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LA PSICOGERONTOLOGÍA

Es hermoso llegar a la vejez: no todos tienen el privilegio de llegar a ella, a la tercera edad, esa edad en la que disfrutas de cosechar todo lo sembrado, en donde te das cuenta de lo mucho que has aprendido al paso de los años, en donde te das cuenta de que eso que tanto te preocupaba, hoy ya no importa. Esta etapa en la que sabes que cada minuto cuenta, en donde todo tu tiempo es tuyo. Esta etapa de paz y de tranquilidad, tu esperada edad de oro. Sin deudas, sin rencores, sin remordimientos; pero sí, con sueños por realizar y metas por cumplir, con la ilusión de poder trascender en los tuyos cuando mueras.

“yo podía”,“yo tenía”, “yo era”: frases que se perciben con mucho dolor, impotencia y frustración. Pareciera que el tiempo pasó tan rápido que no dio la oportunidad de ir aceptando estos pequeños cambios que la misma vida daba como aviso; no sólo me refiero al adulto mayor,sino también a los seres que le aman y le rodean. Pareciera como si, de un día a otro, de la noche a la mañana, la persona haya envejecido.

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Si alguien nos pudiera asegurar nuestra vejez así de plena, seguramente muchos desearíamosllegar a viejos; la realidad es diferente: un porcentaje muy bajo de personas llega en estas condiciones. Sería una fantasía creer que nunca nos enfermaremos o que nunca nos dolerá nada: nos guste o no nuestro cuerpo es finito y el de nuestros adultos mayores también, todoslo somos. La mayoría de los seres humanos temen a la vejez . Se cree que sólo en la vejez estamos muy cercanos a la muerte, cuando en realidad todos estamos cercanos a ella en todo momento.

En el consultorio psicológico nos podemos encontrar con algunas palabras en común como: jubilación, enfermedad, muerte, soledad, dolor, hijos, nietos, tiempo libre, debilidad, experiencia, preocupación, abandono, testamento, etc. ; al igual que frases como:

Algunos de nuestros adultos mayores necesitan medicamentos, estudios clínicos, vitaminas, chequeos en general o sillas de ruedas, andaderas o bastón; lo cual significa que tienen cierta dependencia o son dependientes. Lo que hace que algunos de los familiares o cuidadores olviden que siguen siendo autónomos (cuando el adulto mayor se encuentra con sus plenas facultades mentales). Los adultos mayores son dependientes pero autónomos , esto quiere decir que aún pueden tomar decisiones, situación que puede generar un conflicto con los cuidadores y familiares, ya que les cuesta respetar la decisión del anciano. A menudo se refieren al adulto mayor con frases despectivas: “Es como un niño”, “ya está chocheando”, “no le hagas caso”, e invalidan la decisión de la persona. En ocasiones los hijos regañan a sus padres y se olvidan de que a ellos les deben la vida tomando el papel de autoridad. Necesitamos recordar que hay muchas cosas que nuestros adultos mayores pueden hacer, que pueden probar, que pueden utilizar y que pueden decidir e incluso creer. Y están en su total derecho de, al menos, expresar si desean o no desean tal cosa o tal situación; es parte de su dignidad humana, y uno de los principios esenciales dentro de la ética profesional del psicólogo es elrespeto absoluto a la dignidad humana

Será necesario ejercitar y poner en práctica la paciencia, la comprensión y sobre todo la gratitud y el amor. No olvidemos que hay un porcentaje de probabilidad a que nosotros podemos estar en esa misma situación en unos años. Así como tratas a tus adultos mayores, es cómo estás enseñando a tu descendencia a tratarte a ti, y tus adultos mayores te están enseñando a cómo ser o a como no ser.

Cada situación es diferente, ningún ser humano envejece bajo una norma estándar : cuentan mucho las decisiones tomadas en la juventud, el sedentarismo o la actividad física, la comida chatarra o la comida balanceada, por poner un par de ejemplos, sin olvidar nuestra herencia genética. Cada caso es tan particular como el mismo ser humano, tan único e irrepetible. Y todo ello, al ver a nuestro adulto mayor, nos refleja y nos hace pensar cómo será nuestra vejez, si es que llegamos a ella.

El psicólogo decide si involucrar o no a los cuidadores y familiares , ya que tenemos cuidadores sobreprotectores, negligentes o controladores y - sin duda - más de alguno saludable. También es cierto que en ocasiones se trabajará más con la red de apoyo que con el mismo adulto mayor.

La Psicogerontología es la indicada para ello, ya que es una rama de la psicología que se encarga de conocer el perfil psicológico de los adultos mayores para atenderlos personalmente y también para preparar personal especializado. Esto quiere decir que, así como hay psicólogos especializados en lo infantil, también tenemos psicólogos especializados en la ancianidad. En ocasiones podemos tener toda laintención de laborar con nuestro adulto mayor, pero no sabemos cómo, en especial si nuestroadulto mayor es reservado o tiene cuadros depresivos, cuadros ansiosos, estrés y/o somatizaciones; el acercarnos con un psicogerontólogo nos ayudará bastante, ya que el objetivo es promover la salud mental y física de los adultos mayores y dar apoyo psicológico a familiares y cuidadores.

En la psicogerontología se abarcan dos especialidades, la psicología y la geriatría. Con esta unión se atienden los problemas de salud física y mental de los adultos mayores sanos o cuando tienen enfermedades como Alzheimer o demencia senil, entre otros.

A parte del conocimiento, el respeto, la comprensión, la paciencia y el amor, es recomendable tener una verdadera mentalidad abierta y una espiritualidad firme y congruente, pues el adultomayor, tiene una gran necesidad de dirigirse con confianza a seres humanos que le aporten seguridad, aliento y acompañamiento ante las situaciones amenazantes, como lo pueden ser enfermedades, despedidas, separaciones y cualquier situación que le genere dolor. Recordemos que a esta edad podemos tener muchos duelos no resueltos.

El psicogerontólogo tendrá conocimientos tanatológicos para afrontar dichas situaciones y, si corresponde a sus creencias, recurrir a un ser superior que sea sensible y receptivo de sus emociones y ofrezca consuelo a su aflicción (por ejemplo, la figura de un Dios de la denominación que el anciano decida), le dará paz a nuestro adulto mayor.No se trata de adoctrinar, sino de favorecer los procesos de perdonar y pedir perdón a susseres queridos (o a quién lo necesite), agradecer el recorrido de la vida (cómo éstahaya sido) y expresar y recibir amor en sus últimos años, meses, semanas, días u horas.El amor permite que el miedo desaparezca, tomado de la mano de su propia espiritualidad, conectado con su fuente, con su Dios.

Tomando lo anterior en cuenta, el psicólogo puede ayudar a organizar las ideas y creencias del adulto mayor para que pueda sentirse seguro y confiado en su verdad. Utilizará sus recursos cognitivos como el análisis, la deducción, la imaginación, el pensamiento lógico y abstracto, así como sus valores como la prudencia, la honestidad, el respeto, entre otros con los cuales podrá construir el propio modelo de espiritualidad que el adulto mayor necesite.

Es cierto que no todos los adultos mayores tienen una religión o tienen una espiritualidad firme, y puede ser que ni siquiera les interese, sin embargo, en su mayoría, desean morir en paz. Se sienten al filo de la muerte al paso de sus días, cada día que pasa lo sienten como un día menos, y por lo general no lo comentan con su familia, por temor a asustarlos, a incomodarlos. Pero tienen dudas, miedo con respecto a qué habrá del “otro lado”. El que alguien pueda escucharlos y, desde sus posibilidades, generar respuestas, hace que el paciente se sienta confiado, desahogado y en paz.

En resumen, el cuidado del adulto mayor requiere incrementar la interacción positiva del anciano con su entorno, es decir, se concibe el cuidado dirigido al bienestar tal y cómo la persona lo entiende; entonces la intervención del psicólogo va dirigida a dar respuesta a las necesidades del adulto mayor desde una perspectiva holística, respetando sus valores culturales, creencias y convicciones.

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