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Vida sana
El círculo virtuoso de la agricultura urbana
Ambientalismo, economía, aprendizaje y comunidad, a través de la agricultura urbana. Una solución de bajo costo que puede aliviar las necesidades nutricionales y económicas incluso en los centros urbanos. Algunas iniciativas paraguayas
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gentileza Guerrilla Verde
Los seres humanos poseemos la cualidad del contacto con el entorno y con la comunidad.
La tierra fue desde el inicio de la civilización el recurso más propicio para ello. Pero ¿cómo mantener el contacto con la tierra si crecen las ciudades y se reducen los espacios? Pareciera que los medios de producción predeterminaran que el suelo natural esté cada vez más lejos de nuestros pies. Y si a todo esto se le suma una nueva enfermedad esparcida por todo el mundo, que afecta todos los aspectos sociales y económicos (y, por ende al consumo)...
Todo lo que nace de las semillas
En 2016, el ingeniero agrónomo, José Mingo y su esposa concretaban una iniciativa de producción natural de alimentos en Palma Loma, un barrio de la pintoresca ciudad de Luque, a 15 km de Asunción. Todo comenzó con algunos árboles de acerola (fruta pequeña y roja de agradable aroma e intenso sabor) y cítricos, con los que se fue fomentando de a poco una cultura de producción verde y de consumo consciente en el barrio. “Esto permite una economía circular: permite que los excedentes puedan ser utilizados, ‘industrializados’. Estos espacios proporcionan un ambiente que contribuye a una vida favorable para el ser humano y otros animales”, indicó el educador agrario a Ciudad nueva.
Mingo se desempeñó como director de Educación Agraria del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Hoy, ya jubilado, mantiene la creencia de que la educación agraria debe ser un asunto de todos los paraguayos, tanto del sector campesino como urbano, como un derecho a ser cumplido y a fomentarse como política pública.
Ya antes de la pandemia y hasta hoy, mediante capacitaciones y diálogos promueve junto a su esposa las huertas verticales y el cultivo de árboles frutales. “Verticales” se refiere a que el cultivo se realiza en espacios más reducidos -los espacios urbanos- y con recursos naturales o reciclados. Por ejemplo, en botellas de plástico cortadas, en neumáticos, o aprovechando la sombra de los árboles en lugar de telas de media sombra. Además, el agrónomo recalca que las plantas también absorben el anhídrido carbónico, tan importante para la calidad del aire que respiramos.
En 2020, por prevención, las capacitaciones presenciales fueron suspendidas en contexto de pandemia, pero gracias a la tecnología se implementó un conversatorio constante de conocimiento colectivo. “En primer lugar, somos personas que aprendemos y enseñamos. En segundo lugar, investigamos (la ciencia también tiene mucho que ver). ¿Cómo se aprende?, ¿cómo se investiga?. Por prueba y error. En tercer lugar, se comunica a la comunidad el nuevo conocimiento adquirido. Es conocimiento para la gente”. De este modo, se crea comunidad. Una comunidad que se va extendiendo cada vez más.
En el desarrollo de su iniciativa, este educador agrario conoció al arquitecto e historiador Jorge Rubiani. Rubiani pre-
sentó un proyecto de gran envergadura. Al hablar de esto, enfatizó en la importancia de las redes consensuadas de trabajo, que se consolidan solo gracias al apoyo de varios nodos.
Un proyecto a tener en cuenta
Durante la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro, en 1992, ya se avisoraban los problemas de alimentación saludable que tendría la humanidad. El proyecto de alimentación saludable con agricultura urbana, presentado por Jorge Rubiani, fue de los más compatibles respecto a la problemática, y se presentó al Fondo de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El planteo tuvo en cuenta la migración de la población del campo a la ciudad y el aumento de los cinturones de pobreza en urbanizaciones sin suelo extenso para el cultivo y el autosustento. La agricultura urbana en espacios reducidos (canteros, balcones, espacios verticales) se vio como una solución, sobre todo para familias que deben acudir a recursos de sobrevivencia extremos en un contexto de dispersión de sus miembros en múltiples actividades laborales informales, que involucran inclusive a los niños.
El proyecto permitiría, además de una alimentación más saludable, la reducción de la pobreza y de la marginalidad, el fortalecimiento de los núcleos familiares, la mejora de las condiciones ambientales y funcionales de la ciudad, la mejora de los índices de rentabilidad laboral y que numerosas familias inicien una comercialización cooperativa comunitaria y recuperen la ancestral y necesaria relación de los hombres con el suelo y con los ciclos de la naturaleza.
Pero “tenemos una hostil oposición a todo lo que no conocemos”, indicó el arquitecto e historiador. “Sin embargo, en Paraguay siempre hubo una vocación histórica y cultural hortelana, en las mismas casonas del centro asunceno”, concluye.
El proyecto fue un éxito rotundo en el extranjero, mientras que no fue bien considerado por el ministro de Agricultura del Paraguay.
“En las etapas que afectan a lo poblacional”, nos explica Rubiani, el proyecto iba a extenderse también a otros puntos del país, no solo a la urbe de Asunción, con capacitaciones y asistencia técnica”. También José Mingo está convencido de que la clase política podría apoyar más. “No con dinero, sino tomando esto como políticas de bienestar. El problema”, ilustra, “es de mentalidad. Para las universidades económicamente más sólidas, el costo de investigación de las huertas urbanas sería bastante bajo. También es una decisión política el salir de la oficina para ver la decisión del otro”.
No dejemos de construir el cambio
La pandemia nos advirtió de lo importante que es atender estas iniciativas, así como lo hizo de forma particular Roberto Núñez, un joven asunceno que desde mayo de 2020 se movilizó para compartir con familias de los bañados Norte y Sur sus conocimientos, adquiridos inicialmente por pasatiempo durante la cuarentena.
“En mi casa me decían: ¿qué vas a hacer con tantas plantas? Primero se me ocurrió guardarlas. Pero después pensé: no, acá hay que ayudar a la gente. A finales de mayo contacté con la coordinadora de las ollas populares y fuimos a experimentar”. Desde entonces y durante los siguientes meses, los sábados de siete de la mañana a una de la tarde los dedicó a preparar de a pequeños pasos algo que sería de gran importancia para la alimentación y la economía familiar de los bañadenses.
Se recibieron muchas donaciones y se iniciaron talleres de cultivo y compost. Las actividades promovían reciclaje y cooperación. Si no alcanzaban los semilleros, los cortaban a la mitad y en diálogo se compartían conocimientos sobre los procedimientos más efectivos para los distintos productos. Se trabajaba con distintas variedades de lechugas, rúculas y otras hojas verdes, batatas, cebollas, tomates cherry. Las mujeres y los niños eran los más comprometidos.
La iniciativa de Roberto fue presentada como proyecto de la organización Guerrilla Verde para los premios del concurso Moirū (en guaraní, “acompañar”) que promueve la innovación con una perspectiva comunitaria. El emprendimiento ganó uno de los lugares entre las cinco mejores ideas, recibiendo un capital de 5.000 dólares para generar trabajo, autosustento sostenible y empoderamiento de las mujeres bañadenses.
Cine ������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Valores de los Oscar 2021
Una época atípica, terriblemente marcada por la pandemia, solo podía tener una edición de los premios Oscar atípica.
Ya lo vimos el año pasado: invitados distanciados, números de escenario restringidos y mucho video, ya sea en vivo o pregrabado. El escenario también es diferente: salen de la escena los grandes teatros y entran amplios espacios abiertos.
Entre ellos, la hermosa estación de tren de Los Ángeles fue elegida para albergar la siempre mediática ceremonia. Es cierto que Estados Unidos se encuentra en otra etapa de la pandemia, lo que debería brindar un ambiente más liviano y positivo a la gala. Allí la tasa de inmunización de la población es digna de la fortaleza económica del país.
En cualquier caso, ya es un Oscar histórico, impregnado del contexto global de una tragedia sin precedentes.
Al momento de cerrar esta edición, aún intrigaba cómo los productores podrían captar la atención de una audiencia de millones de personas el 25 de abril. La gala de los Globos de Oro fue un fiasco. Veremos si los Oscar pueden emocionar.
Lo que es un hecho, y muy emocionante, es la lista de nominados en esta 93° edición de la fiesta. Si en 2020 el Oscar ya apuntaba a una apertura de carácter geográfico, de género e identitario, este año tenemos la consagración de la diversidad en la composición de los posibles ganadores. No solo parece contemplarse el déficit racial, con más negros compitiendo, sino también la brecha entre los sexos, con una presencia ampliada de mujeres. Entre los nominados, en efecto hay más de 70. Además de la presión política, esta pluralidad lograda es también resultado de un cambio en el perfil de la Academia, ahora menos blanca y masculina. Un punto para el Oscar.
La gran sensación de esta temporada, en la que las salas de cine se repartieron el espacio con las pantallas de las casas, debería ser Nomadland, una película de la joven china Chloé Zhao. Su fundamento es documental, ya que muestra a la generación de estadounidenses que deambulan por el país en busca de trabajo y que viven en casas rodantes, sin residencia fija. ¿Sería el fin del “sueño americano”? La actriz Frances McDormand es otra pieza importante en una película de tono intimista, pero épica en su “densidad emocional”.
La detentora del récord de nominaciones, Mank, también es una gran película, quizás la más brillante entre sus pares. A Hollywood le gusta hablar de sí mismo, y éste es el caso: los bastidores de la obra maestra Ciudadano Kane, a partir de la figura de su guionista Herman Mankiewicz. Quizás el momento no ayude a que sea premiada, ya que, cómo mencionamos, los Oscar quieren ser reconocidos por una mirada cada vez más cosmopolita.
Del grupo que también compite por el premio principal -a la mejor película- Minari, la historia de mi familia es otra buena sorpresa y vuelve a poner a Corea del Sur en el centro de la atención, después de la sensación de Parásitos en 2020. Solo que ahora el foco son los inmigrantes y la dificultad de adaptarse en tierras extranjeras (que, en la historia, son Estados Unidos, tierra del director, Lee Isaac Chung).
Sound of Metal es otro excelente ejemplo de esta cosecha de películas de los Oscar. Un músico que pierde la audición y necesita reconfigurar su existencia es la historia que presenta el director Darius Marder. Con un diferencial importante: un extraordinario trabajo de edición permite al espectador experimentar la sensación de ausencia de sonido. O su casi presencia. Está disponible en el catálogo de Amazon Prime.
Para completar, están las películas más políticas, Judas y el Mesías Negro, sobre un infiltrado en el grupo Panteras Negras, y El juicio de los siete de Chicago, sobre la famosa protesta contra la Guerra de Vietnam. ¡Ambas geniales! Y, todavía, Hermosa venganza, un retrato ácido y explosivo de la cultura machista. Es un suspenso de tono sádico, si podemos definirlo así.
En fin: un Oscar muy consistente desde el punto de vista cinematográfico.
Emanuel Bomfim
(Excelente calidad)
Cine ������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Libro ������������������������������������������������������������������������������������������������������������
Buñuel en el laberinto de las tortugas
España, 2018. Animación. Dirección: Salvador Simó Busom. Voces de Jorge Usón, Fernando Ramos, Luis Enrique de Tomás, Cyril Corral y Javier Balas. 1 h 26’
Basada en hechos reales, esta obra narra los sucesos ocurridos al cineasta español Luis Buñuel junto su amigo Ramón Asín durante la filmación de su documental Las Hurdes, tierra sin pan (1933) considerado uno de los más polémicos del género, especialmente durante la época en que fue estrenado.
Esta película, que combina drama y humor, es una recreación animada, aunque deja ver fragmentos del mencionado documental, así como imágenes inéditas que no fueron incluidas en el montaje final de esa obra de Buñuel.
Es así que todo este compendio nos muestra a un Buñuel entusiasta y proactivo, a la vez que impulsivo e irónico, que pone muchas veces a prueba la amistad de sus amigos que lo acompañan en la realización.
Todo lo que el director se proponía de manera segura y decidida era mostrar la desolada realidad del pueblo de Las Hurdes, aislado casi por completo del exterior y con una forma de vida muy precaria. No es de sorprenderse que cuando fue estrenado el documental, fuera inmediatamente prohibida su exhibición.
Los fanáticos del séptimo arte sabrán que Luis Buñuel fue sin dudas un cineasta poco comprendido en su época por el público general. Aun así, nunca le faltaron admiradores. Hoy, esta obra rinde homenaje a su peculiar forma de ver y hacer cine.
Buñuel en el laberinto de las tortugas fue ganadora en la categoría Mejor Película de Animación en los Premios Goya, en los del Cine Europeo y en los Platino al cine iberoamericano. Además, compitió para el Oscar 2020 en la misma categoría. Monse Cantero
(Fascinante)
El hotel de los animales
Jean Garrigue / Ed. La Bestia Equilátera / Buenos Aires, 2020
Había una vez una osa, ya no joven pero aún llena de energía y autoridad, que regenteaba un hotel donde diversos animales del bosque retirados de sus habituales actividades habían encontrado un hogar bien administrado y tranquilo donde pasar sus años de vejez. La osa era exigente: no permitía la falta de orden y de limpieza, requería que se respetaran los horarios fijados y el pago a tiempo de las mensualidades. Por la noche, antes de retirarse a descansar, después de las actividades, todos se reunían felices en torno a ella e intercambiaban recuerdos e impresiones. Pero la historia de la osa era para sus huéspedes un gran misterio. Poco y nada sabían de su vida, salvo que no soportaba a los caballos.
Jean Garrigue (1914-1972) fue una reconocida poeta norteamericana y este fue su único y curioso texto en prosa. La escritura de esta fábula tiene acentos bucólicos y la pintura de los animales es muy simpática. La autora encontró el género adecuado para esta original narración. Para la crítica “su fórmula es la de escribir frases siempre perfectas, con una gran elegancia verbal y un torrente de ingenio inigualable”. Se señala que es “diáfana, fulgurante, impredecible, auténtica maravilla de estilo” y que su lectura “prodiga el extraño hechizo de estar frente a una milagrosa inspiración”.
En rigor, los animales del hotel no eran muchos, “solamente algún topo, una ardilla listada, un gato, pájaros diversos, una oveja y un ciervo. Avispas y abejas, también residentes, no contaban, puesto que eran innumerables”.
Curiosamente, aunque la osa no perdía ocasión de manifestar su desprecio por los caballos, cuando aparecieron las huellas de un potrillo que merodeaba el hotel, ella salió tras él y, al poco tiempo desaparecieron juntos.
La inquietud de los huéspedes es enorme. Primero se deprimen y descuidan los arreglos de la casa. Luego, pensando que cuando la osa decida volver deberá encontrarlos bien dispuestos, se ponen manos a la obra con responsabilidad. En efecto, al tiempo, cansada y demostrando haber pasado penurias, la osa regresa. Pero no podemos avanzar con el argumento porque luego llegará la explicación a los misterios en torno a la osa, y eso está reservado a ustedes. A disfrutar la lectura. José María Poirier
(Muy logrado y muy bien escrito)