargo la manera de involucrarse con la muerte y los pacientes es distinta porque la
formación tanatológica diluye la tensión
entre la vida y la muerte. La socialización de los estudiantes de medicina surgió al final de la década de los años cincuenta del siglo pasado como objeto de estudio dentro de la sociología médica estadounidense. La escuela de Columbia (Merton, Reader y Kendall, 1957) y la escuela de Chicago (Becker et al., 1961) lideraron la investigación en esta materia. Desde entonces, varios tipos de aprendizajes fueron identificados como cruciales para los estudiantes en su proceso de formación. Destacan entre ellos el entrenamiento para la «incertidumbre» (el estudiante debe acostumbrarse a la dificultad de diferenciar entre las limitaciones de conocimiento de la ciencia médica y sus propias limitaciones personales); el entrenamiento para la «atención distante» (el estudiante debe aprender a regular su involucramiento personal con los pacientes), y el entrenamiento para el «manejo de los errores y fracasos» en su práctica. Común a estos aprendizajes es el desarrollo de cierto cinismo que los estudiantes y los médicos generan con respecto a su trabajo, y en relación con otros colegas y con los pacientes” (Wear et al., 2009; Castro, 2014). La au-
sencia de una discusión sistemática sobre la muerte
y sus implicaciones en el contexto de la educación médica contribuye tarde o temprano a la enfermedad, esta condición debe ser reconocida y valorada regularmente ya que puede tener repercusiones personales, familiares y laborales, sobre todo las relacionadas con la calidad de la atención y con el placer profesional. La falta de formación en tanatología educativa y en comunicación de malas noticias vulnera el derecho a la educación de los estudiantes de medicina y en consecuencia el derecho a una buena atención del paciente, también la necesidad de aprender de la vida al hablar del proceso de muerte.
Referencias Bibliográficas
Bermejo, J. C. (2021). Empatía y compatía. Humanizar, 30-31. Castro, R. (16 de noviembre de 2014). Revista mexicana de sociología. Gómez Sancho, M. (2006). El hombre y el médico ante la muerte. Madrid: Arán. UNAM, F. D. (marzo de 2014). “Actitud ante la muerte del paciente en los médicos adscritos y residentes del servicio de Anestesiología del Hospital Regional, 1° de Octubre. México.
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LOS CARACOLES
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Alguna vez, caminando por la playa, te has preguntado al levantar algún caracol de la arena y ver lo hermoso y geométrico que pueden ser, ¿Cómo se forman? ¿Qué organismo lo forma? Son los moluscos los que van formando y construyendo esos complejos caparazones con una precisión matemática. ¿Cómo es posible esto si estos pequeños animalitos no conocen nada de esta ciencia? Su arquitectura es tal que, en muchos casos, son la inspiración de arquitectos e ingenieros, pues han demostrado construir el caracol o caracola con una dureza, belleza, complejidad y duración inigualable. Estas elaboradas formas surgen de tres reglas simples que los moluscos siguen, además de trabajar con las fuerzas mecánicas y físicas que se producen durante el crecimiento de la concha. La primera regla es expandir: el molusco comienza segregando capas sucesivas de carbonato de calcio en la boca de la concha (inicio) y, a medida que va creciendo, va depositando más material creando una apertura mayor. La segunda regla es rotar y esto lo logra al depositar mayor cantidad de material en un lado de la apertura: los moluscos van construyendo una configuración con forma de rosquilla a partir de lo que inicialmente era un círculo. La tercera regla es retorcer: el molusco gira los puntos en los que deposita el material. Cabe aclarar que las diferentes combinaciones de estas reglas producen espirales con formas distintas. ¿Sabías que los modelos matemáticos precisan que cuanto mayor sea el ritmo de expansión del molusco (es decir la velocidad a la que el diámetro de la apertura
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aumenta) menos pronunciado serán sus nervaduras? Es decir, mientras más rápido crezca más lisa será la concha; y, mientras más lento crezca, más nervaduras tendrá. ¿También sabías que el 90% de los gasterópodos son diestros? Es decir, construyen sus caracoles y/o conchas en el sentido de las manecillas del reloj. Y sólo el 10% lo hace en forma contraria. Por cierto, hoy en día hay gente que paga precios altos por encontrar caracolas zurdas. También se sabe que los factores ambientales influyen grandemente en el ritmo de crecimiento de las conchas. Existen cerca de 35,000 especies vivas entre la que destaca la clase gasterópoda conformada por los caracoles marinos. Sin embargo, no todo es dicha:
tenemos espe-
cies en peligro
de extinción por la sobreexplotación y la contaminación como es el caso del Caracol Púrpura Pansa. Dicho molusco, desde épocas prehispánicas, es utilizado para teñir los textiles indígenas. Sin embargo, compañías asiáticas desde los 80’s del siglo pasado abusaron de la explotación de esta especie, causando grandes daños; sin embargo, también hay que ver un poco más de fondo: ¿Quién permitió a estas compañías extranjeras la sobreexplotación? Claro: los gobiernos, pero también los ciudadanos por desconocer los recursos naturales que posee México y no protegerlos y por la apatía que lleva a no involucrase con el cuidado del ambiente. En los dibujos de abajo se explican las tres reglas, así como la velocidad del crecimiento y sus nervaduras. Otro ejemplo de caracol afectado por la sobreexplotación es el Caracol rosado: éste ha sido codiciado por su carne, así como por su hermosa caracola color rosa. El tercer caso no se encuentra en peligro de extinción, pero los científicos de todo el mundo lo están estudiando: son los caracoles Conus, con una familia de entre 500 a 700 especies de las cuales un centenar de ellos son sumamente venenosos. Investigaciones revelan que la insulina que segrega el Conus geographus provoca un ataque hipoglucémico en sus presas, para devorarlas con toda calma. En el Conus regius destaca una molécula en su veneno, un péptido que impide la transmisión de las señales de dolor por parte de las neuronas, el cual es el motivo de estudio por científicos para utilizarlo en lugar de sustancias opioides en tratamientos postoperatorios o tratamientos de cáncer, para disminuir el dolor; tiene la ventaja de no generar adición.
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BIOÉTICA Y MORAL
La ética como tal, puede ser abordada desde diversos puntos de vista, esto es, desde varias perspectivas humanísticas y sociales. En efecto, desde la filosofía, trata de la justificación de decisiones sobre el comportamiento; desde la psicología, la ética es la manera de pensar en la cual el individuo toma dichas decisiones; desde la sociología, es un acuerdo social sobre el comportamiento, el cual a su vez sostiene un patrón de solidaridad social; desde la ciencia política, la ética es el sistema de normas formales (la ley) e informales (la moral) que hace posible una sociedad ordenada. La ética por lo tanto es un fenómeno multidimensional, y en ese sentido, permite un abordaje transdisciplinar. Por otra parte, no es posible definir el concepto de la “moral” por adelantado, ya que el fin del análisis fenomenológico es la clarificación del ámbito moral. Es relevante, el hecho de que una fenomenología que no toma en cuenta las perspectivas religiosas de una manera justa no puede aspirar a representar la experiencia humana. Ya en el Concilio Vaticano II, la constitución pastoral Gaudium et Spes, es contundente al afirmar que la labor de la Iglesia
Católica en el mundo contemporáneo, y con ello de todos los credos, será a final de cuentas, y ante la vertiginosidad de los tiempos que corren, darle al hombre, razones para vivir y razones para esperar. Si nos atenemos al ámbito filosófico, el imperativo categórico de Immanuel Kant ofrece un método racional para juzgar y justificar normas de acción, aún vigente. El oriundo de Konigsberg, uno de los grandes filósofos modernos fallecido en 1804, afirmó que el sentido del deber era producto de la voluntad para actuar de acuerdo con la ley moral; no obstante, Kant aceptó la idea de que los imperativos categóricos en sí mismos tienen sus raíces en normas sociales. Más recientemente, diversos filósofos han aceptado la idea de que, aunque la justificación de la perspectiva ética es otra cosa, la moral tiene sus raíces en normas sociales y genera reglas sociales. Otro punto relevante es que para Durkheim el bienestar en tanto elemento deseable era el elemento de la moral que los utilitaristas tomaron como marco central teórico de la ética, explicando que lo deseable no implica solo ser deseable por el agente, sino implica el bienestar de todos – el mayor bienestar para el máximo número de personas. La solidaridad, siguiendo a E. Durkheim sería el tercer elemento de la moral como adhesión a los grupos sociales. Es la solidaridad, un elemento clave desde cualquier análisis fenomenológico que se pretenda realizar, pues sin ella, como especie no habríamos arribado a los umbrales del Siglo XXI, esto es, si hubiésemos prescindido de tendernos la mano los unos a los otros. Las teorías e ideales constituyen, en la explicación durkheimiense, un punto nodal, toda vez que son un elemento esencial de la fenomenología del ámbito moral, es decir, las perspectivas, teorías e ideales de los filósofos y teólogos a través de los siglos, además de que este elemento simbólico de la moral está relacionado con los otros. Aunque el contenido de una teoría ética o la otra puede poner énfasis en las normas sociales, la solidaridad
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o el bienestar, la teoría en sí misma es una representación simbólica. Lo anterior implica tanto que el estudio científico de la moral tiene que tener en cuenta un análisis del pensamiento ético como que la ética teórico-filosófica y religiosa tiene que considerar el desarrollo histórico y la función de la moral en la sociedad. Peter Strawson postula a este respecto, que la gente generalmente es pluralista en vez de sistemática con respecto a los ideales que tiene y que estas imágenes de lo idóneo pueden contener elementos que están en conflicto. Los elementos del ámbito moral están tan interrelacionados que se puede entender una decisión única por medio de cualquiera de los elementos. Alguna gente aparentemente experimenta la moral según un elemento único en contraste con los otros: reglas o normas, ideales o emociones. Distintas culturas tienen su enfoque en un elemento como más central que otros y en distintas épocas históricas se puede encontrar uno u otro como referente. La primera tradición del pensamiento ético occidental y la más antigua está basada explícitamente en los
conceptos de una persona buena y de una sociedad
ideal. Se incluyen aquí tanto las perspectivas religiosas, las cuales derivan sus modelos de la vida ejemplar de
varios escritos sagrados o de las enseñanzas de tradiciones religiosas, como las perspectivas seculares en precedentes históricos o en ideales humanísticos tradicionales. La característica común de estas perspectivas es que se refiere a un modelo, un prototipo ideal, de la sociedad buena o de la persona virtuosa como criterio para las decisiones morales. La crítica más importante de la perspectiva idealista es que frecuentemente la
gente está en desacuerdo sobre el significado preciso de las virtudes o
los ideales. Por ejemplo, para algunos individuos es una virtud tomar todas las decisiones en vez de hacerlo su mujer para cuidar de ella apropiadamente; para otros hombres, esto sería una transgresión de los derechos de la mujer, en el marco de los derechos humanos. Según el racionalismo, por otra parte, la ética es un sistema de re-
glas racionales y universales que
se aplica a todo el mundo. Kant fue el máximo teórico de esta postura. El racionalismo, por cierto, va muy ligado a los derechos humanos y ha servido de referente para su desarrollo en las últimas décadas; en nuestro país específicamente a nivel constitucional con la reforma de junio de 2011 que ha traído un vuelco en esta materia y la manera en como son concebidos particularmente en ámbito jurídico y sociológico. Para el consecuencialismo, lo indispensable es poner el acento en la virtud de la prudencia y en las consecuencias de las acciones; según esta perspectiva, un acto es aceptable desde el punto de vista moral si los efectos del acto son los mejores, para la mayoría de la gente, teniendo en consideración los actos alternativos posibles. La crítica más importante del consecuencialismo, o utilitarismo, o consecuencialismo del utilitarismo es que podría negar
los derechos individuales a favor
de los beneficios para la mayoría. La ética discursiva se desarrolló en Europa y Latinoamérica hacia finales del siglo pasado. A filósofos teutones, como Habermas y Apel les pareció que era mejor tener confianza en el poder de la comunicación o el discurso para lograr principios universales que puedan determinar juicios morales. La única manera según esta postura, de lograr la universalidad de los principios éticos y la racionalidad es por un consenso intersubjetivo
logrado a través de la interacción
discursiva. La perspectiva feminista, por otro lado, afirma que la tradición ética occidental no ha tomado suficientemente en consideración la experiencia femenina; el citado planteamiento se centra en la red de relaciones personales de los individuos involucrados. Las obligaciones morales son particulares y contingentes. La gente tiene que considerar las facetas únicas y particulares de las decisiones morales y actuar teniendo en mente el cuidado que se les debe a los individuos involucrados. La voz de las mujeres, en este contexto, ha permanecido ahogada, callada, por el afán de control por parte de los hombres. La mitad de la especie humana, bajo esta óptica, ha sido excluida de la ética. En la ética pluralista, desde la perspectiva de un análisis fenomenológico, es obvio que la moralidad es un hecho histórico y la ética teórica es históricamente contingente. La moralidad social debe ser coherente y consistente hasta un grado, pero históricamente esta consistencia no es total. Falta cerrar la idea entre la ética pluralista y las moralidades, y en el mejor de los casos, con la estructura de lo que va del presente artículo, incluir una definición de esta corriente. Hablar de una perspectiva moral es hablar desde la perspectiva de sí misma. Hay muchas consideraciones que pueden calificar como razones. Normalmente tratamos de mante-
nernos consistentes, fieles y respetuosos como miembros de nuestra
sociedad. Tal es la ética y así vivimos cambiando nuestra vida común con pequeños ajustes. Esperamos que los que sigan a nuestra generación vayan a hacer sus propios ajustes y mejoramientos a las normas con razones mejores y que eviten nuestros errores. Arellano y Hall llegan a la conclusión, hasta cierto punto compartida por este autor, de que nuestra manera de vivir (abarcando moral y perspectiva ética) no es final, ni absoluta ni universal. No es la ética que justifica la cultura, sino es la cultura que justifica la ética. Siempre quedarán ajustes posibles para mejorar la vida social. La multiplicidad de posturas abona a contar con un conocimiento más profundo de la ética teórica y de la fenomenología para abordarla. Los autores estudiados son cuidadosos al desmenuzarlas y mostrar sus pros y sus contras. En efecto, desde la Ilustración y hasta nuestros días, la razón ha tomado el papel central en la explicación de las cosas y del mundo, y la filosofía desde luego no ha estado exenta de esta apertura. Sin embargo, en medio del diálogo propuesto, el tomar en consideración a los Clásicos y a las tradiciones religiosas será de gran utilidad para enriquecer el discurso de la evolución de la ética como parte de la filosofía.
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EVITANDO LAS DIETAS
Hace unos días mi hija de solo once años me pidió una dieta y pareciera una pregunta natural debido a que es hija de una nutrióloga. Pero, la verdad, la mire incrédula.
“¿Para qué quieres una dieta?, cariño; ¡Comes súper bien!”. Y pensé: “Comemos bien para no necesitar dietas”. Fue una pregunta “normal”, después de haber escuchado a su madre hablar constantemente de nutrición, o haberme oído preguntar algo ante una llamada donde respondo dudas o explico lo que hacer y lo que no. En efecto, me ha acompañado muchas veces en las clases; ella comenzó dibujando en el pizarrón para no aburrirse mientras yo exponía y terminó por estar en las bancas con un cuaderno y escuchar atenta y participar. Incluso se cambió el nombre, por mucho tiempo fue Ajonjolí. Me preguntó sobre lo que escucha, lo que ve en la tele, lo que hacen otros miembros de la familia mayores que ella, o respecto a la preocupación de algunas personas que se acercan para preguntar sobre su peso, cuando ella me acompaña. ¿Habrán despertado su pregunta? La abracé y miré en sus ojos.
Detecté el temor al que se une su alma compasiva, su idea de pertenecer, como el resto, a un grupo de mujeres, a aquellas que sueñan con un cuerpo específico. Un cuerpo del que aún ella no es totalmente consciente, del que aún no comprende dimensiones… y alcances. Sus brillantes ojos me insistían: “... ¡Porfis!, Una dieta…”. Para un ángel que disfruta comer tomates cherry y uvas, que cena ensalada por el gusto de que crujan las verduras en su boca y adora el aceite de ajonjolí y las aceitunas.
Hemos sembrado juntas el disfrute de los tés naturales, los que bebe a sorbos mientras cierra los ojos y la cocina no se nos resiste. Disfrutamos del azúcar y no nos torturamos con la báscula que vive sólo en mi consultorio y nunca sale, aunque haya una visita que quiere que aparezca. Me sorprendió su pregunta. Tanto que la escribo ahora y la comparto. Así que continué: “¿A qué te refieres con una dieta?”, intentando averiguar que era en realidad lo que buscaba. “Sí, contestó, para que me digas que deje de comer lo que me hace daño”. “No necesitas una dieta para eso. Ya sabes qué cosas no son del todo buenas para ti y cuáles comemos de vez en cuando porque nos hemos convertidos en catadoras” y me reí. Sus enormes ojos sonrieron y me abrazó. “¿Que necesitas?”, pregunté de nuevo. Mientras esperaba la respuesta pensé: “Debo conectar. Como con tantas personas que te sacan de tu día para llevarte al teléfono”. La recordé mientras me veía trabajar:
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“Necesita entrar al mundo de mamá”. A ese espacio que parece solo mío, que está rodeado de un lenguaje que ella conoce y que la llena desde siempre. Pero que es el espacio de adultos con adultos. La recuerdo robándome los champiñones de la ensalada o comiendo hojas de espinaca como botanas. Nunca la he obligado a comer sano, pero adoro como imita desde pequeña mis gustos por los vegetales. “Tienes una niña rara”, me dijeron alguna vez y yo me puse a sonreír. Nunca he sufrido porque algunas verduras sepan mal o porque en casa nos guardaran los postres si no comíamos bien. Siempre disfruté comer así, así nací, supongo. La nutrición solo vino a ser parte de lo que ya era mío. Las personas sacan lo que ya las habita: damos voz a lo que está dentro. Sin embargo, educamos el paladar y la mente, por supuesto. Nos entrenamos y disciplinamos los impulsos que provocan ciertas mezclas y sabores en nuestro sistema nervioso. Aprendemos con las experiencias. Nos vamos apoyando y guiando con otros. Una nena de once que también disfruta de los dulces en las piñatas, el pastel y los helados; que hace ejercicio y ama bailar; que patina y vibra y canta, no debería estar preocupada por los kilos, la panza plana o el cutis perfecto. Como no deberíamos estarlo ninguno de nosotros. Justo debemos integrar la nutrición al “siempre”. Pequeños cambios que hacen grandes cambios. Para pasarla mejor cuando el anuncio, la imagen o la idea nos cruce por el corazón con la intención de hacer campamento. Para que no crezcamos con necesidades aprendidas: cosas que quizá explican un poco aquello que perdimos; la confianza, la seguridad, la tan aclamada autoestima, el amor por lo bonito que es el espejo, donde hay más que tallas, líneas y formas. Soy nutrióloga, es verdad, pero amo la educación en nutrición tanto como el tratamiento. Somos seres de aprendizaje constante. Dar clases y recibirlas es realmente una de mis pasiones. Pero quizá el aprendizaje más importante es amarme a mí, sin compararme, dejar el comentario superficial fuera, construir una enorme burbuja por la que sólo entra aquello que me suma. Permitir a mi hija ser y encontrarse con estás dudas y pasar de largo junto a los escaparates, las imágenes, la música, la moda, etc. Que no la define; de hecho, la limita. Todas y todos hemos pasado por esto más de una vez. ¿O no?
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PROYECTO DE VIDA EN LA TERCERA EDAD
“El objetivo de la vida humana es alcanzar la felicidad, la plenitud. No es posible conformarse con menos. Todos vamos dirigidos hacia ello como la flecha del arquero hacia su blanco” Diego Gracia
Muchos llegamos a pensar que hablar de un proyecto de
vida es tema para
adolescentes, jóvenes o adultos, pues la vida les corre por delante y es necesario saber qué se hará en ese tiempo para alcanzar las metas de la vida, ejercer la vocación y capacitarse para estar más preparado. Pero el adulto mayor ¿Ya no tendrá posibilidad de hacer un proyecto de vida?, ¿Será que el destino sólo es dejar que pase el tiempo hasta la muerte?, ¿Ser sólo un espectador de lo que el “mundo joven” hace con el mundo? Se necesita pensar en la continuación de ese proyecto de vida, a pesar de la pandemia; lo que nos queda es pensar en lo que tenemos que desarrollar en las dimensiones de la persona: ¿Cómo está mi salud y cómo la atiendo?, ¿Cómo están mis
pensamientos, sentimientos y con-
ductas?, ¿Me ayudan a ser la persona que planee o vivo con rencores o preocupaciones que sólo aplazan mis planes?, ¿Mi capacidad de generar recursos es la que necesito?, ¿Tengo una buena red de apoyo tanto familiar o de amistades?, ¿Tengo un sentido de vida que da soporte a la realidad que manejo?, ¿Mi fe y mis creencias me ayudan a dar sentido a lo que acontece a mi vida?
Cuestionario
¿Para ti: ¿cuándo una persona es anciana? ¿Cuándo una persona deja de aprender? ¿Cuándo se debe de renunciar a los sueños? ¿Qué marca el éxito en una persona? ¿Cuándo se acaba de vivir? ¿Cuál debe ser la misión principal de una persona?
Son muchos los cuestionamientos que se tienen, de acuerdo a la edad que vamos alcanzando y también muchas las creencias que nos van limitando o motivando para actuar, pero sobre todo para enfrentar la vida. Al aumentar la expectativa de vida, aumentan entre otras cosas nuestra necesidad de sentirnos útiles y no casarnos con la idea de que lo viejo es lo que ya no sirve, y no esperar a que los otros grupos de edad valoren a las personas de mayor edad: el valor es lo que uno da a sí mismo y es tarea personal de empoderar la vida, valorando los conocimiento y experiencias que se han ido acumulando con el tiempo, pero también desarrollando la capacidad de aprender lo nuevo que la vida trae. El proyecto Tuning, que en principio se originó para guiar el desarrollo de competencias en universitarios, ha sido también adaptado para todas las personas en general y, por supuesto, el adulto mayor está incluido. Claro ejemplo ha sido la creciente demanda de uso de tecnología en esta pandemia para poderse comunicar y que hasta se ha acuñado el término de analfabeta digital a quien no tenga los conocimientos básicos de internet y plataformas de redes sociales como Facebook, Instagram, twitter, entre otras.
Proyecto Alfa-Tuning
El proyecto Alfa-Tuning es una iniciativa de universidades para universidades creada para mejorar las condiciones de aprendizaje; el proyecto se va regionalizando y busca el desarrollo de competencias para un mejor actuar en el mundo actual. Abarca todo un conjunto de capacidades, que se desarrollan a través de procesos que conducen a la persona a ser competente para realizar múltiples acciones (sociales, cognitivas, culturales, afectivas, laborales, productivas), por las cuales proyecta y evidencia su capacidad de resolver un problema dado, dentro de un contexto específico y cambiante.
COMPETENCIAS GENÉRICAS DE AMÉRICA LATINA
1. Capacidad de abstracción, análisis y síntesis; 2. Capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica; 3. Capacidad para organizar y planificar el tiempo; 4. Conocimientos sobre el área de estudio y la profesión; 5. Responsabilidad social y compromiso ciudadano; 6. Capacidad de comunicación
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oral y escrita; 7. Capacidad de comunicación en un segundo idioma; 8. Habilidades en el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación; 9. Capacidad de investigación; 10. Capacidad de aprender y actualizarse permanentemente; 11. Habilidades para buscar, procesar y analizar información procedente de fuentes diversas; 12. Capacidad crítica y autocrítica; 13. Capacidad para actuar en nuevas situaciones; 14. Capacidad creativa; 15. Capacidad para identificar, plantear y resolver problemas; 16. Capacidad para tomar decisiones; 17. Capacidad de trabajo en equipo; 18. Habilidades interpersonales; 19. Capacidad de motivar y conducir hacia metas comunes; 20. Compromiso con la preservación del medio ambiente; 21. Compromiso con su medio sociocultural; 22. Valoración y respeto por la diversidad y multiculturalidad; 23. Habilidad para trabajar en contextos internacionales; 24. Habilidad para trabajar en forma autónoma; 25. Capacidad para formular y gestionar proyectos; 26. Compromiso ético; 27. Compromiso con la calidad.
Un proyecto de vida se define como el conjunto de expectativas, acciones, decisiones que la persona desarrolla para alcanzar metas que ha decidido que lo harán feliz; se construye no sólo desde la idea de futuro, sino también desde el presente, a partir de reconocer los propios intereses, el tipo de actividades que se elige realizar y, claro, también desde los valores personales. En este programa es necesario tomar en cuenta la viabilidad, la factibilidad y los riesgos a los que se pudiera enfrentar y tener la apertura suficiente de cambiar ruta si es necesario. Cada acción conlleva una toma de decisión que está sujeta a una renuncia y que lo define en el presente, pero también lo proyecta al futuro. El proyecto de vida se compone de elementos que están todos relacionados y estos son: las metas, las acciones, las dimensiones de valor, los valores y la coherencia. Las metas: es lo que se quiere alcanzar y lo que se considera importante para la vida; a algunos les quedará claro, pero otros necesitaran ayuda para definirlos. Las acciones: son los actos que cada individuo pone en marcha para alcanzar las metas, mismas que van de acuerdo a las competencias que son necesarias para la etapa de vida que cruzan; si por alguna situación particular el adulto mayor no pudiera tomar la decisión de las acciones, éstas serán propuestas por las personas que convivan con ellas y que las representen. Las dimensiones de valor: son todas aquellas acciones saludables y de autocuidado que indican que la persona que las realiza valora su salud. Las dimensiones de valor se pueden clasificar en las siguientes: autocuidado y salud, creatividad, ocio y tiempo libre, trabajo y carrera profesional, tratarse bien a uno mismo, crecimiento personal y educación, espiritualidad, amistades y relaciones sociales, comunidad y voluntariado, entorno y naturaleza, además de la familia.
Ejemplos de las dimensiones de valor
• Reducir media cucharada de azúcar en el café; • Leer una hora diaria; • Realizar yoga; • Salir a andar todos los días durante 20 minutos; • Correr lunes, miércoles, viernes y domingo • durante 1 hora; • Introducir una pieza de fruta en el desayuno; • Buscar actividades de colaboración con la comunidad; • Dormir 8 horas. Los valores: son los principios o virtudes que orientan a las metas y las acciones para conseguir lo que se quiere y que tienen que ver con lo más profundo de la persona y que considera importante, y ayudan a dar sentido cuando la meta no es alcanzable o realista y puede reestructurar la meta a algo alcanzable y de mucho valor. La coherencia: tiene que ver con la congruencia entre las acciones y metas con los valores del individuo. Se distinguen dos tipos de coherencia: la primera es cuando lo que pensamos, sentimos y actuamos van en el mismo sentido; y la segunda es cuando realizamos acciones que además de ir hacia la misma dirección el producto de hacer lo que pensamos, sentimos, nos da satisfacción de haber hecho lo correcto. Uno de los principales retos a vencer para hacer el proyecto de vida en la tercera edad, es acabar con todos
los estereotipos y creencias acerca de la edad adulta
mayor, nada más alejado de la realidad, pues la vida no se acaba porque la juventud haya dado paso a otro cuerpo, con otras características y con otras necesidades. Trazar un plan de vida ayuda primeramente a reforzar el sentido de la vida de cada individuo. Saber que el aprendizaje, a pesar de las enfermedades, se da: esto es importante para vislumbrar nuevos rumbos. Pensar que, por ser adultos mayores, se es parte de un grupo igual para todos es falso: las investigaciones señalan todo lo contrario: que el envejecimiento es un proceso absolutamente heterogéneo donde interactúan factores biológicos, ambientales, sociales y psicológicos. Por tanto, envejecer, incluso cuando existe un proceso de deterioro importante, es un proceso absolutamente singular. Es por eso que afirmamos que la vida no acaba hasta que se acaba.
EL VOLUNTARIO COMO FUENTE DE APOYO EMOCIONAL
El asunto que nos convoca hoy es de enorme relevancia, debido a que con la pandemia que se vivió y adicional a otras realidades de la vida diaria, hay heridas que se abrieron y que van a ser complicadas de curar. La vulnerabilidad en distintas dimensiones del ser humano produce una necesidad evidente de apoyo emocional en la raza humana. Sin lugar a la duda, esta clase de ayuda es una de las maneras más sutiles e íntimas que se puede dar a un individuo en una situación difícil; es un consuelo que emana por medio de la voz que alienta, la empatía, la buena escucha y la caridad que se proponen hacia el que lo necesita.
El apoyo emocional como destreza
La ayuda emocional es un paliativo que una vez que se tiene el sentimiento de soledad o se encuentra desbordado por las emociones, es un sostén que aporta desahogo, estabilidad y serenidad. Cabría preguntarse: ¿qué aspectos se debería tomar en consideración si se quiere brindar apoyo emocional a otras personas? Ante todo, para proveer soporte al prójimo es preciso ejecutar la escucha y la empatía hacia los demás. Sin olvidar que este beneficio su finalidad elemental es apoyar en situaciones difíciles. Si una persona quiere ser un soporte para aquellos que pasan por un estado de fragilidad emocional deberán entrenarse para desarrollar esta habilidad.
La trascendencia del voluntario en la escucha hoy en día
Al igual que se cita en líneas anteriores, hoy se destaca que la habilidad para escuchar de forma activa es el cimiento para generar un espacio de discernimiento y validación de sentimientos. Escuchar no es lo mismo que oír: al escuchar se precisa poner en activo todos los sentidos, como son los oídos, los ojos, los gestos, etcétera. Todo voluntario que se involucra en la tarea de escuchar debe permanecer alerta de lo que se expresan las personas y así ellas puedan apreciar que se les comprende. En este sentido, se destaca que escuchar es un arte, lo alude Churchill el cual decía que, si para levantarse y hablar se necesita valor, también se necesita para sentarse y escuchar, al leer la frase hace eco de la importancia de aprender a escuchar y practicarla en la vida diaria. Siguiendo en este punto se reconoce que los voluntarios poseen cada vez más el arte de percibir las necesidades de los demás, lo que los lleva a colaborar de forma activa como agentes de salud y ser fuente de asistencia de las múltiples áreas de la vida cotidiana, al conformar una pieza significativa de los que sufren y requieren de ser atendidos. Indudablemente, el aislamiento y las pérdidas comunes transforman a la humanidad, lo que provoca un cambio en hábitos usuales que hay que enfrentar. Sin embargo, dichos cambios en distintas situaciones confrontan y conducen a conflictos individuales, los cuales provocan ansiedad, tristeza o estrés. Aquí lo interesante es el trabajo del voluntario el cual radica en efectuar el bien, de manera afable, donde el apoyo que se brinde se haga con maestría y se priorice a las emociones
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y angustias de las personas. Paralelamente a estas acciones, se confirma que el trascender del voluntario en la actualidad, no sólo es por la tarea que efectúa en el bienestar de los otros, sino también que es parte de
un crecimien-
to personal, integrado al rol que aporta a la sociedad al ser un portador de cordialidad y esperanza. conflictos.
El siguiente mensaje de Mahatma Gandhi, deja explícito qué es ser portador de esperanza y fuente de apoyo para los demás:
Toma una sonrisa, y regálasela a quien nunca la ha tenido. Toma un rayo de sol, y hazlo volar hasta allí donde reina la noche. Descubre una fuente, y haz que se bañe en ella a quien vive en el fango. Toma una lágrima, y ponla en el rostro de quien nunca ha llorado. Toma el valor, y ponlo en el ánimo de quien no sabe luchar. Descubre la vida, y cuéntasela a quien no sabe captarla. Toma la esperanza, y vive en su luz. Toma la bondad, y dásela a quien no sabe dar. Descubre el amor, y dáselo a conocer al mundo.
Portador de esperanza
Si se puede sintetizar la identidad del voluntario en una expresión se enuncia en el término esperanza debido a que el voluntario es el que
representa al ser que vive, siembra y difunde en su praxis la
esencia del buen samaritano. Claro está que para llevar a cabo el voluntariado se tiene que revestir de ella, en virtud a que es una elección que hace bien a él mismo y al prójimo al ser mensajero significativo de la misma. La esperanza no se forja de certeza, sino de expectativas e incógnitas. Es soltar y darse; este ideal de esperanza no se inventa, solo se edifica; se debe adiestrarse para sembrar dentro de sí y poder ofrecerla a otros a irradiar hacia afuera de sí mismo. El voluntario previene y cultiva la esperanza gracias a su presencia prudente, él proyecta una chispa de luz en la vida del sufriente, contribuye para que crea en la bondad, inclusive en la impotencia de las pérdidas cotidianas; lo impulsa para sacar sus vivencias interiores para encarar los
Nutrir la esperanza
El sufrimiento y los inconvenientes de la vida habitual son una advertencia para la esperanza que se aprecia como un reto frente a las tribulaciones. De ahí la funcionalidad del voluntario en este punto, cuyo quehacer no es únicamente la de proclamarla sino la de descubrirla y conservarla en las personas; por lo tanto, nutrir la esperanza ni es exclusivamente negar las emociones o las experiencias negativas de los individuos, más bien al fortalecer su reacción de confianza o de disposición ante el dolor que experimenta. Hasta ahora lo más sobresaliente es preservar viva la esperanza que representa, sobre todo, encontrarse en armonía con la realidad de las personas y con los espacios donde se percibe debilidad en la parte humana y espiritual; primordialmente cuando están ante el diagnóstico de una enfermedad, o la aparición de un problema que parecía resuelto, la muerte de un ser querido que parece inevitable, y en el que los límites del tiempo y del espacio, reducidos por una pérdida trascendental, no impide al ser humano atesorar el presente y aquello que pueden ofrecer al dar un sostén a través de la empatía y el apoyo emocional, mediante la escucha activa que el voluntario ofrece en los momentos de crisis. En otras palabras, el voluntario es una luz en la penumbra, alguien que extiende su mano a quien se ha caído en el hoyo para continuar con el modelo de Jesús que es la esperanza del mundo y el símbolo del verdadero amor.
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ACOMPAÑAMIENTO Y CUIDADOS DEL ADULTO MAYOR
Por Wendy Lorena Santos Coos y León / Trabajadora Social
En Fundación PiSA® Stella Vega A.C., el programa «PiSA® Abrazando al Adulto Mayor» tiene el firme compromiso de mejorar el estado de nutrición y de salud en Adultos Mayores que viven con altos niveles de vulnerabilidad o en una situación de abandono y por ello continuamos trabajando con las Organizaciones de la Sociedad Civil afiliadas al programa para poder contribuir en la mejora de la calidad de vida de las personas. Por ello en esta edición participamos con la Revista Vida y Salud del Centro San Camilo A.C., para compartir la importancia del cuidado y el acompañamiento al adulto mayor. Gran parte de los adultos mayores con el paso del tiempo sufre cambios que van desde su estado físico y emocional a sus ideas y pensamientos, por lo que es de suma importancia el cuidado emocional y físico para enfrentar de manera positiva la trasformación del paso de los años; mantener una vida activa y hábitos saludables puede favorecer las condiciones para conservar una adecuada salud emocional, así como el contar con redes de apoyo (familiares, amigos y cuidadores) quienes contribuyen a generar su bienestar físico y emocional. De acuerdo con Hernández (2014, en el Manual de cuidados
generales para el adulto mayor disfuncional o dependien-
te) hacemos nuestras algunas recomendaciones para mejorar la calidad de vida de nuestros adultos mayores: • No se debe alterar, bajo ninguna circunstancia, la dosis prescrita por el médico. • Llevarlo al baño en un horario establecido, cada dos o tres horas; si el adulto mayor no orina cuando esté en el baño, podemos darle agua o abrir la llave del lavabo para que lo asocie con el deseo de orinar. • En caso de uso de pañal, proteger la piel del adulto mayor con vaselina, pomadas y talco.
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• Revisar la temperatura de los alimentos. • Se restringe o elimina el consumo de café y alcohol. • Evitar la ingesta de líquidos durante la noche. • Integrar dentro del menú alimentos preferidos de la persona adulta mayor. • Colocar los artículos en secuencia, por ejemplo: junto al espejo el peine, sobre el lavabo • el cepillo de dientes, la pasta dental y el vaso; así mismo se pueden colocar instrucciones sencillas o fotografías junto al espejo en donde se describan los pasos a seguir. • Ropa preferentemente de dos piezas, cómoda y holgada (una talla mayor a la que usa), adecuada al clima, con broches adhesivos en ropa y zapatos cómodos con suela de goma. • En caso que el adulto mayor se encuentre en cama, realizar movilización continua cada 2 ó 3 horas, realizar cambios de posición 2 horas boca arriba, 2 horas sobre el lado izquierdo, 2 horas sobre su lado derecho, así como flexión y extensión de extremidades, usar colchón de aire de presión alterna, no elevar mucho la cabecera de la cama (no más de 30°), si va
a estar en cama o sentado, que use almohadas en la espalda (tórax y región sacra), en talones, entre los tobillos, en los codos y en la cabeza, secar zonas de riesgo de aparición de úlceras, sin tallar la piel. • Preferentemente que la ropa de cama sea de algodón: evitar uso de prendas hechas a base de fibras. • Uso de jabones neutros y agua tibia. • Uso de cremas hidratantes.
• Para la comunicación con los adultos mayores tenemos que hablarle de manera suave y de frente, tratando ser lo más expresivo posible y utilizar la mímica si es necesario, procurando utilizar frases breves y concretas. • El contacto físico es determinante; de ser posible, poner las manos entre las del adulto mayor cuando le hablamos, o bien abrazarlo o tocarle el hombro. • Con la finalidad de evitar una depresión, se recomienda acudir a psicoterapia, terapia ocupacional, terapia familiar y comunitaria y realizar ejercicio físico.
Valentina Arriagada (Chile, 2017) nos comparte 5
Beneficios del cuidado y acompañamiento en el adulto
mayor; son un soporte indispensable para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores: • Mejora la sensación de bienestar: la compañía favorece el estado de ánimo de las personas, y propicia que se sientan queridos e importantes.
• Favorece la salud física y psico-
lógica: realizar diferentes actividades los mantiene física y mentalmente activos, ayudándolos a prevenir y/o reducir riesgos de enfermedades y a tener una mayor participación social.
• Mantiene una vida independien-
te: tener un apoyo constante permite que ciertas situaciones como ir a una cita médica o vestirse, resulte más sencillo y seguro para la persona. El objetivo es que pueden continuar con su propio ritmo, pero con ayuda necesaria.
• Supervisa la toma de medica-
mentos: en la mayoría de los casos, los remedios forman parte de la rutina diaria, siendo esencial poder controlar la cantidad correcta y hora adecuada, según las necesidades de cada adulto mayor. • Da seguridad: cuando se cuenta con el apoyo de un cuidador o acompañante sea familiar o profesional, este ofrezca tranquilidad y seguridad tanto para el ser querido como para la familia misma. Gran parte de los adultos mayores se vuelven vulnerables por todos los cambios a los que se enfrentan con el paso de los años, por lo que requieren de cuidados especiales, atención, compañía y cuidados por parte de sus seres queridos o cuidadores, siendo un pilar fundamental para mejorar su bienestar y su calidad de vida.
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DIPLOMADOS 2022
SUICIDIO Y RIESGO SUICIDA (HÍBRIDO)
Lunes - 45 hrs en 15 sesiones de 17:00 a 20:00 hrs Mtra. Psic. Erika González
14. 21 y 28 Feb.; 7. 14 y 28 Mar.; 4 y 25 Abr.; 2. 9. 16. 23 y 30 May.; 6 y 13 Jun. 2022
ATRÉVETE A SALIR DE TI (EN LÍNEA)
Martes - 16 hrs en 8 sesiones de 17:00 a 19:00 hrs
Logoterapeuta Alejandra Ampudia Cárdenas
8. 15 y 22 Feb.; 1. 8. 15. 22 y 29 Mar. 2022
HERIDAS INFANTILES Y PSICOPATOLÓGICAS EN LAS RELACIONES HUMANAS (EN LÍNEA)
Martes - 45 hrs en 15 sesiones de 17:00 a 20:00 hrs Dr. Jorge Fierro
1. 8. 15 y 22 Feb.; 1. 8. 15. 22 y 29 Mar.; 5 y 26 Abr.; 3. 17. 24 y 31 May. 2022
EL CAMINO DEL PERDÓN (HÍBRIDO)
Miércoles - 30 hrs en 10 sesiones de 17:00 a 20:00 hrs Mtro. Psic. Jorge Estrella
26 Ene.; 2. 9. 16 y 23 Feb.; 2. 9. 16. 23 y 30 Mar. 2022
BASES PSICOLÓGICAS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO (EN LÍNEA)
Miércoles - 45 hrs en 15 sesiones de 17:00 a 20:00 hrs Mtro. Cliserio Rojas
16 y 23 Feb.; 2. 9. 16. 23 y 30 Mar.; 6 y 27 Abr.; 4. 11. 18 y 25 May.; 1 y 8 Jun. 2022
EL TRABAJO DEL DUELO (EN LÍNEA)
Sábado - 30 hrs en 10 sesiones de 10:30 a 13:30 hrs Mtra. Psic. Yolanda Sierra
12. 19 y 26 Feb.; 5. 12. 19 y 26 Mar.; 2. 9 y 30 Abr. 2022 Marzo - Abril 2022 de la Revista
Vida y Salud
será dedicado a
Suscripciones secretaria@camilos.org.mx para enviarse por vía electrónica
El equipo de Redacción de la Revista y el Centro San Camilo A.C., expresan su más sentido agradecimiento a los bienhechores y patrocinadores:
Ignacio y Marina Jiménez
Tequila San Matías Mónica Gómez Flores
Antonio Salles Ramírez
Fundación PiSA - Stella Vega, A.C.
¡QUE EL SEÑOR LES PAGUE!
RELIGIOSOS CAMILOS AL SERVICIO DE LOS ENFERMOS
Religiosos - Orden de San Camilo
Somos religiosos unidos por el ideal de servir a los enfermos y a los que sufren.
Para jóvenes varones, solteros, de 17 a 29 años ¡Quieres descubrir tu vocación? ¡Estás interesado en un acompañamiento vocacional?
Religiosos Camilos Guadalajara, Jal. Tel. 33-3640-4090 sancamilo@prodigy.net.mx www.camilos.org.mx
San Camilo nació en Italia en 1550, se convirtió a los 25 años, consagró su vida atendiendo a los enfermos más pobres y desasistidos. Fundó en 1586 la Orden de los Ministros de los Enfermos (Religiosos Camilos). Eligió como distintivo la cruz roja. La intuición de San Camilo fue fundar una “compañía de hombres piadosos y de bien que, no por dinero, sino voluntariamente y por amor a Dios, sirvieran a los enfermos con a que amor y cariño de una madre hacia su hijo único enfermo”. Elaboró las reglas para servir con esmero y toda perfección a los enfermos. Adoptó nuevos medios para mejor servir al enfermo. Creó un modo original de estar frente a Dios, inspirado en el Evangelio de San Mateo: ‘Cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron’.
¿Estás pasando por un momento difícil? ¿No le encuentras gusto a tu vida? ¿Estás pasando por un período de crisis? ¿Te preguntas cómo encajar en la sociedad?
El Centro de Escucha proporciona un acompañamiento individual a jóvenes (mayores de edad), de forma presencial (sede del Centro San Camilo A.C.) o en línea.
Este acompañamiento es ofrecido por un grupo de voluntarios, debidamente capacitados en las técnicas del Counselling y es gratuito.