Rincón médico
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Viruela símica. Información desde la OMS
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Viruela símica. Información desde la OMS
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Biodiversidad: un compromiso que ya no puede esperar
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La fecundación in vitro
AÑO XX - No. 119
SEPTIEMBRE - OCTUBRE 2022 REVISTA BIMESTRAL
CENTRO SAN CAMILO A. C. Av. Pablo Casals No. 2983 Col. Prados Providencia C.P. 44630 - GUADALAJARA, JAL. TEL: (33) 3640-4090
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1 DÍA DE LA DECLARACIÓN SOBRE LA BIOÉTICA
SaRI - SALUD RENAL INTEGRAL
2 11 AÑOS DE SALUD RENAL INTEGRAL CAMILO DE LELLIS - SARI
PUNTO DE VISTA
3 ¿CÓMO ES TU RELACIÓN CON TUS PADRES Y CON TUS HIJOS? SOCIEDAD Y SALUD
4 A LA MITAD DEL SEXENIO 2018-2024 TANATOLOGÍA
6 EL PRINCIPITO, LA SOLEDAD Y LA MUERTE - II PSICOLOGÍA
8 ¿MIEDO – HISTERIA – PÁNICO?
RINCÓN MÉDICO
10 VIRUELA SÍMICA. INFORMACIÓN DESDE LA OMS
BIOÉTICA
18 CRIMEN Y CASTIGO
SOCIO - ANTROPOLOGÍA
20 OBSTINACIÓN TERAPÉUTICA Y EUTANASIA PASIVA
NATURALEZA
22 BIODIVERSIDAD: UN COMPROMISO QUE YA NO PUEDE ESPERAR
ÉTICA COTIDIANA
24 LA FECUNDACIÓN IN VITRO BUENOS HÁBITOS
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FUNDACIÓN
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Director Responsable: Silvio Marinelli
Secretaría: Centro San Camilo A.C. Diseño: Ldg. Jorge Soto García
Jesús Humberto del Real Sánchez Victoria Molina Luz Elena Navares Moreno Cliserio Rojas Santes Yolanda Zamora Fabiola Navares Moreno Eduardo Casillas González Judith Jiménez López Patricia Medina Segura Teresa Millán Omar Olvera Cervantes Mario Martínez Barone José Carlos Bermejo Higuera Marisa Chávez Correa
Hortensia Beatriz Amador Ochoa Georgina González García María del Sagrario Lomelí Dr. Antonio Kobayashi Gutiérrez
Tel: (33) 3640-4090, de Lunes a Viernes de 9:30 a 19:00pm sancamilo@prodigy.net.mx
La Revista se puede bajar de internet en la página www.camilos.org.mx
Revista impresa en IMPRIME Y PUNTO Fermín Riestra 1363, entre Rayón y Penitenciaría Col. Moderna, Guadalajara, Jal. 1.000 ejemplares
El 19 de octubre de 2005, la Conferencia General de la UNESCO aprobó por aclamación la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos
La Declaración sirve de ayu da para establecer pautas comu nes para abordar las nuevas situa ciones de intervención sobre la vida a raíz del progreso de las ciencias biomédicas y de las nuevas tecnolo gías disponibles en un marco de in tegridad científica.
La Declaración no es muy co nocida; por eso, nos permitimos reproducir integralmente el artí culo 2 :
“Los objetivos de la presente Declaración son: a) proporcionar un marco universal de principios y procedimientos que sirvan de guía a los Estados en la formula ción de legislaciones, políticas u otros instrumentos en el ámbito de la bioética; b) orientar la acción de individuos, grupos, comunida des, instituciones y empresas, pú blicas y privadas; c) promover el respeto de la dignidad humana y proteger los derechos humanos , velando por el respeto de la vida de los seres humanos y las libertades fundamentales, de conformidad con el derecho internacional re lativo a los derechos humanos; d) reconocer la importancia de la li bertad de investigación científica y las repercusiones beneficiosas del desarrollo científico y tecnológico, destacando al mismo tiempo la ne cesidad de que esa investigación y los consiguientes adelantos se realicen en el marco de los principios éticos enunciados en esta Declaración y respeten la dignidad humana, los derechos humanos y las libertades fundamentales; e) fomentar un diálogo multidisciplina rio y pluralista sobre las cuestiones
de bioética entre todas las partes interesadas y dentro de la sociedad en su conjunto; f) promover un acceso equitativo a los adelan tos de la medicina, la ciencia y la tecnología, así como la más am plia circulación posible y un rápido aprovechamiento compartido de los conocimientos relativos a esos adelantos y de sus correspondientes beneficios, prestando una especial atención a las necesidades de los países en desarrollo; g) salvaguar dar y promover los intereses de las generaciones presentes y venideras; h) destacar la importancia de la biodiversidad y su conservación como preocupación común de la especie humana.
La Declaración presenta algu nos principios éticos, muy conoci dos y debatidos entre los expertos en la materia; señalamos algunos de ellos: la dignidad humana y el respeto de los derechos huma nos, de beneficencia, de autono mía y responsabilidad individual, del consentimiento informado, de privacidad y confidencialidad, de igualdad - justicia y equidad, de no discriminación y no estigmatización, de respeto de la diversidad cultural y del pluralismo, de solidaridad y coo peración, de responsabilidad social, de protección de las generaciones futuras y del medio ambiente, la biosfera y la biodiversidad.
Particularmente interesan te y novedoso es el artículo 8: “Al aplicar y fomentar el conocimiento científico, la práctica médica y las tecnologías conexas, se debería tener en cuenta la vulnerabilidad humana. Los individuos y grupos especialmente vulnerables debe rían ser protegidos y se debería respetar la integridad personal de dichos individuos”.
La Declaración fue homolo gada unánimemente por ciento
noventa y un países en una Sesión de la Conferencia General de la UNESCO realizada en París el 19 de octubre de 2005. Se trató de un esfuerzo compartido y que logró la unanimidad, señal de una mayor atención a los temas y problemá ticas candentes de la bioética con temporánea.
El auspicio es que ahora sea llevada a la práctica en las deci siones legislativas, en la implemen tación de los servicios para la salud y en la actividad profesional de los agentes de salud.
Un buen documento que nos permite recordar esta fecha, el 19 de octubre, como un hito en el ca mino de humanización del mundo de la salud.
Un 6 de septiembre de 2011 SaRI abrió sus puertas de manera formal a la sociedad Jalisciense, para atender a la población renal que necesitaba apoyo de cuidados y atención para no sólo sobrellevar la enfermedad, sino para que pudiera ser vista de manera integral y que su tratamiento la llevará a una mejor calidad de vida.
Hoy que se cumplen 11 años de esto, las puertas siguen abiertas a pesar de no pocas vicisitudes y una pandemia
que aún no acaba, con todas las ganas y sobre todo con la disposición de seguir apoyando a personas que día con día siguen siendo diagnosticadas con enfermedad renal y que, sin una buena orientación, no sólo caen presa de la angustia e inseguridad, sino que pueden agravar su situación sin los cuidados necesarios.
La labor de SaRI AC es precisamente apoyar con la orientación médica, nutricional, psicológica y social y, en los casos que lo ameritan, apoyar con el tratamiento médico. Para este 2022 SaRI AC afianza su compromiso con la región de los Altos de Jalisco y firma un convenio de colaboración con personas de San Miguel el Alto, municipio donde se brindarán charlas de sensibilización y prevención de la enfermedad renal.
Solicitamos el apoyo de la comunidad para fortalecer los programas de atención a la población jalisiciense.
Salud Renal Integral Camilo de Lellis A.C.Acabo de ser abuelo por décima vez y es increíble lo rápido que le tomas cariño a un ser que no habla, que no sabe quién eres. A al ser de tu sangre, hay una fuerza que te conecta inme diatamente con él. Veo a mi hijo y a mi nuera cómo en su cansancio están enamorados de su nuevo hijo, que en este caso es su primer hijo.
bería, por parte de los hijos, el gran esfuerzo que han hecho nuestros padres desde el primer día que llegamos a este mundo hasta este día de hoy.
Al ver cómo mis hijos tienen tanto amor y cuidado por sus hijos, me transporta inmediatamente a ver a mi esposa haciendo lo mismo por mis hijos y a mi madre haciendo eso por mí. Es fácil olvidarte de esto o no ser tan consciente y esto hace que muchas veces dejemos de ser agradecidos con nuestros padres, en especial con nuestra madre. Es muy importante no olvidar esta realidad, para vivir eternamente agradecidos con nuestros padres.
Este agradecimiento debería hacer desaparecer las posibles fal tas y errores que nuestros padres hayan cometido con nosotros; es fácil observar que, cuando eres tú mismo padre o abuelo, consideras como involuntarias las heridas que los padres hacemos a nuestros hijos por nuestra propia imper fección.
Rápidamente mi mente viaja en el tiempo y veo cuan do mis hijos, tenemos 6, fueron naciendo y los increíbles momentos cuando los recibimos con gran alegría. Desde que nació mi primera hija, conforme fueron llegando los demás, vivía nuevos sentimientos cada vez más profundos: lo atribuyo a la madurez que iba logrando en la medida que pasaba el tiempo e iba cada vez más apreciando lo que es tener un hijo y ser padre.
Ahora estoy mucho más consciente del gran esfuer zo que vamos realizando los padres para el cuidado de los hijos , en especial la madre. Es increíble la entrega de una madre desde el primer día que llega el hijo hasta el último: mi gran respeto y admiración por todas las madres del mundo, en especial por mi madre, por mi esposa, la madre de mis hijos, por mis hijas y ahora por mis nueras, que son las que tengo cerca.
Es un poco triste y muy injusto ver como en nuestra sociedad, en muchos casos, no se aprecia como se de
Veo con tristeza como en esta época no se le reconoce en su profundidad el valor de gente adulta. Muchas veces parecieran ser un estorbo más que una fuente de sabiduría y lo son. Es increíble lo que te enseña la vida a través de los años y la oportunidad tan grande que tenemos todos al escuchar a la gente mayor ; si verdaderamente les pùsieramos atención podríamos evitar muchos errores que vamos cometiendo; estas cicatrices se convierten en aprendizaje; los errores son los mismos que la gente mayor intenta compartirnos para ayudarnos a evitarlos.
Es muy sabia la persona que sabe escuchar a sus mayores, especialmente a los que te tienen más cariño: no nos perdamos esa oportunidad.
ES MUY SABIO EL JOVEN QUE SABE ESCUCHAR A SUS MAYORES.Al inicio de cada sexenio la mayoría de los mexi canos deseamos que nos vaya mejor que en el anterior. Cuatro son los renglones que más nos interesan: economía, seguridad, salud y educación.
En términos macro-económicos la economía se mide por el crecimiento del producto interno bruto (PIB) que es la riqueza generada durante un año. En 2019 el crecimiento fue de 0%, en 2020 de menos 8.5 % (crisis del Covid 19) y en 2021 de 5 %, con lo que arrastramos
aumento del 0.9% en el 2020 y fue debido a la necesidad de combatir la epidemia del Covid-19.
Por otro lado, de acuerdo con la encuesta Ingre so-Egreso del INEGI, de 2018 a 2020, el gasto en salud de los hogares creció en un 40%. Se trata de un aumento muy importante, asociado a una reducción de los ingre sos para muchas familias. Los problemas que ya estaban presentes en las administraciones anteriores se han ido complicando por la epidemia y parece casi imposible que en los dos y medio años que le quedan a esta adminis tración se logren cambios sustanciales.
Tres factores son particularmente importantes y que afectan la población: el desabasto de medicamentos, las dificultades de la implementación del nuevo sistema Salud-Bienestar que sustituyó al Seguro Popular y una falta de claridad en las políticas públicas para la salud.
un déficit del 3.5 %, y de acuerdo con las previsiones del Grupo Financiero Base para el fin del sexenio habremos crecido a un promedio anual del 0.84%.
El crecimiento no depende exclusivamente de factores internos, sino también externos , especialmente el ritmo de la economía de los Estados Unidos. En el 2019, no crecimos nada, cuando el año previo México y los Estados Unidos habían crecido a un ritmo del 2%. En el 2020 tuvimos una caída del 8.5%, que en buena parte podríamos atribuir a la epidemia del Covid.19.
Según los datos INEGI, durante el primer año de la presente administración federal, el porcentaje dedicado a salud fue el mismo de los gobiernos anteriores. Hubo un
En el caso de los medicamentos el sistema de centralización no ha logrado, hasta ahora, un efectivo abastecimiento más barato; continúa la escasez de fárma cos y esto afecta a la población más vulnerable y pobre.
Salud y Bienestar terminó siendo un programa adosado al IMSS y parece faltar una coordinación entre Secretaría de Salud, sus Sub-secretarías y los directivos del IMSS (Diego Pteresen . El Informador, julio 12 de 2022).
También en el caso de la educación, no sólo no hubo un aumento del porcentaje del PIB dedicado a Educación, como podemos ver en el cuadro 1, sino, más bien, una reducción ; una tendencia que, lamentablemente, se iba manifestando desde el 2016, más allá de las com pensaciones por la inflación y el aumento de población.
También en este rubro la epidemia Covid ha creado una situación alarmante: las clases a distancia han creado (esto vale en todo el mundo) una reducción de los niveles de aprendizaje y notables problemas psicológicos en niños y adolescentes, que repercuten en la población más pobre y con menos recursos familiares y tecnológicos.
Un sector particularmente sensible es represen tado por el déficit de médicos que, de acuerdo a las recomendaciones de la OCDE, debería ser de 3.5 médicos por mil habitantes; la situación es de 2.5 por mil habitan tes. Lamentablemente, hasta ahora, no se hizo mucho para reducir esta carencia y la Universidad de la Salud, a construirse en La Ciudad de México, se ha quedado entre las buenas intenciones.
Excepto en tiempos de guerra o de revolución, nunca había habido en México tanta inseguridad como ahora: buena parte del territorio nacional está afectada por la presencia del crimen organizado.
Desde hace 5 años, los homicidios en México su peran los 30,000 año con año, siendo los últimos tres (2019 - 2021) los más violentos.
Un informe del INEGI del 19 de abril de 2022 nos dice que, en marzo, el 66% de los mayores de 18 años tiene una percepción de inseguridad . Las ciudades con el mayor índice de percepción de inseguridad eran
Fresnillo, 97.1%, Ciudad Obregón, 94.1%, Zacatecas, 91.7%, Cuautitlán Izcalli, 89.5%, Irapuato, 87.6% y Guadalajara, 87.1%. Se trata de percepciones de la población que, sin embargo, dependen de un aumento significativo de los homicidios en las últi mas administraciones (Cuardo 2).
La estrategia del combate al crimen organizado por parte del gobierno federal nunca ha sido tarea fácil y la sustitución de la Policía Federal por la Guardia Na cional no ha dado, hasta ahora, los resul tados esperados.
Nunca como ahora, por lo menos en los últimos 75 años en que me ha tocado vivir, los mexicanos habíamos sentido tan ta inseguridad. Sin embargo, la mayoría de las autoridades, federales y estatales, afirman lo contrario.
El 20 de junio del presente año fueron asesinados dos sacerdotes jesuitas , Javier Campos y Joaquín Mora, en el templo del poblado de Cerocahui, en la zona tara humara del Estado de Chihuahua cuando los sacerdotes trataban de proteger a un guía de turistas; los tres fueron ejecutados por un noto delincuente, lo que ha ocasionado un clamor nacional pidiendo al presidente un cambio de la estrategia de contraste al crimen organizado. Este suceso ha conmocionado al país en el que la frustración se ha acumulado por años ante la incapacidad de los gobiernos de todos los niveles para frenar la ola de violencia y ase sinatos. En México cerca de 100 personas son asesinadas diariamente, pero el asesinato de los jesuitas - conocidos por haber dedicado la mayor parte de su vida a trabajar con los pobres de las comunidades tarahumaras - ha sacudido a una sociedad en la que los líderes religiosos se habían librado de la brutalidad del crimen organizado.
Más allá de las polémicas sobre los responsables de esta situación de violencia, inseguridad e impunidad, se trata de verificar las políticas implementadas y dar una respuesta a las legítimas aspiraciones de la población
Cuadro 1. Porcentaje del PIB dedicado a Educación 2010-2022 Fuente: Revista Expansión, Enero 27 de 2022En el artículo anterior dis currimos sobre la relación del Principito con su rosa; la huida de su asteroide y de la rosa, por la que desea volver al descubrir su condición de efímera. Vimos su paso por los asteroides de otros singulares personajes, encerra dos sobre sí mimos; la experiencia de la soledad le hace recorrer el mundo, buscando amigos, con la expectativa de regresar a su asteroide.
En esta segunda parte tenemos una idea que nos lleva a encontrar un sentido trascendente a la experiencia de la marcha por el mundo: “lo esencial es invisible a los ojos”. Esta frase es un regalo que el zorro le hace al Principito antes de separarse.
Al inicio de este capítulo, el Principito, que se encuentra explorando la Tierra, se topa con un zorro. Empie zan a conversar y entrar en confianza. Entonces el zorro pide al principito que lo “domestique”, y le explica que ser domesticado significa que será único para el Principito y viceversa, que serán amigos y se necesitarán y que, al momento de despedirse, se entristecerán y luego se echarán de menos.
¿Qué significa “domesticar” ? significa crear un vínculo, una mutua dependencia: “si me domesticas en tonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…”, dice el zorro. Esa “do mesticación” en la que el zorro y el Principito se jugaron, era sobre todo un recorrido de tacto y de paciencia: aprender a acercarse pausadamente al otro, es fundar un compromiso: “Eres responsable para siempre de aquello que has domesticado”
Comparten los atardeceres, ob servan a las espigas de trigo moverse con el viento y ese aspecto de la rea lidad, antes sin sentido, ahora tiene un nuevo sentido para el zorro: los cabellos del Principito son dorados como las espigas. Ahora el zorro podrá mirarlas y recordar a su amigo: han adquirido para él un nuevo sentido.
El zorro dará al principito lec ciones sobre la vida y el amor. El principito le contará sobre su rosa, a la cual ha dejado en su planeta para hacer su viaje por el universo, le refe rirá que la ha cuidado y regado, y que ahora la extraña. El zorro, entonces, invitará al principito a ver una multitud de rosas que hay en un jardín. El prin cipito entiende que ninguna de ellas podría reemplazar a su rosa, aunque todas ellas sean idénticas a ella.
La rosa es única , por que es su rosa, porque la ha domesticado, así como el zorro han domesticado al Principito; de alguna forma ese vínculo afectivo les da un significado especial de uno para el otro. Entiende el prin cipito que su rosa es única porque la ha domesticado, y lo que la ha hecho importante para él ha sido todo el tiempo que ha pasado con ella, el afecto, la relación que va más allá de las apariencias.
En su separación, la pérdida no se ve como algo catastrófico ,
la realidad se ha enriquecido para ambos: los atardeceres, los campos de trigo, las estrellas, los caminos re corridos, ahora son diferentes y no volverán a su estado previo. Así fue como el Principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando la hora de partir, el zorro dijo:
-¡Ay… lloraré!
-Es tu culpa -dijo el Principito-. Yo no deseaba hacerte daño, pero tú quisiste que te domes ticara.
-Por supuesto -dijo el zorro.
-¡Pero vas a llorar!
-Claro que sí.
-¡Entonces no has ganado nada! –dijo el Principito.
-Claro que sí -dijo el zorro- Gané el color del trigo.
En nuestra cultura, las rela ciones entre las personas se hacen y deshacen con una facilidad que a veces resulta abrumadora, los lazos afectivos parecen haber adquirido una cierta impronta industrial y las relaciones se valoran por su utilidad y se desechan cuando no son muy rentables.
El acercamiento paulatino es in cluso visto como una práctica obsole ta, ¿para qué esperar?, dicen muchos.
Existe cierta voracidad, que se expresa como el ansia de beberse al otro de un solo sorbo. Pero el encuentro pausado, consciente y sincero no entiende de prisas, sino de reconocimiento y respeto.
“¿Que es un rito?”. Es lo que hace que un día sea diferente de los demás y una hora de las otras “
En ese mismo pasaje de “El Principito”, resulta ins pirador el tema del ritual. “Algo muy olvidado por los hombres”, dice el zorro. Y agrega que los ritos son una forma que hace posible que un instante no se parezca a otro, que los momentos especiales alcancen su verdadero valor. No en cualquier tiempo, no a cualquier hora ni de cualquier forma.
Los ritos hacen que el corazón pueda prepararse para sentir con toda intensidad lo que viene. Que los sentidos estén atentos. Que la mente esté abierta a la maravilla. Esto tampoco parece tener mucho lugar en los tiempos que corren. Los rituales tienden a estanda rizarse. Hemos convertido los rituales en ocasiones para el consumo. San Valentín o la Navidad, el diez de mayo tienen más que ver con compras, obsequios y relaciones públicas que con verdaderas conmemoraciones. Los comercios tienen incluso planes prediseñados para la ocasión, a los que nos adaptamos sin interrogar mucho por su verdadero sentido.
Los rituales consiguen que nuestro corazón lata con mayor fuerza, sólo si incluyen de alguna forma algo admirable, diferente a lo normal, algo que nos sorprende tanto como si fuera un descubrimiento o todavía más ex celso cuando su connotación es de algo sagrado - cuando son la ocasión para dar un nuevo paso en ese camino hacia el inexplorado mundo de otro ser humano, o de un grupo de personas, que tienen verdadero significado en nuestra vida.
Algo muy hermoso en este capítulo de El Principito es el significado del sentido y del adiós. Por paradójico que parezca, la separación es la columna vertebral en ese recorrido de acercamiento. ¿Para qué “domesticar” a otro, si al final estás de paso y en algún momento tendrás que irte? “No has salido ganando mucho”, le dice el Principito al zorro. Pero éste, nuevamente descifra la contradicción: “Gano a causa del color del trigo”. Esto no se refiere tanto al dorado de los trigales de los campos, sino al color del cabello de su nuevo amigo. Desde un principio el zorro
había advertido que ese trigo, que antes no significaba nada, con la “domesticación” iba a convertirse en un murmullo que le recordaría el paso de El Principito por su vida. Los trigales ahora tenían sentido. Una linda metáfora para remarcar la idea de que el significado del mundo que nos rodea es otorgado por las vivencias que nos asocian a él. El zorro, entonces, se da cuenta de que el principito está listo para oír su secreto, una enseñanza muy im portante que hará al principito comprender lo que le ha pasado. Le dice el zorro: “sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos”.
La vida no siempre es alegre y feliz: muchas veces nos sentimos solos, tristes, angustiados, perdidos. O simplemente tenemos miedo. Ese es el momento en el que somos más vulnerables a las tentaciones y al daño que pueden hacernos algunas personas maliciosas.
Según se comentó en el artículo anterior, el desierto representa nuestra soledad, o esos momentos en los que nos sentimos más vulnerables.
Si el desierto representa nuestra soledad y vulne rabilidad, la serpiente es la tentación y, por supuesto, esas personas que aparecen justo en ese momento de debilidad para hacernos daño. A menudo son personas que aparentemente no son peligrosas, pero que esconden un veneno mortal. El Principito sin embargo no sucumbe a los encantos de la serpiente; contempla desde su cora zón, la miseria de la serpiente y hasta siente lástima por ella, ya que entiende sus metáforas y sus propuestas. Ella busca que el otro muera. Es sorprendente que esta figura maligna y mortal no le cause miedo al Principito; ella es capaz de hacer daño a otros, de envenenarlos, de causarles un dolor profundo, un dolor de muerte… al Principito le infunde mucha pena, en esta figura vemos a las personas a las que nadie quiere, que estarán solas en cualquier parte, no solo en el desierto. También cuando se encuentran rodeadas de más personas, tal y como la propia serpiente le dice al Principito: “Con los hombres también puedes estar solo”. A pesar de su naturaleza la serpiente no quiere hacer daño al Principito, porque ve que no le tiene miedo y que, además, siente lástima por ella. Pero aún así, le propone acudir a ella si en algún momento se siente tan desesperado como querer desear el final, es decir, la muerte.
Al final, la comprensión de lo sutil de la vida de la rosa, de su breve temporalidad hace que el Principito acepte dejarse morder por la serpiente, para ir a jugar con las estrellas. De hecho, si pones mucha atención y guardas silencia, cuando las miras en la noche las pue des escuchar reír. En este sentido la muerte no es un elemento desintegrador, facilitaría el reencuentro de la rosa y el Principito en otro universo, en el de las estrellas.
Dados los acontecimientos que hemos vivido los últimos años, es innegable que la sociedad presenta comportamientos que son, al menos, de llamar la atención.
Estamos inmersos en una serie de situaciones políticas, económicas, sanitarias, morales y sociales en general, que causan diversos grados de preocupación, indefensión e incluso miedo. Todo esto puede ser normal ante el tipo de amenaza que se percibe; sin embargo, a raíz de la pandemia, hemos experimentado una gran incertidumbre, la cual rápidamente se traduce en un miedo colectivo que en última instancia puede llegar al pánico masivo. Es decir, nos encontramos ante un fenómeno con altos factores de amenaza a la vida humana, a la salud pública, a la economía, a los vínculos sociales, la política, las creencias, la seguridad y la paz, en términos generales.
Cuando el ser humano se encuentra ante tales amenazas, que ponen en riesgo su vida y la de sus seme jantes, se vuelve vulnerable
El miedo o temor es una emoción caracterizada por un intenso sentimiento, habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o imagi nario, presente o futuro. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza de peligro.
El miedo colectivo es miedo compartido por una parte importante de un grupo o de una sociedad; lo que se conoce como “masa”. Es una emoción intensa compartida por la masa o sociedad ante la percepción de un estímulo amenazante, cuyas fuentes pueden ser psicosociales, políticas, económicas, culturales, espirituales, de salud, de manipulación de los medios de comunicación, etc.
Ante situaciones de riesgo, tensión o cambio, debidas tanto a factores ambientales como a factores sociales, se desencadenan una serie de conductas y emociones colectivas.
Como se menciona al inicio, en nuestro país, como en muchos otros, en la actualidad se viven varios estímulos amenazantes para sus habitantes , como pueden ser las condiciones de violencia, inseguridad, crisis política y económica, crisis sanitaria… las cuales han generado un miedo colectivo.
En esta era del internet, los medios de comunica ción nos inundan con todo tipo de información, alguna contrastada y otra con menos rigurosidad, lo que ayuda
a generar incertidumbre y el no saber qué hacer ante situaciones tan particulares. Aunque los medios de co municación son imprescindibles para poder acceder a los eventos que acontecen en nuestro mundo, una exposición excesiva y prolongada podría aumentar la ansiedad y el miedo de la sociedad. La disponibilidad de noticias 24 ho ras y plataformas digitales que dan una amplia cobertura a desastres, puede tener un impacto perjudicial en la sociedad. Si atendemos a la cantidad de horas que los medios están dedicando a dar cobertura a las actuales situaciones de alarma, es esperable la aparición de problemas como angustia, estrés, depresión, etc.
Vale la pena mencionar que el problema no sólo es la cantidad de información que reci bimos diariamente, el verdadero problema es el impacto que toda esa marea de información, cierta o falsa, puede generar en nuestra salud mental a nivel individual y colectivo: preocupacio nes excesivas, miedos irracionales, aislamiento, desconfianza frente a los otros, acumulación exagerada de productos e incluso un estado de pánico colectivo.
Y la línea entre el miedo colectivo y la histeria colectiva es tan delgada que en muchas ocasiones puede desaparecer, haciendo del miedo una verdadera histeria. Y lo mismo sucede con el pánico.
La influencia interpersonal hace que una emoción, una actitud o una conducta, se difunda de una persona a otra contagiando al grupo a toda velocidad. El miedo, experimentado simultáneamente por todos los miembros de un grupo, se puede llegar a convertir no sólo en his teria, sino en pánico, colocándonos en un nivel arcaico e impulsivo (recordemos las compras de pánico al inicio de la pandemia).
El término “histeria colectiva” describe un pro ceso que ocurre cuando un grupo grande de personas responde a una situación de forma masiva. Esto es lo que se conoce como procesos de influencia social, es decir, circunstancias en las que se presenta un detonante que produce una conducta atribuible no sólo a un sujeto, sino a un colectivo.
El contagio emocional ocurre cuando las emocio nes de una persona fluyen hacia otra. Las personas con un alto contagio emocional experimentan las mismas emociones que los otros y responden emocionalmente a las experiencias de los otros. Se trata de una debilidad
humana, y aquellos que se emocionan muy fácilmente encuentran más difícil lidiar con situaciones estresantes.
Vivir situaciones de incertidumbre o periodos de ansiedad que afectan a toda una sociedad, puede llegar a ocasionar casos de estrés colectivo, una enfermedad que puede afectar la salud integral de las personas. Esta condición es básicamente un tipo de histeria social o colectiva, en donde la susceptibilidad individual permite que el contexto afecte a un gran número de personas de forma conjunta. La histeria social o colectiva se debe al aumento de cortisol (la denominada hormona del estrés), que causa una reacción en cadena y puede ser suficiente para que se contagie entre las personas, liberando las mismas hormonas que causan el estrés y la aparición de diversos síntomas.
Se entiende, entonces, como un meca nismo de transmisión por medio del cual el estado de una persona puede provocar efec tos similares en quien le rodea, hasta el nivel de generar una respuesta de estrés hormonal. Aunque existan personas que se encuentren libres de estrés, si están frecuentemente en contacto con gente que sí lo padece, pueden verse afectadas de una manera psicológica, lo que los investigadores denominan como estrés empático, y que se puede medir por el nivel de cortisol. Lo mismo sucede con las neuronas espejo, por ejemplo, cuando una persona observa una noticia con un mensaje alarmante, las neuronas espejo se alteran, junto a ellas la producción de cortisol, lo que hace que lleguemos a padecer de diversos niveles de estrés. Es un fenómeno que puede afectar a cualquier persona (dependiendo del grado de susceptibilidad por el que esté pasando en el momento actual) y quizá ni ella misma se percate de la razón por la cual siente ciertos síntomas propios de la an siedad, ya sea por haber leído o escuchado alguna noticia procedente de algún amigo cercano, familiar, medios, etc.
La histeria colectiva es un fenómeno psicológico y social que afecta a un gran grupo de personas y por el cual aparece la sensación de que existe una amenaza inminente, que suele ser invisible y que puede ser real. Se trata, como decíamos, de una reacción de estrés co lectivo que produce una distorsión de la realidad en masa. Este efecto puede hacer que la masa padezca los mismos síntomas psicológicos como ciertas distorsiones cognitivas, ideas irracionales, indefensión, etc.
La presión social tiene un alto grado de influencia ya que empuja al individuo a creer lo mismo que dicen los otros miembros del grupo. Existen ciertos factores que contribuyen a la histeria colectiva, como los ambientes o sociedades opresivas, o especialmente estresantes, o por presiones económicas. Otro factor, bastante presente en la actualidad, es que los referentes, es decir las personas
responsables de nuestra sociedad, como comunicadores, políticos, científicos, etc., no son concisos ni ofrecen ver daderas soluciones, o bien tienen poca credibilidad para nosotros por la forma en la que han actuado.
Una persona histérica tiende a poner sobre un tercero la producción de su verdad, suponiendo que el otro tiene la verdad. En consecuencia, se es susceptible a la sugestión de las palabras porque así se identifica el sujeto con otros.
La histeria colectiva se refiere, por tanto, al proceso de identificación acontecido en la masa respecto a un ideal común, que puede estar representado por cualquier tipo de líder que sustenta ciertas ideas. Así el sujeto, al estar integrado e influido por una masa, pierde o renuncia de algún modo a sus tendencias individuales, modificándo se su actividad psíquica: se intensifican las cualidades afectivas y la capacidad crítica e intelectual se ven sumamente limitadas. De este modo se ha igualado al individuo con los otros miembros del grupo, resultando la masa susceptible al poder de sugestión de palabra. El poder de la sugestión y la influencia social pueden llegar a ser tan importantes como cualquier enfermedad. Recor demos que cuando la masa está obnubilada, no piensa.
Lo mismo se puede decir del pánico colectivo; la misma situación de la histeria colectiva pero llevada a niveles todavía más irracionales e impulsivos. Los com portamientos de pánico colectivo evidencian un estado de alarma que empuja a un gran colectivo a prevenir un posible peligro. El hecho de que el tema del coronavirus esté ocupando tantas horas en todo medio de comuni cación, es importante para entender el pánico colectivo. Una vez que se ha desatado el pánico estamos bastante limitados y tendemos a hacer lo que hace el grupo. Además, se produce otro efecto que complica aún más la situación: el pánico no sólo se contagia, sino que con cada contagio tiende a aumentar en intensidad. Por ello, debido a la incertidumbre que ocasionan este tipo de situaciones, debemos prestar atención a los cuidados de la salud emocional con la finalidad de reducir, en la medida de lo posible, situaciones de alarma que nos afecten de forma innecesariamente intensa y que nos generen un malestar excesivo o pánico.
Se puede decir, en conclusión, que bajo circunstan cias de miedo colectivo, histeria social y pánico masivo, nos comportamos de maneras específicas, las cuales terminan por alimentar esa misma cadena. Cuando las personas se encuentran en este tipo de situaciones tan estresantes, tienden a apoyar a figuras autoritarias o medidas de mano dura que, en su percepción, ofrecen seguridad. Cuando sentimos que nuestra integridad se encuentra en riesgo, estamos dispuestos a sacrificar nuestras libertades. Por eso resulta importante enfatizar un punto: la salud emocional es vital para que el miedo no traspase fronteras.
La viruela símica o del mono es una enfermedad causada por el virus de la viruela símica . Se trata de una infección viral que se transmite de los animales a los seres humanos, y también de humanos a humanos.
La enfermedad se llama «viruela símica» porque se detectó por primera vez en colonias de monos criados para investigación en 1958. En humanos sólo se detectó más tarde, en 1970.
Se puede propagar cuando las personas entran en contacto físico con un animal infectado, como un primate no humano, un roedor terrestre, un antílope, una gacela o una ardilla arborícola (por ejemplo, a través de mor deduras o arañazos, o durante actividades como cazar, despellejar, atrapar, cocinar, jugar con animales muertos). El virus también se puede contraer al comer animales infectados. En los países donde los animales portan la viruela símica, debe cocinarse bien cualquier parte de alimento que contenga carne o partes de animales antes de ingerirlo.
La viruela símica se propaga de persona a persona mediante contacto directo con alguien que tiene una erupción cutánea de viruela símica, en particular me diante contacto cara con cara, piel con piel, con mucosas y el contacto sexual. Todavía estamos aprendiendo sobre la duración de la capacidad infectante de las personas con viruela símica, pero por lo general se consideran infecciosas hasta que todas las lesiones se han cubierto de costras, las costras se han caído y se ha formado una nueva capa de piel debajo.
Los entornos pueden contaminarse con el virus de la viruela símica, por ejemplo, cuando una persona infecciosa toca prendas de vestir, ropa de cama, toallas, objetos, aparatos electrónicos y superficies. Si alguien más toca estos artículos, puede infectarse. También es posible infectarse al respirar escamas de piel o virus de la ropa, la ropa de cama o las toallas. Esto se denomina transmisión por fómites.
Las úlceras, lesiones o llagas en la boca pueden ser infecciosas, lo que significa que el virus puede propagarse
por contacto directo con la boca, gotículas respiratorias y posiblemente a través de aerosoles de corto alcance. Aún no se comprenden bien los posibles mecanismos de transmisión de la viruela símica a través del aire y se están realizando estudios para obtener más información.
El virus también puede transmitirse de la madre al feto o después del nacimiento por contacto piel con piel, o de un progenitor al lactante o el niño por contacto directo. Se desconoce si se pueden propagar a través de fluidos corporales.
Algunas personas tienen síntomas leves, otras pue den presentar síntomas más graves y necesitar atención en un centro de salud. Las personas con mayor riesgo de sufrir un cuadro grave de la enfermedad o complicaciones son las personas embarazadas, los niños y las personas inmunodeprimidas.
Los síntomas más comunes de la viruela símica son fiebre, cefalea, dolores musculares, dolor de espalda, falta de energía y ganglios linfáticos inflamados. A estos síntomas les sigue o acompaña una erupción que puede durar de dos a tres semanas. La erupción se puede ubicar en la cara, las palmas de las manos, las plantas de los pies, los ojos, la boca, el cuello, la ingle y las regiones genitales o anales del cuerpo. El número de lesiones puede oscilar entre unas pocas y varios miles. Al principio, las lesiones son planas, luego se llenan de líquido y, a continuación, se forman costras, se secan y se desprenden, y por debajo se forma una capa nueva de piel. Estas personas dejan
de ser infecciosas hasta la formación de nueva piel.
Cualquier persona que tenga síntomas compatibles con la viruela símica o que haya estado en contacto con alguien que tenga viruela símica debe llamar o visitar a un proveedor de atención de salud y pedirle consejo.
Si tiene viruela símica, el tra bajador de la salud que le atiende le aconsejará si debe ser atendido en el hospital o en su casa. Esto dependerá de la gravedad de los síntomas, de si tiene factores de riesgo que aumentan el peligro de que los síntomas sean más graves y de si puede minimizar el riesgo de infectar a las personas con las que convive.
Si se le aconseja aislarse en casa, no debe salir. Proteja a las per sonas con las que vive tanto como sea posible adoptando las medidas de seguridad.
Aislarse en una habitación sepa rada.
Usar un baño separado o limpiar después de cada uso.
Limpiar las superficies que se tocan con frecuencia con agua y jabón y un desinfectante doméstico, y evitar barrer o aspirar (lo que po dría remover las partículas víricas y hacer que otros se infectasen).
Usar utensilios, toallas, ropa de cama y aparatos electrónicos se parados.
Lavar su propia ropa (levantar la ropa de cama, las prendas de vestir y las toallas con cuidado sin agitar las, poner los materiales en una bolsa de plástico antes de llevarlos a la lavadora y lavarlos con agua caliente a más de 60 grados).
Abrir ventanas para que haya bue na ventilación.
Alentar a todos en la casa a lavarse las manos periódica mente con agua y jabón o un gel hidro alcohólico desinfec tante para manos.
Si no puede evitar estar en la misma habitación que otra persona o tener con tacto directo con otra persona mien tras se aísla en casa, haga todo lo posible para limitar el riesgo adoptando las medidas siguientes: evitar tocarse mutuamente; lim piarse las manos a menudo; cubrir la erupción con ropa o vendajes; abrir ventanas en toda la casa; ase gurarse de que usted y cualquier persona que esté en la habitación con usted usen mascarillas médicas bien ajustadas; mantener al menos un metro de distancia; si no puede lavar su propia ropa y alguien más necesita hacerlo por usted, esa per sona deberá llevar una mascarilla médica bien ajustada y guantes desechables, y adoptar las precau ciones mencionadas anteriormente para el lavado de la ropa.
suficientemente bien y pueden hacerlo mientras están aisladas, y pidiendo apoyo para su salud mental, si lo ne cesitan.
Las personas con viruela sími ca deben seguir las indicaciones de su médico o servidor de atención de salud. Los síntomas a menudo se re suelven por sí solos sin necesidad de tratamiento. Medicamentos para el dolor (analgésicos) y la fiebre (antipi réticos) para aliviar algunos síntomas. Es importante que las personas con viruela símica se mantengan hidra tadas, coman bien y duerman lo su ficiente. Las personas que se aíslan voluntariamente deben cuidar de su salud mental haciendo cosas que les resulten relajantes y agradables, manteniéndose conectadas con sus seres queridos utilizando la tecnolo gía, haciendo ejercicio si se sienten lo
Las personas con viruela símica deben evitar rascarse la piel y cuidarse la erupción limpiándose las manos antes y después de tocar las lesiones, y manteniendo la piel seca y descubierta (a menos que no puedan evitar estar en una habitación con otra perso na, en cuyo caso deben cubrirla con ropa o un vendaje hasta que puedan aislarse nuevamente). La erupción se puede mantener limpia con agua esterilizada o antiséptico. Se pueden usar enjuagues de agua salada para las lesiones en la boca, y los baños calientes con bicarbonato de sodio y sulfato de magnesio pueden ayudar con las lesiones en el cuerpo. Se puede aplicar lidocaína a las lesiones bucales y perianales para aliviar el dolor.
Tras muchos años de investiga ción sobre el tratamiento de la viruela, se han desarrollado productos que también pueden ser útiles para tratar la viruela símica. En enero de 2022 la Agencia Europea de Medicamentos aprobó para el tratamiento de la vi ruela símica un antivírico producido para tratar la viruela (el tecovirimat). La experiencia con estos tratamientos en brotes de viruela símica es escasa. Por esta razón, durante su uso se suele recopilar información, que mejorará el conocimiento sobre la mejor manera de usarlos en el futuro.
¿Cuál sería el tratamiento de la viruela símica?
En poco más de cinco décadas, aquello que Van R. Potter acuñó como “bioética”, y que en sus inicios había concebido como “la ciencia de la supervivencia”, ha tomado una importancia universal. Su auge es gene ralizado, con implicaciones en múltiples direcciones.
Con el término de “bioética” o con otros simi lares han salido a la luz casi cotidianamente, un sinfín de artículos tanto de difu sión como de divulgación, así como libros; de igual forma, enciclopedias edita das y sitios web; se llevan a cabo congresos y toda cla se de eventos académicos; surgen centros, socieda des e institutos; se llevan adelante, en gran número, investigaciones en torno a problemas bioéticos.
La UNESCO for mula tres declaraciones universales con base en los derechos humanos: la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los De rechos del Hombre (1997); la Declaración Internacional sobre los Datos Genéticos Humanos (2003); y la De claración Universal sobre la Bioética y los Derechos del Hombre (2005).
Al mismo tiempo, se establecen consejos y comisiones; se aprueban normas y códigos específicos . La propia UNES CO cuenta con el Comité Internacional de Bioética
y el Comité Interguberna mental de Bioética. Existen las “comisiones nacionales”. México cuenta con la Comi sión Nacional de Bioética, órgano rector de la disci plina con personalidad ju rídica y patrimonio propio desde el año 2005, pero que existe desde 1992, es decir que está cumplien do tres décadas. A la par, al menos veinte comisio nes estatales en distintas entidades federativas de nuestro país se encuentran funcionando.
Se vuelve complica do pensar, en los tiempos que corren, en hospitales o centros de investigación biomédica donde no exis tan comités de ética o de bioética con sus respec tivos códigos de ética y estatutos fundantes. Los estudios sobre bioética se imparten en diferentes mo dalidades y niveles, como diplomados, licenciaturas, especializaciones, cursos a
distancia, maestrías y doc torados.
El surgimiento hacia 1970 del campo de la bioética sería prácti camente incomprensible sin atender a los factores históricos que le dieron origen . Éstos responden a tres grandes vertientes de la historia del siglo XX e inicios del XXI.
El espectacular de sarrollo de las ciencias de la vida y de la biotecnología
Respecto a la revolu ción biológica, son crucia les dos reencuentros: con Darwin, a partir del cual se da la consolidación de la biología evolutiva; y con Mendel, de donde surgirá el extraordinario desarrollo de la nueva genética, ahora conocida como “genómica”. Tal revolución im plica, por un lado, recono cer el origen terrenal del
hombre como un animal más, particularmente em parentado con los simios, si bien dotado de inteligencia y voluntad. Por otro lado, la revolución de la biología molecular conlleva los sucesivos hallazgos de la nueva genética: la revela ción del “secreto de la vida” en la estructura helicoidal del ADN; la secuenciación del genoma humano y de otros muchos seres vivos; el paso del saber de los ge nomas al de las proteínas (de la genómica a la “pro teómica”, el surgimiento de la medicina genómica y de la farmacogenómica).
Junto con los cam bios revolucionarios que conllevan los hallazgos de la biología evolutiva mole cular, se producen avan ces extraordinarios en el campo de la biotecnolo gía , la cual sirve de base para la adquisición de nuevos conocimientos, así como receptora de estos
Eduardo Casillaspara su aplicación y utilización; se pasa de la “ciencia” a la “tecnociencia”: no sólo se conoce, sino que se inter viene y manipula la realidad conocida, transformándola para intereses prácticos e inmediatos.
La medida del éxito biocientífico y biotecnológico ha sido también la del surgimiento de un sinnúmero de trascendentales problemas éticos y, de ahí, sociales y legales. Los progresos en las ciencias de la vida y en la biotecnología se venían dando bajo el supuesto carácter neutral, no valorativo, de sus actividades. Pero ahora resulta que no hay tal neutralidad y que, concebido como “tecnociencia”, el conocimiento tiene repercusiones y responsabilidades éticas ineludibles.
Los cambios sociales, políticos, económicos, culturales y morales
No sólo el progreso histórico de las biociencias y biotecnologías explica la aparición de la bioética. Ésta no se comprende sin tomar en cuenta la otra vertiente: los acontecimientos de índole social, política y econó mica del siglo pasado y lo que va del nuevo.
La bioética no se explica sin la segunda Guerra Mundial, con todos sus horrores o, más aún, sin el estado de guerra interminable que atraviesa todo el siglo pasado y, como somos testigos en nuestros días con el problema de Ucrania, no acaba en el presente. No se comprende sin el ascenso y caída del socialismo real; sin el desplie gue irrefrenable de las fuerzas del mercado; sin la explosión demográfica y la terrible destrucción de la biodiversidad , así como el daño no cuantificable a la biósfera; sin la preocupante coalición entre tecnociencia, tecnocracia y “mer cadocracia”.
El siglo XX representó, por
una parte, la ruina de lo humano del hombre y, a la vez, trajo consigo una nueva aurora del ímpetu ético (y axiológico) de la humanidad .
Nunca quizás los valores y los contravalores se habían manifestado con tanta crudeza como en estos tiempos de luz y de extrema oscuridad.
Un tercer factor del desarrollo contempo ráneo, que contribuye al surgimiento y desarrollo de la bioética, es el proceso que tuvo la ética filosófica o filosofía moral en la mayor parte del siglo pasado. Aun cuando la ética siempre había ocupado un lugar privilegiado en el corpus de la filosofía, ella fue relegada frente a los nuevos intereses teóricos y prácticos que salieron a la luz.
La propia filosofía “sospecha” del valor de la moralidad en general y se concentra en la cuestión del Ser, dejando de lado los caminos del humanismo y de la ética. El quehacer filosófico se proyectó ya sea hacia la filosofía política, así como a lo opuesto: el reino de la lógica y el análisis del lenguaje y, desde ahí, a la filosofía de la ciencia.
Ante el silencio y el formalismo de la ética filosó fica, y frente a la irrupción de la enorme problemática moral provocada por los acontecimientos biocientíficos y biotecnológicos, así como por los cambios políticos, sociales y culturales, la ética de la bioética es asumida principalmente por médicos, biólogos, abogados, por un lado, o por teólogos y religiosos de diversas creencias, por el otro. Como ejemplo histórico, en la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos no participaron filósofos.
En las últimas décadas, sin embargo, la ética filosófica o filosofía moral ha tenido un importante resurgimiento y varios de sus autores se han abocado a las cuestiones de ética práctica de carácter bioético así como a la fundamentación y constitución teórica de la nueva “disciplina” o “multidisciplina” de la bioética
El inicio de la vida humana es uno de los temas más estudiado en bioética.
El principio de la Dig nidad Humana
Desde hace algunas décadas, el principio de la dignidad humana ha adquirido una importancia cre ciente. No sólo en el ámbito social, sino también y, especialmente, en el ético y en el jurídico. El recur so a dicha noción ha ido incre mentándo se gradual mente. En ese orden de ideas, es muy sig nificativo que todas las Decla raciones de Derechos Humanos, desde el texto de la Declaración de 1948 has ta nuestros días, sitúen en un lugar prioritario el principio de la dignidad humana. Con independencia de posteriores y distintas interpretaciones, todas las Declaraciones de derechos respon den, al menos de manera implícita, a una mentalidad humanista, en cuanto asimilan expresiones como “todos”, “todo ser humano” y, sobre todo, “persona”. La declaración, por antonomasia, donde se da además la conjunción entre Bioética y De rechos Humanos es, justamente, la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos del 19 de octubre de 2005, emanada
del seno de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), homologada unánimemente por ciento noventa y un países en la 33 Sesión de la Conferencia General de dicho organismo de las Naciones Unidas, celebrada en París.
El recurso a este principio es también decisivo en el ámbito de lo que se viene denominando “Bioderecho”. En este sentido, el Consejo de Europa aprobó, en no viembre de 1996, el Convenio para la Protección de los Derechos Hu manos y la Dignidad del Ser Humano con respecto a las Aplicaciones de la Biología y de la Medicina, también conocido como Convenio de Oviedo Cabe señalar, respecto a dicho ins trumento normativo, que nuestro país ha analizado, por medio de las instancias estatales pertinentes, la posibilidad de adherirse a ese trata do, lo cual sería histórico por varias razones, pero principalmente por hacer obligatorias sus disposicio nes, de carácter fundamentalmente
bioético. De hecho, en virtud del mencionado convenio, las partes (los países firmantes) se compro meten, de acuerdo con lo estable cido en el artículo 1, a proteger al ser humano en su dignidad y su identidad. En realidad, el Convenio asume, explícitamente el principio de la dignidad humana como presu puesto de todas sus disposiciones. Por su parte, la Declaración Uni versal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, aprobada igualmente en el seno de la UNESCO, el 11 de no viembre de 1997, y ra tificada por la Asamblea General de Naciones Unidas, da inicio con un capítulo intitulado “La dignidad humana y el genoma hu mano”. Cuando se compren de, en fin, que de la dignidad humana y de su defensa depende –en forma no periférica sino esencial - el des tino mismo de la especie humana, se vislumbra con claridad que es esencial tener siempre viva y activa la reflexión en torno a la misma.
De acuerdo con ello, y en lo que concierne a nuestro tema, la dignidad también debe ser reco nocida al embrión desde la unión del óvulo y el espermatozoide, es
Eduardo Casillasdecir desde el instante mismo de la fecundación, a los embriones crioconservados, susceptibles de ge nerar células troncales, desde el momento en que se pueda constatar que, efectivamente, son seres vivos pertenecientes a la familia humana, con independen cia de su grado de viabilidad. Ello no es más que una consecuencia lógica de una verdad innegable desde el punto de vista científico: la vida humana surge con la fecundación y es un proceso continuo, homogéneo y sin fisuras . El embrión humano está dotado de vida autónoma y es un ser específico individual. El no reconocimiento de esta realidad supondría un uso no adecuado (por razones ideológicas, utilitaristas o meramente pragmáticas) del principio de la dignidad humana.
De igual manera, la dignidad implica la acep tación de la existencia de una igualdad esencial entre los miembros de la especie humana. Dicha exigencia se concreta en el igual reconocimiento de los derechos humanos. Como señala Spaemann, y nos parece un punto crucial, “se deben reconocer para todo ser que descienda del hombre y a partir del primer momento de su existencia natural, sin que sea lícito añadir cualquier criterio adicional” (SPAEMANN,
R., Lo natural y lo racional: Ensayos de antropología, Madrid, Rialp 1989, p. 50).
Deriva otra consecuencia: la exigencia ética de no instrumentalización del ser humano y de no comercialización de sus partes. De ello se des prende la primacía del ser humano como un principio fundamental frente a cualquier tipo de interés social o económico. Sólo de este modo el ser humano deja de ser un medio para transformarse en un fin en sí mis mo. Esto es precisamente lo que significa “dignidad”: “cualidad de ser fin en sí mismo, no susceptible de rebajarse a la categoría de medio bajo ninguna circunstancia, ni siquiera de carácter excepcional” (ROBLES, G., “El libre desarrollo de la personalidad”, en L. García San Miguel (coord.), El libre desarrollo de la personalidad, Servicio de Publicaciones Universidad de Alcalá, p. 47). En este sentido, es de destacar que el artículo 2 de la Convención sobre los Derechos Humanos y la Biomedicina afirma que “ El interés y el bienestar del ser humano prevalecerán frente al exclusivo interés de la sociedad o de la ciencia”. Lo anterior constituye el “núcleo duro” de la dignidad, y ello es, precisamente, lo que se cancela con la instru mentalización, aunque sea con fines de investigación y extracción de células troncales, ya no digamos la eliminación de los embriones humanos por medio el aborto mismo.
La dignidad implica también la necesaria protección del derecho a la vida. En efecto, existe una estrecha relación entre dignidad y derecho a la vida (principio y consecuencia), ya que la lesión de este derecho implica la extinción radical de la dignidad propia del ser. La agresión a cualquier otro derecho no supone, como en el caso de la vida, la eliminación de un ser que es digno. Además, el derecho a la vida es presupuesto y condición de posibilidad de cualquier otro derecho. El derecho a la vida es el único inviolable, en sentido absoluto, en la medida en que nunca está justificada la acción directamente encaminada a producir la muerte de un ser humano inocente.
Por último, el principio de la dignidad aparece también estrechamente conectado con el principio del libre desarrollo de la personalidad. En lo que al embrión humano se refiere, implicaría, y aquí está el quid de la cuestión, “la garantía de que ninguna acción se lleve a efecto en contra de su desarrollo biológico … del progreso de su gestación desde el primer momento y por tanto sin impedir que se complete; es decir, el principio esencial y de con servación del desarrollo vital de un sujeto nuevo al que afecta aquel principio antes de que, según la ley positiva, adquiera la vestidura formal de la persona lidad jurídica” (GABALDÓN, J., “Libre desarrollo de la personalidad y derecho a la vida”, Persona y Derecho, 44, 2001, p. 135).
“La muerte sólo tiene importancia en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida.”
André MalrauxEn estos últimos tres años tuvimos, como experiencia global que nos obligó a reela borar las prácticas médicas y hospitalarias, la experiencia del Covid-19. Desde el punto de vista personal, se vio el distanciamiento social como un modo de autocuidado. En este sentido la enfermedad también adquirió un nuevo sesgo de estigma.
Es bastante claro que con la idea de “cuidar” se tomaron decisiones que afectaron a las personas en muchos ámbitos vitales , como lo es el sustento o el apoyo en el caso de personas enfermas de otras enfermedades; los niños y las personas adultas mayo res vieron afectados sus derechos a la movilidad, a la educación, al ocio recreativo, a cubrir sus necesidades básicas farmacéuticas y alimentarias.
Se ha hablado mucho de las variantes, de la in tensidad del contagio, de las secuelas, etc. En realidad se cuidó muy poco de las consecuencias económicas y sociales de las medidas tomadas en muchos países, olvidando la vulnerabilidad socioeconómica de las mayorías. Se habla poco de las decisiones éticas hos pitalarias, de los cuidados en casa y de las muertes en casa. Se habla poco en torno a la muerte. Se habla poco de los tratamientos, de los cuidados, del proceso de muerte, de los efectos de un tipo de muerte en la que muchos recursos de afrontamiento se vieron cancelados.
El tema pandémico despertó los sentimientos de zozobra y ansiedad ante la muerte como una reacción producida por la percepción de señales de peligro o amenaza (real o imaginada). Sería importante, desde la reflexión bioética, analizar las diferentes respuestas tanto a nivel global como local; analizar y elaborar lineamientos que definan bien la actuación de los medios de comuni cación, el financiamiento que reciben para comunicar ciertos contenidos en la forma en que lo hacen y los objetivos que justifican esta misma actuación.
Los servicios sanitarios también de berían ser evaluados . Primero, como parte de un aparato institucional que debería de garantizar el acceso suficiente a servicios que
se consideran derechos civiles y humanos. El tema pandémico vino a desenmascarar las carencias de las diferentes instituciones encargadas de proveer de atención a las personas enfermas y no sólo de COVID, sino de cualquier enfermedad. En segundo término, mientras se presenta el argumento de evitar la saturación hospitalaria y la muerte, se descuida ron elementos básicos de la atención sanitaria de pacientes y a enfermos crónicos o terminales de otras enfermedades . El mal manejo, el amarillismo de los medios de comunicación y el poco cuidado a contextos de vulnerabilidad socioeconómica generaron desconfianza en la población.
De hecho, podríamos decir que, junto con este fenómeno, se abrió toda una industria dedicada a satisfacer la demanda de los consumibles que ga rantizarían la seguridad sanitaria de cada persona. En este sentido también se le ha conferido mediáti camente una gran importancia a la vacunación como único medio para evitar complicaciones en la gravedad de la enfermedad; sin embargo, la enfermedad sigue una evolución prevista por los epidemiólogos hacia su instalación endémica con menor agresividad.
Es muy importante reconocer que este fenómeno ha afectado la aplicación o la interpretación de ciertos conceptos bioéticos, por ejemplo, el de la autonomía Por un lado, tenemos los argumentos que hablan del derecho de cada persona a decidir respecto a su estado de salud y su expectativa a corto, mediano y
Olveralargo plazo (que se aplican a temas como los derechos reproductivos, de género, cuidados paliativos o de eutanasia). Por otro lado, frente al tema pandémico, se ha visto un criterio impositivo que en la práctica se opone a los derechos humanos firmados después de los juicios de Nuremberg. Mientras el enfermo puede decidir sobre los tratamien tos, su aplicación, suspensión o de hecho no iniciarlos, en el tema pan démico existe una obligatoriedad no legal e intransigente, mediati zada por lo medios de comunicación que induce una obligatoriedad a las vacunas bajo coacción.
También tendríamos que cuestionar el formato en que han acontecido muchas muertes; res pecto a esto hemos visto la enfer medad como un fenómeno social común: todos estamos en riesgo…; se puso como premisa el distancia miento, incluso dentro de los ho gares, habitados por familias que comparten espacios comunes; la mayoría de las familias no cuen tan con espacios amplios, baños independientes o una habitación para cada miembro de la familia. La forma de informar sobre de la enfermedad y su etiología generó (por ejemplo) que se etiquetaran como peligrosos a los niños, que fueron alejados de sus parientes mayores y, en no pocas ocasiones, al enfermar o morir alguno, ya se tenía no sólo al virus como el culpable, sino también, a los niños o aquellos que no seguían escrupulosamente la idea del distanciamiento. Como si hubiera una intención dolosa de matar a un familiar con un abrazo, un apretón de manos o un beso.
Mientras la filosofía de los Cui dados Paliativos nos invita a bus car un proceso de enfermedad y muerte humanizados y dignos , que preste atención afectiva y efec tiva, los criterios de contención de la pandemia causaron que muchas personas murieran en la modalidad de estigma: rechazados, aislados y abandonados. Muchos más mu rieron simplemente solos, con los componentes de la culpabilidad aña
didos, sin despedidas, sin rituales.
El deterioro físico y emocional que experi menta una persona al es tar enferma de gravedad, de una enfermedad des conocida, no se compa ra con el miedo, dolor, sufrimiento, soledad, angustia y agonía , al estar esperando un fi nal incierto: sanación o muerte. Es importante considerar la reflexión anterior, ya que, debido a toda la información ambiental, la percepción de la en fermedad por COVID era terrible, la interpretación emocional de la enfermedad causaba tanto o más daño que la misma enfermedad, con siderando que los estados psíquicos alterados por la angustia y estrés tienen una influencia muy impor tante en los procesos inflamatorios e inmunológicos, incluso respecto al ritmo cardiaco y nivel de oxige nación. Una exagerada percepción de riesgo ante la enfermedad predis pone un deterioro más rápido de la persona que la padece. El estado de aislamiento y el hecho de no poder compartir ideas y preocupaciones agudizan la percepción anticipada de fatalidad.
La muerte confinada a cen tros hospitalarios ha arrebatado a los desahuciados de sus casas y familiares. La muerte - asignada al hospital - se apropia del enfermo al institucionalizarlo y arrebatarle sus redes de apoyo social: “socialmente, el enfermo está muerto”. El aisla miento adelanta de forma subjetiva la percepción del estar muerto.
Recientemente se ha ido re conociendo la importancia de la espiritualidad como un recurso en la vivencia de la enfermedad crónica, grave o terminal. Se percibe como bueno que el enfermo, de acuerdo a sus valores y creencias religiosas, pueda ejercer sus ritos como un recurso de afrontamiento y fuente de esperanza frente a su devenir
biográfico. Sin embargo, incluso este aspecto fue negado en el proceso de enfermedad y muerte. Los so brevivientes no pudieron celebrar sus ritos religiosos en honor de sus difuntos. La pandemia de corona virus, aun cuando se trata de un evento sin precedentes, replantea el derecho de todos los pacientes a estar acompañados en la fase terminal de su vida por un familiar, conocido o incluso por una perso na que les pueda ofrecer atención espiritual. Es decir, se debe tener la garantía de una muerte digna y este concepto debe protegerse en situaciones normales y también en las extraordinarias y de crisis.
La tecnificación y la urgencia por encontrar la cura nos ha cen trivializar la experiencia de la enfermedad y omitimos recursos como la espiritualidad y la idea de trascendencia ante el acontecimien to de la propia expiración, deshuma nizándola tal como se deshumaniza la atención.
Esto nos invita a pensar en la agonía y sus efectos; el fallecimiento súbito, la velocidad con la que se muere en esta enfermedad, nos recuerda lo vulnerable que somos, nos invita a ser sensibles respecto a las necesidades de quien va a expirar, de sus deseos, de la impor tancia de acompañarle y confortarle en los últimos momentos de vida. No hay acto más deshumanizado y más humillante que morir solo.
con detalle los entornos urbanos, las constras tantes atmósferas que oscilan de la riqueza a la miseria; las injusticias sociales hacia los más desprotegidos; las con venciones aceptadas y la lucha por sobrevivir en un mundo de dolo rosos contrastes.
todo, pero sí lo comprende todo. El mal –se desprende de la narrativa de Dostoievski– puede ser como un crisol que posee el potencial de alcanzar la verdad de la vida por dolorosa que sea y encontrar, en este fuego impetuoso, el sentido de su propia redención. Prácticamente, toda la obra de Dos toievski gira en torno a dos vertientes: la transgresión y la culpa.
Fiódor Mijailóvich Dostoievski (1821-1881)La literatura rusa de la segun da mitad del siglo XIX se ca racteriza por su realismo , por la excelencia de su prosa y por la manera en que da cuenta de la circunstancias sociales de la época como el industrialismo, o la emergencia del la sociedad bur guesa y de la clase obrera. Describe
Los autores más destacados del Realismo ruso son: Gogol, Tolstoi, Chéjov y Dostoievski. Éste últi mo, Dostoievski, y sus novelas como: Crimen y Castigo, Los hermanos Karamazov, El Jugador, Los endemoniados… re presentan un hito en la literatura universal, no sólo por la riqueza de sus recursos litera rios, como “el fluir de conciencia”, y la mirada detallada convertida en palabra, sino por la im portancia que el autor concede al ser humano, con sus claroscuros, sus riquezas y sus miserias.
Dostoievski desnuda el alma humana, no para señalarla con dedo flamígero, sino para comprender sus miserias . Más allá de juzgar, inten ta lograr que el lector alcance una empatía, desde lo profundamente humano: “Soy un hombre, y nada de lo humano me es extraño” (Publio Terencio, 165 a.C).
La mirada misericorde que propone Dostoievski, no lo disculpa
El autor ruso presenta, con un crudo sentido de realidad, los abis mos ignominiosos del ser humano, y desde ahí, desde esa realidad que incluye la gran carga de preocupacio nes morales y sociológicas, es capaz de comprenderla, provocar y encontrar en el lector la rendija luminosa por la cual podría colarse la esperanza.
En el caso de la obra Crimen y Castigo , considerada una novela perfecta, la historia, magistralmente narrada, nos presenta a un joven es tudiante, Raskólnikov, atrapado en la miseria, en situación desesperada, en circunstancia extrema: no es capaz ni de pagar la renta de su sórdido depar tamento, ni de continuar sus estudios, ni de procurarse lo mínimo necesario para su subsistencia. Su madre y su hermana le envían, de vez en cuando y con sacrificios, “algo” de dinero para que se ayude, lo cual incrementa la conciencia de su humillación. Se sabe inútil y despreciable, y considera que lo único que puede inspirar es lástima. Al mismo tiempo, Raskolnikov es testigo de un mundo de injusticia, como la presencia de Sonia, la jovencita que se ve obligada a trabajar como prostituta, para dar de comer a sus hermanitos, y
que será un personaje fundamental en la novela, porque representa la “mirada del otro” que humaniza y abre para el personaje, horizontes nuevos.
Desesperado, Raskolnikov acude con una anciana prestamista, cruel, abusiva e inhumana, a empeñar algunos objetos que su padre le dejó. En ese momento, concibe un plan: asesinar a aquella mujer y robarla, así incluso podría ayudar a otros que sufren miseria. La idea va tomando forma, y justificándose a sí misma: después de todo, “el fin justifica los medios”, se dice, en un monólogo interior que lo enfebrece. Su plan toma forma: él será quien libere al mundo de semejante alimaña, ¿percibimos un atisbo de soberbia?
Todo esto ocurre en la primera parte de la novela. La trama principal no es entonces el asesinato, sino lo que se desprende de esa grave transgresión, es decir, la culpa, con la que Raskolnikov no puede vivir.
A partir de este momento, Raskolnikov vivirá tortura do por su conciencia. Dostoievski explora, a profundidad,
la conciencia humana; se pregunta por la presencia del mal en la naturaleza del hombre: “Puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero” (Rom 7, 19). Los lectores vivimos junto a Raskolnikov esas fiebres que lo devoran y que amenazan con volverlo loco. Es la imposibilidad de vivir instalado en la transgresión, y la necesidad humana de redención. ¿Será posible?
Ésta y otras preguntas pueblan la narrativa de Crimen y Castigo: ¿ Qué diferencia hay entre pobreza y miseria?, ¿es cierto que el fin justifica los medios?, ¿será posible la redención ante uno de los más graves hechos que puede cometer el ser humano: tomar la vida de otro ser humano? ¿Qué sentido tiene la culpa…?
Vale la pena detenernos un momento en esta última pregunta: ¿Qué sentido tiene la culpa? Para lo cual conviene distinguir dos tipos de culpa: la culpa y el remordimiento sin esperanza, el rumiar en forma tortu rante y obsesiva aquel error fatal, (hamartía le llaman los griegos), y seguir atrapados en medio del huracán, sin posibilidad de salida, hasta volverte loco; la conciencia de culpa, como esperanza de redención. Es decir, la in trospección profunda que lleva a asumir cabalmente la responsabilidad, a dolerse del mal causado, al propósito de “nunca más”, a estar dispuesto a purgar y, finalmente, a contemplar la luz como una gracia.
Cierro este artículo con una reflexión tomada del libro El encuentro con Dios, del sacerdote húngaro Franz Jalics, S.J., quien escribe: “El sentimiento de culpabilidad es la angustia de que no hay salvación alguna, porque se busca dentro de sí mismo, mientras que, para el cristiano, el sentido del pecado va acompañado de un “amor agradecido” porque es un pecado que tiene salvación”.
Un “amor agradecido”, dice Jalics, que permite contactar y confiar, en ese atisbo de trascendencia, ese anhelo de Dios que todos llevamos dentro, y que nos lleva a encontrar, tarde o temprano, esa redención, flujo de amor recibido en gratuidad, que se irradia, por ello mismo, hacia todo ser humano.
¿Cómo resuelve Dostoievski la culpa obsesiva que tortura a Raskolnikov? ¿En dón de radica la liberación para este personaje? Remito a los lectores a apropiarse de esta novela, un clásico de la literatura universal.
En la práctica de geriatría es co mún que estos términos están presentes durante la discusión de los tratamientos. Aunque no son usados comúnmente por los familiares de los pacientes en situación terminal, es frecuente que se presenten subyacentes a las razones del actuar del personal de salud y de los familiares ante la enfermedad del paciente.
El éxito de la tecnología médica en el manejo de las enfermedades agudas produjo un grupo de pacientes a quienes se les podía salvar la vida, pero sólo restituyendo parcial o en ningún grado su capacidad de poder constituirse en sujetos. En estos enfer mos el proceso de enfermedad ya no requiera una solución a la crisis sino un acompañamiento a su muerte.
La inteligencia humana nos da la capacidad de modificar nuestro entorno para facilitar la sobrevivencia, pero - sobre todo - nos otorga la capa cidad de dar textura al tiempo y al espacio para el construir un tiempo de ocio separado del de trabajo. Siendo el humano un animal que imagina, estos futuros posibles se convierten en las utopías que nos hacen caminar, como decía Galeano.
Podemos identificar tres tipos de muertes: la basada en el sistema cir culatorio conocida por todos; la muerte encefálica que nace como necesidad de los programas de trasplantes; y una tercera que se acuña como muerte social, haciendo referencia a la perdida por parte del paciente de su capacidad de construir y mantener una identidad social. Todas comparten la terminación definitiva de poder controlar un pro yecto de vida.
Por motivo de nuestro tema, es importante revisar la diferencia entre obstinación terapéutica y la eutanasia pasiva desde tres puntos de vista, el jurídico, el social y el ético.
La ley general de salud reconoce sólo la muerte basada en la circulación (art. 343) y encefálica (art. 344) como causales para levantar el acta de defunción: el acta da por terminada la capacidad jurídica del individuo de
terapéutica como “… la adopción de medidas desproporcionadas o inútiles con el objeto de alargar la vida en situa ción de agonía”, siendo para la ley una medida extraordinaria, que constituye una carga demasiado grave para el enfermo y cuyo perjuicio es mayor que los beneficios.
Ante este escenario, la ley - en su articulo 166 - propone el derecho a la suspensión voluntaria del tratamiento curativo , lo cual supone la cancelación de todo medicamento que busque contrarrestar la enfer medad terminal del paciente y sólo proporcionar aquellos medicamentos centrados en el dolor o los malestares del paciente.
poder tomar decisiones y permite a los deudos el iniciar el reparto de un patrimonio.
En la Ley de Cuidados Paliativos se otorga contenido a los términos de enfermo en situación terminal, obsti nación terapéutica, medios extraor dinarios y ordinarios. Todo paciente que tenga una sobrevida menor a 6 meses y cuya enfermedad se considere incurable e irreversible es un paciente terminal para la ley. En este tipo de pacientes se describe la obstinación
La definición propuesta por la ley es demasiado relativa y muy centrada en la presencia de dolor, dejando a un lado de la propuesta los sufrimien tos propios de aquellos que toman la decisión . Por un lado un familiar, emocionalmente presa de su duelo, es envestido de la responsabilidad de tomar la decisión de suspender, ante la falta de una directriz anticipada, algún tratamiento de soporte, haciéndolo susceptible de la culpa y, sobre todo, de la señalización por parte de los otros miembros de la familia de haber infrin gido una “eutanasia pasiva” . Por el otro lado, contamos con un equipo de salud que se encuentra entre su identidad de ser humano que acompaña/consuela, que vive la contradicción propia de estos enfermos sometidos a la obsti nación terapéutica, a quien el Estado le obliga a cumplir su trabajo que es la procuración de atenciones medicas; caso contrario puede ser dañado por medio de una demanda.
La palabra obstinación se usa como sinónimo de “terquedad” terapéutica, como un ejercicio de poder y dominación del otro, en donde se reduce al enfermo a sus variables biológicas.
Tendemos a ver al enfermo sólo en su presente, sin darnos cuenta de que, en su cotidianidad, nos dejó pistas de sus decisiones para su momento final. Al compartir su familia con él/ella otros duelos, se vuelve importante observar cuáles fueron sus decisiones, sus acciones y sobre todo sus deseos.
En la actualidad se acuñó el término de suicidio asistido para definir aquel en el que al enfermo/a se le proporciona lo necesario para la ejecución de éste. Se distingue de la eutanasia pasiva: es el enfermo, no el personal de salud, quien inicia el proceso de infusión de los venenos que causarán su muerte.
Abordando el tema con el método deliberativo propuesto por Diego Gracia (Júdez, 2001), el primer paso es definir los hechos. La ética es ante todo práctica, por ello se encarga de los temas donde no hay certeza del curso de acción. En el enfermo terminal, cuya enfermedad se ha encargado de dañar la identidad de la persona, no hay gran duda sobre qué curso de acción tomar. El proble ma es cuando dos enfermedades conviven en el mismo enfermo, cuando una crónica se ve agudizada por una nueva enfermedad; por ejemplo, el caso del paciente con demencia tipo Alzheimer que ve mermada su funcionali dad por una fractura de cadera producida por una caída. Es en estas enfermedades que el Dr. Gracia propone un método de análisis ética en el que se visualice el enfren tamiento del valor de la vida en contra de otros cuatro, a saber el de la no maleficencia, el de la efectividad/eficacia, el de equidad/justicia y el de autonomía. Estos valores se ven enfrentados con el de la vida que es en sí un valor en peligro de extinguirse ante la enfermedad.
Para los eticistas la vida humana no se puede reducir sólo a su aspecto biológico: la vida humana es un relato que está siendo construido por un autor; un autor que es inteligente y libre, por lo que se da una realidad moral distinta a la natural, a esa realidad los eticistas apelan cuando hablan de valores, en un mundo cultural donde los humanos nos movemos, en el cual los valores pueden ver su aparición o su destrucción.
Lo mínimo en cualquier acto médico es el no dañar: es inaceptable que se use alguna técnica o medicamento fuera de lo que ha sido probado por la ciencia. Lo que le sigue es el buscar que la efectividad sea algo real, que
ocurra en la vida del paciente y que no sólo sea usado para abonar la esperanza que nos puede llevar a la desilusión. Es frecuente el uso de medicamentos altamente tóxicos en búsqueda de comprar unos días al enfermo agónico.
El profesional de la salud debe de ser justo en la utilización de los recursos que son escasos, pero tam bién lo debe de ser la familia. Existe una tendencia a no renunciar a respiradores y a puntillas de alto flujo, porque mantienen la saturación elevada del paciente, aunque en ello no encontremos una mejoría de su estado.
El último valor, enfrentado con la vida, es el de autonomía. La autonomía es la expresión de una moral propia que posibilite la convivencia, siendo importante recalcar que no es un valor que dé pie a relativismos morales. Para su expresión real, el ser humano debe de haber transitado todas las etapas del duelo descritas por Klüber-Ross para poder ser realmente autónomo. Si el paciente/familiar se encuentra con una activación emocional propia de las primeras etapas del duelo como la negación o la ira, no es posible ejercer la autonomía ya que la decisión, aunque se ejerza con pleno conocimiento, no se hace en total libertad.
Gracia propone como solución a los dilemas plan teados el tomar rumbos intermedios de acción que den posibilidad a la expresión de los dos valores enfrentados. Es así que propone el limitar claramente lo contraindicado, el evitar las prácticas fútiles, el respetar las voluntades anticipadas y posibilitar una verdadera toma de consenti miento informado y, por último, limitar las intervenciones cuyo beneficio no las justifique.
En ética, la obstinación terapéutica es un curso extremo de acción que destruye los otros valores, por lo que un término de acción intermedio sería la limitación del esfuerzo terapéutico: dejar todo aquello que rescate la dignidad humana tal como los medicamentos para el dolor, evitando todo lo que se ha sugerido es dañino; la eutanasia pasiva, a diferencia de la limitación del esfuer zo terapéutico, implica el suspenderlos buscando que el paciente termine rápidamente su existencia.
Con el concepto de “biodi versidad” se incluyen los distintos tipos de vida que se encuentran en un área determinada; así, pues, po demos encontrar diversas formas y tipos de animales, plantas, hongos, insectos e incluso microorganismos habitando en un mismo ecosistema.
Un pequeño ejemplo de esto puede ser el jardín de casa. En este pequeño espacio encontramos un bonito ecosistema hecho a nuestro gusto y medida, pero, si observamos con atención no sólo pasto y plantas,
hay en un jardín otra clase de seres vi vos que tú no trajiste y no sabes cómo llegaron, pero se encuentran ahí, tales como insectos, aves, reptiles, anfibios y toda una maravilla de especies que conlleva la biodiversidad.
Pero ¿cómo ha sido posible esto? Es gracias a que los seres vivos buscan sobrevivir, algunas veces compitiendo, otras veces adaptándose e integrándose en nuevos espacios y otras veces relacionándose con di versas especies: este interactuar de la biodiversidad en un mismo sitio da origen a las nuevas especies, mejo rando en cada nueva generación para lograr la supervivencia de la especie.
Pero ¿Por qué es tan impor
tante la biodiversidad? Porque ella sustenta todo lo que necesitamos para sobrevivir en la naturaleza, desde el agua potable a los medicamentos, los alimentos y hasta refugio, vestimenta y seguridad.
Podemos reflexionar por un mo mento y comprender que, cuando una especie se pierde, se tambalean alrededor de 10 especies más, pero hay que considerar que existen espe cies cuya función es sumamente vital para el planeta y que sin ellas un grave desequilibrio se generaría, afectando así a más de 10 especies.
Un ejemplo de esto sería la extinción de las abejas o cualquier otro insecto polinizador. El desequili brio sería tal que muchas especies de flores se acabarían, pero también le seguirían herbívoros que se alimen tan de esas flores y a su vez aquellos carnívoros que se alimentan de esos herbívoros.
¿Y qué pasaría si en vez de las abejas se perdiera el plancton mari no a causa de las actividades huma nas? El plancton es la fuente de vida en la tierra, el aire que respiramos, la lluvia que recogemos, el pescado que comemos e incluso el aceite que consumimos. Pero a pesar de sus mu chas virtudes, el plancton, compuesto por miles de millones de especies de microorganismos a la deriva con las corrientes, está ahora amenazado por el calentamiento global. Se cree que, si el plancton desapareciera, la vida como la conocemos y vivimos en el planeta dejaría de ser.
Cada dos años la WWF (World Wildlife Found) presenta a nivel mun dial el informe Planeta Vivo. Y en el 2018 las cifras que dio a conocer fue
¿Qué es la Biodiversidad y por que es tan importante?
ron sumamente alarmantes. En el informe menciona que el 60% de toda población animal se ha visto afectada y que presenta ya importantes reducciones. También el mar ha sufrido grandes pérdidas: en los últimos treinta años la mitad de los arrecifes de coral en agua someras ha sido destruida. Y en los últimos cincuenta años el 20% del Amazonas ha sido destruido ocasionando una gran pérdida en la Biodiversidad.
En México la situación se presenta muy difícil. Hace algunos años el gobierno se comprometió, en el Acuerdo de Paris, a detener por completo para el 2030 la deforestación. Sin embargo, el gobierno actual planea deforestar, por año, 216,000 hectáreas; esto equivale a perder por año una extensión de territorio semejante a La Ciudad de México: muchas especies se extinguirán y, en vez de frenar el cambio climático, lo acelerará.
La biodiversidad también se encuentra sumamente afectada por el impacto que el hombre genera con la contaminación. De hecho, México no está cumpliendo del todo con su compromiso por disminuir la huella de carbono y está apostando a los hidrocarburos y el carbón, no valorando las energías limpias. Recordemos que el dió xido de carbono es uno de los gases más contaminantes
a nivel ambiental y sumamente perjudicial para la vida.
El incremento de dióxido de carbono afecta a la biodiversidad porque es el responsable del “efecto de invernadero y el calentamiento global”, dañando directamente los ecosistemas, y ese daño es tal que al gunas especies no alcanzan a adaptarse a estos cambios abruptos en su hábitat; seres que no pueden salir de ese ambiente - como son plantas y crías - estarán condenadas a perecer y, por otro lado, los que van a tratar de sobrevivir van a salir del lugar donde habitaban y se van aventurar a nuevas áreas, donde pueden afectar a otras especies y generar, con esto, más presión a los ecosistemas.
Por causa del calentamiento global a nivel marino los casquetes polares se están derritiendo y se calcula que durante el siglo XXI el nivel del mar aumente en algunas partes 9 cm y en otra hasta 88 cm. Pudieras pensar: “¿y en qué afecta que el nivel del mar suba 20 o 50 cm? Esa cantidad de agua tiene la fuerza suficiente para inundar grandes áreas costera y hacerlas inviables para la vida, sin contar la forma en la que puede llegar: con extrema violencia arrasando todo lo que toque a su paso.
Además, el calentamiento global provoca un aumen to de temperatura en los mares: muchas especies que habitan en los arrecifes de coral mueren al incrementarse la temperatura. Haciendo una comparación pongo un sencillo ejemplo: cuando uno se enferma y le da fiebre, su temperatura aumenta de dos grados, de 36 a 38; uno ya se siente mal y peor si llega a 39 y muy grave si llega a 40 (pero nada más son 4 grados); de igual forma pien sen en los seres vivos que padecen el incremento de la temperatura y no tienen la forma o medio para revertir esa situación.
Finalmente, otra causa de la pérdida de la biodiversi dad es cambio del uso del suelo de áreas naturales como bosques, praderas y selva, para convertirlas en un área de monocultivos. El cultivar grandes extensiones con poca variedad de especies genera una presión y un impacto muy grande, porque se pierden especies que muy difícilmente se volverán a ver. ¿Cuántos insectos, cuántas aves, cuántos reptiles, cuántos anfibios y mamíferos mueren? Eso sucede muy frecuentemente, cuando se tala una porción de selva o bosque para convertirla en área de cultivos de aguacates o de agaves.
¿Entonces estamos condenados? Eso va a depender de qué tanto nos unamos y protejamos el ambiente y no sólo lo cuidemos, sino que estemos al pendiente y exijamos a las autoridades que cumplan con las normas y leyes ambientales.
El recurso al donador es sólo uno de los aspectos controversiales de las nuevas técnicas procrea tivas. A continuación, algunas consideraciones de los puntos mayormente debatidos (dejamos de lado esta ocasión la cuestión acerca de los procedimientos biológicos y clínicos a propósito).
Un primer problema que es necesario afrontar tiene que ver con las dificultades de carácter psicológico . La pareja debe procesar, antes que nada, las fantasías inconscientes que acompañan la decisión de generar un hijo por vía heteróloga. Se trata –refieren los psicoanalistas - de fantasías de adulterio (relacionadas a la intrusión de una tercera figura dentro de la intimidad de la pareja). Es difícil – afirman - que la mujer produzca una fecundación biológica sin buscar, en el plano psico lógico, dar un rostro al padre desconocido, recurriendo a memorias, fantasías y proyecciones. Estas dificultades tendrían repercusiones en el bebé (éste es el contenido de la crítica) y serían agravadas si la generación no se diera en el contexto de parejas heterosexuales monogámicas, casadas o al menos estables; contexto que ofrece al hijo más modelos paternales (un padre, una madre), que da garantías de continuidad y solidez para el crecimiento
del menor, permite vivir nexos sociales no disociados de los biológicos (y por tanto idóneos en mayor medida para un desarrollo psicológico seguro).
A lo anterior se ha replicado que la previsión de dificultades psicológicas en el proceso de crecimiento del hijo no puede ser por sí misma un motivo para juz gar irresponsable la elección de nuevas modalidades de generación, como la fecundación heteróloga, sobre todo en el caso que ésta última represente el único modo en la cual una nueva vida puede generarse. La alternativa sería resignarse a la esterilidad. En ese sentido, se agrega que no disponemos de datos empíricos que demuestren que tales dificultades evolutivas sean gravísimas y resulten netamente superiores a ciertas decisiones procreativas “naturales” realizadas, por ejemplo, en condiciones socioe conómicas desfavorables. Por otra parte existen variados modelos de familia y no se vería el por qué garantizar solo aquel modelo tradicional excluyendo a los demás.
Obviamente ha habido contrarréplicas: generar no es nunca un hecho privado y la expresión “derecho al hijo” está mal empleada. Si se solicita a la sociedad y a la medicina una ayuda, es comprensible que algunos criterios éticos deban ser elaborados y defendidos, en nombre, sobre todo, de los intereses del más débil, el no nacido. No es el caso de agregar ulteriores dificultades y riesgos a aquellos que, desafortunadamente a menudo, padecen los niños. Ha sido hecho notar, además, que el recurso a las técnicas biomédicas, como solución a la esterilidad, ha privilegiado el conocer y comprender – de par te de la pareja - las razones inconscientes, los deseos conflictuales que podrían preceder a la esterilidad. Dos psicólogos franceses (M. Soulé y J. Noel) han propuesto incluso que la pareja presente al mismo tiempo demanda de adopción y de fecundación artificial, después de haber tenido ocasión de analizar y discutir la propia solicitud de tener un hijo. Ello permitiría recono cer y elaborar los propios límites, suprimiendo el drama de ciertas esperas.
Está además el problema de comunicar (si, cómo y cuándo) al hijo su doble paternidad (o maternidad). La decisión de callarla del todo, que según algunos es la más respetuosa de la intimidad afectiva de la familia, parece a su vez, a otros estudiosos del tema, una decisión hipócrita, indigna del hijo, además difícilmente sostenible en el plano comunicativo, ya que ha sido hecho notar que cuando en una familia se
declara tabú un cierto argumento, en realidad éste continúa existiendo y es percibido por los involucrados por que es una especie de agujero negro, que se pretende evitar en las conversaciones, como fuente inde seable de turbación, pero del cual se sienten de alguna manera atraídos y con curiosidad.
Desde el punto de vista de di versos psicólogos, parece más opor tuno tomar la decisión de decir al hijo la verdad a una cierta edad (ini ciando gradualmente desde que es niño), pero es claro que esta delicada comunicación implica un consisten te equilibrio afectivo de parte de la pareja y abre la cuestión de si referir también la identidad del donador. Este último es, en general, tutelado en su anonimato, pero existen legislaciones como la sueca que admiten el acceso a
producidos embriones entre los cuales se seleccionan aquellos que se adaptan a la transferencia y se eliminan a los que no se adaptan y aquellos afectados por patologías (en efecto, es posible científicamente realizar desde hace algunos años un diagnóstico pre-implante).
Esta selección embrional, rea lizada intencionalmente, contradice de manera evidente la sensibilidad moral de quien considera que todo embrión, sano o no, debe ser tratado con el mismo respeto que se tiene hacia una persona humana adulta. A lo anterior, se argumenta que en la misma naturaleza se verifica una alta dispersión de embriones humanos, que los datos actuales de la biología del desarrollo demuestran como en las primerísimas fases sucesivas a la fecundación se instaura fisiológi
nado a desconectarse de allí dentro de poco tiempo. En esta tesitura, en ciertas técnicas de procreación, son producidos embriones en exceso respecto de aquellos efectivamente transferidos al útero, en modo de ahorrar a la mujer la recolección re petida de ovocitos (en caso de que la primera transferencia al útero no sea exitosa), y así surge el problema de qué uso se les podría dar.
En general están en estudio las siguientes posibilidades : destruir después de un cierto periodo los em briones supernumerarios; usarlos para importantes experimentos cien tíficos; usarlos para fines comerciales e industriales; darlos en adopción (llamada prenatal) a parejas que lo deseen.
los datos del donador y por lo demás, surgiría la pregunta ¿por qué negar al derecho del ciudadano de conocer el propio origen (sin que ello conlleve evidentemente a responsabilidades civiles para quien dona y permita el desconocimiento de paternidad de parte de los padres oficiales)?
Existe también el problema de los riesgos y daños para la vida na ciente. En este orden de ideas, son
camente un imponente proceso de selección natural que conduce más o menos a la pérdida del ochenta por ciento de los huevos fecundados (es decir de los concebidos). Se trataría, por ende, si acaso, de una sustitución de un determinismo biológico despia dado, no de crear uno arbitrariamen te. Sin embargo, la controversia moral permanece abierta: quien condena la exclusión intencional de embriones, aunque estuvieran destinados a morir, no encuentra justificación suficiente para tal selección en el simple hecho de que el producto de la concepción estaría de cualquier manera desti
Muchos moralistas sobre todo aquellos que hacen re ferencia a la tradición católica, afirman que es ilegítimo el acto di rigido a producir embriones. La dignidad de la vida naciente, según esta posición, amerita no sólo que exista un deseo auténticamente oblativo de tener un hijo, sino también que las formas concretas en las cuales esto es concebido correspondan a tal dignidad y se expresen en coherencia con la historia de amor en la cual la nueva vida ve la luz. En este sentido incluso si la fecundación in vitro (con sucesiva transferencia del embrión) fuera homóloga, es decir utilizara los gametos de los cónyuges en cuestión y no existieran daños para el embrión, ameritaría un juicio negativo, ya que contradeciría la conexión inseparable entre los dos significados del acto conyugal: el unitivo y el procreativo. Desde esta perspectiva, solo el acto conyugal, mientras une a los dos es posos, los vuelve aptos para generar en modo auténtico nuevas vidas.
Si puedes perdonarte que unas papas a la francesa te gusten y las disfrutes, sin que por eso caigas en la tentación de comerlas todos los fines de semana, habrás logrado un enorme avance. Y si puedes prescindir de ellas sin que camines por la vida como si te faltara algo o sentirte molesto por que aportan energía, no has todavía entendido cuál es la naturaleza del comer. Si logras mirarte al espejo y abrazas cualquier detalle que “no te guste” y que las críticas de los medios sean como un pensamiento que pasa volando, pero no se detiene… estás sano.
Salud, en toda la extensión de la palabra, no es la locura, en la que nos han metido hace años, de buscar ser perfectos, vivir eternamente o ser jóvenes para siempre. En la realidad, las fotos que te muestran en las re vistas están “retocadas”, como tam bién los anuncios de la comida para venderse. Todo mundo sabemos que la mercadotecnia maquilla, ajusta, ilumina, etc. En fin: miente. Pero eso ya lo sabemos y lo dejamos pasar porque nadie espera que la lavadora dé vueltas por sí sola con el jabón: requiere electricidad; y no esperamos que la hamburguesa se vea como la de la foto. Entonces ¿por qué nos exigimos ser tal y cómo los medios lo piden?
Hace unos días leí cómo he mos pasado de las imágenes de do lor intenso a las de alegría excesiva: la humanidad se conectaba con su corazón o se emocionaba si aquello le causaba una profunda tristeza o dolor. En el momento actual las imágenes reflejan sólo un estado de felicidad constante como medio de conexión en las redes. Lo decisivo es conectar con las emociones de toda forma. La mercadotecnia no está equivocada: sabemos que un recuerdo perdura
en la memoria a según del nivel de emoción que lo acompaña. A esto se le puede llamar código o chip : por eso ya hay quien vende su proyecto como un cambio de código. No es que esté mal, sólo cuestiona el tipo de información que se ofrece.
Pero, regresemos un poco… An tes nos educaban con el miedo y ahora nos piden que consigamos estándares de perfección con imágenes de alegría “misteriosamente” disfrazada de logros. Parecie ra que el único camino para ser saludable es irse a los extre mos: contar ca lorías, no comer ciertos grupos, hacer horas y horas de ejer cicio, leer todas las etiquetas, no comer, comer de cierto grupo, lo grar objetivos a costa de todo… pertenecer a un grupo, tener un estilo de vida…
Les diré que no soy una compradora co mún y no estoy hablando sólo de comida. No soy una persona a la que la mercadotecnia la atrape fácilmente y, definitivamente, no me dejo llevar porque a muchas personas les parezca bien o le den “likes” a los lugares, alimentos, productos o la moda. Sin embargo, considero que la comida no debería nunca haber llegado a esa locura de temporalidad, imaginación y ganancias.
No importa si es invierno, si es tás en la playa, si estás en un grupo en particular; la comida no debería combinar con nada de eso; debe responder a las necesidades biológicas para garantizar su adecuado aprove chamiento y para que todos podamos funcionar de manera adecuada.
Soy muy especial con lo que disfruto y comparto y, en general, no me considero una persona que no coma
“nada” que no sea nutritivo. Es decir, no vivo checándolo todo, como en la calle y seguramente nos encontrare mos en algún sitio donde el azúcar, la grasa y la proteína se combinen de maneras deliciosas. No estoy en contra del placer de la comida, pero lo que me gustaría es que hubiera una especie de revolución en el ejercicio
de observar aquello que llamamos “alimento” y aquello que llamamos “ser” saludable.
Las cosas más simples nutren; los alimentos menos procesados son los reyes del contenido de sustancias adecuadas para nuestro cuerpo. Por eso no se requiere de tanta elabora ción para nutrir, pero - quizá sí - se requiera de mucha más astucia para lograr encantar a los sentidos . La mayoría se pierde éste equilibrio tan delicado: no sólo los comensales, sino los que ofrecen las ideas, los magos de la cocina y por supuesto los magos de las ventas.
Somos una especie relacionada con la comida de formas muy diversas. Están los que aman comer, los que se apasionan con la comida y la adoran, los que no opinan de eso, pero es necesario, los de “sabe rico” e, incluso, hay quien dice que es una acción no tan necesaria e imagina que pueda tomar una pastillita que aporte todo lo necesario.
El comer deberíamos haberlo aprendido - como el resto de los ani males - por supervivencia, por garantía de bienestar, por mantenimiento y re cuperación, por reforzar las defensas y, claro, por placer. Pero no sólo por placer, como quieren hacernos creer.
Escuche el comentario de una pequeñita de sólo 9 años: “Mi mamá dice que la belleza cuesta, cuando decidió no comprarme el helado”: la
imagen antes que lo demás.
En lo personal no sé si la edad me va liberando o soy yo la que ha decidido darle su lugar a cada cosa; no estoy interesada en durar para siem pre porque eso es una locura y ya no caigo tan fácil. Las chicas que piensan que sólo a ellas se les presiona, intenten ser nutriólogas y luego observen cómo te miden con la mirada sin antes haber preguntado algo de teoría.
Los años que puedo vi vir y disfrutar los deseo más allá de la locura de seguir un estándar de belleza eterna e inalcanzable. Los cuerpos envejecen, las almas se vuelven más sabias o eso espero.
No estoy a favor del sufrimiento innecesario. ¿Cuidarme?, claro que sí, pero sin dejar de amarme cada día con lo que venga. Me agrada el maquillaje y puedo salir sin él. Me gusta la buena comida, me gusta el movimiento, y he logrado abrazar el descanso sin esa terrible sensación de culpa por no hacer nada que mi generación y la generación de mi ma dre no lograba pasar. Esa sensación de culpa ya no funciona y doy las gracias por eso.
Mi hija me dijo el otro día las palabras más escla recedoras: “Mamá no sólo es no, necesito saber por qué no. Explícame para que yo lo entienda”. Las nuevas generaciones van más allá de los sustos de “hace daño” o, como les decían a los ni ños, “los dulces tienen tie rra”. Requerimos mirar a las personas desde que nacen como personas, como seres a los que respetar. Es expli car poco a la vez, a su ritmo y con lo que conocen, pero no mentir.
Sé que incluso habrá momentos en que la mejor explicación no baste y
entonces tendremos que pedir que confíen en lo que estamos haciendo por experiencia y con todo el cariño. Lo mismo debemos hacer con nuestro niño y niña que recuerda el dolor por falta y por exceso, que aún no logra sentir protección y por eso los kilitos de más.
Imaginen la perspectiva de ser cambiado, o cambiada, por un modelo mejor, por un cuerpo mejor. ¿Y la persona? Observemos en qué estamos educando y qué estamos consintien do; abrazarnos es un trabajo de todos los días, sin juicio y sin culpa.
Tus experiencias pueden darte una nueva manera de mirarte. No siempre tenemos que seguir un cami no ya conocido: ¿por qué no hacer el propio? Yo camino todos los días en el campo de la nutrición y comprendo que hay un sinfín de circunstancias por las cuales podemos descuidar nuestro cuerpo y no siempre es el puro gusto: tal vez porque enojados, frustrados o porque tenemos poca disciplina o porque no nos queremos.
Y hay quien se “cuida” destru yéndose, por contradictorio que parez ca; cuidar sólo el cuerpo es pulir el auto sin pensar en el chofer. Y confió que ya estemos más allá de ese concepto.
Uno de los males que aquejan a la persona adulta mayor (PAM) y que es urgente poner sobre la mesa es el maltrato, el abandono, el abuso o la explotación económica que afecta a las PAM.
La representación social de un PAM ha cambiado y, aunque se ha trabajado mucho para sensibilizar a la población, aún son muchas las personas que desafortu nadamente conservan estereotipos con respecto a los mayores; por ello el maltrato puede ocurrir en muchos lugares de la comunidad, la familia, el trabajo, la iglesia, las estancias, los asilos, etc.; los que maltratan son los allegados como familiares, jefes, compañeros de trabajo e incluso otras PAM.
El maltrato físico sucede cuando alguien golpea, empuja o provoca algún daño corporal a la PAM e incluso cuando se la encierra contra su voluntad. También puede verificarse cuando el equipo de salud o asistencia pasa por alto cuidados evidentes, necesidades de atención médica o no brindándoles un buen seguimiento.
El maltrato psicológico se manifiesta cuando alguien atenta contra su autoestima, su autovaloración, se la separa de la convivencia familiar o se le hace creer que no es digna de atención ni de cariño. El ignorarla es también una forma de maltrato, así como si se le habla con palabras altisonantes.
El abandono social en personas adultas mayores se define como la falta de atención y cuidado de los familia
res y de la sociedad, cuyas repercusiones afectan en gran medida los aspectos biológico, psicológico y emocional de las personas en edad avanzada (Ramírez, C. 2014), considerándose una forma de violencia.
El abuso sexual y la violación de personas mayo res es un tema que rara vez se discute, sin embargo es una realidad y desafortunadamente se mantiene en gran medida sin ser reportado y no detectado y, por lo tanto, invisible. Las personas particularmente vulnerables o consideradas como un blanco fácil son usualmente esco gidas para ser victimizados por depredadores sexuales.
El abuso financiero es el robo o la malversación de dinero o cualquier otro bien de una PAM; éste puede ser tan sencillo como robar dinero de una billetera y tan complejo como manipular a una víctima para que entregue una propiedad o una pensión a un abusador. Esta forma de abuso puede ser devastadora, porque los ahorros de toda la vida de la víctima pueden desaparecer en un abrir y cerrar de ojos, dejándola incapaz de costear sus necesidades y temerosa de lo que pueda traer un mañana incierto.
Estas son algunas señales de maltrato (hay otras) que una persona mayor puede mostrar.
Señales de maltrato: lesiones y síntomas físicos inexplicables como cortes y abrasiones, moretones (es pecialmente cuando están agrupados en un área o en patrones regulares), ronchas, huesos rotos, lentes rotos, sobredosis de medicamento, marcas de cuerda en las muñecas, esguinces o dislocaciones.
Higiene personal y doméstica deficientes como: su ciedad en su ropa o desaliño, falta de higiene básica como el lavado del cabello o el cepillado de los dientes, falta de ropa apropiada para la estación, un hogar desordenado o sucio, una casa que está en mal estado, un hogar que carece de servicios importantes como electricidad o agua.
Negligencia médica como: falta de ayuda médica importante, tal como audífonos, anteojos o bastones, falta de alimentos o malnutrición, administración inade cuada de la medicación, úlceras de cama y/o úlceras de decúbito no tratadas.
Señales de maltrato emocional y psicológico: persona frecuentemente alterada, con temor, desespe ración o falta de autoestima; adulto mayor que no habla abiertamente o evita el contacto visual; ansioso, tímido, deprimido o retraído; autoestima baja; deseos de lasti
marse a sí mismo o a otra persona; cambios súbitos de humor o en los hábitos de sueño; persona a la que no se le permite salir de la casa ni recibir visitas o llamadas, a la que no se le permite realizar sus actividades cotidianas o tomar decisiones y actuar por sí misma.
Señales de abuso económico: actividad bancaria inusual, como retiros de dinero de cajeros automáticos cuando la persona no puede llegar al banco; firmas en cheques u otros documentos que no se parecen a la fir ma del anciano; cheques u otros documentos firmados, incluso en casos en que el anciano no puede escribir o entender lo que está firmando; falta de comodidades, como vestimenta adecuada y artículos de aseo personal; numerosas cuentas sin pagar, aunque se haya designado a alguien para que pague las cuentas; cambios en los patrones de gastos, tales como comprar artículos que no necesita o puede usar; la aparición de un extraño que inicia una nueva relación estrecha y ofrece administrar las finanzas y los bienes de la PAM.
Uno de los retos principales es evitar que se normalicen las conductas agresivas y/o violentas hacia las PAM; para esto es importante sensibilizar a las familias, a sus cuidadores, pero también a la sociedad en general a través de gobierno, universidades y todos a los que competa un trato digno y humano a las PAM. El tema de la gerontología y la geriatría debe estar en la agenda pública no sólo para llenar espacios, sino al contrario fomentando un trabajo interdisciplinario que rinda frutos ante una población que va en aumento y que, si no se controla, pudiera llegar a ser un problema de grandes dimensiones.
En el último año, aproximadamente una de cada seis personas mayores de 60 años sufrió algún tipo de maltrato en los entornos comunitarios.
Las tasas de este tipo de maltrato en las institucio nes, como las residencias de ancianos y los centros de atención crónica, son elevadas: dos de cada tres trabajadores de estos centros refieren haber infligido algún tipo de maltrato en el último año.
Las tasas de maltrato a las personas de edad han aumentado durante la pandemia de COVID-19.
Estos sucesos pueden conllevar graves lesiones físicas y consecuencias psicológicas prolongadas.
Se prevé que este problema aumentará en muchos países debido al rápido envejecimiento de la población.
La población mundial de mayores de 60 años se du plicará con creces, de 900 millones en 2015 a unos 2,000 millones en 2050.
Fuente: Programa Unión Ciudadana a favor de la protección de personas adultas mayores del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Cd. de México dentro del Seminario Virtual “Maltrato de personas Adultas Mayores: Evidencias para la prevención, la promoción del buen trato y las políticas públicas”. Publicado el 01 de julio de 2021.
El pasado 15 de junio de 2022, con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia de Abuso y Maltrato en la Vejez , la OMS y sus asociados publi caron un documento en el que se presentan cinco prioridades para el Decenio de las Naciones Unidas del Envejecimiento Saludable (2021-2030), a las que se llegó mediante amplias consultas. Son las siguientes: combatir el edadismo, ya que es una de las principales razones por las que el maltrato a las personas mayores recibe tan poca atención; generar más datos y de mejor calidad para concienciar sobre este problema; concebir soluciones rentables para poner fin a este tipo de maltrato y ampliar su uso; elaborar un argumentario a favor de la inversión en este tema para convencer de que es un dinero bien empleado; recaudar fondos, ya que se necesitan más recursos para abordar este problema.
Más informes al: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/ detail/abuse-of-older-people
Objetivo del artículo es pro vocar la reflexión acerca de la ética y el papel que juega en las actividades del voluntariado.
Se describe la ética como el conjunto de principios y normas explicitas o implícitas a las que se debe ajustar una actuación y su significado en la conducta humana Se trata de valorar la conducta, sobre lo bueno o malo, lo justo e injusto; es una introspección de los valores y mo tivaciones que guían las disposiciones y el proceder de las personas en su relación consigo mismo, los demás y el mundo. Así pues, la ética coadyuva a configurar los modos de acción individuales frente a otros modelos de comportamiento de quienes con forman una sociedad y una cultura.
En cuanto a la labor voluntaria se necesita un conocimiento sobre el rol y la importancia que ejercita y la aportación que hace a la sociedad. Para empezar, ética y voluntad son, de alguna manera, conceptos recíprocos, se retroalimentan continuamente en la misma gestión del voluntariado.
En concreto, la conducta ética es , por definición, generosa en la medida en que se anticipan los an helos e intereses de los demás a los propios o, al menos, se prevé una respuesta al sufrimiento y el dolor de los otros. En pocas palabras, los valo res que fundamentan una ética de la responsabilidad suscitan una réplica y la motivan. De igual forma, la reacción a esta tarea responde y afirma estos principios y el compromiso a la acción voluntaria mediante los numerosos
motivos que maneja cada individuo en su quehacer altruista.
Siguiendo en la misma línea, se acen túa que todos los se res humanos, cuentan con incentivos que los mueven a efectuar ac ciones generosas y permanecer en ellas hasta sentirse satisfechos. Esta expresión se relaciona con el de la voluntad y el interés. Brevemente se puede decir que la motivación es la voluntad para efectuar un esfuerzo para conseguir un sueño o meta, la cual se condiciona con el arrojo para satisfacer necesidades individuales o en el soporte a los más próximos.
Sin lugar a dudas, todos necesitan una estimulación para ejecutar las actividades altruistas frente a necesidades ajenas apremiantes; algu nos necesitan que alguien los impulse, otros lo hacen por sí solos; lo que es cierto es que de manera continua existe la automotivación para lograr estos propósitos; claro está, sin olvidar el compromiso que cada uno tiene a través de su entrega y voluntad.
Conviene subrayar que, de ma nera conjunta con la motivación, la éti ca tiene una función fundamental en estas acciones voluntarias, ya que son una guía para quedar ciertos que se realiza la tarea de forma apropiada Cabe señalar que la ética es subjetiva, por lo que hay que estar atentos en la
condición como cada voluntario lleve a cabo su actuación; ya que la falta de la misma puede ser perjudicial para todos los participantes.
El ejercicio de tareas con espíritu ético se atiene a un conjunto de crite rios y valores morales que establecen cuáles son las conductas y actitudes que habrán de seguir las personas que desean formar parte de una ins titución de volun tariado: esto se manifies ta en una sucesión de com porta mientos y mode los enfo cados a promo ver las
buenas prácticas y la armonía.
Entre estos principios éticos se pueden encontrar la responsabilidad, la discreción, la justicia, la honestidad, el respeto, la gratitud y la solidaridad.
Responsabilidad. Es uno de los valores más significativos, pues un ser humano responsable puede lograr sus metas y objetivos por medio del respeto de sus deberes, obligaciones y acciones que son asignadas para llegar a lo que se desea. Por lo tanto, el sujeto que se compromete en la actividad vo luntaria, favorece con su conducta a todos aquellos que se involucran en esta acción, asociado a la experiencia y crecimiento de sí mismo. Se comprende que respon sabilidad es la obligación de asumir las consecuencias de nuestros actos y, por ende, estamos obligados a prevenir las condiciones que puedan afectarnos o afectar a los demás.
Discreción. El valor de la confidencialidad es in negable; con él se puede entender como una realidad conocida por unos cuantos, debe conservarse oculta a otros al menos por estos tres motivos: su descubri miento causa perjuicio o desazón a tercero; se realizó una promesa; existe un pacto o contrato de no difundir.
Justicia. Es un valor que se entiende como la vo luntad de dar a cada uno lo suyo. Asimismo, es cuando la actividad voluntaria se lleva a cabo con igualdad entre sus derechos y sus obligaciones.
Honestidad. Un valor que debe ser pilar primor dial del voluntario. Un individuo autentico, identifica sus limitaciones, no trata de obtener beneficios personales a partir de la necesidad del otro, procede de acuerdo con lo que piensa y dice.
Respeto. Es un valor que permite al ser humano reconocer, aceptar, apreciar y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos. Es decir, el respeto es el reco nocimiento de la valía y de los derechos de los individuos y de la sociedad .
Gratitud. Es un valor que manifiesta el aprecio hacia una persona al considerar la ayuda o beneficio que ha prestado. Al sentir agradecimiento, el sujeto desea corres ponder el mencionado favor de alguna ma nera. Sin olvidar que la gratitud exige que haya un sistema de
valores éticos, donde estén resueltos los conceptos de dar y recibir.
Solidaridad. Es uno de los valores éticos y se de fine como la capacidad del hombre para sentir empatía por su prójimo y ayudarlo en los momentos difíciles; es un sentimiento de unidad en el que se buscan metas e intereses comunes.
En la actualidad, como en otras épocas de la histo ria, la ética se ocupa de conformar humanos autónomos, capaces de dictaminar, pensar y advertir por sí mismos el sentido que quieren darle a su existencia. Debido a ella, somos seres capaces de trazar un camino e interactuar con el prójimo, la sociedad y con su ámbito.
En conclusión, la ética hoy, mañana y siempre, sirve para distinguir y valorar la dignidad personal y, sobre todo, reflexionar sobre aquellos principios que rigen la conducta de las personas. Probablemente el pilar de la nueva ética obliga a restablecer amistades y quizás en eso pueda ser útil el voluntariado, es decir, colaborar voluntariamente en algún proyecto que nos guste, que nos ilusione y que, en grupo, sea más factible.
Psic. María del Sagrario Lomelí González
En las diferentes etapas y situaciones de dificultad, que atraviesa una persona, se puede brindar el acompañamiento emocional; sin embargo, éste toma gran relevancia cuando se brinda dentro de los escenarios de salud, como son los tratamientos ante enfermedades crónico-degenerativas
La persona que vive con una enfermedad que ame naza constantemente su vida, atraviesa por momentos en los que se puede presentar angustia, miedo, dolor, desesperanza, desánimo y falta de sentido a su vida.
La labor que realiza el acompañante cobra gran importancia para la vida de la persona que se encuentra atravesando por un proceso de enfermedad y tratamiento médico de la misma. La identificación de las necesidades y la toma de consciencia de las mismas, debe ser un foco para brindar la atención pertinente.
El acompañamiento hace la función de “estar ahí” disponible para la persona, por lo que la compañía y la escucha activa que se brinda se acompaña de actitudes, principios éticos y valores ; estos últimos entendidos como “...todo aquello que las personas percibimos con un grado de significancia”; son principios, creencias, cualidades o normas que determinan nuestra conducta y cada persona forma su sistema de valores de acuerdo con sus aprendizajes y experiencias de vida.
Es importante señalar algunos aspectos bioéticos a tomar en cuenta cuando se acompaña: el cuidado responsable de quien recibe el acompañamiento; el respeto
a la dignidad de las personas por que toda persona tiene derecho a ser tratada con dignidad y recibir el aprecio por los demás; la integridad en las relaciones.
Otro aspecto de gran impor tancia es el cuidado de la confidencialidad , tanto de los datos personales del usuario como del uso y manejo de la información que se comparte durante las sesiones y los momentos del acompañamiento.
La confianza, la solidaridad, la proximidad y el trabajo colaborativo ejercen un papel de gran relevancia dentro de los cuidados que se brindan a las personas que reciben su tratamiento, así como la búsqueda de soluciones ante la situación que puede provocar su frimiento. Lo antes mencionado son aspectos claves en relación al cuidado buscando una respuesta de tipo moral.
En Fundación PISA Stella Vega, consideramos al acompañamiento a las personas con enfermedad renal crónica, que se encuentran en hemodiálisis, como un recurso para brindarles escucha, presencia y cobijo. Para el equipo de acom pañamiento representa un proceso profesional con un entendimiento claro de las implicaciones éticas y una oportunidad para experimentar el servicio y la vocación al servicio.
Nacional
Tel.
San Camilo nació en Italia en 1550, se convirtió a los 25 años, consagró su vida atendiendo a los enfermos más pobres y desasistidos. Fundó en 1586 la Orden de los Ministros de los Enfermos (Religiosos Camilos). Eligió como distintivo la cruz roja.
La intuición de San Camilo fue fundar una “compañía de hombres piadosos y de bien que, no por dinero, sino voluntariamente y por amor a Dios, sirvieran a los enfermos con a que amor y cariño de una madre hacia su hijo único enfermo”. Elaboró las reglas para servir con esmero y toda perfección a los enfermos. Adoptó nuevos medios para mejor servir al enfermo. Creó un modo original de estar frente a Dios, inspirado en el Evangelio de San Mateo: ‘Cuanto hicieron a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicieron’.
Escucha proporciona un
(mayores
acompañamiento es ofrecido por un grupo de voluntarios, debidamente capacitados en las técnicas del Counselling y es gratuito.
El equipo de Redacción de la Revista y el Centro San Camilo A.C., expresan su más sentido agradecimiento a los bienhechores y patrocinadores:Marina Jiménez
Tequila San Matías Mónica Gómez FloresAntonio Salles Ramírez Fundación PiSA - Stella Vega, A.C.