La población no identifica siempre lo que ha perdido, resultándole difícil realizar el balance de lo que la ciudad ha ganado realmente en el devenir temporal. Es fundamental, en este sentido, la labor de ciertos observadores críticos y la apelación a determinados instrumentos de la memoria, como las crónicas, el dato histórico y la fotografía, para tomar conciencia de lo que se escapa, de lo que ya no queda y, sobre todo, para advertir lo que todavía es posible perder.
Con esta publicación, CICOP quiere –junto con todos aquellos interesados por la historia urbana y sus cambios edilicios– aportar un instrumento para entender y valorar mejor la urbe que vivimos y disfrutamos.