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El peatón invisible
“Todos somos peatones”, dice la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito ya que, al bajar del auto, de la bicicleta o del transporte público, todos al momento de ingresar al lugar de destino lo hacemos a pie. Es el usuario más vulnerable de las vías y del espacio público e históricamente el primer “modo de transporte”. El más elemental, ya que sólo se maneja y depende de sí mismo. No lleva protección en caso de recibir algún impacto, por lo que es propenso a recibir atropellos, fallecer o terminar con lesiones graves al impactar con cualquier vehículo de mayor peso. Datos de CONASET arrojaron que cerca de 7.800 peatones fueron parte de siniestros de tránsito el año 2022, donde fallecieron 469 y 5.700 resultaron con lesiones.
A muchos de los conductores se les olvida que apenas uno se baja del vehículo, te conviertes en peatón. Mientras manejan y van atentos a la señal de Pare, de Ceda el Paso o los semáforos para no chocar con otro vehículo, se olvidan de mirar al peatón que va a cruzar la calle en pasos habilitados para ello o al estacionarse indebidamente sobre la vereda. Como si no existiera el modo de transporte más elemental de la ciudad o del espacio público. Nos encontramos inmersos en una sistematización de
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por FRANCISCO COOPER Papá. Peatón.
Urbanista
incivilidades en nuestra ciudad donde, de acuerdo con la pirámide invertida de movilidad, el peatón debiese ser la prioridad no sólo del diseño y del “hacer ciudad”, sino también de las debidas atenciones que deben prestar los diversos modos de transporte hacia éste.
De seguro todos tienen alguna anécdota relacionada al peatón versus otro modo de transporte. Me pasa todos los días cuando voy al trabajo, cuando llevo a mi hijo al jardín o cuando paseo a mi perro. Conductores que sólo miran atentos a la otra vía fijándose en el vehículo que se mueve perpendicularmente a ellos. El peatón se vuelve invisible. Para qué hablar de la velocidad, la cual de acuerdo con la Ley de Convivencia Vial en áreas urbanas debe ser de 50 Kilómetros por hora. Una velocidad que estamos de acuerdo desde la práctica es imposible de mantener. Pero lo que sí es posible es ejecutar obras que obliguen al vehículo a bajar la velocidad no sólo desde la señalización, sino desde elementos físicos como aceras continuas, disminución de anchos de calzadas, implementación de ciclovías, entre otros proyectos de tráfico calmado. Así el conductor no sólo irá atento a los vehículos, sino también a su entorno y por ende al peatón invisible.
por RONALD BARRAZA