3 minute read

“AMIGOS TRABAJANDO EN EL CRUCERO”

“Amigos trabajando en el crucero”

Las personas que viven en situación de calle son muchas y son invisibles por lo que se desconocen los datos reales: se habla de porcentajes. Ellas viven en situación de pobreza, abandono y falta de una vida digna. La Asociación “Amigos trabajando en el crucero” se ha organizado desde el 1998; iniciadoras fueron Otilia Arellano Fonseca y Rosa Patricia Lomas Herrera. Su misión es

Advertisement

ayudar a todas las personas posibles que

estén en situación de calle; mucho se ha hecho y con mucho esfuerzo, sin embargo la labor es interminable. La situación de calle se asocia a la realidad de la pobreza: carencia de espacios de vivienda digna, falta de trabajo remunerado dignamente, situaciones de fracaso existencial y disgregación de la familia y otros factores que empeoran la situación. En 2019, a través del “Diagnóstico sobre las condiciones de vida, el ejercicio de los derechos humanos y las políticas públicas disponibles para mujeres que constituyen la población callejera”, la

Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentaba la presencia de 1,082 personas en situación de calle dentro de la Zona Centro de Guadalajara (258 mujeres y 824 hombres). Frente a esta situación algunas AC intentan promover un cambio social y trabajan para hacer escuchar las demandas de estas personas por una vida digna, alimentación y educación, por lograr cubrir siquiera las necesidades básicas. De acuerdo con Otilia Arellano Fonseca, el trabajo que realizan va dando frutos con una mejora y transformación de los proyectos de vida de esta población. De acuerdo con sus registros, en más de dos décadas han logrado que 5,000 niñas, niños y adolescentes salgan

de las calles, estudien y encuentren

una vivienda.

Surge y se desarrolla la actividad

Otilia y Patricia, en su infancia y juventud vivieron la orfandad, en todas sus vertientes de precariedad y pobreza; se conocieron cuando vivían solas, abandonadas, en la calle; su lema era “el cielo es mi techo y el asfalto mi cama”. Sobrevivieron con

la mendicidad y, en ocasiones, el robo; fueron víctimas de agresiones y violencia. No conocían, ni sabían nada de derechos humanos, ni de humanización. En una situación fortuita, huyendo de los retenes para levantar a personas de la calle, llegaron a un salón donde se hablaba de los derechos humanos: se sintieron conmovidas y motivadas a trabajar por una realidad más digna para todos: el hecho de vivir en la calle no les quita los derechos. Conocieron al Lic. Eduardo Reyes; él les habló de derechos humanos y se dieron cuenta de que también ellas violaban los derechos de sus familiares e hijos; decidieron cambiar de patrón de vida. Siendo líderes, empezaron a organizarse y a ayudar a otras personas que se encontraban en una situación parecida. Con la colaboración del ITESO pudieron rentar una casa y empezar la actividad. Ellas saben de primera mano cómo se vive y se siente esta pobreza sin más opción que vivirla. Desde su fundación en 1998 la asociación ha atendido a más de 215 niñas, niños y adolescentes anualmente; su propósito es alejarlos de las calles y brindarles la posibilidad de un mundo mejor. Los proyectos prevén la educación y la vivencia en un entorno familiar: crecimiento humano y en valores, importancia de las tareas domésticas, importancia y exigencia de convivir, respetando y ayudando a los demás. Cuando están “listos para valerse por sí solos”, se les ayuda a buscar un trabajo digno y una casa; el acompañamiento continúa a través de reuniones que mantienen viva la red de ayuda mutua entre sí. Algunos continúan en los cruceros, sin embargo, la situación ha cambiado: lo viven como un trabajo digno, se cuidan y han aprendido a comunicarse con respeto. La asociación cuenta con el programa

“De la calle a la escue-

la”: apoyan a niñas, niños, adolescentes para su educación básica, como herramienta y recurso de cambio para una vida mejor. Promueve en sus campañas ayuda para apadrinar

con apoyo económico y de material escolar

en cada inicio de ciclo. La AC también realiza

procesos de acompa-

ñamiento a niños, niña y adolescentes, familias, adultos mayores y demás personas necesitadas, tendiendo una red de atención de unos 500 hogares.

This article is from: