NOTICIAJ Julio 2022

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HUELLA DE CARBONO

COMO MEDIR UN PASO DE LA

sostenibilidad

Derivado del fenómeno del cambio climatico, estamos en una época en la que compañías de todas las industrias, grandes y pequeñas, hacen públicos sus compromisos ambientales. Hay nuevas certificaciones y etiquetas que comunican estos esfuerzos, así como informes corporativos anuales en los que se incluyen nuevos términos como “carbono neutro”, “cero emisiones”, “positivo ambientalmente” (o más conocidos en inglés carbon-neutral, net-zero o climate positive). Así que ya sea por convicción o demanda de clientes y accionistas, las empresas están siendo empujadas a subirse a esta ola de la neutralidad. Ante esta tendencia mundial de la que no podemos (ni debemos) escapar, lo primero que tenemos que hacer es establecer nuestro punto de partida o línea base del impacto ambiental de nuestras operaciones. Para ello es necesario medir nuestra Huella de carbono, que no es otra cosa que el conjunto de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) generadas directa o indirectamente en los procesos de producción de bienes, servicios, eventos, industrias y regiones geográficas, en términos de CO2 equivalente. A partir de establecer un año de referencia y el análisis ambiental inicial, se pueden identificar estrategias, objetivos y metas intermedias que apoyen los compromisos de reducción de emisiones, de manera que todos los miembros de nuestra cadena de valor (empleados, proveedores, inversionistas, autoridades, clientes y consumidores) puedan conocer si el progreso es suficiente y en la dirección que se avanza. Es muy conocida la frase: “lo que no se mide no se mejora” por eso es muy relevante saber qué, cómo y cuándo medir para gestionar correctamente nuestras acciones y monitorear el progreso sostenible de nuestra

empresa, comparándonos entre un punto de referencia (que en términos ambientales se conoce como “año de referencia”) y próximos períodos de tiempo establecidos (ya sean meses, trimestres, años) para conocer los avances de nuestros planes de trabajo y sobre todo evaluar si esas acciones son efectivas. Hay una enorme oportunidad de medir la huella de carbono de la industria alimenticia, desde el proceso de producción y distribución hasta la comunicación. Los países europeos llevan mucha ventaja creando modelos de comunicación que desarrollan una cultura al consumidor de conciencia y preocupacion por la preferencia de productos y servicios que promuevan iniciativas para disminuir los GEI a traves del desarrollo local de sus proveedores, transparencia, bienestar animal, y uso de energias limpias. Un ejemplo es la iniciativa francesa del etiquetado ambiental de los productos en las tiendas minoristas. Francia apunta además a la adopción de un impuesto al carbono en las fronteras de la Unión Europea. Otro ejemplo más específico de la industria alimenticia es la de Kellog’s, que en 2015 se comprometió a reducir el 15 % en las emisiones de alcance 1 y 2 (toneladas de CO2e por tonelada de alimentos producidos) para 2020, y un 20 % para el 2030 (considerando el alcance 3). Para lograrlo, trabajaron directamente con el 75% de sus proveedores, como la implementación de programas de capacitación en prácticas agrícolas inteligentes centradas en la reducción de emisiones y la resiliencia para

14 NEGOCIOS Y FOMENTO COMERCIAL

Por: Mario Guzmán, Alimento Circular; Paola López, Alimento Circular; Daniela Hernández, Earth & Life University

agricultores, entre otros. Esto llevó a unir a Kellog’s en diferentes áreas (logística, distribución y fabricación) y trabajar de manera coordinada para alcanzar una mayor sostenibilidad2. No importa el tamaño de tu empresa, lo importante es que tomen la decisión y compromiso de transitar hacia modelos más sostenibles. Así que, para calcular la huella de carbono de tus productos y/o servicios, lo primero es clasificar las emisiones en directas e indirectas que generan. A esto se le conoce como “inventarios de GEI” y se cuantifican en: • Alcances 1 (las emisiones directas que provienen de fuentes controladas por tu organización). • Alcance 2 (emisiones indirectas provenientes de fuentes externas a la empresa pero que son compradas) y • Alcance 3 (emisiones indirectas que no controla la organización y corresponde a su cadena de valor). Ejemplos sencillos de emisiones directas son la energía y combustibles que usas en tus edificios y tu maquinaria productiva y que tú puedes regular; las emisiones indirectas de alcance 2, son la electricidad, calefacción o refrigeración y las emisiones de alcance 3 (y el mayor reto de todas las industrias), son, por ejemplo, la huella de carbono de actividades agrícolas que se generan


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