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Libardo Mora, el maestro
Empezó tomando apuntes y aprendiendo de instrumentos musicales considerados hoy por él como la manifestación máxima de la sensibilidad y las emociones; un maestro admirablemente dotado por un sentimiento melódico y un oído musical privilegiado. Dueño de un estilo gracioso y vivo, a veces levemente humorístico e intencionado, lleno de vida, de ritmos alegres, con algunos detalles ocasionales de su gran genialidad. Realiza una labor artística gigantesca con la que poco a poco ha consolidado una estructura musical que le tiene hoy junto a su hijo Julbrainner Mora Morales creando, enseñando y dirigiendo bandas sinfónicas musicales de niños.
La música aporta al mundo mucha sensibilidad, toca las emociones, es armonía, melodía, poesía, despierta la inteligencia, hace que las personas se interrelacionen con alegría”.
Su formación académica musical queda eclipsada por su gran talento, intuición y gracia para la melodía y el ritmo. Posee un elevado y noble temperamento de artista, por eso hoy todo su trabajo no es más que un homenaje a la vida, a la que imprime dedicación, mucho salero y amor. Ha sido su gran vocación hasta el presente.
A lo largo de su carrera tuvo un papel prominente en el avivamiento del interés de los niños por el arte y el conocimiento de los instrumentos musicales tan vitales en su formación. Su trabajo nos hace reflexionar acerca del valor de la música como elemento difusor de cultura.
Estamos hablando del maestro Libardo Mora Ramos, nacido en Aipe, Huila. Consagrado músico y director de banda, docente del Colegio Alemán de Cali y el Instituto Municipal de Cultura de Yumbo, Valle del Cauca. Ha formado muchas bandas infantiles, pues esta labor es la mayor fuerza e inspiración de su corazón. Su contribución a las bandas sinfónicas musicales ha sido esencial.
Cuenta que durante las fiestas patronales de Aipe escuchó la banda departamental del Huila en concierto. Él, un muchacho sencillo, con su emotiva vena musical, atenta, naciente y muy receptiva, se dispuso a imprimir en su corazón por siempre todos los sonidos que los clarinetes y demás instrumentos le regalaban: nunca había escuchado una banda de viento.
Con el apoyo de su madre, una mujer trabajadora de origen humilde, pudo cultivar ese deseo. En su modesta vida familiar le correspondía vender pandebono. Estando en esa labor un día escuchó a lo lejos unos sonidos y sus innatas condiciones musicales lo llevaron a curiosear el origen de estos: encontró a un maestro de música enseñando a niños. Se trataba de la escuela de música de Aipe trabajando para formar una banda. A su regreso, comentó a su madre su deseo de estudiar allí, quien como pudo, organizó con una vecina la compra de un cuaderno y un lápiz que requería. Así empezó esta aventura. Tuvo la suerte que en esa época lo recibiera el maestro Luis Alberto Osorio, compositor eminente de joyas musicales colombianas, con el que aprendió a tocar clarinete, requinto y, con sus escasos diez años, pasó a formar parte de la banda. Fue músico de las bandas sinfónicas departamentales del Huila en Neiva y del Valle en Cali, y de la banda sinfónica de la Fuerza Aérea del departamento de Valle, en la Escuela Marco Fidel Suárez.
El pasado 26 de febrero del presente año recibió un homenaje de reconocimiento por haber compuesto el himno municipal del Consejo Municipal de Candelaria, Valle del Cauca. Además, compuso el himno del municipio del Cerrito, Valle del Cauca, donde ha sido varias veces homenajeado.
El maestro Mora se siente muy orgulloso de pertenecer al Colegio, porque es una institución que ha dado un lugar de privilegio a las artes en la educación integral de sus estudiantes. Gracias maestro, por regalarnos momentos inolvidables al son de los instrumentos musicales interpretados magníficamente por nuestros niños y jóvenes. Le auguramos por siempre caminos de éxito y felicidad.