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La caja de herramientas de la salud
Quisiera hacerte un regalo: mi mapa sobre las “cosas” que me han ayudado a recuperar la calma, una caja de herramientas, técnicas, objetos, aromas, ejercicios, etc. para poder vivir mejor el momento presente . Comencé a construir este concepto de la caja de herramientas durante mis consultas, para explicar de forma sencilla que no podemos separar la biología de nuestro ser emocional y mental, que somos un todo y esto genera un impacto entre partes. Con el tiempo me fui dando cuenta que cada persona tiene su propia caja de herramientas. Algunas herramientas funcionan para la mayoría, otras para un buen porcentaje, otras para algunos y hay elementos que son totalmente personales.
Todos contamos con una capacidad intrínseca de buscar el bienestar y la felicidad. Mi experiencia me sugiere que es un camino salpicado de ensayos y errores para lograr la salud mental. Lejos ha quedado el concepto de salud como ausencia de enfermedad.
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¿Por qué necesitamos una serie de herramientas para regresar a la calma? Estamos dotados de un sistema nervioso central autónomo, cuyo objetivo es la supervivencia. Este sistema tiene dos partes: una dedicada a mantenernos conscientes del peligro y otra que nos relaja. Incluso si no hay peligro, podemos prevenir que lo haya, adelantarnos a que algo suceda y esto tiene un costo, no solo energético; tenemos respuestas biológicas que viene en cascada, como el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales y la producción de cortisol . Ésta es una sustancia que viaja por nuestro torrente sanguíneo activando una serie de necesidades para la supervivencia como un aumento en la frecuencia cardíaca, una mayor oxigenación, fuerza muscular, atención, etc.; estos fenómenos, si no se interrumpen, pueden llegar a dañar los tejidos: la presencia constante de cortisol tiene un efecto negativo en el cuerpo.
Se tiene conocimiento, gracias a diversos estudios, que la activación prolongada de las hormonas del estrés en la infancia puede disminuir las conexiones neuronales en el cerebro. Los expertos también creen que el estrés tóxico juega un papel en el desarrollo de los trastornos depresivos, los problemas de comportamiento, el trastorno de estrés post traumático y la psicosis. En los adultos el manejo del estrés parece mejor, pero podemos observar una serie de enfermedades presentes luego de un periodo estresante.
Por lo tanto, es importante contar con herra - mientas que nos permitan disminuir el cortisol, la adrenalina y noradrenalina lo antes posible; su presencia puede salvarnos, ya que accionan los mecanismos de supervivencia. Pero pueden matarnos si esto continua en el tiempo.
¿Qué me relaja?, ¿Cómo logro recuperarme luego de un evento estresante?, ¿Qué hago cuando me siento amenazado, molesto o frustrado? ¿Cómo actuó? Tenemos una caja de herramienta sumamente interesante.
Puede ser que respires más profundamente o bien que uses un aceite esencial o que comas algo en particular o grites o tengas que hacer ejercicio, o tomes un “tiempo fuera”, es decir un espacio para aclararte, que vayas a dormir, te quites los zapatos, te mojes la cara o las manos, u otras más. Puede que te enganches y, en lugar de relajarte, tardes un poco porque te gusta la confrontación. Pero al final nadie puede tolerar niveles de estrés alto de forma permanente. Por lo que en algún momento tendrás que recurrir a alguna herramienta.
Podemos revisar nuestra caja de herramientas: algunas estrategias requieran ajustes o podemos agregar nuevas . Hemos aprendido que algunas herramientas no son del todo saludables, como relajarnos comiendo un litro de helado, usar medicamentos controlados sin prescripción médica. Podemos, también, fortalecer el sistema nervioso central para que se encuentre en mejor forma la siguiente vez que el estrés llame a la puerta.
La nutrición es parte fundamental de las herramientas: genera endorfinas y dopamina, es decir, placer. Aporta elementos que mejoran la comunicación entre neuronas, protegiendo su estructura y la reparación de tejidos. Amortigua el cortisol con antioxidantes, como vitamina C, complejo B, vitaminas A y D, ácido fólico o los omegas.
Tu caja de herramientas deberá contener: 8 horas de sueño, alimentos nutritivos, mucha fruta y verdura, cereales integrales, semillas, pescado, huevos, dos litros de agua natural, ejercicio, meditación, elementos depurativos (elementos ayuden a la flora intestinal, también llamada microbiota); y, por supuestos, aquellas que han funcionado para ti. Respecto a los alimentos: hay que cuidar la calidad y la cantidad.