ediciones.especiales@mercurio.cl Santiago de Chile Miércoles 18 de Diciembre de 2019
AÑO XVl / N˚ 141
Innovación en salud:
Inteligencia artificial:
REGULACIÓN:
La inteligencia artificial toma cada vez más fuerza como una herramienta de apoyo médico.
La IA puede ser un verdadero aporte en la prestación de servicios, tanto públicos 5 como privados.
¿Es necesario desarrollar una estrategia de blockchain para Chile? Expertos opinan al respecto.
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Innovación local:
La ciberseguridad no se puede descuidar en tiempos de crisis. Páginas 6 y 7.
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frase del mes “¿Con el roaming automático nacional, Chile quiere de verdad avanzar en su desarrollo digital? Las indicaciones presentadas no abordan ningún nuevo propósito, son redundantes sobre algo que ya está regulado y no mejoran las condiciones de acceso a la red por parte de los ciudadanos que viven en zonas apartadas. Tal como lo plantea el Ejecutivo, en la práctica, podría darse el absurdo donde un operador con muy pocas redes postule a la próxima licitación 5G y contrate servicio de roaming para el resto de sus operaciones para tener alcance nacional”. Rodrigo Ramírez Ex subsecretario de Telecomunicaciones.
@acouvecorrea Compartimos un momento inédito en la #COP25 con ministros de ciencia de todo el mundo. Gracias a la tecnología, pudimos reunirnos en un formato eficiente y con baja huella de carbono para compartir visiones sobre cómo adaptarnos y mitigar los efectos del cambio climático @dannyrayman Acá una nueva guía de @Info_Activism enfocada en votantes para explicar cómo nuestros datos son utilizados durante campañas políticas https://bit.ly/2LKG0jt @znog ¿Hasta cuándo con la solicitud masiva de datos de dominio? Por lo menos Nic Chile implementó rechazo masivo
Tanto en materia de exportaciones como en lo que respecta al consumo local de tecnología hecha en Chile, todavía existen diversas barreras que los emprendedores deben sortear si buscan que sus productos y servicios lleguen a la mayor cantidad de usuarios posibles. Rosa Martínez
E
n nuestro país, la generación de servicios en tecnologías digitales ha tenido una reconfiguración en los últimos años. Estamos viviendo la transformación de modelos de negocios y servicios ofrecidos hasta hace algunos años (diseño de páginas web, bases de datos, apoyo técnico remoto, etcétera) hacia servicios de vanguardia, tales como big data, cloud computing o ciberseguridad, altamente demandados a nivel internacional. Hace 15 años, las exportaciones de servicios no tradicionales sumaban US$ 198 millones; no obstante, estas totalizaron US$ 1.199 millones en 2018. A su vez, según datos de ProChile, desde 2003 a 2018, los envíos se han sextuplicado, creciendo a una tasa promedio anual del 13%. En el caso de los servicios de “tecnologías de la información y la comunicación (TIC)”, el año pasado fueron el principal sector dentro de las exportaciones chilenas de servicios no tradicionales, al generar envíos por US$ 352 millones, con una participación sobre el total de 29%. Asimismo, el primer semestre de 2019 se alcanzaron las cifras de exportación de servicios más altas de la historia en ese período, con US$ 650 millones, con envíos récord en TIC, I+D y servicios financieros y audiovisuales. Ernesto Lagos, jefe del departamento Industrias y Servicios 4.0 de ProChile, indica, que si bien este sector es joven en nuestra economía y en nuestras exportaciones en particular, muestra potencial de crecimiento. “En general, vemos gran presencia de las nuevas tecnologías que facilitan la generación de soluciones tecnológicas innovadoras desde Chile al mundo. El país ha ido fortaleciendo sus exportaciones de servicios en base a inteligencia artificial, machine learning, software para el agro con atributos de Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés), así como innovaciones con blockchain en el ámbito de la energía, fintech y agricultura”, indica. Aún así, y a pesar de que el panorama parece alentador, nuestros montos totales de exportación de servicios digitales son bastante menores al promedio de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Según un informe elaborado por Fundación País Digital, titulado “Globalizando las TIC 2018”, y en base a referencias de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), en 2017 nuestro país rondaba los US$ 350 millones en exportación de servicios tecnológicos, mientras que en 2018 la proyección
Diomedia
Seguridad digital
Chile necesita fortalecer su capacidad de capturar valor en la economía digital
Es necesario avanzar a modelos que ayuden a las startups chilenas a posicionarse entre los líderes de la industria tecnológica, tanto en nuestro país como en el extranjero.
fue de US$ 400 millones, superando solo a México, Turquía e Islandia en la lista de países OCDE, y lejos de los US$ 11.000 millones promedio en exportación de tecnología de este grupo de naciones. Ricardo León, director de estudios de la Fundación País Digital, señala que Chile tiene el desafío de aumentar y diversificar su matriz productiva y la exportación de servicios basados en tecnologías digitales. Sin embargo, dice que, para alcanzar un estado de madurez y competitividad global en la materia, existen grandes desafíos. “Uno es el capital humano necesario, que debe poseer suficiente conocimiento avanzado o técnico no solo de tecnologías actualmente usadas, sino también poseer la capacidad de aventurarse y emprender en tecnologías de vanguardia. Otro desafío es el idioma, que combinado con nuestra ubicación geográfica y huso horario, hace que Chile exporte, principalmente, al continente americano, en horas de trabajo análogas a la hora chilena y concentrándose en los países de habla hispana, siendo que los emprendedores con
mejores capacidades están focalizados en mercados de habla inglesa u otros geográficamente alejados”, indica. Carlos Bustos, primer vicepresidente de ACTI, sostiene que esta es una situación que se arrastra desde hace un tiempo y que, en gran medida, se debe al bajo porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) que se invierte en innovación y desarrollo, además de los bajos incentivos a innovar. “Así como a principios de los 90 se hizo un esfuerzo importante por posicionar a Chile como productor de salmón, vino y frutas, entre otros, hoy resulta de vital importancia hacer ese esfuerzo para posicionarnos en la Industria 4.0 y la exportación de servicios digitales”, destaca. A consideración de Bustos, programas como Startup Chile, entre otros, han creado una ola de innovación que, a la vez, ha generado un incipiente mercado tecnológico local, ya que si vemos la cantidad de startups con impacto global que ha generado Chile respecto a otros países de la región, el porcentaje ha sido bajo.
“Nos queda trabajo por hacer con programas de apoyo que vengan no solo del Estado, sino de las empresas más grandes, con programas de corporate venture capital y/o apadrinando e incorporando a empresas más pequeñas en su oferta de servicios para darles fuerza y, que así, sean capaces de abrirse a mercados extranjeros”, asegura. Otra de las principales barreras para escalar y exportar son los recursos financieros. Bustos dice que una empresa mediana que quiere exportar puede “quemar” medio millón de dólares para establecerse en un país. “Si se apoya a los emprendedores, ya sea con misiones comerciales y/o la participación en ferias donde se venden servicios digitales; con beneficios tributarios a la inversión en innovación y desarrollo que sean fáciles de acceder y de justificar; y generando un ambiente propicio para este tipo de exportaciones, ya se habrá ayudado bastante. En Chile existen ganas de exportar. Si se bajan las barreras, el mercado y nuestra gente se va a encargar del resto”, destaca.
Todo empieza por casa
65% de las personas afirma que el proceso de transformación en sus lugares de trabajo ha comenzado con inversión en tecnología o en metodologías para el desarrollo digital. Así lo evidencian los resultados de “Transformación en la era digital y los cinco motores del cambio”, encuesta elaborada por Laboratoria.
Aunado a los bajos índices de exportación tecnológica made in Chile, se suma el bajo consumo local. Javier Cueto, gerente general de Imagine Lab, apunta que todavía es bastante común que las empresas, en general, opten por tecnología de big players extranjeros, pues sienten que entregan mayor seguridad en caso de potenciales problemas. “Hay un castigo muy alto por fallar y eso evita que se tomen riesgos, incluyendo nuevos proveedores y startups que estén innovando y pueden tener soluciones del mismo nivel técnico, más flexibles y competitivas desde el punto de vista económico, pero que requieren una colaboración mayor, como pilotear y validar en conjunto”, indica. Miguel Fuentes, CTO de Ceptinel, concuerda
con lo anterior. En sus más de 10 años participando tanto como empleado en empresas nacionales y luego como emprendedor, asegura que, lamentablemente, no es tan común que se opte por productos chilenos, aunque eso está mejorando, sobre todo en los últimos años. “La apuesta por comprar software internacional (y de un gigante) se percibe más segura, aunque en la práctica se tarden años en implementarlo, versus un software joven, local y flexible. Esto en Estados Unidos se entiende de otra forma: allá la mentalidad es competir tan fuerte que si un software se implementa en poco tiempo y es flexible, entonces da una ventaja competitiva y es contratado”, apunta. Fuentes dice que si bien el país está avanzan-
do en la dirección correcta, podemos hacerlo más rápido, por ejemplo, “impulsando la mentalidad gringa buy local (compra local)”. Agrega que incluso podría existir un apoyo tributario a empresas que contraten software local de pymes, a modo de fomentar una economía sostenible entre empresas y emprendimientos. Por su parte, Marcos Rivas, director de Asech, propone probar lo nacional que, en algunos casos, es realmente de clase mundial. “Deberíamos reforzar la oportunidad de aportar al desarrollo de las startups y pymes innovadoras probando sus productos, opinando sobre ellos, recomendándolos; pero también incentivando las inversiones en estas. Así se logra que alcancen niveles de desarrollo competitivo en un corto período de tiempo”, puntualiza.